Work bit*h. {Cancelada

ficha de la novela:

 

Work bit*h

¿Quieres fama, lujos y una vida sin preocupaciones? Déjame decirte que si no has tenido la suerte de nacer en cuna de oro, debes trabajar muy duro para alcanzar tu meta, puedes optar por el camino difícil, aunque tal vez no logres nada en toda tu vida, pero no te desanimes, está el camino más sencillo, enamorar a un chico con mucho dinero y tener la vida que siempre has soñado, tu elijes.
 

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Capítulo 001

Me desperté cerca del mediodía, había dormido como mucho, cinco horas, parece poco, pero para mí es bastante, nunca duermo más que eso desde que llegué a Londres. Llegué aquí desde mi Australia natal con la idea de cumplir mi sueño, el de ser una gran bailarina y dedicar mi vida entera a ello, en cambio lo que conseguí fue bailar en un club nocturno por un par de billetes, eso me pasa por confiar en los hombres ¿Pero que iba a saber yo que aquel sujeto que me contactó no era uno de los dueños de la academia de danzas de Londres sino un completo farsante? Apenas tenía dieciocho años, estaba llena de sueños, confiaba en la gente, de verdad creía que mi sueño se iba a hacer realidad. Soy la mayor de siete hermanos, mi madre no tenía mucho tiempo para ocuparse de mí, cumplí los diecisiete y estaba naciendo mi hermana pequeña, nunca esperé mucho de ella, me apena por mis hermanos pero haberme ido de casa a temprana edad fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida.
Recordé que esa misma noche, asumiría el nuevo dueño del night club y harían una gran fiesta, donde me habían prometido unos cuantos billetes si le daba un show privado al maldito ¿Qué mas da? No puedo darme el lujo de decirle que no a unos billetes de más.
Abrí las canillas dejando que el agua tibia recorriese todo mi cuerpo desnudo, era relajante una ducha al levantarse, se sentía como si me quitara un poco de peso de encima. Me prometí a mi misma alquilar un departamento con bañera apenas consiguiera un buen ascenso, tal vez el nuevo dueño del club se dejara seducir por mis encantos y consiguiese algún dinero extra. No hablo de prostituirme, jamás lo hice no empezaría a hacerlo ahora, pero quien sabe, puede que el tipo sea algo atractivo, espero que no supere los cincuenta como el dueño actual, maldito viejo baboso ¿Nunca se puso a pensar que podría ser su hija? No, jamás le importó. Espero algunas cosas cambien con el nuevo, un cambio de firma puede beneficiarnos a todos.
Me envolví en una toalla mi larga cabellera platinada y otra la puse alrededor de mi cuerpo, así caminé descalza hasta la habitación. Era un departamento pequeño, y supongo que habrá peores, pero la verdad es que después de unos cinco años en él comenzaba a aburrirme. Me hartaba la sola idea de vivir allí un año más. Cada mes que pagaba la renta quería convencerme a mi misma de que sería el último pero ese momento todavía no llegaba.
El timbre me quitó de mis pensamientos, fui hacia la cocina y levanté el tubo.
 
-¿Quién?-
-¿Acaso esperabas a alguien más?- Respondió la voz masculina de Joseph, demonios, había olvidado que vendría.
-Claro que no, sube- Toqué el botón para abrirle la puerta y corrí a mi habitación a vestirme, no es que nunca me hubiese visto sin ropa, claro que si, pero probablemente esta visita no era para “eso”. Vivir en el noveno piso tenía sus ventajas, me dio tiempo de sobra mientras me puse unos pantalones holgados color negro, una musculosa de Marylin, Monroe, claro, y mis dc de colores brillantes. Me quité de una vez la toalla de la cabeza y dejé que mi pelo se secara al natural. Tres golpes a la puerta y caminé hacia allí.
 
-¿Cómo está la estrella más brillante?- Preguntó en tono burlón para luego besar mis labios.
-Si, como no- Le cedí el paso y luego de que entró cerré la puerta.
-Recuerdas que almorzaríamos juntos ¿No es así?- Me miró poniendo su boca de costado en un gesto dudoso.
-Lo siento, anoche llegué tarde a casa y acabo de despertar- Lo abracé y besé levemente su hombro para luego apoyarme en él.
-No hay problema muñeca ¿Aún quieres salir?- Preguntó con ternura pese a su grueso tono de voz. Negué con la cabeza sin responder y me dedicó una sonrisa. –Ok, pidamos algo entonces porque muero de hambre- besó cortamente mis labios antes de separarse e ir a la cocina en busca de algún imán para pedir comida lista.
Conocí a Joseph trabajando en una cafetería, donde él era cliente habitual, yo tenía diecinueve y él treinta, gracias a él entre al night club, me volví su consentida y no crean que eso no me trajo problemas con las demás chicas, pero era mejor que el mísero sueldo de la cafetería por lo cual tuve que tragarme los malos ratos hasta que terminé ganándome mi lugar.
 
***
 
Pinté mis labios de un bordó intenso para terminar con el make up. Solo diez minutos más y el show debía comenzar. Por algún extraño motivo una sensación de nervios invadía mi cuerpo, me enteré que el nuevo jefe era quien le había pedido a Gwen, nuestra madama, que fuese yo la encargada de darle un show privado. Le insistí por largo rato a ver si me decía algo sobre él pero se negó, aunque me dijo una frase que me dejó pensando “te sorprenderás” ¿Sorprenderme yo? Pocas cosas me sorprenden, un hombre no lo hará.
Chequeé el maquillaje una vez más y era hora de ver mi vestuario, sin dudas las botas blancas de cuero con detalles en plata se veían increíblemente bien. El fino y alto taco estilizaban mucho mi figura. Todo lo demás era negro y también de cuero, el short estilizaba mis anchas caderas, los guantes le daban un toque muy sado-glamm como lo llamábamos con las chicas y el top era muy entero, sobre el ombligo, pero tenía la espalda y el escote con tela de red que lo hacía ver muy sensual.
-Barbie ¿Estás lista?- Preguntó Gwen que parecía estar más nerviosa que yo.
-Lista- Respondí y rápidamente me puse el sombrero negro hacia adelante para tapar un poco mi rostro dándole un toque de misterio a la situación y un abrigo que pasaba mis rodillas de piel sintética en color blanco.
-Vamos muñeca, gánate al nuevo jefe- Dijo Gwen quién me dio una nalgada antes de cederme el paso hacia el salón.
Caminé de manera sensual y a paso lento por la corta pasarela, para pararme recostándome en el caño. La luz me alumbraba a mí, por lo que sabía que allí había alguien pero no podía divisar su rostro, de alguna extraña manera podía sentir una penetrante mirada fijada en mí y eso me daba cierta sensación de lujuria y adrenalina, se sentía bien.
La melodía de Work bit*h comenzó a sonar y supe que ese era mi momento, no era buena en muchas cosas, pero si era buena a la hora de bailar por lo cual me dispuse a hacer mi mejor trabajo. 
Minutos después supe que lo había hecho de maravilla, en un show común lo habitual era terminar de bailar y retirarme, pero esto no era lo común, solo había una persona observándome y solo se sentía el ruido de palmas y un silbido que me quitó una sonrisa.
 
-Déjame decirte que me habían dicho que las chicas de este lugar eran buenas, pero nunca creí que fuese para tanto- Dijo acercándose al escenario.
-Tomaré eso como un cumplido-
-Luces por favor- Pidió y de inmediato estas se encendieron, allí fue cuando lo vi, esto debía ser una broma, estaba al pie de la pasarela extendiéndome la mano el chico mas jodidamente atractivo que haya visto jamás, con unos hermosos ojos verdes, labios carnosos e irresistibles y su cabello… No sabía cómo describir su cabello pero el tipo estaba jodidamente bueno, de eso no había dudas.  Tomé su mano para bajar y me dedicó la sonrisa más espectacular que haya visto en mi vida.
-Dylan Wayne- Se presentó cordialmente, mierda, no podía concentrarme.
-Barbie- Sonreí mientras él besaba mi mano para luego hipnotizarme con su profunda mirada.  
-Debes estar al tanto que soy tu nuevo jefe y déjame decirte que algunas cosas cambiarán en este lugar- tomó mi cintura de costado y comenzó a caminar por lo cual seguí sus pasos –me dijeron que este lugar era asombroso pero bajo mi mando, este va a ser el mejor night club de todo Londres- Terminó de hablar y me soltó para abrir la puerta al hall principal donde se estaba llevando a cabo una gran fiesta, nose que pensaba hacer este chico, pero tenía el presentimiento de que mi vida podía cambiar si tan solo me metía en la suya.
 

abreme bit*h: