Proyecto de Biología.

ah no que me da paja y tengo tarea de la prepa. ¡tengo etimologías! ni idea como voy a pasar cuando me pregunten sobre griego.

coco tiene hasta el domingo para subir su capítulo.

Cuando Day despertó se preguntó qué era de su vida, pero antes de contestarse cerró los ojos y siguió durmiendo, o al menos eso quiso ya que una tonada alegre que reconocía como su despertador lo interrumpió. De nuevo, se había despertado antes de lo que debería, aún en un sábado. Pero bueno, tenía excusa: pasaría todo el día con Scott y Jamie hasta que Oliver pasara a buscar al bebé de su novio. ¿Su bebé, Daniel? Se suponía que lo tenía Len, pero quién sabe donde estará ese chico.

No es que no confiara en Len, pero sabía que el latino peleaba con Oliver y ese rubio no le agradaba en lo más mínimo; no sabía si era por su pasatiempo peligroso o porque pasaba más tiempo con Scott que él mismo (tal vez ambas, quién sabe). El sentimiento también era compartido por la parejita, porque según le había dicho Scott en una de sus charlas por mensajes de madrugada, no le agradaba nada que Len sea su pareja. Los celos atacan siempre, y por eso Day había decidido pasar el día con Scott en vez de cuidar de Daniel con Len.

Por otro lado estaba el latino, quien luego de tener una noche con su mejor amigo había olvidado por completo a su "hijo". Day lo mataría, pero su cereal era más importante en ese momento. En lo que el rubio teñido iba a la casa de Scott, cuidaban de Jamie y tenían lo que sería la previa de algo que no se arrepentirían, Len disfrutaba de un plato de Cindor's y la soledad que le permitía la casa de Oliver. Casi y hasta se olvidaba que debía ir a buscar a Daniel a lo de su mala influencia, como le gustaba llamarle a Mim Disick, su padrino.

Disick, como era llamado por todos (Len era el único que se atrevía a llamarlo por su nombre), es un hombre que vivió del alcohol y las drogas por mucho tiempo, hasta que decidió invertir en las luchas; se podría decir que fue quien metió a Len al mundo de las peleas, y por consiguiente, a su mejor amigo Oliver. No se arrepentía, ya que su ahijado le permitía ganar todo el dinero que utilizaba para complacer a su novia de casi 6 años, Kourtney, a pesar de que no sea él el que peleara. Tenía la esperanza de que Len heredara su empresa (y por empresa nos referimos al negocio de las apuestas) y como el latino nunca se había negado, le prometió que haría todo para complacerlo; lo debía, porque era el único en la familia que quería al tío Disick.

Pero vamos, cuidar a un niño es pasarse de la raya. ¡Ni si quiera era real! Y todo el trabajo que costaba era algo ridículo. Sí, tenía dos hermosos hijos con Kourt, pero un bebé robot era algo completamente diferente. Mataría a Len si no se aparecía pronto. Oh, pero eso no era necesario, porque Day estaba a punto de hacerlo, pero eso es adelantarse un poco a la historia.

¿Dónde quedamos? Ah si, Day estaba emocionado por pasar el día con Scott, tanto que se había despertado antes de tiempo. No fue sorpresa que su madre le dejara, de nuevo, esas deliciosas galletas sobre el desayunador, y tampoco fue sorpresa que Day tomara una y guardara las demás en una bolsa; no era sorpresa nada, porque así era la rutina de todos los días de Day en cuanto a su madre se refiriera. Para su sorpresa, su madre le había dejado también un pequeño postre de chocolate con una nota que le pedía, por favor, que lo compartiera con su novio; sí, Chel era una especie de bruja y por eso había averiguado lo de Scott aún cuando Day nunca se lo había dicho. Pero qué más da, Day tomó el postre y salió disparado hacia la casa de Scott.

Cuando llegó tocó la puerta educadamente, esperando en la entrada trasera de la casa (para asegurarse de que nadie lo viera) y silbando una tonada alegre que creía haber escuchado en un comercial, o en una película, quién sabe. No se esperó que la puerta se abriera repentinamente, asustándolo y cortando la melodía, para encontrarse con un Scott demacrado, con ojeras y un bebe en brazos que se veía de lo más bien.

—Oh —fue lo único que dijo, hasta que segundos después cayó en que su novio lo miraba con una muy, muy mala cara—. Scottie, cariño, ¿necesitas ayuda?

No planeaba que la pregunta sonara irónica ni mucho menos sarcástica, pero Scott lo tomó bastante mal al amagar con cerrarle la puerta en la cara. Day rápidamente puso su mano en la puerta, impidiendo que la cerrara, y se disculpó inmediatamente. Scott terminó cediendo ante las constantes disculpas de su novio y lo dejó pasar, encontrando toda la sala y parte de la cocina hechas un completo desastre.

—De veras necesitas ayuda —dijo, obteniendo otra mala mirada—, y por eso estoy aquí —sonrió inocente mientras Scott cambiaba su mala cara a una sonrisa que hizo reír al bebé.

Pasaron las siguientes horas cuidando de Jamie, bromeando entre risas y besos robados, comiendo la deliciosa comida de Chel y compartiendo besos correspondidos, hasta que llegó la hora de esperar a que Oliver llegara a buscar al bebé.

Day no quería dejar a Jamie con Oliver, tenía la preocupación de que Len y él le hicieran algo a su bebe. Oh sí, Day acababa de pensar en Jamie como "su" hijo, y tenía todo el derecho de hacerlo luego de pasar casi la mitad del día cuidándolo con Scott como si fueran sus verdaderos padres. Sería bueno que hiciera eso con Daniel, pero quién sabe dónde estaría (estaba preocupado por Daniel, pero quería más a Jamie que a su propio bebé-robot).

Comenzó a pensar en lo lindo que sería tener un hijo con Scott. Day sabía que los hombres no podían tener hijos, no era así de tonto, pero si, por casualidades de la vida, Scott pudiera quedar en cinta sería el hombre más feliz del mundo. Y se sintió así, feliz, hasta que pensó en la posibilidad de que ese hijo no fuera suyo. ¿Y de quién sería? De quién más si no de Oliver.

—Day... —Scott tenía a Jamie en brazos, acunándolo, hasta que sintió al rubio comenzar a besarle el cuello—. Oliver está por venir, no...

—Oliver nada —lo calló Day mientras comenzaba a repartir besos por su hombro.

Scott se dejó ser, cerrando los ojos ante la sensación que su novio le permitía disfrutar. Jamie se removía inquieto entre sus brazos, pero simplemente lo dejó pasar mientras tiraba su cabeza hacia un costado, dejando toda la zona del cuello descubierta para el disfrute de su rubio.

Un pequeño gemido escapó de sus labios cuando Day metió una mano debajo de su camiseta mientras la otra la seguía. Estaba a punto de dejar a Jamie con sus juguetes en el piso para quitarse la ropa que repentinamente comenzaba a molestar, pero el sonido del timbre lo había interrumpido. Ese era Oliver, estaba seguro, y el gruñido que soltó Day no hizo más que hacerle arrepentirse por llamar a su compañero tan temprano para buscar al bebé.

De alguna manera Day lo dejó libre para que pudiera ir a atender al mal tercio, mientras que el rubio sonreía al ver el aspecto de su novio; eso le enseñaría a Oliver que el chico ya le pertenecía a alguien.

En lo que Scott volvía y retomaban donde lo dejaron, Len seguía disfrutando de su cereal interminable mientras esperaba a que Oli volviera. No tenía absolutamente nada que hacer, e ir a buscar a Daniel no era una opción, no mientras Disick no dejara de enviarle mensajes exigiéndole que fuera a buscar al niño; eso significaba que Daniel se estaba portando mal, y aunque Len estuviera de buen humor no arruinaría su día soportando a un robot llorón y molesto.

Cuando Oli volvió con Jamie se sorprendió de ver al chico tan sumergido en su rol de padre, cosa que no soportó y lo llevó a volver a su casa, un buen departamento en una zona segura cerca de la "zona roja" (como le llamaba al lugar donde ocurrían las peleas), cortesía de su padrino. Para su sorpresa, Disick lo esperaba dentro de este, con Daniel en un brazo y una botella con leche en la otra, alimentando al bebé. Se arrepentía de darle una copia de la llave del lugar.

Antes de preguntarle qué rayos hacía en su hogar, su celular sonó al ritmo del coro de I Love It de Icona Pop, llamando la atención de los otros dos humanos. Tomó el aparato sin importarle la mirada curiosa de su padrino y contestó sin fijarse quién era.

Sin siquiera darle tiempo de hablar, la voz de su interlocutor lo calló y, para su mala suerte, activó el alta voz sin darse cuenta.

—Len, Dios, ¿dónde puta está Daniel?

Sip, definitivamente no tenía suerte, porque antes de contestarle cualquier excusa su padrino se adelantó.

—¿Daniel? —dijo, dejando la mamadera de lado—. Oh, ese es el bebé que me pediste cuidar, ¿no?

Mierda.

—¿Len? ¿Estás con alguien más? ¿Cómo es que sabe de Daniel? Espera, ¿cómo es eso de que le pediste cuidar a Daniel?

Mierda.

—Len, responde, tú estuviste cuidando a Daniel como te dije, ¿no?

Mierda, mierda, mierda.

—¿Len? ¿Cuidando un bebé? —Disick soltó una carcajada limpia mientras dejaba al bebé en su silla especial y tomaba el teléfono de las manos de su ahijado—. No cariño, él me pidió a mí que le cuidara a su robot. Prácticamente me abandonó con esa cosa desde ayer; hoy ni siquiera quería recogerlo.

Le quitó el celular inmediatamente a Disick, quitando el altavoz y llevando el aparato a su oído, dispuesto a comenzar con su monólogo llego de excusas. Lamentablemente, Day fue más rápido.

—Voy para allá.

Y cortó.

Definitivamente, Len moriría esa tarde.

cindor's aka el mejor cereal del mundo: