Nuevo Ingreso [Draco Malfoy & Tu]

El partido comenzó con las buenas narraciones del chico, y _____ aún se hacía la fuerte, pues había rechazado cortésmente las túnicas ofrecidas. Algo que Draco, Theo y Blaise apreciaban mientras volaban sus respectivas escobas.

-Parece que Harry Potter ha visto a la pequeña snitch, y Draco Malfoy va tras él. ¡Oh, la menor Weasley tiene la quaffle, y ahí va Theodore Nott por ella! Es como si Slytherin fuera todo el tiempo tras Gryffindor. –Se burlaba el chico. –Y el guarro de Zabini ha lanzado una buena bludger…-

-Siga hablando de esa manera y será su último partido narrado… Y visto. –sentenció la profesora animaga mientras le propinaba un periodicazo más en la nuca.

-Bien, bien. Lo siento, profesora. Ron Weasley se ha recuperado de la blodger que le golpeó la espalda. Y Gryffindor gana otros diez puntos. Ya vamos 30-0 a favor de los leones. Y los Slytherins se arrastran como las serpientes que son. ¡Auch!- otro periodicazo. -¡Vamos, vamos, Harry!- animaba el pequeño. Pero éste último estaba atento a la imagen de la chica nueva. _____ estaba siendo alagada por Tom, el guardián de Ravenclaw, quien le posaba su túnica por los desnudos hombros de la chica. Ésta sonrojada la aceptó gustosa. Draco también prestaba más atención a la escena montada de Sly-Claw, y estaba ofuscado de ver cómo la chica le sonreía coquetamente al guardián.

Las porristas se juntaron para estar animando a los chicos que volaban, y a _____ se le ocurrió hacer algo que siempre había querido.

-Hay que hacer esto cada que fallen meter la quaffle en el aro. –dijo mientras todas se reunían para que les demostrara. Era un movimiento rápido de piernas, como si dieran pequeños saltos, y tenían que gritar un constante y muy ruidoso ¡eeeeh…! Mientras tendrían que mover los brazos hacia el frente, sacudiendo sus pompones y subirlos por sobre sus cabezas, “Ya saben lo que tienen qué hacer después… eh”, indicó con una sonrisa cómplice, y se posicionó para que todas sus compañeras hicieran lo mismo. Claro que nadie sabía lo que tenían qué hacer.

-Theodore Nott lanza la quaffle con una gran fuerza –indicó el comentarista, y _____ les dio la orden de comenzar con la nueva “porra”. –Pero Ron no se la pondrá fácil…-

-¡Eeeeh…!- gritaron las chicas, interrumpiendo al comentarista, el grito duró toda la trayectoria del balón hasta que Weasley lo detuvo con sus brazos mientras hacía una maniobra para no caerse. El grito de las chicas se iba aminorando y todos veían embelesados los movimientos qué éstas hacían. -¡Putos!- gritó _____ entusiasmada al subir los pompones, pero nadie más lo había hecho con ella, haciéndola enrojecer por quedar en ridículo. “¿A caso nadie ha hecho esto nunca?”, pensó avergonzada. Tampoco lo había hecho ella nunca, por eso mismo pensó que sería una buena idea.

Todos comenzaron a reír a carcajadas, nadie había sido lo suficientemente torpe para decir una palabrota frente al director, mucho menos para gritarla en medio de un partido, sólo que el director comenzó a reír, haciendo que sus lentes de media luna resbalaran por su ganchuda nariz. Todos la observaban mientras algunos se partían por la mitad por la risa. Draco Malfoy había estado riendo por la torpeza de su compañera de casa. Ésta, harta de tener tantos pares de ojos encima comenzó a gritar:

-¡Ve por la maldita cosa que vuela, Malfoy! ¡Y gana el maldito partido! – éste salió de su confort de risa y la observó justo al lado de Potter, quien se partía de risa al ver molesta a _____, era una muy buena oportunidad.

-Y Malfoy tiene la snitch, queridos compañeros.- dijo con desilusión. –Slytherin gana 150 puntos a 30 de Gryffindor. Deberías obedecer más a la chica nueva, Malfoy. –se burló del rubio y luego se removió del megáfono puesto que parecía que la profesora iba a golpearlo otra vez por el sólo hecho de que su casa hubiese perdido.

-Alumnos, silencio.- recibieron orden de la profesora de transformaciones y pronto todos aguardaron en sus lugares. –Por el número realizado por parte de la señorita, se les conceden treinta puntos para Slytherin. –muchos aplaudieron y halagaron a la chica Sly, entre ellos Tom, con un majestuoso abrazo. – ¡Silencio!- ordenó. –Sin embargo, por maldecir durante el partido, dejo a la disposición del profesor Severus un castigo a su alumna.- algunos contradijeron eso último pero ya no le importó a la profesora.  

Por el resto de la tarde, se celebró en la casa de las serpientes una gran fiesta, pues habían ganado el partido gracias a los incentivos de la chica, sin olvidar las distracciones.