Work bit*h. {Cancelada

Hay Vic se que te arruine la nove, pero es que hubo una "tormenta" en donde vivo y se quemó el módem de internet y no podía conectarme :c las únicas veces que pude tener un ratito internet fue cuando fui a la casa de mi amiga y le robe el internet ;-; pero fue solo un rato y no tuve tiempo de avisar por que no subiría el cap por que teníamos que hacer un trabajo de matemáticas que valía la mitad de la nota D: enserio lo siento y comprenderé si me sacas de la nc. Sorry!! Mil y un perdones.

Muchas gracias, Vic! Ahora mi hermano compró otro módem y pude conectarme, así que ya tengo internet <3 
ahora me pongo a hacer el cap, y gracias de nuevo y por comprenderme <33

Capítulo 008

Mordía fuertemente mi labio inferior, mientras veía pasar a todo el equipo de fútbol del Barcelona. Todos estaban con una ligera capa de sudor en sus frentes, la camiseta del equipo se ceñían a sus bíceps dejando todo a la imaginación.
Había logrado seducir al guardia para que me dejara pasar y veo que darle un ligero “polvo” valió la pena.
Algunos de ellos me miraba frunciendo el ceño y otros me mandaban miradas descaradas. Haberme puesto el mini short blanco y la camiseta escotada del Barcelona a medio ombligo, había servido de algo. Después de todo haberme acostado con el asqueroso guardia que tenía como unos 49 años tenía sus ventajas. Ahora podía tener un gran “polvo” verdadero y mucho dinero en mi bolsillo.
Los seguí hasta llegar a la zona de las duchas, posé mis dos manos a los costados de mis caderas y los miré con mi mejor sonrisa.
― ¿Quién te dejo pasar, linda? ― preguntó uno de ellos, posó su mirada en mí y comenzó a examinarme de pies a cabeza hasta detenerse en el pronunciado escote, que dejaba ver las curvas de mis pechos ―
― ¿Eso interesa ahora, guapo? ― le respondí con otra pregunta. Mi voz sonaba ronca a causa de ver a alguno de ellos sin nada de ropa y con solo una toalla cubriendo su cintura para abajo ―
― Me parece que no ― sonrió descaradamente ―
Reí silenciosamente y miré a cada uno de ellos, todos estaban jodidamente buenos.
Nunca creí que viviría del dinero de un futbolista y mucho menos que sea una zorra como la que soy ahora, pero, era más fácil que ir y estar horas y horas trabajando en un negocio de confitería y que el salario era un mínimo de 100 pesos al mes. Tampoco es que me guste el deporte, lo único que me interesaba de ellos era la regordeta billetera llena de billetes verdes que pronto estarían entre mis manos.
Alejé esos pensamientos para concentrarme en mi víctima de esta noche, mi mirada rápidamente encontró a su presa, un chico se sacaba la camiseta, puros músculos adornaban su perfecto torso blanco, su abdomen estaba bien trabajado al igual que sus bíceps. Llevaba el pantalón un poco caído dejando ver el elástico de sus boxers de Calvin Klein, se dio la vuelta mirando hacía el casillero gris, dejando ver su espalda blanca trabajada y varios lunares la adornaban, llevo sus manos hacía su pantalón y sus dedos se enredaron en este para luego ir bajándolo lentamente, verlo solo en boxers hizo que mi acaloramiento este al cien por ciento, me centré en su perfecto y redondo trasero e imaginármelo como me lo estoy imaginando ahora sería casi un delito.
Necesitaba un plan para acercarme a él,  no podía solo decirle “¿Quieres acostarte conmigo?”, no. Tenía que ser muy cautelosa si quiero que esta noche mil dólares se vallan directo a mi bolsillo. Era muy  exigente con el dinero, si, pedía demasiado pero ¿Qué más da?
Él se dio media vuelta concentrado en su teléfono, ni siquiera noto mí presencia, ¿Cómo no darme cuenta que la bomba sexy de Timottian Mills estaba en El Barcelona?, claro, estaba tan concentrada en mirar a los otros jugadores que no preste atención en su sexy figura de futbolista.
Tim, era el jugador más prestigioso del equipo del Barcelona, sus goles fueron los mejores en toda la historia del fútbol. No es que sea una experta en el tema, pero tener un padre que lo único que le importa son los partidos de fútbol tiene ventajas, ¿no? . Lo malo de él era su carácter, frío y tosco, pero nadie se resiste a mis encantos y no creo que Timottian Mills sea la excepción.
Además estoy cien por ciento segura que no durará ni cinco minutos y ya estará en mi cama.
Esta noche tendría sexo con él y mi billetera estaría llena de billetes verdes.
 

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