Las doce rosas rojas | novela colectiva.

Capítulo 00

Desperté con el sonido de mi alarma anunciándome que debía levantarme para ir a clase, hice una mueca y miré al techo sin pensar en nada específicamente. De repente la imagen de la noche del baile apareció en su mente. Lo que hizo que mis ojos se abrieran de par en par, mierda hoy vería a Dylan ni si quiera lo había pensado. Salté de la cama apresuradamente tropezándome con las cabeceras del suelo y chocando mi cara frente al suelo de parqué.
- ¿Zoey estás bien? –preguntó mi madre detrás de la puerta.
- Si perfectamente - le contesté sacando mi cara de entre las almohadas y sacando una de las plumas de mi boca.
Me levanté del suelo para abrir el armario apresuradamente y sacar medio de este para buscar algo que me gustara, después de hacer mil conjuntos decidí quedarme con una camisa blanca de corazones rojos y una falda de skate junto con unos zapatos blancos cerrados sesenteros.

Después accedí al baño para verme la cara y quedarme sorprendida con mi aspecto, mi cara pálida me hacía parecer algo enferma y las ojeras no ayudaban por lo que pasé a maquillarme de forma rápida y natural dándome algo de color. Mi cabello sin embargo parecía que hubiera salido de una leonera, resultado de no secarse el pelo antes de acostarse. Lo peiné y alisé ligeramente para luego hacerme una cola de caballo.

Bajé sonriente a desayunar y saludé a mi madre con un beso en su mejilla.

- ¿Y Bárbara? –le pregunté curiosa sacándome un zumo de naranja.
- Tu hermana no irá a clase hoy, no está de humor ni ganas. Me temo que le han vuelto las migrañas. –me contesta preparando una bandeja con comida- Sube a verla y llévale esto.

Le obedecí y subí a su habitación, ella estaba en la cama envuelta por las sábanas. Lo cierto es que es bastante dramática. Le encendí la luz para que ella se diera cuanta de que estaba y le entregué el desayuno, le pregunté como estaba y ella me contestó con un simple “destrozada”. Rodeé mis ojos y me fui para bajo. Cogí mi zumo y una de las tostadas para luego salír corriendo por la puerta, tenía que pasar a por Mely.

La conversación mientras íbamos hacia clase no fue muy larga, pero puede comprobar como mis supuestas sospechas tal vez no eran ciertas ya que se había quedado con su madre, cuando me tocó contestar noté como mi pulso se aceleraba pero conseguí esquivarlo. Al llegar con lo primero que nos encontramos fue a Liam y su novia, cuyo nombre no recuerdo, besándose apasionadamente. Ví como la mirada de Melina se encendía, sabía lo que estaba pasando así que decidí apartarla del lugar.


La clase de literatura fue lo bastante aburrida para que mis ojos se cerraran más de una vez, aun así corregí los ejercicios y tomé los pocos apuntes que mis oídos llegaron a escuchar. Miré mi reloj, aún faltaban veinte minutos. Pasé mi mirada hacia la ventana para poder ver como los pájaros vuelan sobre el cielo azulado, la bajé contemplando los árboles y finalmente el patio donde el grupo del curso superior estaba haciendo educación física. Por lo que no pude evitar en fijarme en dicho moreno el cual jugaba al baloncesto con su grupo, ¿Cómo podía existir una persona tan perfecta?

- Señorita Coleman, ¿hay alguna observación que quiera compartir con el resto de la clase? –me pregunta el señor Black.
- No, no es nada –le respondo mirando avergonzada mi cuaderno.
- Créame, será interesante –insistió, para mi suerte la campana sonó y eso fue mi salvación.
En los pasillos pude ver a Darian por lo que la saludé e incie una mini-conversación con ella, luego Mely acudió con una cara de pocos amigos, por lo que lógicamente algo muy bueno no le habría pasado y al parecer ahora tendría un tutor, Zayn Malik.


Los pasillos parecían revolucionados y eso que tan solo era la parada para almorzar. Paseé apresurada por los pasillos hasta llegar a mi casillero para descargar y recoger los siguientes libros, después cambié mi rubo hasta la sala de mi club pero choqué contra alguien haciendo que mis libros cayeran al suelo.

- ¡Zoey! –me gritó alguien haciendo que mi cabeza se volviera hacia arriba y allí estaba. Cuando llegó hasta mi me ayudó a recoger mis pertenencias.
- Dylan, que… sorpresa.
- Si bueno, me han dicho que tu hermana está enferma.
- Si, migraña. –le digo notando como mi pulso se acelera y trago saliva- Oye tengo que hacer algo –le dije preparándome para irme pero el me paró con su brazo, de nuevo. Haciendo que mi piel bajo la manga se erizara.
- Necesito que hagas algo por mi, bueno y si pudieras ayudar a Niall también sería perfecto.
- ¿En que puedo serles de ayuda?
- Bueno tu perteneces al club de organización de eventos del instituto, ¿verdad? –yo asentí- Pues nos preguntábamos si por casualidad de alguna forma podrías averiguar quienes eran nuestras rosas. –¿nuestras rosas? Oh dios no podía creerlo.
- Dylan eso es algo imposible, estaría incumpliendo las normas e incluso me podría suponer hasta la expulsión –él me miró a los ojos y maldecí por tener unos ojos tan preciosos- Además ese baile está creado para que ellas puedan mantener su identidad secreta, lo único que puede quedar de ese baile es el recuerdo de las personas que lo vivieron y las fotografías tomadas.
- ¿Has dicho fotografías?

Abrí los ojos de par en par y como siempre mi única salida fue huir. Maldita sea, que bocaza tengo. A quien se le ocurre mencionarle lo de las fotografías.

Capítulo 020

Supongo que la cama no es tan dura ¿no? La verdad que ya me parecía que no me encontraba en ella, si no que en el frío suelo de mi habitación. En realidad, no es mía; la comparto con mi hermano menor cuando hace mucho calor, ya que al fin y al cabo, mi habitación es la única con aire acondicionado. Mis extremidades crujen mientras me levanto y logro pararme a medias, estiro un brazo para rascar mi cabeza y luego abro mi boca, dejando escapar un gran bostezo. Camino unos pasos hacia mi cama y le pego en la cabeza a mi hermano, necesito ir al colegio y a la vez ir a trabajar.

—Vamos, Jake—golpeo mi brazo contra su cuerpo—. Idiota, me duele la cabeza. Vamos.

—Ya, Sherrie—contesta.

Largo un gruñido y la verdad que ya no me interesa si quiere ir o no, así que corro hacia el baño y trato de arreglar el maldito maquillaje que me quedó de anoche. Mi delineador está corrido y mis labios rojizos. Maldigo millones de veces no haberme lavado la cara antes de dormir, para luego empezar a sacarme la ropa rápidamente; no quiero llegar así a clases y no pienso hacerlo. Prendo la ducha con agua caliente y entro como puedo, me quemo varias veces pero no me queda de otra, debo llegar a clases. Debo mostrar que hice mis malditas tareas  literatura.

— ¡Vamos Sherrie! ¡Quiero entrar!—la voz de mi hermano adormilado traspasa la puerta.

— ¡Sal de mi habitación y cuando termine, te dejaré entrar!

Escucho un portazo desde mi pieza y sé que se ha ido. Suspiro, mientras coloco una toalla en mi cabello y la otra alrededor de mi cuerpo. Abro la puerta, mientras me encamino hacia mi armario. No es muy grande, pero con esto me basta. Saco un pantalón corto de jean, unos cancanes negros, una remera básica blanca, una chaqueta negra con tachas y unas botas color café. Me contenta mi aspecto y acomodo mi cabello, dejándolo en una coleta alta mientras que delineo mis ojos nuevamente. Esta soy yo, sin vestidos ni nada, Sherrie Lennon no utiliza vestidos aunque los tenga.

Cuando mi hermano sale del baño, ya vestido, tomamos un poco de jugo más pan con manteca y corremos hacia el colegio. No me avergüenza llegar con mi hermano, algunos nos miran varias veces, ya que, bueno, soy una “chica mala” y él un “nerd” dios ¿son personas igual, no? Es horrible la discriminación que hay en mi colegio.  Tomo a mi hermano del brazo y lo dejo parado en su casillero mientras corro hacia el mío, mis compañeros probablemente estén fumando, así que dejo mis cosas en el casillero y me largo hacia afuera.

***

— ¡Oh vamos!—grito altamente—Celeste, acompáñame.

Miro a mi amiga negar con la cabeza mientras ríe. Pero no puede dejarme botada, luego de haber planeado desde hace una semana. Hoy era mi audición para el grupo de baile del instituto. Digamos que tengo una gran pasión por el baile y el canto, pero aun pienso que estoy mejor desarrollada en el baile. Al parecer también debemos hacer comedia musical, así que no me preocupo. Zamarreo a mi amiga haciendo berrinche, a veces suelo ser muy molesta.  Pero digamos que mi mejor amiga aun así me ama.

—Está bien, pero si alguien me mira mal, lo golpearé—mi amiga revuela los ojos mientras sonríe.

— ¡Sí! —grito feliz—. Lo golpearé contigo, pero luego de mi audición.

Agarro a mi amiga del cuello y le beso la mejilla a propósito. Como dije anteriormente, soy DEMACIADO molesta. Caminamos hablando de cosas triviales por el pasillo, donde chicos y chicas de mi edad caminan apurados a sus clases, se besan en los casilleros o simplemente hablan. Mi corazón se para y con eso, mis cachetes se vuelven dos tomates. Si, Sherrie Lennon se sonroja señoras y señores. Subo la cabeza, para demostrar seguridad y trago alto y fuerte, pero por suerte, no se escucha por los pasillos. El amor de mi vida, el chico que me gusta, mi mejor amigo el cual estoy evitando y con el cual me acosté anoche, pasa cerca de mí y me sonríe. Pero lo ignoro, simplemente no puedo recordar bien lo que paso bien anoche, pero él no logró verme.  La máscara me protegió en todo momento.

Cuando llegamos a la sala, tomo el cerrojo y me encamino hacia adentro. Es muy grande y la verdad que no hay mucho que decir de ella. Un escenario, sus paredes están pintadas con grafitis y hay unas pocas sillas para descansar mientras no estás practicando. Celeste me avisa que va a sentarse cerca y yo asiento con la cabeza, mientras me siento cerca de las demás chicas y saco mis zapatos especiales para bailar. Me saco la chaqueta de cuero y la guardo dentro de la mochila negra que contiene mis cosas. La cierro y me saco las botas, mientras que las dejo en una esquina; calzo unos cancanes bien finos especializados en protegerme del frío y luego coloco unos zapatos bien blandos para no resbalar en el suelo. 

***

— ¡Sherrie Lennon!

La voz de mi profesor de educación física me saca del transe y me dirijo hacia el escenario en dos minutos. Toda mi seguridad se fue por la culata cuando mi nombre salió de su boca. Observo a todas las chicas que me miran a mí y luego miro a mi amiga, la cual me muestra su dedo del medio. No se alarmen, es una señal de buena suerte. La creamos hace tiempo, larga historia.

La música empieza y mis miedos se esfuman. En dos minutos mis pies comienzan a moverse.

Ever wonder 'bout what he's doin' 
How it all turned to lies 
Sometimes I think that it's better 
To never ask why 


Where there is desire 
There is gonna be a flame 
Where there is a flame 
Someone's bound to get burned 
But just because it burns 
Doesn't mean you're gonna die 
You gotta get up and try, and try, and try 
You gotta get up and try, and try, and try 
You gotta get up and try, and try, and try. 


Cuando paro, mis pulmones piden aire inmediato. La transpiración llega a mi cuerpo como el viento y abro los ojos. Todos me observan y hay un silencio absoluto. Alguien silba y luego todos empiezan a aplaudir y gritar. No sé lo que he hecho para merecer esto, pero estoy contenta de haber transmitido esto a tantas personas.

Saludo con mi mano y bajo para volver a cambiarme. Ahora solo hay que esperar.

***

Con Celeste vemos a la profesora de teatro colocando los resultados para un musical, del cual aun no se dé que se trata. Miramos las caras de los chicos: decepcionadas, tristes, alegres y felices. Ahora falta solo la mía.

Camino lentamente hacia el papel color blanco en la pared, mis pies se arrastran lentamente y la manera en la que me miran todos es rarísima. Algunos con caras enojadas y otros con sonrisas de punta a punta. Sé porque me miran así, seguramente no quedé. Busco la letra “L” ya que esta ordenado por apellido y abro la boca para gritar.

Había quedado como Éponine, en la obra de los miserables.

Spoiler: