Disconnected.

Llego el día que tanto esperaba mi madre. Me levanto a las 5 de la madrugada, según ella el autobús saldría a las 6. Parecía un zombie, no acostumbraba a levantarme tan temprano y eso hacía que me viera horrible por las mañanas.

—Alex, necesito tu teléfono sobre la mesa de noche—mire a mi madre con el ceño fruncido.
—Si—lo saque de la bolsa de mi chamarra y lo coloque donde pudiera verlo.
—Bien. Recuerda que llevas la linterna con baterías extras, los trajes de baño están debajo de tus pantalones…—deje de escucharla y me concentré en arreglarme y dejar de parecer zombie—y tu protector solar está en la bolsa de mano ¿entendiste?

Asentí.


El autobús era grande, de un color amarillo opaco y tenía el logo del campamento al que íbamos. Me senté en el suelo esperando a que mi madre terminara de firmar unos papeles para que me pudiera ir.
Unos gritos me sacaron de mis pensamientos, Lara y James estaban hablando sobre Superman ¿es serio? Esos chicos son tan raros que no pensaría en pasar mucho a su lado, tal vez se me pegue su rareza y no quiero eso.

—Bien, puedes subir al autobús y espero que esto sea una gran lección para ti—intento ayudarme a levantar pero la rechace y me subí al autobús sin despedirme de ella.
—También mandaron un troll—hablo James mientras subía.
—No seas patético—escuche a Lara decir.
—No pienso hablar contigo, chico cavernícola—la risa de Lara resonó por todo el autobús mientras se ganaba un pequeño empujón por parte de James.
—Ya no eres Superman, creo que ahora eres chico cavernícola…
—Oh, vamos. Suban que me estoy muriendo de frio aquí—la voz de Rose provenía de la parte de afuera.

Aaron subió empujando a Lara mientras le daba una sonrisa, pero James fue el que se llevó ese gran ceño fruncido.

—Vamos chico cavernícola y compañera, suban que los demás se están muriendo de frio ahí afuera—sonreí victoriosa mientras se movían.

Me había adueñado de los dos asientos, así que nadie se sentó junto a mí por lo que me pude dormir mientras llegábamos a nuestra tortura.


Todos estaban susurrando a mi alrededor me hacía querer matarlos por no dejarme dormir.

—Te matara cuando despierte…

Abrí los ojos lentamente hasta encontrarme con todos mirándome, me senté y vi mis pantalones mojados ¿Qué demonios? Volteé y vi a James con una botella de agua mientras me sonreía con autosuficiencia.

—¿Qué hiciste?
—Soy un chico cavernícola, no creo que lo sepa—se rio mientras yo estaba demasiado molesta.
—Recuérdame que cuando estés a punto de morir no te salve—hable antes de sentarme e intentar que secara el agua.

Después de eso el camino fue más rápido, enormes árboles se veían por todos lados.
El autobús nos dejó en las cabañas, había una lista pegada en un árbol que estaba junto a las cabañas.


Después de ver la lista quería morirme y no regresar.
 

Hi, baby: