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Save her [Zayn Malik]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Save her [Zayn Malik]
¡Hola chicuelas! Bienvenidas a las que empezaron a leer mi novela hace poco y gracias a TODAS las que leen. Especialmente gracias a todas las que comentan; ya va uno (:
Pd: sé que en estos días hay demoras, pero estoy ocupada con mis deberes del colegio, de hija y de hermana del medio :/ Gracias por seguirme bancando. Yo les prometo que este finde haré nueva maratón.
Las quiero xx
Pd: sé que en estos días hay demoras, pero estoy ocupada con mis deberes del colegio, de hija y de hermana del medio :/ Gracias por seguirme bancando. Yo les prometo que este finde haré nueva maratón.
Las quiero xx
Miluu
Re: Save her [Zayn Malik]
NUEVA LECTORAAAA!
Asdfghjklñ estaaaaa geniaaaaaaaaal! Siguelaaaa protnoooo! Porfaa, ame cuando Zayn salvo a ______ de suicidarsee (': que emoción!!!!!!!!
Siguela heheeh
Asdfghjklñ estaaaaa geniaaaaaaaaal! Siguelaaaa protnoooo! Porfaa, ame cuando Zayn salvo a ______ de suicidarsee (': que emoción!!!!!!!!
Siguela heheeh
Laiisha <3
Re: Save her [Zayn Malik]
Trigésimo capítulo:
Bordeó con lentitud las hojas de las hierbas del cantero. Aquel Lunes, se había quedado sola, habiendo estado desde el austral mediodía plantando, con el permiso que solicitó a la familia, las flores naranjas. Sus flores.
Zayn, Waliyha y Safaa se marcharon temprano rumbo a sus estudios mientras que Yacerr ya se ausentaba desde la madrugada.
Trish al fin pudo despegarse de ella, luego de darle explicaciones y cuidados específicos para aconsejarla.
—Nos vemos en la tarde, ¿si?
—Sí.
Giró la llave en la cerradura y destrabó la puerta. Pero antes de alejarse, viró con una media vuelta y regresó siguiendo sus últimos pasos. Besó la mejilla de la chica.
—Te quiero— escurrió de la mujer sin previo aviso.
Le dedicó una sonrisa, pellizcándola con cariño.
Se fue después de un bajo "cierra la puerta".
'Te quiero' revoloteaba por su cerebro desde su partida, rebotando en sus paredes como un ser rabioso. Tricia le dejó saber explícitamente que la apreciaba. Ya no se afligía pensando que solo trataban con ella como la mugrosa criatura de la casona que daba pena. Le regaló amor sincero.
Una gota fría se desprendió del cielo guerreando al caer sobre su hombro descubierto. Se acomodó y echó un vistazo a las nubes grises que amenazaban gruñonas desde lo alto. Techó su cabeza con las manos y comenzó a correr hacia la casa.
Se imputó cuando notó sus zapatos sucios y el camino embarrado que creó en la delicada senda de piedras y en la madera que enfombraba el pórtico.
Depositó con asco su calzado a un lado, junto a una columna.
Entró. Tiritó con la ventisca que chocó de golpe con su cuerpo y lo zurreó para deshacerse de los escalofríos. Se fue escaleras arriba y se adentró en el baño.
El agua entibiada chorreaba aquietándola. Hace tiempo que no se bañaba tan a gusto...
En el caserón no lo hizo nunca, nada fluía de las canillas de su tina destartalada. Además, siempre estaba demasiado cansada para hacerlo. Su rutina era exigente —obligadamente—; duraba más de doce horas continuas. Su comida —si es que se la puede nombrar así—, repulsiva. Ella finalizaba vomitando lo único que podía fortalecerla, hasta que al final, decidió parar de alimentarse. Tiraba su plato plástico por el inodoro, tolerando luego una reprimenda.
Muy tarde para no llorar. Las lágrimas se hundían en su rostro y se unían a la corriente de la ducha, viniéndose juntas abajo.
La aproximaron al suelo, sentándola sobre la fibra. Ocultó su mirar con sus manos y así sollozó ruidosa, atenuándose de la falta de la gente.
Estrenó la muda de ropa que Trish le obsequió días antes. Se puso unas sandalias que le entregó Tricia y se tiró inspirando sumergida en pensamientos.
Enumeraba las pinceladas de las guardas verdes que recorrían la habitación. Se enteró que Doniya, la antigua propietaria e hija mayor de los Malik, adoraba ese color. Yacerr y Zayn le dijeron que a ella le fascinaba surtir diferentes colores para la obtención de un verde nuevo. Así es como eligió el tono oliva de sus muebles.
Tricia también le contó quiénes se encontraban enmarcados en la mesita... Doniya y Zayn de pequeños, claro. Coincidió rápidamente al captar el porqué halló un parecido notable.
La más jóvenes se dedicaron a mimarla con dulces que le regalaban a Safaa en el mercado al que concurría con la madre. LE manifestaban secretos confiando en ella, como queriéndose familiarizar ingresando con fe a ella.
Zayn, Waliyha y Safaa se marcharon temprano rumbo a sus estudios mientras que Yacerr ya se ausentaba desde la madrugada.
Trish al fin pudo despegarse de ella, luego de darle explicaciones y cuidados específicos para aconsejarla.
—Nos vemos en la tarde, ¿si?
—Sí.
Giró la llave en la cerradura y destrabó la puerta. Pero antes de alejarse, viró con una media vuelta y regresó siguiendo sus últimos pasos. Besó la mejilla de la chica.
—Te quiero— escurrió de la mujer sin previo aviso.
Le dedicó una sonrisa, pellizcándola con cariño.
Se fue después de un bajo "cierra la puerta".
'Te quiero' revoloteaba por su cerebro desde su partida, rebotando en sus paredes como un ser rabioso. Tricia le dejó saber explícitamente que la apreciaba. Ya no se afligía pensando que solo trataban con ella como la mugrosa criatura de la casona que daba pena. Le regaló amor sincero.
Una gota fría se desprendió del cielo guerreando al caer sobre su hombro descubierto. Se acomodó y echó un vistazo a las nubes grises que amenazaban gruñonas desde lo alto. Techó su cabeza con las manos y comenzó a correr hacia la casa.
Se imputó cuando notó sus zapatos sucios y el camino embarrado que creó en la delicada senda de piedras y en la madera que enfombraba el pórtico.
Depositó con asco su calzado a un lado, junto a una columna.
Entró. Tiritó con la ventisca que chocó de golpe con su cuerpo y lo zurreó para deshacerse de los escalofríos. Se fue escaleras arriba y se adentró en el baño.
El agua entibiada chorreaba aquietándola. Hace tiempo que no se bañaba tan a gusto...
En el caserón no lo hizo nunca, nada fluía de las canillas de su tina destartalada. Además, siempre estaba demasiado cansada para hacerlo. Su rutina era exigente —obligadamente—; duraba más de doce horas continuas. Su comida —si es que se la puede nombrar así—, repulsiva. Ella finalizaba vomitando lo único que podía fortalecerla, hasta que al final, decidió parar de alimentarse. Tiraba su plato plástico por el inodoro, tolerando luego una reprimenda.
Muy tarde para no llorar. Las lágrimas se hundían en su rostro y se unían a la corriente de la ducha, viniéndose juntas abajo.
La aproximaron al suelo, sentándola sobre la fibra. Ocultó su mirar con sus manos y así sollozó ruidosa, atenuándose de la falta de la gente.
Estrenó la muda de ropa que Trish le obsequió días antes. Se puso unas sandalias que le entregó Tricia y se tiró inspirando sumergida en pensamientos.
Enumeraba las pinceladas de las guardas verdes que recorrían la habitación. Se enteró que Doniya, la antigua propietaria e hija mayor de los Malik, adoraba ese color. Yacerr y Zayn le dijeron que a ella le fascinaba surtir diferentes colores para la obtención de un verde nuevo. Así es como eligió el tono oliva de sus muebles.
Tricia también le contó quiénes se encontraban enmarcados en la mesita... Doniya y Zayn de pequeños, claro. Coincidió rápidamente al captar el porqué halló un parecido notable.
La más jóvenes se dedicaron a mimarla con dulces que le regalaban a Safaa en el mercado al que concurría con la madre. LE manifestaban secretos confiando en ella, como queriéndose familiarizar ingresando con fe a ella.
Miluu
Re: Save her [Zayn Malik]
Trigésimo primer capítulo:
'Un, dos, tres. Un, dos, tres' marcaba los pasos en su cabeza.
En la calle, la gente la observaba con rareza, algunos deleitándose con su baile.
El ritmo de la música la transportaba, se olvidaba de que se encontraba en la simple vereda. Pero, ¿qué más da? ¿Qué importaban aquellas miradas fanáticas de ella, pendientes de su coreografía? Si lo mas importante era seguirse sintiendo fresca sin más. ¿Para qué decaer ante ellos?
La vitalidad afloraba de ella con felicidad.
Caminar, bailar y sonreír era de su mayor preferencia.
Alguien topó con ella, haciéndola tropezar y perecerse en el cruce.
—Disculpa... yo no quise... lo que pasa es... soy torpe y...
Cerró el pico.
Una ráfaga chispoteó sus azules ojos. Un ¡si! abucheó su intelecto, volviendo a colorear sus pómulos a un rojo vivo.
—Lo siento— habló Liam ayudándola.
—No, no, no. No te lamentes... yo iba en mi mundo— sonrió complaciéndolos.
El rubio retrocedió un solo milímetro y apretó sus mejillas con enojo.
—¿Qué tienes?
—Yo... yo quería disculparme porque... yo te choqué y... te hice caer— musitó en desliz. —Soy un tonto.
Ella no entendía aún, ¿por qué no la miraba? ¿por vergüenza? Sus tímidos ojos no la captaban. Apenas sí veía sus pestañas claras.
—¿Estás bien?
Le sacudió la mano por en frente, llamándolo persistente.
Niall resopló aireando su rostro y levantó su cara sorprendiéndola.
—Wow, que bonitos ojos tienes.
El calor golpeó sus mejillas nuevamente.
El castaño rió con disimulo, mientras que internamente las carcajadas abundaban de a grupos. Imaginaba el incómodo momento para su amigo...
Pegó con ligereza la espalda de Niall.
—Gracias... tú... los tuyos son muy hermosos también.
—Gracias.
—¿Vienes a la academia?— intervino Liam.
—No, yo estaba saliendo recién de mi clase... Allá— señaló el establecimiento. —Practico Comedia Musical.
—Se nota... tus pasos los demandabas con pureza— dijo Niall.
—¿Tocas la guitarra?
El ojiazul alzó su estuche y muequeó sus labios.
—Espera... yo te conozco— entrecerró sus ojos. —¡Ah, si! El otro día nos cruzamos por el vecindario— rió. —Te reconocí por tu guitarra y por tus bellos ojos...
Se acercó a él y calificó su mirar con detenimiento; ¿era posible poseer ese tono de color o solo el muchacho creaba una ilusión con lentes?
Pestañeó asustado.
—Yo creo... creo reconocerte por las puntas de tu cabello y tus ojos similares a faros verdes— resaltó.
Ahora las mejillas de la chica estaban coloradas.
—Soy Micaela.
—Niall.
Se dieron un apretón de manos.
—Yo soy Liam y ya debo irme— guiñó a su amigo. — Adiós Mica, un gusto.
Los abandonó felicitando mentalmente al campeón que renació en Niall.
—¿Liam tiene un tic?
—¿Qué?
—Solo pregunto por curiosidad... acaba de guiñarte...
Muy tarde para retroceder el tiempo y querer impedirle.
—No, no lo tiene... guiña el ojo cuando...— titubeó. —Conoce nuevas personas— se respaldó.
—Ah.
'Ya veras, Payne'.
En la calle, la gente la observaba con rareza, algunos deleitándose con su baile.
El ritmo de la música la transportaba, se olvidaba de que se encontraba en la simple vereda. Pero, ¿qué más da? ¿Qué importaban aquellas miradas fanáticas de ella, pendientes de su coreografía? Si lo mas importante era seguirse sintiendo fresca sin más. ¿Para qué decaer ante ellos?
La vitalidad afloraba de ella con felicidad.
Caminar, bailar y sonreír era de su mayor preferencia.
Alguien topó con ella, haciéndola tropezar y perecerse en el cruce.
—Disculpa... yo no quise... lo que pasa es... soy torpe y...
Cerró el pico.
Una ráfaga chispoteó sus azules ojos. Un ¡si! abucheó su intelecto, volviendo a colorear sus pómulos a un rojo vivo.
—Lo siento— habló Liam ayudándola.
—No, no, no. No te lamentes... yo iba en mi mundo— sonrió complaciéndolos.
El rubio retrocedió un solo milímetro y apretó sus mejillas con enojo.
—¿Qué tienes?
—Yo... yo quería disculparme porque... yo te choqué y... te hice caer— musitó en desliz. —Soy un tonto.
Ella no entendía aún, ¿por qué no la miraba? ¿por vergüenza? Sus tímidos ojos no la captaban. Apenas sí veía sus pestañas claras.
—¿Estás bien?
Le sacudió la mano por en frente, llamándolo persistente.
Niall resopló aireando su rostro y levantó su cara sorprendiéndola.
—Wow, que bonitos ojos tienes.
El calor golpeó sus mejillas nuevamente.
El castaño rió con disimulo, mientras que internamente las carcajadas abundaban de a grupos. Imaginaba el incómodo momento para su amigo...
Pegó con ligereza la espalda de Niall.
—Gracias... tú... los tuyos son muy hermosos también.
—Gracias.
—¿Vienes a la academia?— intervino Liam.
—No, yo estaba saliendo recién de mi clase... Allá— señaló el establecimiento. —Practico Comedia Musical.
—Se nota... tus pasos los demandabas con pureza— dijo Niall.
—¿Tocas la guitarra?
El ojiazul alzó su estuche y muequeó sus labios.
—Espera... yo te conozco— entrecerró sus ojos. —¡Ah, si! El otro día nos cruzamos por el vecindario— rió. —Te reconocí por tu guitarra y por tus bellos ojos...
Se acercó a él y calificó su mirar con detenimiento; ¿era posible poseer ese tono de color o solo el muchacho creaba una ilusión con lentes?
Pestañeó asustado.
—Yo creo... creo reconocerte por las puntas de tu cabello y tus ojos similares a faros verdes— resaltó.
Ahora las mejillas de la chica estaban coloradas.
—Soy Micaela.
—Niall.
Se dieron un apretón de manos.
—Yo soy Liam y ya debo irme— guiñó a su amigo. — Adiós Mica, un gusto.
Los abandonó felicitando mentalmente al campeón que renació en Niall.
—¿Liam tiene un tic?
—¿Qué?
—Solo pregunto por curiosidad... acaba de guiñarte...
Muy tarde para retroceder el tiempo y querer impedirle.
—No, no lo tiene... guiña el ojo cuando...— titubeó. —Conoce nuevas personas— se respaldó.
—Ah.
'Ya veras, Payne'.
Miluu
Re: Save her [Zayn Malik]
Adelanto:
Un beso enorme! xx
Los barrotes lo mantenían enjaulado en una fina capa de ánimos nefastos. La celda ya no era algo físico, sino, era algo más personal. Se interiorizaba psicológicamente en su subconsciente.
Sus deudas quedaron pendientes, agotando, con el tiempo, su plazo de pago. Amenazas ya habían llegado a él a través de piedras talladas, de alimentos curtidos con avisos y los más llamativos, mensajes en el cielo. Sí... los aviones a chorro habían hecho un célebre trabajo.
El policía lo irrumpió deslizando su mísero plato plástico.
Otra noche ahí, otras penas que cumplir.
Gruñó.
Solo era cuestión de fiarse de pecados que atravesarían sus venas y afluirían deseosos por venganza.
AVISO: este es un pequeño adelanto ya que no estoy en mi casa. Además, esto no está incluído a otros capítulos y tampoco es una adelanto muy próximo ya que esto se adhiere indirectamente a los siguientes futuros capítulos.Sus deudas quedaron pendientes, agotando, con el tiempo, su plazo de pago. Amenazas ya habían llegado a él a través de piedras talladas, de alimentos curtidos con avisos y los más llamativos, mensajes en el cielo. Sí... los aviones a chorro habían hecho un célebre trabajo.
El policía lo irrumpió deslizando su mísero plato plástico.
Otra noche ahí, otras penas que cumplir.
Gruñó.
Solo era cuestión de fiarse de pecados que atravesarían sus venas y afluirían deseosos por venganza.
Un beso enorme! xx
Miluu
Re: Save her [Zayn Malik]
Trigésimo segundo capítulo:
¿Por qué no podía verlo? Estaba justo en frente de ella. Él añoraba el consentimiento de sus frágiles ojos.
Con duda recorrió la punta de sus cabellos.
El pánico solo lo hizo hablar y hablar, pero, ¿qué es lo que dijo? ¿él gritaba?
Un zumbido fue lo siguiente que percibió; ni rastro de aquella espesa voz que intentaba encontrar.
Aguardar por otro tipo de acción no era la opción. Así que moverse hubiese sido lo adecuado. Pero cuando ya estaba tratando, sus extremidades no respondían.
Su mente estaba estocada en esa sola situación. Ni siquiera quería saber en dónde se hallaba ya que aliviarlo y no sentir su preocupación era lo que arrebataba cualquier tipo de necesidad.
—___.
Aquel otro zumbido fue un claro y largo llamado.
La percepción fue de tibieza a su alrededor. La observaban. Pero su mirada extraviada en un punto indeterminado no le permitía identificarlo. Además del moreno, ella sabía que alguien más la rodeaba.
Su boca no expulsaba ningún ruido y su cuerpo no acataba órdenes. Se sentía bloqueada y eso era lo que la abatía ya que nadie más podía entenderla.
—Waliyha, ve por mamá— indicó Zayn.
La niña corrió hacia la habitación matrimonial.
—¿Mamá?
Tricia hizo un espectáculo de parpadeos y concluyó finalmente despertando.
—¿Qué son esos gritos?
—Es ___, mamá. Está actuando extraño.
Se calzó sus pantuflas y fue junto a su hija del medio.
—¿Qué ocurre?
—Da miedo— dijo con carga. —Sus ojos están abiertos pero no pestañea. No se mueve y tampoco reacciona.
—Ve con tu hermana y procura que el sonido no la despierte, ¿si?
Entró al cuarto de ___ y se arrodilló al lado de Zayn.
—Mamá, yo... yo no lo entiendo— confesó al borde del llanto.
—Descuida. Por ahora, no hay nada que comprender.
___ esta vez desprendió un sollozo y quedó echada en silencio.
—___, ___.
Solo bastó con una última pretensión al despejar todo lo que la regresó.
Los miró con rareza.
—¿Has tenido una pesadilla?
—No— tosió desfogando su garganta. —Algo pasó. No podía moverme.
—Estabas acostaba a los gritos.
—¿Qué es lo que pasaba por tu mente?—indagó Trish.
—No lo sé... nada. Estaba... paralizada. ¿Estaba gritando?
—Sí.
—Solo sentía una pesadez en el cuerpo. Yo sabía que Zayn se hallaba aquí, junto a mí, pero no podía demostrarle que lo oía, aunque a la lejanía.
—¿Y no sabías que estabas aullando? Tus gritos no eran continuos.
—No. Lo siento...
Se puso de pie, se estableció firme sobre tierra, sin tambaleos ni mareos. Fue hacia el baño. Vio el sudor en su rostro y cuello. Sus hombros húmedos. Sin embargo, no había calor ni sofocación.
Con duda recorrió la punta de sus cabellos.
El pánico solo lo hizo hablar y hablar, pero, ¿qué es lo que dijo? ¿él gritaba?
Un zumbido fue lo siguiente que percibió; ni rastro de aquella espesa voz que intentaba encontrar.
Aguardar por otro tipo de acción no era la opción. Así que moverse hubiese sido lo adecuado. Pero cuando ya estaba tratando, sus extremidades no respondían.
Su mente estaba estocada en esa sola situación. Ni siquiera quería saber en dónde se hallaba ya que aliviarlo y no sentir su preocupación era lo que arrebataba cualquier tipo de necesidad.
—___.
Aquel otro zumbido fue un claro y largo llamado.
La percepción fue de tibieza a su alrededor. La observaban. Pero su mirada extraviada en un punto indeterminado no le permitía identificarlo. Además del moreno, ella sabía que alguien más la rodeaba.
Su boca no expulsaba ningún ruido y su cuerpo no acataba órdenes. Se sentía bloqueada y eso era lo que la abatía ya que nadie más podía entenderla.
—Waliyha, ve por mamá— indicó Zayn.
La niña corrió hacia la habitación matrimonial.
—¿Mamá?
Tricia hizo un espectáculo de parpadeos y concluyó finalmente despertando.
—¿Qué son esos gritos?
—Es ___, mamá. Está actuando extraño.
Se calzó sus pantuflas y fue junto a su hija del medio.
—¿Qué ocurre?
—Da miedo— dijo con carga. —Sus ojos están abiertos pero no pestañea. No se mueve y tampoco reacciona.
—Ve con tu hermana y procura que el sonido no la despierte, ¿si?
Entró al cuarto de ___ y se arrodilló al lado de Zayn.
—Mamá, yo... yo no lo entiendo— confesó al borde del llanto.
—Descuida. Por ahora, no hay nada que comprender.
___ esta vez desprendió un sollozo y quedó echada en silencio.
—___, ___.
Solo bastó con una última pretensión al despejar todo lo que la regresó.
Los miró con rareza.
—¿Has tenido una pesadilla?
—No— tosió desfogando su garganta. —Algo pasó. No podía moverme.
—Estabas acostaba a los gritos.
—¿Qué es lo que pasaba por tu mente?—indagó Trish.
—No lo sé... nada. Estaba... paralizada. ¿Estaba gritando?
—Sí.
—Solo sentía una pesadez en el cuerpo. Yo sabía que Zayn se hallaba aquí, junto a mí, pero no podía demostrarle que lo oía, aunque a la lejanía.
—¿Y no sabías que estabas aullando? Tus gritos no eran continuos.
—No. Lo siento...
Se puso de pie, se estableció firme sobre tierra, sin tambaleos ni mareos. Fue hacia el baño. Vio el sudor en su rostro y cuello. Sus hombros húmedos. Sin embargo, no había calor ni sofocación.
Miluu
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