Perfectas asesinas {NC

Capitulo 017

Confía en mi, es lo único que pido .

— ¡Ya supéralo! — grite por 3 vez desde que volvimos a casa, Zayn seguía convencido que había estado celosa de la voluminosa mesera de mirada felina. Jamás estaría celosa de alguien tan… tan, no estaba celosa, punto. Zayn entro por la puerta de la cocina con una sonrisa de niño pequeño y luciendo una ropa muy cómoda, con una sudadera, chaqueta y pantalón, gris.
—Solo acéptalo y no seguiré insistiendo— fue directo a la nevera y saco una jarra de jugo de naranja, aparte la mirada de él y continúe con mi lasaña. Sentí su presencia detrás de mi. —Mmm, eso huele delicioso— su constante manía de pegar su respiración a mi cabeza empezaba a molestarme, trague suave mi saliva e intente relajarme.

—Bueno, esa es la idea— Suavemente coloque la capa de pasta y luego la de queso.

—Habrá alguna posibilidad de que— guardo silencio —Bueno ¿me regalarías un poco? — su voz de suplica me enterneció una parte de mi que no conocía.

—Estoy acostumbrada a hacer comida para varias personas, así que hay suficiente para los dos— agarre el plato y gire para llevarlo a el horno. Mala decisión al tener a Zayn pegado justo a tu espalda.

Su mirada bajo directo a mis ojos, provocando un desarme total de mis fuerzas, vi como las pupilas en su mar de miel se dilataron para luego bajar a mis labios, sus labios lentamente se extendieron y dejaron ver suavemente sus dientes blancos, por inercia mis labios se extendieron en una sonrisa con menos alegría. Devolvió su mirada a mis ojos, sentí de golpe sus tibias manos sobre las mías, arrebatándome la bandeja con la lasaña.

—Supongo debo poner de mi parte— susurro cerca de mi rostro. Cuando el plato ya no estuvo en mis manos se inclinó ante mi a besar mi mejilla y luego girar sobre si mismo para llevar el plato al horno. Por leves segundos me quede quieta, observándolo abrir el horno, meter la lasaña y cuadrar el tiempo. Estaba tan impactada por la cantidad de sensaciones que había experimentado mi cuerpo. No, no, no, no.

—Pu-pude hacerlo sola— Perfecto, había tartamudeado que imbécil parecía ahora. Zayn pareció ni siquiera percatarse de ello, cuando se giro hacia mi me sonrio ampliamente.

—Lo se, pero quería ayudar ¿Es eso malo?— no correspondí a su sonrisa, no debía dejar que este tipo de cosas pasaran, solo negué con mi cabeza y gire sobre mis talones, después del primer paso ocurrió lo que temía, su mano se había posado en mi hombro y me había detenido —¿Y ahora que hice mal? — su voz sonó increíblemente triste, gire tan solo por querer ver si era real o no, eso solo podía saberlo mirándolo a los ojos; para mi desgracia sus ojos representaban un sentimiento aún mpas fuerte que el de su voz.

—Nada— me limite a decir, pues afirmarle que era demasiado tierno y caballeroso con su futura asesina no era una opción.

—Entonces ¿Por qué te alejas, como si yo fuera otra silla en la cocina? — dio un paso a mi, haciéndome sentir pequeña ante su pecho, desgraciadamente estaba en calcetines por lo que mi enanismo estaba en su mayor esplendor; bueno no era enana, pero alta como Zayn tampoco era.

—No es para tanto— rodee los ojos y enderece mi cuello, esto de que el fuera más alto me era extraño. Zayn suspiro frustradamente.

—Eres complicada de descifrar, no tienes que hacerlo— susurro casi para si mismo.

—No lo intentes—

—¿Eh? — pregunto confundido

—No intentes descifrarme— aquello me había salido con un tono un tanto triste. ¿En verdad quería que no intentara descifrarme?

Zayn se quedo en silencio, por leves segundos y luego, con unos brillantes ojos y una media sonrisa me observo, como si hubiese dado en un punto importante.

—Pero si quiero, déjame probar que puedes abrirte conmigo, no te juzgare— aquello sonaba esperanzador, “No te juzgare” como desearía creer aquello, pero tal vez, solo tal vez, sería verdad. Oh no.

—No entiendo tu curiosidad por mi— una leve sonrisa se habia escapado por mis labios.

Zayn se encogió de hombros. Por unos segundos nos quedamos mirando a los ojos, su mirada era demasiado intensa para mi, pero no quería bajar la mirada, pues al mismot tiempo era hipnotizaste.

—¿Puedo? — Su sonrisa y mirada esperanzadora empezaba a taladrar mi dureza. ¿Qué hay de malo en un poco de compañía? E estado sola suficientes años como para rechazar a alguien que ofrecía ser amigo de una asesina, aunque ignorara ese detalle, no podía perder nada.

—No metas la pata— su sonrisa se extendió tanto que juraría podía estallar.

Al fondo sono el timbre del horno.

—Yo voy— guiño su ojo —Tu arréglate, tus amigos llegan a la noche— giro y sentí como una fría brisa me golpeara al estar sin el calor que emanaba su cuerpo.

Esperaba no fallar con esa decisión, sabía que jugaba con fuego, esperaba no quemarme.

{…}

Aquella cena había sido divertida, demasiado la verdad, Zayn lograba congeniar conmigo, o al menos con la chica interna, porque dudaba que congeniara con mi asesina interior.

La noche llegaba y yo solo podía pensar una y otra vez en Zayn, esto empezaba a estresarme un poco, me desconcentraba de mi verdadero objetivo en esta casa.

Después de haber comido aquella lasaña Zayn había tenido que ir a su oficina, al parecer había algún problema, había salido como alma que lleva el diablo, no quise darle importancia me había ido a mi habitación y recostado en mi cama, observando el techo hasta que la luz en mi ventana fue atribuida a la luna.

El sonido del timbre interrumpió mi delirio mental, baje de mi cama y trotando fui a la puerta, ¿Quién podría ser? Al abrir la puerta la inconfundible sonrisa de Zoe brillo ante mis shorts y mi jersey, había olvidado por completo la reunión, incluso seguía descalza y despeinada. Mientras que Zoe venía perfectamente arreglada, traía un excelente look.

—Bueno, suponía que era un reunión no una pijamada— burlo Zoe, tape mi cara con mis manos y bufé, que tore habia sido al olvidar esto.

—Lo había olvidado— dije frustrada conmigo misma, acto seguido le di paso a Zoe para que entrara.

—¿Acabas de aceptar que olvidaste algo? — me observo como si de un ovni se tratara —¿Quién eres y que hiciste con Vanessa? — deje escapar una risa suave y negué.

—Lo mismo me pregunto— me di la vuelta y espere que ella me siguiera. Camine por la escalera y me empece a dirigir a mi habitación, al menos tenía tiempo de arreglarme después de que llegarán las otras chicas. 

—¡Wow! Estas viviendo en el paraíso— la cabeza de Zoe se movia de lado a lado en el lugar, no erraba, este lugar era hermoso y grande. Me aterraba que se cayera mientras subíamos las escaleras, porque miraba para todos lados menos pero no por los escalones.

—Su familia es adinerada— hablaba de Zayn, Zoe lo entendió. 

—¿Por qué a ti te tocan los que tienen plata? — peleo y yo me reí en tono alto. Terminamos de subir las escaleras y entramos a la que ahora era mi habitación. Al ver el lugar Zoe se río aún más duro —¡Vez! Este lugar es el paraíso, jamás habíamos estado en un lugar como este— fue a tirarse en la cama y cerró los ojos disfrutando la suavidad de la misma —Cuando acabemos con esto, te juro que esta será mi vida— dijo, pero a los segundos después el silencio lleno la habitación. No entendía la razón de Zoe, pero la mía era que me acababa de recordar que a quien había dado mi confianza hace unas horas y que debía asesinar. ¡Maldita conciencia! Callarla siempre había sido mi prioridad, era un buen momento para hacerlo. 

—¿Que tal es el rubio?— pregunte mientras entraba en el armario, el cual no era un sólo mueble, sino casi una habitación más, mis cosas apenas llenaban una quinta parte del espacio. Cerré la puerta y empece a cambiar mis prendas.

—¿Niall?— pregunto Zoe del otro lado de la habitación. —Es— mantuvo un leve silencio tan extenso que cuando volvió a hablar ya estaba colocando mis botas —Es agradable— su tono de voz era increíblemente confuso. Salí de la habitación y mientras agarraba mi cabello la observe directo.

—Te conozco lo suficiente como para saber cuando algo se esconde tras tus palabras niña— me acerque al tocador y observe que hacia atra vez de el espejo del mismo. 

—No escondo nada— su costumbre de arrugar la nariz cuando mentía seguía allí. 

—Arrugaste la nariz— vi en su rostro las ganas de protestar pero el sonido de la puerta abajo sonó —¡Salvada por la campana!— ella suspiro y yo salí de la habitación negando, esta chica ocultaba algo. 

Baje las escaleras y fui a abrir la puerta, sabía que serían uno de nosotros.

La cabellera ondulada de Harry apareció frente a mi, su sonrisa se extendió al igual que la mía. Me lance a sus brazos y el me recibió d igual manera. Estaba tan emocionada de ver a mi oji-verde que no había notado las tres personas tras el.

—Traigo escolta— susurro divertido en mi oído aún sin separarnos. Tras su espalda le eche un vistazo a los 3 pares de ojos tras de mi. Azules y mieles. Dos de ellos parecía no conformes con el momento. —No lo creas, fue más incómodo en el ascensor— susurro una última vez antes de separarnos. 

Harry paso y detrás aparecieron los tres hombres con sus uniformes del FBI, al parecer todos habían tenido que ir. 

—Hola— con la mano hice un leve gesto. Dos de ellos lo imitaron, es sus placas logre leer "Louis" y "Niall". Zayn por otro lado sólo entro, después de todo era su casa. 

Adentro los tres agentes fueron directo a la cocina mientras Harry y yo quedamos en la sala. 

—¿Ya llegaron todas?— pregunto Harry cuando estábamos sentados en el gran sofá negro. 

—Sólo Zoe. Alex y Juliet aún no— levanté la mirada y justo en aquel momento vi bajar a Zoe corriendo por las escaleras.

—¡Harry!— reacciono igual que yo.


Algo en mi interior decía que esta noche sería larga. Y aún no empezaba. 

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Capitulo 018

Click clack, bang bang we in the murda bizznes –Vic Stylinson.

— ¡Llevas dos horas ahí adentro! ¿Qué demonios haces? —Cuestionó Louis desde afuera del baño con impaciencia— Dije que estaríamos en casa de Zayn a las nueve y ya son más de ocho treinta ¿Podrías apurarte? Ya pareces mujer con todo lo que demoras —soltó un sonoro bufido a lo que largué una irónica carcajada.
—Estoy depilándome ¿Ok? Y tengo pene para que sepas ¿Acaso quieres ver para asegurarte que soy hombre? —dije saliendo del baño en bóxers con la depiladora en la mano y sin mirarlo mientras pasaba esta por mis piernas.
—Debes estar de broma —levanté la mirada viendo su cara de pasmado frente a mí a l que reí.
— ¿Qué? Los hombres también se depilan —dije restándole interés y siguiendo con lo mío.
— ¿Sabes? Puedes hacer con tu cuerpo lo que se te venga en gana, pero por favor termina de una vez, voy a una reunión de trabajo y suelo ser muy puntual.
—Si señor —dije burlándolo haciendo un intento de saludo militar a lo que rodó los ojos con pesadez.
— ¿Quién me mandó a meterme en esto? —pensó en voz alta.
—Si con "esto" te refieres a mí, pues no hay nada que desee más que volver con mis chicas a mi vieja vida, pero eres tú y las malditas leyes que dicen que debo quedarme aquí, no te quejes —apagué el aparato una vez terminé de usarlo y volví al baño a guardarlo en la parte del mueble que Louis me había asignado, aunque la verdad, había ocupado más espacio que el debido.
—Deja de protestar y date prisa, si no estás listo en la sala en cinco minutos me iré sin ti.
—Ya, ya señor malhumorado —solté un bufido y me apuré a vestirme ya que no perdería la oportunidad de ver a mis chicas, las extrañaba demasiado y además, debíamos hablar de cómo proseguiría el plan.
Seguía sin tener mi ropa y el armario de Louis no tenía demasiada variedad, sin contar que su estilo era diferente al mío, extrañaba mis camisas, mis botas, mis skinny jeans y mis sombreros. Debía conformarme con deportivos, vans y remeras o musculosas, al menos tenías algunos bonitos beanies. Finalmente, opté por unos jeans oscuros, una simple sudadera negra, chaqueta de jean y vans, claro.
 
— ¡Diez minutos Harry, me voy! —gritó azotando la puerta pero corrí tras él abriéndola justo cuando metía las llaves en la cerradura.
—Ya estoy listo maldito ansioso —dije de mala gana saliendo del departamento, recibiendo tan solo un bufido como respuesta.
 
Nos encaminamos al auto en completo silencio. Aquello se había vuelto habitual, de alguna forma sentía que me odiaba, que era solo una carga para él, que lo único que quería era que el gobierno se hiciera cargo de mi y que lo dejase en paz. Maldito, merecía un cuchillo enterrado en su garganta, pero tenía mejores planes antes de eso.
 
Finalmente, llegamos a un bonito edificio, me quedé observando y aquel parecía terminar justo en el cielo.
 
— ¿No que íbamos donde Zayn? —pregunté intrigado.
—Pues aquí vive Zayn —respondió desinteresado caminando hacia adentro del edificio. El portero abrió la puerta con confianza.
—Buenas noches agente Tomlinson, el agente Malik me dijo que lo esperaba —habló aquel hombre cuarentón con suma cortesía.
—Así es —sonrió—, buenas noches —dijo caminando hacia el ascensor.
—Buenas noches —saludé también como buen niño que pretendía ser, el sujeto sonrió con amabilidad.
—Styles —volteé al sentir mi nombre— ¿Qué esperas? —preguntó impaciente y justo se abrieron las puertas del ascensor por lo cual fui hacia él con prisa para subirme junto con él.
—Este no parece ser el lugar donde vive un policía —dije observando lo lujoso de aquel sitio, no quería imaginar lo que sería el departamento si así era el edificio.
—Agentes, somos agentes, no policías —soltó una voz tras de mí y choqué con dos sujetos algo familiares "Niall Horan" y "Zayn Malik" se leía en sus placas.
—Da igual —me encogí de hombros—, creía que solo los mafiosos vivían en sitios de lujo como este —una irónica risa salió de sus labios por lo cual los miré serio sin entender.
—Lo dices como si tuvieras experiencia —dijo el rubio en modo de burla.
 — ¿Qué puedes saber tu de mafiosos? —Comentó el moreno y ahora fui yo quien reí. Idiotas, me subestimaban tanto...
—Oh claro ¿Qué puedo saber yo de mafiosos? —sonreí de lado y una vez que los cuatro estuvimos dentro del ascensor las puertas de este se cerraron.
Se saludaron y se lanzaban miradas entre ellos mientras yo sintiéndome totalmente desubicado allí miraba hacia mis pies con la espalda recostada en la pared y mis manos brazos cruzados frente a mi pecho. Pensaba en lo irónica que podía ser la vida, yo, uno de los asesinos a sueldo más buscados encerrado en un ascensor con tres agentes del fbi los cuales debía asesinar. Una sonrisa ladina se dibujó en mis labios e hice un paneo a los tres, encontrándome con sus miradas fijas en mi.
 
—Mierda —murmuré y gracias al cielo las puertas se abrieron siendo yo el primero en salir aunque ni siquiera sabía a dónde debía ir pero lo descubrí de inmediato al ver una única puerta por lo cual la golpeé.
— ¿Estas apurado por algo? —Cuestionó el agente Malik de no muy buena forma pero justo la puerta se abrió frente a mí dejándome ver a mi adorada chica de cabellos oscuros y ojos color cielo. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios al igual que en los míos y se abalanzó sobre mí dándome un fuerte abrazo el cual correspondí de inmediato.
—Traigo escolta —susurré divertido a su oído—. No lo creas, fue más incómodo en el ascensor —dije antes de separarnos.
Luego de que entramos los cuatro, Louis, Zayn y Niall se perdieron en la cocina luego de que por alguna extraña razón los dos primeros me vieron de mala gana pero los ignoré.
 
— ¿Ya llegaron todas? —pregunté cuando estábamos sentados en un gran sofá negro.
—Sólo Zoe. Alex y Juliet aún no —levanté la mirada y justo en aquel momento vi bajar a Zoe corriendo por las escaleras.
— ¡Harry! —Gritó exaltada y se acercó a mí corriendo, sin siquiera darme tiempo a levantarme del sofá, en cuestión de segundos la tenía sobre mí abrazándome con fuerza.
 
No pasó mucho rato más para que las restantes llegasen junto con sus respectivos agentes, por quienes me sentía bastante intimidado cuando me miraban como si yo fuese una amenaza, tenía la leve sospecha de que tenían más interés del debido en mis chicas y eso no me gustaba nada. Podía oler a kilómetros cuando un hombre tenía intenciones con alguna de ellas.
 
+++
 
Nos encontrábamos los cinco en la terraza de la habitación de Zayn. Los agentes estaban lejos de nosotros hablando de quien sabe qué y era nuestro turno de ponernos al día.
 
—Escuché a Zayn el otro día en la oficina hablando de las joyas de la mafia —comenzó Vanessa demandado nuestra atención—. No pude sacarle mucha información pero sé que nos buscan desesperadamente aunque no tiene ni idea de quienes somos, eso se los aseguro.
—Tomlinson siquiera ha tocado el asunto, me deja encerrado en su oficina o en su aburrido departamento mientras trabaja —dije de mala gana—. O sino simula ser una buena persona llevándome a sus estúpidas prácticas de fútbol —suspiré—. Las extraño, extraño nuestra casa, nuestras charlas —hice una mueca de disgusto.
—Tranquilo Hazz, también te extrañamos —dijo Alex acercándose a mí y recostando su cabeza en mi hombro—. Solo debemos acabar con esto, y estaremos limpios, registro en cero ¿Recuerdas?
—Alex tiene razón —habló Zoe ahora—. Todo sea por eso, debemos ser frías, calculadoras…
—Meticulosas —interrumpió Juliet—. Aunque parece ser cada vez más complicado ¿Saben? El idiota no merece morir —clavamos nuestra mirada en ella— ¿Qué?
— ¿Estás desistiendo de la misión Juliet? —La miré serio.
— ¡No! ¡Claro que no! —Dijo firme— Es solo que… —cayó y agacho la mirada.
—Pues creo que entiendo de que hablas —interrumpió Vanessa—. Nosotras, y tú Harry,  estamos acostumbradas a matar gente que lo merece, ellos están acostumbrados a atrapar a gente como nosotras —dijo refiriéndose a los agentes.
—Tienes razón —habló Alex—. Pero debemos pensar en nosotras, no en ellos.
—Estoy de acuerdo contigo —afirmé ante las palabras de mi amiga—. Es nuestra oportunidad de salir de esto y ser personas normales.
—Harry —Zoe me miró—. Que tengamos el registro en cero no quiere decir que no hayamos matado a nadie, eso estará para siempre en nuestra consciencia y viviremos con ello.
Hubo un silencio que pareció eterno, donde nos mirábamos pero ninguno se atrevía a decir nada hasta que hablé.
 
—Es cierto que nadie limpiará mi consciencia porque esa ya está demasiado sucia. Y también coincido que estos sujetos, principalmente Louis Tomlinson al cual me tocó conocer, no son malas personas, y tal vez no merezcan morir como todas las personas que matamos en el pasado…Y tal vez podamos hacer pasar el tiempo, pero el jefe en algún momento querrá saber de nosotros y si no cumplimos con nuestro trabajo quienes terminaremos muertos seremos nosotros y ellos, en manos de otros —dije firme y me levanté—. Aun hay mucho trabajo que hacer, averiguar que tanto saben acerca de las joyas de la mafia, porque si bien Malik dijo que no tenían nada en claro puede estarte mintiendo y ahora mismo allá abajo ellos pueden estar hablando de nosotros de la misma manera con intenciones de hacernos pasar el resto de nuestras vidas dentro de la cárcel, y no sé ustedes, pero yo no quiero eso —tragué duro y salí de allí.
—Harry espera —se acercó Alex tras de mí—. Yo estoy contigo Hazz, aun hay mucho trabajo por hacer, no será matarlos y ya, debemos averiguar de sus vidas, todo como el jefe nos pidió —volteé a mirarle—. Morirán tarde o temprano, por nosotras o por otros si es lo que la mafia quiere —dijo y sentí un mal estar tremendo dentro del pecho.
—Lo sé, y no sé que es peor —suspiré y noté a las otras tres chicas tras de Alex.
—Solo diré algo más —comencé—. Creo que prefiero matarlo yo sin hacerlo sufrir demasiado, antes de que muera por manos de algún salvaje que lo torture hasta la agonía —rasqué mi nuca—, aun tenemos tiempo para decidirlo, pero el tiempo acabará y deberán pensar en cómo terminar con sus vidas —finalicé y fui hacia la sala donde estaban los cinco agentes sentados.
 
— ¿Todo está bien Styles? —Preguntó Louis y por primera vez en mi vida me sentí realmente mal sabiendo que él debía morir en mis manos.
—Todo está bien, solo… Vine por algo de tomar —mentí y me dirigí a la cocina.
En cuestión de segundos, Louis entró tras de mí.
 
—Oye, no es como si te conociera mucho, pero algo sucede contigo, no tienes ese brillo en la mirada que sueles tener siempre —dijo desde la puerta acercándose sin prisa.
— ¿Qué dices Louis? ¿Qué brillo? —Bufé— Nada brilla en mí ni brillará jamás —tragué saliva y lo miré—, y tienes razón, tú no me conoces.
—Puedes hablar conmigo si lo necesitas —aseguró.
—No quiero hacerlo, no necesito nada más que volver a mi antigua vida y no haberte conocido nunca —pasé velozmente a su lado y volví con las chicas, sentía que no podría soportar sostenerle la mirada un segundo más.
 

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