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glances {newt | the maze runner}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: glances {newt | the maze runner}
Capítulo dos.
bowie—Bárbara está buena, shanks. —Habló un chico que Bárbara no pudo alcanzar a ver pero quiso romperle la nariz de un buen golpe.
—Cállate, Gally —respondió una voz mucho más profunda que venía del chico de tez morena.
Comenzó a observar a los chicos con mucho más detenimiento; había un chico alto con cabello rubio y mandíbula cuadrada, su rostro carecía de expresión. Un pequeño y gordo niño se mecía adelante y atrás en sus pies, mirando a Bárbara hipnotizado. Un enorme y musculoso chico asiático se cruzo de brazos mientras estudiaba a Bárbara de arriba abajo, sus apretadas mangas de la camisa enrolladas para mostrar sus bíceps. Un chico de piel oscura frunció el ceño, el mismo que había callado a Gally. Otros más la miraban con cierto interés.
—¿Dónde estoy? —volvió a preguntar. Sabía que le habían respondido que estaba en el Área, pero no tenía ni la remota idea de qué era el Área.
—¿Eres sorda o qué? —preguntó Newt—. Ya te había respondido esa pregunta, princesa.
—¿No puedes darme una ubicación más exacta? Yo no tengo ni la menor idea de qué es el Área.
—No es un lugar bueno —intervino el chico de piel oscura antes de que Newt pudiera responder—. Sólo tranquilízate y pronto podremos hablar.
—¿Qué Guardián tendrá, Shuck-face? —gritó alguien desde atrás.
—Seguramente un Slopper aunque supongo que hay muchos que desean ayudarla.
Bárbara frunció el ceño. Estaba confundida, la mayoría de las cosas que hablaban esos chicos no tenían sentido. Shank, Shuck, Guardián, Slopper. Ellos parecían tan familiarizados con el lenguaje que ella se sentía mal por no entenderlo. Era como si a ellos les hubieran robado parte de su lenguaje.
Comenzó a sentir demasiadas emociones que le controlaban la mente. Curiosidad. Miedo. Confusión. Frustración. Pero no podía hacer nada. Quería correr y alejarse de todos ellos aunque no sabía hacia dónde correr, no conocía el lugar.
—¡Cierren el pico! —bramó el chico de piel oscura—. ¡El que siga ladrando será partido por la mitad!
Era el líder, nadie puede hacer callar a un grupo de chicos así de fácil, él tenía que ser el líder.
Como nadie le prestaba atención en ese momento comenzó a observar El Área.
El suelo del campo se veía como si estuviera hecho de bloques de piedra, algunos rotos y rellenos con hierbas y pastos. Había un extraño edificio de madera cerca de una de las esquinas del cuadrado que contrastaba contra la piedra gris. Unos cuantos árboles lo rodeaban, sus raíces estaban torcidas hundiéndose en la roca en busca de agua. Otra esquina tenía jardines, reconoció algunas plantas como la del maíz, de tomates y árboles frutales.
Al otro lado del lugar, había corrales de madera que tenían dentro ovejas, cerdos y vacas. Había una arboleada que tapaba la esquina final. El cielo estaba por encima de ellos era color azul y no había nubes. Bárbara no vio ninguna señal del sol por ninguna parte, aunque el día estaba bastante brillante. No tenía ni idea de la hora, las murallas no revelaban ni el tiempo ni la dirección.
Miró a sus captores. Aunque no estaba segura de que ellos la hubieran secuestrado, parecían igual de confundidos que ella y algunos incluso peor. La mayoría parecía tenerle miedo, como si en cualquier momento fuera a transformarse en un horrible monstruo para matarlos.
El líder del grupo —quien tenía unos diecisiete años— dio un paso adelante. Iba vestido normal: camiseta negra, jeans, zapatillas y reloj digital. Nada amenazador. Si fueran captores estarían vestidos como unos maniáticos, ellos hasta parecían normales lo que sorprendió a Bárbara. El chico de piel oscura tenía el cabello corto y el rostro afeitado. Pero no había nada terrorífico en él, salvo su ceño fruncido.
—Es una larga historia, shank —Bárbara frunció el ceño, ella no era ninguna “shank” aunque no supiera qué significaba—. Poco a poco aprenderás algo en la visita guiada de mañana, por lo pronto… no rompas nada. —Él chico le tendió la mano—. Me llamo Alby. —Bárbara no pensaba tomarle la mano, quizá tenía algo extraño en ella. Se alejó unos cuantos pasos de él y quiso despertar de ese mal sueño; pero no parecía un sueño.
No es tan malo o eso quería tratar de pensar porque sí que era malo, muy malo.
—Dime —dijo con voz baja pero clara—. Quiero saber la larga historia.
Alby miró a los demás y sonrió burlón. Bárbara lo odiaba, odiaba a todos ahí, ¿por qué los chicos eran tan groseros? Ella jamás les había hecho nada, no tenían por qué ser así. Todos los chicos parecían ser unos adolescentes idiotas, seguramente creían que Bárbara era una ingenua.
Se le cayó el alma a los pies. No sabía qué edad tenía. Necesitaba un espejo o algo, quería mirarse y ponerse una edad, quizá era una chiquilla de doce años y por eso se burlaban de ella aunque lo dudaba, no era tan pequeña para tener doce y su cuerpo estaba más desarrollado.
—¿Dónde estoy? —dijo llena de coraje.
Alby se acercó a ella y los demás lo siguieron. Se acomodaron alrededor de ella tratando de tener una buena vista.
—Sé que estás asustada —Dijo Alby—. Si no lo estuvieras te lanzaría al Acantilado.
—¿Hay un Acantilado?
—Mierda. No hay manera de que comencemos así, ¿entiendes? Nosotros no somos asesinos, lo juro. Sólo evita ser asesinada.
—¿Y por qué habría de cuidarme de ser asesinada si ustedes son seres pacíficos hijos de Dios? —dijo molesta.
—Mañana lo sabrás, por ahora decidamos quién se encargará de ti.
Unos cuantos chicos levantaron la mano y Newt casi los golpea diciéndoles que eran unos shanks idiotas. Bárbara estaba preocupada, si todos era igual que Alby y Newt terminaría tirándose del Acantilado. No sabía dónde estaba pero quería hacerlo, estaba harta de ese lugar, quizá morir era mejor.
—Los que levantaron la mano no —dijo Alby—. Tiene que ser alguien que no esté completamente flechado… —Razonó un buen rato. Miraba a todos por unos segundos y después pasaba al siguiente, pero ninguno parecía convencerlo—. Newt, tú te encargarás de ella.
Bárbara casi le da un golpe en la cara a Alby, todos menos él, prefería a un pervertido que a Newt. Él tampoco estaba feliz, de hecho estaba incluso más molesto que ella, parecía querer matar a Alby en ese instante.
—Todos menos él —dijo Bárbara.
—Mi decisión está tomada. Newt, trata de no decirle mucho.
El rubio asintió y todos los demás lo miraron como si fuera el chuco más afortunado del mundo. Algunos apretaban los puños furiosamente y susurraban cosas de él, todas erróneas obviamente.
La mayoría de los chicos comenzaron a alejarse del lugar dejando a Bárbara y Newt solos parados en medio del Área. Ambos absortos en sus pensamientos y muy furiosos, demasiado. En especial con Alby.
—Escucha, princesa, no voy a responderte nada de tus patéticas preguntas, esperarás hasta mañana, ¿bien?
—Jódete.
—Sé que a ninguno nos agrada la idea de tener que convivir por tanto tiempo; te propongo algo, responderé absolutamente todo lo que preguntes pero esperarás hasta mañana. Por ahora fingiremos disfrutar la compañía del otro y después te irás a dormir, ¿bien?
—No, eso no es justo, es mejor para ti que para mí. Se lo preguntaré al chico que dijo que yo estaba buena, seguramente él me responderá.
—Su nombre es Gally. Y seamos honestos, con un acostón hasta Alby te respondería.
Bárbara rodó los ojos y se puso a caminar por El Área intentando alejarse de Newt quien la seguía por miedo a que se alejara y Alby lo regañara. Además no era bueno dejar novicios por ahí, lo rompían y descomponían todo y terminabas encontrándolos en un rincón llorando como locos.
Un agudo y repentino grito cortó el aire, el alarido que casi no había sido humano hizo eco por las paredes y Newt frunció el ceño.
—Joder, ¿qué demonios pasa con los Docs hoy en día? —dijo más para sí mismo que para Bárbara.
—Yo quería ser “doc” —dijo haciendo comillas con los dedos en la palabra doc.
Newt se detuvo de golpe y la miró extrañado.
—¿Qué dijiste?
—Que quería ser doc, ¿dije algo malo?
—No. ¿Cómo es que lo recuerdas?
—No… No lo sé, simplemente el recuerdo apareció en mi mente.
Bárbara sintió que había metido la pata. Seguramente ahora Newt la trataría mucho peor de lo que ya la trata, pero se le escapó el comentario, no creía que tuviera algo de malo, le parecía algo normal tener pocos recuerdos del pasado; pero Newt la miraba como si fuera una demente.
—Bárbara, no vuelvas a decirle eso a nadie, ¿escuchaste? Nadie puede saber que tienes recuerdos del pasado seguramente te odiarán.
—Tú ya lo sabes.
—Nadie se enterara por mi parte, lo juro. Tengo que ir a ver a los Docs mientras tú busca a Chuckie, es un shank pequeñito de unos doce años y de tu estatura.
—Acabas de llamarme enana.
Newt sonrió burlón y le guiñó un ojo en vez de decir “sí”. Bárbara lo fulminó con la mirada hasta que se fue.
—Cállate, Gally —respondió una voz mucho más profunda que venía del chico de tez morena.
Comenzó a observar a los chicos con mucho más detenimiento; había un chico alto con cabello rubio y mandíbula cuadrada, su rostro carecía de expresión. Un pequeño y gordo niño se mecía adelante y atrás en sus pies, mirando a Bárbara hipnotizado. Un enorme y musculoso chico asiático se cruzo de brazos mientras estudiaba a Bárbara de arriba abajo, sus apretadas mangas de la camisa enrolladas para mostrar sus bíceps. Un chico de piel oscura frunció el ceño, el mismo que había callado a Gally. Otros más la miraban con cierto interés.
—¿Dónde estoy? —volvió a preguntar. Sabía que le habían respondido que estaba en el Área, pero no tenía ni la remota idea de qué era el Área.
—¿Eres sorda o qué? —preguntó Newt—. Ya te había respondido esa pregunta, princesa.
—¿No puedes darme una ubicación más exacta? Yo no tengo ni la menor idea de qué es el Área.
—No es un lugar bueno —intervino el chico de piel oscura antes de que Newt pudiera responder—. Sólo tranquilízate y pronto podremos hablar.
—¿Qué Guardián tendrá, Shuck-face? —gritó alguien desde atrás.
—Seguramente un Slopper aunque supongo que hay muchos que desean ayudarla.
Bárbara frunció el ceño. Estaba confundida, la mayoría de las cosas que hablaban esos chicos no tenían sentido. Shank, Shuck, Guardián, Slopper. Ellos parecían tan familiarizados con el lenguaje que ella se sentía mal por no entenderlo. Era como si a ellos les hubieran robado parte de su lenguaje.
Comenzó a sentir demasiadas emociones que le controlaban la mente. Curiosidad. Miedo. Confusión. Frustración. Pero no podía hacer nada. Quería correr y alejarse de todos ellos aunque no sabía hacia dónde correr, no conocía el lugar.
—¡Cierren el pico! —bramó el chico de piel oscura—. ¡El que siga ladrando será partido por la mitad!
Era el líder, nadie puede hacer callar a un grupo de chicos así de fácil, él tenía que ser el líder.
Como nadie le prestaba atención en ese momento comenzó a observar El Área.
El suelo del campo se veía como si estuviera hecho de bloques de piedra, algunos rotos y rellenos con hierbas y pastos. Había un extraño edificio de madera cerca de una de las esquinas del cuadrado que contrastaba contra la piedra gris. Unos cuantos árboles lo rodeaban, sus raíces estaban torcidas hundiéndose en la roca en busca de agua. Otra esquina tenía jardines, reconoció algunas plantas como la del maíz, de tomates y árboles frutales.
Al otro lado del lugar, había corrales de madera que tenían dentro ovejas, cerdos y vacas. Había una arboleada que tapaba la esquina final. El cielo estaba por encima de ellos era color azul y no había nubes. Bárbara no vio ninguna señal del sol por ninguna parte, aunque el día estaba bastante brillante. No tenía ni idea de la hora, las murallas no revelaban ni el tiempo ni la dirección.
Miró a sus captores. Aunque no estaba segura de que ellos la hubieran secuestrado, parecían igual de confundidos que ella y algunos incluso peor. La mayoría parecía tenerle miedo, como si en cualquier momento fuera a transformarse en un horrible monstruo para matarlos.
El líder del grupo —quien tenía unos diecisiete años— dio un paso adelante. Iba vestido normal: camiseta negra, jeans, zapatillas y reloj digital. Nada amenazador. Si fueran captores estarían vestidos como unos maniáticos, ellos hasta parecían normales lo que sorprendió a Bárbara. El chico de piel oscura tenía el cabello corto y el rostro afeitado. Pero no había nada terrorífico en él, salvo su ceño fruncido.
—Es una larga historia, shank —Bárbara frunció el ceño, ella no era ninguna “shank” aunque no supiera qué significaba—. Poco a poco aprenderás algo en la visita guiada de mañana, por lo pronto… no rompas nada. —Él chico le tendió la mano—. Me llamo Alby. —Bárbara no pensaba tomarle la mano, quizá tenía algo extraño en ella. Se alejó unos cuantos pasos de él y quiso despertar de ese mal sueño; pero no parecía un sueño.
No es tan malo o eso quería tratar de pensar porque sí que era malo, muy malo.
—Dime —dijo con voz baja pero clara—. Quiero saber la larga historia.
Alby miró a los demás y sonrió burlón. Bárbara lo odiaba, odiaba a todos ahí, ¿por qué los chicos eran tan groseros? Ella jamás les había hecho nada, no tenían por qué ser así. Todos los chicos parecían ser unos adolescentes idiotas, seguramente creían que Bárbara era una ingenua.
Se le cayó el alma a los pies. No sabía qué edad tenía. Necesitaba un espejo o algo, quería mirarse y ponerse una edad, quizá era una chiquilla de doce años y por eso se burlaban de ella aunque lo dudaba, no era tan pequeña para tener doce y su cuerpo estaba más desarrollado.
—¿Dónde estoy? —dijo llena de coraje.
Alby se acercó a ella y los demás lo siguieron. Se acomodaron alrededor de ella tratando de tener una buena vista.
—Sé que estás asustada —Dijo Alby—. Si no lo estuvieras te lanzaría al Acantilado.
—¿Hay un Acantilado?
—Mierda. No hay manera de que comencemos así, ¿entiendes? Nosotros no somos asesinos, lo juro. Sólo evita ser asesinada.
—¿Y por qué habría de cuidarme de ser asesinada si ustedes son seres pacíficos hijos de Dios? —dijo molesta.
—Mañana lo sabrás, por ahora decidamos quién se encargará de ti.
Unos cuantos chicos levantaron la mano y Newt casi los golpea diciéndoles que eran unos shanks idiotas. Bárbara estaba preocupada, si todos era igual que Alby y Newt terminaría tirándose del Acantilado. No sabía dónde estaba pero quería hacerlo, estaba harta de ese lugar, quizá morir era mejor.
—Los que levantaron la mano no —dijo Alby—. Tiene que ser alguien que no esté completamente flechado… —Razonó un buen rato. Miraba a todos por unos segundos y después pasaba al siguiente, pero ninguno parecía convencerlo—. Newt, tú te encargarás de ella.
Bárbara casi le da un golpe en la cara a Alby, todos menos él, prefería a un pervertido que a Newt. Él tampoco estaba feliz, de hecho estaba incluso más molesto que ella, parecía querer matar a Alby en ese instante.
—Todos menos él —dijo Bárbara.
—Mi decisión está tomada. Newt, trata de no decirle mucho.
El rubio asintió y todos los demás lo miraron como si fuera el chuco más afortunado del mundo. Algunos apretaban los puños furiosamente y susurraban cosas de él, todas erróneas obviamente.
La mayoría de los chicos comenzaron a alejarse del lugar dejando a Bárbara y Newt solos parados en medio del Área. Ambos absortos en sus pensamientos y muy furiosos, demasiado. En especial con Alby.
—Escucha, princesa, no voy a responderte nada de tus patéticas preguntas, esperarás hasta mañana, ¿bien?
—Jódete.
—Sé que a ninguno nos agrada la idea de tener que convivir por tanto tiempo; te propongo algo, responderé absolutamente todo lo que preguntes pero esperarás hasta mañana. Por ahora fingiremos disfrutar la compañía del otro y después te irás a dormir, ¿bien?
—No, eso no es justo, es mejor para ti que para mí. Se lo preguntaré al chico que dijo que yo estaba buena, seguramente él me responderá.
—Su nombre es Gally. Y seamos honestos, con un acostón hasta Alby te respondería.
Bárbara rodó los ojos y se puso a caminar por El Área intentando alejarse de Newt quien la seguía por miedo a que se alejara y Alby lo regañara. Además no era bueno dejar novicios por ahí, lo rompían y descomponían todo y terminabas encontrándolos en un rincón llorando como locos.
Un agudo y repentino grito cortó el aire, el alarido que casi no había sido humano hizo eco por las paredes y Newt frunció el ceño.
—Joder, ¿qué demonios pasa con los Docs hoy en día? —dijo más para sí mismo que para Bárbara.
—Yo quería ser “doc” —dijo haciendo comillas con los dedos en la palabra doc.
Newt se detuvo de golpe y la miró extrañado.
—¿Qué dijiste?
—Que quería ser doc, ¿dije algo malo?
—No. ¿Cómo es que lo recuerdas?
—No… No lo sé, simplemente el recuerdo apareció en mi mente.
Bárbara sintió que había metido la pata. Seguramente ahora Newt la trataría mucho peor de lo que ya la trata, pero se le escapó el comentario, no creía que tuviera algo de malo, le parecía algo normal tener pocos recuerdos del pasado; pero Newt la miraba como si fuera una demente.
—Bárbara, no vuelvas a decirle eso a nadie, ¿escuchaste? Nadie puede saber que tienes recuerdos del pasado seguramente te odiarán.
—Tú ya lo sabes.
—Nadie se enterara por mi parte, lo juro. Tengo que ir a ver a los Docs mientras tú busca a Chuckie, es un shank pequeñito de unos doce años y de tu estatura.
—Acabas de llamarme enana.
Newt sonrió burlón y le guiñó un ojo en vez de decir “sí”. Bárbara lo fulminó con la mirada hasta que se fue.
Última edición por tobias. el Jue 10 Jul 2014, 12:29 pm, editado 1 vez
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
ahora leo el segundo
✦ ausente.✦
pixie.
Re: glances {newt | the maze runner}
amo la nove y amo el libro es de mis favoritos siguela no la dejes asi siquela yaaaa me oiste !!! ok chau
Angelica...Horan!
Re: glances {newt | the maze runner}
Bárbara y Newt algun día se terminaran matando e.e
pero son tas geniales, ¡los amo!
tu capitulo fue excelente, espero que la sigas pronto :)
pero son tas geniales, ¡los amo!
tu capitulo fue excelente, espero que la sigas pronto :)
Clover
Re: glances {newt | the maze runner}
espero el comentariobowie escribió:ahora leo el segundo
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
klgvklsdgnvks lo amé mucho, demasiado. ella es tan bárbara, okey no pero me gusta su comportamiento y el final fue genial, Newt sonrió burlón y le guiñó un ojo en vez de decir “sí” y también que ella diga me acabas de llamar enana y que casi le pega alby
soy muy mala comentando así que brevemente te digo que maldita sea la continues mvksm
soy muy mala comentando así que brevemente te digo que maldita sea la continues mvksm
✦ ausente.✦
pixie.
Re: glances {newt | the maze runner}
me alegro de que te guste, yo también amo el libro lol. la seguiré pronto<3.Angelica...Horan! escribió:amo la nove y amo el libro es de mis favoritos siguela no la dejes asi siquela yaaaa me oiste !!! ok chau
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
ellos se aman<3, ah. me alegro de que te haya gustado, la seguiré pronto.Monteith. escribió:Bárbara y Newt algun día se terminaran matando e.e
pero son tas geniales, ¡los amo!
tu capitulo fue excelente, espero que la sigas pronto :)
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
me alegro de que te guste, ah, yo soy tan ann... amo a newt, srsly, es mi crush intenso<3. pensé en que le pegara pero sería extraño lol. la seguiré pronto, ly.bowie escribió:klgvklsdgnvks lo amé mucho, demasiado. ella es tan bárbara, okey no pero me gusta su comportamiento y el final fue genial, Newt sonrió burlón y le guiñó un ojo en vez de decir “sí” y también que ella diga me acabas de llamar enana y que casi le pega alby
soy muy mala comentando así que brevemente te digo que maldita sea la continues mvksm
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
Capítulo tres.
bowieBárbara no tenía ni la más mínima idea de quién era Chuckie, además Newt no había sido muy específico con la descripción, sólo dijo que era un shank pequeñito; Bárbara no tenía ni idea de qué era eso. Suponía que shank quería decir chico o algo así, si no quería decir eso no sabía qué otra cosa podría ser.
Caminó por el Área sin saber a dónde iba, no conocía a nadie y la miraban como si fuera una clase de bicho raro.
Pensó en correr en busca del Acantilado y cometer un suicidio, pero no era una forma en la que le gustaría morir.
Terminó por sentarse recargada en un árbol. Se sentía mareada y la cabeza le daba demasiadas vueltas, era como si intentara confundirla más de lo que estaba. De hecho parecía que su mente le estaba haciendo una jugarreta de mal gusto.
Un tintineo metálico que sonó en las ramas más cercanas a ella hizo que levantara la vista; un destello plateado y rojizo atrapó su atención antes de desaparecer entre los troncos. Se puso de pie y comenzó a caminar alrededor del árbol donde la luz había desaparecido; pero sólo vio ramas desnudas.
—Eso era uno de los escarabajos navaja —comentó alguien.
Bárbara giró a la derecha para ver quién era, había un chico parado cerca de ella, pequeño y gordo, la miraba fijamente. Era joven, mucho más que los demás, de hecho parecía tener unos doce o trece años. Su cabello castaño le colgaba bajo sus orejas rozándole los hombros. Unos ojos azules le brillaban en su cara sonrojada cuando Bárbara lo miró.
—¿Un qué?
—Un escarabajo navaja —repitió—. No te hará daño a menos de que seas tan estúpido como para tocarlo.
Otro grito. Ese era bastante largo y ponía los nervios de punta, no parecía para nada humano. Bárbara sentía miedo cada vez que los escuchaba, quizá estaban matando a alguien.
—¿Qué demonios pasa allá?
—No lo sé —le recordó a su hermano, tenía el mismo tono de voz como de niño chiquillo e inocente—. Ben está ahí, muy enfermo, ellos lo atraparon.
Quiso decirle que su inocencia le recordaba a su hermano, pero Newt le advirtió que no comentara nada de eso jamás. Pero tenía tanta desesperación por hablar con alguien sobre su pasado aunque sólo recordara pocas cosas.
—¿Ellos? —preguntó Bárbara frunciendo el ceño.
—Sí. Ellos lo atraparon.
—¿Podrías ser más específico? ¿Quiénes son ellos?
—Reza porque jamás lo descubras —extendió la mano—. Me llamo Chuck, yo era el novato hasta que llegaste.
¿Él es Chuckie? Se preguntó Bárbara, esperaba a alguien más grande o diferente. No se esperaba a un ‘shank’ tan pequeño.
Le tomó la mano de forma rápida y después la soltó. Otro horrible chillido salió de la construcción y Chuck soltó una carcajada.
—¿Cómo puedes reír? Parece que están matando a alguien.
—Él se pondrá bien, nadie muere si regresan para ponerle el suero. No pasa nada, sólo duele mucho.
—¿Qué duele mucho?
Los ojos de Chuck miraron al suelo con inseguridad sin saber qué decir.
—Em… Que te pinchen los Penitentes.
—¿Penitentes? —Cada vez estaba más confundida, no había aclarado ninguna duda, conforme le respondían algo tenía más curiosidad.
Chuck se encogió de hombros y desvió la mirada hacia la construcción de donde provenían los gritos. Bárbara suspiró y se recargó en el árbol, sería un día largo, muy largo.
—Parece que sólo sabes un poco más que yo —sabía que mentía, no era posible que ella supiera más sobre ese lugar que él. Su pérdida de memoria era extraña, recordaba ciertas cosas sobre su pasado, pero nada muy relevante.
—Chuck, ¿cómo cuántos años crees que tengo?
—Yo creo que quince y si vas a preguntar cómo eres, tienes el cabello castaño y largo, medio enana y guapa.
Bárbara frunció el ceño. Parecía que Chuck no se había percatado de lo que había dicho, pero después comenzó a ponerse rojo como un tomate por la reacción de la chica. No le importaba que un chiquillo de doce años le dijera guapa, de hecho se veía tierno.
—¿Lo dices en serio?
—No te preocupes, todos estuvimos asustados los primeros días, pero después de un tiempo se pasa. Te acostumbrarás a vivir aquí, es mejor que vivir en plopus —hizo una expresión de duda y Chuck se preparó para responder—. Decimos plopus en lugar de mierda, es el sonido que hace cuando cae a las bacinicas.
Bárbara no supo que decir, no era normal que chicos de dieciséis años le dijeran plopus al excremento, ¿qué había de malo con decir el nombre común?
—Eso es… increíble.
Chuck se sonrojó y Bárbara comenzó a caminar hacia el viejo edificio, mejor dicho cabaña. Parecía tener alrededor de tres o cuatro pisos y a punto de caerse en cualquier momento, era una madeja de troncos y tablas atados con cuerdas y ventanas construidas al azar.
—Te llamas Bárbara, ¿cierto?
—Sí.
—Gusto en conocerte. Todo estará bien, yo te cuidaré. He estado aquí un mes entero, y conozco muy bien este lugar, cuenta conmigo, ¿está bien?
Bárbara casi había llegado a la puerta principal de la choza y al pequeño grupo de chicos que estaban ahí, cuando la ira la golpeó. Se volvió hacia Chuck.
—No puedes ni decirme que es un jodido penitente, yo no llamaría a eso cuidarme.
Regresó su mirada hacia la puerta con intención de entrar y sacar algo de información.
—Nada de lo que te diga te hará bien —respondió Chuck encogiéndose de hombros—. Pero puedo ser tu amigo…
—No quiero ser amiga de ninguno de ustedes —interrumpió.
Había llegado a la puerta, un pedazo de madera desteñido por causa del sol. La abrió sólo para descubrir un par de chicos parados al pie de la torcida escalera. Un tapiz oscuro cubría las paredes del vestíbulo y el pasillo, la mitad de éste se estaba descarapelando. Las únicas decoraciones que había era un jarrón polvoriento en una mesa de tres patas y una fotografía en blanco y negro de una mujer en un vestido blanco antiguo. «La conozco —pensó—, conozco a esa mujer». Al piso le faltaban algunas tablas de madera y del techo titilaban luces fluorescentes, no tenía idea de por qué había electricidad. El lugar olía a polvo y moho lo que lo volvía aún más desagradable.
—¡Hey!, miren, es la novata —dijo uno de los chicos quien había llamado a Bárbara buena. Parecía tener unos quince o dieciséis años, alto y delgado, sin embargo su nariz era enorme, como un plopus deforme—. Esta garlopa seguro se hizo plopus en sus pantalones cuando escuchó al pobre Benny gritar como una niña, ¿necesitas otro pañal, cara de plátano?
—No, gracias. ¿Necesitas un cerebro, imbécil?
—Espera, novata —apuntó un dedo al piso de arriba—. Los nuevos no tienen permitido ver a alguien que ha sido… Pinchado. Alby y Newt no lo permitirían.
—¿Cuál es el problema? —preguntó Bárbara llena de curiosidad.
—Escucha, novata, te he visto antes, no sé por qué estás aquí pero voy a averiguarlo.
¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo podía haberla visto si ella jamás lo había visto en su vida. El idiota se rió, una risa mezclada con tos y flemas.
—Te he visto. No muchos en este lugar pueden decir que han sido pinchados —apuntó hacia arriba—. Yo puedo decirlo. Sé por lo que el bebé Benny está pasando, he estado ahí y te vi durante el cambio. Y apuesto a que lo primero que dirá Benny es que te ha visto.
Comenzó a sentir pánico, no quería que ese chico llegara y la humillara así, no iba a permitirlo. No porque hubiera sido ‘pinchado’ era mejor que ella, de hecho eso parecía provocarle miedo a los demás, no admiración.
—¿Los penitentes te hicieron sentir así? —dijo el chico burlón—. ¿Estás asustada?
Bárbara miró hacia arriba y se dispuso a subir, no le importaba que hubiera arriba, necesitaba probarle a ese idiota que ella no tenía miedo.
—Quiero hablar con Newt.
El chico no dijo nada, sólo miró a Bárbara y negó con la cabeza.
—¿Sabes, Barbie? No debería ser así con los nuevos, ve arriba y seguro Newt y Alby te lo contarán todo.
—Sé que mientes, no soy tan estúpida como para tragarme eso. Pero quiero hablar con Newt, así que ¿por qué no mueves tu trasero de garlopo fuera de esta escalera?
Le dio una palmada suave a Bárbara en el hombro y dio un paso hacia la derecha dejándola pasar.
—Eres Gally, ¿cierto?
—Sí, y no dejes que los idiotas de arriba te hagan tonto, soy el líder aquí, no los viejos de arriba. Puedes llamarme capitán Gally si lo deseas —sonrió. Sus horribles dientes hacían juego con su espantosa nariz.
—Claro, capitán Gally será, el chico con nombre de gelatina —exageró una reverencia y los demás rieron.
Gally estaba rojo, pero Bárbara no sabía si de ira o de vergüenza.
—Sólo sube.
—Bien —Bárbara miró a su alrededor y todos la miraban con admiración, se sentía nerviosa, nadie decía nada salvo Chuck quien estaba nervioso mirándola.
—No deberías. Eres nueva, no puedes subir —dijo Chuck mirándola nerviosamente.
—Sube —indicó Gally.
Le guiñó el ojo a Gally y subió las escaleras tratando de no parecer asustada. Los escalones se quejaban con su peso, seguramente debía estar gorda o eso pensaba ella. Las escaleras llegaban a un rellano que giraba a la izquierda, después desembocaba en un viejo pasillo que llevaba a varias habitaciones. Sólo una tenía luz
—¡El cambio! —gritó Gally desde abajo— ¡búscalo!
Bárbara se animó ante la provocación y caminó hacia la puerta iluminada, ignorando las tablas del piso que crujían y las risas en la parte de abajo. Ignorando absolutamente todo, tomó la perilla, la giró y abrió la puerta.
Dentro de la habitación, Alby y Newt estaban inclinados sobre alguien en una cama. Bárbara se acercó para ver de qué se trataba, pero cuando consiguió ver al chico, su corazón se congeló, tuvo que contener la bilis que le subía por la garganta.
Lo que alcanzó a ver fue rápido, unos pocos segundos, pero lo suficiente para recordarlo siempre. Una figura torcida y pálida retorciéndose en agonía, con el pecho desnudo y temblando. Rígidas cuerdas de un verde enfermizo surcaban el cuerpo. Moretones, erupciones y arañazos lo cubrían de arriba abajo. Sus ojos estaban inyectados en sangre y salían de orbitas, moviéndose de un lado a otro.
La imagen se había quedado completamente gravada en la mente de Bárbara hasta que Newt la sacó de la habitación.
—¿Qué haces aquí, princesa? —preguntó Newt una vez que cerró la puerta, se le veía molesto.
—Gally me retó a que subiera.
—Escucha, no porque un idiota como Gally te dé una orden la vas a cumplir, ¿quedó claro?
—Además quería decirte algo.
—¿Qué? —preguntó encarnando una ceja.
—La fotografía de la mujer, la que está abajo, la conozco, pero no recuerdo mucho sobre ella. También conozco a Chuck.
La tomó de la mano y la guío a otra habitación, después la cerró con llave y la miró con seriedad y cierta preocupación. No sabía qué hacer con ella, sentía cierta curiosidad a cerca de por qué ella podía recordar y nadie más podía, era algo interesante.
—¿Sabes de dónde conoces a Chuck? —preguntó el rubio cruzándose de brazos.
—Me recordó a mi hermano.
—¿Y sabes qué sucede con la mujer? ¿Alguna idea?
Negó con la cabeza. Sabía que la había visto, pero no tenía ni la menor idea de dónde. Quizá tenía algo que ver con el Área, quizá ella había participado en la creación o borrado de memorias, pero no conseguía recordar nada.
—Alby está molesto, princesa, te sugiero que vayas con Chuck y mañana te lo explicará todo.
—¿Y por qué no ahora? No creo poder dormir si no sé algo.
—Lo siento, princesa, yo en tú lugar iría por algo de comer y después me iba a dormir. Y te sugiero que no alteres más a los habitantes, están extrañados por el hecho de que hayan mandado a una chica, sugiero que no los mires ni les hables, sólo a Chuck.
Asintió y bajó las escaleras. Los demás la miraron como si creyeran que tenía un demonio dentro o algo parecido. Gally era quien la miraba con más ira, al parecer creía que se escucharían gritos de Alby y Newt, pero no fue así, se lo tomaron con bastante calma a decir verdad.
Salió del espantoso lugar y afuera se topó con Chuck quien parecía muy asustado. Pero cuando la vio se le relajó el rostro y el cuerpo, parecía que había estado demasiado preocupado por ella y lo que pudiera suceder allá arriba.
—Creo que debería conseguirte algo de comida con Sartén —habló Chuck.
—Paso. No creo que pueda volver a comer después de lo que vi allá arriba.
—Sí que lo harás, te busco en diez minutos en el árbol en el que nos conocimos.
Bárbara se alejó feliz de la casa a la cual ahora detestaba y fue a sentarse recargada al árbol. Quería estar sola y pensar, pero eso sólo le provocaba dolores de cabeza, era mejor que se quedara esperando a Chuck con la comida.
No hacía frío, pero ella tiritaba; no sabía si era por la emoción tan fuerte que había sufrido o porque de verdad tenía frío.
Caminó por el Área sin saber a dónde iba, no conocía a nadie y la miraban como si fuera una clase de bicho raro.
Pensó en correr en busca del Acantilado y cometer un suicidio, pero no era una forma en la que le gustaría morir.
Terminó por sentarse recargada en un árbol. Se sentía mareada y la cabeza le daba demasiadas vueltas, era como si intentara confundirla más de lo que estaba. De hecho parecía que su mente le estaba haciendo una jugarreta de mal gusto.
Un tintineo metálico que sonó en las ramas más cercanas a ella hizo que levantara la vista; un destello plateado y rojizo atrapó su atención antes de desaparecer entre los troncos. Se puso de pie y comenzó a caminar alrededor del árbol donde la luz había desaparecido; pero sólo vio ramas desnudas.
—Eso era uno de los escarabajos navaja —comentó alguien.
Bárbara giró a la derecha para ver quién era, había un chico parado cerca de ella, pequeño y gordo, la miraba fijamente. Era joven, mucho más que los demás, de hecho parecía tener unos doce o trece años. Su cabello castaño le colgaba bajo sus orejas rozándole los hombros. Unos ojos azules le brillaban en su cara sonrojada cuando Bárbara lo miró.
—¿Un qué?
—Un escarabajo navaja —repitió—. No te hará daño a menos de que seas tan estúpido como para tocarlo.
Otro grito. Ese era bastante largo y ponía los nervios de punta, no parecía para nada humano. Bárbara sentía miedo cada vez que los escuchaba, quizá estaban matando a alguien.
—¿Qué demonios pasa allá?
—No lo sé —le recordó a su hermano, tenía el mismo tono de voz como de niño chiquillo e inocente—. Ben está ahí, muy enfermo, ellos lo atraparon.
Quiso decirle que su inocencia le recordaba a su hermano, pero Newt le advirtió que no comentara nada de eso jamás. Pero tenía tanta desesperación por hablar con alguien sobre su pasado aunque sólo recordara pocas cosas.
—¿Ellos? —preguntó Bárbara frunciendo el ceño.
—Sí. Ellos lo atraparon.
—¿Podrías ser más específico? ¿Quiénes son ellos?
—Reza porque jamás lo descubras —extendió la mano—. Me llamo Chuck, yo era el novato hasta que llegaste.
¿Él es Chuckie? Se preguntó Bárbara, esperaba a alguien más grande o diferente. No se esperaba a un ‘shank’ tan pequeño.
Le tomó la mano de forma rápida y después la soltó. Otro horrible chillido salió de la construcción y Chuck soltó una carcajada.
—¿Cómo puedes reír? Parece que están matando a alguien.
—Él se pondrá bien, nadie muere si regresan para ponerle el suero. No pasa nada, sólo duele mucho.
—¿Qué duele mucho?
Los ojos de Chuck miraron al suelo con inseguridad sin saber qué decir.
—Em… Que te pinchen los Penitentes.
—¿Penitentes? —Cada vez estaba más confundida, no había aclarado ninguna duda, conforme le respondían algo tenía más curiosidad.
Chuck se encogió de hombros y desvió la mirada hacia la construcción de donde provenían los gritos. Bárbara suspiró y se recargó en el árbol, sería un día largo, muy largo.
—Parece que sólo sabes un poco más que yo —sabía que mentía, no era posible que ella supiera más sobre ese lugar que él. Su pérdida de memoria era extraña, recordaba ciertas cosas sobre su pasado, pero nada muy relevante.
—Chuck, ¿cómo cuántos años crees que tengo?
—Yo creo que quince y si vas a preguntar cómo eres, tienes el cabello castaño y largo, medio enana y guapa.
Bárbara frunció el ceño. Parecía que Chuck no se había percatado de lo que había dicho, pero después comenzó a ponerse rojo como un tomate por la reacción de la chica. No le importaba que un chiquillo de doce años le dijera guapa, de hecho se veía tierno.
—¿Lo dices en serio?
—No te preocupes, todos estuvimos asustados los primeros días, pero después de un tiempo se pasa. Te acostumbrarás a vivir aquí, es mejor que vivir en plopus —hizo una expresión de duda y Chuck se preparó para responder—. Decimos plopus en lugar de mierda, es el sonido que hace cuando cae a las bacinicas.
Bárbara no supo que decir, no era normal que chicos de dieciséis años le dijeran plopus al excremento, ¿qué había de malo con decir el nombre común?
—Eso es… increíble.
Chuck se sonrojó y Bárbara comenzó a caminar hacia el viejo edificio, mejor dicho cabaña. Parecía tener alrededor de tres o cuatro pisos y a punto de caerse en cualquier momento, era una madeja de troncos y tablas atados con cuerdas y ventanas construidas al azar.
—Te llamas Bárbara, ¿cierto?
—Sí.
—Gusto en conocerte. Todo estará bien, yo te cuidaré. He estado aquí un mes entero, y conozco muy bien este lugar, cuenta conmigo, ¿está bien?
Bárbara casi había llegado a la puerta principal de la choza y al pequeño grupo de chicos que estaban ahí, cuando la ira la golpeó. Se volvió hacia Chuck.
—No puedes ni decirme que es un jodido penitente, yo no llamaría a eso cuidarme.
Regresó su mirada hacia la puerta con intención de entrar y sacar algo de información.
—Nada de lo que te diga te hará bien —respondió Chuck encogiéndose de hombros—. Pero puedo ser tu amigo…
—No quiero ser amiga de ninguno de ustedes —interrumpió.
Había llegado a la puerta, un pedazo de madera desteñido por causa del sol. La abrió sólo para descubrir un par de chicos parados al pie de la torcida escalera. Un tapiz oscuro cubría las paredes del vestíbulo y el pasillo, la mitad de éste se estaba descarapelando. Las únicas decoraciones que había era un jarrón polvoriento en una mesa de tres patas y una fotografía en blanco y negro de una mujer en un vestido blanco antiguo. «La conozco —pensó—, conozco a esa mujer». Al piso le faltaban algunas tablas de madera y del techo titilaban luces fluorescentes, no tenía idea de por qué había electricidad. El lugar olía a polvo y moho lo que lo volvía aún más desagradable.
—¡Hey!, miren, es la novata —dijo uno de los chicos quien había llamado a Bárbara buena. Parecía tener unos quince o dieciséis años, alto y delgado, sin embargo su nariz era enorme, como un plopus deforme—. Esta garlopa seguro se hizo plopus en sus pantalones cuando escuchó al pobre Benny gritar como una niña, ¿necesitas otro pañal, cara de plátano?
—No, gracias. ¿Necesitas un cerebro, imbécil?
—Espera, novata —apuntó un dedo al piso de arriba—. Los nuevos no tienen permitido ver a alguien que ha sido… Pinchado. Alby y Newt no lo permitirían.
—¿Cuál es el problema? —preguntó Bárbara llena de curiosidad.
—Escucha, novata, te he visto antes, no sé por qué estás aquí pero voy a averiguarlo.
¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo podía haberla visto si ella jamás lo había visto en su vida. El idiota se rió, una risa mezclada con tos y flemas.
—Te he visto. No muchos en este lugar pueden decir que han sido pinchados —apuntó hacia arriba—. Yo puedo decirlo. Sé por lo que el bebé Benny está pasando, he estado ahí y te vi durante el cambio. Y apuesto a que lo primero que dirá Benny es que te ha visto.
Comenzó a sentir pánico, no quería que ese chico llegara y la humillara así, no iba a permitirlo. No porque hubiera sido ‘pinchado’ era mejor que ella, de hecho eso parecía provocarle miedo a los demás, no admiración.
—¿Los penitentes te hicieron sentir así? —dijo el chico burlón—. ¿Estás asustada?
Bárbara miró hacia arriba y se dispuso a subir, no le importaba que hubiera arriba, necesitaba probarle a ese idiota que ella no tenía miedo.
—Quiero hablar con Newt.
El chico no dijo nada, sólo miró a Bárbara y negó con la cabeza.
—¿Sabes, Barbie? No debería ser así con los nuevos, ve arriba y seguro Newt y Alby te lo contarán todo.
—Sé que mientes, no soy tan estúpida como para tragarme eso. Pero quiero hablar con Newt, así que ¿por qué no mueves tu trasero de garlopo fuera de esta escalera?
Le dio una palmada suave a Bárbara en el hombro y dio un paso hacia la derecha dejándola pasar.
—Eres Gally, ¿cierto?
—Sí, y no dejes que los idiotas de arriba te hagan tonto, soy el líder aquí, no los viejos de arriba. Puedes llamarme capitán Gally si lo deseas —sonrió. Sus horribles dientes hacían juego con su espantosa nariz.
—Claro, capitán Gally será, el chico con nombre de gelatina —exageró una reverencia y los demás rieron.
Gally estaba rojo, pero Bárbara no sabía si de ira o de vergüenza.
—Sólo sube.
—Bien —Bárbara miró a su alrededor y todos la miraban con admiración, se sentía nerviosa, nadie decía nada salvo Chuck quien estaba nervioso mirándola.
—No deberías. Eres nueva, no puedes subir —dijo Chuck mirándola nerviosamente.
—Sube —indicó Gally.
Le guiñó el ojo a Gally y subió las escaleras tratando de no parecer asustada. Los escalones se quejaban con su peso, seguramente debía estar gorda o eso pensaba ella. Las escaleras llegaban a un rellano que giraba a la izquierda, después desembocaba en un viejo pasillo que llevaba a varias habitaciones. Sólo una tenía luz
—¡El cambio! —gritó Gally desde abajo— ¡búscalo!
Bárbara se animó ante la provocación y caminó hacia la puerta iluminada, ignorando las tablas del piso que crujían y las risas en la parte de abajo. Ignorando absolutamente todo, tomó la perilla, la giró y abrió la puerta.
Dentro de la habitación, Alby y Newt estaban inclinados sobre alguien en una cama. Bárbara se acercó para ver de qué se trataba, pero cuando consiguió ver al chico, su corazón se congeló, tuvo que contener la bilis que le subía por la garganta.
Lo que alcanzó a ver fue rápido, unos pocos segundos, pero lo suficiente para recordarlo siempre. Una figura torcida y pálida retorciéndose en agonía, con el pecho desnudo y temblando. Rígidas cuerdas de un verde enfermizo surcaban el cuerpo. Moretones, erupciones y arañazos lo cubrían de arriba abajo. Sus ojos estaban inyectados en sangre y salían de orbitas, moviéndose de un lado a otro.
La imagen se había quedado completamente gravada en la mente de Bárbara hasta que Newt la sacó de la habitación.
—¿Qué haces aquí, princesa? —preguntó Newt una vez que cerró la puerta, se le veía molesto.
—Gally me retó a que subiera.
—Escucha, no porque un idiota como Gally te dé una orden la vas a cumplir, ¿quedó claro?
—Además quería decirte algo.
—¿Qué? —preguntó encarnando una ceja.
—La fotografía de la mujer, la que está abajo, la conozco, pero no recuerdo mucho sobre ella. También conozco a Chuck.
La tomó de la mano y la guío a otra habitación, después la cerró con llave y la miró con seriedad y cierta preocupación. No sabía qué hacer con ella, sentía cierta curiosidad a cerca de por qué ella podía recordar y nadie más podía, era algo interesante.
—¿Sabes de dónde conoces a Chuck? —preguntó el rubio cruzándose de brazos.
—Me recordó a mi hermano.
—¿Y sabes qué sucede con la mujer? ¿Alguna idea?
Negó con la cabeza. Sabía que la había visto, pero no tenía ni la menor idea de dónde. Quizá tenía algo que ver con el Área, quizá ella había participado en la creación o borrado de memorias, pero no conseguía recordar nada.
—Alby está molesto, princesa, te sugiero que vayas con Chuck y mañana te lo explicará todo.
—¿Y por qué no ahora? No creo poder dormir si no sé algo.
—Lo siento, princesa, yo en tú lugar iría por algo de comer y después me iba a dormir. Y te sugiero que no alteres más a los habitantes, están extrañados por el hecho de que hayan mandado a una chica, sugiero que no los mires ni les hables, sólo a Chuck.
Asintió y bajó las escaleras. Los demás la miraron como si creyeran que tenía un demonio dentro o algo parecido. Gally era quien la miraba con más ira, al parecer creía que se escucharían gritos de Alby y Newt, pero no fue así, se lo tomaron con bastante calma a decir verdad.
Salió del espantoso lugar y afuera se topó con Chuck quien parecía muy asustado. Pero cuando la vio se le relajó el rostro y el cuerpo, parecía que había estado demasiado preocupado por ella y lo que pudiera suceder allá arriba.
—Creo que debería conseguirte algo de comida con Sartén —habló Chuck.
—Paso. No creo que pueda volver a comer después de lo que vi allá arriba.
—Sí que lo harás, te busco en diez minutos en el árbol en el que nos conocimos.
Bárbara se alejó feliz de la casa a la cual ahora detestaba y fue a sentarse recargada al árbol. Quería estar sola y pensar, pero eso sólo le provocaba dolores de cabeza, era mejor que se quedara esperando a Chuck con la comida.
No hacía frío, pero ella tiritaba; no sabía si era por la emoción tan fuerte que había sufrido o porque de verdad tenía frío.
Última edición por tobias. el Jue 10 Jul 2014, 12:30 pm, editado 1 vez
tobias.
Re: glances {newt | the maze runner}
si vas a comprometerte a seguir mucho con ésta nove, la leo bien groso(?)
hola)): soy pushi o eve, como desees. he leído fanfics de newt, pero no suelen terminar ,_, y bueno, acá hay una mina desesperada por fanfic de newt. .|.
espero el sgte. capi, todos han estado super hermosos dslfshfsdflsdhfdgldgdfg. besitos<3
hola)): soy pushi o eve, como desees. he leído fanfics de newt, pero no suelen terminar ,_, y bueno, acá hay una mina desesperada por fanfic de newt. .|.
espero el sgte. capi, todos han estado super hermosos dslfshfsdflsdhfdgldgdfg. besitos<3
khaleesi.
---
Re: glances {newt | the maze runner}
Perdón por no haber comentado, no me había dado cuenta de que habías subido. :c
Me encantaron los capítulos.<3 especialmente cuando Newt le dice princesa a Bárbara. <3
Para la próxima escribo un comentario más largo. :c espero que la sigas pronto. xx
Me encantaron los capítulos.<3 especialmente cuando Newt le dice princesa a Bárbara. <3
Para la próxima escribo un comentario más largo. :c espero que la sigas pronto. xx
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