Las doce rosas rojas | novela colectiva.

Mierda, pantalones ajustados de esta sociedad. Me balanceaba sobre un pie mientras el otro se encontraba en una lucha infernal por encajar en el agujero del pantalón. Sabía que estaba llegando tarde pero no me importaba. Y al parecer a mi madre tampoco ya que estaba durmiendo plácidamente. Al terminar de colocarme el pantalón fui al armario a buscar una camisa roja y negra a cuadros sobre una remera de Nirvana.

Bajé a desayunar, milagrosamente mi tostada con queso y mi te ya estaban hechos.  Si mi madre estaba dormida … ¿Quién me ha hecho el desayuno? Comencé a mirar por la cocina pero nadie se encontraba. Alguien me tomó del cuello y me jaló hacia atrás. Instintivamente levanté mi pie hacia atrás y di en las partes blandas. Creo que mi mejor tiro es en ese lugar. Un hombre gritó de dolor y escuché como caía al piso.

—Demonios Celeste esto es doloroso. —sorpresivamente Luke se hallaba en el suelo retorciéndose de dolor.
—Hemmo ¿Qué haces en mi casa? — pregunté ayudándolo a levantarse. Era lo mínimo que merecía luego de un golpe.
—Las llaves bajo el tapete, quería sorprenderte. —seguía con la voz consumida del dolor.

Luke era como un hermano menor. Él  siempre estaba a mi disposición y me cuidaba cuando lo necesitaba. Desde que Ansel, mi hermano mayor, falleció es el hombre que me queda. Junto con Liam, otro de mis amigos, eran mis protectores, hasta en mis peores momentos ellos siempre fueron una ayuda y nunca me abandonaron.

—¿Qué ha pasado que estas tan alegre para hacerme el desayuno? —pregunte. Recordé que había bailado con una rosa roja y me reí disimuladamente.
—Nada en especial.
—Hemmo ¿Hay una chica? —golpeé su hombro , tome la tostada y le di una mordida. Estaba deliciosa. — Cuéntame, quiero saber quién es la afortunada.
—No, no hay nada. Por ahora. —confesó. —¿Vamos? — Luke estaba intentando evitar el tema de la noche anterior, pero aunque no me dijera nada sabía perfectamente que algo sentía por la rosa roja de ayer.
—Bueno, ¿Trajiste tu moto o vamos con la mía?
—Con la tuya.




Cuando llegamos estaban  Liam y su novia. Verdaderamente me daban asco, él sabe que yo odio su relación. No lo entiendo en ese aspecto, él merece a alguien mejor que ella. Principalmente porque él tiene un buen corazón y ella lo esta destrozando con cada estupidez que hace. Odio las chicas asi y me molesta que mi amigo no se de cuenta que esta perdiendo el tiempo.

— Si miras de cerca puedes ver lo excitada que esta Chelsea —me dijo Luke al oído mientras llegábamos, pero no hablo lo suficientemente bajo y Chelsea se separó de Liam para mirar mal al rubio.
— ¿Disculpa? —dijo ella poniendo cara de enojo.
— Nada. —dijo Luke arrepentido.
— Si, algo. —dije y Liam me miró como diciendo "no es momento de peleas". Pero no era exactamente eso lo que quería hacer.  — ¡Tienes comida en el diente!
— Ahhhhhhhhhh —gritó y se fue al tocador. Verdaderamente estaba loca por su aspecto y eso era una ventaja para quitarla del camino.

Prendí un cigarro y disfrute de la tranquilidad de estar con mis amigos. Liam, Luke y Anabelle estaban junto a mi, amaba estos momentos en los cuales podíamos pasar el tiempo juntos. No siempre se daban estas situaciones ya que alguien siempre estaba ocupado. Pero la preparatoria era un lugar donde obligatoriamente nos reunía a todos. Drew llegó un tiempo mas tarde, él era mi amigo pero no de los mas cercanos. La campana sonó y nos metimos a clase.

Ocupamos los pupitres del fondo, era tradición que esos asientos eran nuestros. Liam se acomodó junto a Drew, Luke se sentó solo y Anabelle estaba junto a mi. Esperamos un rato que la profesora se acomodara y leyera su cuaderno donde, seguramente, tenía las respuestas de toda la clase. Malditos profesores y sus libros de respuestas,

—Bien alumnos, la anterior clase di unos ejercicios y espero que los hayan terminado— la mujer acomodó sus anteojos.

No se verdaderamente si ella esperaba que todos los alumnos tengan hecha la tarea un día después de el baile. Orgullosamente no la hice, tampoco se me cruzo por la cabeza hacerla. La mujer nunca presta atención a los del fondo, sabe que somos holgazanes, siempre se dedica a joderle la vida a los de adelante.

—Evans — llamaron a una chica que verdaderamente no recordaba, era cómica la situación de que ella este casi por debajo del pupitre. Era demasiado obvia que no lo había hecho. —Deje de esconderse, quiero que me dicte los resultados.

No la culpo, es la tercera vez que esa chica no hacia las tareas. Sobre todo si se sienta delante debería cuidarse. Al termino de la clase salimos al patio, estaba con mis amigos hablando sobre las típicas cosas de la escuela. Una que otra grosería hacia las profesoras se hizo presente y hizo la conversación mas interesante.

— ¡Hey! —alguien por detrás de Liam se metió a la conversación. Cuando Payne se volteó a saludar era Harry. Recordé la noche anterior y suspiré disimuladamente. OH MI DIOS, HARRY STYLES ESTABA HABLANDO CON LIAM. Es extraño que un popular se junte con nosotros. Estaba nerviosa, me escondí en el hombro de Luke.
— Harry, ¿que necesitas? —dijo Liam haciendo un tipico saludo de hombres. Harry se veía tan bien.
— ¿Podemos hablar ... —miro hacia nosotros. — ... en privado?
— Bueno, nosotros nos vamos. —agregó Anabelle y se dirigió a otra parte.

De a poco nos fuimos alejando. Yo fui la ultima en alejarme, necesitaba escuchar esa conversación. No tenía idea de que hablaban pero que ellos dos se juntaran era algo extraño. Comenzaron a susurrarse cosas, no entendía nada. Hice mi mayor esfuerzo para entender. Algo pude escuchar y fue de la boca de Harry.

— Lo único que se es que ella está aquí. —susurró.— Y sabes que no me detendré hasta encontrarla.

Demonios. Harry estaba buscando a su rosa roja, ME ESTABA BUSCANDO. Estoy en apuros ¿Y si me reconoce? ¿Que se supone que haré con mi vida? Fue solo una noche, una noche para recordar y dejar ir. Pero ... ¿Liam lo ayudará? Lo peor de todo es que Liam me conoce y si en algún momento me toca ser interrogada por él, me reconocerá. Estoy en problemas, y todo se debe a acceder ser princesa en un mald*to baile.

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Darian Hollens | Luke Hemmings

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