You make me happy (Harry Styles)

por **Buttercup.** Vie 31 Mayo 2013, 8:55 pm

MI
FICHA:

Nombre: You make me happy

Autor: Buttercup.

Adaptación: No

Género: Romance, drama

Advertencias: No

Otras páginas: Sí, mi tumblr

Canción: Happy - Nevershoutnever

YOU MAKE ME HAPPY

by Buttercup. ♥

♫

Prólogo

There's a firefly Loose tonight Better catch it Before it burns this place down And I lie If I don't feel so right But the world looks better Through your eyes
♥

De pequeños siempre se nos ha enseñado que un acto de bondad cuando es realizado de todo corazón, puede cambiar el mundo. Es mentira. Puede cambiar dos mundos, no sólo uno.

Tras un fracaso por conseguir una cena decente en el famoso restaurante Mickey’s, Lana decide hacer su buena acción del día obsequiando a un vagabundo unos macarrones que prefiere regalar a alguien que los necesite aún más que ella. Sin embargo, quien acepta su regalo se ve forzado a regresarle el favor. Nunca nadie antes había hecho algo así por él. Ese él no es cualquier él, es un chico de 19 años que ha olvidado su pasado y por si fuera poco; hasta su propio nombre. Y aunque no recuerde absolutamente nada sobre él, se obligará a sí mismo a jamás olvidar a la chica que cambió su vida al dejar en sus manos una canastita con macarrones.

AQUÍ {♥}:

por **camillep07** Dom 02 Jun 2013, 3:27 pm

Hola!!!!!
soy Camille :P
nueva y fiel lectora
empiezala pronto :aah: You make me happy (Harry Styles) 1857533193

You make me happy (Harry Styles) 2841648573

si necesitas chicas... puedo con Louis????
si dices que si te mando la ficha luego

por **Buttercup.** Dom 02 Jun 2013, 9:16 pm

Aquí {♥}:

Capítulo 1

♥

Era la tercera vez que Bree se olvidaba de mi emparedado y lo dejaba quemarse sobre la sartén. La cocina se inundaba de un humo espeso incapaz de oler por mucho tiempo y llegaba hasta la barra para hacerme revolear los ojos sabiendo que mi comida iba a demorar fácilmente otros veinte minutos más.

— ¡Soy un desastre! —Aparece Bree saliendo de la cocina con un extintor en la mano. —Lo siento, Lana.

—Descuida, mi hambre puede esperar a llegar a casa para pedir otra cosa.

—Pero he calcinado ya a tres pobres emparedados seguidos, todo porque Louis no vino a trabajar hoy. Lo detesto demasiado en estos momentos.

—Gracias al cielo que el lugar está vacío, a diferencia del Señor Nicholson.

—Él nunca se va —resopla— es un cliente eterno. Estoy segura que pedirá que su funeral se celebre aquí mismo.

—Le gusta demasiado Mickey’s, eso es todo. Y no es para menos, preparas un café y macarrones con queso deliciosos, cosa que Louis no puede hacer. —Trato de animarla, y lo logro un poquito porque esos labios llamativamente coloreados de rojo comienzan a curvearse en una sonrisa satisfecha.

Mickey’s era el restaurante donde mi atolondrada mejor amiga trabajaba, al lado de Louis; el nieto del dueño del lugar, que evidentemente luego de tanto convivir con Bree se unió a nuestra amistad.

—Son casi las nueve de la noche y mamá no me ha llamado. —Hago una mueca dejando de mirar la pantalla de mi celular y lo vuelvo a guardar dentro del bolsillo de mi jersey.

—Quizá tenga una mejor cena en la mesa ahora mismo. —Bree se encarga de hacer inventario de los sacos de harina del almacén y me sigue la conversación casi a gritos.

—No puedo esperar más que un plato con cereal.

—De eso a una pila de cenizas, lo preferiría.

Tamborileo los dedos sobre la barra y me miro las uñas seguidamente. No me gustaba esperar, pero tenía que hacerlo por mi mejor amiga. La semana pasada me había hecho el favor de ayudarme a terminar mi proyecto de matemáticas, el cual era el más importante de todo el semestre. Estaba en deuda con ella, así que esperarla a cerrar el restaurante sólo por hoy no era mucha carga, Louis no podía faltar más de un día seguido.

—Feliz no cumpleaños. —Miro la pequeña cesta de plástico cubierta con una diminuta franela a cuadros rojo y blanco.

— ¿Qué es eso?

—Alguien lo ordenó esta mañana, pero parece que nadie recogió su pedido. Lo guardé en el refrigerador. Te lo debo, es lo mínimo que puedo hacer después de dejarte sin comida.

—Pues gracias. —Descubro la franela y unos macarrones con queso brillan bajo la luz blanca de la única farola encendida dentro.

—Son gratis, no tienes que dejar nada.

—No iba a hacerlo.

El Señor Nicholson se había retirado hace diez minutos, y mientras Bree contaba el dinero de la caja registradora ayudé a limpiar la última mesa usada.

—Todo listo. —Se quita el delantal rojo con la insignia blanca del restaurante impreso y lo deja sobre una de las sillas del comedor. —Vámonos.

Bree hace una llamada al dueño del restaurante para avisarle que ha cerrado todo y que en un momento pasará a su casa a dejarle las llaves.

—Es imposible y un inútil. No puedo creer que no pueda siquiera preocuparse por cerrar su fuente de dinero él sólo. —Pone los ojos en blanco y se cruza de brazos.

—No tienes más remedio si quieres ahorrar para irte a Nueva York.

—Es lo único que me anima a seguir soportando a ese viejo.

—No es tan malo, es casi como Louis… sólo que con más años.

—Y demasiado pesado. ¿Ya te había dicho que odio sus estúpidas bromas? Lo peor es que tengo que disimular que son divertidas y reírme aunque no quiera. Por lo menos a Louis puedo golpearlo.

—Descuida, cuando me llames a la mitad de la noche cuando yo esté durmiendo probablemente serás la mujer más feliz del mundo paseando por las calles neoyorkinas. Y es entonces cuando te odiaré por despertarme. —Sonrío y me escondo una mano dentro del bolsillo preparándome para mi partida.

—Pues hasta entonces tendrás que seguir soportando mis quejas. —Se acerca para abrazarme y deja un beso en mi mejilla.

—Y tú regalándome comida gratis.

—Sí, claro. Cuando me case con Louis y el anciano muera para dejarnos el lugar entonces sí. —Sé que lo dice de broma, porque ella jamás ha gustado de Louis desde que lo conoce. Le parece demasiado inmaduro y lo considera más bien un saco de boxeo que alguien por quién perder la cabeza. —Te veo luego, y gracias por esperarme.

—No es nada. —Asiento con la cabeza y enseguida ambas tomamos direcciones opuestas.

Es demasiado tarde, pero no le doy tiempo al miedo por el mismo motivo. Quiero llegar a casa lo antes posible y tomo el primer atajo doblando a la derecha. Está oscuro y deduzco que la farola está descompuesta porque está apagada. Bufo y sigo caminando.

Algo pasa a toda velocidad por mis pies y me sobresalto. Busco rápido en el suelo qué pudo ser y diviso una pequeña sombra que corre rápido hacia adelante. Enfoco mejor la vista bajo la oscuridad y logro encontrarle forma a la sombra diminuta, es un gatito bebé. Sigo su trayecto con la mirada y éste se detiene frente a un gran bulto unos metros adelante. Una mano sale de allí mismo y estoy a punto de echarme a correr cuando veo que solamente quiere acariciar al gatito.

—Un vagabundo. —Digo para mí misma.

La persona le entrega al gatito un trozo de lo que alcanzo a distinguir que es pan. La escena me aplasta el corazón de inmediato y dejo pasar una gran cantidad de saliva que se atrancó en mi garganta. Mis dedos se aferran a la cestita con macarrones y me acerco al pobre indigente. No sé si esa persona es mala, agresiva o tal vez sólo un truco para llamar mi atención y hacerme algo malo. Nada negativo pasa por mi mente en ese momento, simplemente esa alma solitaria me mueve a ayudarle y me arriesgo a hacer lo que mi conciencia me manda. Quizá ese pedacito de pan era todo lo que tenía para comer y con el posible buen corazón que posee se lo obsequió al gatito.
Sigo dando pasos hacia delante y me fijo en los detalles sólo un poco. Su manta tiene muchos hoyos alrededor y lo que parecía ser una cobija blanca, ahora era un pedazo de tela oscuro con trozos de pequeñas ramas incrustadas.

—Disculpe… —le llamo pero se asusta y se cubre por completo espantando al gatito que sale corriendo asustado. —Lo lamento, no quise asustarlo. Sólo vengo a regalarle esto.

La persona debajo de la manta se descubre poco a poco sin darme la cara, sigue oculta bajo las sombras de la noche.

—Son macarrones con queso, están fríos pero la verdad son deliciosos. Mi mejor amiga los prepara, son de Mickey’s el restaurante que se encuentra a la vuelta. —No dice nada y se encoge sobre sí mismo, como si temiera recibir un golpe de mi parte. —Vamos, tómelo. De verdad, no tiene nada malo, se lo prometo. Sólo es comida.

Sigue en su misma posición y me quedo un rato de pie esperando ver otra reacción que sea la de tomar lo que le estoy ofreciendo. No se mueve, entonces me veo en la necesidad de retirarme y terminar por desilusionarme porque ante mi desinteresada ayuda hacia esa persona, ésta simplemente me rechaza.

—La dejaré aquí. —La luz de la farola parpadea tres veces y se enciende por completo. La cestita con macarrones cae brusco unos centímetros del suelo pero sin derramar nada. Sólo la impresión de percatarme que a quien le he regalado mi cena no se trata de alguien mayor. Se ha descubierto la cara una vez la luz llena el callejón y no sólo eso, si no que sospecho que un lado de su boca está levemente curveado. Se trata de alguien joven, en realidad hablamos de un chico.

Su rostro sucio me produce un nudo en el estómago, porque a pesar de estar lleno de hollín es precioso. A juzgar por su cara calculaba que no era mayor de veinte años, tampoco era un niño. Parecía ser un adolescente terminando su etapa para introducirse a la adultez pero quedándose atascado en la niñez. Se le veía tan sólo y desprotegido, que por poco le dejo mi jersey para poder cubrirle el frío de la noche, esa cobija rota no debía servir para mucho. Su manta sigue sobre sus hombros pero ya no le arropa más que sólo eso.

—Gracias. —Responde para mi sorpresa. Toma la cestita y con eso logro ver sus manos a la perfección. Pongo los ojos como platos al percatarme de la enorme cantidad de mugre que tiene acumulada en sus uñas.

— ¡Espera! —Busco de forma rápida mi gel antibacterial en mi bolsa y le pongo un poco sobre sus manos. —Talla lo más que puedas y después podrás comerte eso. Te hará daño si comes con las manos sucias.

Era un comentario realmente estúpido dado que era evidente que personas con la misma condición que él cuando podían comer algo siempre lo hacían con las manos sucias. ¡Por Dios, Lana! No tienen dinero siquiera para conseguir alimento, ¿qué te hace pensar que les sobra para comprar jabón?

El chico se talla las manos torpemente y después me las muestra.

—Así está mejor. —Le sonrío. Él empieza a comer después de eso, y como no tengo nada más que hacer me retiro después de decirle “Espero que lo disfrutes”.

Mi estómago gruñe en todo el camino, y es como un campo de batalla porque no deja de hacerlo incluso cuando me siento tan tranquila por haber hecho algo correcto. Y no sólo eso, me siento realmente feliz porque es como si supiera que cambie por lo menos la noche de ese chico. No será todo una vida, pero sí ésta noche, hice un poquito más satisfactoria su noche con una rica cena. Sí, nada más que esta noche.

por **elisadirectionerforever** Dom 02 Jun 2013, 9:21 pm

SEGUNDA NUEVA LECTORA ME ENCANTO EL CAP SIGUELA PRONTO SI NECESITAS CHICA PARA NIALLER AQUI YO¡¡ NO DUDES EN DECIRME C:

por **Buttercup.** Dom 02 Jun 2013, 9:25 pm

elisadirectionerforever escribió:SEGUNDA NUEVA LECTORA ME ENCANTO EL CAP SIGUELA PRONTO SI NECESITAS CHICA PARA NIALLER AQUI YO¡¡ NO DUDES EN DECIRME C:

Gracias, pero acabo de decir que no necesito chicas para la novela xd. Pero gracias ♥.

por **camillep07** Lun 03 Jun 2013, 5:48 pm

HOLA!!!!! :P
me encanto el cap siguela pronto :P

PD: SIGUELA SIGUELA SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAA

por **elisadirectionerforever** Lun 03 Jun 2013, 7:29 pm

siguela¡¡¡ siguela esta buena c:

por **Buttercup.** Jue 13 Jun 2013, 5:20 pm

Aqui {♥}:

Capítulo 2

♥

— ¿Dónde está tu padre, Kayley? —Arrojo las llaves, el bolso y las demás cosas que ocupan mi mano sobre el sillón y me llevo a la boca un puñado de cereal que mi sobrina de 3 años tiene en su platito. Me mira con el ceño fruncido y escupe sobre su cereal para que no agarre más. Era una grosera y nunca compartía nada, pero era mi gusano oloroso y la adoraba como a nadie. —Te pregunté algo.

—No ha llegado. —Responde concentrándose en la televisión y luego ríe escandalosamente cuando Jack, el perro amarillo de la serie “Hora aventura” muestra su trasero.

— ¡Mamá! ¡¿Qué hay de cenar?! —Por favor que no sea cereal, que no sea cereal.

— ¡¿Qué?! ¡No te escucho! —Su voz se oye desde la cocina, y me esfuerzo por levantarme del sillón e ir hasta allá. La encuentro lavando platos y a papá usando su tablet acomodándose las gafas constantemente.

— ¿Que si hay algo de cenar, además de cereal?

—Creí que habías ido a cenar a Mickey’s con Bree.

—No me fue posible. —Busco con la mirada algo que pudiera servir de alimento, pero sólo mis ojos captan la caja de cereal de Kayley abierta. —Bree estaba demasiado estresada el día de hoy, y mi cena tuvo la culpa.

— ¿Peleando otra vez con el pan? —Pregunta papá sonriendo burlón.

—Digamos que no es lo que mejor se le da.

—Pues tu padre y yo cenamos ensalada de la tarde. Aún sobró un poco, pero tendrás que compartir con Liam, hace rato llamó diciendo que llegaría tarde y que estaba hambriento.

—Que coma del cereal de su hija, yo lo aborrezco como cena, ya lo sabes. —Me abalanzo sobre el frigorífico y busco el recipiente de la ensalada, pero mi madre se adelanta y me lo arrebata de inmediato. — ¡Oye!

—Vas a compartir con tu hermano, quieras o no. El pobre no ha probado un bocado desde la mañana.

— ¡Pero mamá!

—Obedece y sé una buena hermana menor, Lana.

—Ay, de acuerdo, le dejaré la mitad pero ya dámela. —Estiro las manos para recibir mi cena, pero a cambio de eso mamá se da la vuelta y me sirve por su cuenta.

—Esto será para ti.

—Es demasiado poco. —Entorno los ojos y me cruzo de brazos. A veces mamá era demasiado injusta conmigo sólo porque su hijo preferido tenía que lidiar con sus estudios, su jornada de trabajo los fines de semanas y con ello pagar algunas de las cosas que su hija —fruto de su inconsciencia adolescente— le pedía. Y digo sólo algunas, porque el resto, si no es que la mayoría lo pagaban mis padres, porque todos, incluyendo a Kayley vivíamos bajo el mismo techo.

—Pues te conformas, te preparas algo tu sola o allí hay una caja de cereal. Tú escoge.

—Mejor me prepararé algo.

—Si dejas un solo plato sucio, limpiarás la cocina toda la semana. ¿Escuchaste?

—Síiii, mamá. —Suelto con voz cansada y me siento para comer la diminuta proporción de ensalada. Si me queda hambre, preparo algo más.

— ¡PAPI, PAPI! —Los gritos de Kayley nos indican que Liam ha llegado y que no lo ha hecho sólo, si no con algún regalito para ella porque comienza a berrear como loca. — ¡ABUELA, ABUELA!

—Como si no fuera suficiente consentirla con su maldito cereal. —Mamá me asesina con los ojos, pero papá se ríe de mi comentario.

— ¿Qué sucede, mi cielo? —Liam entra a la cocina con Kayley en brazos, sosteniendo una bolsa de plástico blanca con su mano libre mientras que la abuela mima a su nietecita querida.

—Mira lo que mi papá me compró. —Alza con sus manitas un peluche de simio de colores, con ojos de botón y brazos y piernas muy largos.

—Es muy bonito, bomboncito.

— ¡Abuelo, abuelo! ¿Verdad que mi nuevo peluche es muy bonito?

—Sí, mi nena. Sí que lo es. —Papá responde asintiendo demasiado seguro como para contestar esta pregunta.

—Tía Lana, ¿verdad que mi peluchito es muy bonito?

—No, Kayley, tu peluche es horrible y deberías culpar a tu padre por tener tan mal gusto para escoger juguetes. Ah, y con que vuelvas a llamarme “tía” de nuevo, tiro a la basura tu horrible regalo.

— ¡Lana! —Recibo un codazo de gran intensidad sobre mi estómago por mamá, y suelto una risotada al ver la carita de Kayley hacer un puchero. —No seas mala con la nena.

—Es broma, enana. La verdad es que es el primer juguete que Liam trae a casa y es lindo. ¿Tú no lo escogiste cierto? —Alzo una ceja y su respuesta se reduce a dejar a la niña en el suelo y a tirarse el suéter por encima de la cabeza. Con eso su camiseta se levanta un poco y en su torso hay algo raro, pero antes de decir siquiera algo Kayley ya está reclamando y llama la atención de papá y mamá.

— ¿Qué es esa mancha en tu pancita, papi?

—Demonios. —Murmura Liam, y se acomoda de inmediato la camiseta.

— ¿De qué mancha habla la niña, Liam? —Mamá entrecierra los ojos con un plato en la mano, y por un segundo me preocupo por la vida de mi hermano. Sabemos todos que en cualquier momento ese plato volará directamente sobre su cabeza si no responde rápido.

—No es nada, mamá.

—Hijo… —comienza a hablar papá pero mamá lo interrumpe hablando atropelladamente y con un nivel de histeria elevado.

— ¡Dime que no te hiciste uno de esos tatuajes, Liam! ¡Por favor, dímelo!

—Ya basta, mamá. Estás haciendo una tormenta en un vaso de agua.

— ¡Te he dicho muchísimas veces que esas cosas no las tolero! ¡Mucho menos en mi hijo!

— ¡Mamá! Por Dios, tranquilízate. Es sólo un tatuaje, no me trates como si fuera un niño, soy una persona mayor con responsabilidades y una hija. Puedo tomar mis decisiones, ya. Respira, mujer. —Liam se coloca detrás de ella y le rodea el cuello con sus brazos, luego le da un beso en la mejilla y la abraza como si no hubiera un mañana. Gruño ruidosa porque estaba segura que en mi lugar ya me hubieran corrido de la casa, pero sólo por ser Liam, con un besito y un abrazo todo estaba arreglado.

—Ay, Liam… —el suspiro de la mujer que nos dio la vida suena aliviado indicándonos que todo estaba resuelto. Le acaricia los brazos a mi hermano y luego niega con la cabeza.

— ¿Cuándo te hiciste eso? —Pregunta papá.

—Luce como si tuviera semanas, no se ve del todo irritado, ¿verdad? —Me muerdo el labio evitando no reírme para no hacer enfadar más a mamá.

—Eso no importa.

—Que sea la última vez que haces eso, Liam. ¿Qué ejemplo le estás dando a tu hija? —La mujer más dramática de esta casa le advierte a mi hermano algo que evidentemente tendrá como consecuencia un vecino tatuaje.

—Uno que le indica que si hace eso no responderé igual que tú. —Le da un último beso en la mejilla y toma por sorpresa a Kayley para ponerla de cabeza y hacerle cosquillas. — ¡O tendrá cosquillas hasta morir!

— ¡NO, PAPÁ! ¡NO, NO, NO! ¡BÁJAME, NOOOO!

Mientras todos ríen por la ternurita de sobrina que Dios me regaló, yo observo la escena escudriñando a cada miembro de mi familia. Y empiezo por Liam, por supuesto. Nadie se ha dado cuenta a excepción mía que llegó tarde a casa no por hacer tareas ni nada parecido, si no que seguro se ligó a una pobre e indefensa chica.

— ¿Qué escondes en esa bolsa? —Señalo con la cabeza lo que dejó sobre la mesa cuando llegó, y como nuestros padres ya se han retirado a dormir y yo aún sigo en conflicto con mi miseria de cena; me doy la libertad de tomar una conversación casual con mi hermano.

—Ah, es comida china.

—No bromees, mamá te cuidó la ensalada como si fuera el último alimento que vas a comer en tu vida.

—Pues te lo regalo, yo comeré esto. —Se despereza crujiendo el cuello y cuando lo hace vuelvo a observar otra cosa directamente sobre la piel de allí.

—Mhmm, veo que el tatuaje no es la única manchita que traes a casa esta noche. —Sonríe malévolo y me guiña un ojo sirviéndose en un plato comida. —Qué asco me das, Liam.

—No tiene nada de malo divertirse entre semana. Además ella sola se ofreció, y no tuve que pagar ninguna habitación. Siempre he dicho que el cuarto de limpieza de la escuela es bastante bueno para ocasiones como estas.

— ¡DIOS! —Kayley está aún lado de mí y le tapo los oídos con mis manos. —Ten cuidado con lo que dices, tienes un monstruo demasiado hablador como hija, ¿lo olvidas?

—Mi hija conoce a su padre. —Se encoje de hombros y comienza a comer.

—Papá, ven a ver televisión conmigo. —Kayley tira del pantalón de Liam.

—Claro, monita. En un momento te acompaño, terminaré de cenar e iré contigo, ¿sí?

—Está bien. —La pequeña sonríe y le arroja un beso a su padre para después salir de la cocina dando brincos.

Seguimos platicando de temas poco controversiales. Le menciono lo largo que me pareció el día al estar en Mickey’s acompañando a Bree y la manera tan estúpida de recibir una calificación de ‘A’ en Historia tras no haber estudiado nada. Me comenta que en la Universidad las cosas se ponen más difíciles y que es fácil estresarse ante la más mínima cosa, me alienta a alegrarme por esas buenas calificaciones sin esforzarme mucho porque cuando comience mi nueva etapa seglar todo será muy diferente.

Nunca me quejado de mi vida en ningún momento. Sigo estando agradecida porque soy feliz con lo que tengo. Mi familia me hace realmente feliz, principalmente Kayley, no sé qué clase de persona sería si ella no estuviera presente cada día de mi vida. Y aunque es cierto que casi siempre estamos discutiendo por bobadas, reconozco que lo hago sólo para hacerla enfadar. Es una niña que recibe mucho amor por parte de todo mundo, así que el molestarla un poquito no le hará daño.

Liam ha terminado de cenar y yo de lavar los platos sucios que ambos utilizamos. Está ahora con su hija recostada sobre su pecho a punto de quedarse dormida en la sala, forzando a sus ojitos a terminar de ver el capítulo de Dora la Exploradora. Pero su padre sigue atento a la televisión y responde con voz baja todo lo que Dora pregunta. No es adorable, es tonto.

—Vayan a dormir. —Apago el televisor. Liam se lleva en brazos a Kayley a su habitación y yo me quedo sola recogiendo los aritos de colores del cereal en el suelo.

Eso me hace recordar que me encargo de un trabajo bastante ajeno, aunque con gusto. La madre de Kayley sufrió mucho durante el embarazo y si no abortó al bebé fue porque mis padres obligaron a Liam a que ésta no lo hiciera. Él en tanto no se oponía a ninguna decisión, era totalmente parcial en cuanto a si su hija vivía o moría. Sí, descaradamente cruel, pero ese pensamiento sólo duró hasta que tuvo a su hija en brazos. Anna, la madre biológica de la niña no quiso saber absolutamente nada de ella en cuanto dio a luz y se negó a rotundamente a amamantarla. Sus trastornos eran tan peligrosos que la mejor decisión que pudimos tomar todos fue no acercarle a la niña para nada. Desde entonces Kayley posee los mismos apellidos que Liam y yo, como si fuera nuestra hermana mis papás la registraron de esa manera para que todo fuera más fácil.

Mi hermano mayor, a sus 22 años puede presumir de no ser un padre tan ejemplar pero sí responsable en muchas cuestiones. Ama a su hija con todo su corazón y se lo repite cada día que ella es la única mujer en su vida, aunque todos sabemos que tras esas palabras se esconden unas cuantas universitarias fáciles.

—Estoy agotada. —Busco entre la fila de películas alguna buena para atraer el sueño, porque si bien me siento como obrero terminando su jornada laboral pero sin un poco de sueño.

Saco el DVD de entre el montón y lo coloco bajo mi brazo izquierdo para llevármelo a mi habitación. Estoy a punto de subir las escaleras cuando un ruido en la puerta de la entrada llama mi atención. Espero un momento antes de acercarme, pero cuando no escucho nada de nuevo lo hago cautelosa, no sin antes echar una mirada sobre la ventana. Afuera no hay nadie, la luz de las farolas de la calle sólo alumbran los autos estacionados de los vecinos. La puerta sigue sin estar asegurada lo que me da oportunidad para cerciorarme de saber qué ocasionó el ruido. Pudo haber sido Susy, el gato de la Señora Guilbert que se escapó de nuevo o sencillamente un animalillo nocturno. Abro la puerta y miro a mi alrededor pero no veo nada. Aprieto el interruptor de la luz y la entrada se ilumina pero tampoco hay nada. Doy un paso a delante y mi pie choca con algo en el suelo. Miro el objeto y retrocedo sorprendida al ver una cesta de plástico con pequeños restos de macarrones justo afuera de mi casa.

por **Buttercup.** Lun 17 Jun 2013, 7:31 pm

Aquí {♥}:

Capítulo 3

♥

— ¡Te digo que aquí estaba anoche! Yo no aluciné nada.

—Pues yo sólo veo un montón de basura. —Bree suelta una cáscara de banana con cara de asco y se restriega las manos en su delantal para después incorporarse.

—Pudo haber cambiado de sitio para dormir.

—Quizá sí, Lana. Descuida, podemos ir a reportarlo a la policía y que vigilen el área por las noches. Te quedarías más tranquila.

—No creo que sea agresivo, la verdad es que no me asusta. Sólo quiero saber por qué dejó la cesta afuera de mi casa. —Resoplo y me muevo inquieta en mi lugar buscando en mi cabeza una respuesta clara que me ayude a tranquilizarme. Ese muchacho vagabundo me siguió hasta casa anoche, sólo quiero saber por qué lo hizo sin hacer presencia alguna.

—De ser tú, yo tendría cuidado y no andaría sola por las noches. Si ya te siguió una vez no le costará nada hacerlo de nuevo y quizá hasta pueda hacerte daño para conseguir más comida. No puedes ir dándole macarrones a todo el mundo, Lana. Por cierto, estoy un poco indignada porque era un regalo para ti y lo despreciaste.

—Estaba pasando por hambre, Bree. —Entrecierro los ojos.

—Tú también.

—Como sea, yo sólo quiero encontrarlo de nuevo y que me explique por qué hizo lo que hizo. ¿Vas a ayudarme?

—Lo único que voy a ayudarte a hacer es acompañarte a la comisaría a que declares que alguien te acosa, eso es lo que haré. —Me empuja un poco por el hombro y comienza a caminar de regreso a Mickey’s. Se ha tomado la molestia de salirse en su horario de trabajo para ayudarme a investigar donde se encontraba el vagabundo ahora, porque donde parecía que dormía todas las noches ahora era un simple callejón solo y lleno de basura.

—Es muy temprano, quizá sólo venga a dormir aquí y se la pase deambulando durante el día.

—Ya te dije que no.

—Bien, como quieras. Llamaré a Zayn para que me ayude. —Saco mi teléfono celular y comienzo a buscar en mi lista de contactos el número que necesito.

—No atrevas. —De inmediato Bree da media vuelta y me enfrenta. Tiene el entrecejo muy fruncido y yo sonrío satisfecha.

—No pienso ir sola por allí en la noche, Zayn será de mucha ayuda.

—Suelta ese teléfono, Lana.

—No, señora. De hecho lo llamaré ahora mismo. —Aprieto el botón de Llamar y me llevo el aparato a la oreja.

— ¡NOOOO! ¡CUELGA, CUELGA, CUELGA! —Bree se abalanza sobre mí y comienza a mordisquearme la cabeza.

— ¡AUUUUCH!

— ¡QUE CUELGUES TE DIGO! ¡CORTALAAAAAAAAAAAAAAAA! —Su grito agudo me lastima el oído y me encojo de hombros soltando el celular. Bree lo arroja contra el suelo y lo patea lejos.

— ¡OYEE!

— ¡Eres la peor amiga de este universo! —Está totalmente roja de la cara, despeinada y jadeando con una mirada feroz y las manos en plan de ataque. Si fuera mujer lobo estaría preocupada.

— ¡Mira quién lo dice! ¡Acabas de patear mi celular!

— ¡Ese sería tu regalo de cumpleaños! ¡Un maldito teléfono celular nuevo! ¡Pero como te odio hasta morir ahora mismo, te arruino la sorpresa! ¡Mala amiga!

Retoma su camino furiosa dando enormes zancadas y acomodándose el cabello.

— ¡Estaré en tu casa a las 9: 30, perra desgraciada! ¡Más te vale que me esperes!

No estoy atónita para nada, de hecho sus reacciones me parecen comunes hasta la mierda. Bree es impulsiva, grosera y hasta cierto punto una desvergonzada, pero es mi mejor amiga y así la quiero. Cuando necesito de ella sólo me veo un poquito obligada a tomar medidas drásticas para que ésta ceda a lo que quiero pedirle. En este caso llamar a su ex novio por ayuda. Bree lo odia con su alma. Odia que sea tan guapo, odia la manera en que la conquistó con sus lindas palabras, su pinta de chico malo con ese montón de tatuajes y un cigarro siempre en sus dedos, esa pose de macho cabrón recargado sobre su motocicleta. Todo eso lo odia, lo aborrece pero al mismo tiempo la vuelve loca. Tan loca como una cabra enamorada.

—Es una idiota. —Me acerco a mi celular que yace en el suelo pidiendo auxilio y lo recojo. Le sacudo la tierra y lo guardo en mi bolsillo no son antes cerciorarme que sigue funcionando bien. Ya no me importa tanto porque Bree ha descubierto mi regalo de cumpleaños, y me emociona tener un nuevo bebé en la familia. Apago mi teléfono y vuelvo a casa.

{…}

— ¡Lana! —Me siento en medio de un terremoto y me levanto sobresaltada.

— ¡¿Qué?!

—Cálmate, sólo quería preguntarte dónde está Kayley. —Liam desprende su mano de mi hombro después de sacudirme y me restriego los ojos. Luego bostezo y veo la hora en el reloj del tocador.

—No sé, me dormí toda la tarde. ¿Por qué?

—Parece que mamá y papá salieron, dejaron una nota en la cocina pero no mencionan nada de haberse llevado a Kayley. De seguro llamaron a Rita, pero no sé a dónde se llevó a la niña.

— ¡OHH! Ya recordé, mamá dijo en la mañana que la llevaría inscribirse a clases de dibujo o algo así. —Salí de la cama y caminé hasta el tocador para cepillarme el cabello enredado. Luego miré a Liam sobre el espejo extrañada. —Pero… ¿por qué mencionaste a Rita? Está visitando a su familia en Colorado, ¿ya lo olvidaste? No regresa hasta la próxima semana.

— ¿Quieres decir que has estado sola toda la tarde?

—Pues… sí. —Liam se incorpora de la cama de inmediato y sale de mi habitación casi corriendo al primer piso.

— ¿Qué pasa? —Le sigo confundida. Esas reacciones inesperadas casi siempre me preocupaban más de lo debido, y lo patético del asunto es que toda la vida se trataban de cosas estúpidas sin sentido. Bajo las escaleras tan rápido como puedo y sigo sin entender ese impulso. —Liam.

—Alguien entró a la casa mientras dormías.

— ¿Eh? —Me paro en mi lugar y alzo una ceja sin entender bien lo que mi hermano dijo. — ¿Cómo que alguien entró a la casa? ¿De qué hablas, Liam? No seas histérico, estás igual que mamá ya…

— ¡La alacena está vacía!

— ¡¿Qué?! —Quiero asegurarme de eso, aunque no le encuentro lógica alguna porque un ladrón no se detiene a sólo robar comida, de haber sido así nuestra plasma ya no existiría, ni tampoco la laptop de papá. Todas nuestras cosas valiosas siguen en su sitio, además yo jamás escuché nada, ni un solo ruido.

—El refrigerador estaba abierto cuando llegué, y la puerta trasera también.

—A lo mejor mamá se llevó algunas cosas y dejó abierto todo. Nadie pudo entrar a la casa, yo no escuché nada.

—Da gracias a Dios que regresé temprano, Lana. Quién sabe que pudiera haberte pasado si llego más tarde.

—Liam, basta. No pasa nada ni nadie entró a la casa. Nadie deja cosas de valor si tiene las suficientes agallas como para entrar a una casa ajena, y allí siguen nuestras cosas. Sólo es comida, nadie roba com… —Oh, no.

— ¿Qué? ¿Por qué te quedaste callada? —Mierda, mierda, mierda. —Lana.

¡De nuevo lo hizo! Pero… ¿cómo? Dios mío, este sujeto sigue persiguiéndome, y para colmo entró a mi casa. ¡A mi casa!

— ¡Lana!

—No es nada, es que me acordé de algo. —Meneo mi cabeza y busco un vaso con agua para calmarme. No sé si es peligroso, pero no quiero preocupar a nadie si no estoy 100% segura de las cosas. Los hechos me lo gritan, pero quiero asegurarme yo sola de que alguien el cuál sospecho ha venido a visitar mi alacena.

— ¿Segura?

—Sí, Liam, sí. —Sacudo mi mano obligando a mi hermano a callarse de una vez por todas.

—De todas formas no voy dejarte sola, cancelaré a Niall.

—Descuida, en un rato saldré con Bree, puedes irte si quieres. Mamá no debe tardar en llegar. ¿Por qué no le llamas?

—Ya lo hice, papá y ella tienen los teléfonos apagados.

—Bueno, como quieras. Estaré en mi habitación. —Le sonrío y le doy un golpe reconfortador en el hombro. Él sólo me sacude el cabello y se dedica a acomodar las pocas cosas que quedaron en la alacena.

Para las 9: 30 p.m me encuentro más relajada. Me he dado una ducha a conciencia y he leído un rato comiendo un plato lleno de uvas verdes. Bree me está esperando abajo, me ha mandado un mensaje de texto el cual acabo de ver porque apenas encendí mi celular.

— ¿No le dijiste nada a mamá, cierto? —Me coloco el gorro gris que mamá me compró hace poco y termino de acomodar mi suéter.

— ¿Por qué te preocupa tanto que le diga? —Liam me escudriña con la mirada mientras trata de peinar a su hija recién bañada. Hablamos de esto porque Kayley trae puesto los cascos y escucha música de Selena Gomez a todo volumen cenando un plato con cereal, como siempre.

—Papi, me duele. —Se acaricia la cabeza con sus manitas y mira a Liam con cara de rendición.

—Sabes cómo es mamá. —Termino por arreglarme y le doy un beso a la enana antes de irme. —Ya me voy, estaré con Bree un rato. Si no regreso, dormiré en su casa.

— ¡Date prisa! —Me grita Bree casi colgando de la ventanilla del viejo escarabajo de Louis.

— ¿Louis irá con nosotras?

—De algo tiene que servir. —Abro la puerta del copiloto y Bree se encarga de mover su asiento hacia adelante para poder entrar yo.

—Que grosera, si quiero puedo dejarlas aquí y largarme. —Louis reclama, y aunque está demasiado oscuro como para mirar cada detalle de su cara estoy segura que está entrecerrando los ojos y juzgando a muerte a Bree.

—No, Lou. Nos llevarás de regreso a Mickey’s y estarás con nosotras a cada minuto. ¿Oíste?

— ¿Qué pasa si no quiero?

— ¡Yaaa! Será mejor que nos vayamos o mamá saldrá a meternos a todos a la casa. —Intercepté con las palabras mágicas, suficiente para que Louis pisara el pedal y acelerara de inmediato.

Durante mucho rato estuvimos deambulando por las calles cercanas a Mickey’s, entre ellas el callejón donde el chico vagabundo se encontraba. Pero no había ni rastro de él por ninguna parte. Era casi medianoche, me sentía una mala persona porque era viernes, día de celebrar el fin de semana y tanto Louis como Bree —aunque ésta última no lo demostrara abiertamente— se encontraban muy cansados. Yo había dormido un par de horas, pero ellos dos hacían sus labores en la tarde y casi nunca eran cualquier cosa.

—Ay olvídenlo, mejor regresemos a casa.

—Lana, ¿no crees que ese chico sea peligroso? Digo… ya son dos veces las que te visita. Yo no estaría tan tranquilo. —Louis buscó las llaves de su auto tomando mi palabra de partir.

—Lo mismo le dije yo —continúa Bree —pero es tan testaruda como mi abuela.

—Tendré más cuidado, si vuelvo a encontrarme con algo extraño otra vez les aseguro que iré a la policía.

Louis estaba muerto de hambre, y el único lugar abierto a esas horas era un puesto de Hog Dogs a unos cuantos minutos. Compramos un par cada uno y nos los comimos dentro del escarabajo escuchando algo de música ochentera. Después se encargaron de llevarme a casa primero, sana y salva. Las luces estaban apagadas, lo que indicaba que todo mundo dormía ya.

—Qué bueno que traje llave conmigo. —Una vez fuera me estiré y me despedí de los chicos.

—Buenas noches.

—Si ves algo sospechoso repórtalo en cuanto antes. —Lou estaba estirado sobre las piernas de Bree dándome indicaciones. Me recordaba tanto a papá algunas veces.

—Ya lo prometí, lo haré.

—Descansa.

Los chicos partieron cuando había subido los escalones del pórtico cerca de la puerta de entrada. Las llaves las traía en mano, pero en un intento torpe por introducir la correcta en la cerradura se me cayeron al suelo.

—Rayos. —Encendí la luz del porche arriesgándome a despertar a mamá, pero era más importante encontrar las llaves de prisa por si al loco se le ocurría llegar a esas horas.

De pronto algo detrás de mí crujió con fuerza y me di la vuelta de inmediato. El corazón casi se me sale por la boca y las llaves volvieron a rebotar sobre el suelo mientras una silueta cubierta por una cobija vieja y rota me observaba atentamente al pie de las escaleras.

por **elisadirectionerforever** Lun 17 Jun 2013, 8:21 pm

eilhfcnopastgurfvgf perdona por no comentar antes es que no tenia internet .__: me encantaron los 2 capitulos siguelaaa siguelaa

por **¡Giovi!** Lun 17 Jun 2013, 9:15 pm

Siguela!. Nueva lectora!

por **Buttercup.** Lun 17 Jun 2013, 9:36 pm

Gracias Elisa ♥, y a Giovi que es nueva lectora, yeeei :D el viernes o Jueves quizá suba el siguiente capítulo : ) graciaaaaaas!

por **camillep07** Mar 18 Jun 2013, 6:37 pm

Hola!!!!

Lo se soy la peor lectora de todas, lo siento por no haber comentado antes es que eh tenido varios problemitas

Mira me voy por unos días y mira todo lo que pierdo

:¬¬:

Bueno Síguela pronto esta buenisima ya quiero saber quien sera el que la estaba obserbando

:bye:

por **Buttercup.** Dom 30 Jun 2013, 7:34 pm

¡Lectoras mías! Siento no poder subirles el próximo capítulo, lo que pasa es que mi computadora tiene un problema y allí tengo guardado todo. Quizá mañana pueda alcanzar a subir algo pero no prometo nada ): muchas gracias por pasar ♥, un beso enorme.

por **camillep07** Mar 02 Jul 2013, 7:45 am

Melly Rainbow. escribió:¡Lectoras mías! Siento no poder subirles el próximo capítulo, lo que pasa es que mi computadora tiene un problema y allí tengo guardado todo. Quizá mañana pueda alcanzar a subir algo pero no prometo nada ): muchas gracias por pasar , un beso enorme.

Descuida sube cuando puedas
bueno Espero que la sigas pronto, muero por seguir leyendo :P
bueno SIGUELAAAAAAAAAAAA
P

R

O
N
T
O
:bye:

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