the maze runner.

♦Nombre: The Maze Runner.
♦Autor: Colectiva.
♦Adaptación: Si, de la novela de James Dashner.
♦Género: General.
♦Contenido: Variado.
♦Advertencias: Ninguna.  
♦Otras páginas: No.

El Claro. Un espacio abierto cercado por muros gigantescos que forman un laberinto, habitado por un gran número de jóvenes adolescentes y todos varones, con muchos secretos por rebelar. 
Ninguno de ellos sabe cómo ha llegado allí. Ni por qué. De lo que están seguros es de que cada mañana las puertas de piedra del laberinto que los rodea se abren y por la noche, se cierran. Y que cada treinta días llega alguien nuevo en el elevador, como ellos lo llaman. Sin falta y sin cambios en especial.
Pero un hecho altera de forma radical la rutina del lugar: la presencia de alguien del sexo femenino.
Cuando el elevador llega y revela en su interior a no sólo una chica, si no muchas más, sorprende a todos los muchachos. Y más sorprendente todavía son los mensajes que traen.
Rebelar el acertijo de los muros que los rodean y los sentimientos que aparecen por las recién llegadas no serán las únicas complicaciones que tendrán para cumplir con su misión.

Yo reportándome :lizzena: :lizzena: :lizzena: :lizzena: :lizzena:
Esto es demasiado hermoso No puedo esperar por comenzar; todo es hermoso, saben, todo es hermoso (?)

Ganas inmensas de comenzar y estoy de acuerdo con rebeca, esto es hermoso, very, very beautiful. 
PD: espero empezar pronto

El mediodía había pasado hace escasos segundos y el calor era notorio, Thomas se preguntó una vez más en donde demonios estaban, cosa que parecía típico de ahí por como vestían los demás.
Chuck le había dicho que a todos le daban un tour el segundo día de su llegada, donde contestarían algunas preguntas que la mayoría de los recién llegados se hacían, más sin embargo a Thomas no le pareció de mucho agrado que Newt lo despertara temprano para mostrarle a lo que llamaban Grievers.
Habían recorrido gran parte del Claro y el líder le explicaba con cuidado cada detalle de los lugares. El tiempo había pasado volando mientras Thomas seguía distraído por la familiaridad que encontraba en aquel lugar.
Alby dejó de caminar, haciendo que el chico que estaba por detrás de él chocara con su espalda, las dos paredes entre la salida de la puerta sur estaba encima de ambos. Los muros parecían viejos y un par de gigantescas enredaderas trepaban por ellas.

—Ahí está el laberinto. —Alby señaló con el dedo índice el estrecho corredor que adentraba al laberinto. 

La curiosidad invadió de nuevo a Thomas y sin darse cuenta pasó al chico de piel oscura colocándose totalmente derecho mientras observaba con detenimiento la entrada. Un deseo feroz lo invadió y cuando dio un paso más para acercarse la mano de Alby se colocó enfrente suyo y lo alejó rápidamente.

—No irás allí, shank. —dijo serio el líder.
—¿Por qué no? —preguntó desconcertado.

Thomas sabía que nadie le hablaba de forma descortés a Alby, pero en esos momentos el chico sólo quería explorar y descubrir que había más allá de los muros, por lo que sintió que tenía derecho a reclamar.

—Escúchame bien Greenie. —bramó Alby ya molesto— Llevo dos años aquí y todos los que estuvieron antes de mi ya están muertos, se más de lo que crees y algo de lo que estoy seguro es de que sí sales del Claro estas asegurando un boleto para morir. La regla número uno de este lugar es muy sencilla: nunca salgas más allá de los muros. ¿Comprendes?
—¿Qué pasa si la rompen? —preguntó osadamente disimulando inocencia el castaño.
—No se perdona, es la única regla que es imperdonable. Ahora, creo que ya te hiciste una idea de que no puedes...—Las palabras del líder quedaron en el aire cuando sonó una alarma.

El castaño se llevó las manos a las orejas para cubrirlas del horrible sonido que se escuchaba. Alby permaneció perplejo a su lado mirando a una multitud de chicos que se acercaban a ellos corriendo.
La alarma dejó de sonar y todos se miraron entre sí perplejos.

—¿Qué esta pasando? —Thomas preguntó aún aturdido.
—Eso es raro. —respondió simplemente.
—¿Por qué dices que es raro? ¿Qué ocurre? —Volvió a preguntar alzando la voz un poco.
—¡La caja! ¡Eso es lo que pasa! —gritó Alby alzando los brazos.

Sin tan siquiera meditar Thomas salió corriendo hacia la caja, quería saber que era lo que estaba pasando, mientras esquivaba a muchos chicos que estaba parados aún confundidos y a otros más que corrían al igual que él.
Cuando llego se abrió empujo hasta adelante y miró a todos los que estaban ya ahí reunidos.
Alby llegó detrás del castaño y hecho un vistazo a las puertas de la caja que estaban cerradas. Los demás murmuraban y miraban a todos lados.
Newt se acercó entre el montón de muchachos con algo que parecía tranquilidad y que sorprendió a Thomas.

—¿Que significa todo esto? —preguntó Thomas en cuanto el rubio se colocó al lado de Alby.
—Significa que un greenie viene en la caja. —Hizo una pausa dramática y palmeó el hombro del chico—. Ahora mismo.
—¿Y qué? —Thomas se dio cuenta que la tranquilidad que había visto en Newt era en realidad asombro.
—¿Y qué? —respondió el rubio frunciendo el ceño— Debes saber que jamás hemos tenidos dos principiantes el mismo mes y mucho menos en dos días seguidos. 

Sin decir nada más Thomas se alejó del chico de piel oscura y el rubio, los dos líderes, pues sentía de cierta forma que lo culpaban a él por eso.
Se colocó unos pasos más a la derecha de donde estaba anteriormente y esperó.
Chuck no tardó en aparecer a su lado y comenzar a parlotear sobre lo extraña que parecía la situación, haciendo que al castaño le diera un dolor de cabeza repentinamente.

—¿Estas escuchándome? —preguntó el niño regordete.
—No, en realidad no. —respondió el joven.
—Eres un caso perdido, Greenie. —dijo burlonamente.
—Pensaba que me llamarías por mi nombre ahora. —Frunció el ceño.
—Y yo pensaba que éramos amigos. —Sonrió el niño.

Thomas negó con la cabeza y tomó a Chuck del cuello de juego.

—Lo somos, aunque no me dejas otra opción.
—Soy la mejor opción. No conseguirías un amigo mejor en este miertero lugar.
—¿Y cómo estas tan seguro?
—Por qué nadie querría ser amigo de un shank loco como tú.

Ambos soltaron una carcajada que fueron interrumpidas cuando Gally les dedicó una mirada fulminante a ambos chicos.

—Él de verdad no te quiere, hombre. —murmuró el niño.
—Si, ya lo había notado antes. —habló en voz baja el castaño— Y el sentimiento es mutuo.
—¿Por que no vas y le preguntas cual es el problema?
—Porqué él conoce a más gente de aquí que yo y probablemente me den una paliza.
—Si, pero tu eres más inteligente y apuesto a que más rápido. Podrías con todos ellos tu solito.

Uno de los chicos que estaba al lado de ellos los miro de manera extraña.

—¿Pueden guardar silencio? —preguntó en voz alta atrayendo la atención de una gran multitud de chicos.

Chuck y Thomas guardaron silencio reprimiendo una sonrisa; primer día y ya me toman como un parlanchín, pensó el castaño.
El chico no tenía idea de cuanto tiempo pasó, pero estaba seguro que fue por un buen rato, cuando se escucharon ruidos extraños que parecían estar detrás de las puertas, y con un ruido amortiguado el ascensor había llegado.
Newt y Alby se acercaron más y le echaron un vistazo a las puertas.
Una grieta se abrió justo en el medio del cuadro metálico y se fueron abriendo de poco a poco.
Thomas recordó como había llegado al Claro y la cabeza le comenzó a dar vueltas; pobre del chico nuevo, pensó con algo de lástima.
Los dos líderes miraron una vez más la caja y ahora sorprendidos se hacharon para atrás de un brinco y con los ojos bien abiertos.

—Mierda... —murmuró el rubio y miró a Thomas.
—No puede ser. —exclamó el chico de piel oscura y, al igual que el rubio, miró al chico que había llegado el día anterior.

Thomas, algo intimidado, se acercó al lado de Alby y Newt.
Les dedico una mirada confusa y volteó a mirar la caja.

—¿Qué esta pasando aquí, Greenie? —preguntó en un grito Alby mirando al castaño.
—¿Y yo como voy a saberlo? —contestó con otra pregunta.

El chico estaba perplejo y se podía notar a millas que estaba totalmente confundido. Los demás habitantes comenzaron a gritar y a exigir que les dejarán ver lo que ocurría.

—¿Por qué simplemente no nos dices que hay allí, Alby? —gritó Gally molesto y las voces se alzaron.
—¡Tu cállate! —Furioso el líder le respondió—. Diles Newt.

El rubio miró a todos y después le hecho un vistazo de nueva cuenta a la caja.

—Son chicas. —dijo pensativo.

Las voces se hicieron aún más fuertes y no se podía distinguir absolutamente nada en particular. Preguntas, bromas, comentarios, dudas, quejas y de más se mezclaban en la nada.
Thomas parecía aturdido por el ruido pero hizo caso omiso de ello y miró a la caja una vez más.
Cuatro chicas se encontraban dentro del elevador, unas estaban despiertas mientras que otras parecían desmayadas, las miradas de las pocas que estaban despiertas miraban a todas partes con miedo. 
Un par de chicos tomaron una cuerda de hiedra, entre ellos Gally, Newt y Alby, y la arrojaron dentro de la caja. Thomas se acercó un poco más y les tendió la mano para que se tomarán de ella y pudiesen trepar por la cuerda, las chicas conscientes aceptaron la ayuda del castaño y salieron, aunque se veían aterradas.
Los que sostenían las cuerdas las soltaron y bajaron a la caja para ayudar a las demás, las cargaron y como pudieron subieron con ellas en brazos.
Alby tenía a una pálida castaña sobre sus brazos.
La chica tenía la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados y la boca entreabierta.
Sin decir nada el chico de piel oscura camino aún con la chica en brazos hasta el homestead, seguido de los demás habitantes.
Thomas trató de alejarse de todos pero le fue imposible.

—Greenie, tu vienes con nosotros. —mencionó Gally por detrás de él.

El castaño estaba apunto de reclamar cuando Gally lo tomó del brazo fuertemente y lo jaló con él.
Llegaron al homestead y se abrieron paso entre el montón de chicos que esperaban saber algo, entraron y cerraron la puerta detrás de ellos, sin dejar entrara absolutamente a nadie.
Gally condujo a Thomas, aún tomándolo del brazo con fuerza, hasta que llegaron a un pasillo en el que había unas habitaciones y ahí lo soltó.
Se trataba de algo que parecía un cuarto de enfermería, supuso Thomas, por el montón de camillas que se encontraban separadas por pequeños muebles de madera.
En las camillas se encontraban el pequeño número de chicas inconscientes y Alby estaba de pie al lado de la que había cargado anteriormente.

—¿Te es familiar alguna de las chicas? —preguntó sin dejar de mirar a la chica. 
—¿Cómo me va a ser familiar? —respondió.
—¿No reconoces o conoces a alguna de ellas? —insistió.
—Sólo los conozco a ustedes y a nadie más. No recuerdo absolutamente nada y estoy seguro de que no las conozco. —respondió alzando un poco la voz.

Gally miró a Alby esperando su reacción.

—Esta bien. —susurró conectando sus ojos con los de Thomas.

De pronto la castaña se incorporó de un salto y miró a todas partes respirando con algo de dificultad. Gally pegó un brinco y Alby se calló hacia atrás con un pequeño grito de sorpresa. La chica parecía buscar algo mientras estudiaba todo el lugar con sus ojos, que resultaron ser de un gris muy extravagante, que se detuvieron al mirar al castaño frente a ella.

—Todo cambiara ahora. —susurró.

El chico se sorprendió y se acercó a la castaña, sintiendo ahora una sensación de familiaridad en ella. La chica le miraba con cautela más sin embargo no se movía ni nada, sólo tenía su mirada puesta en el joven castaño.
Thomas frunció el ceño cuando ella parpadeo y le tendió su mano con un papel en ella, no dudo ni un segundo y lo retiró con cuidado de la palma de la pequeña mano.
Abrió el papel aún sin despegar sus ojos de la joven. Ella abrió sus ojos a tope y bajo la mirada a la altura de las manos de Thomas las cuales sostenían el papel.
Él imito a la chica y leyó lo que decía en el papel.
"Ellas son las últimas." 

De regreso:

No dejo de sentir la emoción de la primera vez que leí este capítulo. ¡Me encanta, no hay dudas! ¡Realmente me gusta! 

Ya saben, ese momento clave en el que se arma el desastre y todos piensan que Thomas es el culpable  (?) 

Primer día y ya me toman como un parlanchín 
Ja ja ja ja ja ja ja ja ja, eso e imaginar la cara del chico de al lado  Ja
Espero tu capítulo, Andy; saludos a todas

Espectacular, sencillamente sin palabras. En definitivo amo más a Thomas que antes   y hahahaha volver a leer lo tormentoso de El Claro es muy ddjfbdjsbskss,muero con esa frase que Jaidan trae  me deja con ganas de leer más, en fin se que es algo corto mi comentatio, pero es que estoy desde mi cel y se me hace súper incómodo.
Pd: subo el fin de semana, o tal vez mañana :D

El ambiente que mantenía El Claro estaba más tenso que de costumbre, como solía ocurrir cada vez que la alarma sonaba y el ascensor subía, trayendo consigo otro pobre mortal para una llegada sin retorno. Chicos, siempre habían sido chicos, ¿Por qué ahora había chicas? Se cuestionaba Nick, uno de los chicos que se congregó en aquel rebullicio que había aguardado a que el ascensor subiera.

Nick empujaba a varios chicos menos veteranos que él, para tener un mejor panorama de lo que acontecía. Mientras se aproximaba accidentalmente chocó con un muchacho moreno, cuyo cabello negro estaba revuelto, el chico clavó su mirada en él, con el ceño levemente fruncido, pero después se concentró de nuevo en lo que ocurría, Nick agradeció aquello, JJ así era conocido aquel moreno con el que había chocado, era algo temperamental, o por lo menos así lo veía, y es que no era para menos, las tareas de los  Bagger no era para andar todo el feliz. 

Ya un poco más cerca distinguió a Newt dando unas instrucciones, ya que Alby había ido con otro grupo a Homestead junto a las chicas inconscientes, sin embargo el rostro del rubio denotaba la misma confusión de todos los presentes. Las chicas no se veían en mejores condiciones, presentía que aquello no debía ser bueno.

«¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?» esa frase vagó de repente  en su mente, era totalmente ilógico como citas que alguna vez había leído, o algo por el estilo, venían de repente, lo cual le era frustrante, recordar solo su nombre y una que otra frase que hasta ahora no sabía de dónde venían.

—Eso sí me gustaría—el repentino comentario logró que Nick dejara un lado sus pensamientos y se girara hacia el dueño de la voz que había interrumpido la noción de sus pensamientos, Travis. Ligeramente más bajo que él, de cabello oscuro, unos expresivos ojos azules y la sonrisa divertida estampada en su rostro como si todo se tratase de un juego, pero un buen chico, y gran amigo, formaba junto con él parte del grupo de Trackhoe del Área.

Nick tuvo el ridículo impulso de sonreír.

— ¿Que te gustaría?— Preguntó. Travis  le regresó la sonrisa, y volvió a mirar al frente donde las chicas (o por lo menos las consientes) parecían tener una discusión o un típico ataque de confusión y Newt parecía desesperarse.
—Ser el guardián de alguna de ellas —contestó a Nick como si fuera lo más obvio del mundo— ¿Qué acaso no escuchaste a Newt?

Pero a Nick no le dio tiempo de si quiera contestarle, él no tuvo chance de nada porque lo que paso a continuación fue confuso, una de las chicas había dicho algo de una ¿misión?,  se lamentó de nuevo por no haber escuchado bien, de repente se habían echado a correr rumbo a Homestead, y claramente la multitud se relajó. Y bueno a él  no le quedo de otra que correr detrás de los pocos chicos que habían ido a ver que sucedía en Homestead.


Si fueran preguntado por su nombre cinco minutos antes, ella no lo hubiera dicho. La confusión se apoderaba de ella, Dakota, ese era su nombre lo había descubierto segundos antes de que aquella gran caja subiera y bruscamente se detuviera en aquel sitio. ¿Conocía a alguien? No, ¿Estaba asustada? Sí.

Homestead. ¿Así se llamaba aquel lugar?, era eso o los chicos que lo decían estaban estornudando. Dakota echó un vistazo, la revolución de chicos con ceños fruncido no la estaba disfrutando. Sentía la necesidad de ecaharse a correr, pero se contuvo. Tan pronto el chico, que parecía ser el líder y también el mayor de todos ellos, ordenó que cerrasen la puerta de aquella extraña edificación, Dakota entró, ¿por qué? Necesitaba respuestas, y bueno...puede que la rubia no quisiera quedarse en aquel lugar lleno de chicos desconocidos y que obviamente esperaban algo de ella, odiaba lo desconocido, y vale decir que aquel sitio la abrumaba.

Al entrar notó una familiaridad, muchas camillas y un sitio reducido, una enfermería. Sintió simpatía por las otras chicas, no es que las conociera de toda la vida(vida, no recordaba ni la cuarta parte de la misma) pero si algo no iba a permitir era que les hiciesen daño. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una de ellas reaccionó y en murmuro dijo algo que resonó en sus oídos. Y por la cara de desconcierto del resto, ella no había escuchado mal. La castaña que había hablado le tendió un papel a un chico de tez blanca y cabello castaño oscuro, éste una vez tomado el papel lo leyó en voz alta.

—«Ellas son las últimas»


¿Las últimas para qué? Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Dakota. 

—Alby, esto no...—pero la frase murió en los labios del chico cuando notó que una de las chicas inconsciente murmuraba algunas cosas qué, al parecer de Dakota, no tenían ningún sentido. Pero los chicos alrededor no pensaban lo mismo.
—Laberinto.Experimento...Luchar…Sólo los que sobrevivan…—la chica se movía como si estuviera reaccionando. Dakota no reconocía muy bien aquello, pero si sentía el impulso de despertar a la chica.
—¿Dónde están los corredores?—alzó la voz el chico que identificó como Alby—Esto no es bueno.

Oh Andy, pero que cosas tan bellas escribes   Creo que jamás me cansare de algo escrito por ti ya que escribes perfecto, feels, y no hace falta decir que Dakota y Nick son un amor... ;-; idk, más, más y más, exijo más, okno, esperamos tu cap bella Beck. 

«¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?»

Me encanta, simplemente me encanta esa parte, además de la mini conversación entre Nick y Travis sobre el "eso me gustaría" (?) je.

Llamen a los Corredores, amigos míos, que esto se pone intenso Enseguida subo mi capítulo

Abrió los ojos cuando su cabeza golpeó contra el duro metal; despertó sintiéndose confundida y se encontró a sí misma rodeada de cuatro paredes metálicas.

Se reincorporó lentamente, llevándose una mano hacia la sien izquierda; frotando el lugar de donde el dolor provenía. El suelo debajo de ella se movía, tambaleaba de un lado a otro y... parecía ir en ascenso.

La caja se movió abruptamente, haciendo que vacilara y cayera de bruces. Su brazo chocó contra algo duro y blando al mismo tiempo. Ocupando la poca luz que había en la estancia, trató de enfocar su mirada para identificar lo que había tocado.

Eran dos chicas, ambas estaban tiradas al lado de ella con los ojos cerrados.

Retrocedió temerosa, arrastrando su cuerpo con sus pies y manos.

Chocó contra una pared, estiró una pierna y golpeó levemente ambos cuerpos.

No se movían.

Parecía ser que no respiraban.

Masculló un juramento, su voz con un ligero tono de espanto.

¿Cómo se había metido allí?

Llevó ambas manos a su boca, interrumpiendo un gemido horrorizado que amenazaba con escapar de sus labios.

¿Acaso ella...?

Ladeo su cabeza de un lado a otro, negando a nadie en particular.

No se creía capaz de hacer algo como eso.

Se miró las manos: estaban mugrientas, pero no había ningún rastro de líquido seco rojo y espeso. Procuró normalizar su respiración, el corazón latiéndole a mil por hora.

Escuchó un sollozo y giró su cabeza hacia todos lados.

— ¿Hola? – la palabra le salió en un hilo de voz lamentable –. ¿Hay alguien ahí?

— Juro que no fui yo – farfulló alguien desde la esquina opuesta de donde se encontraba –, sólo... yo... yo acabo de despertar y no recuerdo nada. Nada.

Entrecerró los ojos, buscando a la dueña de la voz que le había respondido.

Estaba demasiado oscuro y fue un intento fallido, pero logró reconocer algo en común, detrás de toda la confusión dentro de su cabeza, con la desconocida.

Exploró a fondo su subconsciente en busca de algún recuerdo.

No recordaba absolutamente nada; su mente era como una página en blanco.

Trató de articular algo, decir una palabra, pero la caja, con una última sacudida, se detuvo bruscamente.

Pasó un minuto.
Dos.
Tres.

No pasaba nada.

La caja ya no se movía y no parecía ir a ningún lado.

Sólo estaba allí, varada.

La pelinegra se levantó, ya había pasado demasiado tiempo y estaba segura de que no irían a ninguna parte por ahora... y su cuerpo comenzaba a doler a causa del tacto frío del metal.

Ninguna de las dos chicas despiertas dijo nada.

Sólo se quedaron allí, esperando.


Del otro lado, la alarma resonaba en todas partes; el ruido rebotando en las paredes de piedra que rodeaban el Área, congregando a todos los habitantes alrededor de la Caja.

Jackson había procurado mantenerse un poco alejado de la multitud y, aunque la curiosidad lo comía por dentro, no era de su agrado ser empujado por otros inquietos que deseaban tener una mejor vista de la situación.

El bullicio ya había comenzado a inquietar al muchacho de cabello azabache y, como para rematar su molestia, dos escandalosos chicos se encontraban a su lado; riendo a carcajadas como si hubieran escuchado el mejor de los chistes.

No podían ser otros más que Chuck y Thomas.

A Jack le sorprendía lo rápido que Chuck había logrado acercarse al novato... y lo rápido que el novato se había acostumbrado a sobrellevarlo.

Mirando de soslayo, notó como Gally les dedicó a ambos parlanchines una mirada fulminante, haciéndolos callar al instante.

— Él de verdad no te quiere, hombre. —murmuró el niño.

— Sí, ya lo había notado antes – habló en voz baja Thomas —. Y el sentimiento es mutuo.

— ¿Por qué no vas y le preguntas cual es el problema?

— Porqué él conoce a más gente de aquí que yo y probablemente me den una paliza.

— Sí, pero tú eres más inteligente y apuesto a que más rápido. Podrías con todos ellos tu solito.

Suficiente.

Por más que deseará tenerles una miseria más de paciencia, la situación se había tornado insoportablemente absurda.

— ¿Pueden guardar silencio? – preguntó en voz alta, atrayendo la atención de una gran multitud de chicos.

Observó cómo ambos reprimieron una sonrisa; él rodó los ojos y regresó la cabeza hacia adelante. La Caja se abrió, una grieta revelando al nuevo novato.

Advirtió como Alby y Newt retrocedieron sorprendidos cuando vieron lo que había dentro.

— No puede ser – exclamó el líder, y volteó hacia Thomas al igual que el rubio.

Desde su puesto, Jack siguió con la mirada al castaño, quién se acercó al lado de ellos. Notó que los labios de los de los tres articulaban cosas pero, debido a la distancia, no lograba entender nada. La cara de Thomas mostraba cierta perplejidad mientras movía las manos y negaba con la cabeza.

Los demás chicos comenzaron a gritar y exigir que les dejaran ver lo que ocurría.

— ¿Por qué simplemente no nos dices que hay allí, Alby? – gritó Gally molesto y las voces se alzaron.

— ¡Tú cállate! – respondió un furioso líder –. Diles Newt.

El rubio miró a todos y después le echó un vistazo de nueva cuenta a la Caja.

— Son chicas.

Las voces se hicieron más fuertes y no se podía distinguir absolutamente nada en particular, haciendo que Jackson se perdiera en sus propios pensamientos.

Chicas.

Nunca había pensado en una posibilidad como esa.

Empujó a unos cuantos chicos delante de él, ignorando las quejas e insultos que le propinaban. Lo único que quería era abrirse paso entre la multitud y tener una mejor vista de la situación. Su boca se abrió levemente y sintió como su rostro palideció de inmediato cuando vio el interior del elevador.

Eran cuatro chicas.
Dos despiertas; dos inconscientes.

— Joder – murmuró, mientras presenciaba como Alby, Newt, Gally, Thomas y otro par de chicos sacaban a las chicas. No significaba nada bueno.

Un grupo de ellos se alejaron hacia el Homestead con las chicas que estaban inconscientes, dejando a las otras dos en medio del Área. Newt comenzó a dar instrucciones, aunque su rostro denotaba la misma confusión que todos en el lugar.

La mirada de Jackson se fijó en una de las chicas, una pelinegra que estudiaba el lugar con los ojos bien abiertos, con una mezcla de confusión, curiosidad y temor en ellos; su piel era pálida y no estaba en muy buenas condiciones.

Respirando profundamente, la muchacha trató una vez más de controlarse a sí misma y no desfallecer frente a los ojos curiosos de los que la observaban.

Desvió su vista a la derecha.

Un chico la observaba fijamente, inspeccionándola.

Frunció el ceño, y detuvo su mirada sobre él de la misma manera en la que suponía el muchacho también lo hacía.

Se sintió incómoda, y regresó su atención a todo lo que la rodeaba. Dio unos cuantos pasos hacia un árbol que se encontraba a unos metros y se sentó allí con la espalda apoyada en el áspero tronco.

Volteó hacia donde había visto al chico, pero ya no estaba en el lugar.

Suspiró; retuvo el miedo dentro de ella; escondió la cabeza entre sus brazos y piernas y abrazó firmemente el único recuerdo que le quedaba antes de quedarse dormida.

Rebeca.

Ese era su nombre.

abre:

Y cuando ya estaba casi lista para morir bc Becka había desaparecido.ñ. subió su magnífico cap ;-; Amo a Jack y Becka bc son un amor, simplemente, así que no hace falta decir cuán enamorada estoy de tu capítulo, gad. Lo ame por completo, y me morí de risa porque no tolera a Thomas, pfff, que cosas. Bueno, esperamos el siguiente Soph, besos.

Primero, gracias por sus hermosos comentarios  las quiero <3.
Becka amé el cap, tu manera de narrar es perfecta. Amo a jackson, su nombre, él...hahaha es tan perfecto.
Disfruté mucho leyendo, me causó mucha risa Jackson mandando a callar a Chuck y a Thomas. Muero por saber que pasará
Espero a Sophie :3

Las voces de todos los clarianos resonaban fuertemente en todo lo que para Thomas era el "comedor" de aquel extraño lugar. Recordaba muchos conceptos y palabras al igual que su significado, más sin embargo no recordaba de donde había sacado todo eso, pero aún no se acostumbraba al lenguaje que empleaban todos los chicos en aquel lugar por lo que más de una vez se había encontrado preguntándose a si mismo el concepto de esas palabras en su cabeza; pero no encontraba nada, sólo una pequeña familiaridad.

El niño regordete, Chuck, se encontraba a su lado sentado en una mesa alejada de los demás en un silencio para nada incómodo porque era lo que. Thomas pedía en aquellos momentos, silencio.

Había pasado un día desde que la caja había subido, cosa que tenía completamente preocupados a los demás pero en especial a Gally, por lo que le habían echado toda la culpa sobre eso a Thomas y a las chicas.
Se suponía que el día anterior iba a ser en el que le asignarían un guardián que le mostraría todos los trabajos del Claro y decidiría cual era el suyo. Pero la llegada de las chicas le interrumpió y se tuvo que posponer para dos días después.
Todos los trabajos le parecían absurdos, nada le llamaba la atención en verdad, a excepción del puesto que unos chicos ocupaban y eran llamados corredores, según había escuchado ellos eran los únicos que podían entrar al laberinto, el extraño y enorme laberinto, pero era algo que el castaño anhelaba tanto que más de una vez había asustado a Chuck por el entusiasmo que tenía de salir a explorar un terreno en el que pudiese terminar muerto. Entonces las ganas de quedarse callado todo el día le abandonaron por completo.

—Chuck... —comenzó a hablar dejando de lado su plato—... ¿Qué tengo que hacer para convertirme en corredor?
—No otra vez. —murmuró exasperado el niño.
—Alby me dijo temprano que mañana empezaría con los diferentes guardianes. Por eso, ¿cuándo voy a obtener una oportunidad con los corredores? —Thomas esperó información por parte del infante que solamente puso los ojos en blanco.

Unos segundos se produjo silencio que le resultó por primera vez incómodo al castaño. Cuando Chuck se quedaba callado era por algo, y eso no era una buena señal.

—Ellos estarán de vuelta en pocas horas. ¿Qué te parece si se los preguntas tú?
—No creo que sea eso posible ya que llegan y desaparecen. ¿Qué hacen en el edificio de hormigón todas las noches?
—Mapas. Se reúnen para trazar mapas antes de que se les olvide algo.

Thomas pareció confundido por un momento que incluso pensó en hacerle saber a Chuck todas sus preguntas pero se contuvo al recordar que su amigo era simplemente un infante y solamente sabía un poco más que él por llevar un mes en el Claro.
¿Podía ser el laberinto tan inmenso que después de casi tres años ahí no habían conseguido nada aún? Parecía algo imposible de realzar en verdad. Pero no les sorprendía en lo absoluto al chico, ya que había visto por sí mismo como las paredes se abrían y cerraban desde hace dos días de su llegada, recordándole así todo lo que Alby le dijo sobre el tiempo que había pasado ahí desde hace años y los tiempos difíciles que tuvieron que enfrentar por un tiempo al sentirse totalmente fuera de contraste con todo aquello.

Necesitaba pensar y fugarse de ahí lo antes posible. 
Se puso de pie y con un ademan se despidió de Chuck para después salir del homestead a paso rápido para evitar ser visto por Gally o algún otro.

El Claro había vuelto a lo de siempre, chicos haciendo sus labores, las puertas de la caja cerradas, el sol brillante y caluroso de diario sobre ellos. Nada parecía anormal.
Aunque sí había algo malo en ello, las chicas, y se encontraban en ese momento probablemente tratando de escapar de las habitaciones que tenían en el homestead lejos de los demás por órdenes de Alby.
Los líderes habían decidido que lo mejor sería mantener a las muchachas separadas de los demás, lo decían por los que se pusieron a aullar igual que unos animales cuando las vieron en la caja, para su propia seguridad y comodidad.

Cuando menos se lo esperaba el muchacho se encontraba en el interior del bosque y más cerca de lo que esperaba del cementerio.
Se inclinó en una cruz hecha con madera que hacia referencia al nombre de George, respiró profundamente y se preguntó a sí mismo que habría sido de aquel chico, no sabía que había un cementerio en medio del bosque y mucho menos que habían muchas cruces ahí. Cuando una rama se escuchó crujir por detrás de él se levantó torpemente y miró a todas partes, no encontró nada hasta que dio la vuelta completa, de frente otra vez con la cruz de George.
A menos de diez pasos se encontraba un muchacho delgado con los ojos inyectados en sangre mirando con un sentimiento de odio puro a Thomas.
Era difícil percatarse de que su piel tenía color, ya que estaba de un tono blanco y amarillento, como si estuviera enfermo.

—¿Ben? —preguntó en un susurró el novato cuando reconoció a la persona delante suyo.

No hubo contestación alguna por parte de el aludido, si no que simplemente se abalanzó hacia adelante llevándose consigo a Thomas y terminando ambos en el suelo.
El castaño sintió un extraño dolor en la parte trasera de su cabeza y su espalda, era como si hubiese sido estampado contra un muro duro, aunque solamente se trataba de la tierra del bosque. Intentó gritar aunque antes de hacerlo el sujeto rubio  al que había visto dos días antes casi agonizar en los cuartos del homestead y al que le habían tachado de "picado", término que aún no comprendía del todo.
Los dientes de Ben se clavaron en su hombro derecho y finalmente soltó un grito de horror tratando de librarse de aquello.
Su oponente le dio uno que otro golpe que intentaba esquivar, aunque obviamente aquel era mucho más liviano y ágil, por lo que desesperadamente acudió a sus brazos para empujar con todas sus fuerzas el cuerpo de su oponente, lográndolo finalmente.
El chico rubio grito de dolor cuando se estampó con el tronco de un árbol y Thomas se puso de pie rápidamente, jadeando mientras sus ojos no se apartaban del cuchillo que Ben tenía en su pantalón.
¿Acaso intentaba asesinarme? Preguntó mentalmente el chico pasando saliva y retrocediendo aún más.

—¡Ben! 

Alby paso al lado del castaño y miró sin sentimiento alguno al rubio que aún estaba tirado en el suelo, con la comisura de su boca sangrando y unos rasguños por la pelea. El líder tenía un arco en su mano y apuntaba directamente al pecho de Ben.

—Si me matas, tendrás al chico equivocado Alby. —susurró moribundo.
—¡Thomas no te ha hecho nada! ¡Él acaba de llegar! —exclamó el chico de piel oscura aún con su vista en el enfermo.
—¡Mentira! ¡Es malo! —gritó escupiendo.
—Mueve tu asqueroso trasero a la cama, shank. Y tal vez considere hablar con Newt sobre esto. —murmuró por lo bajo.
—Malo, malo, malo, malo, malo —canturreaba mientras miraba burlonamente a Thomas—, malo, malo, malo...
—Yo... no se de que hablas... en verdad...—tartamudeaba Thomas incapaz de olvidar aquello.

Ben se puso de pie mostrando sus dientes verdosos con la luz del sol y los árboles a su alrededor, con paso vacilante se acercó a Thomas pero antes de poder estar a un metro de él una flecha dio directamente en su pecho.
Sus ojos perdieron el brillo y lentamente su cuerpo se desplomó en el suelo.
El castaño aún aturdido retiró la mirada del chico y mordió su labio inferior para reprimir las ganas de ponerse a temblar por el miedo repentino que había sentido.
¿Qué había sido todo aquello?


Los murmullos se alzaban aún mientras las miradas se dirigían de Thomas hacia el bosque.
Antes de que anocheciera todos se habían enterado de lo ocurrido con Ben por la mañana, pasado del medio día el castaño ya era interrogado por un grupo de muchachos para estar más enterados de todo, los rumores de la tragedia eran infinitos al igual que las versiones que contaban entre ellos.
Chuck no había aparecido en todo el día y prácticamente estuvo el resto del día tratando de hacer como si nada hubiese pasado.
Los ojos rojos y la cara enferma de Ben muchas veces se presentaba en la mente de Thomas haciendo que se estremeciera de tan sólo pensarlo.
Todos los habitantes habían terminado con sus tareas por lo que el claro estaba casi desalojada a excepción de varios grupos de chicos que charlaban entre si sobre temas algo estúpidos en la situación que se encontraban.
Thomas recorría en silencio y con la cabeza gacha los jardines más allá del Homestead en dónde se encontraban casi todos, no era cómodo para él estar solo pero como apenas era nuevo y no había hablado con nadie que no fuese Chuck, Alby, Newt y Gally estaba completamente abandonado sin compañía alguna, detestaba aquel lugar, eso si, pero había algo en el que le resultaba emocionante y un tanto genial.

No sabía que hora era pero si estaba seguro de que era tarde y la mayoría estaría ya tratando de conciliar el sueño. Algo por lo menos bueno, podría estar sin preocupación de acosadores locos.

—Hey, newbie, ¿que haces por acá? —preguntó la voz del líder.

Alby estaba varios metros por detrás de él con los brazos cruzados sobre el pecho y su rostro cansado.

—Nada en verdad.
—No parecía que hacías nada en realidad —dijo haciendo una breve pausa—, escucha... será mejor que de ahora en adelante te cuides más. Yo me encargare de ser tu guardián ya que por lo visto eres el greenie que ha causado más escándalo en la historia de los greenies. Algo anda mal y necesitas estar seguro, ya sabes, en caso de que ocurra otra vez algo como lo de Ben.
—¿Qué le ocurrió?
—Nada importante, sólo mantén tu linda presencia —mencionó con sarcasmo— cercas de donde hayan más shanks. ¿De acuerdo?
—De acuerdo.

Sin más el chico de piel morena se alejó entre la negrura de la noche, farfullando por lo bajó, a Thomas le pareció algo raro por parte del líder.

Caminó sin rumbo alguno, tratando de asimilar todo lo que veía ahí, y cada vez más sentía una punzada de familiaridad en ello, los muros, los chicos, el cielo, las chicas... entonces él recordó a la chica del mensaje.
Cabello castaño, piel bronceada, ojos claros... él estaba seguro de haber visto a alguien similar. Le pareció muy familiar entonces. 
Una vez que se decidió a volver se encontró frente a él, en las escaleras para entrar al Homestead, la muchacha castaña mirando hacia la nada y cuando él se puso frente a ella le miró.

—Soy Thomas. —dijo simplemente el castaño.

Los ojos de ella le miraron con algo de curiosidad y a la vez confusión, no supo interpretarlo ya que sus ojos decían una cosa y su cara otra, ella tenía carácter.

—Jaidan. —murmuró finalmente sin dejar de mirar al muchacho con detenimiento que Thomas temió por un momento que ella le recordase de algo, como todos los demás decían que así era.

Thomas se sentó un escalón más arriba que ella y miró a la nada tratando de aclarar sus pensamientos.

—¿Tú eres el que llegó antes que nosotras? —preguntó la castaña sacando a Thomas de sus pensamientos.
—Si, yo era el greenie. —No sabía que era pero al llamarse a sí mismo "greenie" le hizo sentirse de cierta manera diferente.
—Todos dicen eso, greenie, pero no tengo idea de lo que significa. —Torció la boca en un gesto de disgusto que le pareció intrigante al castaño—. ¿Porqué son tan raros aquí?
—Yo me pregunto lo mismo aún —susurró para si mismo pero se dio cuenta de que Jaidan le miraba pidiéndole una explicación—, llegué ayer, prácticamente estamos en las mismas condiciones. Greenie es el término que le dan a los nuevos, a nosotros.
—Eso explica muchas cosas, con razón a todas las partes a las que fui hablaban sobre ti, al parecer eres famoso por acá —comentó sarcástica ella ganándose toda la atención del chico—, Thomas.

Silencio. Pasaron varios minutos en absolutamente silencio uno al lado del otro con sus respiraciones tranquilas en el silencio de la noche.

—Es tarde, creo que iré a dormir. —dijo la muchacha poniéndose de pie sin ánimo— El chico moreno, que parece ser la cabeza de aquí, me dijo que mañana iniciare, ¿a que se refiere con eso?
—Supongo que te mostrará el Claro y los diferentes trabajos que hay, eso me había dicho a mi también, ¿te dijo algo más?
—Si, algo sobre ser mi guardián, lo que tampoco entiendo del todo. —mencionó entrecerrando los ojos.
—Bueno, creo que estaremos juntos más tiempo, ya que él también se ofreció como mi guardián. 
—Genial, ahora no sólo tendré a un chico vigilándome, ahora será un chico como guardaespaldas y otro como mi gran compañero en este lugar. —exclamó fingiendo emoción haciendo reír a Thomas.
—No creo que me quiera mucho tiempo junto a él, Alby prácticamente ocupa el segundo lugar de las personas que me odian aquí en el periodo de 48 horas, al menos por ahora.
—¿Y el primero? —preguntó curiosa mirando directamente a los ojos de Thomas por lo que él apartó su mirada algo incómodo.
—Gally. 
—Si hablas del chico de cabello claro que mira a todos con odio... estamos en las mismas.

Él sonrió, y retuvo una pequeña risa, la muchacha de ojos grises le miraba con curiosidad pero a Thomas eso ya no le importaba en verdad, esa vez se sintió cómodo al lado de Jaidan que incluso comenzó a parecerle agradable el hecho de que los grandes ojos de ella le mirarán todo el tiempo que hablaban, cosa que a él le parecería incómodo con alguien más. En verdad se sentía bien, por primera vez, desde su llegada al claro.

Jaidan rules:

Thomas & Jaidan... debajo de un árbol... B E S Á N D O S E
Paren, ¿qué? ¿boda cuándo?

No, no, qué es eso; discúlpenme, por favor, sé que no debo apresurarme a deducir un matrimonio antes del tiempo (?) ahque

Bien, basta, que he exagerado todo

Además, he olvidado mencionar el ataque de Ben hacia Thomas, pero que va Espero el cap de Andy; saludos a todas