Las doce rosas rojas | novela colectiva.

Capítulo 23

Maldita sea. No podía parar de pensar en mi maldita bocaza y la maldita manía que tenía de no pensar antes de hablar. ¿Cómo había podido auto-delatarme? Y encima de una forma tan tonta. La única prueba capaz de decir que he sido yo la que fue su rosa, esto me pasa por querer ayudar siempre.

Los padres siempre nos suelen decir lo bueno que es estudiar y estar siempre al día, para mi suerte en este momento debía darles la razón. Tenía hora libre gracias a eso y puesta a no saber que hacer decidí acabar mis deberes para luego no tener que lidiar con ellos.En la biblioteca apenas habían un par de personas, era bastante triste pero era así. Dejé mis cosas sobre la mesa y empecé a hacerlos. Pero a mitad me doy cuenta de que voy a necesitar un libro para poder hacer los ejercicios de historia. Me levanté de manera torpe de la mesa, intentando no hacer ruido para no molestar y acabando tirando la silla y haciendo demasiado ruido. Pidiendo perdón me adentré entre los pasillos llenos de libros. Cogí uno de los de la época en la cual estaba y un ojo apareció mirándome del otro lado.

- Zoe, ¿eres tu? -dijo él y pude oír como corría hasta mi.

Vale creo que esto es lo más raro que me ha pasado en mi vida. Seguí avanzando por el pasillo cogiendo otro par de libros.

- ¡Hey, no te vayas! -me dijo un rubio corriendo hasta mi, al llevar me permití observar sus ojos azules y su respiración agitada- Bueno, ¿tu eres Zoe no, la hermana de Bárbara? -¿así es como me conoce la gente? Por ser la hermana de Bárbara, genial.

Sin embargo digo:

- Si, ¿por?

- Soy Niall. Dylan me dijo lo de las fotografías y bueno tan solo quería saber si nos puedes ayudar -su voz se notaba temblorosa, con algo de esperanza. Ahí estaba, el nombre del chico que me hacía suspirar.

- ¿Qué? No, no, no. Yo no puedo hacer eso.

- ¡Venga por favor te necesito, necesito encontrarla! -me gritó y yo corro intentando alejarme de él llegando hasta mi asiento.

Pero al sentarme una sombra está sentada delante de mi, no me lo puedo creer. Sus ojos castaños me miran junto con su sonrisa amable, ¿por que me tiene que torturar de semejante manera?

- Va, necesitamos tu ayuda. Mírale, el pobre está enamorado -dijo Dylan y su amigo rubio asiente diciendo: Es cierto.

- ¿Y tu? -le pregunté, pero acto seguido abrí mis ojos pensando lo tonta que era por preguntar.

- Fue una noche especial, ¿por que no vamos a tener el derecho de conocer a las responsables? -me dijo y me sonrojé. ¿Este que es abogado, por que habla tan bien?

- No, no puedo hacer nada -les dije volviendo a mi tarea.

Intentar concentrarse con aquellos dos era terriblemente difícil, Niall insistía jugando con la tapa del libro mientras Dylan me miraba de forma divertida mientras hacía ruido con el botón de abrir y cerrar el bolígrafo.

- ¿No tenéis clase o algo que hacer?

- No íbamos a aprender nada nuevo -me respondió y dejo de jugar para mirarme- Estas segura de que estás en la historia del siglo diecinueve, por que en el tema pone dieciocho.

- Eh... Si, mirad chicos yo no puedo hacer nada. Delatar a unas personas que pidieron discreción al asistir a tal baile que está hecho para esto, está mal -les expliqué y miré mi reloj- Además, me tengo que ir.

Tenía que reunirme con las chicas. Habíamos quedado para ir a un café después de la escuela, creo que había un grupito que cantaba, aun que no estaba del todo segura, pero bueno me apetecía mucho el hecho de quedar con mis amigas.

El bar estaba bastante lleno de gente, igual el grupo era más conocido de lo que pensaba pero no me importaba demasiado. Escogimos un lugar para las cuatro y deposité mis cosas para luego ir con Kylie a por unas bebidas. En cierto modo la vi rara, era una mezcla entre indiferente y algo cansada.

- ¿Oye estás bien?

- Si, solo necesito algo de beber, no he dormido bien -me dijo mientras jugaba con la servilleta- ¿Por que esos dos te miran?

- Por que los muy idiotas quieren que les ayude a descubrir quienes son sus rosas y al parecer no les entra en esa cabeza hueca que no está en mi mano.

- ¡Pero no lo harás verdad? -me preguntó y por un momento pensé que le saldrían los ojos de su órbita- ¡No puedes!

- Ya lo se, Kylie. No es necesario que me lo recuerdes, además si tu no fuiste.

Cuando nos entregaron las bebidas nos reunimos con las demás, al parecer Darian parecía haberse molestado por algo y se había ido al baño. Puse una mueca, Mely y Darian tienen una personalidad bastante diferente pero a la vez similar y a veces pasaban estas cosas. Pero lo más extraño de esa situación era por Luke, el ligón del piercing, si sabía quien era. Recuerdo como el año pasado tenía el pelo más largo y lo llevaba de cierto modo diferente, pero seguía siendo igual de capullo y intento por un periodo entrarle a mi hermana, una chica superficial como ella y enamorada de Dylan no era explicitamente fácil. Y hablando de la reina de roma, por la puerta asoma, o mejor dicho por el móvil;
"¡Zoe help, te necesito urgentemente!" suspiré.
"¿Que pasa?" le contesté.
"Creo que Dylan tiene novia, no ha acudido a nuestra cita de todos los días para estudiar y charlar" me contestó con emoticonos tristes.
"Tu querido amigo especial está en este bar café con su amigo Niall, está a un par de mesas por delante de mi, se le habrá olvidado. No te pongas paranoica por favor." le respondí.
"Y tu por que me hablas así, ¿que bicho te ha picado? Esta no eres tu." me dijo y siento como ardo por dentro.
"Bárbara, estoy intentando pasar un rato con mis amigas. ¿Puedes esperar una hora hasta que llegue a casa o no?" le  dije.
"Okey, supongo que no debería preocuparme." me respondió.

Suspiré, el grupo había acabado y ahora era la hora del karaoke. Cuando pidió voluntarios me escondí tras mi asiento, la única que creí capaz de subir ahí era Darian aun que sabía que ninguna de nosotras subiría, pero yo le tenía pánico. Mi voz es como la de un delfín agonizando, no quiero que nadie muera, me sentiría demasiado culpable. El voluntario resultó ser el mismísimo Harry, ese ruloso guapo del grupo de los populares. Lo cierto es que debía reconocer que era altamente atractivo pero sencillamente a parte de que soy una nerd en la que no se fijaría no es para nada mi tipo de chico, a mi me gusta complicarme la vida con el mejor amigo de mi hermana barra el chico por el que está enamorada al igual que yo. Chelsea -la novia de Liam- la cual Mely odiaba con su vida, o al menos eso me daba pensar, aun que no me extraña parece una chica hecha para interpretar un papel de "una rubia muy legal" o "chicas malas", gritó diciendo que una castaña quería subir. Cuando la obligaron a subir supe quien era; Celeste una de las rudas del instituto. Pensé que fue la peor idea que se le podía haber ocurrido aquél hombre, juntar a un gato con un perro, no pensé que fuera a salir bien. Pero para mi sorpresa resultó no ser así. Noté como ella parecía incomoda pero sin embargo no se dio por vencido y al final se soltó un tanto, lo cierto es que sus voces eran preciosas.

No se como de esos pensamientos me hicieron formular una pregunta pero sin embargo la solté:

- Imaginaos una cosa. Si los acompañantes de las rosas decidieran encontrarlas, ¿creeis que se les podría facilitar? Quiero decir si ellas lo hicieron por que querían declararse, el hecho de poder corresponderse... -no pude terminar mi conclusión por que mi móvil empezó a sonar y tuve que recoger mis cosas y salir. Era mi hermana, sabía que estaba teniendo otra crisis y si no iba no sabía que era capaz de hacer.

Un brazo me abrió la puerta y yo accedí pasando y saliendo del local. Era Dylan, debía admitir una cosa, era increíblemente insistente y desde luego al parecer tenía la manía de no darse por vencido. Es tan difícil negarle nada, verle y sentir como mi estómago se revuelve haciendo que me sonroje. Su mirada reflejaba suplica.

- Dylan, no puedo, no se como repetirlo. El encargado principal es Jamie, además yo ese día me quedé en casa por que me sentía mal.

Mierda, otra vez. ¿Por que no me podía callar?

- ¡Muchas gracias Zoe! -me dijo exaltado y depositando un suave beso sobre mi mejilla consiguiendo que pasara de un tono rosado a tomate rojo potente.

Y mientras caminaba con mi estúpida sonrisa de enamorada todavía podía respirar su perfume y sus labios posados en mi mejilla, recordándome la única noche capaz de haberme sentido feliz y especial.

lo siento!!!: