Bad Boys, Bad Boys {Larry Stylinson} -HOT- TERMINADA

Capítulo 3

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(2) George Killian's Irish Red cerveza distribuida en estados unidos. La marca es francesa, comprada a Lett's Brewery en Irlanda cuando cerró en 1956.

Capítulo 4

Le tomó sólo un par de tirones rápidos para deshacerse de la chaqueta, camisa y cinturón de Louis. 

Harry con cuidado puso la pistola enfundada y la insignia en la habitación. Si Louis podía besar a otro hombre en su estado de embriaguez, fácilmente podría matar a alguien. 
Cuando Harry volvió a la cama, Louis apenas se incorporó.

Sus pantalones circulaban flojamente las caderas, y Harry tuvo que admitir que su compañero se merecía todas las líneas de poesía que había escrito su hermana pequeña.

Jodido buen besador. 

Su pene se movió. No es que alguna vez fuera a compartir eso con la pequeña Maddie. Rompería su corazón de dieciséis años.

—¿Vas a vomitar? ¿Necesitas ayuda antes de que me vaya? —Harry preguntó. No tenía ganas de dejarlo a pesar de la extraña noche que había resultado ser. Él había conocido a Louis durante tres años, incluso antes de que ellos hubieran sido asignados juntos. No era como si pudiera abandonar ahora al sujeto por tomar algunas malas decisiones.

Louis gimió y dejó caer su frente en el abdomen de Harry. —La habitación está dando vueltas—, murmuró. —Sólo estate tranquilo un minuto.

Su aliento calentaba la parte delantera de los pantalones de Harry. Su pene se movió con interés y pensó en la patrullera respirando sobre él allí. La imagen se deslizó, y con intranquilo temor, la realidad de la cara de Louis cerca de su polla lo hizo endurecerse.

—No vomites sobre mí. He tenido suficientes sorpresas esta noche. —Y fugazmente, se preguntó si Louis estaba tan lejos de esto que Harry experimentalmente podría besarlo de nuevo sin que su compañero lo recordara al día siguiente. El último había disparado directamente a su pene. Conseguir otro beso podría ayudar a Harry a poner sus dudas a descansar. 
Él no era gay ni nada, pero la curiosidad era una fría y jodida perra con la mano sobre su erección. 

Louis gimió de nuevo. Vibrando agradablemente en el abdomen de Harry.

Louis se aferró a la cintura de Harry por apoyo.

—Amigo, lo digo en serio. Si vas a vomitar, avísame.

Louis tiró de la cintura de Harry, jalando sus pantalones bruscamente. Apenas había registrado el repiqueteo de la hebilla del cinturón cuando un calor húmedo engulló su polla.

Harry no pensó, no podía pensar, sólo gateó hacia atrás, tropezando con su pantalón caído. Su culo golpeó primero el piso, y él se quedó mirando su polla dura y expuesta, en la confusión.
Louis se arrastró por el suelo hacia él. 
Louis estaba a mitad del camino hasta sus piernas impulsando a Harry a arrastrarse de lado hacia atrás.

—Que demon...— sus palabras quebraron en un gemido ahogado.

Los labios de Louis se cerraron sobre la cabeza de hongo de la polla de Harry. Él le dio un golpecito a la parte inferior con la lengua, entonces lo tragó repentinamente. Harry se sacudió violentamente hacia un lado, pero sorprendentemente la agilidad de Louis lo cubrió.

Harry inmediatamente pudo pensar en un puñado de maneras para remover a Louis, pero la caliente succión, la apretada garganta de Louis y el diestro bombeo de su puño en la base hizo que cada uno de esos pensamientos pareciera una tonta idea.

El increíble y tormentoso deseo erótico lo sacudía desgarrando a Harry en tres direcciones diferentes, aturdiendo su capacidad de decidir en uno y actuar. 
Su mente se nubló con el brillante calor que tenía todo que ver con el ordeñe de su polla sobre el sublime precipicio del orgasmo. Sabía que debía retirarse, pero él ya no sabía por qué.

Sus talones se apoyaron en el suelo, e inconscientemente se apartó. Louis lo clavó sobre la alfombra chupándolo como si su vida dependiera de ello. Los dedos de Harry fuertemente curvados en un bulto de la alfombra, sus ojos en blanco y su boca abierta en agudos jadeos, aturdido. 
Su universo se centraba en la polla y la hábil fricción del apetito de Louis.

El cuerpo retorcido de Harry se enroscaba sobre sí mismo. Un cosquilleo del sudor seguía la huella del centro de su pecho hacia el placer líquido de las atenciones de la boca de Louis, acentuado la necesidad de él de correrse y de correrse ahora por cualquier medio.

La rodilla de Louis, que no estaba clavada abajo, se elevó en un movimiento protector, colocándola en ángulo con la cadera mientras aún se inclinaba en las sensaciones de su ingle. Su pecho flexionado, y el abdomen apretado fuertemente mientras la respiración se hacía cada vez más difícil. Sus pulmones quemando para obtener más oxígeno. La estúpida, persistente razón, le insistía a Harry que se soltara de Louis, que lo golpeara. Su otra mitad seducida tenía miedo de moverse y perder el exquisito placer en su polla.

—Oh, mierda,— Harry murmuró, mientras sentía la inevitable emoción apretar sus bolas. —Mierda. Qué- demonios. Oh, mierda. —Sus gemidos se hicieron más frenéticos. De ninguna manera en el infierno se alejaría de la mejor mamada que había recibido nunca. Su cerebro se quedó en blanco y dejó caer todos los demás pensamientos acerca de quién, cómo, o por qué. Sus bolas le dolían y los músculos de su culo apretados como si ellos pudieran sostener su clímax al gemir.

Se olvidó de todo. Olvidó que su compañero lo estaba chupando. Olvidó los embriagadores labios de Louis barriendo los suyos en el coche. Olvidó la curiosidad inexplicable de saber si su erección se debió a ese beso o fue un golpe de suerte de una sola vez. Nada existía, excepto este segundo y el siguiente.

Algo le hizo cosquillas en su agujero. Sensaciones saltando dentro de él, enviándolo por aquella oscura espiral hasta que de pronto estaba bombeando sus caderas sin sentido, gritos roncos.
Eyaculó rápido levantando su polla, brotó en chorros espesos, vaciándolo en el orgasmo.

—Joder, sabes genial, hombre—, dijo Louis. Su cabeza cayó en la cadera de Harry, y su respiración se emparejó.

Harry se lo quedó mirando. El pánico inundó su pecho y algo como el temor raspó sus pulmones con cada jadeo restante.

Parpadeó, se dejó caer sobre los codos y trató de recuperar el aliento.

Louis dormía profundamente, su nariz a centímetros del enrojecido eje de Harry.
La polla de Harry todavía húmeda, se volvió flácida mientras el aire fresco golpeaba la piel caliente. —¿Qué jodidos acaba de pasar?

Sólo el silencio le respondió.