Save her [Zayn Malik]

Ojeó su teléfono. Tenía seis llamadas perdidas. Dos eran de Niall y las otras cuatro de Liam.
Reconoció que no era un buen juicio guardar su celular en silencio luego de cuatro horas en el hospital.
Marcó el número del castaño primero, le pareció más urgente.
—¡Zayn!— atendió a la segunda.
—Hola, ¿cómo estás?
—Muy bien... pero tú, ¿en dónde estuviste metido en todo el día? Te has olvidado del ensayo.
'El ensayo', se recordó a sí mismo como reprobación. Hoy debía encontrarse con Niall y Liam en la casa de éste último. Se suponía que practicarían agudos junto con el rubio, que los animaría con su guitarra.
Se le había pasado completamente; tendría que haberles notificado su ausencia desde un principio. Pero otro acontecimiento se le sumó —destacando que fue una promesa—, y las cosas se habrían mezclado. Igual, no estaba compungido de haber faltado. Al contrario, fue un buen descuido.
—¿Hola, sigues ahí?— indagó desorientado su amigo.
—Lo siento. Lamento haberlo olvidado. Juro que se me fue de la cabeza.
—Zayn...— le reprendió con decepción.
En ese mismo momento Zayn se imaginó a su amigo tocando sus sienes. Era tan frecuente en él. Liam era el tipo de chico que madura desde tempranas edades hasta convertirse en el adulto del grupo. Sin embargo, el castaño tenía sus dotes divertidos.
—¿Cómo se te pasó? Ni siquiera estabas en tu casa cuando llamé.
—Hoy fui por Safaa a la escuela y la llevé por un helado.
—¿Trabajas como hermano mayor?— preguntó con sarcasmo.
—Siempre fui hermano mayor y uno maravilloso puedo aclararte—. Liam rió. —Luego pasamos por mamá y le dejamos helado. Además, visitamos a una amiga de Safaa.
—Supongo que puedo perdonarte sólo porque actuaste bien— dijo suave. —Olvídalo. ¿Cuándo nos reuniremos?
—¿Mañana?— pensó y golpeó su frente. —No, no. Mañana estaré aquí de vuelta.
—¿Con tu madre? ¿Entonces por qué no ensayamos allí? Digo, la acústica es buena...
—No estaría nada mal... ¿Sabes? Hablaré con mi madre.
—Muy bien. Después avísanos. No te olvides.
—No lo haré— fingió fastidio.
—Buen muchacho. Hablamos más tarde.
—Adiós— colgó la llamada.

Subió a su recámara luego de un merecido bocadillo. Merecido ya que no había consumido nada más aparte de su helado y desayuno.
Lo devoró en minutos, notándose su hambre. Tricia le llamó la atención con reprimendas quejándose de que era descortés. Él la ignoró glotón.
Se distendió sobre su cama y suspiró complacido; su estómago estaba lleno y él, optimista. Hizo dos acciones bondadosas en un día, o tres, si es que añadía el haber resuelto el tema con sus amigos y haber hallado un momento y lugar para juntarse.
Niall aceptó gustoso. Coincidió con Liam en que tendríamos una afable acústica.
Aunque no lo había meditado, creyó que ___ podría escucharlos como banda y darles una opinión.
___. Su nombre resonaba como eco. Y más, cuando el querer averiguar su historia le taladraba el cerebro; su madre no dijo ni palabra. No pudo.
—¿En qué piensas tanto?
—¿Papá? ¡Qué temprano llegaste!
Yacerr lo recibió con los brazos abiertos. A pesar de tener una apariencia misteriosa y sospechosa, su padre era confiable y fiel. Lo acompañaba en las cosas que iba padeciendo como hombre.
Memoró la vez en que le enseñó a afeitarse... durante tres días, llevó apósitos en la mayoría los poros de su rostro a la escuela y después, un pequeño sarpullido que le cauzaba picazón.
"La primera vez duele". La oración de su padre fue sabia.
Después el tiempo pasó y su piel se fue acostumbrando.
—Cuéntame, te noto algo raro... ¿qué ocurre?— le preguntó pícaramente.