Bad Boys, Bad Boys {Larry Stylinson} -HOT- TERMINADA

Bad Boys, Bad Boys

 Sinopsis      
 Capítulo 1  
 Capítulo 2  
 Capítulo 3  
 Capítulo 4  
 Capítulo 5  
 Capítulo 6  
 Capítulo 7  
 Capítulo 8  
 Capítulo 9  
 Capítulo 10
 Capítulo 11
 Capítulo 12
 Capítulo 13
 Capítulo 14
 Capítulo 15

Capítulo 1

Harry enganchó el tacón de su bota sobre el travesaño del taburete frente a la barra y envolvió sus largos dedos alrededor del grueso cuello de su botella de cerveza. Louis se estremeció con una hambrienta apreciacion. Veía la flexible piel bronceada tensarse sexy entre los omóplatos de Harry cuando él llevaba la botella a sus labios. La botella se detuvo a mitad de camino y Harry echó hacia atrás la cabeza con una vibrante risa.

—Ahí está—, Will gritó, golpeando el hombro de Harry.

—Hey—, gritó Harry por encima del estruendo de los comentarios deportivos. Levantó la botella en el aire. Su abrigo se abrió, mostrando la insignia en oro y piel de detective del departamento de policía de Maple Grove. —Nos preguntábamos dónde estabas. ¿Qué te tomó tanto tiempo?

Los labios de Louis tiraron en una obligatoria sonrisa. Era casi imposible ver a Harr a los ojos después de los sueños sexualmente gráficos que había tenido acerca de él en la última semana. Uno le había llevado a la completa vigilia, gritando el nombre de Harry mientras su cuerpo se convulsionaba en un orgasmo.

A la mierda con esto, no es exactamente como si pudiera evitarlo. Louis tocó con los dedos su propia insignia, colocada a través de su cinturón. Suponía que, encontrar otro hombre atractivo hacía a Louis gay. Encontrar a un colega detective atractivo, lo hacía complicado. Parejas gay. Sonaba como una redundancia, pero Louis no pensaba que a Harry o a los otros detectives les resultara tan divertido. Demonios, no, no lo encontraba divertido, sólo increíblemente erótico.

Controlándose, Louis se pegó una sonrisa en la cara y se abrió paso entre la penumbra del bar lleno de humo, como si caminara frente a un fuerte viento.

—El caso Covey,— dijo cuando llegó con Harry y Will.

Harry le disparó una mirada preguntando. —¿Qué podría haber sucedido en los veinte minutos desde que salí de la oficina?

Él levanto la botella a los labios esta vez, y Louis robó un vistazo de ese duro vidrio ámbar presionando los moldeables labios de su compañero. El borde enrollado de la botella se parecía a la cabeza de una enrojecida polla gruesa. Inevitablemente, se imaginó los firmes labios llenos presionando la punta de su polla, tomando la cabeza de seta mientras se corría a chorros retorciéndose.

Sus intestinos se cerraron con la imagen. Su cerebro desesperadamente quería volver todo a la normalidad. De la forma en que era antes de que se volviera sexualmente consciente de su compañero.

Louis metió las manos en los bolsillos para cubrir su reacción física, pero no podía apartar los ojos de la garganta de Harry.

Trabajando en cada trago, la nuez flotando debajo de la sedosa piel bronceada. Louis se quebró en un sudor frío.

—El jefe quiere una ronda de vigilancia con Douglas y Nix. — Horas sentándose, a solas, con Harry en un coche oscuro. No tocando, pero queriendo y en realidad no deseando explorar por qué tocar a Harry estaba convirtiéndose rápidamente en una obsesión.

Jodida tortura.

Harry bajó la botella y lamió la humedad en el labio superior con la punta de la lengua. Castaño cabello le caía sobre la frente, ocultando parcialmente un ojo de color verde claro. Louis nunca

había pensado en su compañero como sexy, pero algo en los sueños había cambiado su perspectiva. Harry hacia sus bolas apretarse, y una traviesa sonrisa, una retumbante risa, hacían que la anticipación presionara su ingle con tanta fuerza que Louis pensaba que podría explotar.

Infernalmente confundido.

¿Por qué después de tres años él tenía una erección por su compañero? ¿Y qué demonios se suponía que iba a hacer con esa información ahora? Tipos como Louis y Harry, no lo hacían con otros hombres. Ellos hacían ligeros comentarios sarcásticos sobre los hombres que lo hacían, con la certeza de que no estaban entre ellos.

No es que Louis se preocupaba por la sexualidad de una manera u otra. Amarás a quien amarás. Pero Harry era diferente. Un hombre que cogía a las mujeres y palmeaba a los hombres en la espalda.

—Tío, tengo que ir y patrullar contigo uno de estos días. —Will envolvió sus labios alrededor de la botella, también, pero no dejó a Louis con el mismo efecto. —¿Alguna vez se emborrachan durante una de esas cosas?

—Diablos, no. Bebo tan poco como es posible, así que no tengo que orinar —, dijo Harry. —Jodidamente miserable seria estar sentado en tu culo durante horas con la vejiga llena.

—¿Llevaron alguna vez una dama a una operación de vigilancia?— Preguntó Will, empujando a Harry con su codo.

—Mientras estamos en esto tengo que escuchar gemir a Louis. ¿Por qué traer a alguien que sólo va a gemir en un tono más alto?

—Se llama cantar, y mi hermana piensa que tengo una gran voz—, dijo Louis.

—Tu hermana piensa que tengo una gran voz también cuando estoy tarareando su clítoris,— Harry bromeó.

—Mi hermana no se acercaría a tu peludo culo—, argumentó Louis.

—Oh sí, esa fue tu mamá.— Harry se rió, levanto la botella, vaciándola hasta lo último, llamó al camarero por otras dos más. Él señaló que Louis debía tomar una con ellos.

Louis se sentó a horcajadas sobre un taburete al otro lado de Will. No tenía sentido acercarse a Harry más de lo que él tenía que hacerlo. ¿Cómo iba a explicar una erección a su compañero? ¿Harry podría romperle la cara de un centenar de maneras diferentes por mirarlo de reojo?

Demonios, Louis no se entendía ni él mismo. —Sólo jodidos sueños—, murmuró en voz baja.

—¿Qué sueños?— Will indagó.

—Nada.

—Ese tipo—, dijo Harry apuntando a Louis. —Ese tipo tiene algunos sueños muy raros y tontos. Cuéntale a Will sobre ese con el equipo del campo de juego agarrando tu bragueta.

—Paso.— Louis cerró la mano en la botella de cerveza al minuto que ésta golpeó el mostrador. Haciéndose hacia atrás, se la tomó mientras que Will se burlaba y Harry le ordenaba una segunda. Mientras él lo vaciaba, dio un golpecito con la lengua abajo del borde, pensando en las cabezas de pene. La de Harry en particular. Las bolas de Louis latían.

—¿Cuándo es la operación de vigilancia?—, preguntó Will.

—El domingo.

—Joder con eso— gruñó Harry.

Un teléfono celular sonó. Los tres alcanzaron el cinturón.

Will se levantó. —Es el mío. Mierda, es Cheryl. —Levantó el teléfono y pegó una sonrisa falsa en su rostro. —Oye nena, ¿qué pasa?

Louis se giró, empujando una segunda botella de cerveza vacía y buscando una tercera.

—Me tengo que ir. Cheryl está con PMS ⁽¹⁾ o alguna mierda—, dijo Will. Se encogió de hombros y dejó caer un par de billetes sobre el mostrador —Nos vemos el lunes. A menos, por supuesto, que ustedes todavía estén de vigilancia.

—Sí, sí.— Louis le respondió.

Harry se deslizó sobre el taburete. —Sediento ¿huh?

Louis no respondió. Con su compañero aún más cerca ahora, Louis pensó que varias cervezas más podrían estar en orden. Las manos en la botella significaban no poner las manos en Harry. Sí, buena idea.

Harry le dio una palmada en la espalda. —Bebe entonces hasta la última gota. Te llevaré a casa. —La palmada de Harry se convirtió en un apretón de hombros antes de que él dejara caer su brazo y se apoyara en la barra.

—Así que... ¿qué te está carcomiendo?

Perfecta elección de palabras. Si sólo Harry supiera.

—Tengo mucho en mi mente.

—¿Una mujer?—, preguntó Harry.

—No.

—Maddie se sentirá decepcionada—, bromeó Harry.

No era la hermana pequeña de Harry a la que le preocupaba decepcionar con su lujuria redirigida. 

Bebieron en silencio durante varios minutos. Harry cambió a una coca-cola. Louis tratando de averiguar lo que sentía y por qué su pene insistía en apuntar hacia el cielo cada vez que Harry estaba alrededor.
No había sido rebelde antes de la semana pasada. Al menos, él no se acordaba de que así fuera. Hubo momentos en el trabajo donde había estado medio erecto, pero eso había sido la adrenalina. La fiebre de la caza, ¿cierto?

—Tengo que llevarte a casa, amigo. Si tomas otra bebida, y te desmayaras como lo hiciste la última vez me costará llevarte. Eres enorme y pesado. — Harry se puso de pie.

Louis se paró también, sin embargo la habitación se inclinó.

Sintió la sólida comodidad del brazo de Harry en torno a su espalda.
Louis se inclinó. Harry olía bien. Maldición. Jodido imbécil. Louis tropezó, sus pies sintiéndose como de ladrillos a pesar de que no creía que hubiera bebido mucho.

—Sólo tomé cuatro cervezas—, se quejó Louis.

—Seis. Y sin comida.

—Al diablo con eso. Puedo beber el doble y aún caminar en línea recta —, argumentó Louis.

—Sí, es por eso que estoy conduciéndote a casa. Porque tú estás sobrio y firme como un cirujano.

—Es-cierto. Te amo, hombre.

—Sí. Totalmente sobrio. —Sonrió Harry.

El aire fresco golpeó en el cuadrado pecho de Louis . Él aspiró bruscamente y parpadeó cuando los ojos de repente lagrimearon con el enérgico viento de noviembre. Él giro la cara hacia Harry, chocando la nariz contra su sien.

Harry lo guió al asiento del pasajero y lo sujetó dentro. Sus dedos rozaron la cadera de Louis, y Louis necesitó todo lo que tenía para evitar que su pelvis se moviera y forzara un toque accidental con su polla cuando Harry se retirara.

Louis desabrochó el cinturón.

—Vamos, hombre, recién te metí.

Harry se inclinó y reajustó el cinturón. Louis inhaló rastros de esencia de pino en la unión de su cuello y hombro. Sin pensar demasiado en ello, Louis deslizó su mano libre sobre el hombro más lejano de Harry y lo jaló.

Harry lo miró, instintivamente.

No tomó más que una elevación sutil de la barbilla de Louis para hacer contacto. Su boca se movió sobre la de Harry. Harry se quedó petrificado, en retrospectiva, sorprendido. Louis se hundió en él, separando y capturando sus labios tan suaves y calientes como la chaqueta que Harry usaba.
El sabor de la cerveza salada y el dulce del refresco. También algo salado, como los maníes filtrándose a través de las oscuras profundidades eróticas de su boca caliente y sensual.

Harry empujó el hombro de Louis hacia el asiento. —¿Qué jodidos, Tomlinson? ¿Qué mierda! ¿Qué clase de jodido?, ¡estás jodido!

Harry se retiró, cerrando con un golpe la puerta del coche. Harry murmurando y paseándose, las manos en sus delgadas caderas. Le disparó miradas acusadoras a Louis y se pasó las manos por el cabello un par de veces. Dedos largos y sexys, oscuro y sedoso cabello.

Magnifico culo.

Louis se echó hacia atrás. Sí, había estado totalmente jodido, correcto, pero maldición si no había sido asombroso.