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glances {newt | the maze runner}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: glances {newt | the maze runner}
tu capitulo es asombroso, eres muy buena escribiendo
siguela pronto porfa :)
siguela pronto porfa :)
Clover
Re: glances {newt | the maze runner}
ann, me matas demasiado con tus palabras tan bellas.
y cada vez que sale "princesa" de entre los labios de ese hombre consigue matarme (?)
definitivamente siguela mujer!!! ily♥
y cada vez que sale "princesa" de entre los labios de ese hombre consigue matarme (?)
definitivamente siguela mujer!!! ily♥
✦ ausente.✦
pixie.
Re: glances {newt | the maze runner}
me comprometo la seguiré hasta que muera(?). antes te llamabas pushi, ¿no? ahtengomalamemoria :skip: pues yo lo terminaré, mañana subo<3.sweetheart. escribió:si vas a comprometerte a seguir mucho con ésta nove, la leo bien groso(?)
hola)): soy pushi o eve, como desees. he leído fanfics de newt, pero no suelen terminar ,_, y bueno, acá hay una mina desesperada por fanfic de newt. .|.
espero el sgte. capi, todos han estado super hermosos dslfshfsdflsdhfdgldgdfg. besitos<3
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
annie, annie, annie. voy a llorar, o sea, newt bebito de mi alma. ay, sufro demasiado. de más está decir que amé los capítulos, ay. y pushi está acá, hola bb (?) ah por qué le hablaba. o la seguís rápido o te pego, annie, eh.
Invitado
Invitado
Re: glances {newt | the maze runner}
ntp, yo nunca me doy cuenta de cuando suben soy un fracaso de lectora. amo a newt, srsly, no puedo con su sensualidad. la seguiré mañana porque salgo del colegio, pa festejar(?).Newt. escribió:Perdón por no haber comentado, no me había dado cuenta de que habías subido. :c
Me encantaron los capítulos.<3 especialmente cuando Newt le dice princesa a Bárbara. <3
Para la próxima escribo un comentario más largo. :c espero que la sigas pronto. xx
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
ahora la sigo, gracias por pasarte c:Ely Jonas Lovato escribió:Hola..!!! Ame los capitulos, seguilaa pronto :)
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
muchas gracias, ahora la sigo.Monteith. escribió:tu capitulo es asombroso, eres muy buena escribiendo
siguela pronto porfa :)
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
yo mato a todos con mis palabras(?), ahno. yo lo amo, más que a mi vida. ahora la sigo, ily2.bowie escribió:ann, me matas demasiado con tus palabras tan bellas.
y cada vez que sale "princesa" de entre los labios de ese hombre consigue matarme (?)
definitivamente siguela mujer!!! ily♥
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
no llores, que si lloras yo lloro(?). amo a newt, odio a james, ah putos todos. hola, pushi c: amo tu apodo lol. la sigo ahora mismo.quicksilver. escribió:annie, annie, annie. voy a llorar, o sea, newt bebito de mi alma. ay, sufro demasiado. de más está decir que amé los capítulos, ay. y pushi está acá, hola bb (?) ah por qué le hablaba. o la seguís rápido o te pego, annie, eh.
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
Capítulo cuatro.
bowieSe quedó un buen rato recargada en el árbol esperando a Chuck. Estudió un poco más el Área. Ese nuevo lugar de pesadillas en el que estaría destinada a vivir por un largo tiempo. Las sombras de las paredes se habían alargado, trepando por los lados de piedra cubiertas de hierba.
Eso ayudó a Bárbara a comprender las direcciones; el edificio de madera estaba en la esquina noroeste, sumergido en las sombras. Una arboleada al suroeste, la granja, donde algunos chicos aun caminaban por los campos. Los animales estaban en la esquina sureste, mugiendo y croando. Precisamente en medio del lugar, el hoyo de la Caja aún permanecía abierto, como si la estuviera invitando a saltar y buscar su hogar.
Cerca de ahí, estaba un edificio grande hecho de bloques de concreto y una amenazante puerta de acero, era la única entrada. No había ventanas. Una manija enorme y redonda hecha de acero parecía ser la única manera de abrir la puerta. Bárbara no sabía qué sentir, curiosidad por saber qué había dentro o temor por descubrirlo.
Bárbara se fijó en las cuatro grandes aberturas de la puerta principal en el medio de las paredes del Área. Pero antes de que pudiera estudiarlas bien Chuck ya había llegado, con un par de sándwiches acompañados por manzanas y dos tazas metálicas que debían ser agua.
—Sartén no estaba muy feliz de que invadiera su cocina antes de cenar —comentó Chuck sentándose al lado del árbol y entregándole un sándwich a Bárbara. Ella vaciló, después de lo que había visto no tenía ni un poco de apetito. Pronto el hambre terminó por vencerla y le dio un enorme mordisco. Un sabor maravilloso llenó su boca.
—Moría de hambre —murmuró Bárbara después de dar otro bocado.
—Te lo dije —dijo Chuck y mordió su sándwich.
Después de acabarse el sándwich, Bárbara decidió preguntar finalmente sus preocupaciones.
—¿Qué le sucede a Ben? Ya ni parece humano.
—No lo sé —respondió Chuck—, no lo he visto.
Bárbara decidió no presionarlo, quizá así le diera algo de información.
—No quieres verlo, créeme —continuó mordiendo manzanas mientras estudiaba las enormes grietas de las paredes. Aunque le parecía difícil hacerlo desde donde estaba sentada, había algo extraño en las orillas de las piedras de la salida a los corredores de afuera.
—¿Qué hay allá afuera?
Chuck vaciló.
—Jamás he estado fuera del Área.
—Sé que me ocultas algo —dijo finalmente, mordiendo el último bocado de la manzana y tomando un buen trago de agua. La frustración de no obtener respuestas había comenzado a alterarla—. ¿Por qué son tan reservados?
—Las cosas son raras, y la mayoría de nosotros no lo sabemos todo, ni siquiera la mitad.
A Bárbara le molestaba que a Chuck no le molestara no saber nada. Parecía que le era indiferente el que le hubieran quitado su vida. ¿Qué sucedía con aquellos chicos? Todos parecían estar locos. Bárbara se levantó y comenzó a caminar hacia las aberturas gigantes, nadie había dicho que no podía echar un vistazo.
—¡Hey, espera! —gritó Chuck, corriendo para alcanzarla—. Ten cuidado, están a punto de cerrar.
—¿Cerrar qué?
—Las puertas, obviamente.
—No veo ninguna puerta por aquí —Bárbara sabía que Chuck no le estaba mintiendo. Empezó a sentirse incómoda y redujo el paso, ya sin tantas ganas de entrar al lugar.
—¿Cómo les dices tú a esas enormes aberturas? —Chuck apuntó a los huevos en las paredes que ahora estaban muy cerca.
—Enormes aberturas —respondió Bárbara obvia.
—Bueno, pues son puertas, y se cierran cada noche.
—¿Cómo que se cierran?
—Lo verás por ti misma en un minuto, los corredores volverán pronto, y esas paredes se moverán hasta que no haya huecos.
Bárbara no podía entender cómo esas paredes iban a moverse, ¡eran inmensas! Trató de convencerse de que no se cerrarían, quizá Chuck sólo estaba jugando con ella, no era posible que aquellas puertas se movieran.
Llegaron a la enorme abertura que conducía hacia afuera. Bárbara abrió la boca, pero vaciló, aquello parecía ser un laberinto.
—Esta se llama puerta este —dijo Chuck con orgullo.
Bárbara apenas lo escuchó, estaba atónita por lo grande que era la puerta de cerca. Tenía por lo menos unos 6 metros de ancho, la abertura de la pared llegaba hasta la cima. Las orillas que bordeaban la abertura eran lisas, excepto por un extraño patrón repetitivo en ambos lados. En el lado izquierdo de la puerta, había hoyos profundos de varios centímetros de diámetro y espaciados por un pie grabados en la piedra. En el lado derecho de la puerta, barras de un pie de largo salían de la orilla de la pared, también tenían varios centímetros de diámetro y seguían el mismo patrón que los hoyos de enfrente; su propósito era obvio.
—¿No era broma? —preguntó Bárbara—, ¿las paredes en verdad se mueven?
—¿Por qué te mentiría con eso? Las paredes sí se mueven.
Bárbara se sintió sofocada. No le gustaba la idea de que los muros se cerraran y la dejaran atrapada en el Área. Además, ¿por qué debían cerrarse? Eso la aterrorizaba, todo ahí la aterrorizaba.
—Las paredes se mueven —dijo Chuck frustrado—, no sé cómo pero se mueven con un ruido espantoso. Lo mismo pasa en el laberinto, las paredes se mueven cada noche.
Bárbara se giró a ver a Chuck, él había admitido que era un laberinto.
—¿Qué dijiste?
—¿Eh?
—Dijiste que era un laberinto, eso es un laberinto, ¿cierto? —la cara de Chuck se puso del mismo color que una manzana, estaba rojo, casi ardiendo.
—Me rindo, me rindo contigo —dijo el chico y se fue a sentar al árbol que habían dejado minutos atrás.
Bárbara lo ignoró, estaba mucho más interesada por saber qué había fuera del Área. Sabía que era un laberinto, pero quería saber por qué las puertas se cerraban, ¿qué había en el laberinto? El suelo del laberinto estaba hecho de los mismos bloques inmensos de las paredes. La hierba parecía mucho más espesa ahí afuera.
Su corazón se detuvo cuando un chico apareció en el laberinto dando vuelta en una esquina frente a ella. Entrando al sendero principal desde uno de los pasajes de la derecha corriendo hacia ella y hacia el Área. Estaba cubierto de sudor, su cara se había vuelto roja y tenía la ropa pegada al cuerpo. El chico no se detuvo, vio unos segundos a Bárbara y después se dirigió al edificio de concreto que estaba cerca de La Caja.
Se preguntó por qué no exploraban el laberinto de noche, quizá podrían encontrar algo interesante. Luego se dio cuenta de que otros chicos entraban por las otras tres aberturas, todos corriendo y con un aspecto espantoso. No parecía haber nada bueno en el laberinto si aquellos chicos volvían tan asustados y lastimados.
Bárbara se le quedó mirando al edificio donde entraban los corredores, aquél lugar le parecía escalofriante.
Alguien tiró de su manga, sacándola de sus pensamientos, Chuck había vuelto. Antes de que Bárbara pudiera pensar, las preguntas ya comenzaban a brotarle.
—¿Quiénes son ellos y qué hacen? ¿Qué hay en ese edificio? ¿Por qué viven dentro de un laberinto?
—No te diré ni una sola palabra —dijo Chuck con cierta autoridad—. Deberías ir a la cama temprano, pareces necesitar un descanso. ¡Ah! Está a punto de suceder.
—¿Qué? —preguntó Bárbara extrañada de que Chuck se comportara como un adulto en lugar de un niñito de su edad.
Un fuerte estruendo rasgó el aire haciendo saltar a Bárbara, le siguió un crujido aplastante. Bárbara cayó hacia atrás por el temblor que habían causado las puertas que comenzaban a cerrarse encerrándola en el Área.
—Tranquila, novata —le gritó Chuck—. No es nada.
Bárbara a penas alcanzó a escuchar, estaba demasiado perdida mirando a las paredes cerrándose. Se paró y dio unos pasos hacia atrás para poder observar mejor, la enorme pared de la derecha parecía haber violado las leyes de la física, se deslizaba por la tierra arrojando chispas mientras se tallaba contra la piedra.
El sonido la había estremecido hasta los huesos. Bárbara se percató de que sólo esa pared se movía, dirigiéndose a la pared de la izquierda para sellarse. Vio a su alrededor las otras paredes haciendo lo mismo que lo que hacía la que tenía frente suyo. Las paredes ya habían terminado casi de cerrarse, estaba completamente atrapada y la cabeza le daba muchas vueltas.
Trató de no entrar en pánico y salir corriendo como una desquiciada, pero le parecía difícil, se sentía demasiado asustada. Pensó en correr lo más rápido posible e intentar huir hacia el laberinto, pero el sentido común y la lógica eran más poderosos, por algo debían cerrarse esas paredes.
«Los protegemos de lo que hay afuera». Esa voz brotó rápido en su mente y tan rápido como lo había hecho desapareció, supuso que había alguien hablando dentro de su mente pero la lógica la invadió y supuso que serían sus mismos pensamientos. Pero aquella voz le había sonado tan real y familiar.
La pared llegó al final de su camino y con un boom se cerró dejando el Área aislada de todo lo que había afuera. Después de unos minutos se tranquilizó, quizá la voz en su cabeza tenía razón.
—Increíble —dijo sintiéndose estúpida.
—Te acostumbrarás después de un tiempo.
Bárbara volvió a mirar a su alrededor otra vez, la sensación de pánico era muy diferente ahora que las paredes estaban cerradas. No había manera de treparlas, no hasta que se abrieran de nuevo y seguramente faltaba mucho para eso lo que la hizo entrar en desesperación. Pensó en lo que podía haber afuera, debía ser algo muy grande y horrible como para que las paredes fueran así de altas y anchas.
—Vamos —dijo Chuck jalando a Bárbara de la manga—. Créeme cuando llega la noche quieres estar en tu cama.
Bárbara sabía que no tenía otra opción, debía irse ya a dormir. Apartó todos sus pensamientos y siguió a Chuck.
Eso ayudó a Bárbara a comprender las direcciones; el edificio de madera estaba en la esquina noroeste, sumergido en las sombras. Una arboleada al suroeste, la granja, donde algunos chicos aun caminaban por los campos. Los animales estaban en la esquina sureste, mugiendo y croando. Precisamente en medio del lugar, el hoyo de la Caja aún permanecía abierto, como si la estuviera invitando a saltar y buscar su hogar.
Cerca de ahí, estaba un edificio grande hecho de bloques de concreto y una amenazante puerta de acero, era la única entrada. No había ventanas. Una manija enorme y redonda hecha de acero parecía ser la única manera de abrir la puerta. Bárbara no sabía qué sentir, curiosidad por saber qué había dentro o temor por descubrirlo.
Bárbara se fijó en las cuatro grandes aberturas de la puerta principal en el medio de las paredes del Área. Pero antes de que pudiera estudiarlas bien Chuck ya había llegado, con un par de sándwiches acompañados por manzanas y dos tazas metálicas que debían ser agua.
—Sartén no estaba muy feliz de que invadiera su cocina antes de cenar —comentó Chuck sentándose al lado del árbol y entregándole un sándwich a Bárbara. Ella vaciló, después de lo que había visto no tenía ni un poco de apetito. Pronto el hambre terminó por vencerla y le dio un enorme mordisco. Un sabor maravilloso llenó su boca.
—Moría de hambre —murmuró Bárbara después de dar otro bocado.
—Te lo dije —dijo Chuck y mordió su sándwich.
Después de acabarse el sándwich, Bárbara decidió preguntar finalmente sus preocupaciones.
—¿Qué le sucede a Ben? Ya ni parece humano.
—No lo sé —respondió Chuck—, no lo he visto.
Bárbara decidió no presionarlo, quizá así le diera algo de información.
—No quieres verlo, créeme —continuó mordiendo manzanas mientras estudiaba las enormes grietas de las paredes. Aunque le parecía difícil hacerlo desde donde estaba sentada, había algo extraño en las orillas de las piedras de la salida a los corredores de afuera.
—¿Qué hay allá afuera?
Chuck vaciló.
—Jamás he estado fuera del Área.
—Sé que me ocultas algo —dijo finalmente, mordiendo el último bocado de la manzana y tomando un buen trago de agua. La frustración de no obtener respuestas había comenzado a alterarla—. ¿Por qué son tan reservados?
—Las cosas son raras, y la mayoría de nosotros no lo sabemos todo, ni siquiera la mitad.
A Bárbara le molestaba que a Chuck no le molestara no saber nada. Parecía que le era indiferente el que le hubieran quitado su vida. ¿Qué sucedía con aquellos chicos? Todos parecían estar locos. Bárbara se levantó y comenzó a caminar hacia las aberturas gigantes, nadie había dicho que no podía echar un vistazo.
—¡Hey, espera! —gritó Chuck, corriendo para alcanzarla—. Ten cuidado, están a punto de cerrar.
—¿Cerrar qué?
—Las puertas, obviamente.
—No veo ninguna puerta por aquí —Bárbara sabía que Chuck no le estaba mintiendo. Empezó a sentirse incómoda y redujo el paso, ya sin tantas ganas de entrar al lugar.
—¿Cómo les dices tú a esas enormes aberturas? —Chuck apuntó a los huevos en las paredes que ahora estaban muy cerca.
—Enormes aberturas —respondió Bárbara obvia.
—Bueno, pues son puertas, y se cierran cada noche.
—¿Cómo que se cierran?
—Lo verás por ti misma en un minuto, los corredores volverán pronto, y esas paredes se moverán hasta que no haya huecos.
Bárbara no podía entender cómo esas paredes iban a moverse, ¡eran inmensas! Trató de convencerse de que no se cerrarían, quizá Chuck sólo estaba jugando con ella, no era posible que aquellas puertas se movieran.
Llegaron a la enorme abertura que conducía hacia afuera. Bárbara abrió la boca, pero vaciló, aquello parecía ser un laberinto.
—Esta se llama puerta este —dijo Chuck con orgullo.
Bárbara apenas lo escuchó, estaba atónita por lo grande que era la puerta de cerca. Tenía por lo menos unos 6 metros de ancho, la abertura de la pared llegaba hasta la cima. Las orillas que bordeaban la abertura eran lisas, excepto por un extraño patrón repetitivo en ambos lados. En el lado izquierdo de la puerta, había hoyos profundos de varios centímetros de diámetro y espaciados por un pie grabados en la piedra. En el lado derecho de la puerta, barras de un pie de largo salían de la orilla de la pared, también tenían varios centímetros de diámetro y seguían el mismo patrón que los hoyos de enfrente; su propósito era obvio.
—¿No era broma? —preguntó Bárbara—, ¿las paredes en verdad se mueven?
—¿Por qué te mentiría con eso? Las paredes sí se mueven.
Bárbara se sintió sofocada. No le gustaba la idea de que los muros se cerraran y la dejaran atrapada en el Área. Además, ¿por qué debían cerrarse? Eso la aterrorizaba, todo ahí la aterrorizaba.
—Las paredes se mueven —dijo Chuck frustrado—, no sé cómo pero se mueven con un ruido espantoso. Lo mismo pasa en el laberinto, las paredes se mueven cada noche.
Bárbara se giró a ver a Chuck, él había admitido que era un laberinto.
—¿Qué dijiste?
—¿Eh?
—Dijiste que era un laberinto, eso es un laberinto, ¿cierto? —la cara de Chuck se puso del mismo color que una manzana, estaba rojo, casi ardiendo.
—Me rindo, me rindo contigo —dijo el chico y se fue a sentar al árbol que habían dejado minutos atrás.
Bárbara lo ignoró, estaba mucho más interesada por saber qué había fuera del Área. Sabía que era un laberinto, pero quería saber por qué las puertas se cerraban, ¿qué había en el laberinto? El suelo del laberinto estaba hecho de los mismos bloques inmensos de las paredes. La hierba parecía mucho más espesa ahí afuera.
Su corazón se detuvo cuando un chico apareció en el laberinto dando vuelta en una esquina frente a ella. Entrando al sendero principal desde uno de los pasajes de la derecha corriendo hacia ella y hacia el Área. Estaba cubierto de sudor, su cara se había vuelto roja y tenía la ropa pegada al cuerpo. El chico no se detuvo, vio unos segundos a Bárbara y después se dirigió al edificio de concreto que estaba cerca de La Caja.
Se preguntó por qué no exploraban el laberinto de noche, quizá podrían encontrar algo interesante. Luego se dio cuenta de que otros chicos entraban por las otras tres aberturas, todos corriendo y con un aspecto espantoso. No parecía haber nada bueno en el laberinto si aquellos chicos volvían tan asustados y lastimados.
Bárbara se le quedó mirando al edificio donde entraban los corredores, aquél lugar le parecía escalofriante.
Alguien tiró de su manga, sacándola de sus pensamientos, Chuck había vuelto. Antes de que Bárbara pudiera pensar, las preguntas ya comenzaban a brotarle.
—¿Quiénes son ellos y qué hacen? ¿Qué hay en ese edificio? ¿Por qué viven dentro de un laberinto?
—No te diré ni una sola palabra —dijo Chuck con cierta autoridad—. Deberías ir a la cama temprano, pareces necesitar un descanso. ¡Ah! Está a punto de suceder.
—¿Qué? —preguntó Bárbara extrañada de que Chuck se comportara como un adulto en lugar de un niñito de su edad.
Un fuerte estruendo rasgó el aire haciendo saltar a Bárbara, le siguió un crujido aplastante. Bárbara cayó hacia atrás por el temblor que habían causado las puertas que comenzaban a cerrarse encerrándola en el Área.
—Tranquila, novata —le gritó Chuck—. No es nada.
Bárbara a penas alcanzó a escuchar, estaba demasiado perdida mirando a las paredes cerrándose. Se paró y dio unos pasos hacia atrás para poder observar mejor, la enorme pared de la derecha parecía haber violado las leyes de la física, se deslizaba por la tierra arrojando chispas mientras se tallaba contra la piedra.
El sonido la había estremecido hasta los huesos. Bárbara se percató de que sólo esa pared se movía, dirigiéndose a la pared de la izquierda para sellarse. Vio a su alrededor las otras paredes haciendo lo mismo que lo que hacía la que tenía frente suyo. Las paredes ya habían terminado casi de cerrarse, estaba completamente atrapada y la cabeza le daba muchas vueltas.
Trató de no entrar en pánico y salir corriendo como una desquiciada, pero le parecía difícil, se sentía demasiado asustada. Pensó en correr lo más rápido posible e intentar huir hacia el laberinto, pero el sentido común y la lógica eran más poderosos, por algo debían cerrarse esas paredes.
«Los protegemos de lo que hay afuera». Esa voz brotó rápido en su mente y tan rápido como lo había hecho desapareció, supuso que había alguien hablando dentro de su mente pero la lógica la invadió y supuso que serían sus mismos pensamientos. Pero aquella voz le había sonado tan real y familiar.
La pared llegó al final de su camino y con un boom se cerró dejando el Área aislada de todo lo que había afuera. Después de unos minutos se tranquilizó, quizá la voz en su cabeza tenía razón.
—Increíble —dijo sintiéndose estúpida.
—Te acostumbrarás después de un tiempo.
Bárbara volvió a mirar a su alrededor otra vez, la sensación de pánico era muy diferente ahora que las paredes estaban cerradas. No había manera de treparlas, no hasta que se abrieran de nuevo y seguramente faltaba mucho para eso lo que la hizo entrar en desesperación. Pensó en lo que podía haber afuera, debía ser algo muy grande y horrible como para que las paredes fueran así de altas y anchas.
—Vamos —dijo Chuck jalando a Bárbara de la manga—. Créeme cuando llega la noche quieres estar en tu cama.
Bárbara sabía que no tenía otra opción, debía irse ya a dormir. Apartó todos sus pensamientos y siguió a Chuck.
Última edición por tobias. el Jue 10 Jul 2014, 12:31 pm, editado 1 vez
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
ayer subiste, pero no pude comentar, pero ahora sí bc es el único fic que estoy leyendo. (?)
me encantó el capi, me gusta la personalidad de bárbara porque es como un thomas femenino(?) y adoro eso sdflsfhsdfl. traes a la luz mis sentimientos por chuck, omg, muchos recuerdos con el bby ;--------; ya quiero ver más de newbara (?) en fin. seguila pronto, bby. besitos.
me encantó el capi, me gusta la personalidad de bárbara porque es como un thomas femenino(?) y adoro eso sdflsfhsdfl. traes a la luz mis sentimientos por chuck, omg, muchos recuerdos con el bby ;--------; ya quiero ver más de newbara (?) en fin. seguila pronto, bby. besitos.
khaleesi.
---
Re: glances {newt | the maze runner}
yo no leo ninguno :c bárbara tenía que ser parecida a thomas bc lo verás más adelante. lol, amo a chuck, putos todos por matarlo :c pronto habrá más newbara(?). la seguiré pronto, creo.sweetheart. escribió:ayer subiste, pero no pude comentar, pero ahora sí bc es el único fic que estoy leyendo. (?)
me encantó el capi, me gusta la personalidad de bárbara porque es como un thomas femenino(?) y adoro eso sdflsfhsdfl. traes a la luz mis sentimientos por chuck, omg, muchos recuerdos con el bby ;--------; ya quiero ver más de newbara (?) en fin. seguila pronto, bby. besitos.
tobias.
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