Perfectas asesinas {NC

Capitulo 014

Can you please hold me tight, baby?

Capitulo 015

Click clack, bang bang we in the murda bizznes –Vic Stylinson.

Mis piernas estaban cruzadas y estiradas sobre la mesa ratona del living, Louis me había propuesto acompañarle a un partido de fútbol con sus amigos y en ese momento, lo esperaba mientras él se cambiaba. Yo ya tenía un atuendo adecuado que por supuesto había tomado prestado de su armario; -desde el día en que había empezado a convivir con él me prometía que iríamos por mis pertenencias pero aun lo esperaba- unos shorts negros, una sudadera blanca que detrás decía “Tomlinson” y llevaba dibujado el número 17, medias blancas casi hasta las rodillas, botines de fútbol, negros también y un beanie del mismo color.
 
— ¿Estás listo? —preguntó cuando al fin salió de la habitación y volteé a verlo; shorts negros, sudadera gris, soquetes del mismo color y botines a tono— quita tus sucios pies de mi mesa —advirtió amenazante mientras se ponía una campera deportiva color verde oscuro— ¿Acaso tienes problemas de entendimiento? —preguntó al ver que no había hecho nada por lo cual rodé los ojos y bajé los pies para luego levantarme.
— ¿Sabes? Estoy harto de seguirte a todas partes, más vale que tus amigos valgan la pena —bufé caminando hacia la puerta seguido por él.
— ¿A qué te refieres? —preguntó saliendo detrás de mí y cerrando luego con llave.
— ¿Acaso tienes problemas de entendimiento? —lo burlé soltando una leve risa triunfal al ver su mala expresión.
—Oh que malo eres por burlarme —soltó con ironía, una faceta de Louis Tomlinson que no conocía hasta ese momento.
—O la convivencia te pone de malas, o el trabajo de hoy fue muy estresante, o te falta sexo —solté intentando averiguar el motivo de su mal genio.
—O no me conoces una mierda y deberías cerrar tu boca —respondió irritado por lo que decidí era hora de callarme, no por respeto, simplemente me cobraría ese mal trato a la hora de cortar su sexy cuello, antes debería probarlo o no viviría en paz.
 
Bajamos de su camioneta, una modesta hilux 4x4 color mugre, pero que igualmente era más cómoda que la maldita patrulla en donde solíamos "pasear".
El viaje había sido silencioso, el único ruido que se sentía provenía del exterior del vehículo ya que él y yo no habíamos cruzado palabra.
 
—Oye —decidí romper el silencio de una vez cuando llegamos a la cancha—, tengo hambre —solté impaciente al ver un carro de panchos cerca.
— ¿Acaso alguna vez piensas en algo que no sea comer? —preguntó viéndome como si yo fuese el ser más molesto que pisara la tierra.
—No seas tacaño y cómprame algo, ya te expliqué que estoy en etapa de crecimiento, que tu ya estés con un pie en la tumba no es mi culpa —solté con intención de molestarlo, me gustaba ver su cara de enfado, se veía jodidamente sexy el muy maldito.
—Eres un niñito irrespetuoso ¿Lo sabes? —preguntó fastidiado pero logré mi objetivo, ya que cambió su dirección rumbo al carro.
—Lo sé, lo sé —sonreí internamente caminando a la par.
—Ya, pide lo que desees —dijo sacando la billetera de su bolso mientras yo observaba los condimento pensando en que le pondría a mi hamburguesa.
—Buenas noches —me porté como un niño adorable ante la señora que atendía quien me dedicó una sonrisa maternal.
 —Buenas noches ¿Que van a ordenar? -preguntó al fin.
—Quiero una hamburguesa con —pensé unos instantes antes de comenzar a pedir—; panceta, huevo, mayonesa, kétchup, cebolla, morrón, aceitunas, hongos —me detuve observando una salsa roja que no sabía que era— ¿Y eso que es? —cuestioné con curiosidad.
—Salsa picante —respondió amable.
—Y un poco de eso también —dije para seguir mirando—, arvejas, choclo... —pensaba seguir hasta que Louis me interrumpió.
—Oye ¿Cómo meterás todo eso en tu boca? —cuestionó con una mueca de desagrado.
—Te sorprenderías si supieras... —me callé, si bien me había dado el pie perfecto para una respuesta ordinaria contuve mis ganas de desubicarme.
—Si supiera ¿Qué? —cuestionó con curiosidad.
—Ya, olvídalo.
 — ¿Algo más joven? —preguntó la señora.
—Nada más —respondió Louis a lo que reí.
—El joven aquí soy yo y la hamburguesa es mía así que mejor te callas —solté con algo de arrogancia—. Una gaseosa dietética por favor —le dediqué una bonita sonrisa a la señora quien estiró su mano entregándome mi comida y luego el refresco, el cual agarró Louis luego de pagar.
— ¿Gaseosa dietética? Debes estar de broma —rió rodando los ojos mientras ahora sí, nos dirigíamos a la cancha.
—Debo cuidar mi figura —respondí mientras devoraba mi hamburguesa.
—  ¿Comiendo eso? —preguntó con una sonrisa burlona.
—Algo debo comer y tu no me cocinas, siempre pides comida hecha, estaba por plantearte que quiero que me pagues un gimnasio —solté naturalmente por lo cual rió irónico pero cesó su risa al ver mi gesto serio inmutable.
—No te pagaré nada, como mucho podré pedir que te dejen usar el gimnasio de la estación.
—No estaría mal —terminé mi cena y tiré la bolsa dentro de un tarro de basura.
—Espera, tienes sucio ahí —dijo señalando mi labio y pasé la lengua por este.
— ¿Ya?
—No, mas a la izquierda —indicó por lo que una vez más pasé mi lengua pero el negó— déjame que te ayude —dijo para luego acercarse y quitándome una servilleta de la mano limpió la comisura de mi labio con delicadeza.
No pude evitar la tensión que mi cuerpo entero sintió al tenerlo tan cerca y concentrado ante mí, fue solo segundos ya que de inmediato se separó y arrojando la servilleta a un basurero siguió rumbo a la cancha a la cual entramos.
 
—Te pediré que te comportes ¿Ok? Por favor —pidió viéndome.
—Descuida, me portaré bien pero si luego me das postre —me observó raro, con una mueca de confusión—, quiero helado.
—Oh —hizo una leve pausa para respirar, sonreí internamente al notar su incomodidad—, si claro.
 
Lo observaba desde las gradas mientras jugaba con sus desagradables amigos. Si eran sexys, pero me habían mirado raro desde el principio y supe que a Louis le preguntaban por mí y él hablaba como si yo fuese una molestia, de hecho, estaba seguro que lo era, y por eso estaba dispuesto a convertirme en un problema para él, nadie se metía con Harry Styles, nadie me subestimaba de tal forma sin sufrir consecuencias, primero lo molestaría hasta cansarme y luego terminaría con su monótona y estúpida vida.
Luego de casi dos horas, se despidieron y cada uno se iba por diferente rumbo, cuando supe que Louis vendría a buscarme me escabulló saliendo del lugar para ir directo a su camioneta, no tenía ni siquiera ganas de hablarle en ese momento, pero me detuvo al gritar mi nombre.
 
— ¡Styles! ¡Ven aquí! —me llamó en un tono agradable, lo cual me resultó extraño luego de que todo el día me había tratado pésimo.
— ¿Qué quieres? —pregunté de mala gana acercándome a él.
— ¿Sabes jugar?
— ¿Al fútbol? Sí, pero no quiero —solté desinteresado queriendo volver a la camioneta pero volvió a llamarme.
—Vamos Harry, solo quiero patear unos penales, ponte en el arco y ya —fue un pedido y orden a la vez por lo cual lo ignoré— te daré a cambio lo que quieras —habló al fin y volteé a verlo con interés luego de aquellas palabras.
— ¿Lo que quiera? —sonreí maliciosamente a lo que rodó los ojos, pude sentir como se arrepentía de tan desafortunada frase.
— ¿Qué quieres?
—Déjame pensarlo —victorioso, me dirigí al arco parándome en medio de éste a lo que Louis sonrió.
— ¿Qué me darás si atajo tus penales?
— ¡Nada! —gritó a unos metros de mí posicionándose para patear.
— ¡Oh no! ¡También quiero algo a cambio por esto! —de inmediato pateó con fuerza la pelota por lo cual me vi obligado a hacerme a un lado— ¡Oye! No estaba preparado aun —protesté.
—Esto será fácil —se burló— está bien, te sacaré a cenar por cada penal que atajes.
— ¡Trato hecho! —respondí de inmediato con entusiasmo.
 
Pasamos un buen rato más, apenas si atajé un penal por lo cual solo ganaría una cena, pero mi brillante cabecita pensó en la oportunidad de acumular puntos a mi favor por lo cual propuse que ahora sería yo quien patearía, Louis aceptó suponiendo que era realmente malo tanto como atajando, y a decir verdad, probablemente lo era.
 
— ¡Patea de una vez! —ordenó luego de que amagué unas cuantas veces y cuando lo hice la pelota pasó a una gran distancia del arco.
— ¡Oye! —Protesté— Me desconcentraste ¡Eso es trampa!
El simplemente rió y volví a posicionarme para patear, me aparté de la pelota, tomé un poco de carrera y pateé.
 
— ¡Gooooool! —Grité con euforia mientras saltaba y elevaba mis brazos con fuerza— ¡En tu cara Tomlinson! —mordí mi labio inferior mientras cerraba mis puños y hacía un gesto algo grosero con mis manos, solo que no pude contenerme.
—Ya, ya entendí, te debo otra cena —dijo algo molesto mientras me veía festejar—. Ya es hora de volver a casa —habló desanimado a lo que reí.
—Já —me burlé—. Resultaste ser mal perdedor ¿Quién lo diría? —dije más calmo y sin ánimos de ofender, ya que su rostro demostraba que lo estaba, parecía un niño pequeño haciendo un leve puchero y bufando a cada paso.
—Solo fue un golpe de suerte —soltó con desinterés.
—Oh si claro, como digas —le di la razón porque sabía que no la tenía, y era divertido ver su gesto infantil.
 
El trayecto como a la ida, fue en silencio, solo que esta vez el viajaba con mala cara y yo con una sonrisa y mi ego elevado, cosa que nadie me quitaría, no esa noche.
Llegamos al departamento y arrojó el bolso a un lado para de inmediato quitarse la camiseta la cual también arrojó al suelo al igual que su beanie. Quedé observando su cabello revuelto y mojado por el sudor al igual que su torso al desnudo, mierda.
 
 —Me bañaré e iré a dormir ¿Ok? Mañana luego del trabajo iremos a donde Zayn porque habrá una reunión en donde irán “tus chicas” —dijo haciendo comillas en las últimas palabras burlando la manera en como yo lo decía.
— ¿De verdad? —pregunté con entusiasmo pero el solo asintió.
—Oh eso es genial —sonreí mientras lo veía irse y encerrarse en el baño luego de dar un fuerte portazo— idiota —pensé, pero de verdad poco me importaba eso, vería a las chica, había ganado dos cenas y además tenía un deseo a mi favor que aun no había pensado, esa definitivamente había sido una buena noche. 

+:

Capitulo 016

—Mañana me mataras—volvió a besarme—pero sino me arriesgo no gano.

No había vuelto a hablar con James desde nuestra pequeña discusión en el auto, él se había comportado como un idiota y no quería reconocerlo. Subí directo a «mí» habitación para cambiarme de ropa e ir a buscar la demás que aún estaba en la otra casa. No quería estar con él pero tampoco quería matarlo, esto iba a ser completamente difícil.

—¿Estas lista?—entro a la habitación.
—Sí, solo iré a tomar un poco de ropa y listo.—tome mi mochila y salí de la habitación sin mirarlo.
—¿Seguirás enojada?—espero a que le contestara pero fue inútil—No sé porque me empeño en hacer que me hables—se alejó de mi para subir al auto.

El viaje en auto fue el más incómodo en toda mi vida, la última vez que me sentí así fue cuando tuve una discusión con Harry por ver quien comía la última rebanada de pastel, y al final salió ganando el.
James iba hablando por teléfono, por lo que escuchaba era una chica con la que hablaba, un pequeño cosquilleo recorrió todo mi cuerpo y por si fuera poco empezaba a sentir celos de esa chica; para olvidarme de el decidí colocarme mis audífonos y subirle todo el volumen a mi música.


—Despierta, vamos—sentía que alguien me sacudía suavemente, pero su voz se escuchaba casi como un susurro así que decidí no abrir los ojos.
—Sera divertido…—fue lo último que escuche antes de que alguien mordiera mi hombro y fue ahí cuando abrí los ojos alarmada.
—¿Pero qué demonios te pasa?—mire mi hombro para ver que un pequeño moretón comenzaba a formarse—Eso dejara una gran marca—señale mi hombro
—Oh, vamos. Solo fue una pequeña mordida, si quieres lo puedo hacer en tu labio—sonrió triunfante.

Me sonroje un poco pero después pase a la furia, abrí la puerta del auto y salí en busca de mi ropa. Cuando entre a la casa entre directo a mi habitación, busque mi ropa y solo la aventé dentro de la mochila.

—Era una broma.—tomo asiento en mi cama mientras paraba de reír.
—OK.

No dije más, solo quería parar de pensar en lo que había hecho, tal vez si me ponía una borracha lo olvidaría y eso es lo que iba hacer.


Llevaba dos horas consumiendo alcohol, James había dicho que iba a morir de una intoxicación etílica pero no creía eso. El alcohol había hecho efecto en mí y hacia que riera por todo, James se había quedado dormido en el sofá y se veía tan hermoso; sentía la necesidad de besarlo y decirle que me gustaba, me acerque hasta él y me hinque quedando frente a su cara, quería reír hasta llorar pero me tape la boca.
Estaba a pocos centímetros, su boca estaba entreabierta y lo primero que paso por mi cabeza fue morderle el labio; sus ojos se abrieron de golpe pero no se movió, cuando pensaba alejarme me jalo hacia él y me beso, solo parábamos de vez en cuando para tomar un poco de aire.

—Mañana me mataras—volvió a besarme—pero sino me arriesgo no gano.
—No hables.—termine callándolo con un beso.

Después de eso termine vomitando e intentando sobrevivir a una intoxicación de alcohol.