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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Capítulo 016
Mi madre y mi padre me sonrieron desde el otro lado de la ventana del bus, se veían bastante felices a comparación de mí, que me habían alejado de mi preciado bebé y no lo volvería a ver por algunas semanas, o ellos habían dicho. Por suerte, me senté junto a Amy, quien no se encontraba de buen humor, sus padres y los míos movían sus manos en despedida y ella solo se había dedicado a alzar su dedo medio por la ventanilla sin apartar una bella sonrisa de ‘muéranse todos’, añoraba ser ella en ese momento.
Después de que una chica rubia subió al bus, pudimos salir. La felicidad del rostro de mi madre realmente me daba intriga, esperaba que un nuevo hijo no venga en camino, porque ya era suficiente conmigo mismo. Siempre había sido el único y favorito de todos, no esperaba algo más que eso por el resto de mi vida.
El camino había sido largo, pero luego de tanto verde y vacas en medio del campo llegamos al campamento, que tenía buena presentación pero tampoco para exagerar, todo se veía lindo y verde, eso era lo que más odiaba. El verde, pasto. Porque todo tipo de verde me quedaba bien, a menos que se trate de ese tipo de verde y el aire libre. Amy me tomó con fuerza mi brazo cuando comenzamos a caminar hacia las cabañas donde nos alojaríamos, temía romper su última compra por internet. Unos zapatos altos y elegantes, pero ella no los consideraba tan elegantes y prefería usarlos para salir a un parque o algo por el estilo, donde tenga que caminar por césped o tierra.
—No doy mas —suspiró agotada, los veinte centímetros de tacón no eran para ella. Quitó el poco sudor que caía de su frente con asco, y no evite reírme un poco, había sacado esa cualidad de mi.
—Tampoco yo —murmuré, mientras seguíamos la fila carreando nuestras cosas. Había sido mala idea la mía traer tantas cosas que necesitaban electricidad cuando suponía que ni tomacorrientes tendría el lugar en donde me hospedaría.
Además de eso, tantas maletas para atuendos que no usaría, porque no señores, eso no era un desfile de Victoria’s Secret, estaba en medio de un bosque y dudaba en que alguien se fijara si mi atuendo era Armani o no. Aunque, pensándolo bien, siempre esta Amy: quien se fija bastante el vestuario para hacer amistades.
El camino había acabado frente a una cabaña, un grupo de chicos se formó delante de ella, fijándose quien iba para cada lugar. Amy tiró su cabello para atrás, me sonrió y empujó sus bolsos contra mi para que yo pudiese tomarlos y un segundo después se perdió entre el pequeño grupo, obviamente, apartando a las personas que se ponían en su camino, como solía hacer. Con desdén miraba a Lysandro, él se había ocupado de molestarnos un buen rato durante el viaje, no había ido con ninguno de sus amigos así que Amy y yo éramos la única compañía conocida que tenía, por desgracia.
Amy se acercó veloz, con una gran sonrisa en el rostro y aplaudiendo repetidas veces con simpatía.
—Me ha tocado con un chico, no me lo creo —comentó riendo, y pispiando de que chico podía tratarse, aunque no conocíamos a todos allí y suponía que seriamos pocos y todos podríamos conocernos—. ¿Quién crees que puede ser?
—No lo sé, hay varios chicos y no sé como se llaman… podrías preguntar —contesté, alzando mis hombros y entregándole los bolsos a mí amiga, los cuales por cierto, eran bastante pesados para traer ropa interior y vestidos cortos.
—Se llama Nathan Wayne, tiene nombre lindo así que creeré que es hetero y está buscando ligar con una guapa chica como yo.
— ¿Pudiste ver con quien me toca a mí? —Pregunté. Amanda asintió, apartando la mirada de sus uñas pintadas con barniz rosa y sonrió incomoda, como si no la conociera—. ¿Qué sucede? Sé que anda algo mal, lo noto en tu rostro.
—Pues, no es nada malo ya que creo que aquí puedes limar esas asperezas y tener una mejor… ¿Relación? —Habló lento y se encogió de hombros—. Digo, todos pueden cambiar-
—Eso no dijiste el día anterior —la interrumpí—, dime, quiero ir a la cabaña y dormir hasta que se termine esto —le exigí, estaba sonando como un niño chiquito, y gracias a dios solo estábamos nosotras bastante alejados del grupo.
—Te ha tocado con Lysandro, ¿Okey? No hiperventiles, ni te enojes —intenté abrir la boca para quejarme pero Amy comenzó a hablar nuevamente—, no puedes cambiar de cabaña esta en las reglas o eso escuche de una chica que también se quejó.
—No me he quejado aun.
—Pero ibas a hacerlo, ya no hay nada que hacer Ann —comentó sin importancia, yo estaba por ponerme bordo. ¿Con qué motivo nos habían puesto juntos? ¿Acaso lo había pedido mi madre? Iba a morir viviendo más de tres semanas con Lysandro, en una habitación y sin mi móvil.
—Claro que iba a hacerlo, esto es el colmo, no quiero tenerlo ni un maldito segundo cerca y tendré que convivir tres semanas enteras con él-
—Que se harán cortas —me interrumpió—, intenta divertirte y pasarla bien aunque no tengamos… —Amy llevó sus manos hacia el pecho, y apretó los ojos y los labios con fuerza. Tomó una bocanada de aire, y volvió a hablar—, wifi. ¡Lo dije!
—Lo has dicho.
— ¡Lo he dicho, coño!
— ¿Y dolió? —Le pregunté, tratando de no reír. Ella, literalmente, estaba sufriendo sin wifi y su móvil. Bah, yo me hacía el superado, pero muy dentro estaba suplicando piedad y volver con mi bebé.
—Ha dolido, ha dolido y de puta madre.
Como las semanas no iban a pasar rápido, con mi mejor amiga conmigo y sus comentarios bastante extrovertidos, que me alegrarían hasta saber que conviviría con Lysandro Coleman, ex crush.
Después de dejar a Amy en su cabaña, y decir que el chico con el cual compartiría habitación era bastante guapo, aunque era menor de edad y eso frustraba todo tipo de ligue que podría tener con él; me dirigí hacia mi cabaña. Todo se veía lindo e impecable, supuse que mis padres habían pagado una cuota elevaba para traerme en medio de la nada y quitarme el móvil por unas semanas, pero haya ellos pagar, yo volvería a casa y seguiría siendo el mismo: un chico común y corriente, amante del modelaje y a la tecnología, y aun mas a su móvil Félix.
Arrojé mi maleta a la cama, que por cierto, eran una sobre la otra y había tenido una mala experiencia durmiendo en una cama de arriba así que opte por la de abajo. Todo se encontraba más ordenado que mi habitación, aunque, obviamente faltaban todas esas cosas que hacían mi cuarto un desastre. Me quité los zapatos y me senté en la cama, para comenzar a organizar mis cosas en cada lugar. Ya me esperaba un Lysandro molesto, hurgando en mis cosas o haciendo comentarios con respecto a mi vestuario, yo jamás había dicho algo malo sobre él, bah, a su novia si pero a él no, entonces no entendía el motivo por el cual siempre me trataba con desprecio o hacia comentarios negativos y repulsivos hacia mí.
Cuando había desempacado lo último de la maleta, la puerta sonó. Esperé encontrarme a Amy, con alguna idea sobre conocer el lugar pero el reglamento decía que teníamos ciertos horarios para ir a cada lugar. Me sonaba a reglas monótonas y estúpidas.
Lysandro me miró no muy alegre de verme allí, arrojó su bolso deportivo al suelo y se cruzó de brazos, observándome de arriba abajo y con una sonrisa forzada en el rostro.
—Otra vez tu —dijo después de soltar un audible suspiro.
—Tuve la misma impresión cuando leí tu nombre y el mío juntos —comenté orgulloso, quizá él planeaba echarme abajo y tratarme mal durante las semanas y no planeaba que él me pisoteé como siempre.
—Qué raro, pensé que ibas a fangirlear con la idea de tenerme en la misma cabaña. —Soltó una risa y rascó su barba un poco crecida. Estaba si, enojado con él. Pero eso no impedía que no pudiese sentir un poco de atracción con él; aunque, no había hecho lo que él pensó que iba a hacer.
—Te equivocaste, planeé cambiar con Amy pero para mi desgracia no puedo cambiar de pareja.
—Hubiese sido lindo tener a una chica aquí, eso era lo que estaba esperando.
—Siento decepcionarte, pero soy un chico y no po-
—Bah, no te preocupes —me interrumpió—, eres como una chica aunque no tienes coño ni pechos, pero te gusta que te den por el culo y supongo que gimes como putita. —Continuó con descaro. Abrí aun mis ojos sorprendido, pero qué se creía para tratarme de esa forma.
—Cállate —vociferé—, ¿No puedes siquiera tener un poco de respeto por mí? Jamás te he hecho nada.
—No te hagas la víctima conmigo, por tu culpa tuve que venir a este horrendo campamento y todo porque lastime tu estúpido orgullo de niña y te dejé un ojo morado. —Se acercó hasta a mí, y golpeó mi pecho con su dedo índice prácticamente, empujándome hacia la cama que estaba detrás de mí.
— ¿Por mi culpa? —Pregunté molesto, frunciendo el ceño y apartando su dedo de mi pecho.
—Mi madre insistió tanto en que te diera una oportunidad —dijo sonriendo falsamente—, somos vecinos y quiere que seamos amigos, pura mierda. —Rodó sus ojos y me miró más molesto.
— ¿Por qué no podemos ser amigos?
—Porque tú pretendes cosas conmigo que no quiero, y si soy tu amigo luego pensaran que soy gay y es lo que menos quiero, que crean que soy un marica por estar contigo.
— ¡No pretendo nada contigo! —Chillé.
— ¿Quieres que te crea? —Rió.
—Sabes, eres un estúpido que cree que ser gay te hace mujer o cualquier mierda homofoba que creas tú y tu nov-
—Guarda silencio si no quieres que vuelva dejarte un ojo morado —gruñó furioso, antes de que pudiese continuar. Me observo de arriba abajo y continuó: —pediré un cambio.
Se volteó y dio por finalizada la conversación.
—Bien, yo también —hablé con rapidez, mientras él intentaba alejarse.
—Pobre del que este contigo.
—Opino lo mismo.
—Púdrete.
— ¿Por qué jamás podremos tener una charla decente?
—Porque lo único que intentas en meterte conmigo en la cama.
—No planeo caer tan bajo.
Se volteó molesto, y volvió a encararme.
—Vas a hacerlo, todo este tiempo has intentado seducirme en cada oportunidad y quizá esta no sea la excepción.
—Eres un estúpido.
—Quizá, pero amas a este estúpido.
—Antes muerto.
—Antes de morir, pedirás esto —señaló con descaro su polla—, y-
—Porque no le das eso a la zorra de tu novia —gruñí molesto interrumpiéndolo, e intente avanzar hacia la puerta pero antes de pasar el umbral Lysandro me tomó de la muñeca y me jaló contra él.
Lysandro era un poco más alto que yo, solo un poco. Nuestras miradas se entrelazaban. La suya, obviamente, se notaba furiosa. Su mano apretaba con fuerza mi muñeca y mi otra mano se encontraba sobre su pecho, manteniendo algo de distancia, entre su cuerpo y el mío. Aquello debería de ser fotografiado, la primera vez que estábamos tan cerca después de tantos años.
—Repítelo. —Me ordenó, bajo una mirada molesta y fría, helada diría yo. Aunque su tacto era caliente, y quemaba mi piel. Estaba indeciso, entre morirme helado, o calcinarme con su toque.
— ¿Qué parte? ¿Zorra o novia? —Pregunté divertido, una pizca de felicidad después de todo. Me gustaba, aun así me este lastimando, y hablando de eso—. Me lastimas —me quejé—, suéltame.
—Eso es lo que estas buscando, que te lastime. —Gruñó, y apretó con más fuerza mi muñeca entre sus fuertes y delgados dedos.
—Suéltame, estas lastimándome —le rogué, y lo miré. Ambos cara a cara.
—Eso voy a hacer —murmuró—, jugaré contigo y no vas a notarlo porque lo único que quieres es que alguien este contigo y te de algo de cariño. —Susurró, y me apegó más a su cuerpo.
—Cierra la puta boca. —Gruñí, eso logró dolerme.
—Oblígame —habló, de repente, débilmente. Apreté mis ojos con fuerza.
Su boca y la mía estaban bastante cerca, quizá eso era lo que él estaba buscando. Provocarme, y que yo caiga como un pobre iluso enamorado. Estaba en lo cierto, que él jamás se fijaría en mí. Heterosexual. Y yo, homosexual. Diferentes, por desgracia. Abrí mis ojos, y los suyos estaban fijados sobre mis labios. Me deslicé un paso hacia delante, y lo hice. Planteé un cálido beso sobre sus labios rosados y mojados, porque anteriormente, su lengua había paseado por allí.
Los segundos habían sido eternos, mi cuerpo estaba apoyado contra el suyo. Mi mano tocaba con miedo su rostro, aquella barba de unos días rosaba mis dedos y se sentía bien. Aunque su mano seguía apretando mi muñeca, ya no ejercía la misma fuerza y solo era un leve apretón. Por otra parte, su brazo rodeaba un poco mi cintura, y mi remera estaba algo alzada para sentir su piel contra la mía. Quizá hubiese esperado un poco mas de rudeza de su parte, solo un poco, como sentir sus dedos bien marcados sobre mi cuerpo y yo, pueda acariciar a cada segundo ese lugar y recordar lo que había pasado y volver a ese momento exacto.
Un gritó se escuchó de afuera, tal vez, alguien buscándolo a él o lo que sea. Un golpe se escuchó en la cabaña, alguien había golpeado la puerta. Y supe que allí, la magia se había acabado. Lysandro se separó con fuerza de mí, empujándome hacia atrás. Limpió sus labios con el dorso de su mano y me miró con asco.
— ¿Qué te sucede? ¿Estás enfermo o que mierda tienes en la cabeza? —Gruñó furioso, sus ojos ya no estaban fríos, sino más calientes que todo el maldito momento.
Mis labios no podían moverse, solo estaban tiesos e hinchados. Lysandro buscó una respuesta, pero simplemente, no podía siquiera decir una palabra. Me apartó hacia un lado y se marchó de la cabaña.
—Lo siento, y-yo n-no, no fue mi intención… simplemente pasó. —Dije, aunque él ya no estaba allí para escucharme. Toqué mis labios con una sonrisa estúpida, oh, estaba acabado.
No, aquello simplemente no había pasado. Yo lo había besado, y había cavado mi propia tumba. Estaba más que seguro, que Lysandro haría lo imposible para destruirme, después de eso. Pero ‘eso’ había sido el beso de toda mi puta vida.
Después de que una chica rubia subió al bus, pudimos salir. La felicidad del rostro de mi madre realmente me daba intriga, esperaba que un nuevo hijo no venga en camino, porque ya era suficiente conmigo mismo. Siempre había sido el único y favorito de todos, no esperaba algo más que eso por el resto de mi vida.
◖♋◗
El camino había sido largo, pero luego de tanto verde y vacas en medio del campo llegamos al campamento, que tenía buena presentación pero tampoco para exagerar, todo se veía lindo y verde, eso era lo que más odiaba. El verde, pasto. Porque todo tipo de verde me quedaba bien, a menos que se trate de ese tipo de verde y el aire libre. Amy me tomó con fuerza mi brazo cuando comenzamos a caminar hacia las cabañas donde nos alojaríamos, temía romper su última compra por internet. Unos zapatos altos y elegantes, pero ella no los consideraba tan elegantes y prefería usarlos para salir a un parque o algo por el estilo, donde tenga que caminar por césped o tierra.
—No doy mas —suspiró agotada, los veinte centímetros de tacón no eran para ella. Quitó el poco sudor que caía de su frente con asco, y no evite reírme un poco, había sacado esa cualidad de mi.
—Tampoco yo —murmuré, mientras seguíamos la fila carreando nuestras cosas. Había sido mala idea la mía traer tantas cosas que necesitaban electricidad cuando suponía que ni tomacorrientes tendría el lugar en donde me hospedaría.
Además de eso, tantas maletas para atuendos que no usaría, porque no señores, eso no era un desfile de Victoria’s Secret, estaba en medio de un bosque y dudaba en que alguien se fijara si mi atuendo era Armani o no. Aunque, pensándolo bien, siempre esta Amy: quien se fija bastante el vestuario para hacer amistades.
◖♋◗
El camino había acabado frente a una cabaña, un grupo de chicos se formó delante de ella, fijándose quien iba para cada lugar. Amy tiró su cabello para atrás, me sonrió y empujó sus bolsos contra mi para que yo pudiese tomarlos y un segundo después se perdió entre el pequeño grupo, obviamente, apartando a las personas que se ponían en su camino, como solía hacer. Con desdén miraba a Lysandro, él se había ocupado de molestarnos un buen rato durante el viaje, no había ido con ninguno de sus amigos así que Amy y yo éramos la única compañía conocida que tenía, por desgracia.
Amy se acercó veloz, con una gran sonrisa en el rostro y aplaudiendo repetidas veces con simpatía.
—Me ha tocado con un chico, no me lo creo —comentó riendo, y pispiando de que chico podía tratarse, aunque no conocíamos a todos allí y suponía que seriamos pocos y todos podríamos conocernos—. ¿Quién crees que puede ser?
—No lo sé, hay varios chicos y no sé como se llaman… podrías preguntar —contesté, alzando mis hombros y entregándole los bolsos a mí amiga, los cuales por cierto, eran bastante pesados para traer ropa interior y vestidos cortos.
—Se llama Nathan Wayne, tiene nombre lindo así que creeré que es hetero y está buscando ligar con una guapa chica como yo.
— ¿Pudiste ver con quien me toca a mí? —Pregunté. Amanda asintió, apartando la mirada de sus uñas pintadas con barniz rosa y sonrió incomoda, como si no la conociera—. ¿Qué sucede? Sé que anda algo mal, lo noto en tu rostro.
—Pues, no es nada malo ya que creo que aquí puedes limar esas asperezas y tener una mejor… ¿Relación? —Habló lento y se encogió de hombros—. Digo, todos pueden cambiar-
—Eso no dijiste el día anterior —la interrumpí—, dime, quiero ir a la cabaña y dormir hasta que se termine esto —le exigí, estaba sonando como un niño chiquito, y gracias a dios solo estábamos nosotras bastante alejados del grupo.
—Te ha tocado con Lysandro, ¿Okey? No hiperventiles, ni te enojes —intenté abrir la boca para quejarme pero Amy comenzó a hablar nuevamente—, no puedes cambiar de cabaña esta en las reglas o eso escuche de una chica que también se quejó.
—No me he quejado aun.
—Pero ibas a hacerlo, ya no hay nada que hacer Ann —comentó sin importancia, yo estaba por ponerme bordo. ¿Con qué motivo nos habían puesto juntos? ¿Acaso lo había pedido mi madre? Iba a morir viviendo más de tres semanas con Lysandro, en una habitación y sin mi móvil.
—Claro que iba a hacerlo, esto es el colmo, no quiero tenerlo ni un maldito segundo cerca y tendré que convivir tres semanas enteras con él-
—Que se harán cortas —me interrumpió—, intenta divertirte y pasarla bien aunque no tengamos… —Amy llevó sus manos hacia el pecho, y apretó los ojos y los labios con fuerza. Tomó una bocanada de aire, y volvió a hablar—, wifi. ¡Lo dije!
—Lo has dicho.
— ¡Lo he dicho, coño!
— ¿Y dolió? —Le pregunté, tratando de no reír. Ella, literalmente, estaba sufriendo sin wifi y su móvil. Bah, yo me hacía el superado, pero muy dentro estaba suplicando piedad y volver con mi bebé.
—Ha dolido, ha dolido y de puta madre.
Como las semanas no iban a pasar rápido, con mi mejor amiga conmigo y sus comentarios bastante extrovertidos, que me alegrarían hasta saber que conviviría con Lysandro Coleman, ex crush.
◖♋◗
Después de dejar a Amy en su cabaña, y decir que el chico con el cual compartiría habitación era bastante guapo, aunque era menor de edad y eso frustraba todo tipo de ligue que podría tener con él; me dirigí hacia mi cabaña. Todo se veía lindo e impecable, supuse que mis padres habían pagado una cuota elevaba para traerme en medio de la nada y quitarme el móvil por unas semanas, pero haya ellos pagar, yo volvería a casa y seguiría siendo el mismo: un chico común y corriente, amante del modelaje y a la tecnología, y aun mas a su móvil Félix.
Arrojé mi maleta a la cama, que por cierto, eran una sobre la otra y había tenido una mala experiencia durmiendo en una cama de arriba así que opte por la de abajo. Todo se encontraba más ordenado que mi habitación, aunque, obviamente faltaban todas esas cosas que hacían mi cuarto un desastre. Me quité los zapatos y me senté en la cama, para comenzar a organizar mis cosas en cada lugar. Ya me esperaba un Lysandro molesto, hurgando en mis cosas o haciendo comentarios con respecto a mi vestuario, yo jamás había dicho algo malo sobre él, bah, a su novia si pero a él no, entonces no entendía el motivo por el cual siempre me trataba con desprecio o hacia comentarios negativos y repulsivos hacia mí.
Cuando había desempacado lo último de la maleta, la puerta sonó. Esperé encontrarme a Amy, con alguna idea sobre conocer el lugar pero el reglamento decía que teníamos ciertos horarios para ir a cada lugar. Me sonaba a reglas monótonas y estúpidas.
Lysandro me miró no muy alegre de verme allí, arrojó su bolso deportivo al suelo y se cruzó de brazos, observándome de arriba abajo y con una sonrisa forzada en el rostro.
—Otra vez tu —dijo después de soltar un audible suspiro.
—Tuve la misma impresión cuando leí tu nombre y el mío juntos —comenté orgulloso, quizá él planeaba echarme abajo y tratarme mal durante las semanas y no planeaba que él me pisoteé como siempre.
—Qué raro, pensé que ibas a fangirlear con la idea de tenerme en la misma cabaña. —Soltó una risa y rascó su barba un poco crecida. Estaba si, enojado con él. Pero eso no impedía que no pudiese sentir un poco de atracción con él; aunque, no había hecho lo que él pensó que iba a hacer.
—Te equivocaste, planeé cambiar con Amy pero para mi desgracia no puedo cambiar de pareja.
—Hubiese sido lindo tener a una chica aquí, eso era lo que estaba esperando.
—Siento decepcionarte, pero soy un chico y no po-
—Bah, no te preocupes —me interrumpió—, eres como una chica aunque no tienes coño ni pechos, pero te gusta que te den por el culo y supongo que gimes como putita. —Continuó con descaro. Abrí aun mis ojos sorprendido, pero qué se creía para tratarme de esa forma.
—Cállate —vociferé—, ¿No puedes siquiera tener un poco de respeto por mí? Jamás te he hecho nada.
—No te hagas la víctima conmigo, por tu culpa tuve que venir a este horrendo campamento y todo porque lastime tu estúpido orgullo de niña y te dejé un ojo morado. —Se acercó hasta a mí, y golpeó mi pecho con su dedo índice prácticamente, empujándome hacia la cama que estaba detrás de mí.
— ¿Por mi culpa? —Pregunté molesto, frunciendo el ceño y apartando su dedo de mi pecho.
—Mi madre insistió tanto en que te diera una oportunidad —dijo sonriendo falsamente—, somos vecinos y quiere que seamos amigos, pura mierda. —Rodó sus ojos y me miró más molesto.
— ¿Por qué no podemos ser amigos?
—Porque tú pretendes cosas conmigo que no quiero, y si soy tu amigo luego pensaran que soy gay y es lo que menos quiero, que crean que soy un marica por estar contigo.
— ¡No pretendo nada contigo! —Chillé.
— ¿Quieres que te crea? —Rió.
—Sabes, eres un estúpido que cree que ser gay te hace mujer o cualquier mierda homofoba que creas tú y tu nov-
—Guarda silencio si no quieres que vuelva dejarte un ojo morado —gruñó furioso, antes de que pudiese continuar. Me observo de arriba abajo y continuó: —pediré un cambio.
Se volteó y dio por finalizada la conversación.
—Bien, yo también —hablé con rapidez, mientras él intentaba alejarse.
—Pobre del que este contigo.
—Opino lo mismo.
—Púdrete.
— ¿Por qué jamás podremos tener una charla decente?
—Porque lo único que intentas en meterte conmigo en la cama.
—No planeo caer tan bajo.
Se volteó molesto, y volvió a encararme.
—Vas a hacerlo, todo este tiempo has intentado seducirme en cada oportunidad y quizá esta no sea la excepción.
—Eres un estúpido.
—Quizá, pero amas a este estúpido.
—Antes muerto.
—Antes de morir, pedirás esto —señaló con descaro su polla—, y-
—Porque no le das eso a la zorra de tu novia —gruñí molesto interrumpiéndolo, e intente avanzar hacia la puerta pero antes de pasar el umbral Lysandro me tomó de la muñeca y me jaló contra él.
Lysandro era un poco más alto que yo, solo un poco. Nuestras miradas se entrelazaban. La suya, obviamente, se notaba furiosa. Su mano apretaba con fuerza mi muñeca y mi otra mano se encontraba sobre su pecho, manteniendo algo de distancia, entre su cuerpo y el mío. Aquello debería de ser fotografiado, la primera vez que estábamos tan cerca después de tantos años.
—Repítelo. —Me ordenó, bajo una mirada molesta y fría, helada diría yo. Aunque su tacto era caliente, y quemaba mi piel. Estaba indeciso, entre morirme helado, o calcinarme con su toque.
— ¿Qué parte? ¿Zorra o novia? —Pregunté divertido, una pizca de felicidad después de todo. Me gustaba, aun así me este lastimando, y hablando de eso—. Me lastimas —me quejé—, suéltame.
—Eso es lo que estas buscando, que te lastime. —Gruñó, y apretó con más fuerza mi muñeca entre sus fuertes y delgados dedos.
—Suéltame, estas lastimándome —le rogué, y lo miré. Ambos cara a cara.
—Eso voy a hacer —murmuró—, jugaré contigo y no vas a notarlo porque lo único que quieres es que alguien este contigo y te de algo de cariño. —Susurró, y me apegó más a su cuerpo.
—Cierra la puta boca. —Gruñí, eso logró dolerme.
—Oblígame —habló, de repente, débilmente. Apreté mis ojos con fuerza.
Su boca y la mía estaban bastante cerca, quizá eso era lo que él estaba buscando. Provocarme, y que yo caiga como un pobre iluso enamorado. Estaba en lo cierto, que él jamás se fijaría en mí. Heterosexual. Y yo, homosexual. Diferentes, por desgracia. Abrí mis ojos, y los suyos estaban fijados sobre mis labios. Me deslicé un paso hacia delante, y lo hice. Planteé un cálido beso sobre sus labios rosados y mojados, porque anteriormente, su lengua había paseado por allí.
Los segundos habían sido eternos, mi cuerpo estaba apoyado contra el suyo. Mi mano tocaba con miedo su rostro, aquella barba de unos días rosaba mis dedos y se sentía bien. Aunque su mano seguía apretando mi muñeca, ya no ejercía la misma fuerza y solo era un leve apretón. Por otra parte, su brazo rodeaba un poco mi cintura, y mi remera estaba algo alzada para sentir su piel contra la mía. Quizá hubiese esperado un poco mas de rudeza de su parte, solo un poco, como sentir sus dedos bien marcados sobre mi cuerpo y yo, pueda acariciar a cada segundo ese lugar y recordar lo que había pasado y volver a ese momento exacto.
Un gritó se escuchó de afuera, tal vez, alguien buscándolo a él o lo que sea. Un golpe se escuchó en la cabaña, alguien había golpeado la puerta. Y supe que allí, la magia se había acabado. Lysandro se separó con fuerza de mí, empujándome hacia atrás. Limpió sus labios con el dorso de su mano y me miró con asco.
— ¿Qué te sucede? ¿Estás enfermo o que mierda tienes en la cabeza? —Gruñó furioso, sus ojos ya no estaban fríos, sino más calientes que todo el maldito momento.
Mis labios no podían moverse, solo estaban tiesos e hinchados. Lysandro buscó una respuesta, pero simplemente, no podía siquiera decir una palabra. Me apartó hacia un lado y se marchó de la cabaña.
—Lo siento, y-yo n-no, no fue mi intención… simplemente pasó. —Dije, aunque él ya no estaba allí para escucharme. Toqué mis labios con una sonrisa estúpida, oh, estaba acabado.
No, aquello simplemente no había pasado. Yo lo había besado, y había cavado mi propia tumba. Estaba más que seguro, que Lysandro haría lo imposible para destruirme, después de eso. Pero ‘eso’ había sido el beso de toda mi puta vida.
- HolU:
- acabó de ver que tengo que comentar, sooo, cuando pueda comento, porque creo que leí todo pero me faltó eso xd
espero que les guste, me costó un poco porque las palabras no salían pero eso quedó y me gusta. espero que a ustedes también..
campbell.
Re: Disconnected.
Lo besó! A Ly le gusta o quiere probar o no se qué, pero es un histérico xd que quiere, que no, que le cae mal, pero lo agarra para que no se vaya... Diosss, no tengo idea como seguirá esto pero me encantaría saberlo! Amy genia xs me encanta esa chica... Siganla!
Invitado
Invitado
Re: Disconnected.
LO BESO omg! ya si valí! pa mi que el ly está loco por el ann y quiere dárselo completo pero tiene miedo.. NO ME JODAS QUE SE BESARON, JODER!!! que emoción tan linda *-* moriré muerta del verbo morida *-* quiero maaas!! ¿A quién le toca?
baekhyun.
Re: Disconnected.
Oh shit! Really? Well.. Nunca me avisaron, pero me pondré a escribir..
Invitado
Invitado
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