Bad Boys, Bad Boys {Larry Stylinson} -HOT- TERMINADA

Capítulo 6

Harry abrió su mochila en el asiento trasero. ¿Si Louis no recordaba lo que había ocurrido el viernes pasado? Harry no estaba seguro de si eso lo aliviaba o decepcionaba. ¿Con qué frecuencia Louis daba una mamada a chicos? Nada en su relación había sugerido alguna vez que el hombre era un hada, o que Harry fuera el centro de su pequeña fantasía.

La cerveza aflojaba las inhibiciones. No cambia la personalidad de la gente. Sin embargo, había sido una mamada genial. Si Louis hubiera sido una mujer, Harry podría estar ansioso por una repetición.

Mierda, cada kilómetro más cerca al departamento de Louis, el pene de Harry latía más fuerte.
Él miró hacia abajo a la gruesa elevación debajo de la cremallera de sus jeans. —Te gustó eso, ¿verdad? Era un hombre, idiota sin cerebro.

Un tipo. Su compañero. Su mejor amigo. Le gustaba el hombre, sí, pero ¿sexualmente? Nunca había entrado en su mente. A veces, se sentía como si estuvieran en la misma onda. Terminaban las frases del otro, y ambos con su coloración bronceada que se habían ganado la etiqueta de ‘los gemelos’ en todo el departamento.
Olvidando que Harry era bronceado irlandés y Louis era italiano. La misma musculosa constitución, la misma altura, color, y la propensión hacia la dominante masculinidad había sellado el trato.

Tal vez el dominio masculino había sido la cosa. Dos chicos bebiendo y ambos trabajando juntos, considerándose como parte del otro. Tal vez Louis se había enfermado de esto y quería mostrarle a Harry quién era el jefe. En una borrachera, podría explicarse la mamada, pero sus similitudes como detectives estaban salpicadas de diferencias compatibles.

Harry era más bullicioso. Más fuerte. Louis tendía hacia el silencio y el encanto melancólico. Entre ellos podían interrogar a cualquier persona y salir con algo. Policía bueno, policía malo. Y las mujeres... bueno, las damas no tenían ninguna oportunidad contra Louis.

Louis rezumaba sex-appeal. Su caminar tomando terreno era predatorio y ágil. Él parpadeaba esos bonitos ojos azules, y las mujeres mojaban sus bragas. El pequeño temblor inusual de un hoyuelo en la mejilla de Louis cuando el humor iluminaba su rostro hacia aún a Harry sonreír en reconocimiento por el hombre bien parecido.

Había aprendido también algo más hace dos noches. Cuando Louis descendía sobre un hombre, el hoyuelo salía a jugar. Sexy como el infierno.

—Mierda—murmuró Harry mientras registraba el pensamiento.

Jaló del volante hacia el estacionamiento de Louis, derramando el café caliente en su muslo. Se levantó de un salto en su asiento mientras su pie cayó sobre el freno. Tomó varios pañuelos desechables y secó su regazo. —Por lo menos mi polla regresó a la normalidad.

Louis corrió hacia el coche y se deslizó dentro —Vamos yendo. Douglas y Nix estarán fuera de servicio dentro de poco.

—Ya voy —, dijo Harry, retrocediendo en el tráfico y dirigiéndose hacia el borde de Maple Grove, donde cruza con los límites de Fridley.

—Empieza a hablar—, dijo Louis. Giró la parte superior de una botella de agua y tragó la mitad de ella antes de ver de nuevo a Harry.

Harry robó un vistazo, tomando nota de la depresión del hoyuelo de Louis. La polla de Harry regresó a la vida. Se movió, levantando ligeramente la cadera derecha para ocultarla a la vista de Louis. Harry había estado pensando en esa boca desde la noche del viernes. Después que su cerebro comenzó a trabajar de nuevo.

Difícil no pensar en aquella boca después de lo que le había hecho. Y después de la chupada, se había quedado con el examen de conciencia. ¿Qué significaba eso que había disfrutado? ¿Era esto un síntoma de la genial felación, independientemente del donante o algo más inquietante?

A diferencia de Louis, al parecer, Harry recordaba todo con nitidez. Dolorosamente, excitantes, y nítidos detalles.

—¿Sobre qué?—, preguntó Harry.

—Lo que te molesta.

Harry optó por un cambio de tema, no seguro que pudiera discutir el tema que más le ocupaba. Metió la mano en su bolsillo trasero y sacó un pedazo de papel doblado. —Una carta de amor de Maddie.

Louis se rió y puso la botella de agua entre las piernas mientras abría la nota. Harry lanzó una mirada, pensando en lo mucho que la rígida botella de agua se parecía a una polla sobresaliendo de la ingle de Louis. Estuvo a punto de perder el giro.

Apenas podía comprender un beso y ahora había saltado directamente a la ¿polla? ¿Qué carajo? El beso había más que tirado de él. Había cruzado algunos cables en su cerebro. Tenía que haber sido así, porque después del beso, Harry se había preguntado cómo se sentiría volver a besarlo. Él no creía que iría tan lejos como para querer la polla de Louis en su boca, pero la idea de verlo poseía atractivo. Joder, Louis se volvió y lo había hecho a él ¿gay?

—Ella piensa que soy guapo. Ella,— Louis se rió fuertemente— Ella quiere que le regale un beso de dulces dieciséis.

—Ella ya tiene dieciséis años.

Louis se encogió de hombros. —Ella cree que su primer beso debe ser por alguien en quien confié.

—Eso es basura. Ella está loca por ti, y quiere conseguir regodearse. No la toques.— Louis besando a su hermana pequeña retorció algo en las entrañas de Harry. Sabía cómo besaba el hombre, cuán sensual se sentía, que lo sujetara en el lugar mientras Louis lo hacía. Maddie no sería capaz de manejarlo. Le enviaría una sobrecarga hormonal. Sí, por eso no quería que Louis la besara. Era la única razón.

Él arriesgó un vistazo al perfil de Louis. Sus hoyuelos tomaron ángulos y se suavizaron cuando sonrío. Sonriendo y chupando, las dos únicas cosas que Harry sabía que hacían ese rasgo ilusorio salir de su escondite. Tal vez los besos, también. Tendría que buscarlo la próxima vez.

Louis resopló. —Yo no lo haría. Su hermano mayor me mataría. Además, creo que está perdiendo el punto de que soy un policía y ella es menor de edad. —Él meneó sus cejas a Harry, arrancando una sonrisa renuente de él. —¿Así que es esto? ¿Esto es lo que está molestándote?

Ellos giraron en la última esquina. Harry se detuvo detrás de Douglas. ¿O era Nix? Desagradables chicos. Extraños detectives con la piel pálida y sin sentido del humor. Los otros sujetos arrancaron.
Harry se estacionó y apagó el carro. En la estela de humo que dejaron al irse, vio al asiento de atrás y se sintió aliviado de haber recordado las mantas.

—Nada me está molestando.— Salvo que tu boca es la cosa más fascinante en mi mente ahora mismo, y no tengo razones heterosexuales para pensar en ti.

Capítulo 7