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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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The Game ☢
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: The Game ☢
Kat! Disculpa que no haya respondido ni comentado! Con lo de los talleres ando medio ocupada, y bueno, otras vueltas personales. El caso es, Dios mediante, mañana subo dos y respondo!
Gracias!
Gracias!
darko.
Capítulo 10-Parte 1
CAPÍTULO 10
Parte 1
— ¿Qué ha pasado? —pregunta el hombre vestido en un traje marrón de John Galliano en cuanto me ve.
—Siento mucho haberlo molestado Sam, por favor sígame —digo y lo veo levantarse sin mucho esfuerzo del sillón gris en el que estaba.
Sam va detrás de mí mientras subimos hasta el tercer piso por pasillos con tapiz bordado. Llegamos a la ‘315’ y aprovechamos para entrar ya que el hombre de servicio a la habitación ha dejado la puerta abierta.
Roberts está sentado en un largo sofá fumándose un puro, a su lado hay una mujer como de su edad con el cabello rojizo y frente a él, en un otomán color salmón, esta una chica como de mi edad, castaña oscura, ellas están bebiendo lo que parece ser te; las reconozco como las mujeres de las fotos en la oficina de Oklahoma.
—Oh, señorita Fox. Que sorpresa… —No dejo que continúe, saco un puñado de fotos del maletín y se las lanzo en la cara, algunas caen en la mesita de té que esta frente a ellos y votan algunas cosas, ahora todas están regadas en un radio de siete pies a nuestro alrededor. Ellos se quedan pasmados, incluso Sam que está detrás de mí se ha quedado con la boca abierta.
— ¿Qué cree? ¿Qué por qué tiene algo de poder a la gente le importa mi reputación? En mi vida he probado las drogas, y vaya que podría haberlo hecho, pero las desatesto y detesto a los que lo hacen. Pero eso no importa. Ya puede tener fotos mías con anillos en los pezones o con un consolador del tamaño del Empire States dando por el culo al pato Donald, ¡que lo único que importa es el mercado y si el mercado sube o baja! ¡Acéptelo!
—Papá, ¿Qué pasa? —pregunta la más joven.
—Espera —le responde él, yo continuo.
—Y que metiera a Niall en este absurdo juego que además es infantil. —No sé ni siquiera de donde es que le conoce. ¡No tenía derecho!
— ¿Ha terminado? —dice echando el cuerpo hacia adelante.
— ¡No! ¡No he terminado! Quiero que conozca a mi abogado Samuel Samerland. —Bien, es el de la empresa pero aún así se que podrá ayudar—. Creo que tendrán cosas que hablar.
—No hay de qué hablar. Nos conocimos esta mañana. —Lo señala—. He firmado la liquidación del contrato de OkaOil, he aceptado las condiciones señorita Fox.
—Así es Chloe —dice Sam en cuanto lo miro, estoy confundida.
— ¡Tenía razón! Me voy a navegar. —Su tono se vuelve más efusivo—. ¡Sí! A navegar. Anda, la invito a comer con nosotros, así… podríamos arreglar todo —dice recostándose contra el respaldo acolchado, ahora está más relajado—. Les presento a mi esposa, Mary Carol, y mi nuera, Kelly. —El hombre se queda mirándome a los ojos y siento que mi mundo se acaba en los suyos, no sé cómo pudo haber pasado todo esto y ahora estoy más perdida que antes. Roberts da otra calada a su cigarrillo y le indica a la mujer joven que beba en paz su tasa, yo sigo ahí, de pie como una total estúpida.
—Lo siento mucho. Por favor, discúlpeme… mi, impertinencia. —Me doy la vuelta y salgo de la habitación intentando olvidar todo.
— ¿Debo preocuparme mucho? —pregunta el abogado deteniéndose frente a mi escritorio. He mantenido la vista fija en la madera oscura desde que llegue, aún me siento en una realidad paralela.
—Ha sido un malentendido —digo intentando dar nombre a lo que sucedió.
—Se parece mucho a usted. —Saca las fotografías de su bolsillo y las pone sobre mi escritorio; en ellas la mujer trae un vestido igual al que yo traía anoche, está sentada con la cabeza hacia atrás en el Chasielongue y además tiene las piernas abiertas, creo que no es necesario ver la secuencia completa para saber qué es lo que sigue.
—Tendría que ver lo que hacen con el canal financiero —digo mirándome los dedos, la herida ya ha dejado de sangrar.
— ¿Qué pasa?
— ¿Podría pedirle un favor?
—Claro que sí —dice con un notable tono de duda. Fantástico.
—Investigue una empresa que se llama: Centro de Recreo y Servicios.
—Suena a fábrica de raquetas de tenis. —Asiento con la cabeza instintivamente—. Cuénteme algo.
—Am… me dieron un documento. —Busco el sobre negro en el cajón en el que recuerdo haberlo dejado y encuentro otro igual que antes no estaba ahí, este tiene una carita feliz por sticker. Le paso el que es a Sam y pienso en que el sobre nuevo debe traer otra de las llaves que me han tenido esperando, pero prefiero abrirlo cuando el abogado se haya ido.
— ¿Qué es esto? —pregunta Sam, ya ha sacado el papel del sobre y me lo ofrece, en cuanto lo veo me irrito.
—Un momento —expreso por exasperación mientras arrugo la hoja entre mis manos—. No puede ser. Usaron tinta invisible. —Sí que lo hicieron. Yo misma leí el documento en cuanto me lo dieron. Todo estaba en orden.
— ¿Sera una broma? —dice sin ningún atisbo de diversión.
—Que ya empieza a ser pesada. ¡Un puñado de niños perversos está jugando conmigo! —Esto lo he gritado y ahora mis compañeros me observan con desprecio, al igual que Sam. —Me toco la cabeza, arreglándome el cabello para intentar tranquilizarme.
—Creo que será mejor que me vaya señorita. Le informaré en cuanto tenga información. —El hombre cierra el maletín y se va, en eso Jenna se acerca a mí moviendo su trasero más rápido de lo que siempre lo hace.
— ¿Te encuentras bien? Dime que no tengo que preocuparme. —Me mira con sus ojos verdes esperando que le dé una respuesta, tomo aire y lo expulso para responderle.
—No tienes nada de qué preocuparte. Te lo prometo. —Intento sonar tan sincera como me es posible, incluso acompaño lo dicho con una sonrisa casi real.
—Muy bien nena. Tengo que ir a trabajar, te llamaré en la noche. —Y de nuevo Jenna, una de las chicas que tiene a muchos a sus pies, recupera su caminar sensual y se va hacía la recepción.
Tomo una foto del escritorio y la observo, es en la que a Zayn se ve de frente, de la cintura para abajo, si no estuviera tan enojada y herida ahora tendría todas las bragas empapadas, pero no es el caso. Cojo el teléfono y marco el número que ya se me de memoria.
—Taxis Nacionales ¿Quién se comunica?
—Buenas tardes. Anoche pedí un taxi a nombre del señor Zayn Malik. Necesito saber quién era el conductor y adonde lo llevó.
Mientras espero observo el sobre, que se ve bastante grueso; lo tomo y lo abro para descubrir algo dorado, al sacarlo me doy cuenta de que es una especie de manija giratoria. No tengo ni idea de para que sirva pero en realidad ya no tengo muchas ganas de participar en esta cosa en la que me manejan como si fuera un vulgar títere.
Voy a casa de Niall en el auto de Jenna —un pequeño Volvo rojo Xc90 del 2005—, creo que por primera vez en mi vida tendré algo que agradecerle a Dean, si no se hubiera ofrecido a llevarla a “cenar” yo estaría ahora gastando mis últimos ingresos en un taxi. Llevo el maletín a mi lado, tomo el arma que le decomisé al detective y la guardo en el para después cerrarlo, quiero estar preparada. Entro por la puerta de la cocina que es menos ostentosa, pero apenas pongo un pie dentro siento la presencia de otra persona, además los ruidos de muebles no traicionan.
— ¿Elsa? —pregunto en un tono medio alto, Elsa es la empleada de Niall que ha trabajado por años en la casa y que se dedica a mantenerla en orden, aunque a esta hora ya debería haberse ido a su casa, una pequeña construcción que está al lado. Toco a tientas buscando lo que necesito en la pared, no me gusta estar a oscuras—. ¡Mierda! —Se me sale en cuanto intento prender la luz pero siento el ardor de la corriente en mi mano, alguien ha dañado el switch.
Me adentro un poco más en la cocina, un pito suena fuertemente y noto que es el teléfono que esta descolgado, en cuanto lo tomo para escuchar lo que pasa el timbre cesa. Pongo con cuidado el maletín sobre una tarima y lo abro para sacar el arma ubicándola en mis manos y quitando el seguro, a la altura de mi pecho con los brazos muy pegados al cuerpo, esta es como la cuarta vez que tengo una en mis manos y puedo decir con certeza que jamás podré hacerlo bien. Escucho como se cierra una ventana y comienzo a alejar el arma de mí, como he visto en las películas, mientras mis pies empiezan su recorrido hacia el salón, muy lentamente.
— ¡Llevo un arma! —Mi voz suena firme y aunque en un principio creo que ha sido un error avisar, recapacito y me doy cuenta de que es todo lo contrario, no quiero tener un enfrentamiento, no sé si ellos también están armados, no se precisamente si son “ellos” y como ya acepte, puedo contar con una mano las veces que he “usado” un arma, mi derrota está marcada desde antes de comenzar cualquier cosa.
Llego al salón después de caminar lo que a mí me parece un estadio y tropiezo con un banquito de madera que si no recuerdo mal se encontraba al otro lado, justo contra la pared de la chimenea. Todo el salón está iluminado por velas aunque las cortinas no estén pasadas y aún pueda ver los arboles y el cielo gris por las ventanas de suelo a techo que hay.
— ¡Ahhhh! —un grito desgarrador me hace levantar las manos en cuanto me giro para ver si hay alguien detrás, pero no es así, solo estoy yo con algo de rock psicodélico de finales de los sesenta a todo volumen, para ser más exacta diría que es “White Rabbits” de Jefferson Airplane; la música da vueltas en mi cabeza y su letra me hace sentir como en otro mundo, como si me encontrara desnuda flotando sobre un pastal muy verde, fumando mariguana y viendo como las nubes toman diversas formas vertiginosamente, rodeada por diversos colores, y lo curioso es que esos colores si están ahí, no es una ilusión, una luz ultravioleta ahora ilumina todo el salón, ahora los grafitis de colores fosforescentes en los muros son totalmente visibles: «Welcome home», «perra», «die, die, die…», etc. Y no es solo el salón, toda la casa está completamente pintada, incluidos los techos, y la voz de Grace Slick revota en todos los muros.
—Siento mucho haberlo molestado Sam, por favor sígame —digo y lo veo levantarse sin mucho esfuerzo del sillón gris en el que estaba.
Sam va detrás de mí mientras subimos hasta el tercer piso por pasillos con tapiz bordado. Llegamos a la ‘315’ y aprovechamos para entrar ya que el hombre de servicio a la habitación ha dejado la puerta abierta.
Roberts está sentado en un largo sofá fumándose un puro, a su lado hay una mujer como de su edad con el cabello rojizo y frente a él, en un otomán color salmón, esta una chica como de mi edad, castaña oscura, ellas están bebiendo lo que parece ser te; las reconozco como las mujeres de las fotos en la oficina de Oklahoma.
—Oh, señorita Fox. Que sorpresa… —No dejo que continúe, saco un puñado de fotos del maletín y se las lanzo en la cara, algunas caen en la mesita de té que esta frente a ellos y votan algunas cosas, ahora todas están regadas en un radio de siete pies a nuestro alrededor. Ellos se quedan pasmados, incluso Sam que está detrás de mí se ha quedado con la boca abierta.
— ¿Qué cree? ¿Qué por qué tiene algo de poder a la gente le importa mi reputación? En mi vida he probado las drogas, y vaya que podría haberlo hecho, pero las desatesto y detesto a los que lo hacen. Pero eso no importa. Ya puede tener fotos mías con anillos en los pezones o con un consolador del tamaño del Empire States dando por el culo al pato Donald, ¡que lo único que importa es el mercado y si el mercado sube o baja! ¡Acéptelo!
—Papá, ¿Qué pasa? —pregunta la más joven.
—Espera —le responde él, yo continuo.
—Y que metiera a Niall en este absurdo juego que además es infantil. —No sé ni siquiera de donde es que le conoce. ¡No tenía derecho!
— ¿Ha terminado? —dice echando el cuerpo hacia adelante.
— ¡No! ¡No he terminado! Quiero que conozca a mi abogado Samuel Samerland. —Bien, es el de la empresa pero aún así se que podrá ayudar—. Creo que tendrán cosas que hablar.
—No hay de qué hablar. Nos conocimos esta mañana. —Lo señala—. He firmado la liquidación del contrato de OkaOil, he aceptado las condiciones señorita Fox.
—Así es Chloe —dice Sam en cuanto lo miro, estoy confundida.
— ¡Tenía razón! Me voy a navegar. —Su tono se vuelve más efusivo—. ¡Sí! A navegar. Anda, la invito a comer con nosotros, así… podríamos arreglar todo —dice recostándose contra el respaldo acolchado, ahora está más relajado—. Les presento a mi esposa, Mary Carol, y mi nuera, Kelly. —El hombre se queda mirándome a los ojos y siento que mi mundo se acaba en los suyos, no sé cómo pudo haber pasado todo esto y ahora estoy más perdida que antes. Roberts da otra calada a su cigarrillo y le indica a la mujer joven que beba en paz su tasa, yo sigo ahí, de pie como una total estúpida.
—Lo siento mucho. Por favor, discúlpeme… mi, impertinencia. —Me doy la vuelta y salgo de la habitación intentando olvidar todo.
— ¿Debo preocuparme mucho? —pregunta el abogado deteniéndose frente a mi escritorio. He mantenido la vista fija en la madera oscura desde que llegue, aún me siento en una realidad paralela.
—Ha sido un malentendido —digo intentando dar nombre a lo que sucedió.
—Se parece mucho a usted. —Saca las fotografías de su bolsillo y las pone sobre mi escritorio; en ellas la mujer trae un vestido igual al que yo traía anoche, está sentada con la cabeza hacia atrás en el Chasielongue y además tiene las piernas abiertas, creo que no es necesario ver la secuencia completa para saber qué es lo que sigue.
—Tendría que ver lo que hacen con el canal financiero —digo mirándome los dedos, la herida ya ha dejado de sangrar.
— ¿Qué pasa?
— ¿Podría pedirle un favor?
—Claro que sí —dice con un notable tono de duda. Fantástico.
—Investigue una empresa que se llama: Centro de Recreo y Servicios.
—Suena a fábrica de raquetas de tenis. —Asiento con la cabeza instintivamente—. Cuénteme algo.
—Am… me dieron un documento. —Busco el sobre negro en el cajón en el que recuerdo haberlo dejado y encuentro otro igual que antes no estaba ahí, este tiene una carita feliz por sticker. Le paso el que es a Sam y pienso en que el sobre nuevo debe traer otra de las llaves que me han tenido esperando, pero prefiero abrirlo cuando el abogado se haya ido.
— ¿Qué es esto? —pregunta Sam, ya ha sacado el papel del sobre y me lo ofrece, en cuanto lo veo me irrito.
—Un momento —expreso por exasperación mientras arrugo la hoja entre mis manos—. No puede ser. Usaron tinta invisible. —Sí que lo hicieron. Yo misma leí el documento en cuanto me lo dieron. Todo estaba en orden.
— ¿Sera una broma? —dice sin ningún atisbo de diversión.
—Que ya empieza a ser pesada. ¡Un puñado de niños perversos está jugando conmigo! —Esto lo he gritado y ahora mis compañeros me observan con desprecio, al igual que Sam. —Me toco la cabeza, arreglándome el cabello para intentar tranquilizarme.
—Creo que será mejor que me vaya señorita. Le informaré en cuanto tenga información. —El hombre cierra el maletín y se va, en eso Jenna se acerca a mí moviendo su trasero más rápido de lo que siempre lo hace.
— ¿Te encuentras bien? Dime que no tengo que preocuparme. —Me mira con sus ojos verdes esperando que le dé una respuesta, tomo aire y lo expulso para responderle.
—No tienes nada de qué preocuparte. Te lo prometo. —Intento sonar tan sincera como me es posible, incluso acompaño lo dicho con una sonrisa casi real.
—Muy bien nena. Tengo que ir a trabajar, te llamaré en la noche. —Y de nuevo Jenna, una de las chicas que tiene a muchos a sus pies, recupera su caminar sensual y se va hacía la recepción.
Tomo una foto del escritorio y la observo, es en la que a Zayn se ve de frente, de la cintura para abajo, si no estuviera tan enojada y herida ahora tendría todas las bragas empapadas, pero no es el caso. Cojo el teléfono y marco el número que ya se me de memoria.
—Taxis Nacionales ¿Quién se comunica?
—Buenas tardes. Anoche pedí un taxi a nombre del señor Zayn Malik. Necesito saber quién era el conductor y adonde lo llevó.
Mientras espero observo el sobre, que se ve bastante grueso; lo tomo y lo abro para descubrir algo dorado, al sacarlo me doy cuenta de que es una especie de manija giratoria. No tengo ni idea de para que sirva pero en realidad ya no tengo muchas ganas de participar en esta cosa en la que me manejan como si fuera un vulgar títere.
Voy a casa de Niall en el auto de Jenna —un pequeño Volvo rojo Xc90 del 2005—, creo que por primera vez en mi vida tendré algo que agradecerle a Dean, si no se hubiera ofrecido a llevarla a “cenar” yo estaría ahora gastando mis últimos ingresos en un taxi. Llevo el maletín a mi lado, tomo el arma que le decomisé al detective y la guardo en el para después cerrarlo, quiero estar preparada. Entro por la puerta de la cocina que es menos ostentosa, pero apenas pongo un pie dentro siento la presencia de otra persona, además los ruidos de muebles no traicionan.
— ¿Elsa? —pregunto en un tono medio alto, Elsa es la empleada de Niall que ha trabajado por años en la casa y que se dedica a mantenerla en orden, aunque a esta hora ya debería haberse ido a su casa, una pequeña construcción que está al lado. Toco a tientas buscando lo que necesito en la pared, no me gusta estar a oscuras—. ¡Mierda! —Se me sale en cuanto intento prender la luz pero siento el ardor de la corriente en mi mano, alguien ha dañado el switch.
Me adentro un poco más en la cocina, un pito suena fuertemente y noto que es el teléfono que esta descolgado, en cuanto lo tomo para escuchar lo que pasa el timbre cesa. Pongo con cuidado el maletín sobre una tarima y lo abro para sacar el arma ubicándola en mis manos y quitando el seguro, a la altura de mi pecho con los brazos muy pegados al cuerpo, esta es como la cuarta vez que tengo una en mis manos y puedo decir con certeza que jamás podré hacerlo bien. Escucho como se cierra una ventana y comienzo a alejar el arma de mí, como he visto en las películas, mientras mis pies empiezan su recorrido hacia el salón, muy lentamente.
— ¡Llevo un arma! —Mi voz suena firme y aunque en un principio creo que ha sido un error avisar, recapacito y me doy cuenta de que es todo lo contrario, no quiero tener un enfrentamiento, no sé si ellos también están armados, no se precisamente si son “ellos” y como ya acepte, puedo contar con una mano las veces que he “usado” un arma, mi derrota está marcada desde antes de comenzar cualquier cosa.
Llego al salón después de caminar lo que a mí me parece un estadio y tropiezo con un banquito de madera que si no recuerdo mal se encontraba al otro lado, justo contra la pared de la chimenea. Todo el salón está iluminado por velas aunque las cortinas no estén pasadas y aún pueda ver los arboles y el cielo gris por las ventanas de suelo a techo que hay.
— ¡Ahhhh! —un grito desgarrador me hace levantar las manos en cuanto me giro para ver si hay alguien detrás, pero no es así, solo estoy yo con algo de rock psicodélico de finales de los sesenta a todo volumen, para ser más exacta diría que es “White Rabbits” de Jefferson Airplane; la música da vueltas en mi cabeza y su letra me hace sentir como en otro mundo, como si me encontrara desnuda flotando sobre un pastal muy verde, fumando mariguana y viendo como las nubes toman diversas formas vertiginosamente, rodeada por diversos colores, y lo curioso es que esos colores si están ahí, no es una ilusión, una luz ultravioleta ahora ilumina todo el salón, ahora los grafitis de colores fosforescentes en los muros son totalmente visibles: «Welcome home», «perra», «die, die, die…», etc. Y no es solo el salón, toda la casa está completamente pintada, incluidos los techos, y la voz de Grace Slick revota en todos los muros.
Última edición por darko. el Mar 22 Jul 2014, 6:02 pm, editado 1 vez
darko.
Capítulo 10-Parte 2
CAPÍTULO 10
Parte 2
Miro hacia el suelo azul a medida que avanzo, no quiero tropezar y la iluminación no lo hace mucho más fácil. Finalmente llego a las escaleras y me agarro del barandal a medida que subo, sobre mi aun están las estructuras metálicas que usaron para escribir en la parte más alta. Subo más rápido y vuelvo a colocar el arma en posición para disparar en cuanto llego al cuarto en el que me estaba quedando. «Don’t Cry», «Prety Girl»… leo en la gran habitación. El televisor esta encendido y un gran sillón en cuero marrón esta en todo el centro, camino hacia el lugar apuntando con el arma, lo único que encuentro es al maldito payaso de la llave, solo que esta vez trae en la boca una carpeta blanca. Se la arranco para analizarla, en la portada trae una inscripción: «Igual que hizo mi padre, elijo el sueño eterno»; no sé a qué se refiere. Abro la carpeta y encuentro una foto algo vieja y arrugada, en ella hay una mujer inerte, su cabeza está sumergida en un charco de lo que supongo es su propia sangre y el vestido blanco que lleva ya se ha manchado también; hay tres hombres rodeándola y tomando fotos a pesar de las cintas amarillas que impiden el paso, incluso observo un cuerpo mucho más pequeño sujetando una caja al lado de uno de ellos. 10/10/93, se marca en una esquina inferior, yo apenas si tenía conciencia ¿Es acaso una broma? ¡Esa mujer no tiene nada que ver conmigo! ¿Por qué me hacen ver algo tan horrible?
— ¡Esto es una locura! —Rompo los papeles en tantos trozos como puedo y los lanzo al suelo. Puedo sentir mis sienes latiendo con fuerza, un dolor de cabeza de volumen magistral se avecina.
— ¡Elsa! ¡Elsa! —Corro fuera de la casa hacia el lugar en el que ella vive. Golpeo con fuerza su puerta hasta que le veo salir envuelta en una bata blanca que combina con su cabello.
—Señorita Fox —dice a modo de pregunta con ese tono condescendiente que suelen tener las personas de edad adulta.
— ¿Está bien? —pregunto impaciente contrarrestando su tranquilidad.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa? —Comienza a irritarme y todo lo que hago es salirme de cávales.
—La casa. ¡¿No ha visto la casa?! —casi grito señalándole la gran estructura victoriana que esta a nuestra vista.
— ¿Qué ocurre? —Maldición. Odio su calma.
—Han entrado. Cierre su puerta con llave. Quédese adentro. Ciérrela con llave —digo todo rápidamente y comienzo a alejarme de ahí, yendo hacia la parte de atrás de la casa.
—Tenga cuidado. —Al menos esta vez sí ha sonado verdaderamente preocupada.
Camino hasta estar frente a la puerta trasera —la misma de la cocina— y saco finalmente mi celular esperando que sirva.
—Novecientos once. Emergencias. —Responde una mujer al otro lado.
—Comuníqueme con la policía. Alguien ha entrado a mi casa —digo cerrando la puerta de cristal detrás de mí.
—Deme su dirección y no se retire —responde.
—Mi dirección es Broadway 22-10. Es la casa más grande de la calle —respondo y camino hasta la cocina para revisar, no sin dejar de mirar hacia atrás, después vuelvo hacia la alarma.
— ¿Dice que han entrado a su casa? — Otro ser más sobre la tierra que comienza a irritarme. Miro los números en la pequeña caja y comienzo a marcar la clave que me dijo Niall.
—Sí, sí. Han entrado a mi casa. —Respondo como puedo y marco el último digito, un pito agudo me indica que ha sido correcto. La casa ahora esta “segura”.
— ¿Segura que se han ido? —Mierda. Yo no revise nada, ¿y si aún siguen acá? Podría ser cualquier persona y sigo sin conocer sus intenciones, al menos no en su totalidad. Observo el corto pasillo frente a mí que conecta con la cocina y comienzo a caminar hacia atrás, de nuevo hacia la puerta. — ¿Que si está segura de que ya no hay nadie dentro de la casa? —Vuelve a preguntar pero yo ya estoy abstraída. Bajo el teléfono de a poco mientras con la otra mano busco la perilla a mis espaldas, observando frente a mí, registrando cualquier movimiento extraño. «Conteste», es lo último que le escucho decir a la mujer en el teléfono. Un golpe sordo sobre el cristal me asusta y me hace casi caer al suelo en cuanto me doy la vuelta para ver al hombre exasperado que está pegado al vidrio.
— ¡Esto es una locura! —Rompo los papeles en tantos trozos como puedo y los lanzo al suelo. Puedo sentir mis sienes latiendo con fuerza, un dolor de cabeza de volumen magistral se avecina.
— ¡Elsa! ¡Elsa! —Corro fuera de la casa hacia el lugar en el que ella vive. Golpeo con fuerza su puerta hasta que le veo salir envuelta en una bata blanca que combina con su cabello.
—Señorita Fox —dice a modo de pregunta con ese tono condescendiente que suelen tener las personas de edad adulta.
— ¿Está bien? —pregunto impaciente contrarrestando su tranquilidad.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa? —Comienza a irritarme y todo lo que hago es salirme de cávales.
—La casa. ¡¿No ha visto la casa?! —casi grito señalándole la gran estructura victoriana que esta a nuestra vista.
— ¿Qué ocurre? —Maldición. Odio su calma.
—Han entrado. Cierre su puerta con llave. Quédese adentro. Ciérrela con llave —digo todo rápidamente y comienzo a alejarme de ahí, yendo hacia la parte de atrás de la casa.
—Tenga cuidado. —Al menos esta vez sí ha sonado verdaderamente preocupada.
Camino hasta estar frente a la puerta trasera —la misma de la cocina— y saco finalmente mi celular esperando que sirva.
—Novecientos once. Emergencias. —Responde una mujer al otro lado.
—Comuníqueme con la policía. Alguien ha entrado a mi casa —digo cerrando la puerta de cristal detrás de mí.
—Deme su dirección y no se retire —responde.
—Mi dirección es Broadway 22-10. Es la casa más grande de la calle —respondo y camino hasta la cocina para revisar, no sin dejar de mirar hacia atrás, después vuelvo hacia la alarma.
— ¿Dice que han entrado a su casa? — Otro ser más sobre la tierra que comienza a irritarme. Miro los números en la pequeña caja y comienzo a marcar la clave que me dijo Niall.
—Sí, sí. Han entrado a mi casa. —Respondo como puedo y marco el último digito, un pito agudo me indica que ha sido correcto. La casa ahora esta “segura”.
— ¿Segura que se han ido? —Mierda. Yo no revise nada, ¿y si aún siguen acá? Podría ser cualquier persona y sigo sin conocer sus intenciones, al menos no en su totalidad. Observo el corto pasillo frente a mí que conecta con la cocina y comienzo a caminar hacia atrás, de nuevo hacia la puerta. — ¿Que si está segura de que ya no hay nadie dentro de la casa? —Vuelve a preguntar pero yo ya estoy abstraída. Bajo el teléfono de a poco mientras con la otra mano busco la perilla a mis espaldas, observando frente a mí, registrando cualquier movimiento extraño. «Conteste», es lo último que le escucho decir a la mujer en el teléfono. Un golpe sordo sobre el cristal me asusta y me hace casi caer al suelo en cuanto me doy la vuelta para ver al hombre exasperado que está pegado al vidrio.
Última edición por darko. el Mar 22 Jul 2014, 6:03 pm, editado 1 vez
darko.
Re: The Game ☢
Listo Kat. Bien, seguro, seguro mañana respondo tu post. Perdóname la vida por favor.
darko.
Re: The Game ☢
Y bien, hola!!tommo tomlinson escribió:¡¡¡MY FUCKING GOD!!!
Perdón por la palabra pero........¡¡FUCK!!
Entonces ¿si tuvo sexo con zayn? :scratch:
¿pero no lo recuerda? POR DIOS ¿COMO SE LE PUEDE OLVIDAR?
Ese tendría que ser un recuerdo de toda la vida..
mmm.......Creo que zayn tiene algo que ver con todo eso de la CRS, porque.... ¿¿¿¿WHAT????, ¡¡¡¡¡¡no Entiendo!!!!
¡¡¡¡¡¡Estoy Confundida!!!!
Porque si no como aparecieron esas fotografías... o tal vez es una chica muy parecida a Clo... pero no porque ella tiene esa marca en su hombro creo...o en su brazo no lo recuerdo..
O tal vez no era zayn el tipo ese.....¡¡¡¡ahhhhh!!!! ¡¡¡¡MIERDA!!!!!
VOY A EXPLOTAR
Este capitulo estuvo tan calientementepornografico :fosforitos:
entonces...Clo si tuvo sexo con zayn pero tomo muchas copas de champagne y no recordó que regreso y zayn estaba muy prendido y le tomo fotos para recordar el momento... :gochamp:
SI ESO FUE .......creo :scratch: :scratch:
No creo que zayn tiene algo que ver con todo eso del juego....porque en el cap numero 1 Clo no conocía a zayn, pero el si a ella y hasta sabia que era su cumpleaños....
¡¡¡¡PERO AHÍ TODAVÍA NO FIRMABA EL CONTRATO!!!!oh shit!!!
pero dejando todas mis dudas atrás.....
ME DEDICASTE EL CAP
me haces llorar
GRACIAS
y como me has hecho llorar la vas a seguir si????
o si no en tu memoria quedara que hiciste sufrir a una persona..
Y tengo un mensaje especial a todas las que leen la nove y no comentan........ :jum:
Cuando estén dormidas, apareceré yo y las obligare a que escriban un comentario.
gracias por su atención.
Te aseguro que mañana tendrás miles de comentarios, pero el mio es el mas especial
buehhh... creo que es un comentario largo, la verdad no soy muy buena escribiendo comentarios largos pero creo que hoy me llego la inspiración..
así que síguela y no me hagas sufrir.
besitos.
bye
PD:si te llegue a asustar con mis palabrotas, prometo comportarme.
Jajaja bueno, no se, quizás si... quizás no...
Mmm bueno, pero en el cap 1 él acababa de escuchar lo de su cumpleaños, quizás simplemente hizo lo del ponque como un detalle para coquetear, no?
Jaja bueno, la idea era precisamente que quedarán todas esas dudas!
Y bueno, se desapareció el resto de lectoras u.u Pero igual la terminaré, creo! Me esforcé bastante como para dejar de lado el proyecto c:
Y no, no te preocupes, no asustas jaja
Gracias por comentar Kat! Y te lo mereces 3:
Y ya la seguí!
darko.
Re: The Game ☢
¿quien fue? ¿quien es el tipo que vio chloe? deoss que fuerte!!
jejejejej perdón por mi desaparición la mudanza me tiene muy ocupada :roll:
okey los tipos de la CRS si mas no recuerdo louis fue quien hizo que firmara el contrato ¿son como una especie de acosadores violadores asesinos? y ¿niall tiene que ver con todo eso? pero ¿como es que niall se entero de esa ¨organización¨?
muy intrigante esta la novela ehh
pero todo es culpa de clo ¿para que acepto firmar el contrato sin saber de que trataba? ya se que louis te distrae al verlo pero yo personalmente no lo hubiera firmado ni aunque mi mejor amigo me lo pidiera.
*SIN BULLYING NO HAY AMISTAD* frases sabias...
jajajajajja adoro esa frase es como mi lema
bueno madmuasel espero ansiosa el siguiente capitulo
jejejejeje besitos!!! bye!!
jejejejej perdón por mi desaparición la mudanza me tiene muy ocupada :roll:
okey los tipos de la CRS si mas no recuerdo louis fue quien hizo que firmara el contrato ¿son como una especie de acosadores violadores asesinos? y ¿niall tiene que ver con todo eso? pero ¿como es que niall se entero de esa ¨organización¨?
muy intrigante esta la novela ehh
pero todo es culpa de clo ¿para que acepto firmar el contrato sin saber de que trataba? ya se que louis te distrae al verlo pero yo personalmente no lo hubiera firmado ni aunque mi mejor amigo me lo pidiera.
*SIN BULLYING NO HAY AMISTAD* frases sabias...
jajajajajja adoro esa frase es como mi lema
bueno madmuasel espero ansiosa el siguiente capitulo
jejejejeje besitos!!! bye!!
Joker
Re: The Game ☢
Hola! Bueno, te extrañaba! Ya ves que esto no tiene mucha vida sin ti u.utommo tomlinson escribió:¿quien fue? ¿quien es el tipo que vio chloe? deoss que fuerte!!
jejejejej perdón por mi desaparición la mudanza me tiene muy ocupada :roll:
okey los tipos de la CRS si mas no recuerdo louis fue quien hizo que firmara el contrato ¿son como una especie de acosadores violadores asesinos? y ¿niall tiene que ver con todo eso? pero ¿como es que niall se entero de esa ¨organización¨?
muy intrigante esta la novela ehh
pero todo es culpa de clo ¿para que acepto firmar el contrato sin saber de que trataba? ya se que louis te distrae al verlo pero yo personalmente no lo hubiera firmado ni aunque mi mejor amigo me lo pidiera.
*SIN BULLYING NO HAY AMISTAD* frases sabias...
jajajajajja adoro esa frase es como mi lema
bueno madmuasel espero ansiosa el siguiente capitulo
jejejejeje besitos!!! bye!!
A donde te mudas? Lo leí la otra noche pero ya se me fue, además que últimamente ando como en la luna...
Jajajaja CRS... bueno, ya vamos como a la mitad de la historia!
Bien, intentaré subir cada que responda tus comentarios, a ver si cierro el tema c:
Me gusta ver esos candaditos!
Bah, perdí una "amiga" por hacerle bullyng. Ok. Eso sonó feo! La verdad no eramos tan amigas y ella era bastante aprovechada y estúpida, puedes creer que se escapo con un "novio" y me citaron a la fiscalía junto con otra amiga nuestra? La vieja era super loca, para que me entiendas, y se andaba inventando cuentos de todo tipo a cada nada.
Y bueno, ya subo! c:
darko.
Capítulo 11
CAPÍTULO 11
—Clo. Shhhh —dice el rubio llevándose el índice a los labios. —Vamos al auto. —Hace un movimiento con la cabeza en dirección al lugar en el que deje el Volvo y se va, dejándome con la respiración agitada y el corazón a punto de salirse de la caja torácica.
El olor a Jenna se intensifica en cuanto Niall se posiciona como copiloto, parece que se hubiera estado untando su perfume por semanas, ignoro el hecho achacándoselo a mis nervios y manejo tan rápido como me es posible. Lo veo realmente mal, trae un jean, una camisa y una chaqueta, pero la camisa está abierta más de la mitad y las solapas de la chaqueta están muy desorganizadas, además está muy despeinado y no deja de mirar hacia atrás; tal y como yo lo hacía más temprano.
— ¿Qué pasa? —Finalmente rompo el silencio con esa pregunta. Él me mira y noto que sus ojos están algo rojos e hinchados
— ¡Shhhhh! —dice. Su mirada se ha posado de nuevo en la ventana de atrás.
—Niall, ¡¿A dónde vamos?!
—Shhh, shhhh. Espera un poco —me pide y comienza a ver todo el interior del auto. Después pone la mano sobre la parte superior del auto, la parte que está justo sobre mi cabeza y hala un pedazo de tela rasgando el forro y haciendo que caigan algunas tarjetas y CD’S de Jenna sobre mí.
— ¡¿Qué haces?!
—Shhhh. Son muy metódicos. Si no se puede confiar en un hotel, ¡no se puede confiar en el puto coche!
— ¡¿Quién!?
— ¡CRS! ¡¿Quien más va a ser?! —Lo reflexiono un momento—. Cuando pienso en lo que te he metido —dice en un tono de lamento.
— ¿De qué rayos estás hablando?
—Pues, ¡estoy jodido! ¡Te joden! ¡Te joden! ¡Te joden! ¡Y te joden! —grita mientras golpea la puerta con sus puños—. Y cuando crees que ya ha terminado es cuando, ¡es cuando empiezan a joderte de verdad! —ahora ha cambiado los golpes y ha optado por sobarse las sienes.
—Cálmate. Respira hondo.
— ¡No pararán Clo! Les he pagado, ¡les he dado su maldito dinero! —Niall me mira y se acomoda girando un cuerpo un poco más hacia mi—. No me dejaran en paz —chilla.
— ¿Qué te están haciendo?
— ¡De todo! Soy un maldito pelele —dice aún más desesperado.
— ¡Cálmate! —Suspiro—. Hay que seguir el juego si ya les has pagado —digo en un intento vano por tranquilizarlo.
—No se —mira por la ventana y luego a mí—. ¡No se! —Da un golpe seco sobre los paneles frente a él y continúa—. ¡Les he pagado para que lo dejaran! —Eso me sorprende. Quiero decir algo pero el sonido de una bomba explotando me asusta y solo alcanzo a girar en una esquina antes de detener el auto. Una llanta se ha pinchado—. Ellos lo han hecho —dice el rubio muy seguro de sus palabras.
—No es más que un reventón —digo restándole importancia. Vamos, hay que mantener la calma.
— ¡¿Como estas tan segura?! —grita al borde de explotar.
—Tranquilo duende, lo solucionaremos ¿okay? —Salgo del auto y saco de nuevo el celular—. Mierda. Sin cobertura —le digo por la ventana que dejé abierta. Él esta recostado mirándome, creo que ya se siente un poco mejor.
— ¿Lo ves? —Lo ignoro.
— ¿Sabes cambiar una rueda?
— No, y ¿tu? —Rueda los ojos—. No será muy difícil pero no podemos quedarnos aquí —chilla mientras niega con la cabeza.
—Pásame la linterna, está en la guantera —le señalo—. Vamos. —Aplaudo y me dirijo a la parte de atrás del auto para abrir el maletero y sacar otras herramientas. No sé qué es lo que está haciendo Niall ahí dentro pero escucho ligeros ruidos metálicos, luego a la puerta del auto abrirse y cerrarse, y lo veo de reojo caminando hacia mí.
—Eres una de ellos. —No comprendo así que levanto la cabeza para verlo.
— ¿Qué?
—Haces parte del juego —dice. Ahora noto que tiene las manos encocadas, sosteniendo algo brillante.
— ¿De qué hablas? —Estira las manos y me muestra lo que tiene en ellas, son un montón de llaves iguales a las del payaso.
— ¿De quién es esto?
—Am… —levanto las manos sobre mi cabeza. Inocente de todo—. ¿Yo que se? Alguien las habrá metido al auto. —Intento explicar.
— ¿Estas detrás de todo verdad?
— ¿Qué mierda dices? Tú me metiste a mí. ¡Vamos! ¿A caso estas drogado? —Tarda en responder, solo se queda mirando lo que hay en sus manos—. ¡Maldición Niall! ¡Estas drogado! ¿Cómo puede ser? — ¿Cómo puede ser? Maldición, tengo como mejor amigo a un drogadicto. Dios, ¿Qué está pasando?
—Las llaves estaban en tu coche. ¡En la guantera! —Ha recuperado el habla y me arroja todo a la cara—. ¡En tu maldito coche! —Después de eso comienza a correr, alejándose de mí.
— ¡Niall! —Corro tras él. De nuevo los tacones no son mis mejores amigos—. ¿Sabes las idioteces que has dicho y hecho? No me vengas con estas tonterías. ¿Desde cuándo consumes? ¡No puedes hacer esto!
— ¡No voy a permitir que me hagas esto! —De nuevo me evade. Y oh sorpresa, ahora soy yo la culpable de todo.
— ¿Por qué iba a hacer yo lo que estás diciendo?—pregunto intentando dejar el tema de lado—. ¡Estas paranoico, y sabes muy bien porqué! —Si claro, obviamente me es imposible hacerlo.
— ¡Porque estas resentida conmigo! —…
—No te pongas sensiblero.
— ¡Te jode mi vida!
— ¡No hables así Niall!
— ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que nos oiga la gente? —pregunta. Y la verdad es que si, no puede estar gritando así en medio de una calle residencial—. ¡Tú! metete en tu casa. Vete a la mierda —dice, y me doy cuenta de que le está hablando a un hombre obeso con un esqueleto blanco que ha salido por una ventana a ver qué es lo que pasa.
— ¡Basta ya! —grito.
—Llamare a la policía —dice el hombre desde su ventana. Mientras tanto Niall y yo hemos llegado a una pequeña calle que está muy empinada y cuyo suelo tiene escaleras por todo lado. Niall ya ha bajado una gran parte.
— ¡Te acojona que alguien se entere de que eres un monstruo manipulador y entrometido! —me grita. ¿Desde cuándo me convertí en eso? Todo lo que he hecho desde que lo conozco es ayudarlo. En la universidad, con su familia, con sus novias… mierda.
— ¿Qué te pasa? ¿A qué viene todo esto? —De cualquier manera no creí que pensara todas esas cosas de mí.
—Oh, lo siento Chloe. ¡Lo siento! No he estado a la altura de las expectativas. ¡De tus expectativas!
—Oh que estupidez.
—No soy tu. Nunca seré tu. No quiero ser tú.
—Y vuelves a empezar, siempre dejándome con la responsabilidad.
—Soy tu amigo, por el amor de Dios, ¡soy tu amigo! Nunca me viste como tal ¿no? ¡Siempre estuve dispuesto a hacer lo que fuera por ti! Pero seguro que ahora te importa más el hecho de mezclarte conmigo que el porqué de que yo haga lo que hago.
—Lo único que he hecho es intentar ayudarte —digo lo que ya he pensado.
—No quiero que me ayudes. ¡Nadie te ha pedido que hagas de madre!
—No digas eso, ¿tenía otra opción? ¡¿Tenía otra opción?! —Además no es exactamente de esa manera, desde que Maura falleció el cayó en una depresión total. Me porte con él tal y como lo hice con aquellos chicos en el orfanato. Jamás fue de otra manera. Solo quise cuidarlo y que fuera feliz.
Niall comienza a correr de nuevo y yo sigo tras él, bajando tan rápido como puedo, pero él tiene una clara ventaja. Un auto frena justo cuando él está pasando la calle y no le pasa nada. Todo lo que veo después es su cabellera rubia perdiéndose en el subterráneo. Me quedo frente a las escaleras que conducen a la estación, observando al vagabundo recostado en la pared blanca junto a un teléfono público.
Jamás quise que esto pasará, jamás pensé que Niall me viera como el monstruo que describió, siempre he querido lo mejor tanto para él como para mí. ¡Mierda! ¡Es mi amigo!
— ¡Niall! —grito al vacio ahora en medio de la desolada calle.
Un ring se abre paso a través del viento hasta mis oídos, está cerca de mí así que sigo el sonido hasta caer en cuenta que el teléfono que suena es el del subterráneo, el que está al lado del vagabundo; me quedo mirándolo confundida y el hombre barbudo y sucio se aleja corriendo del lugar, cuando me doy cuenta, todos los teléfonos de la calle están sonando. Solo me queda contestar. Corro hasta uno en una tienda y levanto la bocina.
«…Lo único que he hecho es intentar ayudarte… No quiero que me ayudes. ¡Nadie te ha pedido que hagas de madre!...»
Eso es todo lo que suena del otro lado. Alguien nos ha estado grabando. Cuelgo asustada y decido volver al auto, necesito pensar en un lugar “seguro”.
Maldición. Maldición. ¡Maldición! No se cambiar una puta llanta. Cierro el maletero con fuerza y camino fuera del radar del Volvo, no sin antes ponerle la alarma.
Las calles están tremendamente solas pero en este punto no me preocupa demasiado lo que pueda pasar conmigo, Niall me ha dejado muy afectada con todo lo que dijo e hizo. ¿Cómo no me pude dar cuenta antes de todo lo que hacía? ¿Por qué sigo pensando en él después de que se comporto como un maldito?
— ¡Taxi! —Hago a un lado todas mis ideas y corro hacia el auto amarillo que ha aparecido frente a mí como por obra y arte de magia. El auto se detiene y yo me subo—. Broadway 22-10 —digo y me acomodo el cinturón, después me relajo un poco colocando la cabeza en el respaldo acolchonado.
Ya, tranquila Sandy, tranquila… Esas palabras vienen a mi mente en estos momentos, y ahora que me doy cuenta, han venido a mi mente ya muchas veces en los últimos días. La aterciopelada voz que siento escuchar cuando lo pienso me hace sentir bien, como si el mundo estuviera en total calma ahí fuera y todo estuviera en mi cabeza. Han pasado tantas cosas últimamente que sinceramente ya no sé ni quién soy.
Abro los ojos ahora que me siento un poco más despejada, las luces de los edificios son extrañas y parpadean demasiado, de hecho son demasiado extrañas, de hecho las calles son las extrañas, el taxista va mal.
—Oiga. Se ha pasado la calle —le digo al tipo mientras niego con la cabeza, el colmo. Es un hombre un poco más joven que yo, lleva el cabello castaño sobre los hombros y además tiene puesto un gorro negro que no me deja verle muy bien la cara, sin embargo aunque no lo veo muy bien y no me ha respondido, sé que me ha escuchado y comprendido; entonces no se por qué sigue avanzando.
—Hey. —Golpeo el vidrio que nos separa—. ¿Me ha oído? —pregunto, solo confirmando—. ¡¿Me ha oído?! —Creo escucharlo reír—. ¡Se ha pasado la calle! —Veo su credencial, necesito tener los datos de este tipo.
Taxi Nº 614
Adam Connor
California Regal Sedans
—Oh. No. No. ¡No! ¡Pare el auto! —Golpeo el vidrio aún más fuerte. Aún tengo esperanzas—. ¡Pare el auto! —Adam frena bruscamente haciendo que me vaya de bruces contra la cosa que estaba golpeando. Creo que eso es todo, así que intento abrir la puerta pero es imposible, y el tipo le ha metido el seguro y no puedo sacar la pequeña varita de acero—. Abra la puerta. Abra la puerta. ¡Abra la puerta! —Estoy demasiado desesperada pero él no hace nada. Nada más que arrancar de nuevo y aún más veloz que antes. Ahora yo golpeo la ventana esperando que alguien vea este intento de secuestro. Todo lo que puedo escuchar son las llantas del auto rechinando contra el asfalto.
Tomo aire de nuevo, necesito hacer algo para arreglar esta situación. Bingo.
—Oiga —digo tan tranquila como puedo—. Soy una mujer muy rica. —Él se ríe, una risa un poco chillona y suave—. No sé lo que le pagan, pero… se lo doblo. —No sé como podré hacer esto. La única persona a la se suponía le podía confiar todo me ha abandonado y rotó esta noche. Adam vuelve a reír y dobla en otra esquina. Todo dentro del auto se mueve de arriba abajo frenéticamente, yo incluida—. ¡Noo! —El auto esta derrapando y yo comienzo a moverme de un lado a otro, pateando las puertas y golpeando las ventanas, buscando una salida. ¡Dios, por favor ayúdame! Todo esto me está llevando al borde de la desesperación y a Adam parece no importarle nada, va a toda velocidad hacia el puente de Brooklyn; de pronto las luces se encienden, él ha abierto la puerta, veo sus ojos azul pálido observarme por el espejo retrovisor por milésimas de segundos, después se lanza fuera del auto dejándome a mi dentro, el auto sigue a toda velocidad y choca con una valla metálica derrumbándola, apenas si alcanzo a soltar el cinturón cuando me veo cayendo al rio este de New York.
El olor a Jenna se intensifica en cuanto Niall se posiciona como copiloto, parece que se hubiera estado untando su perfume por semanas, ignoro el hecho achacándoselo a mis nervios y manejo tan rápido como me es posible. Lo veo realmente mal, trae un jean, una camisa y una chaqueta, pero la camisa está abierta más de la mitad y las solapas de la chaqueta están muy desorganizadas, además está muy despeinado y no deja de mirar hacia atrás; tal y como yo lo hacía más temprano.
— ¿Qué pasa? —Finalmente rompo el silencio con esa pregunta. Él me mira y noto que sus ojos están algo rojos e hinchados
— ¡Shhhhh! —dice. Su mirada se ha posado de nuevo en la ventana de atrás.
—Niall, ¡¿A dónde vamos?!
—Shhh, shhhh. Espera un poco —me pide y comienza a ver todo el interior del auto. Después pone la mano sobre la parte superior del auto, la parte que está justo sobre mi cabeza y hala un pedazo de tela rasgando el forro y haciendo que caigan algunas tarjetas y CD’S de Jenna sobre mí.
— ¡¿Qué haces?!
—Shhhh. Son muy metódicos. Si no se puede confiar en un hotel, ¡no se puede confiar en el puto coche!
— ¡¿Quién!?
— ¡CRS! ¡¿Quien más va a ser?! —Lo reflexiono un momento—. Cuando pienso en lo que te he metido —dice en un tono de lamento.
— ¿De qué rayos estás hablando?
—Pues, ¡estoy jodido! ¡Te joden! ¡Te joden! ¡Te joden! ¡Y te joden! —grita mientras golpea la puerta con sus puños—. Y cuando crees que ya ha terminado es cuando, ¡es cuando empiezan a joderte de verdad! —ahora ha cambiado los golpes y ha optado por sobarse las sienes.
—Cálmate. Respira hondo.
— ¡No pararán Clo! Les he pagado, ¡les he dado su maldito dinero! —Niall me mira y se acomoda girando un cuerpo un poco más hacia mi—. No me dejaran en paz —chilla.
— ¿Qué te están haciendo?
— ¡De todo! Soy un maldito pelele —dice aún más desesperado.
— ¡Cálmate! —Suspiro—. Hay que seguir el juego si ya les has pagado —digo en un intento vano por tranquilizarlo.
—No se —mira por la ventana y luego a mí—. ¡No se! —Da un golpe seco sobre los paneles frente a él y continúa—. ¡Les he pagado para que lo dejaran! —Eso me sorprende. Quiero decir algo pero el sonido de una bomba explotando me asusta y solo alcanzo a girar en una esquina antes de detener el auto. Una llanta se ha pinchado—. Ellos lo han hecho —dice el rubio muy seguro de sus palabras.
—No es más que un reventón —digo restándole importancia. Vamos, hay que mantener la calma.
— ¡¿Como estas tan segura?! —grita al borde de explotar.
—Tranquilo duende, lo solucionaremos ¿okay? —Salgo del auto y saco de nuevo el celular—. Mierda. Sin cobertura —le digo por la ventana que dejé abierta. Él esta recostado mirándome, creo que ya se siente un poco mejor.
— ¿Lo ves? —Lo ignoro.
— ¿Sabes cambiar una rueda?
— No, y ¿tu? —Rueda los ojos—. No será muy difícil pero no podemos quedarnos aquí —chilla mientras niega con la cabeza.
—Pásame la linterna, está en la guantera —le señalo—. Vamos. —Aplaudo y me dirijo a la parte de atrás del auto para abrir el maletero y sacar otras herramientas. No sé qué es lo que está haciendo Niall ahí dentro pero escucho ligeros ruidos metálicos, luego a la puerta del auto abrirse y cerrarse, y lo veo de reojo caminando hacia mí.
—Eres una de ellos. —No comprendo así que levanto la cabeza para verlo.
— ¿Qué?
—Haces parte del juego —dice. Ahora noto que tiene las manos encocadas, sosteniendo algo brillante.
— ¿De qué hablas? —Estira las manos y me muestra lo que tiene en ellas, son un montón de llaves iguales a las del payaso.
— ¿De quién es esto?
—Am… —levanto las manos sobre mi cabeza. Inocente de todo—. ¿Yo que se? Alguien las habrá metido al auto. —Intento explicar.
— ¿Estas detrás de todo verdad?
— ¿Qué mierda dices? Tú me metiste a mí. ¡Vamos! ¿A caso estas drogado? —Tarda en responder, solo se queda mirando lo que hay en sus manos—. ¡Maldición Niall! ¡Estas drogado! ¿Cómo puede ser? — ¿Cómo puede ser? Maldición, tengo como mejor amigo a un drogadicto. Dios, ¿Qué está pasando?
—Las llaves estaban en tu coche. ¡En la guantera! —Ha recuperado el habla y me arroja todo a la cara—. ¡En tu maldito coche! —Después de eso comienza a correr, alejándose de mí.
— ¡Niall! —Corro tras él. De nuevo los tacones no son mis mejores amigos—. ¿Sabes las idioteces que has dicho y hecho? No me vengas con estas tonterías. ¿Desde cuándo consumes? ¡No puedes hacer esto!
— ¡No voy a permitir que me hagas esto! —De nuevo me evade. Y oh sorpresa, ahora soy yo la culpable de todo.
— ¿Por qué iba a hacer yo lo que estás diciendo?—pregunto intentando dejar el tema de lado—. ¡Estas paranoico, y sabes muy bien porqué! —Si claro, obviamente me es imposible hacerlo.
— ¡Porque estas resentida conmigo! —…
—No te pongas sensiblero.
— ¡Te jode mi vida!
— ¡No hables así Niall!
— ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que nos oiga la gente? —pregunta. Y la verdad es que si, no puede estar gritando así en medio de una calle residencial—. ¡Tú! metete en tu casa. Vete a la mierda —dice, y me doy cuenta de que le está hablando a un hombre obeso con un esqueleto blanco que ha salido por una ventana a ver qué es lo que pasa.
— ¡Basta ya! —grito.
—Llamare a la policía —dice el hombre desde su ventana. Mientras tanto Niall y yo hemos llegado a una pequeña calle que está muy empinada y cuyo suelo tiene escaleras por todo lado. Niall ya ha bajado una gran parte.
— ¡Te acojona que alguien se entere de que eres un monstruo manipulador y entrometido! —me grita. ¿Desde cuándo me convertí en eso? Todo lo que he hecho desde que lo conozco es ayudarlo. En la universidad, con su familia, con sus novias… mierda.
— ¿Qué te pasa? ¿A qué viene todo esto? —De cualquier manera no creí que pensara todas esas cosas de mí.
—Oh, lo siento Chloe. ¡Lo siento! No he estado a la altura de las expectativas. ¡De tus expectativas!
—Oh que estupidez.
—No soy tu. Nunca seré tu. No quiero ser tú.
—Y vuelves a empezar, siempre dejándome con la responsabilidad.
—Soy tu amigo, por el amor de Dios, ¡soy tu amigo! Nunca me viste como tal ¿no? ¡Siempre estuve dispuesto a hacer lo que fuera por ti! Pero seguro que ahora te importa más el hecho de mezclarte conmigo que el porqué de que yo haga lo que hago.
—Lo único que he hecho es intentar ayudarte —digo lo que ya he pensado.
—No quiero que me ayudes. ¡Nadie te ha pedido que hagas de madre!
—No digas eso, ¿tenía otra opción? ¡¿Tenía otra opción?! —Además no es exactamente de esa manera, desde que Maura falleció el cayó en una depresión total. Me porte con él tal y como lo hice con aquellos chicos en el orfanato. Jamás fue de otra manera. Solo quise cuidarlo y que fuera feliz.
Niall comienza a correr de nuevo y yo sigo tras él, bajando tan rápido como puedo, pero él tiene una clara ventaja. Un auto frena justo cuando él está pasando la calle y no le pasa nada. Todo lo que veo después es su cabellera rubia perdiéndose en el subterráneo. Me quedo frente a las escaleras que conducen a la estación, observando al vagabundo recostado en la pared blanca junto a un teléfono público.
Jamás quise que esto pasará, jamás pensé que Niall me viera como el monstruo que describió, siempre he querido lo mejor tanto para él como para mí. ¡Mierda! ¡Es mi amigo!
— ¡Niall! —grito al vacio ahora en medio de la desolada calle.
Un ring se abre paso a través del viento hasta mis oídos, está cerca de mí así que sigo el sonido hasta caer en cuenta que el teléfono que suena es el del subterráneo, el que está al lado del vagabundo; me quedo mirándolo confundida y el hombre barbudo y sucio se aleja corriendo del lugar, cuando me doy cuenta, todos los teléfonos de la calle están sonando. Solo me queda contestar. Corro hasta uno en una tienda y levanto la bocina.
«…Lo único que he hecho es intentar ayudarte… No quiero que me ayudes. ¡Nadie te ha pedido que hagas de madre!...»
Eso es todo lo que suena del otro lado. Alguien nos ha estado grabando. Cuelgo asustada y decido volver al auto, necesito pensar en un lugar “seguro”.
Maldición. Maldición. ¡Maldición! No se cambiar una puta llanta. Cierro el maletero con fuerza y camino fuera del radar del Volvo, no sin antes ponerle la alarma.
Las calles están tremendamente solas pero en este punto no me preocupa demasiado lo que pueda pasar conmigo, Niall me ha dejado muy afectada con todo lo que dijo e hizo. ¿Cómo no me pude dar cuenta antes de todo lo que hacía? ¿Por qué sigo pensando en él después de que se comporto como un maldito?
— ¡Taxi! —Hago a un lado todas mis ideas y corro hacia el auto amarillo que ha aparecido frente a mí como por obra y arte de magia. El auto se detiene y yo me subo—. Broadway 22-10 —digo y me acomodo el cinturón, después me relajo un poco colocando la cabeza en el respaldo acolchonado.
Ya, tranquila Sandy, tranquila… Esas palabras vienen a mi mente en estos momentos, y ahora que me doy cuenta, han venido a mi mente ya muchas veces en los últimos días. La aterciopelada voz que siento escuchar cuando lo pienso me hace sentir bien, como si el mundo estuviera en total calma ahí fuera y todo estuviera en mi cabeza. Han pasado tantas cosas últimamente que sinceramente ya no sé ni quién soy.
Abro los ojos ahora que me siento un poco más despejada, las luces de los edificios son extrañas y parpadean demasiado, de hecho son demasiado extrañas, de hecho las calles son las extrañas, el taxista va mal.
—Oiga. Se ha pasado la calle —le digo al tipo mientras niego con la cabeza, el colmo. Es un hombre un poco más joven que yo, lleva el cabello castaño sobre los hombros y además tiene puesto un gorro negro que no me deja verle muy bien la cara, sin embargo aunque no lo veo muy bien y no me ha respondido, sé que me ha escuchado y comprendido; entonces no se por qué sigue avanzando.
—Hey. —Golpeo el vidrio que nos separa—. ¿Me ha oído? —pregunto, solo confirmando—. ¡¿Me ha oído?! —Creo escucharlo reír—. ¡Se ha pasado la calle! —Veo su credencial, necesito tener los datos de este tipo.
Adam Connor
California Regal Sedans
—Oh. No. No. ¡No! ¡Pare el auto! —Golpeo el vidrio aún más fuerte. Aún tengo esperanzas—. ¡Pare el auto! —Adam frena bruscamente haciendo que me vaya de bruces contra la cosa que estaba golpeando. Creo que eso es todo, así que intento abrir la puerta pero es imposible, y el tipo le ha metido el seguro y no puedo sacar la pequeña varita de acero—. Abra la puerta. Abra la puerta. ¡Abra la puerta! —Estoy demasiado desesperada pero él no hace nada. Nada más que arrancar de nuevo y aún más veloz que antes. Ahora yo golpeo la ventana esperando que alguien vea este intento de secuestro. Todo lo que puedo escuchar son las llantas del auto rechinando contra el asfalto.
Tomo aire de nuevo, necesito hacer algo para arreglar esta situación. Bingo.
—Oiga —digo tan tranquila como puedo—. Soy una mujer muy rica. —Él se ríe, una risa un poco chillona y suave—. No sé lo que le pagan, pero… se lo doblo. —No sé como podré hacer esto. La única persona a la se suponía le podía confiar todo me ha abandonado y rotó esta noche. Adam vuelve a reír y dobla en otra esquina. Todo dentro del auto se mueve de arriba abajo frenéticamente, yo incluida—. ¡Noo! —El auto esta derrapando y yo comienzo a moverme de un lado a otro, pateando las puertas y golpeando las ventanas, buscando una salida. ¡Dios, por favor ayúdame! Todo esto me está llevando al borde de la desesperación y a Adam parece no importarle nada, va a toda velocidad hacia el puente de Brooklyn; de pronto las luces se encienden, él ha abierto la puerta, veo sus ojos azul pálido observarme por el espejo retrovisor por milésimas de segundos, después se lanza fuera del auto dejándome a mi dentro, el auto sigue a toda velocidad y choca con una valla metálica derrumbándola, apenas si alcanzo a soltar el cinturón cuando me veo cayendo al rio este de New York.
darko.
Re: The Game ☢
¡¡¡¡QUE!!!! ¡¡¡NIALL!!! ¡¡¡NIALL!!! ¡¡¡¡WHAT!!!
Niall. Estaba. Drogado. Mi. Peor. Pesadilla. ..
Este capitulo estuvo intenso ¡CARAJO! Sentí toda la adrenalina ¡¡Ahh!! . Okey entonces el no tiene nada que ver con todo esto y esta igual o mas desesperado que Clo y recurrió a las drogas para quitarse todo el estrés y las preocupaciones.....si eso fue ............. .
¡¡AY DEOS no me imagino al duende drogado!! ¡¡No Puedo!!
¡¡Y ese Adam!! ¿quien es? ¿si va a matar a Clo? ¿Porque? ¡¿WHY?!
La CRS ya se esta pasando, Acosadores, Asesinos, Psicópatas.... , ¡¡Todo es tu culpa Nial!! ¡¡ Y Clo también por Aceptar!!.....mierda...
Ohh no entendí muy bien ¿quien demonios es Sandy? ¿Clo es Sandy? ¿Ella era Sandy antes de que estuviera en el Orfanato? ¿esa voz que escucha en su mente es su Verdadera Madre? (se escucho muy dramático lo ultimo)..... lose muchas preguntas, pero en cada capitulo me dejas mas ¡¡intrigada!!
A que no sabes que...... ¡¡¡TENGO UNA NUEVA HERMANA!!! se que no te había hablado de eso, pero mi Madre estaba embarazada y la semana pasada nació la bebe y creo que estoy enamorada de esa pequeña cosita.... es como un algodoncito de azúcar jejejeeje no, no soy como las hermanas que se ponen celosas, soy bien cool , nah, por eso estaba desaparecida ....así que si pensabas que me habían secuestrado ¡¡PUES NO!! ¡¡NO TE PUEDES LIBRAR DE MI TAN FÁCILMENTE!! Muajajajaja ..... ya no en serio tienes que terminar esta novela si no....PLAÑIRÁS ,
la verdad no tengo ni la menor idea que significa pero LO HARÉ .
No, nunca te haría Plañir (? pero SIGUELA y, y, y te doy algo, no se que, pero te doy algo
jejejejeje, lo se hoy estoy algo estúpida, pero los bebes me provocan eso
BESITOS
Joker
Capítulo 12
CAPÍTULO 12
«Oh claro, como no tienes ni en que caer muerta y para más adoptada, que pesar» Repetía el rubio mientras se burlaba de mí, yo solo podía servir su trago, si decía alguna cosa podrían echarme y este no era un riesgo que pudiera correr.
« ¿Algo más?» pregunté antes de dejar la mesa, ellos se burlaron y dejaron que sus bebidas se derramaran en el suelo, ahora tendría que trabajar aún más.
Salí en horas de la madrugada y llegue a casa tan rápido como pude, Patrick se encontraba fumando su puro y viendo las estúpidas noticias « ¿Qué te pasa hija?» La repulsión no se hizo esperar, le grite y corrí a mi pequeño cuarto, dejando atrás su estúpido sollozo.
Esas fueron solo algunas de las cosas que usó Niall para que lo odiara, —y además todo tenía que venir encadenado a Patrick, siempre Patrick involucrado en mi vida—… y no puedo creer que después de todo, después de que le perdonara todas las humillaciones y lo tratara como a un hermano, después de que le contara hasta los menores detalles de mi vida, después de… después de todo lo que lo amé me hubiera hecho esto.
Abro los ojos de nuevo y me fijo en todo, descendiendo, descendiendo, descendiendo… El taxi y yo seguimos hundiéndonos, el agua ya ha encontrado la entrada y se cuela rápidamente por la parte de adelante, y yo… yo intento con todas mis fuerzas romper una ventana o abrir una puerta, pero la última opción es imposible, las puertas siguen con seguro, y la primera lo es aún más, parecen vidrios blindados, y para colmo, ninguno tiene manija para bajar el vidrio.
—Es un juego, es un juego, es un juego… —me digo a mi misma, todo esto es parte de una obra fríamente calculada, nada me va a pasar ¿no? ¡La manija! ¡Soy una tarada! Busco en mi chaqueta el contenido del sobre negro de mi escritorio y en cuanto lo encuentro lo coloco en la puerta, es la puta manija para bajar la ventana.
Bajo unos centímetros y la sustancia liquida entra rápidamente al auto haciendo que se me peque aún más la ropa al cuerpo. El agua esta helada y siento mis músculos contraerse ante el contacto con esta, abro lo más que puedo los ojos pero todo está muy oscuro, de cualquier forma eso no es lo importante, solo debo subir. Muevo piernas y brazos tanto como me es posible, pero siento que no consigo nada, finalmente veo algo de luz en la parte más alta, hay alguien ahí, vestido de blanco y observándome, y todo lo que deseo es llegar a esa persona que se ve tan pacifica, y es así, mi cuerpo comienza a flotar y me veo con el rostro afuera siendo golpeado por la fría brisa, el aire llena mis pulmones con cada aspiración que ejecuto, la sensación de ahogo ha sido terrorífica y ya no sé si podre olvidarla, así como tampoco creo poder olvidar a la persona que parecía caminar sobre el agua y que ha desaparecido.
—Ahí están —dice Sam en cuanto ve a los hombres entrar al edificio. Observo a varios hombres metidos en gabardinas de distintos colores sobrios que se acercan a nosotros—. Detective, Samuel Samerland —Se presenta el abogado. Yo no digo nada, solo voy a los ascensores. La noche pasada fue tan pesada que no tengo ganas de presentaciones.
— ¿En la planta ’31’?
—Eso es. —Escucho a Sam responder.
El piso se llena cada vez más de oficiales que buscan algo que ni yo veo y que antes era tan obvio. Todo CRS se ha trasladado de nuevo y ahora toda la planta esta devastada, es más, pareciera que esta planta ha estado si usar por mucho tiempo. Los pisos y los muros están en obra negra, hay cables por todos lados y podría jurar que vi algún roedor corriendo por el piso. No puedo creerlo, apenas si han pasado unos días. Ahora todos me miran extraño.
—Bueno, el encargado del edificio dice que oficialmente el piso no ha sido alquilado todavía. En el registro de contado no aparece ningún Centro de Recreo y Servicios, ni nada que se le parezca. —El hombre, que me lleva unos años y que usa lentes en interiores es quien está hablando, es el detective Jude y comienza a estresarme su caminar de un lado a otro en la habitación.
—Los buzos siguen buscando el taxi, en cuanto lo encuentren comprobaremos la matricula y la licencia —dice Sam que está sentado en el sillón frente a mí.
— ¿Ha hablado con el señor Horan? —pregunta un tercer hombre, está de pie frente a mí con los brazos cruzados, es el más joven y tiene el cabello de un color cobre. Es quien me mira aún más extraño.
—No, todavía no me ha llamado —digo rígida sobre el respaldo del sofá color crema en el que estoy. Aún intento mantener algo del orgullo que tenía cuando llegue.
— ¿Los grafitis de la casa? —pregunta Sam.
—El grafiti estaba hecho con una solución aceitosa marina ilegal en los Estados Unidos. No es imposible de rastrear, pero llevara tiempo. —Vaya, tomo una respiración honda y coloco las manos en los costados—. Pero las fotos, el arma, el payaso, la ambulancia…, todo eso esta… pendiente —dice Jude cerrando su libreta de notas para comenzar a dar pequeños golpecitos a las cosas con ella—. Allanamiento de morada, claro.
—Intimidación, vandalismo, acoso, pero eso es todo —dice Emerson, el hombre de cabello color cobre.
—Vigilancia ilegal, imprudencia temeraria —dice Sam inclinándose indignado en su silla.
—Intento de homicidio. —Complemento completamente tranquila.
—Solo que usted dice que contrató a esos tipos —reclama Jude sentándose en otro sillón a mi izquierda.
— ¡Eso es irrelevante…! —Contraataca Sam.
—No. —Lo detiene Emerson—. Nuestro trabajo es decirle lo que tenemos, pero eso es todo.
He vuelto a mi apartamento en el auto de Jenna, —no ha querido que se lo devuelva hasta que crea que estoy segura, piensa que me ira mejor si tengo en que transportarme, pero creo que solo lo hace por aprovechar al máximo las capacidades de Dean, lo cual me comienza a cansar, el tiempo que le dedica a él es demasiado y ya he perdido a Niall, no quiero perderla a ella también—, creo que es lo más conveniente después de todo lo que ha pasado con Niall y con su casa. La señora Johns me ha saludado muy efusivamente en cuanto me ha visto y ha decidido ser finalmente una buena mujer llenándome de mimos y besos.
—Ten. Solo jamón y queso, tal y como te gusta —dice colocando frente a mí un plato de porcelana con algo que podría pasar más por una roca que un sándwich.
—Vaya, gracias Lilian. No deberías tomarte tantas molestias por mí, estoy bien. —Aún así tomo la comida, de cualquier forma y por más feo que se vea, debo meter algo en mi estomago, tal vez así me sienta menos extraña.
La mujer me regala una sonrisa y se sienta junto a mí. Ahora que la veo con más detenimiento en muchas semanas, es muy parecida a la mujer del sueño que tuve en el avión, aunque claro, esa mujer era mucho más joven; pero aún así tiene los mismos ojos grises.
—Lilian… ¿hace cuanto nos conocemos? —la pregunta sale de mi boca incluso antes de que la procese en mi cabeza. Ella deja de tejer y se queda mirando lo que ha hecho, rígida.
—Hace mucho… Chloe. —Me mira de reojo, ha vuelto a hacer lo que hacía.
—Sí, lo sé Lilian, hace mucho, pero ¿exactamente cuánto? —Esta vez no intenta disimular tejiendo, simplemente se levanta y va a la cocina, le veo coger el único pocillo sucio y lavarlo.
—Chloe, no se a que vienen esas preguntas. Siempre he estado aquí para ti y eso es todo lo que importa. En serio niña, ¿por qué vienes con esas cosas ahora? He cuidado de ti. ¡Maldición! —dice lavando con más fuerza el pocillo, creo que ya lo ha fregado lo suficiente. No entiendo porqué se ha puesto así, de hecho nunca hemos sido muy cercanas, entre nosotras solo está el respeto de la edad, y un poco más cuando me alejé de todo y vine a vivir a este lugar, después de la muerte de mi “padre”. Esto huele muy mal.
—Es una pregunta muy simple Lilian, dime. ¿Hace cuanto? —Malcolm, el hijo de la señora Johns, entra corriendo al apartamento y pidiéndole que vaya con ella, al parecer hay un animal extraño en su casa que le asusta. Cabe resaltar que Malcolm tiene siete años, si, es adoptado… como yo.
—Mira —dice tomándome las manos ignorando al niño que le hala la camisa—. Es obvio que ya lo sabes, te conozco, y si no, al menos lo sospechas. Solo debes saber que Patrick y Louisa te amaron, los amaron a todos… y tú no eres como ella Sandy, no lo olvides, solo debes creer en ti misma y ver lo que de verdad hay ahí. —Con eso me señala el corazón, después me da un beso en la mejilla, toma al niño por la mano y va a ver qué es lo que sucede.
¿Lo sabes o al menos lo sospechas? ¿Podrían las cosas ser más extrañas? ¿Y quién es ella? Ella… La señora Johns antes que ayudarme me ha confundido más, y ¿Cómo puede decir que ellos me amaban? Patrick murió decepcionado de la persona en la que me convertí y Louisa a pesar de ser una mujer buena y mostrarme cariño, jamás me dio lo que en realidad necesitaba. ¿A caso eso es amor? La verdad no lo creo.
Un zumbido en la mesa hace que devuelva mi atención a la realidad, me acerco al mueble rápidamente y contesto mi celular.
— ¿Si?
— ¿Señorita Fox? Le llamamos de Taxis Nacionales. Tenemos la dirección que quería. —Muy bien, ya era hora. Tomo un bolígrafo y anoto en una libreta la dirección que me dictan.
Cuando dijo que vivía cerca de mi creí que sería por Prospect Heights o Carrol Gardens, no en Hollis Hils al norte de Queen; el trafico ha sido fatal y he tenido que tanquear a medio camino y aguantar cerca de una hora de viaje. Parqueo frente a una edificación de tres pisos con paredes blancas y manchadas de humedad, esta apenas rodeada por casas del mismo estilo y no comprendo cómo no pude haber venido antes a un lugar tan horrible como este.
Bajo del auto y camino hacia la entrada, subiendo unas escaleras en el proceso. Al llegar al atrio observo una puerta de madera combinada debido al tiempo que tiene, golpeo con cuidado de no ensuciarme y al ver que nadie responde lo hago de nuevo, con más fuerza. Las llantas de un auto rechinando a lo lejos me hacen temblar, además los perros no dejan de ladrar y le aportan a la noche un aire más siniestro. Estoy en un lugar muy peligroso.
Finalmente escucho pasos perezosos acercándose a mí y decido sacar las manos de los bolsillos, en donde las resguardaba del frio nocturno. Una mujer rubia con el cabello aún más encima de los hombros abre la puerta, trae un camisón de flores cubierto por una bata gris y desgastada.
— ¿Qué quiere? —pregunta toscamente, aún sin abrir por completo la puerta.
—Zayn, ¿está Zayn? —La mujer le da una calada al cigarrillo que lleva en la mano derecha y después me suelta el humo en la cara, acción que intento ignorar debido al interés que tengo en ver al moreno.
—Está durmiendo —dice sonriendo traviesamente. Maldita.
— ¿Amy? ¿Qué sucede? —escucho su voz algo ronca desde arriba. “Amy” abre un poco más la puerta y le puedo ver solo con un pantalón observándome desde arriba, aún esta adormilado y despeinado—. Oh. Hola ¿Qué haces aquí? —me dice tranquilamente. ¿Cómo puede?
— ¿Podemos hablar?
—Claro. —Amy se hace un lado con una mueca y yo sigo adelante, subiendo por las escaleras de madera que hacen sonidos agudos con cada pisada. Llego finalmente a su “piso”, un basurero aún más pequeño y feo que el mío, no me sorprende que le gustará el lugar en el que vivo—. Creí que no volvería a verte —dice recostado contra una pared. En serio, ¿De alguna manera podría ser más… cínico? Trago saliva y voy al tema.
— ¿Puedes decirme que significan estas fotos? —Saco los escaques de papel mate de mi abrigo y se los enseño desde donde estoy. Él se acerca lentamente a mí—. ¿Eres tú?
— ¿De dónde las has sacado? —pregunta algo divertido.
—Del hotel, estaban en mi habitación. ¿Vas a decirme que este no eres tú? — ¿Sera capaz?
— ¿Qué te hace pensar… —dice mirando una de las fotos que ha tomado de mi mano—…que soy yo? —Me mira, una de sus cejas se eleva con curiosidad picara. Genial, ahora es obvio que lo detalle muy bien.
—El, el tatuaje, el tatuaje en forma de corazón sobre el… resorte —digo nerviosa.
—Muy bien. —Me devuelve la imagen y se va a otro lado detrás de mí.
—Pensé que… —Suspiro—. ¿Puedo sentarme? —pregunto dándome la vuelta para ir hacia el pequeño sofá azul que está lleno de cojines.
—Claro. ¿Estás bien? —inquiere en cuanto me acomodo en el mueble acolchado y roído. Suspiro de nuevo y él se sienta frente a mí en un asiento de madera y cuero, echa el cuerpo hacia adelante colocando los codos sobre sus rodillas y se queda mirándome, con esa mirada tan intensa que me hace sentir insignificante—. No estás bien, ¿verdad? Es por el juego ese que tienes ¿no? —Me sobo las sienes preguntándome la razón de estar acá, él simplemente ha sido una ficha más, quizás ni siquiera sea el de la foto, solo alguien a quien le dibujaron lo mismo para después atacarle con una cámara. Soy una estúpida.
—Lo siento, estoy molestándote. Me voy. —Coloco las manos sobre la superficie a mi lado para impulsarme hacia arriba. Debo irme cuanto antes.
—No. Tranquila, hablaremos. Me cambio y vuelvo enseguida. —Dicho esto se levanta, toma una manta que estaba a su lado y se va por un pasillo. Yo me quedo ahí sentada, frotándome las manos y mirando al suelo, pensando en las estúpidas razones por las que vine a ver al tipo que se burlo de mí. Creo que simplemente soy masoquista.
— ¿Tienes una aspirina? —Le pido levantándome y mirando hacia donde se ha ido, todo lo que veo es una puerta blanca con un gran espejo, él no me responde. Me quito el abrigo dejándolo en el sofá y veo mejor el lugar, en serio necesito esa pasta.
Camino hacia una repisa sobre el intento de chimenea que está justo junto al sofá, sobre ella hay fotos y algunas imágenes y estatuillas religiosas; observo un momento la cabeza de la Virgen María que reposa sin cuerpo al lado de una esperma, a su lado esta lo que le falta. La levanto y por alguna razón la llevo a mi nariz para descubrir que huele un poco mal, así que me apuro a clavarla en donde corresponde, cuidando que quede bien, en cuanto termino observo cómo se le ilumina el rostro, pero no es cuestión milagrosa, es solo a causa de la luz proveniente de una pequeña lámpara naranja que está al lado. Un momento, me fijo mejor en la lámpara y noto que sale humo de ella, me acerco para mirar por encima y veo que aún trae una marquilla con el precio: «8.85º», esto es lo que se está quemando y a eso se debe el humo. Vaya, como odio esto. Meto mi mano para intentar quitarla pero termino quemándome con la bombilla sobrecalentada, me llevo inmediatamente el dedo a la boca pero creo que la saliva no será suficiente esta vez para sanar el dolor; así que camino con la marquilla que alcancé a quitar aún en la mano, yendo hacia la cocina, una vez allí dejo el papelito sobre la tarima y abro la llave para dejar el agua correr por mi dedo. La perilla responde pero no sale ningún líquido, intento con la que está al lado pero es lo mismo, ¿Cómo es que no tiene agua? Voy hacia la nevera y abro el congelador, el hielo podría servir, pero está oscuro y no hay nada en el, lo cierro y abro la parte inferior, esta si está encendida pero sigue sin ningún contenido. Esto debe ser una broma. Corro hacia la sala para abrir las gavetas en donde se supone hay libros, tomo uno y confirmo que es falso, es simplemente de utilería; bajo a un mueble de maple y comienzo a revisar los cajones, no hay nada de nada, en ninguno de ellos. No puedo creerlo, no quiero creerlo, todo esto debe ser un error, una mala pasada de mi mente. Miro un portarretratos en el que se observa un niño vestido con un traje negro, sosteniendo una vela blanca, lo tomo en mis manos y lo abro por la parte de atrás, es solo el recorte de una revista. Esta es una horrible y asquerosa casa de mentiras. Después de todo él si tenía mucho más que ver en todo esto.
« ¿Algo más?» pregunté antes de dejar la mesa, ellos se burlaron y dejaron que sus bebidas se derramaran en el suelo, ahora tendría que trabajar aún más.
Salí en horas de la madrugada y llegue a casa tan rápido como pude, Patrick se encontraba fumando su puro y viendo las estúpidas noticias « ¿Qué te pasa hija?» La repulsión no se hizo esperar, le grite y corrí a mi pequeño cuarto, dejando atrás su estúpido sollozo.
Esas fueron solo algunas de las cosas que usó Niall para que lo odiara, —y además todo tenía que venir encadenado a Patrick, siempre Patrick involucrado en mi vida—… y no puedo creer que después de todo, después de que le perdonara todas las humillaciones y lo tratara como a un hermano, después de que le contara hasta los menores detalles de mi vida, después de… después de todo lo que lo amé me hubiera hecho esto.
Abro los ojos de nuevo y me fijo en todo, descendiendo, descendiendo, descendiendo… El taxi y yo seguimos hundiéndonos, el agua ya ha encontrado la entrada y se cuela rápidamente por la parte de adelante, y yo… yo intento con todas mis fuerzas romper una ventana o abrir una puerta, pero la última opción es imposible, las puertas siguen con seguro, y la primera lo es aún más, parecen vidrios blindados, y para colmo, ninguno tiene manija para bajar el vidrio.
—Es un juego, es un juego, es un juego… —me digo a mi misma, todo esto es parte de una obra fríamente calculada, nada me va a pasar ¿no? ¡La manija! ¡Soy una tarada! Busco en mi chaqueta el contenido del sobre negro de mi escritorio y en cuanto lo encuentro lo coloco en la puerta, es la puta manija para bajar la ventana.
Bajo unos centímetros y la sustancia liquida entra rápidamente al auto haciendo que se me peque aún más la ropa al cuerpo. El agua esta helada y siento mis músculos contraerse ante el contacto con esta, abro lo más que puedo los ojos pero todo está muy oscuro, de cualquier forma eso no es lo importante, solo debo subir. Muevo piernas y brazos tanto como me es posible, pero siento que no consigo nada, finalmente veo algo de luz en la parte más alta, hay alguien ahí, vestido de blanco y observándome, y todo lo que deseo es llegar a esa persona que se ve tan pacifica, y es así, mi cuerpo comienza a flotar y me veo con el rostro afuera siendo golpeado por la fría brisa, el aire llena mis pulmones con cada aspiración que ejecuto, la sensación de ahogo ha sido terrorífica y ya no sé si podre olvidarla, así como tampoco creo poder olvidar a la persona que parecía caminar sobre el agua y que ha desaparecido.
—Ahí están —dice Sam en cuanto ve a los hombres entrar al edificio. Observo a varios hombres metidos en gabardinas de distintos colores sobrios que se acercan a nosotros—. Detective, Samuel Samerland —Se presenta el abogado. Yo no digo nada, solo voy a los ascensores. La noche pasada fue tan pesada que no tengo ganas de presentaciones.
— ¿En la planta ’31’?
—Eso es. —Escucho a Sam responder.
El piso se llena cada vez más de oficiales que buscan algo que ni yo veo y que antes era tan obvio. Todo CRS se ha trasladado de nuevo y ahora toda la planta esta devastada, es más, pareciera que esta planta ha estado si usar por mucho tiempo. Los pisos y los muros están en obra negra, hay cables por todos lados y podría jurar que vi algún roedor corriendo por el piso. No puedo creerlo, apenas si han pasado unos días. Ahora todos me miran extraño.
—Bueno, el encargado del edificio dice que oficialmente el piso no ha sido alquilado todavía. En el registro de contado no aparece ningún Centro de Recreo y Servicios, ni nada que se le parezca. —El hombre, que me lleva unos años y que usa lentes en interiores es quien está hablando, es el detective Jude y comienza a estresarme su caminar de un lado a otro en la habitación.
—Los buzos siguen buscando el taxi, en cuanto lo encuentren comprobaremos la matricula y la licencia —dice Sam que está sentado en el sillón frente a mí.
— ¿Ha hablado con el señor Horan? —pregunta un tercer hombre, está de pie frente a mí con los brazos cruzados, es el más joven y tiene el cabello de un color cobre. Es quien me mira aún más extraño.
—No, todavía no me ha llamado —digo rígida sobre el respaldo del sofá color crema en el que estoy. Aún intento mantener algo del orgullo que tenía cuando llegue.
— ¿Los grafitis de la casa? —pregunta Sam.
—El grafiti estaba hecho con una solución aceitosa marina ilegal en los Estados Unidos. No es imposible de rastrear, pero llevara tiempo. —Vaya, tomo una respiración honda y coloco las manos en los costados—. Pero las fotos, el arma, el payaso, la ambulancia…, todo eso esta… pendiente —dice Jude cerrando su libreta de notas para comenzar a dar pequeños golpecitos a las cosas con ella—. Allanamiento de morada, claro.
—Intimidación, vandalismo, acoso, pero eso es todo —dice Emerson, el hombre de cabello color cobre.
—Vigilancia ilegal, imprudencia temeraria —dice Sam inclinándose indignado en su silla.
—Intento de homicidio. —Complemento completamente tranquila.
—Solo que usted dice que contrató a esos tipos —reclama Jude sentándose en otro sillón a mi izquierda.
— ¡Eso es irrelevante…! —Contraataca Sam.
—No. —Lo detiene Emerson—. Nuestro trabajo es decirle lo que tenemos, pero eso es todo.
He vuelto a mi apartamento en el auto de Jenna, —no ha querido que se lo devuelva hasta que crea que estoy segura, piensa que me ira mejor si tengo en que transportarme, pero creo que solo lo hace por aprovechar al máximo las capacidades de Dean, lo cual me comienza a cansar, el tiempo que le dedica a él es demasiado y ya he perdido a Niall, no quiero perderla a ella también—, creo que es lo más conveniente después de todo lo que ha pasado con Niall y con su casa. La señora Johns me ha saludado muy efusivamente en cuanto me ha visto y ha decidido ser finalmente una buena mujer llenándome de mimos y besos.
—Ten. Solo jamón y queso, tal y como te gusta —dice colocando frente a mí un plato de porcelana con algo que podría pasar más por una roca que un sándwich.
—Vaya, gracias Lilian. No deberías tomarte tantas molestias por mí, estoy bien. —Aún así tomo la comida, de cualquier forma y por más feo que se vea, debo meter algo en mi estomago, tal vez así me sienta menos extraña.
La mujer me regala una sonrisa y se sienta junto a mí. Ahora que la veo con más detenimiento en muchas semanas, es muy parecida a la mujer del sueño que tuve en el avión, aunque claro, esa mujer era mucho más joven; pero aún así tiene los mismos ojos grises.
—Lilian… ¿hace cuanto nos conocemos? —la pregunta sale de mi boca incluso antes de que la procese en mi cabeza. Ella deja de tejer y se queda mirando lo que ha hecho, rígida.
—Hace mucho… Chloe. —Me mira de reojo, ha vuelto a hacer lo que hacía.
—Sí, lo sé Lilian, hace mucho, pero ¿exactamente cuánto? —Esta vez no intenta disimular tejiendo, simplemente se levanta y va a la cocina, le veo coger el único pocillo sucio y lavarlo.
—Chloe, no se a que vienen esas preguntas. Siempre he estado aquí para ti y eso es todo lo que importa. En serio niña, ¿por qué vienes con esas cosas ahora? He cuidado de ti. ¡Maldición! —dice lavando con más fuerza el pocillo, creo que ya lo ha fregado lo suficiente. No entiendo porqué se ha puesto así, de hecho nunca hemos sido muy cercanas, entre nosotras solo está el respeto de la edad, y un poco más cuando me alejé de todo y vine a vivir a este lugar, después de la muerte de mi “padre”. Esto huele muy mal.
—Es una pregunta muy simple Lilian, dime. ¿Hace cuanto? —Malcolm, el hijo de la señora Johns, entra corriendo al apartamento y pidiéndole que vaya con ella, al parecer hay un animal extraño en su casa que le asusta. Cabe resaltar que Malcolm tiene siete años, si, es adoptado… como yo.
—Mira —dice tomándome las manos ignorando al niño que le hala la camisa—. Es obvio que ya lo sabes, te conozco, y si no, al menos lo sospechas. Solo debes saber que Patrick y Louisa te amaron, los amaron a todos… y tú no eres como ella Sandy, no lo olvides, solo debes creer en ti misma y ver lo que de verdad hay ahí. —Con eso me señala el corazón, después me da un beso en la mejilla, toma al niño por la mano y va a ver qué es lo que sucede.
¿Lo sabes o al menos lo sospechas? ¿Podrían las cosas ser más extrañas? ¿Y quién es ella? Ella… La señora Johns antes que ayudarme me ha confundido más, y ¿Cómo puede decir que ellos me amaban? Patrick murió decepcionado de la persona en la que me convertí y Louisa a pesar de ser una mujer buena y mostrarme cariño, jamás me dio lo que en realidad necesitaba. ¿A caso eso es amor? La verdad no lo creo.
Un zumbido en la mesa hace que devuelva mi atención a la realidad, me acerco al mueble rápidamente y contesto mi celular.
— ¿Si?
— ¿Señorita Fox? Le llamamos de Taxis Nacionales. Tenemos la dirección que quería. —Muy bien, ya era hora. Tomo un bolígrafo y anoto en una libreta la dirección que me dictan.
Cuando dijo que vivía cerca de mi creí que sería por Prospect Heights o Carrol Gardens, no en Hollis Hils al norte de Queen; el trafico ha sido fatal y he tenido que tanquear a medio camino y aguantar cerca de una hora de viaje. Parqueo frente a una edificación de tres pisos con paredes blancas y manchadas de humedad, esta apenas rodeada por casas del mismo estilo y no comprendo cómo no pude haber venido antes a un lugar tan horrible como este.
Bajo del auto y camino hacia la entrada, subiendo unas escaleras en el proceso. Al llegar al atrio observo una puerta de madera combinada debido al tiempo que tiene, golpeo con cuidado de no ensuciarme y al ver que nadie responde lo hago de nuevo, con más fuerza. Las llantas de un auto rechinando a lo lejos me hacen temblar, además los perros no dejan de ladrar y le aportan a la noche un aire más siniestro. Estoy en un lugar muy peligroso.
Finalmente escucho pasos perezosos acercándose a mí y decido sacar las manos de los bolsillos, en donde las resguardaba del frio nocturno. Una mujer rubia con el cabello aún más encima de los hombros abre la puerta, trae un camisón de flores cubierto por una bata gris y desgastada.
— ¿Qué quiere? —pregunta toscamente, aún sin abrir por completo la puerta.
—Zayn, ¿está Zayn? —La mujer le da una calada al cigarrillo que lleva en la mano derecha y después me suelta el humo en la cara, acción que intento ignorar debido al interés que tengo en ver al moreno.
—Está durmiendo —dice sonriendo traviesamente. Maldita.
— ¿Amy? ¿Qué sucede? —escucho su voz algo ronca desde arriba. “Amy” abre un poco más la puerta y le puedo ver solo con un pantalón observándome desde arriba, aún esta adormilado y despeinado—. Oh. Hola ¿Qué haces aquí? —me dice tranquilamente. ¿Cómo puede?
— ¿Podemos hablar?
—Claro. —Amy se hace un lado con una mueca y yo sigo adelante, subiendo por las escaleras de madera que hacen sonidos agudos con cada pisada. Llego finalmente a su “piso”, un basurero aún más pequeño y feo que el mío, no me sorprende que le gustará el lugar en el que vivo—. Creí que no volvería a verte —dice recostado contra una pared. En serio, ¿De alguna manera podría ser más… cínico? Trago saliva y voy al tema.
— ¿Puedes decirme que significan estas fotos? —Saco los escaques de papel mate de mi abrigo y se los enseño desde donde estoy. Él se acerca lentamente a mí—. ¿Eres tú?
— ¿De dónde las has sacado? —pregunta algo divertido.
—Del hotel, estaban en mi habitación. ¿Vas a decirme que este no eres tú? — ¿Sera capaz?
— ¿Qué te hace pensar… —dice mirando una de las fotos que ha tomado de mi mano—…que soy yo? —Me mira, una de sus cejas se eleva con curiosidad picara. Genial, ahora es obvio que lo detalle muy bien.
—El, el tatuaje, el tatuaje en forma de corazón sobre el… resorte —digo nerviosa.
—Muy bien. —Me devuelve la imagen y se va a otro lado detrás de mí.
—Pensé que… —Suspiro—. ¿Puedo sentarme? —pregunto dándome la vuelta para ir hacia el pequeño sofá azul que está lleno de cojines.
—Claro. ¿Estás bien? —inquiere en cuanto me acomodo en el mueble acolchado y roído. Suspiro de nuevo y él se sienta frente a mí en un asiento de madera y cuero, echa el cuerpo hacia adelante colocando los codos sobre sus rodillas y se queda mirándome, con esa mirada tan intensa que me hace sentir insignificante—. No estás bien, ¿verdad? Es por el juego ese que tienes ¿no? —Me sobo las sienes preguntándome la razón de estar acá, él simplemente ha sido una ficha más, quizás ni siquiera sea el de la foto, solo alguien a quien le dibujaron lo mismo para después atacarle con una cámara. Soy una estúpida.
—Lo siento, estoy molestándote. Me voy. —Coloco las manos sobre la superficie a mi lado para impulsarme hacia arriba. Debo irme cuanto antes.
—No. Tranquila, hablaremos. Me cambio y vuelvo enseguida. —Dicho esto se levanta, toma una manta que estaba a su lado y se va por un pasillo. Yo me quedo ahí sentada, frotándome las manos y mirando al suelo, pensando en las estúpidas razones por las que vine a ver al tipo que se burlo de mí. Creo que simplemente soy masoquista.
— ¿Tienes una aspirina? —Le pido levantándome y mirando hacia donde se ha ido, todo lo que veo es una puerta blanca con un gran espejo, él no me responde. Me quito el abrigo dejándolo en el sofá y veo mejor el lugar, en serio necesito esa pasta.
Camino hacia una repisa sobre el intento de chimenea que está justo junto al sofá, sobre ella hay fotos y algunas imágenes y estatuillas religiosas; observo un momento la cabeza de la Virgen María que reposa sin cuerpo al lado de una esperma, a su lado esta lo que le falta. La levanto y por alguna razón la llevo a mi nariz para descubrir que huele un poco mal, así que me apuro a clavarla en donde corresponde, cuidando que quede bien, en cuanto termino observo cómo se le ilumina el rostro, pero no es cuestión milagrosa, es solo a causa de la luz proveniente de una pequeña lámpara naranja que está al lado. Un momento, me fijo mejor en la lámpara y noto que sale humo de ella, me acerco para mirar por encima y veo que aún trae una marquilla con el precio: «8.85º», esto es lo que se está quemando y a eso se debe el humo. Vaya, como odio esto. Meto mi mano para intentar quitarla pero termino quemándome con la bombilla sobrecalentada, me llevo inmediatamente el dedo a la boca pero creo que la saliva no será suficiente esta vez para sanar el dolor; así que camino con la marquilla que alcancé a quitar aún en la mano, yendo hacia la cocina, una vez allí dejo el papelito sobre la tarima y abro la llave para dejar el agua correr por mi dedo. La perilla responde pero no sale ningún líquido, intento con la que está al lado pero es lo mismo, ¿Cómo es que no tiene agua? Voy hacia la nevera y abro el congelador, el hielo podría servir, pero está oscuro y no hay nada en el, lo cierro y abro la parte inferior, esta si está encendida pero sigue sin ningún contenido. Esto debe ser una broma. Corro hacia la sala para abrir las gavetas en donde se supone hay libros, tomo uno y confirmo que es falso, es simplemente de utilería; bajo a un mueble de maple y comienzo a revisar los cajones, no hay nada de nada, en ninguno de ellos. No puedo creerlo, no quiero creerlo, todo esto debe ser un error, una mala pasada de mi mente. Miro un portarretratos en el que se observa un niño vestido con un traje negro, sosteniendo una vela blanca, lo tomo en mis manos y lo abro por la parte de atrás, es solo el recorte de una revista. Esta es una horrible y asquerosa casa de mentiras. Después de todo él si tenía mucho más que ver en todo esto.
darko.
Re: The Game ☢
Me encantan todas tus conclusiones Kat! Jaja en serio que muchas resultan bastante acertadas.tommo tomlinson escribió:¡¡¡¡QUE!!!! ¡¡¡NIALL!!! ¡¡¡NIALL!!! ¡¡¡¡WHAT!!!Niall. Estaba. Drogado. Mi. Peor. Pesadilla. ..Este capitulo estuvo intenso ¡CARAJO! Sentí toda la adrenalina ¡¡Ahh!! . Okey entonces el no tiene nada que ver con todo esto y esta igual o mas desesperado que Clo y recurrió a las drogas para quitarse todo el estrés y las preocupaciones.....si eso fue ............. .¡¡AY DEOS no me imagino al duende drogado!! ¡¡No Puedo!!¡¡Y ese Adam!! ¿quien es? ¿si va a matar a Clo? ¿Porque? ¡¿WHY?!La CRS ya se esta pasando, Acosadores, Asesinos, Psicópatas.... , ¡¡Todo es tu culpa Nial!! ¡¡ Y Clo también por Aceptar!!.....mierda...Ohh no entendí muy bien ¿quien demonios es Sandy? ¿Clo es Sandy? ¿Ella era Sandy antes de que estuviera en el Orfanato? ¿esa voz que escucha en su mente es su Verdadera Madre? (se escucho muy dramático lo ultimo)..... lose muchas preguntas, pero en cada capitulo me dejas mas ¡¡intrigada!!A que no sabes que...... ¡¡¡TENGO UNA NUEVA HERMANA!!! se que no te había hablado de eso, pero mi Madre estaba embarazada y la semana pasada nació la bebe y creo que estoy enamorada de esa pequeña cosita.... es como un algodoncito de azúcar jejejeeje no, no soy como las hermanas que se ponen celosas, soy bien cool , nah, por eso estaba desaparecida ....así que si pensabas que me habían secuestrado ¡¡PUES NO!! ¡¡NO TE PUEDES LIBRAR DE MI TAN FÁCILMENTE!! Muajajajaja ..... ya no en serio tienes que terminar esta novela si no....PLAÑIRÁS ,la verdad no tengo ni la menor idea que significa pero LO HARÉ .No, nunca te haría Plañir (? pero SIGUELA y, y, y te doy algo, no se que, pero te doy algojejejejeje, lo se hoy estoy algo estúpida, pero los bebes me provocan esoBESITOS
Y bueno, te respondería todas las preguntas pero sería spoilearte y como que no, verdad?
Bueno, ya subí un cap, y quizás ahora suba otro! c:
Aww hermanita!! Que belleza Creo que el próximo bebe con el que interactúe sera mío jaja La verdad ya no me quieren dar hermanitos :/
Pero que bonito!!
Y si duermes bien? Llora mucho?
Aww que emoción!
Jajaja viste ese cap de iCarly? Eso es como "pagaras".
Jaja disque estúpida, para nada mujer! O sino imaginame a mi que lo soy en sano juicio, como lo sería con bebes?
Pero bueno, subiré pronto de nuevo c:
darko.
Re: The Game ☢
hay dios recién voy en el capitulos dos, pero ya la he amado, así que termino de leer y te dejo un comentario más largo,por cierto me llamo javiera emilia -prefiero emilia, dime ems, si gustas, saludos
Invitado
Invitado
Re: The Game ☢
Hola Ems, como estas? Yo soy Laura, llámame así o Lau, o no se c: Cualquiera menos "Lala" no me gusta u.uhazel. escribió: hay dios recién voy en el capitulos dos, pero ya la he amado, así que termino de leer y te dejo un comentario más largo,por cierto me llamo javiera emilia -prefiero emilia, dime ems, si gustas, saludos
Pues me alegra mucho tenerte por aquí, ciertamente la cantidad de lectoras bajo muchísimo. Si te siguió gustando?
Y como estas? De donde eres? A que te dedicas? Has visto The Big Bang Theory? A mi me ha encantado!
darko.
Capítulo 13
CAPÍTULO 13
Zayn vuelve al cuarto, sigue con el mismo jean pero ahora trae una camisa blanca casi transparente que le enmarca todos los músculos y deja entrever sus tatuajes, Dios…
— ¿Quieres beber algo con esto? —dice mostrándome una pequeña caja de Ron.
— ¿Eres tú? —digo mostrándole el portarretratos con la foto del niño que he visto antes. Él se detiene a mitad de su camino hacia la cocina y abre la boca, en un primer momento no dice nada y mira al techo, después responde.
—Sí, es, la primera comunión. —Sonríe tímido.
—Enséñamela. —Se la acerco.
— ¿Qué pasa? —pregunta con un tono autentico de preocupación.
—Saca la foto del marco y enséñamela—digo acercándome a él amenazadoramente.
—Muy bien. —Acorta la distancia que quedaba entre nosotros y toma el marco de metal—. Nos observan —susurra y mira de nuevo al techo.
— ¿Qué? —digo sin entender.
—Aquí no. Están viéndonos. —Sus ojos siguen mirando hacia arriba—. Por el detector de humos. —Observo hacia arriba, hacia el pequeño ovalo blanco que reposa sobre nosotros y que tiene una luz roja que no deja de titilar—. ¿Qué estabas diciendo? ¿Te parece si damos un paseo? —dice el moreno dándose la vuelta con el portarretratos en las manos, de nuevo hacia la cocina.
—No, no, no —digo caminando tras él—. Estoy harta, estoy hasta los cojones de esto. —Mi voz se llena cada vez de más rabia.
— ¿Qué te pasa? —pregunta él enojado—. Vamos a tomar…
— ¿Qué se creen que son? —Miro al ovalo—. No los aguanto más. ¡¿Qué se creen que son?! ¡Vamos, salgan de ahí! ¡Vengan acá abajo! —grito. Zayn solo intenta calmarme—. ¡Vamos! ¡Aquí me tienen! —Tomo un paraguas que estaba junto a la chimenea y rompo el detector de humos. Zayn corre a una silla y toma su chaqueta mientras yo observo por la ventana a unos hombres vestidos de negro y encapuchados saliendo de una camioneta blanca.
—Ya lo has conseguido —me reclama mi acompañante poniéndose la chaqueta negra. Me acerco más a la ventana y los observo sacando cosas y acercándose a la casa.
— ¿Qué van a hacer ahora? —pregunto irónica. Solo son unos idiotas que no están en capacidad de hacerme daño, no creo que yo haya causado algo malo. Solo quiero saber quién está detrás de todo esto y esto es todo lo que necesitaba.
—Quítate de la ventana —grita. Lo próximo que escucho son disparos a mis espaldas así que me lanzo al suelo con las manos sobre la cabeza. Los vidrios están sobre mí y sobre el suelo, además algunas astillas caen del techo; ahora estoy toda moteada por madera y cristal. Suelto uno que otro gritito por el susto, después de unos segundos los disparos cesan y quedamos en silencio. Zayn se levanta del suelo y me ayuda a mí a hacer lo mismo, tomamos mi abrigo rápidamente del sofá y lo sigo por una ventana, bajamos por las escaleras que están pegadas a esta y nos escondemos bajo una carpa medianamente acomodada, debajo del pórtico, podemos ver los pies de los hombres subiendo hasta el piso en el que estábamos.
— ¿Qué es todo esto? —pregunto incrédula. ¿Cómo pudo Niall meterme en todo esto?
—Es una puta trampa —responde muy seguro de sus palabras sin dejar de ver como suben.
Caminamos con cuidado, yendo a otra casa cercana, los hombres han rodeado casi todo y ahora nos buscan. Llegamos a las escaleras de otro pórtico y nos quedamos contra el muro el uno junto al otro, veo con más detenimiento, no todos visten de negro ni están enmascarados, algunos traen uniformes blancos de pies a cabeza junto con cascos, y otros tienen la ropa oscura pero nada en la cara, en especial un rubio con el cabello medio largo que está muy cerca de nosotros.
No sé en qué momento pero he dejado de sentir el calor del cuerpo de Zayn en mi brazo derecho, me doy vuelta para rectificar y tal y como lo pensaba, no está ahí, ha salido corriendo, haciendo que el rubio nos pillara. Corro tras él intentando esquivar los disparos que ahora nos acechan, al menos esta vez he traído unos zapatos sin tacón y la comodidad al correr es totalmente notoria.
Damos la vuelta por un pequeño callejón para distraerlos y llegamos a mi auto, abro tan rápido como puedo y le permito al moreno subir a mi lado en lo que arranco. Las balas han alcanzado las ventanas rayando los cristales, pero al menos no han logrado entrar ni hacernos daño. Meto el pedal a fondo y por inercia nuestros cuerpos se van hacia atrás presionando contra los pequeños asientos del Volvo. Todo va bien hasta que me veo en medio de unos caminos cruzados, mierda, desearía haber conocido estas calles hace mucho. Doy vuelta a la izquierda en una calle lo suficiente ancha para un auto rogando a Dios que no sea cerrada y para mi felicidad no es así, pero esa felicidad se ve empañada en cuanto veo por el espejo retrovisor la camioneta blanca, viene a toda velocidad y algunos hombres nos disparan por las ventanas, el vidrio de atrás se rompe y nosotros solo podemos agachar la cabeza.
—Tranquila —me dice Zayn buscando de donde agarrarse. Si claro, como si fuera tan fácil estar tranquila cuando estas a punto de ser asesinada. Aparto mi vista del frente solo un momento para mostrarle con mis ojos lo que su “tranquila” me provoca, él solo sonríe y me indica que ponga atención al camino, yo pongo los ojos en blanco.
Seguimos derecho, las calles están brillantes debido a una suave capa de lluvia que ha caído en la tarde y por más hermoso que todo se vea, esto no es muy conveniente para mí, estamos derrapando con cada pie que avanzamos. Finalmente doblo en otro callejón en Amogha Solutions, es uno de esos lugares en los que los arquitectos no hicieron un muy buen trabajo, así que el auto pasa bien los primeros pies, pero la calle comienza a hacerse más pequeña en cuanto saltamos por unas escaleras, pasando apenas; las chispas junto con el chirrido de las puertas colisionando contra la pared hace que desencaje la dentadura, al menos se que la camioneta no podrá pasar por ahí, así como se que Jenna me pedirá un BMW en reposición de esta chatarra.
Diez minutos más tarde me siento más tranquila, dentro de lo que cabe estar tranquila después de haber sido perseguida, engañada y dañada. Diría que el auto con la pintura rayada y el parachoques destrozado se encuentra mucho mejor que yo en este momento.
Comienzo a pensar hacia dónde ir, mi apartamento no es seguro, no sé en donde esta Niall, no tengo familia y tampoco quiero meter a mi mejor amiga en esto.
—Sal del auto —le digo al moreno deteniéndome en un puente en Union Turnpike y abriéndole la puerta.
—Podría haberte entregado, si me encuentran…
— ¡Que salgas del auto! —grito interrumpiéndolo. Esta vez sale rápido pero no cierra la puerta.
— ¡No tienes elección, nadie más sabe lo que está pasando! —dice antes de que yo arranque haciendo que sus palabras se ahoguen en la distancia.
¿A dónde ir? Sigo preguntándome. Disminuyo la velocidad y pienso un poco más en sus últimas palabras. ¿Por qué la vida me empuja a él? ¿Por qué debo necesitarlo? Viro en una salida para volver al mismo lugar, puedo observarlo a unas yardas de distancia, esta con las manos en los bolsillos caminando hacia el lugar por el que me fui, acelero un poco más y presiono la bocina con mi mano, él ni siquiera se asusta, solo abre la puerta y me mira.
— ¿Quieres saberlo? Si desaparezco nunca lo sabrás. —Asiento a fuerzas con la cabeza y Zayn sube cerrando la puerta fuertemente tras su entrada, yo arranco de nuevo—. Es increíble que no hayan montado bien la casa —se queja prendiendo un cigarrillo y dándole una calada, yo bajo la ventana y aviento el rollito de cáncer por ella. Su gruñido de frustración no se hace esperar.
— ¿A quién te refieres?
—No lo sé, nadie lo sabe. Solo soy un empleado.
— ¡¿Entonces de que me sirves?!
—Se cosas. Sé que desde el principio tu amigo está metido en esto.
— ¡Eso es mentira!
—El día de tu cumpleaños Niall te hablo del CRS y yo me presente como el mensajero de hace varios días ¿me habías visto antes? —Me quedo callada, se que Niall la ha embarrado mucho últimamente pero no puedo creer que todo haya sido intencional—. Lo siento. Pensó que eras su única salida y lo achacaron a gusto.
— ¿Por qué? ¿Cómo llegaron hasta él?
—Hicieron con él lo que te están haciendo a ti.
— ¿De qué estás hablando?
— ¿Sabes a lo que se dedica Styles y de vez en cuando Payne? ¿Has visto las noticias? —Lo miro extrañada—. En tu casa cogí el número de tu cuenta. Lo demás se los diste tú.
—Pero si yo no tengo ni un centavo. No soy como Niall, no soy rica.
—Ahora lo eres —dice muy serio. ¿Ahora lo soy? ¿Pero qué…?
— ¿Cómo? Mi cuenta esta en un buen banco, tiene clave, no es posible.
—Pero lo tienen todo, tu huella, tu sangre, tu firma, tienen lo suficiente para averiguar tu número secreto. Ahora eres propietaria de millones de dólares de Global Advisors S&P, producto de lavado de dinero, asesinatos, robos, estafas… en fin, estas hasta los huesos de dinero sucio. —Saco mi celular para averiguar si esto es real—. Tomlinson, el que te inscribió, estuvo en la cárcel por hackear las cuentas del City Bank, luego te han distraído mientras transferían todo el dinero a tu cuenta. De hecho eres la dueña oficial de esa empresa.
—Esto no es posible, Global Advisors es una empresa legal, Styles y Payne la han manejado toda su vida, jamás hice nada para tenerla.
— ¿Qué le pasa a tu memoria? Firmaste los papeles que te dio Harry, estas metida en esto hasta el fondo. Pasaras los próximos años de tu vida metida en una de las ratoneras que tanto odias. Ya han terminado contigo.
—Con el banco mundial por favor —digo al hombre en el teléfono ignorando en vano las palabras del moreno.
— ¿Por qué crees que nos han disparado? Aunque para ser sincero… viva o muerta ya das igual. —En sus labios se forma una sonrisa irónica e insípida—. Siempre que desaparezcas.
—Guten tag. Español por favor. —Pido ahora a una mujer.
—Señorita su clave por favor.
—Si: “Azul, dos, nueve, seis, nueve, cero y ‘d’ de: David”. —El hombre repite el número para confirmarlo así que así lo hago—. ¿El saldo? —No puedo creer lo que escucho, es una cifra exorbitante que no podría ver ni trabajando mil años—. Es imposible.
—Ya te tienen Chloe. Por completo.
—Jenna Lane, ahora muy ocupada. Deja tu mensaje después del tono. —Escucho la contestadora de mi amiga, ¿Cómo me hace esto ahora? Dean, maldito bastardo.
—En cuanto oigas el mensaje Jenna, habla con Sam. Lo he comprobado, no sé cómo pero me han involucrado en algo muy gordo: desfalco, estafa.... Han intentado matarme, avísale a la policía. Tengo aquí a uno de ellos, le haremos declarar. Ya sé que suena raro, pero llámame aquí, a mi celular. Y ten cuidado. —Dejo el mensaje y cuelgo en cuanto Zayn sale cargado del pequeño supermercado en el que nos detuvimos.
—Han cambiado la clave de tu tarjeta, invito yo —dice con otro cigarro entre los dientes—. Solo quiero que sepas que en realidad soy Zayn Malik, no mentí con respecto a eso, ninguno de nosotros mintió con respecto a eso. Para que… algo de realidad ¿no? —Vaya, que alivio ¿verdad? Eso lo arregla todo.
— ¿Y a mí que mierda me importa? —respondo rodando los ojos.
—Es cuestión de dinero, deberías alegrarte de estar viva. —No puedo evitar apartar mi vista del camino, de nuevo, solo para asesinarlo con ella.
—No quiero hablar de eso ahora.
—Lo que quiero decir es que…
— ¿Cuántas veces has hecho esto? —interrumpo.
— ¿Qué?
—Engañar, timar…
—Muchas —responde sin dudar.
—No sé qué mierda de calderilla te abras llevado antes, pero ahora no se trata solo de ti, se trata de planes de pensiones, de sueldos, de dos mil millones de dólares. —Lo miro de nuevo para observar su reacción, solo se mira las manos y se muerde el labio, Dios…
Aún no es lo suficientemente tarde, se que aún esta acá y siento que de una u otra manera es la única persona que puede ayudarme. Me cuelo junto con el moreno por el lugar por el que entramos la noche de los perros y después de algunos minutos nos encontramos dentro del Chrysler Building, tomamos un ascensor hasta la planta ejecutiva de G.A, no hay mucha gente y de hecho mis ojos me juegan una mala pasada cuando me hacen ver a un hombre alto, de cabello color cobre y vestido con un traje Armani pasando por una oficina de atrás, podría jurar que es Dean, si no fuera porque se que ahora mismo está con mi amiga, la pelirroja. Sacudo un poco la cabeza y camino hacia mi objetivo, tal y como esperaba las luces de su oficina están encendidas, camino hasta ahí con Zayn siguiéndome y ni siquiera golpeo, solo abro la puerta para encontrarme frente a frente con el castaño que ahora podría ser mi tabla de salvación.
—Ni se le ocurra tocar ese teléfono. —Lo amenazo con el arma que he conseguido en el camino.
— ¿Quieres beber algo con esto? —dice mostrándome una pequeña caja de Ron.
— ¿Eres tú? —digo mostrándole el portarretratos con la foto del niño que he visto antes. Él se detiene a mitad de su camino hacia la cocina y abre la boca, en un primer momento no dice nada y mira al techo, después responde.
—Sí, es, la primera comunión. —Sonríe tímido.
—Enséñamela. —Se la acerco.
— ¿Qué pasa? —pregunta con un tono autentico de preocupación.
—Saca la foto del marco y enséñamela—digo acercándome a él amenazadoramente.
—Muy bien. —Acorta la distancia que quedaba entre nosotros y toma el marco de metal—. Nos observan —susurra y mira de nuevo al techo.
— ¿Qué? —digo sin entender.
—Aquí no. Están viéndonos. —Sus ojos siguen mirando hacia arriba—. Por el detector de humos. —Observo hacia arriba, hacia el pequeño ovalo blanco que reposa sobre nosotros y que tiene una luz roja que no deja de titilar—. ¿Qué estabas diciendo? ¿Te parece si damos un paseo? —dice el moreno dándose la vuelta con el portarretratos en las manos, de nuevo hacia la cocina.
—No, no, no —digo caminando tras él—. Estoy harta, estoy hasta los cojones de esto. —Mi voz se llena cada vez de más rabia.
— ¿Qué te pasa? —pregunta él enojado—. Vamos a tomar…
— ¿Qué se creen que son? —Miro al ovalo—. No los aguanto más. ¡¿Qué se creen que son?! ¡Vamos, salgan de ahí! ¡Vengan acá abajo! —grito. Zayn solo intenta calmarme—. ¡Vamos! ¡Aquí me tienen! —Tomo un paraguas que estaba junto a la chimenea y rompo el detector de humos. Zayn corre a una silla y toma su chaqueta mientras yo observo por la ventana a unos hombres vestidos de negro y encapuchados saliendo de una camioneta blanca.
—Ya lo has conseguido —me reclama mi acompañante poniéndose la chaqueta negra. Me acerco más a la ventana y los observo sacando cosas y acercándose a la casa.
— ¿Qué van a hacer ahora? —pregunto irónica. Solo son unos idiotas que no están en capacidad de hacerme daño, no creo que yo haya causado algo malo. Solo quiero saber quién está detrás de todo esto y esto es todo lo que necesitaba.
—Quítate de la ventana —grita. Lo próximo que escucho son disparos a mis espaldas así que me lanzo al suelo con las manos sobre la cabeza. Los vidrios están sobre mí y sobre el suelo, además algunas astillas caen del techo; ahora estoy toda moteada por madera y cristal. Suelto uno que otro gritito por el susto, después de unos segundos los disparos cesan y quedamos en silencio. Zayn se levanta del suelo y me ayuda a mí a hacer lo mismo, tomamos mi abrigo rápidamente del sofá y lo sigo por una ventana, bajamos por las escaleras que están pegadas a esta y nos escondemos bajo una carpa medianamente acomodada, debajo del pórtico, podemos ver los pies de los hombres subiendo hasta el piso en el que estábamos.
— ¿Qué es todo esto? —pregunto incrédula. ¿Cómo pudo Niall meterme en todo esto?
—Es una puta trampa —responde muy seguro de sus palabras sin dejar de ver como suben.
Caminamos con cuidado, yendo a otra casa cercana, los hombres han rodeado casi todo y ahora nos buscan. Llegamos a las escaleras de otro pórtico y nos quedamos contra el muro el uno junto al otro, veo con más detenimiento, no todos visten de negro ni están enmascarados, algunos traen uniformes blancos de pies a cabeza junto con cascos, y otros tienen la ropa oscura pero nada en la cara, en especial un rubio con el cabello medio largo que está muy cerca de nosotros.
No sé en qué momento pero he dejado de sentir el calor del cuerpo de Zayn en mi brazo derecho, me doy vuelta para rectificar y tal y como lo pensaba, no está ahí, ha salido corriendo, haciendo que el rubio nos pillara. Corro tras él intentando esquivar los disparos que ahora nos acechan, al menos esta vez he traído unos zapatos sin tacón y la comodidad al correr es totalmente notoria.
Damos la vuelta por un pequeño callejón para distraerlos y llegamos a mi auto, abro tan rápido como puedo y le permito al moreno subir a mi lado en lo que arranco. Las balas han alcanzado las ventanas rayando los cristales, pero al menos no han logrado entrar ni hacernos daño. Meto el pedal a fondo y por inercia nuestros cuerpos se van hacia atrás presionando contra los pequeños asientos del Volvo. Todo va bien hasta que me veo en medio de unos caminos cruzados, mierda, desearía haber conocido estas calles hace mucho. Doy vuelta a la izquierda en una calle lo suficiente ancha para un auto rogando a Dios que no sea cerrada y para mi felicidad no es así, pero esa felicidad se ve empañada en cuanto veo por el espejo retrovisor la camioneta blanca, viene a toda velocidad y algunos hombres nos disparan por las ventanas, el vidrio de atrás se rompe y nosotros solo podemos agachar la cabeza.
—Tranquila —me dice Zayn buscando de donde agarrarse. Si claro, como si fuera tan fácil estar tranquila cuando estas a punto de ser asesinada. Aparto mi vista del frente solo un momento para mostrarle con mis ojos lo que su “tranquila” me provoca, él solo sonríe y me indica que ponga atención al camino, yo pongo los ojos en blanco.
Seguimos derecho, las calles están brillantes debido a una suave capa de lluvia que ha caído en la tarde y por más hermoso que todo se vea, esto no es muy conveniente para mí, estamos derrapando con cada pie que avanzamos. Finalmente doblo en otro callejón en Amogha Solutions, es uno de esos lugares en los que los arquitectos no hicieron un muy buen trabajo, así que el auto pasa bien los primeros pies, pero la calle comienza a hacerse más pequeña en cuanto saltamos por unas escaleras, pasando apenas; las chispas junto con el chirrido de las puertas colisionando contra la pared hace que desencaje la dentadura, al menos se que la camioneta no podrá pasar por ahí, así como se que Jenna me pedirá un BMW en reposición de esta chatarra.
Diez minutos más tarde me siento más tranquila, dentro de lo que cabe estar tranquila después de haber sido perseguida, engañada y dañada. Diría que el auto con la pintura rayada y el parachoques destrozado se encuentra mucho mejor que yo en este momento.
Comienzo a pensar hacia dónde ir, mi apartamento no es seguro, no sé en donde esta Niall, no tengo familia y tampoco quiero meter a mi mejor amiga en esto.
—Sal del auto —le digo al moreno deteniéndome en un puente en Union Turnpike y abriéndole la puerta.
—Podría haberte entregado, si me encuentran…
— ¡Que salgas del auto! —grito interrumpiéndolo. Esta vez sale rápido pero no cierra la puerta.
— ¡No tienes elección, nadie más sabe lo que está pasando! —dice antes de que yo arranque haciendo que sus palabras se ahoguen en la distancia.
¿A dónde ir? Sigo preguntándome. Disminuyo la velocidad y pienso un poco más en sus últimas palabras. ¿Por qué la vida me empuja a él? ¿Por qué debo necesitarlo? Viro en una salida para volver al mismo lugar, puedo observarlo a unas yardas de distancia, esta con las manos en los bolsillos caminando hacia el lugar por el que me fui, acelero un poco más y presiono la bocina con mi mano, él ni siquiera se asusta, solo abre la puerta y me mira.
— ¿Quieres saberlo? Si desaparezco nunca lo sabrás. —Asiento a fuerzas con la cabeza y Zayn sube cerrando la puerta fuertemente tras su entrada, yo arranco de nuevo—. Es increíble que no hayan montado bien la casa —se queja prendiendo un cigarrillo y dándole una calada, yo bajo la ventana y aviento el rollito de cáncer por ella. Su gruñido de frustración no se hace esperar.
— ¿A quién te refieres?
—No lo sé, nadie lo sabe. Solo soy un empleado.
— ¡¿Entonces de que me sirves?!
—Se cosas. Sé que desde el principio tu amigo está metido en esto.
— ¡Eso es mentira!
—El día de tu cumpleaños Niall te hablo del CRS y yo me presente como el mensajero de hace varios días ¿me habías visto antes? —Me quedo callada, se que Niall la ha embarrado mucho últimamente pero no puedo creer que todo haya sido intencional—. Lo siento. Pensó que eras su única salida y lo achacaron a gusto.
— ¿Por qué? ¿Cómo llegaron hasta él?
—Hicieron con él lo que te están haciendo a ti.
— ¿De qué estás hablando?
— ¿Sabes a lo que se dedica Styles y de vez en cuando Payne? ¿Has visto las noticias? —Lo miro extrañada—. En tu casa cogí el número de tu cuenta. Lo demás se los diste tú.
—Pero si yo no tengo ni un centavo. No soy como Niall, no soy rica.
—Ahora lo eres —dice muy serio. ¿Ahora lo soy? ¿Pero qué…?
— ¿Cómo? Mi cuenta esta en un buen banco, tiene clave, no es posible.
—Pero lo tienen todo, tu huella, tu sangre, tu firma, tienen lo suficiente para averiguar tu número secreto. Ahora eres propietaria de millones de dólares de Global Advisors S&P, producto de lavado de dinero, asesinatos, robos, estafas… en fin, estas hasta los huesos de dinero sucio. —Saco mi celular para averiguar si esto es real—. Tomlinson, el que te inscribió, estuvo en la cárcel por hackear las cuentas del City Bank, luego te han distraído mientras transferían todo el dinero a tu cuenta. De hecho eres la dueña oficial de esa empresa.
—Esto no es posible, Global Advisors es una empresa legal, Styles y Payne la han manejado toda su vida, jamás hice nada para tenerla.
— ¿Qué le pasa a tu memoria? Firmaste los papeles que te dio Harry, estas metida en esto hasta el fondo. Pasaras los próximos años de tu vida metida en una de las ratoneras que tanto odias. Ya han terminado contigo.
—Con el banco mundial por favor —digo al hombre en el teléfono ignorando en vano las palabras del moreno.
— ¿Por qué crees que nos han disparado? Aunque para ser sincero… viva o muerta ya das igual. —En sus labios se forma una sonrisa irónica e insípida—. Siempre que desaparezcas.
—Guten tag. Español por favor. —Pido ahora a una mujer.
—Señorita su clave por favor.
—Si: “Azul, dos, nueve, seis, nueve, cero y ‘d’ de: David”. —El hombre repite el número para confirmarlo así que así lo hago—. ¿El saldo? —No puedo creer lo que escucho, es una cifra exorbitante que no podría ver ni trabajando mil años—. Es imposible.
—Ya te tienen Chloe. Por completo.
—Jenna Lane, ahora muy ocupada. Deja tu mensaje después del tono. —Escucho la contestadora de mi amiga, ¿Cómo me hace esto ahora? Dean, maldito bastardo.
—En cuanto oigas el mensaje Jenna, habla con Sam. Lo he comprobado, no sé cómo pero me han involucrado en algo muy gordo: desfalco, estafa.... Han intentado matarme, avísale a la policía. Tengo aquí a uno de ellos, le haremos declarar. Ya sé que suena raro, pero llámame aquí, a mi celular. Y ten cuidado. —Dejo el mensaje y cuelgo en cuanto Zayn sale cargado del pequeño supermercado en el que nos detuvimos.
—Han cambiado la clave de tu tarjeta, invito yo —dice con otro cigarro entre los dientes—. Solo quiero que sepas que en realidad soy Zayn Malik, no mentí con respecto a eso, ninguno de nosotros mintió con respecto a eso. Para que… algo de realidad ¿no? —Vaya, que alivio ¿verdad? Eso lo arregla todo.
— ¿Y a mí que mierda me importa? —respondo rodando los ojos.
—Es cuestión de dinero, deberías alegrarte de estar viva. —No puedo evitar apartar mi vista del camino, de nuevo, solo para asesinarlo con ella.
—No quiero hablar de eso ahora.
—Lo que quiero decir es que…
— ¿Cuántas veces has hecho esto? —interrumpo.
— ¿Qué?
—Engañar, timar…
—Muchas —responde sin dudar.
—No sé qué mierda de calderilla te abras llevado antes, pero ahora no se trata solo de ti, se trata de planes de pensiones, de sueldos, de dos mil millones de dólares. —Lo miro de nuevo para observar su reacción, solo se mira las manos y se muerde el labio, Dios…
Aún no es lo suficientemente tarde, se que aún esta acá y siento que de una u otra manera es la única persona que puede ayudarme. Me cuelo junto con el moreno por el lugar por el que entramos la noche de los perros y después de algunos minutos nos encontramos dentro del Chrysler Building, tomamos un ascensor hasta la planta ejecutiva de G.A, no hay mucha gente y de hecho mis ojos me juegan una mala pasada cuando me hacen ver a un hombre alto, de cabello color cobre y vestido con un traje Armani pasando por una oficina de atrás, podría jurar que es Dean, si no fuera porque se que ahora mismo está con mi amiga, la pelirroja. Sacudo un poco la cabeza y camino hacia mi objetivo, tal y como esperaba las luces de su oficina están encendidas, camino hasta ahí con Zayn siguiéndome y ni siquiera golpeo, solo abro la puerta para encontrarme frente a frente con el castaño que ahora podría ser mi tabla de salvación.
—Ni se le ocurra tocar ese teléfono. —Lo amenazo con el arma que he conseguido en el camino.
darko.
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