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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
MARATON 10/10
Capítulo 33
Mi garganta ardió mientras un profundo dolor cruzaba por mi pecho.
Parpadeando contra las lágrimas, me giré hacia la puerta del garaje. No estaba cerrada del todo, y el espacio debajo era mucho más grande del que yo había dejado.
Brevemente consideré retornar al albergue y esperar ahí todo el tiempo que fuera necesario a que llegaran mis padres, pero desde que era una completa idiota, no le había dicho a mis padres que estaría en el albergue. Vendrían aquí primero, y además debía empacar mis cosas.
Podía hacer esto. No iba a ser un bebé y a correr. Ya era suficientemente malo que hubiera llamado a mis padres. Podía hacer esto.
Forzando un pie delante del otro, me apresuré a limpiar las lágrimas que quedaron marcadas en mi mejilla. Conociendo mi suerte, las malditas lágrimas se congelarían en mi cara y todo el mundo sabría que estaba a unos segundos de hacer un berrinche como un niño al saber que Santa no era real.
Lloré en ese entonces.
Me encontraba a punto de llorar de nuevo.
Al llegar a la puerta del garaje, me pregunté por qué Logan había aparcado en la parte trasera. Eso no tenía sentido, pero ya no me importaba una mierda llegados a este punto. El dolor en mi pecho empeoró. Levantando la puerta, respiré profundo y el aire quedó atascado en mi garganta.
Parpadeé lentamente, pensando que había caído en un episodio de Ley y Orden.
Dos hombres permanecían arrodillados detrás de la SUV de Logan, en el neumático trasero. Mascaras de esquí negras cubrían sus rostros. Uno de ellos sostenía un horrible cuchillo y lo arrastró a través del grueso neumático, y el otro sostenía un bate de beisbol. Los sorprendí mirando.
Comenzaron a levantarse.
Oh, mierda.
Todo parecía moverse a cámara lenta. Una parte de mí no podía creer lo que estaba viendo. Mi cerebro se negó a digerir lo que estaba pasando, pero mi corazón y mi cuerpo estaban tan a bordo. El instinto se puso en marcha cuando mi pulso se volvió frenético.
El hombre levantó el bate de béisbol. —Mierda.
Marcha atrás, abrí mi boca para gritar, porque gritar sería muy bueno en este momento, cuando mi pie golpeó el borde de la nieve por la abertura de la puerta. Caí, agitando los brazos cuando mi pie se deslizó de debajo de mí. Mi espalda y piernas golpearon el cemento con fuerza, arrebatándome el aire.
Uno de los chicos se rió, y no estaba segura de sí debía estar enojada o más aterrorizada por eso.
Uno con un bate de béisbol se cernía sobre mí, con la cabeza inclinada hacia un lado. —Mierda —dijo de nuevo, volviéndose hacia el otro—. Necesitamos…
Solté un grito ensordecedor arrastrándome hacia atrás, a través de la nieve. Torciendo la cintura, me empujé hacia arriba. Tenía que llegar a la moto de nieve, regresar a…
Un brazo rodeó mi cintura, arrebatándome del suelo. Una mano golpeó mi boca, ahogando otro grito. Mi corazón dio un salto contra mis costillas. Empecé a luchar, pateando con mis piernas.
—Bien, bien, ¿qué tenemos aquí?
La voz sonaba familiar, pero tenía demasiado pánico como para darle mucha importancia, sobre todo cuando el hombre con el bate de béisbol apareció frente a nosotros. Eso significaba que el tipo manejando el cuchillo era el que me sostenía. El terror se abrió paso en mi interior con garras afiladas.
—Quieto, hombre, ¿qué estás haciendo? —exigió Chico Bate.
El Chico Cuchillo siguió caminando hacia atrás, al lado de la camioneta, sin inmutarse en absoluto por mi lucha. —¿Qué? Sólo vamos a tener un poco de diversión. Nada grave.
Mi corazón latía contra mis costillas. Esto no podía estar pasando.
Horror me golpeó y giré la cabeza, tratando de desalojar su mano. Todos los videos de seguridad de la policía del campus que nos habían obligado a ver advertían de no dejar que alguien te meta en un coche o te saque de la vista. Y ya estábamos lo suficientemente fuera de la vista, teniendo en cuenta dónde estábamos. Esto no era bueno. Oh Dios, esto no era nada bueno.
—Esto no era parte del plan —dijo Chico Bate, y dejó caer el bate.
Sonó en el cemento mientras mantenía sus manos en alto. Un tipo diferente de pánico marcó su voz—. Dijiste que sólo íbamos a joder con los neumáticos. No soy…
—¡Cállate! Jesús. —El desgraciado Chico Cuchillo puso mi cabeza contra su pecho y agujas de dolor se dispararon por mi nuca—. No seas un cobarde. No vamos a hacer nada grave.
Le supliqué a Chico Bate con mis ojos. No parecía como si quisiera formar parte de esto, lo que fuera. Él era mi única esperanza.
—¿En serio? —Él hizo un gesto con sus manos hacia nosotros, pero se negó a cumplir con mi mirada—. ¿Qué carajo te crees que es esto? ¿Qué estás planeando hacer con ella? Esto es una mierda.
—Hombre, vamos. —Chico Cuchillo se movió—. Sólo tienes que abrir la maldita puerta, pedazo de mariquita. Sólo vamos a asustarla. Eso es todo.
Mi corazón tartamudeó y mis ojos estaban muy abiertos, llenos de lágrimas. Esto no está sucediendo. Esas palabras se repetían. No podía procesar cómo mi mañana había comenzado de una manera, tan llena de esperanza y de amor, y se había ido a Villa Mierda en un nanosegundo.
Chico Bate maldijo entre dientes mientras se movía alrededor de mis piernas agitándose y abrió la puerta del sótano. Mi estómago cayó.
Cuando me llevaron a través de la apertura de la planta baja, me quedé helada por un segundo. La oleada de terror era paralizante. Se hundió en el fondo, amenazando con ahogarme.
El paisaje familiar de las mesas de billar cubiertas, la mesa de hockey de aire, y la imagen de Logan como un niño pequeño con su padre me sacó a la acción.
Torcí la cabeza bruscamente, me desprendí de su mano lo suficiente para que fuera capaz de morder sus dedos. Apreté los dientes en su piel, presioné hasta que sentí su piel estallar y un sabor metálico llenó mi boca.
Chico Cuchillo gritó y tiró de su mano. Su agarre en mi cintura se aflojó lo suficiente para que me liberara. Él bloqueó la única salida de aquí, y mientras que cada película de terror en el mundo se repetía en mi cabeza, no tenía más remedio que correr por la casa.
Corrí más rápido de lo que alguna vez había corrido. Las suelas de mis botas estaban húmedas y resbaladizas desde el exterior mientras se deslizaban sobre el suelo de madera. Entré en el hueco de la escalera a una velocidad vertiginosa. Un peso me golpeó en la espalda, tirándome en la escalera. Me agarré antes de plantar mi cara en el piso.
—Tú, pequeña perra —gruñó, agarrando un puñado de mi pelo, puso sus rodillas presionando mis caderas. Él tiró de mi cabeza hacia atrás y una ola de dolor agudo rodó por mi columna mientras me detuvo. Girando hacia un lado intenté patearlo, at rapando su pierna.
No vi el golpe hasta que aterrizó. El dolor estalló en mi cara, caliente y picante. Gritando, arañé la mano que tenía en mi pelo.
—¿Qué estás haciendo? —gritó el otro—. Santa mierda, ¿estás loco?
Chico Cuchillo no le hizo caso, arrastrándome por las escaleras. Mi cuero cabelludo estaba en llamas cuando llegamos a la sala de estar y mi mirada se posó en la cama que Logan y yo habíamos construido. Era complicado lo que habíamos hecho por la mañana, y verla justo en este momento causó que náuseas se levanten en mis entrañas.
Esto no está sucediendo.
—Mierda, odio a las perras engreídas como tú —dijo Chico Cuchillo, que me empujaba hacia adelante.
Me tropecé y perdí el equilibrio, cayendo de rodillas cerca de la mesa de café. La desesperación nubló mis sentidos. El pánico se estableció. —¿Por qué? —Hice una mueca cuando retiré el labio—. ¿Por qué haces esto?
—¿Por qué? —Imitó mi voz—. Pequeñas mierdas como ustedes vienen aquí cada año y se creen propietarios de este lugar, actuando como si fueran mejores que nosotros. No lo son. No son nada.
Parpadeé contra las lágrimas que llenaban mis ojos. Un cable de familiaridad sonó dentro de mí.
Me arrastré más allá de la mesa de café, hacia las mantas. —¿Y ese hijo de puta de Logan? Cree que soy la mierda, ¿no? Pensando que puede darme órdenes.
Me di cuenta entonces, y por un segundo no pude moverme mientras la comprensión se hundía en mi interior. Sabía quién estaba detrás de la máscara. Casi lo solté, pero mantuve la boca cerrada. Si él pensaba que yo no sabía que era Zach, entonces probablemente tendría una mejor oportunidad de alejarme de esto. Al menos, esperaba que lo hiciera, y me aferré a eso.
—Vamos, amigo. Esto es suficiente —dijo Chico Bate en alguna parte detrás de nosotros—. Ella tiene miedo, ¿de acuerdo? Tenemos que salir de aquí. Ya la cagaste bastante con tus cosas. Esto ha ido demasiado lejos.
—¿Demasiado lejos? —susurró Zach en mi oído, y me estremecí con repugnancia—. ¿Cómo no fue demasiado lejos cuando Logan se folló a mi novia? ¿O el hecho de que él está con ella en este momento?
Mierda Santa —¿Se refería a Sasha? Logan había mencionado que había pasado algo ent re Zach y Sasha, pero Logan había dicho que nada había pasado entre él y ella. De repente me acordé de la enemistad entre los dos en el bar.
Me había mentido, realmente me mintió. Y ahora Logan estaba con ella y yo estaba con Zach. Cuán increíble y malditamente retorcido.
Logan se había acostado con la novia de Zach, una vez después de un tiempo.
El cuchillo oxidado que había sido plantado en mi corazón cuando había escuchado donde estaba Logan se retorció más profundo y, a continuación, se interrumpió. Estaba en esta situación debido a Logan y su incapacidad para mantener el pene en sus pantalones. Simple y llanamente. El dolor emocional cortándome era tan potente como el dolor de mi labio escociendo y músculos doliendo, y las magulladuras en el interior necesitarían mucho más tiempo para desaparecer que las que sin duda manchaban mi piel. El daño fue a un nivel completamente nuevo, cortando en la medida en que sabía que no había posibilidad de reparar esto.
Es decir, si realmente salía de aquí con vida.
Espero les guste
Capítulo 33
Mi garganta ardió mientras un profundo dolor cruzaba por mi pecho.
Parpadeando contra las lágrimas, me giré hacia la puerta del garaje. No estaba cerrada del todo, y el espacio debajo era mucho más grande del que yo había dejado.
Brevemente consideré retornar al albergue y esperar ahí todo el tiempo que fuera necesario a que llegaran mis padres, pero desde que era una completa idiota, no le había dicho a mis padres que estaría en el albergue. Vendrían aquí primero, y además debía empacar mis cosas.
Podía hacer esto. No iba a ser un bebé y a correr. Ya era suficientemente malo que hubiera llamado a mis padres. Podía hacer esto.
Forzando un pie delante del otro, me apresuré a limpiar las lágrimas que quedaron marcadas en mi mejilla. Conociendo mi suerte, las malditas lágrimas se congelarían en mi cara y todo el mundo sabría que estaba a unos segundos de hacer un berrinche como un niño al saber que Santa no era real.
Lloré en ese entonces.
Me encontraba a punto de llorar de nuevo.
Al llegar a la puerta del garaje, me pregunté por qué Logan había aparcado en la parte trasera. Eso no tenía sentido, pero ya no me importaba una mierda llegados a este punto. El dolor en mi pecho empeoró. Levantando la puerta, respiré profundo y el aire quedó atascado en mi garganta.
Parpadeé lentamente, pensando que había caído en un episodio de Ley y Orden.
Dos hombres permanecían arrodillados detrás de la SUV de Logan, en el neumático trasero. Mascaras de esquí negras cubrían sus rostros. Uno de ellos sostenía un horrible cuchillo y lo arrastró a través del grueso neumático, y el otro sostenía un bate de beisbol. Los sorprendí mirando.
Comenzaron a levantarse.
Oh, mierda.
Todo parecía moverse a cámara lenta. Una parte de mí no podía creer lo que estaba viendo. Mi cerebro se negó a digerir lo que estaba pasando, pero mi corazón y mi cuerpo estaban tan a bordo. El instinto se puso en marcha cuando mi pulso se volvió frenético.
El hombre levantó el bate de béisbol. —Mierda.
Marcha atrás, abrí mi boca para gritar, porque gritar sería muy bueno en este momento, cuando mi pie golpeó el borde de la nieve por la abertura de la puerta. Caí, agitando los brazos cuando mi pie se deslizó de debajo de mí. Mi espalda y piernas golpearon el cemento con fuerza, arrebatándome el aire.
Uno de los chicos se rió, y no estaba segura de sí debía estar enojada o más aterrorizada por eso.
Uno con un bate de béisbol se cernía sobre mí, con la cabeza inclinada hacia un lado. —Mierda —dijo de nuevo, volviéndose hacia el otro—. Necesitamos…
Solté un grito ensordecedor arrastrándome hacia atrás, a través de la nieve. Torciendo la cintura, me empujé hacia arriba. Tenía que llegar a la moto de nieve, regresar a…
Un brazo rodeó mi cintura, arrebatándome del suelo. Una mano golpeó mi boca, ahogando otro grito. Mi corazón dio un salto contra mis costillas. Empecé a luchar, pateando con mis piernas.
—Bien, bien, ¿qué tenemos aquí?
La voz sonaba familiar, pero tenía demasiado pánico como para darle mucha importancia, sobre todo cuando el hombre con el bate de béisbol apareció frente a nosotros. Eso significaba que el tipo manejando el cuchillo era el que me sostenía. El terror se abrió paso en mi interior con garras afiladas.
—Quieto, hombre, ¿qué estás haciendo? —exigió Chico Bate.
El Chico Cuchillo siguió caminando hacia atrás, al lado de la camioneta, sin inmutarse en absoluto por mi lucha. —¿Qué? Sólo vamos a tener un poco de diversión. Nada grave.
Mi corazón latía contra mis costillas. Esto no podía estar pasando.
Horror me golpeó y giré la cabeza, tratando de desalojar su mano. Todos los videos de seguridad de la policía del campus que nos habían obligado a ver advertían de no dejar que alguien te meta en un coche o te saque de la vista. Y ya estábamos lo suficientemente fuera de la vista, teniendo en cuenta dónde estábamos. Esto no era bueno. Oh Dios, esto no era nada bueno.
—Esto no era parte del plan —dijo Chico Bate, y dejó caer el bate.
Sonó en el cemento mientras mantenía sus manos en alto. Un tipo diferente de pánico marcó su voz—. Dijiste que sólo íbamos a joder con los neumáticos. No soy…
—¡Cállate! Jesús. —El desgraciado Chico Cuchillo puso mi cabeza contra su pecho y agujas de dolor se dispararon por mi nuca—. No seas un cobarde. No vamos a hacer nada grave.
Le supliqué a Chico Bate con mis ojos. No parecía como si quisiera formar parte de esto, lo que fuera. Él era mi única esperanza.
—¿En serio? —Él hizo un gesto con sus manos hacia nosotros, pero se negó a cumplir con mi mirada—. ¿Qué carajo te crees que es esto? ¿Qué estás planeando hacer con ella? Esto es una mierda.
—Hombre, vamos. —Chico Cuchillo se movió—. Sólo tienes que abrir la maldita puerta, pedazo de mariquita. Sólo vamos a asustarla. Eso es todo.
Mi corazón tartamudeó y mis ojos estaban muy abiertos, llenos de lágrimas. Esto no está sucediendo. Esas palabras se repetían. No podía procesar cómo mi mañana había comenzado de una manera, tan llena de esperanza y de amor, y se había ido a Villa Mierda en un nanosegundo.
Chico Bate maldijo entre dientes mientras se movía alrededor de mis piernas agitándose y abrió la puerta del sótano. Mi estómago cayó.
Cuando me llevaron a través de la apertura de la planta baja, me quedé helada por un segundo. La oleada de terror era paralizante. Se hundió en el fondo, amenazando con ahogarme.
El paisaje familiar de las mesas de billar cubiertas, la mesa de hockey de aire, y la imagen de Logan como un niño pequeño con su padre me sacó a la acción.
Torcí la cabeza bruscamente, me desprendí de su mano lo suficiente para que fuera capaz de morder sus dedos. Apreté los dientes en su piel, presioné hasta que sentí su piel estallar y un sabor metálico llenó mi boca.
Chico Cuchillo gritó y tiró de su mano. Su agarre en mi cintura se aflojó lo suficiente para que me liberara. Él bloqueó la única salida de aquí, y mientras que cada película de terror en el mundo se repetía en mi cabeza, no tenía más remedio que correr por la casa.
Corrí más rápido de lo que alguna vez había corrido. Las suelas de mis botas estaban húmedas y resbaladizas desde el exterior mientras se deslizaban sobre el suelo de madera. Entré en el hueco de la escalera a una velocidad vertiginosa. Un peso me golpeó en la espalda, tirándome en la escalera. Me agarré antes de plantar mi cara en el piso.
—Tú, pequeña perra —gruñó, agarrando un puñado de mi pelo, puso sus rodillas presionando mis caderas. Él tiró de mi cabeza hacia atrás y una ola de dolor agudo rodó por mi columna mientras me detuvo. Girando hacia un lado intenté patearlo, at rapando su pierna.
No vi el golpe hasta que aterrizó. El dolor estalló en mi cara, caliente y picante. Gritando, arañé la mano que tenía en mi pelo.
—¿Qué estás haciendo? —gritó el otro—. Santa mierda, ¿estás loco?
Chico Cuchillo no le hizo caso, arrastrándome por las escaleras. Mi cuero cabelludo estaba en llamas cuando llegamos a la sala de estar y mi mirada se posó en la cama que Logan y yo habíamos construido. Era complicado lo que habíamos hecho por la mañana, y verla justo en este momento causó que náuseas se levanten en mis entrañas.
Esto no está sucediendo.
—Mierda, odio a las perras engreídas como tú —dijo Chico Cuchillo, que me empujaba hacia adelante.
Me tropecé y perdí el equilibrio, cayendo de rodillas cerca de la mesa de café. La desesperación nubló mis sentidos. El pánico se estableció. —¿Por qué? —Hice una mueca cuando retiré el labio—. ¿Por qué haces esto?
—¿Por qué? —Imitó mi voz—. Pequeñas mierdas como ustedes vienen aquí cada año y se creen propietarios de este lugar, actuando como si fueran mejores que nosotros. No lo son. No son nada.
Parpadeé contra las lágrimas que llenaban mis ojos. Un cable de familiaridad sonó dentro de mí.
Me arrastré más allá de la mesa de café, hacia las mantas. —¿Y ese hijo de puta de Logan? Cree que soy la mierda, ¿no? Pensando que puede darme órdenes.
Me di cuenta entonces, y por un segundo no pude moverme mientras la comprensión se hundía en mi interior. Sabía quién estaba detrás de la máscara. Casi lo solté, pero mantuve la boca cerrada. Si él pensaba que yo no sabía que era Zach, entonces probablemente tendría una mejor oportunidad de alejarme de esto. Al menos, esperaba que lo hiciera, y me aferré a eso.
—Vamos, amigo. Esto es suficiente —dijo Chico Bate en alguna parte detrás de nosotros—. Ella tiene miedo, ¿de acuerdo? Tenemos que salir de aquí. Ya la cagaste bastante con tus cosas. Esto ha ido demasiado lejos.
—¿Demasiado lejos? —susurró Zach en mi oído, y me estremecí con repugnancia—. ¿Cómo no fue demasiado lejos cuando Logan se folló a mi novia? ¿O el hecho de que él está con ella en este momento?
Mierda Santa —¿Se refería a Sasha? Logan había mencionado que había pasado algo ent re Zach y Sasha, pero Logan había dicho que nada había pasado entre él y ella. De repente me acordé de la enemistad entre los dos en el bar.
Me había mentido, realmente me mintió. Y ahora Logan estaba con ella y yo estaba con Zach. Cuán increíble y malditamente retorcido.
Logan se había acostado con la novia de Zach, una vez después de un tiempo.
El cuchillo oxidado que había sido plantado en mi corazón cuando había escuchado donde estaba Logan se retorció más profundo y, a continuación, se interrumpió. Estaba en esta situación debido a Logan y su incapacidad para mantener el pene en sus pantalones. Simple y llanamente. El dolor emocional cortándome era tan potente como el dolor de mi labio escociendo y músculos doliendo, y las magulladuras en el interior necesitarían mucho más tiempo para desaparecer que las que sin duda manchaban mi piel. El daño fue a un nivel completamente nuevo, cortando en la medida en que sabía que no había posibilidad de reparar esto.
Es decir, si realmente salía de aquí con vida.
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Invitado
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Capítulo 34
Luché por obtener el control de mi respiración para pensar en torno a la herida de mi alma hecha añicos y el pánico. —Lo siento —murmuré.
Mi labio inferior estaba entumecido, haciendo que me tropezara con mis palabras—. Siento que durmiera con tu novia. Lo si…
—¿Tú lo sientes? —Zach rió con dureza cuando me empujó hacia adelante—. Ese pedazo de hijo de puta debería sentirlo.
Bien. Obviamente simpatizar con el psicópata no iba a funcionar.
Revolviendo mis rodillas, me di la vuelta, apuntando a la puerta del vestíbulo. Podría salir por la puerta delantera, ¿y luego qué? Correr como el infierno.
Lo hice a través de media habitación antes de que se apoderara de mi chaqueta. En un intento desesperado de escapar, me rompí la cremallera y me deslicé fuera de ella. Casi había llegado a la puerta cuando me abordó por detrás. Golpeé el suelo con dureza. Mi grito se perdió entre los gritos de Chico Bate. Zach casi me volcó sobre mi espalda, y el terror amplificado estalló a través de mí. Levanté la mirada, mis nudillos mirando hacia la mandíbula. Tomó mis manos, fijándolas fácilmente al lado de mi cabeza.
—Dios, eres una jodida luchadora para ser una enana, ¿no es así? — Zach echó a reír, y por las rendijas de la máscara de esquí, sus ojos tenían un brillo aterrador en ellos—. Tú y Logan son sólo amigos, ¿eh? Folla amiguitos, por lo que parece. Sí, los vi enfrente de la ventana. Habría salido del bar antes si hubiera sabido que eras otra de las putas de Logan.
Sólo otra de las putas de Logan.
La ira me inundó, una quemadura de fuego que se deslizaba por mis venas como veneno. Me resistí con mis caderas, tratando de echarlo. —¡Suéltame!
—¡Oye! —gritó Chico Bate con la voz en un grito muy agudo—. ¡Esto está yendo demasiado lejos! ¡No me inscribí para esta mierda! Joder, con la casa es una cosa. ¿Pero esto? Por supuesto que no. No soy parte de esto.
—Lo que sea —gruñó Zach—. Vete a la mierda, entonces.
Con la respiración pesada, mis ojos se encontraron con los de Zach.
¿Hasta dónde iba a ir esto? Obviamente, lo que estaba pasando no era parte de ningún plan. Chico Bate estaba demasiado asustado para que ese fuera el caso. Deben haber estado observando. Vieron a Logan salir, y luego a mí. Probablemente no esperaban que apareciera para atraparlos destrozando el auto de Logan. ¿Pero ahora? Mi cerebro no podía ir a donde este tipo de cosas terminaba. Esto no podía estar pasándome.
Una puerta se cerró de golpe en la casa en algún lugar, y la última de mis esperanzas se redujo. Chico Bate se había ido. Estaba sola con Zach, y la venganza brillaba en su mirada.
*****
Narra Logan
Inerte sobre la nieve, maldije en voz baja. Demasiado tiempo había pasado desde que había dejado la casa de campo. _______ probablemente pensó que Pie Grande o algo me había comido. No tenía la intención de tomar tanto tiempo. Una buena noticia era que me enteré del progreso que ya se había hecho en las carreteras de la ciudad, y las principales estaban lo suficientemente claras para el tráfico lento.
Hombre, mi cabeza todavía estaba dando vueltas desde lo que había sucedido cuando Sasha condujo por la casa de campo. Se consolidó en dos antiguos refranes —el pasado siempre vuelve a morderte el trasero, y ninguna buena acción queda sin castigo.
¡Dios Santo!
Todo lo que quería hacer era recoger a _______ y llegar lo más lejos de aquí que fuera posible. El cabotaje se detuvo al lado de la otra moto de nieve, fruncí el ceño. ¿Qué demonios estaba haciendo fuera? ¿_______ había ido a alguna parte y volvió?
Con irritación poco profunda apagué el motor. Maldita sea, ¿me escucharía alguna vez? Lo último que quería era que ella corriera por su cuenta, sobre todo después de lo que me había enterado por Sasha.
Jodido Zach —maldito sureño, trasero virgen— había estado detrás de la mierda que había estado pasando en la casa. Al parecer, había roto un par de sus ventanas también. Ese mocoso todavía no podía superar el hecho de que Sasha había seguido adelante. Uno pensaría que por la forma en que Zach había actuado durante un año después, Sasha tenía la vagina de oro o algo así. Mierda.
Tomó todo lo posible no encontrar mi camino hacia donde vivía Zach y darle una paliza. Su jodida obsesión con Sasha podría haber hecho que _______ terminara herida —o peor.
Hubiera sido tu culpa, susurró una voz insidiosa.
Mierda. Eso era verdad.
Me quité mi casco y salté de mi moto de nieve mientras alguien salía corriendo de debajo de la puerta semicerrada del garaje.
Primera reflexión: ¿Qué diablos?
Pensándolo bien: El hijo de puta llevaba un pasamontañas y estaba saliendo de mi casa. ¿Dónde estaba _______? Oh, qué maldito infierno, no.
Lanzando el casco al suelo, tiré al hijo de puta de la cintura mientras trataba de salir disparado de la casa. Lo llevé en la nieve, plantando la rodilla en el estómago del tipo.
—¿Quién diablos eres? —pregunté, agarrando al chico por los hombros—. ¡Respóndeme!
El hombre levantó las manos. —No tengo nada que ver con esto. Te lo juro. Él dijo que sólo quería joder con la casa y el coche. Eso fue…
Agarrando los bordes de la máscara de esquí, tiré hacia arriba sobre la cabeza del hijo de puta. Era uno de los compinches de Zach. Había estado en el bar un par de noches atrás. Sin pensarlo dos veces, golpeé la cara del tipo con mi puño. —¿Dónde está?
El chico parecía que estaba a punto de orinarse encima cuando hizo un gesto con la barbilla hacia el garaje. Sus sangrientos labios temblaron.
—Lo siento. No se suponía que fuera tan lejos, pero Zach, hombre, él te odia por esa mierda con Sasha. Está adentro, hombre.
Estuve completamente inmóvil por un segundo. Era como si el mundo se hubiera estrellado jodidamente sobre mí. El miedo estalló en la parte posterior de mi garganta y sabía cómo si hubiera tragado un bocado de sangre.
Soltando al malnacido, me lancé a través de la nieve y me deslicé por el cemento. Golpeé el costado de mi camioneta y me recuperé. Mi cabeza se apagó mientras volé a través de la puerta abierta, mis ojos escaneando el espacio en busca de _______.
Pisadas resonaron arriba y sonó un grito, deteniendo mi corazón.
Mierda, eso sonó como _______. Oh, Dios mío, eso sonaba como ella. Mis manos ya estaban formándose en puños y pura rabia hervía en mi sangre, convirtiendo el hielo en el sonido de una maldita bala desde arriba. Oh, Dios… _______. Si estaba herida, juro por el maldito Dios, que mataría a ese bastardo. No me detendría.
Corriendo alrededor de la mesa de billar, hice una línea recta hacia el hueco de la escalera cuando los pasos resonaron en el piso de arriba y bajando por las escaleras. Un segundo después, otro hijo de puta con un pasamontañas salió de la oscura escalera, parándose en seco cuando me vio. Sabía que era Zach. Era su constitución. La mitad de su cara se mostraba por el agujero, más abajo la mitad de la máscara de esquí. Mi mirada cayó en sus manos. Había sangre por todos lados.
Mierda, lo perdí.
Lanzándome a través del cuarto, me estrellé contra Zack y lo lancé al suelo. El desgraciado delincuente volvió hacia mí, pero esquivé el golpe.
Agarré el cuello de su suéter, y lo levanté con una mano. Mi brazo se balanceó hacia atrás y salió disparado hacia adelante, conectándose con su mandíbula. Una vez. Dos veces. Tres veces. No consiguió un solo golpe. Mierda, no. Los golpes se desdibujaban en la sangre, la piel se separaba, y brotó un dolor sordo. No era suficiente. Quería aporrearlo hasta una muerte prematura, pero cuando la cabeza de Zach se dejó caer sobre su cuello, lo dejé en el suelo y me obligué a ponerme de pie.
Mis manos estaban temblando, los nudillos reventados y en carne viva.
Tomar la siguiente respiración fue difícil, pero no tan difícil como lo era dar un paso atrás para apartarme de Zach. La única cosa que me hizo hacerlo fue que necesitaba llegar a _______.
Disparo —oh Dios. Si estaba herida o... nunca me lo perdonaría. Era tan simple como eso. No debería haberla dejado aquí sola.
Entonces di un paso sobre Zach, rodó sobre su costado, gimiendo.
Me resistí a la tentación de darle una patada en la cabeza. Corrí por las escaleras, mi corazón estaba arrojándose contra mis costillas.
—¡_______! —Pensé que grité, pero me atraganté con su nombre, me atraganté con la posibilidad de lo que podría haberle sucedido.
Pasé disparado a través de la puerta entornada, deteniéndome en seco cuando la vi.
Estaba sentada en el borde de la mesa de café mirando el fuego moribundo, con los brazos envueltos alrededor de su cintura. El pelo oscuro caía hacia adelante, cubriéndole la cara. La escopeta de mi padrastro estaba sobre sus rodillas.
—¿_______?
Caminé, abriendo las manos para aliviarlas. Parándome frente a ella, me arrodillé y sentí que mi corazón se agrietaba. Se astillaba. El collar alrededor de su cuello estaba roto, la piel a lo largo de su barbilla roja y manchada. Su labio inferior dividido en un rojo furioso. La furia se estrelló contra mí con una fuerza repugnante. Quería ir a la planta baja y golpear a Zach hasta que tuviera un traumatismo craneal.
—_______, nena, mírame. —Me acerqué a ella, con ganas de estrecharla entre mis brazos, necesitando eso.
—No lo hagas. —Ella se apartó y se levantó, agarrando el arma y dando marcha atrás rápidamente—. No me toques.
*****
Narra _______
De pie junto al árbol de Navidad, vi el vehículo estatal estacionado en el camino, raspando la nieve y empujándola a un lado. Las sirenas sonaron en la distancia. Logan debió haber llamado a la policía. Eso fue inteligente, muy inteligente.
Sinceramente, ni siquiera había considerado eso. Era como si mi cerebro no funcionara bien.
Me dolía la mandíbula y el labio, pero no lo sentía. Terror residual y adrenalina enviaron un escalofrío a través de mí. No estaba muy lastimada. Aparte del golpe que Zach me había dado, estaba bien en su mayor parte. Por el aspecto de los nudillos de Logan, apuesto a que Zach estaba peor que yo. Y el muro de la sala de estar había recibido la bala.
Zach quería asustarme, y había tenido éxito. Sinceramente, no sé qué hubiera pasado si no hubiera sido capaz de soltarme y agarrar el arma de donde Logan la había apoyado contra la pared. ¿Y si Zach hubiera ido por ella? En este momento realmente no podía pensar en todo lo que podría haber pasado. Si yo había aprendido algo en mis cursos de psicología, era que los humanos eran capaces de hacer cualquier cosa, y Zach... sí, algo andaba definitivamente mal con él. La pistola se había sacudido tanto en mis manos cuando me di la vuelta y apunté a Zach.
Había visto la duda en sus ojos: ¿Tiene las agallas para apretar el gatillo?
¿Está siquiera cargada?
Me preguntaba lo mismo, también.
Mis rodillas temblaban tanto que me sorprendió que aún estuviera de pie y no haber caído en el árbol de Navidad. Sabía que era el shock.
No del tipo mortal, pero shock, no obstante.
—¿_______?
Ante sonido de la voz de Logan, mis ojos ardieron. No me di la vuelta.
—La policía está casi aquí. Van a querer saber lo que pasó. —Otro tramo de silencio, y cuando volvió a hablar su voz sonaba más cerca—. ¿Estás bien?
—Sí —dije con voz ronca, deseando que se fuera. No estaba preparada para lidiar con él todavía. No creía que alguna vez lo estuviera.
Mi pecho dolía más que cualquier otra parte de mi cuerpo.
Se produjo una pausa. —¿Acaso... te lastimó? Es decir, ¿más de loque puedo ver?
Negué con la cabeza, tragando saliva. Las sirenas estaban más cerca. Temía hablar con la policía.
—¿_______, vas... vas a mirarme?
No quería hacerlo, pero me obligué a girar hacia él. Lo que vi me dejo aún peor.
Espero les guste
Luché por obtener el control de mi respiración para pensar en torno a la herida de mi alma hecha añicos y el pánico. —Lo siento —murmuré.
Mi labio inferior estaba entumecido, haciendo que me tropezara con mis palabras—. Siento que durmiera con tu novia. Lo si…
—¿Tú lo sientes? —Zach rió con dureza cuando me empujó hacia adelante—. Ese pedazo de hijo de puta debería sentirlo.
Bien. Obviamente simpatizar con el psicópata no iba a funcionar.
Revolviendo mis rodillas, me di la vuelta, apuntando a la puerta del vestíbulo. Podría salir por la puerta delantera, ¿y luego qué? Correr como el infierno.
Lo hice a través de media habitación antes de que se apoderara de mi chaqueta. En un intento desesperado de escapar, me rompí la cremallera y me deslicé fuera de ella. Casi había llegado a la puerta cuando me abordó por detrás. Golpeé el suelo con dureza. Mi grito se perdió entre los gritos de Chico Bate. Zach casi me volcó sobre mi espalda, y el terror amplificado estalló a través de mí. Levanté la mirada, mis nudillos mirando hacia la mandíbula. Tomó mis manos, fijándolas fácilmente al lado de mi cabeza.
—Dios, eres una jodida luchadora para ser una enana, ¿no es así? — Zach echó a reír, y por las rendijas de la máscara de esquí, sus ojos tenían un brillo aterrador en ellos—. Tú y Logan son sólo amigos, ¿eh? Folla amiguitos, por lo que parece. Sí, los vi enfrente de la ventana. Habría salido del bar antes si hubiera sabido que eras otra de las putas de Logan.
Sólo otra de las putas de Logan.
La ira me inundó, una quemadura de fuego que se deslizaba por mis venas como veneno. Me resistí con mis caderas, tratando de echarlo. —¡Suéltame!
—¡Oye! —gritó Chico Bate con la voz en un grito muy agudo—. ¡Esto está yendo demasiado lejos! ¡No me inscribí para esta mierda! Joder, con la casa es una cosa. ¿Pero esto? Por supuesto que no. No soy parte de esto.
—Lo que sea —gruñó Zach—. Vete a la mierda, entonces.
Con la respiración pesada, mis ojos se encontraron con los de Zach.
¿Hasta dónde iba a ir esto? Obviamente, lo que estaba pasando no era parte de ningún plan. Chico Bate estaba demasiado asustado para que ese fuera el caso. Deben haber estado observando. Vieron a Logan salir, y luego a mí. Probablemente no esperaban que apareciera para atraparlos destrozando el auto de Logan. ¿Pero ahora? Mi cerebro no podía ir a donde este tipo de cosas terminaba. Esto no podía estar pasándome.
Una puerta se cerró de golpe en la casa en algún lugar, y la última de mis esperanzas se redujo. Chico Bate se había ido. Estaba sola con Zach, y la venganza brillaba en su mirada.
*****
Narra Logan
Inerte sobre la nieve, maldije en voz baja. Demasiado tiempo había pasado desde que había dejado la casa de campo. _______ probablemente pensó que Pie Grande o algo me había comido. No tenía la intención de tomar tanto tiempo. Una buena noticia era que me enteré del progreso que ya se había hecho en las carreteras de la ciudad, y las principales estaban lo suficientemente claras para el tráfico lento.
Hombre, mi cabeza todavía estaba dando vueltas desde lo que había sucedido cuando Sasha condujo por la casa de campo. Se consolidó en dos antiguos refranes —el pasado siempre vuelve a morderte el trasero, y ninguna buena acción queda sin castigo.
¡Dios Santo!
Todo lo que quería hacer era recoger a _______ y llegar lo más lejos de aquí que fuera posible. El cabotaje se detuvo al lado de la otra moto de nieve, fruncí el ceño. ¿Qué demonios estaba haciendo fuera? ¿_______ había ido a alguna parte y volvió?
Con irritación poco profunda apagué el motor. Maldita sea, ¿me escucharía alguna vez? Lo último que quería era que ella corriera por su cuenta, sobre todo después de lo que me había enterado por Sasha.
Jodido Zach —maldito sureño, trasero virgen— había estado detrás de la mierda que había estado pasando en la casa. Al parecer, había roto un par de sus ventanas también. Ese mocoso todavía no podía superar el hecho de que Sasha había seguido adelante. Uno pensaría que por la forma en que Zach había actuado durante un año después, Sasha tenía la vagina de oro o algo así. Mierda.
Tomó todo lo posible no encontrar mi camino hacia donde vivía Zach y darle una paliza. Su jodida obsesión con Sasha podría haber hecho que _______ terminara herida —o peor.
Hubiera sido tu culpa, susurró una voz insidiosa.
Mierda. Eso era verdad.
Me quité mi casco y salté de mi moto de nieve mientras alguien salía corriendo de debajo de la puerta semicerrada del garaje.
Primera reflexión: ¿Qué diablos?
Pensándolo bien: El hijo de puta llevaba un pasamontañas y estaba saliendo de mi casa. ¿Dónde estaba _______? Oh, qué maldito infierno, no.
Lanzando el casco al suelo, tiré al hijo de puta de la cintura mientras trataba de salir disparado de la casa. Lo llevé en la nieve, plantando la rodilla en el estómago del tipo.
—¿Quién diablos eres? —pregunté, agarrando al chico por los hombros—. ¡Respóndeme!
El hombre levantó las manos. —No tengo nada que ver con esto. Te lo juro. Él dijo que sólo quería joder con la casa y el coche. Eso fue…
Agarrando los bordes de la máscara de esquí, tiré hacia arriba sobre la cabeza del hijo de puta. Era uno de los compinches de Zach. Había estado en el bar un par de noches atrás. Sin pensarlo dos veces, golpeé la cara del tipo con mi puño. —¿Dónde está?
El chico parecía que estaba a punto de orinarse encima cuando hizo un gesto con la barbilla hacia el garaje. Sus sangrientos labios temblaron.
—Lo siento. No se suponía que fuera tan lejos, pero Zach, hombre, él te odia por esa mierda con Sasha. Está adentro, hombre.
Estuve completamente inmóvil por un segundo. Era como si el mundo se hubiera estrellado jodidamente sobre mí. El miedo estalló en la parte posterior de mi garganta y sabía cómo si hubiera tragado un bocado de sangre.
Soltando al malnacido, me lancé a través de la nieve y me deslicé por el cemento. Golpeé el costado de mi camioneta y me recuperé. Mi cabeza se apagó mientras volé a través de la puerta abierta, mis ojos escaneando el espacio en busca de _______.
Pisadas resonaron arriba y sonó un grito, deteniendo mi corazón.
Mierda, eso sonó como _______. Oh, Dios mío, eso sonaba como ella. Mis manos ya estaban formándose en puños y pura rabia hervía en mi sangre, convirtiendo el hielo en el sonido de una maldita bala desde arriba. Oh, Dios… _______. Si estaba herida, juro por el maldito Dios, que mataría a ese bastardo. No me detendría.
Corriendo alrededor de la mesa de billar, hice una línea recta hacia el hueco de la escalera cuando los pasos resonaron en el piso de arriba y bajando por las escaleras. Un segundo después, otro hijo de puta con un pasamontañas salió de la oscura escalera, parándose en seco cuando me vio. Sabía que era Zach. Era su constitución. La mitad de su cara se mostraba por el agujero, más abajo la mitad de la máscara de esquí. Mi mirada cayó en sus manos. Había sangre por todos lados.
Mierda, lo perdí.
Lanzándome a través del cuarto, me estrellé contra Zack y lo lancé al suelo. El desgraciado delincuente volvió hacia mí, pero esquivé el golpe.
Agarré el cuello de su suéter, y lo levanté con una mano. Mi brazo se balanceó hacia atrás y salió disparado hacia adelante, conectándose con su mandíbula. Una vez. Dos veces. Tres veces. No consiguió un solo golpe. Mierda, no. Los golpes se desdibujaban en la sangre, la piel se separaba, y brotó un dolor sordo. No era suficiente. Quería aporrearlo hasta una muerte prematura, pero cuando la cabeza de Zach se dejó caer sobre su cuello, lo dejé en el suelo y me obligué a ponerme de pie.
Mis manos estaban temblando, los nudillos reventados y en carne viva.
Tomar la siguiente respiración fue difícil, pero no tan difícil como lo era dar un paso atrás para apartarme de Zach. La única cosa que me hizo hacerlo fue que necesitaba llegar a _______.
Disparo —oh Dios. Si estaba herida o... nunca me lo perdonaría. Era tan simple como eso. No debería haberla dejado aquí sola.
Entonces di un paso sobre Zach, rodó sobre su costado, gimiendo.
Me resistí a la tentación de darle una patada en la cabeza. Corrí por las escaleras, mi corazón estaba arrojándose contra mis costillas.
—¡_______! —Pensé que grité, pero me atraganté con su nombre, me atraganté con la posibilidad de lo que podría haberle sucedido.
Pasé disparado a través de la puerta entornada, deteniéndome en seco cuando la vi.
Estaba sentada en el borde de la mesa de café mirando el fuego moribundo, con los brazos envueltos alrededor de su cintura. El pelo oscuro caía hacia adelante, cubriéndole la cara. La escopeta de mi padrastro estaba sobre sus rodillas.
—¿_______?
Caminé, abriendo las manos para aliviarlas. Parándome frente a ella, me arrodillé y sentí que mi corazón se agrietaba. Se astillaba. El collar alrededor de su cuello estaba roto, la piel a lo largo de su barbilla roja y manchada. Su labio inferior dividido en un rojo furioso. La furia se estrelló contra mí con una fuerza repugnante. Quería ir a la planta baja y golpear a Zach hasta que tuviera un traumatismo craneal.
—_______, nena, mírame. —Me acerqué a ella, con ganas de estrecharla entre mis brazos, necesitando eso.
—No lo hagas. —Ella se apartó y se levantó, agarrando el arma y dando marcha atrás rápidamente—. No me toques.
*****
Narra _______
De pie junto al árbol de Navidad, vi el vehículo estatal estacionado en el camino, raspando la nieve y empujándola a un lado. Las sirenas sonaron en la distancia. Logan debió haber llamado a la policía. Eso fue inteligente, muy inteligente.
Sinceramente, ni siquiera había considerado eso. Era como si mi cerebro no funcionara bien.
Me dolía la mandíbula y el labio, pero no lo sentía. Terror residual y adrenalina enviaron un escalofrío a través de mí. No estaba muy lastimada. Aparte del golpe que Zach me había dado, estaba bien en su mayor parte. Por el aspecto de los nudillos de Logan, apuesto a que Zach estaba peor que yo. Y el muro de la sala de estar había recibido la bala.
Zach quería asustarme, y había tenido éxito. Sinceramente, no sé qué hubiera pasado si no hubiera sido capaz de soltarme y agarrar el arma de donde Logan la había apoyado contra la pared. ¿Y si Zach hubiera ido por ella? En este momento realmente no podía pensar en todo lo que podría haber pasado. Si yo había aprendido algo en mis cursos de psicología, era que los humanos eran capaces de hacer cualquier cosa, y Zach... sí, algo andaba definitivamente mal con él. La pistola se había sacudido tanto en mis manos cuando me di la vuelta y apunté a Zach.
Había visto la duda en sus ojos: ¿Tiene las agallas para apretar el gatillo?
¿Está siquiera cargada?
Me preguntaba lo mismo, también.
Mis rodillas temblaban tanto que me sorprendió que aún estuviera de pie y no haber caído en el árbol de Navidad. Sabía que era el shock.
No del tipo mortal, pero shock, no obstante.
—¿_______?
Ante sonido de la voz de Logan, mis ojos ardieron. No me di la vuelta.
—La policía está casi aquí. Van a querer saber lo que pasó. —Otro tramo de silencio, y cuando volvió a hablar su voz sonaba más cerca—. ¿Estás bien?
—Sí —dije con voz ronca, deseando que se fuera. No estaba preparada para lidiar con él todavía. No creía que alguna vez lo estuviera.
Mi pecho dolía más que cualquier otra parte de mi cuerpo.
Se produjo una pausa. —¿Acaso... te lastimó? Es decir, ¿más de loque puedo ver?
Negué con la cabeza, tragando saliva. Las sirenas estaban más cerca. Temía hablar con la policía.
—¿_______, vas... vas a mirarme?
No quería hacerlo, pero me obligué a girar hacia él. Lo que vi me dejo aún peor.
Espero les guste
Invitado
Invitado
Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Wowow se esta poniendo de lo mas genial siguela hermosa ok esperare muy feliz los demás capas!!
Att. LuZz
Att. LuZz
Luz Wantson
Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Luz Wantson escribió:Wowow se esta poniendo de lo mas genial siguela hermosa ok esperare muy feliz los demás capas!!
Att. LuZz
La seguire hermosa, besos :aysi:
Invitado
Invitado
Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
MINI-MARATON 1/2
Capítulo 35
Estaba tan pálido como me sentía, ojos grandes y oscuros como chispas de obsidiana.
Me armé de valor, porque mirarlo hería de una manera profunda, implacable.
—¿Qué, Logan?
Parecía que estaba a punto de dar un paso adelante, pero se detuvo. —¿Qué... qué está pasando? ¿Por qué no dejas que te toque? — Tenía la cabeza inclinada hacia un lado—. Y realmente quiero sostenerte en estos momentos. No tienes ni idea de lo asustado que estaba cuando me di cuenta de que él estaba aquí. Yo nunca…
—Detente… detente ahí. —Levanté una mano, dándome cuenta de que todavía tenía la pistola en la otra. La bajé al piso, el nudo en la garganta del tamaño de una pelota de golf. Todo se precipitó a la superficie a una velocidad vertiginosa. Esto no era en absoluto el momento para esto, pero no podía evitarlo—. ¿Crees que no sé dónde estabas?
Sus cejas se levantaron mientras retrocedía un paso.
—_______, yo…
—Fui a la casa de campo a buscarte. Sí, ya sé que tenía que quedarme aquí, y tal vez esta mierda no hubiera ido por el camino que ha ido si me hubiera quedado aquí, pero fui allí y no estabas ahí. —La parte posterior de mi garganta quemaba—. Estabas con Sasha, quien, por lo que escuché, parecía realmente feliz de verte, y no pensaste dos veces en llevarla de regreso a su casa. Ni siquiera después de que… —Mi voz se agotó y negué con la cabeza, parpadeando para contener las lágrimas—.Me mentiste.
Logan abrió la boca, pero lo interrumpí, en una buena racha. —Me dijiste que tú y Sasha no eran así, pero, evidentemente, no era el caso, ¿no? Todo esto, ¿la cosa con la ventana, y el generador, y Zach? Esto fue debido a ti y ella. ¡Zach llegó aquí porque te acostaste con su novia!
Se estremeció, y mi estómago se desplomó. Odiaba que de hecho me sintiera mal por eso. —Oh, Dios —dijo—. _______, nena, lo…
—¡No lo digas! —Mi voz se quebró. Una lágrima se escapó y me la limpié con rabia—. Nunca me habías mentido antes. ¡Nunca! ¡Pero mentiste sobre ella, y él vino aquí a causa de tu incapacidad para mantener el pene en los pantalones durante cinco segundos! —Eso fue un golpe bajo. Lo sabía. También sabía que lo que Zach había hecho en realidad no fue culpa de Logan, pero me dolía. Fui destruida, y quería herirlo tanto como yo lo había sido—. Dime una cosa. ¿Has usado condón con ella anteriormente? ¿Te la tiraste cara a cara? ¿O es todo el "hacer por detrás" sólo otra mentira? Dios, debes creer que soy la chica más estúpida viva porque creí en eso.
Logan lucía como si lo hubiera pateado en las bolas. —¿Qué? No.
—No importa. —Tomé una gran respiración, y me dolió, ya que me quemó la garganta—. Soy un montón de cosas, pero no soy tan estúpida.
Antes de que pudiera decir nada más, la voz de un extraño se oyó desde abajo —un agente de policía— y di un paso adelante, todo mi cuerpo temblando. —Tenías razón, Logan. —Lágrimas obstruyeron mi garganta—. Merezco algo mejor que esto.
*****
Narra Logan
Hubiera preferido una patada en las bolas que estar de pie delante de _______, de verla con tanto dolor, y saber que yo era la causa del mismo. Algo de ello era mi culpa. Infierno, mucho de ello lo era, y me encantaría haber caminado a través de un pozo de serpientes cascabel para recuperarlo.
Zach había venido aquí por lo que pasó entre Sasha y yo hace más de un año. El hijo de puta psicótico había llevado sus problemas conmigo hasta _______, y joder si eso no me masacraba. Me hubiera gustado que le hubiera dicho que no a Sasha cuando ella me pidió que la ayudara con la lona de sus ventanas. Debería haber estado aquí para proteger a _______, no joder con las ventanas rotas y evitar insinuaciones sin parar de Sasha. Sí,
Sasha hubiera estado dispuesta para un rapidito. Esa chica siempre estaría fuera de servicio por cualquier cosa, en cualquier momento, pero eso no sucedió. Diablos, no.
¿Pero había ocurrido antes?
Sí, lo había hecho.
Busqué desesperadamente mis recuerdos de lo que le había dicho a _______. ¿Había mentido sobre Sasha, o había evitado la pregunta? De cualquier manera, no había salido con toda la verdad. El daño estaba hecho. Ya era demasiado tarde. Lo había visto en los ojos de _______, lo había escuchado en su voz.
_______ se dio la vuelta ante el sonido de pasos que se acercaban. La policía estaba gritando algo. Casi no los escuché. El mundo que se había estrellado sobre mí todavía se estaba cayendo a pedazos. Ella estaba en silencio, pero sus hombros se estremecían, y yo sabía que si me enfrentaba ahora, las lágrimas correrían por su cara. No quería nada más que alcanzarla. Me dirigí hacia ella, porque no podía soportar verla así. No importa qué mierda jodida había hecho en mi pasado, no podía soportarlo. Tenía que haber una manera de mejorar esto.
Di un paso.
Abordado por la espalda, mis brazos fueron puestos detrás de mí y estaba esposado en menos de un segundo. Probablemente tenía que ver con el hecho de que había un chico en el suelo medio muerto y el policía no tenía ni idea de lo que había pasado aquí. Con la mejilla estrellada contra el suelo, maldije por lo bajo.
—¡Espere! —Estalló la voz sorprendida de _______, y forcé mi barbilla hacia arriba. La confusión vertida en su pálido rostro—. Él no es el que tiene que ser esposado. Él…
—Sólo quédese atrás, señora, hasta que tengamos la situación bajo control. —El oficial me dio un tirón hacia arriba, y los músculos de los brazos y la espalda protestaron, causando que gruñera.
Las lágrimas en los ojos de _______ fueron muy desviadas por el pánico.
—¡Le está haciendo daño! Oh, Dios, por favor pare. Él es quien lo llamó.
Esto realmente no se sentía bien, pero de una manera enferma, di la bienvenida al dolor. Embotaba el ardor en mis entrañas. Otro oficial arremetió en el vestíbulo, causando que _______ saltara. Los adornos de plata en el árbol se sacudieron. Una lámpara cayó al suelo, rompiéndose. El segundo oficial vio la pistola que _______ había dejado en el suelo. Se apresuró, empujándola lejos de _______ con su bota.
El primer oficial ladraba órdenes y la historia salió en un torrente de palabras —_______ volviendo a casa para encontrar a dos chicos jugando con los neumáticos de mi camioneta, el chico corriendo y Zach diciéndole que quería asustarla. Dejó de lado la parte sobre Sasha y cómo su labio había terminado partido, pero esas respuestas salieron cuando los oficiales me sacaron las esposas y los técnicos de emergencias médicas entraron en la casa.
Aparentemente Zach se estaba moviendo. Una pena.
Traté de mantener un ojo sobre _______ mientas un técnico de emergencias la revisaba y mientras yo le contaba a los oficiales acerca de Zach, pero cuando ella se estremeció ante el tipo de sondeo en el labio, no lo pensé dos veces. Comencé a caminar hacia ella.
—Ella está bien, hijo. —El oficial puso una mano sobre mi hombro—.Está siendo atendida. Lo mejor que puedes hacer por ella es darme toda la información que puedas. Empezando desde el principio.
Estaba a segundos de decirle al oficial que se jodiera, pero mi mirada se cruzó con la de _______. Un momento que se extendió hasta la eternidad, y luego bajó sus pestañas. Las lágrimas se aferraban a ellas como cristales —lágrimas que sabía que no eran del labio partido.
Me odiaba a mí mismo en ese momento más de lo que me había odiado antes.
—¿Hijo?
Frotando la palma de mi mano sobre mi mandíbula, me di la vuelta y me centré en el oficial. Empecé desde el principio, con la moto de nieve.
Muchos oficiales entraban y salían de la casa —demasiados, parecía— y perdí de vista a _______ por un rato. Sabía que ella odiaba mis entrañas en este momento, con merecida razón, pero me dio picazón el no saber dónde estaba y si estaba bien.
Ella reapareció con el paramédico, una bolsa de hielo presionada contra su mandíbula inferior. Un oficial la bloqueó desde mi punto de vista, obteniendo su declaración.
Eso... infierno, esa fue la peor parte de todo esto, escuchándola decirle al oficial lo qué sucedió. Y cuando su voz vaciló, fue como un puñetazo en el pecho. _______ era tan increíblemente fuerte y valiente, pero nunca debería haber tenido que enfrentarse a algo así.
Nunca había pensado que la pondría en peligro. Durante años, yo había sido el que siempre estaba cuidando de ella, manteniéndola lejos de problemas. Simplemente no creí que sería la causa de esto alguna vez.
No sé cuánto tiempo pasó mientras nos interrogaban. Oí que Zach sería arrastrado a la cárcel después de hacer una parada en boxes en el hospital. Él también había denunciado a su amigo. El funcionario aseguró que ambos serían acusados de allanamiento de morada, vandalismo y asalto, y que incluso podría ir tan lejos como intento de homicidio con la cosa de los perdigones a través de la ventana. Estaría bien servido si el estúpido bastardo terminaba pasando la mayor parte de su vida entre rejas.
Los agentes seguían pululando alrededor, haciendo imposible hablar con _______. No creo que pudiese explicarme de una manera que haría las cosas mejor, pero tenía que pedir disculpas por este desastre, y hacerle saber que yo nunca quise lastimarla de ninguna manera.
La vi en la cocina, caminado con un joven policía. Tenía una mano en su hombro y ella estaba sin la bolsa de hielo. Dudaba que debiera haberse librado del hielo tan rápidamente.
—¡_______!
Sorprendido por el sonido de la voz de su padre, me giré hacia la sala de estar. ¿Qué estaba haciendo aquí? Un segundo después, un oso de un hombre entró por la puerta. El padre de _______ me había asustado hasta la mierda cuando era un niño. El señor Bell era el tipo de hombre que compraba en la sección Grande y Alto y podría darle a alguien una mirada que hacía que la mayoría de los chicos quisieran correr por las colinas. Él se detuvo en seco, a medio camino de tirar los guantes de lana, cuando vio a su hija. Una expresión de horror cruzó su rostro, y luego sus mejillas se pusieron rojas de ira.
Su mirada se movió de su hija a mí, y yo quería meterme en un agujero de mierda. Yo era una gran y maldita decepción. Había dejado que su hija fuera lastimada. No podría haberla cagado más que eso.
Un segundo después, una figura más pequeña se precipitó alrededor del Sr. Bell. La mamá de _______ parecía una niña de pie junto a su marido. El “reto vertical” de _______ era de su madre, al igual que el pelo grueso y oscuro y la cara en forma de corazón. Los sorprendentes ojos azules eran de su padre, sin embargo.
—Bebé —gritó la señora Bell, casi tirando a un oficial en su carrera para llegar a su hija—. Oh, Dios mío, ¿qué pasó? Mírate. ¿Qué ha pasado?
_______ se separó de la policía y se encontró con su madre en la mitad, lanzando sus brazos alrededor de ella.
—Logan.
El sonido de mi nombre era como acero cayendo por mi espina dorsal. Me volví hacia su padre y, en ese corto período de tiempo, _______ y su madre se habían ido.
El señor Bell dio un paso adelante, y era uno de los pocos hombres en este mundo que me hacían sentir de un centímetro de alto. —¿Qué diablos le pasó a mi hija?
Capítulo 35
Estaba tan pálido como me sentía, ojos grandes y oscuros como chispas de obsidiana.
Me armé de valor, porque mirarlo hería de una manera profunda, implacable.
—¿Qué, Logan?
Parecía que estaba a punto de dar un paso adelante, pero se detuvo. —¿Qué... qué está pasando? ¿Por qué no dejas que te toque? — Tenía la cabeza inclinada hacia un lado—. Y realmente quiero sostenerte en estos momentos. No tienes ni idea de lo asustado que estaba cuando me di cuenta de que él estaba aquí. Yo nunca…
—Detente… detente ahí. —Levanté una mano, dándome cuenta de que todavía tenía la pistola en la otra. La bajé al piso, el nudo en la garganta del tamaño de una pelota de golf. Todo se precipitó a la superficie a una velocidad vertiginosa. Esto no era en absoluto el momento para esto, pero no podía evitarlo—. ¿Crees que no sé dónde estabas?
Sus cejas se levantaron mientras retrocedía un paso.
—_______, yo…
—Fui a la casa de campo a buscarte. Sí, ya sé que tenía que quedarme aquí, y tal vez esta mierda no hubiera ido por el camino que ha ido si me hubiera quedado aquí, pero fui allí y no estabas ahí. —La parte posterior de mi garganta quemaba—. Estabas con Sasha, quien, por lo que escuché, parecía realmente feliz de verte, y no pensaste dos veces en llevarla de regreso a su casa. Ni siquiera después de que… —Mi voz se agotó y negué con la cabeza, parpadeando para contener las lágrimas—.Me mentiste.
Logan abrió la boca, pero lo interrumpí, en una buena racha. —Me dijiste que tú y Sasha no eran así, pero, evidentemente, no era el caso, ¿no? Todo esto, ¿la cosa con la ventana, y el generador, y Zach? Esto fue debido a ti y ella. ¡Zach llegó aquí porque te acostaste con su novia!
Se estremeció, y mi estómago se desplomó. Odiaba que de hecho me sintiera mal por eso. —Oh, Dios —dijo—. _______, nena, lo…
—¡No lo digas! —Mi voz se quebró. Una lágrima se escapó y me la limpié con rabia—. Nunca me habías mentido antes. ¡Nunca! ¡Pero mentiste sobre ella, y él vino aquí a causa de tu incapacidad para mantener el pene en los pantalones durante cinco segundos! —Eso fue un golpe bajo. Lo sabía. También sabía que lo que Zach había hecho en realidad no fue culpa de Logan, pero me dolía. Fui destruida, y quería herirlo tanto como yo lo había sido—. Dime una cosa. ¿Has usado condón con ella anteriormente? ¿Te la tiraste cara a cara? ¿O es todo el "hacer por detrás" sólo otra mentira? Dios, debes creer que soy la chica más estúpida viva porque creí en eso.
Logan lucía como si lo hubiera pateado en las bolas. —¿Qué? No.
—No importa. —Tomé una gran respiración, y me dolió, ya que me quemó la garganta—. Soy un montón de cosas, pero no soy tan estúpida.
Antes de que pudiera decir nada más, la voz de un extraño se oyó desde abajo —un agente de policía— y di un paso adelante, todo mi cuerpo temblando. —Tenías razón, Logan. —Lágrimas obstruyeron mi garganta—. Merezco algo mejor que esto.
*****
Narra Logan
Hubiera preferido una patada en las bolas que estar de pie delante de _______, de verla con tanto dolor, y saber que yo era la causa del mismo. Algo de ello era mi culpa. Infierno, mucho de ello lo era, y me encantaría haber caminado a través de un pozo de serpientes cascabel para recuperarlo.
Zach había venido aquí por lo que pasó entre Sasha y yo hace más de un año. El hijo de puta psicótico había llevado sus problemas conmigo hasta _______, y joder si eso no me masacraba. Me hubiera gustado que le hubiera dicho que no a Sasha cuando ella me pidió que la ayudara con la lona de sus ventanas. Debería haber estado aquí para proteger a _______, no joder con las ventanas rotas y evitar insinuaciones sin parar de Sasha. Sí,
Sasha hubiera estado dispuesta para un rapidito. Esa chica siempre estaría fuera de servicio por cualquier cosa, en cualquier momento, pero eso no sucedió. Diablos, no.
¿Pero había ocurrido antes?
Sí, lo había hecho.
Busqué desesperadamente mis recuerdos de lo que le había dicho a _______. ¿Había mentido sobre Sasha, o había evitado la pregunta? De cualquier manera, no había salido con toda la verdad. El daño estaba hecho. Ya era demasiado tarde. Lo había visto en los ojos de _______, lo había escuchado en su voz.
_______ se dio la vuelta ante el sonido de pasos que se acercaban. La policía estaba gritando algo. Casi no los escuché. El mundo que se había estrellado sobre mí todavía se estaba cayendo a pedazos. Ella estaba en silencio, pero sus hombros se estremecían, y yo sabía que si me enfrentaba ahora, las lágrimas correrían por su cara. No quería nada más que alcanzarla. Me dirigí hacia ella, porque no podía soportar verla así. No importa qué mierda jodida había hecho en mi pasado, no podía soportarlo. Tenía que haber una manera de mejorar esto.
Di un paso.
Abordado por la espalda, mis brazos fueron puestos detrás de mí y estaba esposado en menos de un segundo. Probablemente tenía que ver con el hecho de que había un chico en el suelo medio muerto y el policía no tenía ni idea de lo que había pasado aquí. Con la mejilla estrellada contra el suelo, maldije por lo bajo.
—¡Espere! —Estalló la voz sorprendida de _______, y forcé mi barbilla hacia arriba. La confusión vertida en su pálido rostro—. Él no es el que tiene que ser esposado. Él…
—Sólo quédese atrás, señora, hasta que tengamos la situación bajo control. —El oficial me dio un tirón hacia arriba, y los músculos de los brazos y la espalda protestaron, causando que gruñera.
Las lágrimas en los ojos de _______ fueron muy desviadas por el pánico.
—¡Le está haciendo daño! Oh, Dios, por favor pare. Él es quien lo llamó.
Esto realmente no se sentía bien, pero de una manera enferma, di la bienvenida al dolor. Embotaba el ardor en mis entrañas. Otro oficial arremetió en el vestíbulo, causando que _______ saltara. Los adornos de plata en el árbol se sacudieron. Una lámpara cayó al suelo, rompiéndose. El segundo oficial vio la pistola que _______ había dejado en el suelo. Se apresuró, empujándola lejos de _______ con su bota.
El primer oficial ladraba órdenes y la historia salió en un torrente de palabras —_______ volviendo a casa para encontrar a dos chicos jugando con los neumáticos de mi camioneta, el chico corriendo y Zach diciéndole que quería asustarla. Dejó de lado la parte sobre Sasha y cómo su labio había terminado partido, pero esas respuestas salieron cuando los oficiales me sacaron las esposas y los técnicos de emergencias médicas entraron en la casa.
Aparentemente Zach se estaba moviendo. Una pena.
Traté de mantener un ojo sobre _______ mientas un técnico de emergencias la revisaba y mientras yo le contaba a los oficiales acerca de Zach, pero cuando ella se estremeció ante el tipo de sondeo en el labio, no lo pensé dos veces. Comencé a caminar hacia ella.
—Ella está bien, hijo. —El oficial puso una mano sobre mi hombro—.Está siendo atendida. Lo mejor que puedes hacer por ella es darme toda la información que puedas. Empezando desde el principio.
Estaba a segundos de decirle al oficial que se jodiera, pero mi mirada se cruzó con la de _______. Un momento que se extendió hasta la eternidad, y luego bajó sus pestañas. Las lágrimas se aferraban a ellas como cristales —lágrimas que sabía que no eran del labio partido.
Me odiaba a mí mismo en ese momento más de lo que me había odiado antes.
—¿Hijo?
Frotando la palma de mi mano sobre mi mandíbula, me di la vuelta y me centré en el oficial. Empecé desde el principio, con la moto de nieve.
Muchos oficiales entraban y salían de la casa —demasiados, parecía— y perdí de vista a _______ por un rato. Sabía que ella odiaba mis entrañas en este momento, con merecida razón, pero me dio picazón el no saber dónde estaba y si estaba bien.
Ella reapareció con el paramédico, una bolsa de hielo presionada contra su mandíbula inferior. Un oficial la bloqueó desde mi punto de vista, obteniendo su declaración.
Eso... infierno, esa fue la peor parte de todo esto, escuchándola decirle al oficial lo qué sucedió. Y cuando su voz vaciló, fue como un puñetazo en el pecho. _______ era tan increíblemente fuerte y valiente, pero nunca debería haber tenido que enfrentarse a algo así.
Nunca había pensado que la pondría en peligro. Durante años, yo había sido el que siempre estaba cuidando de ella, manteniéndola lejos de problemas. Simplemente no creí que sería la causa de esto alguna vez.
No sé cuánto tiempo pasó mientras nos interrogaban. Oí que Zach sería arrastrado a la cárcel después de hacer una parada en boxes en el hospital. Él también había denunciado a su amigo. El funcionario aseguró que ambos serían acusados de allanamiento de morada, vandalismo y asalto, y que incluso podría ir tan lejos como intento de homicidio con la cosa de los perdigones a través de la ventana. Estaría bien servido si el estúpido bastardo terminaba pasando la mayor parte de su vida entre rejas.
Los agentes seguían pululando alrededor, haciendo imposible hablar con _______. No creo que pudiese explicarme de una manera que haría las cosas mejor, pero tenía que pedir disculpas por este desastre, y hacerle saber que yo nunca quise lastimarla de ninguna manera.
La vi en la cocina, caminado con un joven policía. Tenía una mano en su hombro y ella estaba sin la bolsa de hielo. Dudaba que debiera haberse librado del hielo tan rápidamente.
—¡_______!
Sorprendido por el sonido de la voz de su padre, me giré hacia la sala de estar. ¿Qué estaba haciendo aquí? Un segundo después, un oso de un hombre entró por la puerta. El padre de _______ me había asustado hasta la mierda cuando era un niño. El señor Bell era el tipo de hombre que compraba en la sección Grande y Alto y podría darle a alguien una mirada que hacía que la mayoría de los chicos quisieran correr por las colinas. Él se detuvo en seco, a medio camino de tirar los guantes de lana, cuando vio a su hija. Una expresión de horror cruzó su rostro, y luego sus mejillas se pusieron rojas de ira.
Su mirada se movió de su hija a mí, y yo quería meterme en un agujero de mierda. Yo era una gran y maldita decepción. Había dejado que su hija fuera lastimada. No podría haberla cagado más que eso.
Un segundo después, una figura más pequeña se precipitó alrededor del Sr. Bell. La mamá de _______ parecía una niña de pie junto a su marido. El “reto vertical” de _______ era de su madre, al igual que el pelo grueso y oscuro y la cara en forma de corazón. Los sorprendentes ojos azules eran de su padre, sin embargo.
—Bebé —gritó la señora Bell, casi tirando a un oficial en su carrera para llegar a su hija—. Oh, Dios mío, ¿qué pasó? Mírate. ¿Qué ha pasado?
_______ se separó de la policía y se encontró con su madre en la mitad, lanzando sus brazos alrededor de ella.
—Logan.
El sonido de mi nombre era como acero cayendo por mi espina dorsal. Me volví hacia su padre y, en ese corto período de tiempo, _______ y su madre se habían ido.
El señor Bell dio un paso adelante, y era uno de los pocos hombres en este mundo que me hacían sentir de un centímetro de alto. —¿Qué diablos le pasó a mi hija?
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
INI- MARATON 2/2
Capítulo 36
Narra _______
Estar en casa fue un alivio, de pie en mi antigua habitación climatizada, rodeada por todas mis cosas desde la infancia directamente hasta mi adolescencia. Pero desde que llegamos a Hagerstown hace t res días había tenido una especie de depresión.
Necesitaba llenarme de vida o algo así. La víspera de Navidad era en dos días, y siempre había sido mi fiesta favorita, la comida, la familia, los regalos, todo.
Como sea.
Mi habitación era rara en cierto modo, como una cápsula del tiempo. Nunca me molestó antes, ¿pero en este momento? Quería martillarla. Me sentía avergonzada por los osos de peluche marrones y blancos apilados junto a mis almohadas. Tomé uno, un oso rojo que Logan me había regalado por mi cumpleaños número once. Mi pecho se llenó de dolor, así que puse el oso de vuelta y me alejé de la cama. Estaba aburrida de los libreros abarrotados. No me podría importar menos las cintas que mamá había clavado en la pared por encima de mi escritorio, colgando en una línea al lado de los premios académicos que había acumulado a lo largo de la escuela secundaria. Había recortes de periódico de la Lista del Decano. Empecé a enderezar uno de los cuadros, pero me detuve y lo dejé como estaba. Torcido. Desequilibrado. Imperfecto.
Alejándome de los premios, cintas y recortes, agarré mi viejo teléfono celular de la cama y lo metí en mi bolsillo. Me dirigí hacia abajo, encontrando a mamá en la cocina. Papá estaba todavía en la oficina.
Algunas cosas nunca cambiaban, incluyendo sus noches hasta tarde en el trabajo.
Toda la planta baja olía a pastel de manzana y canela, por lo general mi favorito. Al dejarme caer en el asiento frente a ella, mamá levantó la mirada de la revista que estaba estudiando con atención. — ¿Aún saldrás con Andrea esta noche?
Dejé caer los codos sobre la mesa, y descansé mi barbilla sobre mis manos. —Sí, viene desde Frederick y me recogerá en un rato. Iremos a cenar. —Y tenía la sensación de que irá a visitar a Tanner más tarde, que se encontraba en la casa en Smithsburg, a unos diez minutos de distancia.
—Bien. —Mamá me guiñó—. No puse suficiente pollo en el horno para alimentarte a t i y tu padre.
—Genial.
Se rió suavemente mientras daba vuelta a una página. —¿Tu labio te ha estado molestando?
—No. Está bien. —Y casi lo estaba. Sólo tenía una pequeña marca, cerca de la esquina, y la mandíbula ya no me dolía—. Espero que no te preocupes por eso.
—Por supuesto que me preocupo por ello. ¿Por lo que pasaste?
—Respiró hondo y cerró la revista. Subió la mirada y fijó sus oscuros ojos en mí—. Cariño, yo…
—En verdad no quiero hablar sobre eso. —Puse mis manos sobre la mesa de la cocina—. Estoy bien. Se acabó. Está en el pasado.
—Hasta que el caso vaya a la corte —me recordó suavemente.
—Él podría declararse culpable, y entonces no tendría que testificar ni nada. —Y Dios, realmente esperaba que ese fuese el caso—. De todos modos, si tengo que hacerlo, lo haré.
Mamá no dijo nada mientras me miraba por un momento. Suspiré y me senté de nuevo, sabiendo que estaba a punto de decir algo que no quería oír. Tenía esa mirada de "mamá" a su alrededor. —Cariño — comenzó, y se confirmaron mis sospechas—, estuve hablando con la señora Banks sobre lo que pasó. Ya sabes, ella es la consejera de la escuela.
Oh. Querido. Dios.
—Y sugirió lo que pensé que sería mejor —continuó con cuidado—.Creo que deberías hablar con alguien sobre lo que te pasó.
—¿Qué? —Mi mandíbula golpeó mi regazo—. Es una broma, ¿verdad?
Mamá frunció el ceño. —Cariño, estás estudiando para ser psiquiatra…
—Psicóloga —le corregí.
Su ceño se profundizó. —Como sea, sabes lo importante que es para la gente hablar las cosas y no retenerlas.
Me resistí el impulso de rodar los ojos. Sabía lo importante que era. Y mientras esos momentos con Zach habían sido los más aterradores de mi vida—y todavía había momentos en donde eso me perseguía—, no tenía necesidad de hablar de ello y perder el tiempo de un terapeuta que podría gastarlo mejor ayudando a alguien que lo necesitara de verdad.
—Mamá, no necesito hablar con nadie. Estoy bien. En serio, lo estoy. Lo prometo.
Sus ojos se estrecharon. —¿Entonces por qué has estado deprimida en esta casa como si alguien hubiera aventado a tu cachorro a la calle?
Hice una mueca, pero mi estómago se contrajo. —Eso es realmente bonito, mamá.
—Sabes lo que quiero decir.
Trazando la veta de la madera en la mesa, me encogí de hombros.
—No he estado deprimida.
—Sí, lo estás. —Tomó su taza y se levantó, llevándola al fregadero, donde la enjuagó antes de dejarla caer en el lavavajillas. Cuando terminó, me miró y se cruzó de brazos—. Nunca antes te había visto tan apática y triste tan cerca de Navidad. Entonces, si no es por lo que te pasó, entonces ¿qué es?
—No es nada. Sólo estoy de humor o algo así.
Mamá suspiró. —Cariño, sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? Sobre cualquier cosa. No eres demasiado mayor para eso.
—Lo sé. —Pero lo que me molestaba era algo que no hablaría con mi madre.
Sus labios se fruncieron. —¿Es Logan?
Ah, ahí estaba. Esa sensación de hundimiento terrible expandiéndose a través de mí ante la mención de su nombre. Mi cuerpo entero se cerró, y una sensación de vacío se vertió en mi pecho. Era como ser golpeada y derribada. Logan. Logan. Logan. Había tratado de no pensar en él desde que lo había dejado en Snowshoe. Eso fue tan fácil y divertido como jugar Frogger en la interestatal.
Logan consumía mis pensamientos no importa lo que hiciera. ¿Y la peor parte? Dos de t res noches soñaba con él. Dios, me hacía más tonta de lo normal.
Pero sabía algo que nunca había realmente sabido antes. Esto era lo que realmente se sentía tener el corazón. Tonta de mí, pensando que sabía cómo se sentía cada vez que veía a Logan con una chica nueva. Eso no tenía nada que ver con esto.
Metí mi cabello hacia atrás y decidí preguntarle—: ¿Por qué crees que tiene que ver con Logan?
—Bueno, para empezar, no estoy ciega.
Mis cejas se levantaron.
—Logan no ha estado aquí ni una vez desde que llegaste a casa. Ese chico prácticamente vive en esta casa cuando regresas de la escuela. Y ni una sola vez ha dejado de venir, y eso es como el signo del apocalipsis.
Me reiría de eso, pero era la verdad y es hecho me hizo arder la garganta.
—Pensé que era extraño cómo te fuiste sin despedirte de él, pero lo atribuí a la conmoción de todo lo que habían pasado. —Mamá se acercó a la mesa y se sentó frente a mí—. Y luego está el hecho de que estoy segura de que ni siquiera te ha llamado.
Vaya. Gracias por recordármelo. No es como si creyera que iba a llamar. Había dejado las cosas bastante claras en Snowshoe, pero el hecho de que no había llamado picaba como una avispa. Y eso era estúpido, porque no estaba dispuesta a hablar con él, pero si era honesta conmigo misma —¿quién quería ser lastimada?— yo sabía que era lo que quería.
Que Logan viniera a rogar y suplicar perdón, un perdón que ni siquiera estaba segura de poder darle.
—Así que asumo que algo pasó entre ustedes dos —dijo mamá.
—Ya sabes lo que dicen de asumir las cosas…
La expresión de mamá se veía como si se hubiese tragado algo amargo. —Graciosa.
Un suspiro se transportó a través de mi cuerpo. No sabía qué decir o cómo empezar. ¿Qué podía decirle? —Mamá…
Mi teléfono sonó con un mensaje de Andrea. Ya se encontraba fuera. Solté la mesa, aliviada. —Me tengo que ir. Andrea está aquí.
—_______…
—Mamá, estoy bien. Todo está bien con Logan. —Le di un abrazo rápido—. En serio.
Me lancé de la casa antes de que mamá me pudiera detener y tomé mi chaqueta del respaldo del sofá. Casi rompiéndome el cuello sobre la congelada cochera, me uní a Andrea en su Honda tostado.
—Hola, chica, oye… —Andrea chirrió, estudiándome en la penumbra como si fuera una especie de experimento científico—. No te ves demasiada arruinada.
Puse los ojos. —Cielos, gracias, creo.
Lanzó un rizo rojo fuera de su frente. —Me alegro de que no sea así.
Mierda, chica, todavía no puedo creerlo. ¡Podrías haber muerto! O peor.
Me preguntaba qué era peor que la muerte.
—O podrías haber terminado en la primera página o algo así. —Ella negó con la cabeza mientras se ponía en marcha—. Tal vez conseguir un episodio en la Ley y el Orden basado en ello.
Entonces me reí. —Estás loca.
—Pero me amas —respondió mientras se deslizaba hacia la calle—. Y te quiero. Así que en un tono más serio, quiero conducir a Snowshoe y apuñalar a ese idiota en el globo ocular.
—Yo también.
Andrea me lanzó una sonrisa rápida. —¿A dónde?
Como no había una enorme selección por aquí, le dije que alcanzara la ruta 11 y se dirigiera hacia la 81. —¿Qué tienes ganas de comer?
—Hmm. —Golpeó un dedo enguantado en su barbilla—. Estoy con ganas de... carne.
—Imagínate.
Golpeó mi brazo. —Lo que sea.
Hice una lista de nuestras opciones y nos decidimos por Outback. El viaje en coche fue un poco más lento de lo habitual, con las cunetas de la carretera aún cubiertas de nieve y las ráfagas de viento sacudiendo todo el mundo.
Cuando bajamos del coche, ella me agarró en un apretado y comprensivo abrazo. —Lo siento —dijo, echándose hacia atrás—. Me enfadé mucho cuando me dijiste lo que pasó. No sé lo que haría…
—Está bien. Mira, lo que pasó fue desquiciado, pero estoy totalmente bien.
Se dio la vuelta rápidamente y juro que se limpió debajo de su ojo, pero tenía que estar viendo cosas, porque nunca había visto llorar a esta chica. Ni siquiera durante Diario de una Pasión, o aquellos terribles anuncios de la Sociedad Humana que siempre me desgarraban.
Espero les guste
Capítulo 36
Narra _______
Estar en casa fue un alivio, de pie en mi antigua habitación climatizada, rodeada por todas mis cosas desde la infancia directamente hasta mi adolescencia. Pero desde que llegamos a Hagerstown hace t res días había tenido una especie de depresión.
Necesitaba llenarme de vida o algo así. La víspera de Navidad era en dos días, y siempre había sido mi fiesta favorita, la comida, la familia, los regalos, todo.
Como sea.
Mi habitación era rara en cierto modo, como una cápsula del tiempo. Nunca me molestó antes, ¿pero en este momento? Quería martillarla. Me sentía avergonzada por los osos de peluche marrones y blancos apilados junto a mis almohadas. Tomé uno, un oso rojo que Logan me había regalado por mi cumpleaños número once. Mi pecho se llenó de dolor, así que puse el oso de vuelta y me alejé de la cama. Estaba aburrida de los libreros abarrotados. No me podría importar menos las cintas que mamá había clavado en la pared por encima de mi escritorio, colgando en una línea al lado de los premios académicos que había acumulado a lo largo de la escuela secundaria. Había recortes de periódico de la Lista del Decano. Empecé a enderezar uno de los cuadros, pero me detuve y lo dejé como estaba. Torcido. Desequilibrado. Imperfecto.
Alejándome de los premios, cintas y recortes, agarré mi viejo teléfono celular de la cama y lo metí en mi bolsillo. Me dirigí hacia abajo, encontrando a mamá en la cocina. Papá estaba todavía en la oficina.
Algunas cosas nunca cambiaban, incluyendo sus noches hasta tarde en el trabajo.
Toda la planta baja olía a pastel de manzana y canela, por lo general mi favorito. Al dejarme caer en el asiento frente a ella, mamá levantó la mirada de la revista que estaba estudiando con atención. — ¿Aún saldrás con Andrea esta noche?
Dejé caer los codos sobre la mesa, y descansé mi barbilla sobre mis manos. —Sí, viene desde Frederick y me recogerá en un rato. Iremos a cenar. —Y tenía la sensación de que irá a visitar a Tanner más tarde, que se encontraba en la casa en Smithsburg, a unos diez minutos de distancia.
—Bien. —Mamá me guiñó—. No puse suficiente pollo en el horno para alimentarte a t i y tu padre.
—Genial.
Se rió suavemente mientras daba vuelta a una página. —¿Tu labio te ha estado molestando?
—No. Está bien. —Y casi lo estaba. Sólo tenía una pequeña marca, cerca de la esquina, y la mandíbula ya no me dolía—. Espero que no te preocupes por eso.
—Por supuesto que me preocupo por ello. ¿Por lo que pasaste?
—Respiró hondo y cerró la revista. Subió la mirada y fijó sus oscuros ojos en mí—. Cariño, yo…
—En verdad no quiero hablar sobre eso. —Puse mis manos sobre la mesa de la cocina—. Estoy bien. Se acabó. Está en el pasado.
—Hasta que el caso vaya a la corte —me recordó suavemente.
—Él podría declararse culpable, y entonces no tendría que testificar ni nada. —Y Dios, realmente esperaba que ese fuese el caso—. De todos modos, si tengo que hacerlo, lo haré.
Mamá no dijo nada mientras me miraba por un momento. Suspiré y me senté de nuevo, sabiendo que estaba a punto de decir algo que no quería oír. Tenía esa mirada de "mamá" a su alrededor. —Cariño — comenzó, y se confirmaron mis sospechas—, estuve hablando con la señora Banks sobre lo que pasó. Ya sabes, ella es la consejera de la escuela.
Oh. Querido. Dios.
—Y sugirió lo que pensé que sería mejor —continuó con cuidado—.Creo que deberías hablar con alguien sobre lo que te pasó.
—¿Qué? —Mi mandíbula golpeó mi regazo—. Es una broma, ¿verdad?
Mamá frunció el ceño. —Cariño, estás estudiando para ser psiquiatra…
—Psicóloga —le corregí.
Su ceño se profundizó. —Como sea, sabes lo importante que es para la gente hablar las cosas y no retenerlas.
Me resistí el impulso de rodar los ojos. Sabía lo importante que era. Y mientras esos momentos con Zach habían sido los más aterradores de mi vida—y todavía había momentos en donde eso me perseguía—, no tenía necesidad de hablar de ello y perder el tiempo de un terapeuta que podría gastarlo mejor ayudando a alguien que lo necesitara de verdad.
—Mamá, no necesito hablar con nadie. Estoy bien. En serio, lo estoy. Lo prometo.
Sus ojos se estrecharon. —¿Entonces por qué has estado deprimida en esta casa como si alguien hubiera aventado a tu cachorro a la calle?
Hice una mueca, pero mi estómago se contrajo. —Eso es realmente bonito, mamá.
—Sabes lo que quiero decir.
Trazando la veta de la madera en la mesa, me encogí de hombros.
—No he estado deprimida.
—Sí, lo estás. —Tomó su taza y se levantó, llevándola al fregadero, donde la enjuagó antes de dejarla caer en el lavavajillas. Cuando terminó, me miró y se cruzó de brazos—. Nunca antes te había visto tan apática y triste tan cerca de Navidad. Entonces, si no es por lo que te pasó, entonces ¿qué es?
—No es nada. Sólo estoy de humor o algo así.
Mamá suspiró. —Cariño, sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? Sobre cualquier cosa. No eres demasiado mayor para eso.
—Lo sé. —Pero lo que me molestaba era algo que no hablaría con mi madre.
Sus labios se fruncieron. —¿Es Logan?
Ah, ahí estaba. Esa sensación de hundimiento terrible expandiéndose a través de mí ante la mención de su nombre. Mi cuerpo entero se cerró, y una sensación de vacío se vertió en mi pecho. Era como ser golpeada y derribada. Logan. Logan. Logan. Había tratado de no pensar en él desde que lo había dejado en Snowshoe. Eso fue tan fácil y divertido como jugar Frogger en la interestatal.
Logan consumía mis pensamientos no importa lo que hiciera. ¿Y la peor parte? Dos de t res noches soñaba con él. Dios, me hacía más tonta de lo normal.
Pero sabía algo que nunca había realmente sabido antes. Esto era lo que realmente se sentía tener el corazón. Tonta de mí, pensando que sabía cómo se sentía cada vez que veía a Logan con una chica nueva. Eso no tenía nada que ver con esto.
Metí mi cabello hacia atrás y decidí preguntarle—: ¿Por qué crees que tiene que ver con Logan?
—Bueno, para empezar, no estoy ciega.
Mis cejas se levantaron.
—Logan no ha estado aquí ni una vez desde que llegaste a casa. Ese chico prácticamente vive en esta casa cuando regresas de la escuela. Y ni una sola vez ha dejado de venir, y eso es como el signo del apocalipsis.
Me reiría de eso, pero era la verdad y es hecho me hizo arder la garganta.
—Pensé que era extraño cómo te fuiste sin despedirte de él, pero lo atribuí a la conmoción de todo lo que habían pasado. —Mamá se acercó a la mesa y se sentó frente a mí—. Y luego está el hecho de que estoy segura de que ni siquiera te ha llamado.
Vaya. Gracias por recordármelo. No es como si creyera que iba a llamar. Había dejado las cosas bastante claras en Snowshoe, pero el hecho de que no había llamado picaba como una avispa. Y eso era estúpido, porque no estaba dispuesta a hablar con él, pero si era honesta conmigo misma —¿quién quería ser lastimada?— yo sabía que era lo que quería.
Que Logan viniera a rogar y suplicar perdón, un perdón que ni siquiera estaba segura de poder darle.
—Así que asumo que algo pasó entre ustedes dos —dijo mamá.
—Ya sabes lo que dicen de asumir las cosas…
La expresión de mamá se veía como si se hubiese tragado algo amargo. —Graciosa.
Un suspiro se transportó a través de mi cuerpo. No sabía qué decir o cómo empezar. ¿Qué podía decirle? —Mamá…
Mi teléfono sonó con un mensaje de Andrea. Ya se encontraba fuera. Solté la mesa, aliviada. —Me tengo que ir. Andrea está aquí.
—_______…
—Mamá, estoy bien. Todo está bien con Logan. —Le di un abrazo rápido—. En serio.
Me lancé de la casa antes de que mamá me pudiera detener y tomé mi chaqueta del respaldo del sofá. Casi rompiéndome el cuello sobre la congelada cochera, me uní a Andrea en su Honda tostado.
—Hola, chica, oye… —Andrea chirrió, estudiándome en la penumbra como si fuera una especie de experimento científico—. No te ves demasiada arruinada.
Puse los ojos. —Cielos, gracias, creo.
Lanzó un rizo rojo fuera de su frente. —Me alegro de que no sea así.
Mierda, chica, todavía no puedo creerlo. ¡Podrías haber muerto! O peor.
Me preguntaba qué era peor que la muerte.
—O podrías haber terminado en la primera página o algo así. —Ella negó con la cabeza mientras se ponía en marcha—. Tal vez conseguir un episodio en la Ley y el Orden basado en ello.
Entonces me reí. —Estás loca.
—Pero me amas —respondió mientras se deslizaba hacia la calle—. Y te quiero. Así que en un tono más serio, quiero conducir a Snowshoe y apuñalar a ese idiota en el globo ocular.
—Yo también.
Andrea me lanzó una sonrisa rápida. —¿A dónde?
Como no había una enorme selección por aquí, le dije que alcanzara la ruta 11 y se dirigiera hacia la 81. —¿Qué tienes ganas de comer?
—Hmm. —Golpeó un dedo enguantado en su barbilla—. Estoy con ganas de... carne.
—Imagínate.
Golpeó mi brazo. —Lo que sea.
Hice una lista de nuestras opciones y nos decidimos por Outback. El viaje en coche fue un poco más lento de lo habitual, con las cunetas de la carretera aún cubiertas de nieve y las ráfagas de viento sacudiendo todo el mundo.
Cuando bajamos del coche, ella me agarró en un apretado y comprensivo abrazo. —Lo siento —dijo, echándose hacia atrás—. Me enfadé mucho cuando me dijiste lo que pasó. No sé lo que haría…
—Está bien. Mira, lo que pasó fue desquiciado, pero estoy totalmente bien.
Se dio la vuelta rápidamente y juro que se limpió debajo de su ojo, pero tenía que estar viendo cosas, porque nunca había visto llorar a esta chica. Ni siquiera durante Diario de una Pasión, o aquellos terribles anuncios de la Sociedad Humana que siempre me desgarraban.
Espero les guste
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Hola se pasan por esta nove, que es de Logan, gracias
https://onlywn.activoforo.com/t82560-quieres-jugar-querido-logan-henderson-y-tu
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Capítulo 37
El restaurante se encontraba muy lleno con compradores navideños de última hora del centro comercial cercano, así que fui al baño mientras ella pedía una mesa.
No tuvimos que esperar demasiado tiempo. Después de que el camarero nos llevó nuestros pedidos de bebida y dejó caer el pan fresco, Andrea levantó el enorme cuchillo y me apuntó.
—Está bien. Así que ahora que no estoy conduciendo y estoy prestando total atención, tenemos que hablar.
Me apoyé en el cojín. —¿Tienes que estar sosteniendo un cuchillo cuando hablas?
—Oh, sí, probablemente no es la mejor cosa para agitarse en tu cara. Lo siento. —Lo colocó lentamente abajo en la servilleta—. De acuerdo, tenemos que hablar sobre Logan.
Parpadeé, no esperaba eso. No le había dicho nada de Logan. No se lo había dicho a nadie. —¿Q…qué quieres decir?
—Estás tartamudeando. Ése simple hecho me dice mucho. —Agarró su vaso y tomó un sorbo—. Sé que hay algo entre ustedes dos porque Tanner me llamó esta mañana.
Mis ojos casi se salieron de mi cabeza. —¿Tanner te llamó?
—Oh, sí —respondió ella, mirándome como si estuviera llevando un cubo lleno de secretos.
Agarré el borde de la mesa. —¿Qué dijo?
—Más bien qué no dijo. —Andrea cortó una rebanada de pan y la dejó caer en mi plato, pero las puntas de los nervios estaban tomando demasiado espacio dentro de mí como para pensar en comer—. Él llamó para preguntarme si sabía lo que pasó entre tú y Logan en Snowshoe. Supuse que se refería al psicópata, pero cuando le dije eso, él estaba como: “Oh, demonios, no”. Dijo que sabía que algo pasó entre ustedes dos.
Mi boca se abrió, pero no tenía ni idea de qué decir. El calor se extendió por las mejillas, lo cual era un claro indicativo.
Los ojos de Andrea se estrecharon. —Oh, sucia mujerzuela, algo hiciste y te lo callaste. ¡Debería desconocerte!
La pareja de ancianos cruzando el pasillo se volvió hacia la mesa, y quise esconderme debajo de ella. —Andrea, vamos.
—Soy tu mejor amiga por siempre —dijo sin ningún asomo de vergüenza—. Estás obligada por las leyes del feminismo a contarme estas cosas.
Salí de mi incapacidad para hablar. —Vaya. Creo que tienes la idea de feminismo mal.
—Lo que sea. —Puso sus ojos en blanco—. Tienes que contármelo que pasó, porque Tanner dijo que Logan luce como si hubiese muerto, ido al infierno y hubiera estado ahí colgado durante un tiempo.
Mi corazón se contrajo. —¿En serio?
Ella asintió con la cabeza. —Se supone que ha estado en una borrachera de dos días, y hoy es el primer día en que el hombre ha estado sobrio. Así que lo que lo derribó, obviamente, no terminó con un vivieron felices para siempre de Disney. Todo lo que tengo que decir es que tienes que decirme qué paso, y eso incluye algunas cosas clasificadas.
Mi ceño se frunció.
—¿Qué? —Levantó las manos—. Una chica puede vivir vicariamente, ¿verdad? Es decir, todas las chicas por ahí quieren protagonizar un vídeo porno con Logan, así que estoy muriendo por saber si en verdad es tan bueno.
—Él es muy bueno. —Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas.
Andrea golpeó sus manos sobre la mesa. —Oh, Dios mío, ¿te acostaste con Logan?
Miré a mí alrededor, con las mejillas ardiendo. —Está bien. ¿Puedes mantener bajo el volumen de tu voz?
—Lo siento, pero estoy emocionada de escuchar esto. No es que estoy emocionada de que, obviamente, lo haya arruinado, aunque sé que no fuiste tú. Fue él, siempre es culpa del hombre.
Sacudiendo la cabeza, solté mi aliento. De una extraña manera, se sentía bien descargarme. Las cosas todavía se sentían crudas y abrasivas y le pedí a Dios no empezar a llorar como un bicho raro en el restaurante, pero fue un alivio finalmente poner un poco de estas cosas en palabras. Le di la versión rápida y no tan sucia, pasando por alto algunos de los detalles que por los cuales moriría antes de decirlos en voz alta. Andrea despidió con la mano al camarero cuando él regresó a ver si estábamos listas para ordenar, dejando que le dijera acerca de Sasha y el por qué Zach había empezado a jugar con nosotros en primer lugar.
Cuando terminé, me dejé caer en mi asiento, totalmente agotada.
—Así que... ahí lo tienes.
Andrea abrió la boca y la cerró varias veces como un pez fuera del agua. —Mierda…
Tomé un sorbo de mi Coca-Cola. —Sí.
—Guau, está bien, vamos a ver si entendí esto. —Tiró de sus rizos fuera de la cara—. Te emborrachaste e intentaste llegar a él. Él te rechazó, y luego dijo que merecías algo mejor que una aventura de una noche. ¿Después, cedieron a su mono salvaje de la lujuria y tuvieron relaciones sexuales varias veces, haciéndolo de una manera que, según él, nunca lo había hecho antes?
Gracias a Dios, ella mantuvo la voz baja en eso. —Suena bastante bien.
—Y pasaron más de un día en la felicidad sexual pura, comiendo galletas y estando todos acaramelados, ¿y no era torpe o algo?
Negué con la cabeza.
—Hmm... —Ella jugueteó con su pajita—. Y él no actuó raro, ¿cierto?
—No, lo opuesto, Andrea. Fue... fue perfecto. Pensé que debía tener muchas ganas de estar conmigo, ¿sabes? Y esa mañana, incluso tomamos una ducha fría juntos. Era... era tan dulce y entonces... —Suspiré, sintiéndome estúpida—. Parecía ido esa mañana, pero después pasó todo esto.
Los labios de Andrea se fruncieron. —Así que, obviamente, se acercó a Sasha, pero ¿cómo se sabe que hizo algo?
Le di una mirada suave.
—Está bien. —Levantó las manos—. Es Logan, pero no sabes lo que hizo allí. Claro, parece sospechoso, y puedo ver por qué se podría pensar eso, pero realmente no lo sé.
No era como que no había considerado que tal vez Logan no hubiese tenido relaciones sexuales con Sasha ese día. Una vez que había llegado a casa y me calmé un poco, me había pasado por la cabeza cada cinco segundos. Negué con la cabeza. ¿Qué pasa si mi sospecha inicial había sido cierta, pero me convencí a mí misma que fue de ot ro modo, y luego descubrí que había estado en lo correcto la primera vez? Mi corazón se rompería de nuevo.
—Pero él me mintió, Andrea. Le pregunté acerca de Sasha y me dijo que no era así. —Agarré un trozo de pan, con ganas de tirarlo—. Él nunca me había mentido antes.
—Ahí está —estuvo de acuerdo mientras se ponía un mechón cobrizo, enderezando todo al salir—. Y el hecho de que ese psicótico pueblerino te hizo daño por las interminables aventuras sexuales de Logan.
Eso es difícil de superar.
—Sí —dije entre dientes y me metí el pan en la boca, preguntándome a dónde nuestro camarero había desaparecido. Andrea probablemente lo había ahuyentado.
—Pero... —Andrea soltó el rizo y esté volvió a su forma de espiral perfecta. Estaba celosa—. Realmente no es su culpa, ¿verdad? Quiero decir, sí, él podría haberse acostado con una chica y enojado a un novio hace un año, pero ¿de verdad crees que es la primera vez que ha hecho eso?
—Eso espero. —Luego rodé los ojos—. No. Ésta probablemente no es la primera vez.
—Y sé que te molestó antes, no estoy diciendo que no lo hizo, pero todavía te preocupas mucho por él. —Sus ojos se encontraron con los míos—. Supongo que a lo que quiero llegar es que él realmente tiene que hacer las paces contigo para ponerte en esa posición, pero no veo nada de esto como insuperable.
Una pequeña llama de esperanza se encendió en mi estómago, y me aplastó. —Está bien. Digamos que no durmió con Sasha hace un par de días, y puedo superar el hecho de que no me haya dicho la verdad sobre su pasado con ella, y la mierda con Zach, pero no creo significar mucho para él. Ese es el problema.
—No sé si estoy de acuerdo. Mira, ha sido obvio para todos que has estado perdidamente enamorada de él. Y es lo mismo para él.
—En serio —dije secamente—, ¿era tan obvio con la terminal de autobuses que está en sus pantalones?
Andrea resopló. —Los chicos son totalmente estúpidos cuando se t rata de amor no correspondido. Nosotras, las mujeres decaemos y mantenemos nuestros muslos cerrados en su mayor parte cuando amamos a alguien que no podemos tener. Los chicos balancean su mierda alrededor de cualquier cosa que tenga un agujero, tratando de olvidar lo que quieren.
—Guau. —Me reí—. Tan elocuente.
Ella le lanzó una sonrisa rápida. —Es cierto. Algo así como las leyes de la física. Es sólo la forma en que es, lo que me lleva a una pregunta muy importante. ¿Todavía lo amas?
Mi corazón cayó a través de mi pecho. —Nunca dije que lo amaba.
Puso sus ojos en blanco. —Está bien. Detén las mentiras. Como he dicho, ha sido evidente desde que he sabido que estabas enamorada de él. Al escucharte contarme lo que pasó, pude distinguirlo en tu voz.
Responde a la pregunta.
Fui clavada por su mirada fija. Andrea en verdad necesita darle un vistazo a la aplicación leyes o algo así. Ella nunca haría eso con su pasado, lo entiendo, pero vaya si no tenía la dureza de detective en su voz. Tenía una opción en ese momento. Podría decirle lo que quería decir, o podía decir la verdad. A veces mentir era la cosa más fácil de hacer, sobre todo cuando me estaba mintiendo a mí misma. Y decir la verdad en voz alta significaba que nunca podría retractarme de nuevo.
—Está bien —le dije—. Todavía lo amo. —Una vez que esas palabras salieron, esperaba globos y brillo caer desde el techo o algo así. Por supuesto, eso no sucedió—. Estoy enamorada de él.
Andrea asintió lentamente. —Entonces, ¿qué es lo que quieres, _______?
Tiré el pan a medio comer en mi plato. —No lo sé. Como que, supongo que pensé que iba a intentar reparar la amistad o algo así.
—Pero no quieres simplemente una amistad.
—No.
Su frente se elevó. —¿Pero no quieres una relación?
Abrí la boca.
Andrea se inclinó hacia delante. —Tienes que estar loca, y confía en mí, tienes todo el derecho. Logan ha pasado el tiempo siendo la bicicleta universal que no tenía ruedas de entrenamiento. Y tiene mucho que compensar, porque sus acciones te lastiman. Y no estoy diciendo que aún tienes que perdonarlo. Honestamente, entiendo perfectamente si no lo haces. Los chicos apestan, Logan entre ellos, pero... —Golpeteó sus dedos contra la mesa—. Pero si estás enamorada de él, y no lo perdonas dolerá más que si lo haces, _______, y él quiere hacer las paces contigo, serías una tonta por alejarte de eso.
Nudos se formaron en mi vientre al mirar a mi amiga. No perdonar a Logan dolería más al final, incluso sólo siendo amigos. Aferrarse a la ira crearía más que amargura. Pero tampoco quería ser la persona que dio tanto de sí misma a una persona que no lo merecía, y terminó nunca estando completa otra vez.
Suspiré, sin saber qué hacer o decir. —No sé, Andrea. Tal vez después de que pase un tiempo, las cosas volverán a la normalidad. —Me sentí más fuerte al decir eso. Esperanzada. Tal vez podríamos dejar atrás todo esto, con el tiempo. Eso parecía más probable que Logan profesando su amor eterno para mí—. Creo que eso ya lo veremos.
—Tienes razón. Veremos.
Levanté una ceja.
Andrea se inclinó hacia atrás, dejando caer las manos sobre sus piernas. —Está bien, bueno, no me odies.
Sospecha floreció y se extendió como una mala hierba a t ravés de mi mente. —¿Por qué te odiaría?
Una mirada tímida se deslizó en su expresión.
—Andrea.
Ella se mordió el labio y se encogió. —En cierto modo invité a alguien a la cena.
Mi estómago se revolvió. —¿Qué?
—Bueno, en cierto modo le dije a Tanner que íbamos a cenar, y él hizo la sugerencia de que sería una buena idea invitar a Logan, por lo que es realmente la culpa de Tanner, no la mía.
Todo lo que pude hacer por varios segundos fue mirarla mientras una parte de mí empezó a hacer saltos y la otra parte quería levantarse y correr hacia la puerta. —No lo hiciste.
—Ah...
—¡Andrea! —susurré.
Ella sonrió tímidamente. —En cierto modo les envié un mensaje donde estábamos, y deberían llegar en cualquier momento.
Espero les guste <3
El restaurante se encontraba muy lleno con compradores navideños de última hora del centro comercial cercano, así que fui al baño mientras ella pedía una mesa.
No tuvimos que esperar demasiado tiempo. Después de que el camarero nos llevó nuestros pedidos de bebida y dejó caer el pan fresco, Andrea levantó el enorme cuchillo y me apuntó.
—Está bien. Así que ahora que no estoy conduciendo y estoy prestando total atención, tenemos que hablar.
Me apoyé en el cojín. —¿Tienes que estar sosteniendo un cuchillo cuando hablas?
—Oh, sí, probablemente no es la mejor cosa para agitarse en tu cara. Lo siento. —Lo colocó lentamente abajo en la servilleta—. De acuerdo, tenemos que hablar sobre Logan.
Parpadeé, no esperaba eso. No le había dicho nada de Logan. No se lo había dicho a nadie. —¿Q…qué quieres decir?
—Estás tartamudeando. Ése simple hecho me dice mucho. —Agarró su vaso y tomó un sorbo—. Sé que hay algo entre ustedes dos porque Tanner me llamó esta mañana.
Mis ojos casi se salieron de mi cabeza. —¿Tanner te llamó?
—Oh, sí —respondió ella, mirándome como si estuviera llevando un cubo lleno de secretos.
Agarré el borde de la mesa. —¿Qué dijo?
—Más bien qué no dijo. —Andrea cortó una rebanada de pan y la dejó caer en mi plato, pero las puntas de los nervios estaban tomando demasiado espacio dentro de mí como para pensar en comer—. Él llamó para preguntarme si sabía lo que pasó entre tú y Logan en Snowshoe. Supuse que se refería al psicópata, pero cuando le dije eso, él estaba como: “Oh, demonios, no”. Dijo que sabía que algo pasó entre ustedes dos.
Mi boca se abrió, pero no tenía ni idea de qué decir. El calor se extendió por las mejillas, lo cual era un claro indicativo.
Los ojos de Andrea se estrecharon. —Oh, sucia mujerzuela, algo hiciste y te lo callaste. ¡Debería desconocerte!
La pareja de ancianos cruzando el pasillo se volvió hacia la mesa, y quise esconderme debajo de ella. —Andrea, vamos.
—Soy tu mejor amiga por siempre —dijo sin ningún asomo de vergüenza—. Estás obligada por las leyes del feminismo a contarme estas cosas.
Salí de mi incapacidad para hablar. —Vaya. Creo que tienes la idea de feminismo mal.
—Lo que sea. —Puso sus ojos en blanco—. Tienes que contármelo que pasó, porque Tanner dijo que Logan luce como si hubiese muerto, ido al infierno y hubiera estado ahí colgado durante un tiempo.
Mi corazón se contrajo. —¿En serio?
Ella asintió con la cabeza. —Se supone que ha estado en una borrachera de dos días, y hoy es el primer día en que el hombre ha estado sobrio. Así que lo que lo derribó, obviamente, no terminó con un vivieron felices para siempre de Disney. Todo lo que tengo que decir es que tienes que decirme qué paso, y eso incluye algunas cosas clasificadas.
Mi ceño se frunció.
—¿Qué? —Levantó las manos—. Una chica puede vivir vicariamente, ¿verdad? Es decir, todas las chicas por ahí quieren protagonizar un vídeo porno con Logan, así que estoy muriendo por saber si en verdad es tan bueno.
—Él es muy bueno. —Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas.
Andrea golpeó sus manos sobre la mesa. —Oh, Dios mío, ¿te acostaste con Logan?
Miré a mí alrededor, con las mejillas ardiendo. —Está bien. ¿Puedes mantener bajo el volumen de tu voz?
—Lo siento, pero estoy emocionada de escuchar esto. No es que estoy emocionada de que, obviamente, lo haya arruinado, aunque sé que no fuiste tú. Fue él, siempre es culpa del hombre.
Sacudiendo la cabeza, solté mi aliento. De una extraña manera, se sentía bien descargarme. Las cosas todavía se sentían crudas y abrasivas y le pedí a Dios no empezar a llorar como un bicho raro en el restaurante, pero fue un alivio finalmente poner un poco de estas cosas en palabras. Le di la versión rápida y no tan sucia, pasando por alto algunos de los detalles que por los cuales moriría antes de decirlos en voz alta. Andrea despidió con la mano al camarero cuando él regresó a ver si estábamos listas para ordenar, dejando que le dijera acerca de Sasha y el por qué Zach había empezado a jugar con nosotros en primer lugar.
Cuando terminé, me dejé caer en mi asiento, totalmente agotada.
—Así que... ahí lo tienes.
Andrea abrió la boca y la cerró varias veces como un pez fuera del agua. —Mierda…
Tomé un sorbo de mi Coca-Cola. —Sí.
—Guau, está bien, vamos a ver si entendí esto. —Tiró de sus rizos fuera de la cara—. Te emborrachaste e intentaste llegar a él. Él te rechazó, y luego dijo que merecías algo mejor que una aventura de una noche. ¿Después, cedieron a su mono salvaje de la lujuria y tuvieron relaciones sexuales varias veces, haciéndolo de una manera que, según él, nunca lo había hecho antes?
Gracias a Dios, ella mantuvo la voz baja en eso. —Suena bastante bien.
—Y pasaron más de un día en la felicidad sexual pura, comiendo galletas y estando todos acaramelados, ¿y no era torpe o algo?
Negué con la cabeza.
—Hmm... —Ella jugueteó con su pajita—. Y él no actuó raro, ¿cierto?
—No, lo opuesto, Andrea. Fue... fue perfecto. Pensé que debía tener muchas ganas de estar conmigo, ¿sabes? Y esa mañana, incluso tomamos una ducha fría juntos. Era... era tan dulce y entonces... —Suspiré, sintiéndome estúpida—. Parecía ido esa mañana, pero después pasó todo esto.
Los labios de Andrea se fruncieron. —Así que, obviamente, se acercó a Sasha, pero ¿cómo se sabe que hizo algo?
Le di una mirada suave.
—Está bien. —Levantó las manos—. Es Logan, pero no sabes lo que hizo allí. Claro, parece sospechoso, y puedo ver por qué se podría pensar eso, pero realmente no lo sé.
No era como que no había considerado que tal vez Logan no hubiese tenido relaciones sexuales con Sasha ese día. Una vez que había llegado a casa y me calmé un poco, me había pasado por la cabeza cada cinco segundos. Negué con la cabeza. ¿Qué pasa si mi sospecha inicial había sido cierta, pero me convencí a mí misma que fue de ot ro modo, y luego descubrí que había estado en lo correcto la primera vez? Mi corazón se rompería de nuevo.
—Pero él me mintió, Andrea. Le pregunté acerca de Sasha y me dijo que no era así. —Agarré un trozo de pan, con ganas de tirarlo—. Él nunca me había mentido antes.
—Ahí está —estuvo de acuerdo mientras se ponía un mechón cobrizo, enderezando todo al salir—. Y el hecho de que ese psicótico pueblerino te hizo daño por las interminables aventuras sexuales de Logan.
Eso es difícil de superar.
—Sí —dije entre dientes y me metí el pan en la boca, preguntándome a dónde nuestro camarero había desaparecido. Andrea probablemente lo había ahuyentado.
—Pero... —Andrea soltó el rizo y esté volvió a su forma de espiral perfecta. Estaba celosa—. Realmente no es su culpa, ¿verdad? Quiero decir, sí, él podría haberse acostado con una chica y enojado a un novio hace un año, pero ¿de verdad crees que es la primera vez que ha hecho eso?
—Eso espero. —Luego rodé los ojos—. No. Ésta probablemente no es la primera vez.
—Y sé que te molestó antes, no estoy diciendo que no lo hizo, pero todavía te preocupas mucho por él. —Sus ojos se encontraron con los míos—. Supongo que a lo que quiero llegar es que él realmente tiene que hacer las paces contigo para ponerte en esa posición, pero no veo nada de esto como insuperable.
Una pequeña llama de esperanza se encendió en mi estómago, y me aplastó. —Está bien. Digamos que no durmió con Sasha hace un par de días, y puedo superar el hecho de que no me haya dicho la verdad sobre su pasado con ella, y la mierda con Zach, pero no creo significar mucho para él. Ese es el problema.
—No sé si estoy de acuerdo. Mira, ha sido obvio para todos que has estado perdidamente enamorada de él. Y es lo mismo para él.
—En serio —dije secamente—, ¿era tan obvio con la terminal de autobuses que está en sus pantalones?
Andrea resopló. —Los chicos son totalmente estúpidos cuando se t rata de amor no correspondido. Nosotras, las mujeres decaemos y mantenemos nuestros muslos cerrados en su mayor parte cuando amamos a alguien que no podemos tener. Los chicos balancean su mierda alrededor de cualquier cosa que tenga un agujero, tratando de olvidar lo que quieren.
—Guau. —Me reí—. Tan elocuente.
Ella le lanzó una sonrisa rápida. —Es cierto. Algo así como las leyes de la física. Es sólo la forma en que es, lo que me lleva a una pregunta muy importante. ¿Todavía lo amas?
Mi corazón cayó a través de mi pecho. —Nunca dije que lo amaba.
Puso sus ojos en blanco. —Está bien. Detén las mentiras. Como he dicho, ha sido evidente desde que he sabido que estabas enamorada de él. Al escucharte contarme lo que pasó, pude distinguirlo en tu voz.
Responde a la pregunta.
Fui clavada por su mirada fija. Andrea en verdad necesita darle un vistazo a la aplicación leyes o algo así. Ella nunca haría eso con su pasado, lo entiendo, pero vaya si no tenía la dureza de detective en su voz. Tenía una opción en ese momento. Podría decirle lo que quería decir, o podía decir la verdad. A veces mentir era la cosa más fácil de hacer, sobre todo cuando me estaba mintiendo a mí misma. Y decir la verdad en voz alta significaba que nunca podría retractarme de nuevo.
—Está bien —le dije—. Todavía lo amo. —Una vez que esas palabras salieron, esperaba globos y brillo caer desde el techo o algo así. Por supuesto, eso no sucedió—. Estoy enamorada de él.
Andrea asintió lentamente. —Entonces, ¿qué es lo que quieres, _______?
Tiré el pan a medio comer en mi plato. —No lo sé. Como que, supongo que pensé que iba a intentar reparar la amistad o algo así.
—Pero no quieres simplemente una amistad.
—No.
Su frente se elevó. —¿Pero no quieres una relación?
Abrí la boca.
Andrea se inclinó hacia delante. —Tienes que estar loca, y confía en mí, tienes todo el derecho. Logan ha pasado el tiempo siendo la bicicleta universal que no tenía ruedas de entrenamiento. Y tiene mucho que compensar, porque sus acciones te lastiman. Y no estoy diciendo que aún tienes que perdonarlo. Honestamente, entiendo perfectamente si no lo haces. Los chicos apestan, Logan entre ellos, pero... —Golpeteó sus dedos contra la mesa—. Pero si estás enamorada de él, y no lo perdonas dolerá más que si lo haces, _______, y él quiere hacer las paces contigo, serías una tonta por alejarte de eso.
Nudos se formaron en mi vientre al mirar a mi amiga. No perdonar a Logan dolería más al final, incluso sólo siendo amigos. Aferrarse a la ira crearía más que amargura. Pero tampoco quería ser la persona que dio tanto de sí misma a una persona que no lo merecía, y terminó nunca estando completa otra vez.
Suspiré, sin saber qué hacer o decir. —No sé, Andrea. Tal vez después de que pase un tiempo, las cosas volverán a la normalidad. —Me sentí más fuerte al decir eso. Esperanzada. Tal vez podríamos dejar atrás todo esto, con el tiempo. Eso parecía más probable que Logan profesando su amor eterno para mí—. Creo que eso ya lo veremos.
—Tienes razón. Veremos.
Levanté una ceja.
Andrea se inclinó hacia atrás, dejando caer las manos sobre sus piernas. —Está bien, bueno, no me odies.
Sospecha floreció y se extendió como una mala hierba a t ravés de mi mente. —¿Por qué te odiaría?
Una mirada tímida se deslizó en su expresión.
—Andrea.
Ella se mordió el labio y se encogió. —En cierto modo invité a alguien a la cena.
Mi estómago se revolvió. —¿Qué?
—Bueno, en cierto modo le dije a Tanner que íbamos a cenar, y él hizo la sugerencia de que sería una buena idea invitar a Logan, por lo que es realmente la culpa de Tanner, no la mía.
Todo lo que pude hacer por varios segundos fue mirarla mientras una parte de mí empezó a hacer saltos y la otra parte quería levantarse y correr hacia la puerta. —No lo hiciste.
—Ah...
—¡Andrea! —susurré.
Ella sonrió tímidamente. —En cierto modo les envié un mensaje donde estábamos, y deberían llegar en cualquier momento.
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Capítulo 38
Narra Logan
Esta es probablemente la peor idea que has tenido en mucho tiempo. —Apagué el motor y me recosté, apretando las llaves en la mano hasta que los bordes dentados cortaron contra mi palma—. En serio.
Tanner soltó un bufido. —Puedo llegar a una lista completa de las peores ideas, pero bueno, estás sobrio por primera vez en dos días. Y justo a tiempo para las fiestas.
Inclinando la cabeza contra el reposacabezas, me quejé. —Todavía se siente como si alguien estuviese golpeando mis sienes con un picahielos.
—Estabas muy borracho —comentó Tanner, alcanzando la puerta—.Por eso creo que esta cena es la mejor idea.
Froté mi palma a lo largo de mi barbilla, frunciendo el ceño ante la barba crecida allí. No me había afeitado desde la primera noche en Snowshoe. —Sí, tú podrías pensar eso, porque _______ no te odia a muerte.
Tanner rodó los ojos. —Ella no te odia a muerte. Creo que eso nunca sería posible.
—Oh, es posible. Confía en mí.
—Mira, no sé lo que realmente pasó entre ustedes dos, pero algo pasó. No es el fin del mundo. —Tanner abrió la puerta del pasajero y una gran cantidad de aire helado entró en el SUV—. Así que deja de ser tan cobarde y sal del auto.
Le lancé una mirada asesina, pero salí. Al unirme a él del otro lado, le pregunté lo que ya le había preguntado una docena de veces. —Ella sabe que voy a estar aquí, ¿cierto?
—Sip. —Tanner abrió la puerta y avanzamos dentro. Una vez que pasamos junto a la anfitriona, me miró. —Está bien. Mentí. No creo que _______ sepa.
—¿Qué? —Me detuve en medio del pasillo, casi provocando que un camarero chocara contra mí. Miré a Tanner—. ¿Estás jodidamente bromeando?
Tanner apretó su mano en mi hombro, dirigiéndome lejos de la mesa redonda abarrotada en mi camino. —Nop. Relájate. Estoy seguro de que ahora lo sabe.
Era fácil para él decir "relájate", pero me sentí como si estuviera caminando en frente de un pelotón de fusilamiento. Muchas veces desde que _______ dejó Snowshoe, había luchado contra el impulso de llamarla. No quería nada más que oír su voz y verla. Y sí, mi maldito estúpido-loco corazón se encontraba rebotando por todo el lugar, pero _______ había sido malditamente clara.
—Eres un bastardo —me quejé, pasándome una mano por mi pelo.
Hombre, me hubiera gustado afeitarme. Si bien me había duchado, estaba seguro de que todavía olía a whisky. Esa mierda podría haber sangrado de mis poros durante los próximos días.
Vi a Andrea antes de ver a _______, mi corazón latía como si hubiera corrido por todo el patio, y estaba sudando como una puta en la iglesia el domingo. De algún modo, Tanner se puso delante de mí, lo que demuestra que me encontraba arrastrando los pies como un imbécil.
El bastardo se sentó junto a Andrea, quien tenía en el rostro la jodida sonrisa más grande conocida por el hombre. Por supuesto, yo quería sentarme junto a _______. También quería tocarla, abrazarla y besarla.
Había otras cosas que quería hacer con ella, cosas que me mantuvieron despierto hasta tarde por la noche en una borrachera con mis manos entre las piernas.
Pero también estaba seguro de que me podría golpear en las bolas.
Necesitaba calmarme, me dije que lo mejor que podía hacer era actuar con normalidad. Con esto en mente, di un paso al lado de la mesa y miré a _______.
Un latido cardíaco pasó y alzó la vista, grandes ojos azules fijos directamente sobre mí, y fue como ver a Jesús. Se acuerdo. Tal vez no ver a Jesús, pero definitivamente era como ser golpeado en el pecho y escuchar ángeles.
Dios. Maldición. Era hermosa. No era que me había olvidado de eso, pero después que las cosas terminaron tan jodidas entre nosotros, se sentía como años en lugar de días desde que la había visto. Esos ojos... eran sorprendentemente azules y claros. Impresionantes. Había manchas oscuras debajo de ellos, un tono más oscuro que su piel. Quería borrarlas, pero me las arreglé para mantener mis manos lejos. Pero entonces mi mirada cayó sobre sus labios, y se separaron en una inhalación aguda. Un leve rubor se extendió por sus mejillas y quería perseguirlo con mis dedos, mi boca, mi lengua...
Todo el mundo me miraba.
Aclarando mi garganta, me obligué a sentarme y puse mis manos sobre la mesa. Eché un vistazo a _______. —Hola.
Su rostro estaba rojo como la sangre. Nadie se sonrojaba como ella lo hacía. —Hola.
Frente a mí, Tanner levantó una ceja. Andrea comenzó a jugar con un pedazo de pan como si tuviera dos años. Nadie habló, y _______ se encontraba tan rígida que pensé que se rompería por la mitad.
Guau, esto era extraño como el infierno. Tenía que irme.
—Entonces, ¿todos están emocionados por Navidad? —chilló Andrea.
Tanner la miró y dijo con voz inexpresiva—: Estoy muy emocionado.
Sus ojos se estrecharon perspicazmente. —No suenas muy emocionado.
—Bueno, no tengo doce años. —Tanner ladeó la cabeza hacia un lado—. La Navidad no es tan interesante una vez que creces.
—¿Qué? —Se quedó sin aliento, los ojos muy abiertos—. ¿La Navidad no es tan interesante una vez que creces?
Él se encogió de hombros.
—Eres antiamericano —lo acusó.
Los labios de _______ se fruncieron.
Tanner parecía no afectado. —Hombre, me gusta el tiempo libre en la escuela, y la comida. Eso es todo.
—Pero significa más que eso. —Andrea negó con la cabeza y los rizos volaron por todos lados—. ¿Qué pasa con los regalos?
—Sí, no creo que eso sea de lo que t rata Navidad —comentó.
Andrea resopló. —De eso es lo que t rata Navidad. Cualquiera que diga lo cont rario está tratando de hacerse ver todo espiritual y mierda. Lo mantengo real.
Mi mirada se deslizó a _______ y ella me miró, con las cejas levantadas.
Nuestros ojos se encontraron y por un momento, un maldito dulce momento, todo era como solía ser. Nosotros recostados, escuchando a Andrea y Tanner molestarse hasta el cansancio uno al otro. Deberíamos tener palomitas cuando los dos volvían a esto.
Pero luego _______ puso sus ojos en el vaso y empezó a juguetear con su pajilla, y eso fue un frío recordatorio de que las cosas no eran normales. _______ nunca estaba tan tranquila, y las cosas nunca fueron tensas entre nosotros.
Sin embargo, no podría decir que me arrepentía del tiempo con ella, porque no lo hacía. Odiaba como había terminado todo. Mirando hacia atrás, hubo una gran cantidad de mujeres con las que hubiera deseado haber mantenido mi polla dentro de los pantalones, pero _______ nunca sería una de ellas.
El camarero apareció y anotó nuestra orden de bebida y comida.
Una pequeña charla se formó, sobre todo entre Tanner y Andrea al final. La mantuvieron en marcha, así que no hubo un momento incómodo en la conversación, pero aquí sentado, sin hablar con _______, estaba mal en muchos niveles.
Inclinándome hacia atrás, la miré. Alzó su barbilla en el mismo momento y nuestras miradas chocaron por otro segundo. En cierto modo me sentía como un colegial inepto. Estaba tan mal. —Entonces, tu labio se ve mucho mejor.
Ella parpadeó. Era un idiota.
—Se curó bastante rápido —dijo, manteniendo la mirada en su vaso—. Sólo una pequeña marca.
Escuchar eso fue bueno. —¿Tu mandíbula?
—No me duele en absoluto.
En serio, fue un alivio escuchar eso. Incluso borracho fuera de mis cabales, había estado volviéndome loco de la preocupación por ella.
—Tus nudillos todavía se ven un poco maltratados —dijo ella, haciendo que levantase mi vista.
Nuestros ojos se encontraron y se mantuvieron esta vez. —¿Qué?
—Tus nudillos —dijo en voz baja cuando se acercó a la mano que tenía sobre la mesa. Yo contuve la respiración mientras pasaba sus dedos sobre mis nudillos. Fue un toque ligero como una pluma, pero viajó a través de mí y me sacudió. Retiró la mano, lanzando la mirada a la mesa—. ¿Te duelen?
—No. —Mi voz sonaba fuerte—. No duele en absoluto, cariño.
Sus pestañas se movieron rápidamente, y sus ojos se precipitaron por mi rostro como si estuviera buscando algo, pero luego miró al otro lado de la mesa.
Andrea se aclaró la garganta—: ¿Escucharon que están anunciando otra tormenta de nieve la semana que viene, en la víspera de Año Nuevo?
Y así fue como la conversación se mantuvo por un tiempo. Andrea y Tanner suavizarían el tenso silencio con alguna afirmación al azar, _______ y yo apenas diciendo más que una frase completa el uno al otro, y luego llegó la comida.
_______ había pedido un bistec, pero parecía cortarlo en t rozos pequeños y empujarlo por el plato con el tenedor. —¿No tienes hambre?
Levantó la vista, metiendo el cabello hacia atrás con su mano libre.
—Creo que comí demasiado pan.
Mi mirada se dirigió a la mitad del pan que quedaba y arqueé una ceja. —No parece que comiste mucho pan.
Sus dedos se apretaron alrededor del mango de su cuchillo, y me pregunté si estaba fantaseando con que me apuñala con él. —¿Cómo sabes que no es nuestro segundo o tercer pan?
—Es el primero —declaró Andrea, deteniendo una conversación profunda sobre las diferencias entre los zombies de The Walking Dead y 28 Days Later.
_______ le disparó a su amigo una mirada, y oculté una sonrisa. Andrea se encogió de hombros y se volvió hacia Tanner. —Los infectados no son los mismos que los zombies de The Walking Dead.
Tanner sacudió la cabeza. —¿Hay realmente una diferencia?
Negué con la cabeza mientras ella hacía una descripción profunda de las diferencias. Por el rabillo de mi ojo, vi la sonrisa de _______ al pinchó un trozo de carne con el tenedor. Me miró. —Los infectados son diferentes — susurró.
Una sonrisa tiró de mis labios y de mi corazón. —Te creo.
Se encontró con mi mirada por un momento, y luego atacó a otro pedazo de carne, sumergiéndola en su puré de papas.
—¿Vas donde tus abuelos para Navidad? —Fue una pregunta estúpida. Siempre lo hacía, pero quería decir cualquier cosa.
_______ asintió. —Mis padres quieren salir en la víspera de Navidad y pasar la noche con ellos. ¿Y tú?
—El abuelo viene este año, para hacer todo eso de la mañana de
Navidad con nosotros.
—Guau. ¿Conducirá desde Morgan County él sólo?
—Sí. —El orgullo llenó mi voz—. El hombre es tan viejo como la suciedad, pero sigue corriendo como si tuviera veinte años.
—Tu abuelo es tan gracioso. ¿Recuerdas cuando trató de construir un parque sureño en el pat io t rasero de tu madre con la grúa?
Me eché a reír. —Sí, mamá no estaba muy contenta por eso.
—Tampoco lo estaban los vecinos. —Por pura costumbre, y sabía que fue lo que condujo a esto, separó la mitad de los camarones de los pinchos y los colocó en mi plato. Ni siquiera parecía darse cuenta de que lo había hecho hasta que lo hizo, entonces frunció sus cejas y se quedó en silencio.
En ese momento extrañé la facilidad de conversación y sentí el frío como un duro viento ártico. —Le dije a mamá sobre ir a la escuela veterinaria.
—¿Qué? —Dejó caer su cuchillo mientras se giró hacia mí—. ¿En serio?
Emocionado con el hecho de que tenía toda su atención, ignoré a Andrea y Tanner, que se habían quedado discutiendo durante cinco segundos. —Sí.
—¿Y bien? —La emoción volvió sus ojos en zafiros brillantes—. ¿Qué te dijo?
La conversación temida había pasado un cuarto de hora después de que caminé a través de la puerta cuando había regresado de Snowshoe. Y aproximadamente quince minutos después, había empezado a beber. —Ah, no estaba muy emocionada al respecto. Hubieron lágrimas, pero creo que al final, comprende que eso es lo que quiero.
—¿Lloró? —_______ hizo una mueca—. Oh, no.
Asentí. —Parece llevarlo mejor ahora, pero creo que va a tomar un tiempo para que se acostumbre. —Inclinándome hacia atrás, extiendo mis piernas hasta que mi muslo presiona en el de ella. Totalmente a propósito, y no se intimidó. Lo tomé como una buena señal—. Me alegro de que por fin lo puse al descubierto. Es realmente gracias a t i.
—¿A mí? —chilló.
Tanner inclinó la cabeza hacia un lado, con las cejas levantadas.
Iba a darle un puñetazo en la cara después. —Bueno, ya sabes, después de que habláramos de eso, sabía que tenía que decirle a ella algo pronto. Tú… tú me diste el coraje para hacerlo.
Tanner se atragantó.
Espero les guste
Narra Logan
Esta es probablemente la peor idea que has tenido en mucho tiempo. —Apagué el motor y me recosté, apretando las llaves en la mano hasta que los bordes dentados cortaron contra mi palma—. En serio.
Tanner soltó un bufido. —Puedo llegar a una lista completa de las peores ideas, pero bueno, estás sobrio por primera vez en dos días. Y justo a tiempo para las fiestas.
Inclinando la cabeza contra el reposacabezas, me quejé. —Todavía se siente como si alguien estuviese golpeando mis sienes con un picahielos.
—Estabas muy borracho —comentó Tanner, alcanzando la puerta—.Por eso creo que esta cena es la mejor idea.
Froté mi palma a lo largo de mi barbilla, frunciendo el ceño ante la barba crecida allí. No me había afeitado desde la primera noche en Snowshoe. —Sí, tú podrías pensar eso, porque _______ no te odia a muerte.
Tanner rodó los ojos. —Ella no te odia a muerte. Creo que eso nunca sería posible.
—Oh, es posible. Confía en mí.
—Mira, no sé lo que realmente pasó entre ustedes dos, pero algo pasó. No es el fin del mundo. —Tanner abrió la puerta del pasajero y una gran cantidad de aire helado entró en el SUV—. Así que deja de ser tan cobarde y sal del auto.
Le lancé una mirada asesina, pero salí. Al unirme a él del otro lado, le pregunté lo que ya le había preguntado una docena de veces. —Ella sabe que voy a estar aquí, ¿cierto?
—Sip. —Tanner abrió la puerta y avanzamos dentro. Una vez que pasamos junto a la anfitriona, me miró. —Está bien. Mentí. No creo que _______ sepa.
—¿Qué? —Me detuve en medio del pasillo, casi provocando que un camarero chocara contra mí. Miré a Tanner—. ¿Estás jodidamente bromeando?
Tanner apretó su mano en mi hombro, dirigiéndome lejos de la mesa redonda abarrotada en mi camino. —Nop. Relájate. Estoy seguro de que ahora lo sabe.
Era fácil para él decir "relájate", pero me sentí como si estuviera caminando en frente de un pelotón de fusilamiento. Muchas veces desde que _______ dejó Snowshoe, había luchado contra el impulso de llamarla. No quería nada más que oír su voz y verla. Y sí, mi maldito estúpido-loco corazón se encontraba rebotando por todo el lugar, pero _______ había sido malditamente clara.
—Eres un bastardo —me quejé, pasándome una mano por mi pelo.
Hombre, me hubiera gustado afeitarme. Si bien me había duchado, estaba seguro de que todavía olía a whisky. Esa mierda podría haber sangrado de mis poros durante los próximos días.
Vi a Andrea antes de ver a _______, mi corazón latía como si hubiera corrido por todo el patio, y estaba sudando como una puta en la iglesia el domingo. De algún modo, Tanner se puso delante de mí, lo que demuestra que me encontraba arrastrando los pies como un imbécil.
El bastardo se sentó junto a Andrea, quien tenía en el rostro la jodida sonrisa más grande conocida por el hombre. Por supuesto, yo quería sentarme junto a _______. También quería tocarla, abrazarla y besarla.
Había otras cosas que quería hacer con ella, cosas que me mantuvieron despierto hasta tarde por la noche en una borrachera con mis manos entre las piernas.
Pero también estaba seguro de que me podría golpear en las bolas.
Necesitaba calmarme, me dije que lo mejor que podía hacer era actuar con normalidad. Con esto en mente, di un paso al lado de la mesa y miré a _______.
Un latido cardíaco pasó y alzó la vista, grandes ojos azules fijos directamente sobre mí, y fue como ver a Jesús. Se acuerdo. Tal vez no ver a Jesús, pero definitivamente era como ser golpeado en el pecho y escuchar ángeles.
Dios. Maldición. Era hermosa. No era que me había olvidado de eso, pero después que las cosas terminaron tan jodidas entre nosotros, se sentía como años en lugar de días desde que la había visto. Esos ojos... eran sorprendentemente azules y claros. Impresionantes. Había manchas oscuras debajo de ellos, un tono más oscuro que su piel. Quería borrarlas, pero me las arreglé para mantener mis manos lejos. Pero entonces mi mirada cayó sobre sus labios, y se separaron en una inhalación aguda. Un leve rubor se extendió por sus mejillas y quería perseguirlo con mis dedos, mi boca, mi lengua...
Todo el mundo me miraba.
Aclarando mi garganta, me obligué a sentarme y puse mis manos sobre la mesa. Eché un vistazo a _______. —Hola.
Su rostro estaba rojo como la sangre. Nadie se sonrojaba como ella lo hacía. —Hola.
Frente a mí, Tanner levantó una ceja. Andrea comenzó a jugar con un pedazo de pan como si tuviera dos años. Nadie habló, y _______ se encontraba tan rígida que pensé que se rompería por la mitad.
Guau, esto era extraño como el infierno. Tenía que irme.
—Entonces, ¿todos están emocionados por Navidad? —chilló Andrea.
Tanner la miró y dijo con voz inexpresiva—: Estoy muy emocionado.
Sus ojos se estrecharon perspicazmente. —No suenas muy emocionado.
—Bueno, no tengo doce años. —Tanner ladeó la cabeza hacia un lado—. La Navidad no es tan interesante una vez que creces.
—¿Qué? —Se quedó sin aliento, los ojos muy abiertos—. ¿La Navidad no es tan interesante una vez que creces?
Él se encogió de hombros.
—Eres antiamericano —lo acusó.
Los labios de _______ se fruncieron.
Tanner parecía no afectado. —Hombre, me gusta el tiempo libre en la escuela, y la comida. Eso es todo.
—Pero significa más que eso. —Andrea negó con la cabeza y los rizos volaron por todos lados—. ¿Qué pasa con los regalos?
—Sí, no creo que eso sea de lo que t rata Navidad —comentó.
Andrea resopló. —De eso es lo que t rata Navidad. Cualquiera que diga lo cont rario está tratando de hacerse ver todo espiritual y mierda. Lo mantengo real.
Mi mirada se deslizó a _______ y ella me miró, con las cejas levantadas.
Nuestros ojos se encontraron y por un momento, un maldito dulce momento, todo era como solía ser. Nosotros recostados, escuchando a Andrea y Tanner molestarse hasta el cansancio uno al otro. Deberíamos tener palomitas cuando los dos volvían a esto.
Pero luego _______ puso sus ojos en el vaso y empezó a juguetear con su pajilla, y eso fue un frío recordatorio de que las cosas no eran normales. _______ nunca estaba tan tranquila, y las cosas nunca fueron tensas entre nosotros.
Sin embargo, no podría decir que me arrepentía del tiempo con ella, porque no lo hacía. Odiaba como había terminado todo. Mirando hacia atrás, hubo una gran cantidad de mujeres con las que hubiera deseado haber mantenido mi polla dentro de los pantalones, pero _______ nunca sería una de ellas.
El camarero apareció y anotó nuestra orden de bebida y comida.
Una pequeña charla se formó, sobre todo entre Tanner y Andrea al final. La mantuvieron en marcha, así que no hubo un momento incómodo en la conversación, pero aquí sentado, sin hablar con _______, estaba mal en muchos niveles.
Inclinándome hacia atrás, la miré. Alzó su barbilla en el mismo momento y nuestras miradas chocaron por otro segundo. En cierto modo me sentía como un colegial inepto. Estaba tan mal. —Entonces, tu labio se ve mucho mejor.
Ella parpadeó. Era un idiota.
—Se curó bastante rápido —dijo, manteniendo la mirada en su vaso—. Sólo una pequeña marca.
Escuchar eso fue bueno. —¿Tu mandíbula?
—No me duele en absoluto.
En serio, fue un alivio escuchar eso. Incluso borracho fuera de mis cabales, había estado volviéndome loco de la preocupación por ella.
—Tus nudillos todavía se ven un poco maltratados —dijo ella, haciendo que levantase mi vista.
Nuestros ojos se encontraron y se mantuvieron esta vez. —¿Qué?
—Tus nudillos —dijo en voz baja cuando se acercó a la mano que tenía sobre la mesa. Yo contuve la respiración mientras pasaba sus dedos sobre mis nudillos. Fue un toque ligero como una pluma, pero viajó a través de mí y me sacudió. Retiró la mano, lanzando la mirada a la mesa—. ¿Te duelen?
—No. —Mi voz sonaba fuerte—. No duele en absoluto, cariño.
Sus pestañas se movieron rápidamente, y sus ojos se precipitaron por mi rostro como si estuviera buscando algo, pero luego miró al otro lado de la mesa.
Andrea se aclaró la garganta—: ¿Escucharon que están anunciando otra tormenta de nieve la semana que viene, en la víspera de Año Nuevo?
Y así fue como la conversación se mantuvo por un tiempo. Andrea y Tanner suavizarían el tenso silencio con alguna afirmación al azar, _______ y yo apenas diciendo más que una frase completa el uno al otro, y luego llegó la comida.
_______ había pedido un bistec, pero parecía cortarlo en t rozos pequeños y empujarlo por el plato con el tenedor. —¿No tienes hambre?
Levantó la vista, metiendo el cabello hacia atrás con su mano libre.
—Creo que comí demasiado pan.
Mi mirada se dirigió a la mitad del pan que quedaba y arqueé una ceja. —No parece que comiste mucho pan.
Sus dedos se apretaron alrededor del mango de su cuchillo, y me pregunté si estaba fantaseando con que me apuñala con él. —¿Cómo sabes que no es nuestro segundo o tercer pan?
—Es el primero —declaró Andrea, deteniendo una conversación profunda sobre las diferencias entre los zombies de The Walking Dead y 28 Days Later.
_______ le disparó a su amigo una mirada, y oculté una sonrisa. Andrea se encogió de hombros y se volvió hacia Tanner. —Los infectados no son los mismos que los zombies de The Walking Dead.
Tanner sacudió la cabeza. —¿Hay realmente una diferencia?
Negué con la cabeza mientras ella hacía una descripción profunda de las diferencias. Por el rabillo de mi ojo, vi la sonrisa de _______ al pinchó un trozo de carne con el tenedor. Me miró. —Los infectados son diferentes — susurró.
Una sonrisa tiró de mis labios y de mi corazón. —Te creo.
Se encontró con mi mirada por un momento, y luego atacó a otro pedazo de carne, sumergiéndola en su puré de papas.
—¿Vas donde tus abuelos para Navidad? —Fue una pregunta estúpida. Siempre lo hacía, pero quería decir cualquier cosa.
_______ asintió. —Mis padres quieren salir en la víspera de Navidad y pasar la noche con ellos. ¿Y tú?
—El abuelo viene este año, para hacer todo eso de la mañana de
Navidad con nosotros.
—Guau. ¿Conducirá desde Morgan County él sólo?
—Sí. —El orgullo llenó mi voz—. El hombre es tan viejo como la suciedad, pero sigue corriendo como si tuviera veinte años.
—Tu abuelo es tan gracioso. ¿Recuerdas cuando trató de construir un parque sureño en el pat io t rasero de tu madre con la grúa?
Me eché a reír. —Sí, mamá no estaba muy contenta por eso.
—Tampoco lo estaban los vecinos. —Por pura costumbre, y sabía que fue lo que condujo a esto, separó la mitad de los camarones de los pinchos y los colocó en mi plato. Ni siquiera parecía darse cuenta de que lo había hecho hasta que lo hizo, entonces frunció sus cejas y se quedó en silencio.
En ese momento extrañé la facilidad de conversación y sentí el frío como un duro viento ártico. —Le dije a mamá sobre ir a la escuela veterinaria.
—¿Qué? —Dejó caer su cuchillo mientras se giró hacia mí—. ¿En serio?
Emocionado con el hecho de que tenía toda su atención, ignoré a Andrea y Tanner, que se habían quedado discutiendo durante cinco segundos. —Sí.
—¿Y bien? —La emoción volvió sus ojos en zafiros brillantes—. ¿Qué te dijo?
La conversación temida había pasado un cuarto de hora después de que caminé a través de la puerta cuando había regresado de Snowshoe. Y aproximadamente quince minutos después, había empezado a beber. —Ah, no estaba muy emocionada al respecto. Hubieron lágrimas, pero creo que al final, comprende que eso es lo que quiero.
—¿Lloró? —_______ hizo una mueca—. Oh, no.
Asentí. —Parece llevarlo mejor ahora, pero creo que va a tomar un tiempo para que se acostumbre. —Inclinándome hacia atrás, extiendo mis piernas hasta que mi muslo presiona en el de ella. Totalmente a propósito, y no se intimidó. Lo tomé como una buena señal—. Me alegro de que por fin lo puse al descubierto. Es realmente gracias a t i.
—¿A mí? —chilló.
Tanner inclinó la cabeza hacia un lado, con las cejas levantadas.
Iba a darle un puñetazo en la cara después. —Bueno, ya sabes, después de que habláramos de eso, sabía que tenía que decirle a ella algo pronto. Tú… tú me diste el coraje para hacerlo.
Tanner se atragantó.
Espero les guste
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Hahahahhahahahahah esta súper espero y la sigas pronto jeje :3 <3
manzana16
Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
manzana16 escribió:Hahahahhahahahahah esta súper espero y la sigas pronto jeje :3 <3
Hahahahahaha si, ya la segui!!
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Capítulo 39
En serio haría marionetas con las patadas en las bolas que le daré, pero _______ sonrió, sonrió tan amplia y hermosamente que las pelotas de Tanner podrían estar a salvo. —Eso es genial —dijo—. Estoy feliz por ti. En serio. Sé que eso es lo que quieres, y serás grandioso en ello.
La presión se cerró sobre mi pecho, y había tanto que tenía que decir. Ahora no era el momento adecuado, pero tenía que decir algo, porque estaba a dos segundos de tirarme sobre ella. —¿Qué haces después?
—Nada. —respondió Andrea por ella—. No va a hacer absolutamente nada.
_______ se volvió lentamente hacia Andrea, y quería abrazar a la maldita chica. —Así que no tienes nada que hacer —corté antes de que _______ pudiera decir nada. Se volvió hacia mí, y sentí como si todo se reducía a este minuto. Si decía que no, entonces yo sabía que iba a hacer. Mis músculos se sujetaron como si estuviera a punto de alcanzar una alta pendiente—. ¿Podemos…?
—Logan Henderson —una voz suave y ronca interrumpió—. Jodida mierda, esta va a ser mi noche de suerte.
*****
Narra _______
La cena había comenzado en siete círculos del infierno diferentes, pero en el t ranscurso de la comida, me había relajado. No completamente, porque sentarme al lado de Logan era una verdadera prueba de auto-cont rol. Me debat ía ent re el deseo de meterme en sus brazos y el deseo de echarlo de la cabina.
¿Pero con él mirándome como si fuera la única cosa que necesitaba en su vida? Estaba empezando a sumarle puntos a la parte de arrast rarme-sobre-su-regazo, cuando una voz hecha para conseguir que los chicos se bajasen sus pantalones se deslizó por mi piel como las serpientes.
Forcé mi mirada lejos de los ojos marrón oscuro de Logan, vi a una chica que apenas reconocí. Me tomó unos pocos minutos recordar su nombre, era Corie. Habíamos ido juntas al inst ituto. No tenía ni idea de lo que había estado haciendo en los últ imos años, pero recordé quién había estado arriba de ella varias veces en la secundaria.
Mi mirada recorrió su suéter rojo ceñido. Corie tenía tetas que eran un sueño. Me miró, y supe que descartó mi presencia al instante. Como si el hecho de que Logan se encont rara sentado a mi lado en una mesa no significara nada.
En cualquier ot ro momento, probablemente no me habría molestado. En todo caso, estaba acostumbrada a las chicas cualquieras acercándose a Logan a todos los lugares que íbamos. El chico estaba bien usado, ¿pero ahora, después de todo? Sí, esto no me hizo sent ir cálida ni llena de confianza.
Andrea murmuró algo en voz baja mientras Logan se giraba lentamente. —Hola —dijo sin alterarse—. ¿Cómo has estado, Corie?
Corie apoyó una mano en su cadera mient ras sus labios pintados de rojo se extendían en una sonrisa. —He estado bien. No te he visto por aquí últ imamente. ¿Supongo que estás en casa para Navidad?
—No jodas —murmuró en voz baja Andrea, y estaba segura de Corie no la oyó.
Tanner apretó los labios cuando de repente se dedicó a la comida en su plato.
—Sí, estoy en casa por un tiempo. —Logan dejó caer su brazo en el respaldo del asiento detrás de mí—. Luego nos vamos de regreso a la escuela.
Si "nos" era un código oculto para algo, nadie lo captó, especialmente Corie. Ella lanzó oleadas de su cabello rubio sobre su hombro y luego se cruzó de brazos. Incluso mis ojos fueron directamente a su escote. —Estoy en el descanso, también, de Shepherd, hasta el quince de enero. Deberíamos reunirnos.
Era como si yo ni siquiera estuviera allí sentada.
—No estoy muy seguro —respondió diplomáticamente Logan—. Voy a estar muy ocupado, pero fue bueno verte, ¿de acuerdo?
Corie parpadeó, y sus labios formaron una O perfecta. Yo estaba haciendo lo mismo. Ni siquiera podía pensar en una vez que Logan hubiera rechazado una chica bonita. Por supuesto, podría ser porque me encontraba sentada ahí, y teniendo en cuenta nuest ra historia recién adquirida, él estaba siendo un poco más discreto de lo normal.
Mi mirada captó a Andrea, ella tenía esta gran sonrisa de gato-quese- comió-todos-los-canarios-en-la-jaula y no pude evitar la sonrisa que apareció en mis labios.
—Bueno, llámame. Haré t iempo para t i, si tú haces t iempo para mí.
—Corie sonrió, pero carecía de la confianza de antes—. Hasta luego.
Logan asint ió.
Después de que Corie rebotó en algún lugar, el silencio cayó sobre la mesa y la sonrisa se escabulló de mis labios. La incomodidad revolvió la comida en mi estómago y me hubiera gustado no haber comido como lo hice. Tanner seguía estudiando su comida como si fuera a ser evaluado en eso. Andrea estaba notablemente t ranquila, lo que significaba que el Apocalipsis había comenzado, y Logan tenía la mirada perdida en la distancia, un músculo t rabajando en su mandíbula. No sé exactamente lo que hizo que todo se hundiera en ese momento, pero pronto me di cuenta, como realmente entendí, que lo que había sucedido ent re nosot ros afectó cada aspecto de nuest ras vidas.
Incluso a nuest ros amigos.
Porque en este momento, Tanner y Andrea estaban probablemente experimentando un caso loco de vergüenza indirecta, o simplemente no sabían cómo manejar la situación. Tal vez se sent ían mal por mí, o se sent ían incómodos en nombre de Logan. Probablemente esperaban a ver cómo iba a reaccionar, si estaría enojada, o celosa, o escurrida en lágrimas.
Incluso si Logan y yo superamos esto y quedamos como amigos, nuestros amigos siempre se sentirían incómodos. El peso de ese conocimiento se instaló en mis hombros y me desplomé, queriendo nada más que ir a casa y meterme en la cama.
La verdad, sin importa lo que dijo Andrea o lo que yo quería creer, era que Logan no era la clase de chico que asumía compromisos. Y si quería estar conmigo, hubiera llamado o hecho algo después de mi partida.
Cualquier otra cosa que fuera emborracharse hasta llegar a un estado de estupor, y por supuesto probablemente quería salvar nuestra amistad. Era... era un buen chico así.
Andrea me sonrió, y pareció darse cuenta hasta qué punto mi estado de ánimo se había desplomado. —¿Estás lista para salir de aquí?
Haciendo caso omiso de la mirada aguda de Logan, asentí. No creo que en ese momento hubiera cualquier cosa que quisiera más que salir como el infierno fuera de allí.
*****
Narra Logan
Las chicas se marcharon, dejándonos a Tanner y a mí a nuest ra suerte. Él ordeno una cerveza, y si yo no estuviera manejando hubiera ordenado una botella completa de Jim Beam.
—Eso fue brillante —dije, frotando mis sienes.
Tanner se rió. —No creo que haya sido tan malo. Bueno, cuando la
Rubiecita apareció, fue muy incómodo pero…
—¿Sólo fue incómodo? —No podía creer que Corie apareciera en nuestra mesa. _______ y yo parecíamos estar llegando a algo y luego BAM, una explosión del pasado. En ese jodido momento—. Estoy seguro que _______ lo disfrutó.
Tomó un trago de su cerveza. —Amigo, necesitas decirme que está pasando entre ustedes, porque hace una semana, _______ probablemente hubiera estado molesta por eso, pero parece que ni siquiera le importó. Así que déjate de tonterías y dime que pasó.
Arqueé una ceja.
Tanner guiñó. —O tendré que preguntarle a Andrea lo que ocurrió, en cuya versión serás un gran estúpido. Dime tu lado de la historia.
—Soy un gran estúpido.
Inclinó su barbilla hacia abajo. —Dímelo.
Lo último que quería hacer era hablar sobre problemas femeninos con Tanner, pero mierda, noté por la forma en la que Andrea actuó, que ella lo sabía. Lo sacaría a colación tarde o temprano... así que le conté la cruda verdad. Omit í los detalles, por t ratarse de _______, era simplemente malo. Cuando terminé, no me sent í mejor. Solo confirmé lo malditamente idiota que había sido todo este t iempo, años siendo el Rey de los Idiotas.
Tanner se recargó, sacudiendo su cabeza lentamente. —Creo que necesito ot ra cerveza para absorber todo esto.
—Mierda. Tú y yo —Pasé mi mano por mi cabello—. Así que sí, la cagué. Magníficamente.
—Hay gente que ha metido la pata más que tú, hermano —Se inclinó hacia adelante, su expresión era seria—. Lo ocurrido con Zach es jodidamente terrible, pero tú no sabías lo que iba a suceder. _______ es una chica razonable. Lo superará.
—No creo que pueda superar esto —Hice una pausa, mirando a la mesa—. El hijo de puta la lastimo por culpa de lo que yo hice en el pasado. Si no fuera por mí, nunca hubiera pasado eso.
—Pero tú no se lo hiciste.
—¿En serio hay una diferencia?
—Si —dijo Tanner rotundamente—. No es una gran diferencia. Hiciste que la situación se creara, pero no obligaste a ese hijo de puta a hacerlo.
Eso no es tu culpa, hermano, no lo es.
Capté su punto, pero tardaría mucho absolver mi culpa.
—Y ese no es el gran problema —dijo Tanner, mirándome—. ¿Le mentiste sobre Sasha?
—Mierda —Levanté mis manos—. Realmente no lo sé. Quiero decir, cuando _______ me preguntó por ella, fue antes de que cualquier cosa pasara entre nosotros. No creo que _______ haya pensado diferente de mí. Solo dije que Sasha y yo no éramos así. Y no lo somos. La última vez que nos vimos fue hace más de un año. No estaba pensando claramente cuando se lo dije a _______.
—Umm, los detalles técnicos son problemas —Tanner terminó su cerveza con los ojos entrecerrados—. ¿En serio pensaste que _______ no estaba loca por t i?
—No. No creía que fuera así. No podría pensarlo porque…
—Se arruinaría su amistad. Lo entiendo, pero demonios, esa chica…
de seguro pasaste por una grave negación —Se encogió de hombros—.
Tiene sentido, tú deseándola en secreto, y toda esa mierda.
—¿En serio?
Tanner se echó a reír. —Sí, hombre. Ni siquiera soportabas que un chico mirara en su dirección. Diablos, si yo la miraba demasiado tiempo te cabreabas. ¿Y cuándo golpeaste a Nate? Esa es una amistad bastante “fuerte”.
—Cállate —gruñí.
Él sonrió. —Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Ser un idiota o arreglar esto?
—¿Perdón? —Moví mi cabeza—. Amigo, tienes suerte de que te quiera.
—Tienes suerte de que no joda —guiñó, mientras bajaba la manga de su suéter, cubriendo uno de los intricados tatuajes en su brazo—. Mira, hablo en serio. ¿Amas a esta chica, cierto?
Por una vez en mi vida, no lo dudé. —Sí. La amo, Tanner —Santa mierda, era la primera vez que lo decía en voz alta. Me sacudió, mi voz era pesada—. La amo más que a nada.
—Entonces, ¿cuál es el problema?
Me quede mirándolo. —Estoy seguro que hice una lista de todos los problemas.
—Dijiste un montón de mierda, eso es lo que hiciste. Nada que no se pueda arreglar. No es como si nunca hubieras hecho algo imperdonable.
No es como si alguno de ustedes estuviera muerto.
No sabía qué decir. —Maldición… —Y eso fue todo lo que pude decir.
Tanner suspiró. —Mucha gente mataría por la oportunidad de estar con la persona que ama. No lo arruines.
En serio haría marionetas con las patadas en las bolas que le daré, pero _______ sonrió, sonrió tan amplia y hermosamente que las pelotas de Tanner podrían estar a salvo. —Eso es genial —dijo—. Estoy feliz por ti. En serio. Sé que eso es lo que quieres, y serás grandioso en ello.
La presión se cerró sobre mi pecho, y había tanto que tenía que decir. Ahora no era el momento adecuado, pero tenía que decir algo, porque estaba a dos segundos de tirarme sobre ella. —¿Qué haces después?
—Nada. —respondió Andrea por ella—. No va a hacer absolutamente nada.
_______ se volvió lentamente hacia Andrea, y quería abrazar a la maldita chica. —Así que no tienes nada que hacer —corté antes de que _______ pudiera decir nada. Se volvió hacia mí, y sentí como si todo se reducía a este minuto. Si decía que no, entonces yo sabía que iba a hacer. Mis músculos se sujetaron como si estuviera a punto de alcanzar una alta pendiente—. ¿Podemos…?
—Logan Henderson —una voz suave y ronca interrumpió—. Jodida mierda, esta va a ser mi noche de suerte.
*****
Narra _______
La cena había comenzado en siete círculos del infierno diferentes, pero en el t ranscurso de la comida, me había relajado. No completamente, porque sentarme al lado de Logan era una verdadera prueba de auto-cont rol. Me debat ía ent re el deseo de meterme en sus brazos y el deseo de echarlo de la cabina.
¿Pero con él mirándome como si fuera la única cosa que necesitaba en su vida? Estaba empezando a sumarle puntos a la parte de arrast rarme-sobre-su-regazo, cuando una voz hecha para conseguir que los chicos se bajasen sus pantalones se deslizó por mi piel como las serpientes.
Forcé mi mirada lejos de los ojos marrón oscuro de Logan, vi a una chica que apenas reconocí. Me tomó unos pocos minutos recordar su nombre, era Corie. Habíamos ido juntas al inst ituto. No tenía ni idea de lo que había estado haciendo en los últ imos años, pero recordé quién había estado arriba de ella varias veces en la secundaria.
Mi mirada recorrió su suéter rojo ceñido. Corie tenía tetas que eran un sueño. Me miró, y supe que descartó mi presencia al instante. Como si el hecho de que Logan se encont rara sentado a mi lado en una mesa no significara nada.
En cualquier ot ro momento, probablemente no me habría molestado. En todo caso, estaba acostumbrada a las chicas cualquieras acercándose a Logan a todos los lugares que íbamos. El chico estaba bien usado, ¿pero ahora, después de todo? Sí, esto no me hizo sent ir cálida ni llena de confianza.
Andrea murmuró algo en voz baja mientras Logan se giraba lentamente. —Hola —dijo sin alterarse—. ¿Cómo has estado, Corie?
Corie apoyó una mano en su cadera mient ras sus labios pintados de rojo se extendían en una sonrisa. —He estado bien. No te he visto por aquí últ imamente. ¿Supongo que estás en casa para Navidad?
—No jodas —murmuró en voz baja Andrea, y estaba segura de Corie no la oyó.
Tanner apretó los labios cuando de repente se dedicó a la comida en su plato.
—Sí, estoy en casa por un tiempo. —Logan dejó caer su brazo en el respaldo del asiento detrás de mí—. Luego nos vamos de regreso a la escuela.
Si "nos" era un código oculto para algo, nadie lo captó, especialmente Corie. Ella lanzó oleadas de su cabello rubio sobre su hombro y luego se cruzó de brazos. Incluso mis ojos fueron directamente a su escote. —Estoy en el descanso, también, de Shepherd, hasta el quince de enero. Deberíamos reunirnos.
Era como si yo ni siquiera estuviera allí sentada.
—No estoy muy seguro —respondió diplomáticamente Logan—. Voy a estar muy ocupado, pero fue bueno verte, ¿de acuerdo?
Corie parpadeó, y sus labios formaron una O perfecta. Yo estaba haciendo lo mismo. Ni siquiera podía pensar en una vez que Logan hubiera rechazado una chica bonita. Por supuesto, podría ser porque me encontraba sentada ahí, y teniendo en cuenta nuest ra historia recién adquirida, él estaba siendo un poco más discreto de lo normal.
Mi mirada captó a Andrea, ella tenía esta gran sonrisa de gato-quese- comió-todos-los-canarios-en-la-jaula y no pude evitar la sonrisa que apareció en mis labios.
—Bueno, llámame. Haré t iempo para t i, si tú haces t iempo para mí.
—Corie sonrió, pero carecía de la confianza de antes—. Hasta luego.
Logan asint ió.
Después de que Corie rebotó en algún lugar, el silencio cayó sobre la mesa y la sonrisa se escabulló de mis labios. La incomodidad revolvió la comida en mi estómago y me hubiera gustado no haber comido como lo hice. Tanner seguía estudiando su comida como si fuera a ser evaluado en eso. Andrea estaba notablemente t ranquila, lo que significaba que el Apocalipsis había comenzado, y Logan tenía la mirada perdida en la distancia, un músculo t rabajando en su mandíbula. No sé exactamente lo que hizo que todo se hundiera en ese momento, pero pronto me di cuenta, como realmente entendí, que lo que había sucedido ent re nosot ros afectó cada aspecto de nuest ras vidas.
Incluso a nuest ros amigos.
Porque en este momento, Tanner y Andrea estaban probablemente experimentando un caso loco de vergüenza indirecta, o simplemente no sabían cómo manejar la situación. Tal vez se sent ían mal por mí, o se sent ían incómodos en nombre de Logan. Probablemente esperaban a ver cómo iba a reaccionar, si estaría enojada, o celosa, o escurrida en lágrimas.
Incluso si Logan y yo superamos esto y quedamos como amigos, nuestros amigos siempre se sentirían incómodos. El peso de ese conocimiento se instaló en mis hombros y me desplomé, queriendo nada más que ir a casa y meterme en la cama.
La verdad, sin importa lo que dijo Andrea o lo que yo quería creer, era que Logan no era la clase de chico que asumía compromisos. Y si quería estar conmigo, hubiera llamado o hecho algo después de mi partida.
Cualquier otra cosa que fuera emborracharse hasta llegar a un estado de estupor, y por supuesto probablemente quería salvar nuestra amistad. Era... era un buen chico así.
Andrea me sonrió, y pareció darse cuenta hasta qué punto mi estado de ánimo se había desplomado. —¿Estás lista para salir de aquí?
Haciendo caso omiso de la mirada aguda de Logan, asentí. No creo que en ese momento hubiera cualquier cosa que quisiera más que salir como el infierno fuera de allí.
*****
Narra Logan
Las chicas se marcharon, dejándonos a Tanner y a mí a nuest ra suerte. Él ordeno una cerveza, y si yo no estuviera manejando hubiera ordenado una botella completa de Jim Beam.
—Eso fue brillante —dije, frotando mis sienes.
Tanner se rió. —No creo que haya sido tan malo. Bueno, cuando la
Rubiecita apareció, fue muy incómodo pero…
—¿Sólo fue incómodo? —No podía creer que Corie apareciera en nuestra mesa. _______ y yo parecíamos estar llegando a algo y luego BAM, una explosión del pasado. En ese jodido momento—. Estoy seguro que _______ lo disfrutó.
Tomó un trago de su cerveza. —Amigo, necesitas decirme que está pasando entre ustedes, porque hace una semana, _______ probablemente hubiera estado molesta por eso, pero parece que ni siquiera le importó. Así que déjate de tonterías y dime que pasó.
Arqueé una ceja.
Tanner guiñó. —O tendré que preguntarle a Andrea lo que ocurrió, en cuya versión serás un gran estúpido. Dime tu lado de la historia.
—Soy un gran estúpido.
Inclinó su barbilla hacia abajo. —Dímelo.
Lo último que quería hacer era hablar sobre problemas femeninos con Tanner, pero mierda, noté por la forma en la que Andrea actuó, que ella lo sabía. Lo sacaría a colación tarde o temprano... así que le conté la cruda verdad. Omit í los detalles, por t ratarse de _______, era simplemente malo. Cuando terminé, no me sent í mejor. Solo confirmé lo malditamente idiota que había sido todo este t iempo, años siendo el Rey de los Idiotas.
Tanner se recargó, sacudiendo su cabeza lentamente. —Creo que necesito ot ra cerveza para absorber todo esto.
—Mierda. Tú y yo —Pasé mi mano por mi cabello—. Así que sí, la cagué. Magníficamente.
—Hay gente que ha metido la pata más que tú, hermano —Se inclinó hacia adelante, su expresión era seria—. Lo ocurrido con Zach es jodidamente terrible, pero tú no sabías lo que iba a suceder. _______ es una chica razonable. Lo superará.
—No creo que pueda superar esto —Hice una pausa, mirando a la mesa—. El hijo de puta la lastimo por culpa de lo que yo hice en el pasado. Si no fuera por mí, nunca hubiera pasado eso.
—Pero tú no se lo hiciste.
—¿En serio hay una diferencia?
—Si —dijo Tanner rotundamente—. No es una gran diferencia. Hiciste que la situación se creara, pero no obligaste a ese hijo de puta a hacerlo.
Eso no es tu culpa, hermano, no lo es.
Capté su punto, pero tardaría mucho absolver mi culpa.
—Y ese no es el gran problema —dijo Tanner, mirándome—. ¿Le mentiste sobre Sasha?
—Mierda —Levanté mis manos—. Realmente no lo sé. Quiero decir, cuando _______ me preguntó por ella, fue antes de que cualquier cosa pasara entre nosotros. No creo que _______ haya pensado diferente de mí. Solo dije que Sasha y yo no éramos así. Y no lo somos. La última vez que nos vimos fue hace más de un año. No estaba pensando claramente cuando se lo dije a _______.
—Umm, los detalles técnicos son problemas —Tanner terminó su cerveza con los ojos entrecerrados—. ¿En serio pensaste que _______ no estaba loca por t i?
—No. No creía que fuera así. No podría pensarlo porque…
—Se arruinaría su amistad. Lo entiendo, pero demonios, esa chica…
de seguro pasaste por una grave negación —Se encogió de hombros—.
Tiene sentido, tú deseándola en secreto, y toda esa mierda.
—¿En serio?
Tanner se echó a reír. —Sí, hombre. Ni siquiera soportabas que un chico mirara en su dirección. Diablos, si yo la miraba demasiado tiempo te cabreabas. ¿Y cuándo golpeaste a Nate? Esa es una amistad bastante “fuerte”.
—Cállate —gruñí.
Él sonrió. —Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Ser un idiota o arreglar esto?
—¿Perdón? —Moví mi cabeza—. Amigo, tienes suerte de que te quiera.
—Tienes suerte de que no joda —guiñó, mientras bajaba la manga de su suéter, cubriendo uno de los intricados tatuajes en su brazo—. Mira, hablo en serio. ¿Amas a esta chica, cierto?
Por una vez en mi vida, no lo dudé. —Sí. La amo, Tanner —Santa mierda, era la primera vez que lo decía en voz alta. Me sacudió, mi voz era pesada—. La amo más que a nada.
—Entonces, ¿cuál es el problema?
Me quede mirándolo. —Estoy seguro que hice una lista de todos los problemas.
—Dijiste un montón de mierda, eso es lo que hiciste. Nada que no se pueda arreglar. No es como si nunca hubieras hecho algo imperdonable.
No es como si alguno de ustedes estuviera muerto.
No sabía qué decir. —Maldición… —Y eso fue todo lo que pude decir.
Tanner suspiró. —Mucha gente mataría por la oportunidad de estar con la persona que ama. No lo arruines.
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
Capítulo 40
Él nunca decía algo de su pasado, y a excepción de su rareza con Andrea, no hablaba de otras chicas. ¿Entrar y salir de las camas? Eso era más su estilo. —¿Qué hay de ti?
—¿De mí? —Rió de nuevo—. Soy alérgico a esa cosa. ¿Amor? Nop.
Lo único que lo he visto hacer es provocar dolor y arruinar vidas. No quiero ser parte de eso.
Mis cejas se arquearon con sorpresa. —Guau. Eso es… eso es tan romántico.
—Lo que sea. No estamos hablando de mí, y no lo haremos, así que quita esa cara.
Levanté las manos. —Mensaje recibido.
Tanner ladeó la cabeza y me dio una sonrisa forzada. —De todos modos, todo lo que digo es: ¿por qué sigues sentado aquí hablando conmigo?
Mirándolo un momento, me encogí de hombros. —¿Quién más va a llevar a casa ese culo malhumorado?
*****
Narra _______
Cambiándome a los pantalones de pijama, me puse un suéter largo de punto grueso sobre mi camiseta mientras bajaba en mis pantuflas acolchadas. Sintiéndome increíblemente necesitada de mi madre, me sentí decepcionada al verla recostada junto a papá en el sofá, las luces multicolores del árbol de Navidad destellando en sus formas. Resistí a la tentación de moverme entre ellos y reclamar atención.
Me dirigí a la cocina y agarré la caja de chocolate. Una vez hecho, tomé mi taza y subí, poniéndolo en mi mesita de noche para que se enfriara. Até mi cabello en una cola desordenada mientras me arrastraba a la biblioteca. Lo que necesitaba era perderme en algún buen libro, uno con un montón de buen sexo y angustia, terminando con un increíble felices para siempre que me haga odiar y amar el libro al mismo tiempo.
Mi mente recorrió las decisiones, algunas correctas, otras deformadas, mi cerebro dando vueltas en territorio prohibido. Tenía un solo nombre: Logan. Dios. No quería pensar en él, no quería pensar en la manera que me miró cuando me fui con Andrea, como si hubiera herido sus sentimientos o algo así.
Sacando un viejo libro favorito, me dirigí de nuevo a la cama y me dejé caer. Dejé el libro sobre la colcha y recogí mi chocolate caliente, deseando haber tomado algunos malvaviscos.
Traté de entrar en el libro, pero me encontré leyendo el párrafo dos o tres veces sin tener idea de lo que leía. Me dejé caer sobre mi espalda, puse mis brazos sobre mi cara y gemí. Tenía ganas de llorar, gritar, rabiar y meter la cara bajo la almohada.
De una extraña manera, se sentía como si hubiese pasado un año desde que dejó de nevar. Mucho había cambiado en tan corto espacio de tiempo. ¿En serio fue sólo la semana pasada cuando consideré que Paul estaba interesado en mí? ¿Fue sólo hace una semana que mi corazón había sido herido pero completamente sanado? Ahora, ni siquiera podía pensar en salir con nadie.
Y mi corazón se encontraba totalmente demolido.
¿Qué se supone que debía hacer? ¿Fingir que no pasó nada? Eso no funcionaría. ¿Evitarlo? Sería muy difícil, casi imposible de considerar. Cerré los ojos con fuerza para luchar contra las lágrimas. ¿Cómo lo iba a evitar cuando era una parte tan intricada en mi vida?
¿Qué tal si ahora Logan pensaba que era tan fría como Nate había dicho?
Dándome la vuelta, metí mi cara en la almohada, me iba a volver loca porque no tenía respuestas para nada de esto. Y no las tendría.
Tap.
Me alcé sobre los codos y fruncí el ceño. ¿Ya me había vuelto loca?
Porque juro que creí haber oído un:
Tap.
Impulsándome sobre mis rodillas, me giré, explorando el vacío. No vi nada que podría haber provocado ese sonido.
—Está bien —dije, en voz baja, deslizándome fuera de la cama.
Caminé hasta el cent ro de la habitación y me quedé inmóvil.
Tap.
Salté.
Oh, Dios mío. ¿Y si mi casa ahora estaba embrujada? ¿O qué si estaba a punto de descubrir alguna mierda del Cisne Negro? ¿Qué pasa si…?
Tap.
Giré hacia la ventana. ¡Aja! Venía de la ventana de mi habitación… a dos pisos del suelo. ¿Qué demonios?
Y entonces me di cuenta. El sonido-oh-santo-bebé-Jesús, el sonido era familiar. No era un fantasma, pero la locura seguía siendo una opción, ya que no podía ser lo que yo pensaba que era.
Hace años, Logan solía aventar piedras antes de subirse a un árbol para llegar a la ventana de mi dormitorio. Así, cliché y ridículo, pero lo hizo hasta la escuela secundaria.
No podía ser.
Mis piernas temblaban mientras daba un paso adelante, y luego dos.
Llegué a la ventana, y con manos temblorosas, separé las tenues cortinas blancas, un segundo después una piedra golpeó el grueso cristal de la ventana en la parte baja.
Me congelé mientras mi corazón se aceleraba, y luego levanté el pestillo y abrí la ventana. Me deslicé a un lado y me incliné hacia el congelante aire de diciembre.
Y mi corazón dio un vuelco.
Logan se encontraba abajo, junto a un reno de alambre iluminado, llevaba un gorro de lana y tenía un brazo levantado. Lo bajó un segundo después de verme. —¡Oh, Mierda!
Brinqué hacia atrás mientras una pequeña piedra pasaba por mi cara. Santa mierda, puse mi mano sobre mi corazón acelerado y con cautela me acerqué de nuevo a la ventana. Me asomé.
Logan agitó su brazo. —¡Lo siento!
—Está bien —Eso fue realmente surrealista. Tal vez estaba soñando—. ¿Qué estás haciendo, Logan?
—Hablándote.
—Puedo ver eso. ¿Por qué… por qué no llamaste? —Parecía la forma más fácil de hablar conmigo.
Se balanceó de un pie a otro y se acurrucó en su chaqueta. —Necesitaba hablar contigo cara a cara.
La luz del pórtico se encendió e hice una mueca. Una conversación cara a cara no era posible con él afuera, y con uno, probablemente ambos, de mis padres despiertos. —Logan…
—Espera —gritó—. Voy a subir.
¿Voy a subir? Entonces comprendí que no iba a usar la puerta. Oh querido Señor, subiría por el árbol. ¡Se iba a matar! Me asomé a la ventana, mi aliento resoplando pequeñas nubes blancas frente a mi cara mientras escalaba por el t ronco. —¿Logan, estás loco?
—No. Sí. —Se empujó a si mismo sobre la primera rama gruesa. Se enderezó y miró hacia abajo con el ceño fruncido—. Bueno, esto es más difícil de lo que recuerdo.
Mi boca se abrió. —Tal vez deberías bajar y utilizar la puerta como, no sé, ¿una persona normal?
—Ya estoy a la mitad del camino —Puso el pie en una ranura y se impulsó hacia la rama más cercana a mi ventana. Envolviendo sus manos alrededor de ella, me miró. Tenía las mejillas sonrosadas por el frío y sus ojos brillaban en la luz de la luna—. Si me caigo y me rompo el cuello, ¿quieres decir algo bueno en mi funeral? Cómo: “Logan fue el hombre más atractivo que conocí en mi vida”.
—Oh. Dios. Mío.
Logan se rió entre dientes mientras se impulsaba a sí mismo, por lo que estaba en cuclillas frente al enorme t ronco, sosteniéndose del árbol. —No te preocupes, yo me encargo.
Mi mirada cayó al duro suelo cubierto de nieve. —¿Por qué no simplemente llamaste a la puerta?
Inclinó su cabeza, como si no hubiera pensado en eso. —No creo que me hubieras abierto.
—Te hubiera abierto —dije.
—Ahora es muy tarde.
Contuve la respiración mientras se balanceaba, haciendo que la mitad del árbol crujiera. Oh Dios, no quería ver esto. Quería cerrar los ojos mientras se arrastraba cerca de la orilla, se detuvo, y luego bajó la mirada.
Levantó la cabeza, al parecer midiendo la distancia.
Mi corazón se paralizó. —Logan, no…
Demasiado tarde.
Logan medio saltó, medio se lanzó hacia mi ventana abierta. Estaba acobardada. Cerré los ojos, envolví mis brazos en mi pecho y solté un gritito. Hubo un sonido de madera golpeando carne. Entonces atravesó mi ventana cayendo sobre sus pies como un maldito gato. Tropezó y golpeó mi escritorio, haciendo temblar los libros y mi computadora.
Él extendió las manos a los costados y miró a su alrededor lentamente antes de posar su mirada sobre mí. —Soy increíble.
Apenas y podía respirar. —Sí.
Llamaron a la puerta de mi dormitorio un segundo antes de que se abriera. Papá asomó la cabeza con los ojos como platos. —Sólo estoy asegurándome de que sigue vivo.
Asentí y Logan le dedicó una sonrisa. —Estoy en una sola pieza.
—Es bueno verlo —Papá comenzó a cerrar la puerta pero se detuvo—. La próxima vez, utiliza la puerta, Logan.
—Sí, señor —dijo Logan.
Sacudiendo la cabeza, papá cerró la puerta, y Logan y yo quedamos solos en mi habitación. No sería la primera vez. Cuando fue el receso de otoño estuvimos aquí, ¿pero ahora?
Se sentía completamente diferente.
Tenerlo aquí, tan cerca de la cama y conmigo no llevando sujetador o bragas debajo de mi ropa me hizo estar hiperconsciente. Esto prometía problemas. Logan se quitó el gorro de lana y luego se detuvo a la mitad de sacar su chaqueta. —¿Te importa?
Negué con la cabeza mientras cerraba mi suéter. Músculos magros se flexionaban mientras sacaba su chaqueta negra y la ponía sobre la silla frente a mi escritorio. Luego se volvió hacia mí y el aire se me escapó.
Nunca lo había visto tan… inseguro y vulnerable. Su garganta se movió varias veces y luego se sentó en la silla dejando escapar un gran suspiro.
—Tenemos que hablar.
—Lo sé —susurré, porque no había razón para mentir o retrasar lo inevitable. No me podía sentar, así que me quedé parada—. Lamento cómo dejé Snowshoe sin decir nada. Sólo necesitaba salir de ahí.
Asintió. —Lo entiendo.
Pensé en lo que Andrea había dicho sobre Zach y lo que hicieron. La culpa quemaba como ácido en mi vientre. —Yo… yo no debí haberte dicho algunas de las cosas que te dije sobre Zach. Eso no fue tu culpa. No realmente, y fue bajo de mi parte cargárt elo a t i, así que lo siento…
Logan parpadeó. —¿Te estás disculpando?
El sonido de la incredulidad en su voz me puso nerviosa. Como que no quería que me disculpara, era demasiado tarde para eso. —Sí. No debí haber dicho eso. Y lo que hiciste hace un año…
—Detente —Logan levantó la mano—. No puedes estar hablando en serio.
Me atraganté con una respiración profunda que se quedó at rapada en mi garganta. Mi corazón latía rápido, me tendría que sentar pronto. Me senté en el borde de la cama, sintiendo como si estuviéramos a punto de terminar, excepto que no estábamos juntos.
Logan se movió hacia adelante, las ruedas de la silla chirriando sobre el piso de madera. —No tienes absolutamente nada de que disculparte _______, “lo siento” ni siquiera debería de cruzar por tus labios.
—¿No debo?
—No —Pasó una mano de su nuca a su mandíbula—. Todo es mi culpa. Jodí todo, _______. Lo jodí hasta el fondo, tantas veces, que no debería de estar sentado aquí. No deberías de estar hablando conmigo.
—¿Oh? —No sabía cómo procesar eso.
Dejó escapar un suspiro tembloroso, y luego se enderezó, me tensé, porque tenía esa mirada como si estuviera armándose de valor. Como si estuviera a punto de arrancarse un vendaje, y tal vez era la razón por la que estaba aquí. Para decirme que nada debió de haber pasado entre nosotros, que debimos habernos quedado sólo como amigos, y que lamentaba habernos permitido ir más allá. No quería escucharlo. Pero lo necesitaba. Iba a doler, doler como el infierno, pensé en Nate y en lo que él había dicho, y quería meterme en mi cama, pero me quede allí sentada. No más correr a esconderme. La vida era imperfecta. Esto iba a ser uno de esos momentos.
Nuestras miradas se encontraron.
—Lo siento por un montón de cosas —comenzó Logan, sosteniendo mi mirada—. Me gustaría que no hubieras tenido que pasar lo que pasaste con Zach. Él te hizo daño. Sé que dices que estás bien, pero puso sus manos sobre ti, y fue por algo que yo hice. Nunca me perdonaré por eso.
—Eso no fue tu culpa —La culpa crecía como una maleza nociva—. Por favor, no pienses eso. El tipo era obviamente inestable.
—Lo sé, pero me va a costar superar eso —admitió abiertamente—.Sigo reviviendo todo, y cada vez que pienso en ti siendo herida, me mata lentamente. Lo digo en serio, y lo siento mucho, _______. Lo siento mucho.
Oh, mierda… Mi corazón duele al oírle hablar así.
Él nunca decía algo de su pasado, y a excepción de su rareza con Andrea, no hablaba de otras chicas. ¿Entrar y salir de las camas? Eso era más su estilo. —¿Qué hay de ti?
—¿De mí? —Rió de nuevo—. Soy alérgico a esa cosa. ¿Amor? Nop.
Lo único que lo he visto hacer es provocar dolor y arruinar vidas. No quiero ser parte de eso.
Mis cejas se arquearon con sorpresa. —Guau. Eso es… eso es tan romántico.
—Lo que sea. No estamos hablando de mí, y no lo haremos, así que quita esa cara.
Levanté las manos. —Mensaje recibido.
Tanner ladeó la cabeza y me dio una sonrisa forzada. —De todos modos, todo lo que digo es: ¿por qué sigues sentado aquí hablando conmigo?
Mirándolo un momento, me encogí de hombros. —¿Quién más va a llevar a casa ese culo malhumorado?
*****
Narra _______
Cambiándome a los pantalones de pijama, me puse un suéter largo de punto grueso sobre mi camiseta mientras bajaba en mis pantuflas acolchadas. Sintiéndome increíblemente necesitada de mi madre, me sentí decepcionada al verla recostada junto a papá en el sofá, las luces multicolores del árbol de Navidad destellando en sus formas. Resistí a la tentación de moverme entre ellos y reclamar atención.
Me dirigí a la cocina y agarré la caja de chocolate. Una vez hecho, tomé mi taza y subí, poniéndolo en mi mesita de noche para que se enfriara. Até mi cabello en una cola desordenada mientras me arrastraba a la biblioteca. Lo que necesitaba era perderme en algún buen libro, uno con un montón de buen sexo y angustia, terminando con un increíble felices para siempre que me haga odiar y amar el libro al mismo tiempo.
Mi mente recorrió las decisiones, algunas correctas, otras deformadas, mi cerebro dando vueltas en territorio prohibido. Tenía un solo nombre: Logan. Dios. No quería pensar en él, no quería pensar en la manera que me miró cuando me fui con Andrea, como si hubiera herido sus sentimientos o algo así.
Sacando un viejo libro favorito, me dirigí de nuevo a la cama y me dejé caer. Dejé el libro sobre la colcha y recogí mi chocolate caliente, deseando haber tomado algunos malvaviscos.
Traté de entrar en el libro, pero me encontré leyendo el párrafo dos o tres veces sin tener idea de lo que leía. Me dejé caer sobre mi espalda, puse mis brazos sobre mi cara y gemí. Tenía ganas de llorar, gritar, rabiar y meter la cara bajo la almohada.
De una extraña manera, se sentía como si hubiese pasado un año desde que dejó de nevar. Mucho había cambiado en tan corto espacio de tiempo. ¿En serio fue sólo la semana pasada cuando consideré que Paul estaba interesado en mí? ¿Fue sólo hace una semana que mi corazón había sido herido pero completamente sanado? Ahora, ni siquiera podía pensar en salir con nadie.
Y mi corazón se encontraba totalmente demolido.
¿Qué se supone que debía hacer? ¿Fingir que no pasó nada? Eso no funcionaría. ¿Evitarlo? Sería muy difícil, casi imposible de considerar. Cerré los ojos con fuerza para luchar contra las lágrimas. ¿Cómo lo iba a evitar cuando era una parte tan intricada en mi vida?
¿Qué tal si ahora Logan pensaba que era tan fría como Nate había dicho?
Dándome la vuelta, metí mi cara en la almohada, me iba a volver loca porque no tenía respuestas para nada de esto. Y no las tendría.
Tap.
Me alcé sobre los codos y fruncí el ceño. ¿Ya me había vuelto loca?
Porque juro que creí haber oído un:
Tap.
Impulsándome sobre mis rodillas, me giré, explorando el vacío. No vi nada que podría haber provocado ese sonido.
—Está bien —dije, en voz baja, deslizándome fuera de la cama.
Caminé hasta el cent ro de la habitación y me quedé inmóvil.
Tap.
Salté.
Oh, Dios mío. ¿Y si mi casa ahora estaba embrujada? ¿O qué si estaba a punto de descubrir alguna mierda del Cisne Negro? ¿Qué pasa si…?
Tap.
Giré hacia la ventana. ¡Aja! Venía de la ventana de mi habitación… a dos pisos del suelo. ¿Qué demonios?
Y entonces me di cuenta. El sonido-oh-santo-bebé-Jesús, el sonido era familiar. No era un fantasma, pero la locura seguía siendo una opción, ya que no podía ser lo que yo pensaba que era.
Hace años, Logan solía aventar piedras antes de subirse a un árbol para llegar a la ventana de mi dormitorio. Así, cliché y ridículo, pero lo hizo hasta la escuela secundaria.
No podía ser.
Mis piernas temblaban mientras daba un paso adelante, y luego dos.
Llegué a la ventana, y con manos temblorosas, separé las tenues cortinas blancas, un segundo después una piedra golpeó el grueso cristal de la ventana en la parte baja.
Me congelé mientras mi corazón se aceleraba, y luego levanté el pestillo y abrí la ventana. Me deslicé a un lado y me incliné hacia el congelante aire de diciembre.
Y mi corazón dio un vuelco.
Logan se encontraba abajo, junto a un reno de alambre iluminado, llevaba un gorro de lana y tenía un brazo levantado. Lo bajó un segundo después de verme. —¡Oh, Mierda!
Brinqué hacia atrás mientras una pequeña piedra pasaba por mi cara. Santa mierda, puse mi mano sobre mi corazón acelerado y con cautela me acerqué de nuevo a la ventana. Me asomé.
Logan agitó su brazo. —¡Lo siento!
—Está bien —Eso fue realmente surrealista. Tal vez estaba soñando—. ¿Qué estás haciendo, Logan?
—Hablándote.
—Puedo ver eso. ¿Por qué… por qué no llamaste? —Parecía la forma más fácil de hablar conmigo.
Se balanceó de un pie a otro y se acurrucó en su chaqueta. —Necesitaba hablar contigo cara a cara.
La luz del pórtico se encendió e hice una mueca. Una conversación cara a cara no era posible con él afuera, y con uno, probablemente ambos, de mis padres despiertos. —Logan…
—Espera —gritó—. Voy a subir.
¿Voy a subir? Entonces comprendí que no iba a usar la puerta. Oh querido Señor, subiría por el árbol. ¡Se iba a matar! Me asomé a la ventana, mi aliento resoplando pequeñas nubes blancas frente a mi cara mientras escalaba por el t ronco. —¿Logan, estás loco?
—No. Sí. —Se empujó a si mismo sobre la primera rama gruesa. Se enderezó y miró hacia abajo con el ceño fruncido—. Bueno, esto es más difícil de lo que recuerdo.
Mi boca se abrió. —Tal vez deberías bajar y utilizar la puerta como, no sé, ¿una persona normal?
—Ya estoy a la mitad del camino —Puso el pie en una ranura y se impulsó hacia la rama más cercana a mi ventana. Envolviendo sus manos alrededor de ella, me miró. Tenía las mejillas sonrosadas por el frío y sus ojos brillaban en la luz de la luna—. Si me caigo y me rompo el cuello, ¿quieres decir algo bueno en mi funeral? Cómo: “Logan fue el hombre más atractivo que conocí en mi vida”.
—Oh. Dios. Mío.
Logan se rió entre dientes mientras se impulsaba a sí mismo, por lo que estaba en cuclillas frente al enorme t ronco, sosteniéndose del árbol. —No te preocupes, yo me encargo.
Mi mirada cayó al duro suelo cubierto de nieve. —¿Por qué no simplemente llamaste a la puerta?
Inclinó su cabeza, como si no hubiera pensado en eso. —No creo que me hubieras abierto.
—Te hubiera abierto —dije.
—Ahora es muy tarde.
Contuve la respiración mientras se balanceaba, haciendo que la mitad del árbol crujiera. Oh Dios, no quería ver esto. Quería cerrar los ojos mientras se arrastraba cerca de la orilla, se detuvo, y luego bajó la mirada.
Levantó la cabeza, al parecer midiendo la distancia.
Mi corazón se paralizó. —Logan, no…
Demasiado tarde.
Logan medio saltó, medio se lanzó hacia mi ventana abierta. Estaba acobardada. Cerré los ojos, envolví mis brazos en mi pecho y solté un gritito. Hubo un sonido de madera golpeando carne. Entonces atravesó mi ventana cayendo sobre sus pies como un maldito gato. Tropezó y golpeó mi escritorio, haciendo temblar los libros y mi computadora.
Él extendió las manos a los costados y miró a su alrededor lentamente antes de posar su mirada sobre mí. —Soy increíble.
Apenas y podía respirar. —Sí.
Llamaron a la puerta de mi dormitorio un segundo antes de que se abriera. Papá asomó la cabeza con los ojos como platos. —Sólo estoy asegurándome de que sigue vivo.
Asentí y Logan le dedicó una sonrisa. —Estoy en una sola pieza.
—Es bueno verlo —Papá comenzó a cerrar la puerta pero se detuvo—. La próxima vez, utiliza la puerta, Logan.
—Sí, señor —dijo Logan.
Sacudiendo la cabeza, papá cerró la puerta, y Logan y yo quedamos solos en mi habitación. No sería la primera vez. Cuando fue el receso de otoño estuvimos aquí, ¿pero ahora?
Se sentía completamente diferente.
Tenerlo aquí, tan cerca de la cama y conmigo no llevando sujetador o bragas debajo de mi ropa me hizo estar hiperconsciente. Esto prometía problemas. Logan se quitó el gorro de lana y luego se detuvo a la mitad de sacar su chaqueta. —¿Te importa?
Negué con la cabeza mientras cerraba mi suéter. Músculos magros se flexionaban mientras sacaba su chaqueta negra y la ponía sobre la silla frente a mi escritorio. Luego se volvió hacia mí y el aire se me escapó.
Nunca lo había visto tan… inseguro y vulnerable. Su garganta se movió varias veces y luego se sentó en la silla dejando escapar un gran suspiro.
—Tenemos que hablar.
—Lo sé —susurré, porque no había razón para mentir o retrasar lo inevitable. No me podía sentar, así que me quedé parada—. Lamento cómo dejé Snowshoe sin decir nada. Sólo necesitaba salir de ahí.
Asintió. —Lo entiendo.
Pensé en lo que Andrea había dicho sobre Zach y lo que hicieron. La culpa quemaba como ácido en mi vientre. —Yo… yo no debí haberte dicho algunas de las cosas que te dije sobre Zach. Eso no fue tu culpa. No realmente, y fue bajo de mi parte cargárt elo a t i, así que lo siento…
Logan parpadeó. —¿Te estás disculpando?
El sonido de la incredulidad en su voz me puso nerviosa. Como que no quería que me disculpara, era demasiado tarde para eso. —Sí. No debí haber dicho eso. Y lo que hiciste hace un año…
—Detente —Logan levantó la mano—. No puedes estar hablando en serio.
Me atraganté con una respiración profunda que se quedó at rapada en mi garganta. Mi corazón latía rápido, me tendría que sentar pronto. Me senté en el borde de la cama, sintiendo como si estuviéramos a punto de terminar, excepto que no estábamos juntos.
Logan se movió hacia adelante, las ruedas de la silla chirriando sobre el piso de madera. —No tienes absolutamente nada de que disculparte _______, “lo siento” ni siquiera debería de cruzar por tus labios.
—¿No debo?
—No —Pasó una mano de su nuca a su mandíbula—. Todo es mi culpa. Jodí todo, _______. Lo jodí hasta el fondo, tantas veces, que no debería de estar sentado aquí. No deberías de estar hablando conmigo.
—¿Oh? —No sabía cómo procesar eso.
Dejó escapar un suspiro tembloroso, y luego se enderezó, me tensé, porque tenía esa mirada como si estuviera armándose de valor. Como si estuviera a punto de arrancarse un vendaje, y tal vez era la razón por la que estaba aquí. Para decirme que nada debió de haber pasado entre nosotros, que debimos habernos quedado sólo como amigos, y que lamentaba habernos permitido ir más allá. No quería escucharlo. Pero lo necesitaba. Iba a doler, doler como el infierno, pensé en Nate y en lo que él había dicho, y quería meterme en mi cama, pero me quede allí sentada. No más correr a esconderme. La vida era imperfecta. Esto iba a ser uno de esos momentos.
Nuestras miradas se encontraron.
—Lo siento por un montón de cosas —comenzó Logan, sosteniendo mi mirada—. Me gustaría que no hubieras tenido que pasar lo que pasaste con Zach. Él te hizo daño. Sé que dices que estás bien, pero puso sus manos sobre ti, y fue por algo que yo hice. Nunca me perdonaré por eso.
—Eso no fue tu culpa —La culpa crecía como una maleza nociva—. Por favor, no pienses eso. El tipo era obviamente inestable.
—Lo sé, pero me va a costar superar eso —admitió abiertamente—.Sigo reviviendo todo, y cada vez que pienso en ti siendo herida, me mata lentamente. Lo digo en serio, y lo siento mucho, _______. Lo siento mucho.
Oh, mierda… Mi corazón duele al oírle hablar así.
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Re: Frigid-[Logan Henderson y tu] TERMINADA
manzana16 escribió:Sigue la esta súper!! Jeje
La seguire!!
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