Las rosas rojas.

Las rosas rojas.

La preparatoria Mc Kenny hace varios años prepara cada principio de ciclo lectivo el baile escolar, pero no el típico baile escolar sino uno llamado “Las rosas rojas”, donde un número de damiselas vestidas de rojo bailan con cada alumno de la preparatoria y a su amor, a ese chico que tanto les gusta les entregan una rosa roja y se les dice cuando se los amaba, ya que luego todo seguirá igual, pero esas jóvenes tendrán el gusto de anunciar su amor en anonimato.
Los chicos no pueden preguntarles su nombre, número de teléfono o algo por el estilo, la regla parece justa pero a algunos chicos eso no les gusta. Y esos chicos son los que se aliaran y trataran de descubrir quien fue su doncella, la chica que esta enamorada y les ha entregado la rosa roja.

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[right]Personajes[/right]

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Prologo

Era miércoles por la mañana, mañana era el baile escolar. Los alumnos ya habían entrado a sus respectivos salones, y solo quedaba dejar las maravillosas cartas en cada casillero, esperando la emoción secreta de cada adolescente cuando encuentre que ella pertenecería a una de las rosas rojas del baile.

—Muy buenos días alumnos —la voz emocionada de la directora Meredith Grey, sonó por todos los cursos debido al megáfono que había en cada uno—. ¿Quién esta emocionado por el baile? Yo lo estoy. —los gritos y bullicios de todos, esperando que de la nueva noticia los tenia a todos comiendo de sus uñas— Bien, jóvenes, las cartas ya fueron entregadas y esta vez serán nueve, como oyen, nueve rosas rojas. Espero que estén ansiosos, señoritas, ya tenemos los datos de ustedes para poder recogerlas a la hora que dice la invitación. Para los demás, lleguen puntual, con rico perfume y pónganse guapos, pasen una linda mañana.

Los gritos no pudieron ser mas ruidosos o emocionados, un año mas con el mismo baile pero siempre traía un buen recuerdo, nuevos amores y amistades creando un lazo irrompible, o mas bien, a quien sepa disfrutarlo y mantenerlo.  


Mañana, jueves, seria el baile, y lo único que querían esas nueve rosas rojas era corresponderle un simple baile y entregarles un bella rosa roja a el chico de sus sueños, a ese amor que las tenia despierta cada noche pensando en que quizás ese chico si se había fijado en ella, o quizás no la conocía, eran tantas las preguntas que caían rendidas en sueño, para después soñar aun mas torpemente en que él les corresponda un beso.

holu:

 hermoso prologo meluchis
espero el primer cap<33.

Capítulo 01

Hoy era el día del baile, y sin duda los nervios corrían por todo mi cuerpo, y era tan malditamente normal pero era la primera vez que me convertía en una rosa roja así que tenia razón para estar así. Desde que encontré la carta en mi locker fue pura emoción que no pude ocultar porque eran obvias mis risitas en el almuerzo y las miradas llenas de intriga de mis amigas daban risa, pero vamos, si alguna de mis amigas fuese una rosa roja también se comportarían tan raramente como yo, o no.

— ¿En qué piensas? —preguntó mi madre entrando a la habitación, sobre su brazo traía vestido que usaría en el baile.  
—En cosas, estoy nerviosa —dije entre risitas—. Es la primera vez, supongo que última porque también es mi último año en la preparatoria, pero me gustaría decirle a ese chico lo que siento por él.  
—Oh, veo. No deberías porque preocuparte, eres preciosa y ese chico de seguro te corresponderá.  
—Lo dudo mamá.  
—Basta de pensar así, entra al baño que quiero verte con ese vestido.  

Entre con el vestido color carmesí al baño, era corto, hasta las rodillas y desde la cintura hacia abajo tenia el detalle de pequeñas flores del mismo color. Y hacia arriba, era strapless con un dije en el centro del pecho, era precioso y era la primera vez que mi madre lo elegía y estaba de acuerdo con sus gustos.  

Salí aun con la toalla en la cabeza, ya que todavía no había arreglado mi cabello, aunque suponía que lo dejaría suelto con mis revoltosos risos color chocolate. Me gustaba llevarlo suelto, porque me consideraba bonita así.  

—Dios, que preciosura —mi madre me alago sonriente, tenia ese brillo de madre feliz en los ojos— Robert, Rob ven aquí —lo llamó a mi padre, mi madre, mientras tomaba la cámara del escritorio de mi habitación.  
—Ya estoy, ¿Puedo ver? —preguntó desde la puerta mi padre tapándose los ojos, ya que mi madre le había aclarado que eran cosas de chicas y que se pase cuando recién termine su obra de arte. Marie, mi madre, era maquilladora aunque ella solía llamarlo, arte.  
—Claro que puedes, cariño. Mira a nuestra niña —mi padre destapo sus ojos y me miro.  
— ¿Segura que es nuestra bebé? Ahora es una joven, es toda una señorita. Hija, estas preciosa —mi padre me abrazo y beso mi frente—. Prometí no llorar, pero estas creciendo, y eso no quiero.

Mi madre fotografió cada momento que pudo, y realmente no me importo que aun conservara mis pantuflas de conejitos de color rosa, o la toalla en la cabeza que después mi padre termino por sacármelo. Después de todo, mi madre consiguió maquillarme, era simple pero me gustaba como resaltaban mis ojos esmeralda con detalles café, y mis labios con algo de gloss y labial.  

—Iré por tu bolso, cariño, creo que ya es la hora —mi madre salió de la habitación, el reloj marcaba las ocho treinta y en segundos podría venir la limosina que buscaría a cada chica, o como indicaba la carta.  

—Sabes que yo me enamore de tu madre en este baile, ella lucia tan bonita, que me enamoraron sus perfectos ojos color esmeralda, como los tuyos. Espero que ese chico se fije en lo bonita que eres, pero ante todo en tu gran corazón. —mi padre me abrazo fuerte, y no pude evitar sollozar un poco— No llores cariño, el maquillaje se te correrá —ambos reímos. Mi madre llego un minuto después anunciando que el transporte ya había llegado.  

Abracé fuerte a mis padres antes de salir, recibí un beso de parte de ambos, coloque mi antifaz cubriendo gran parte de mi rosto, y luego salí para poder subir a la limosina y partir hacia la preparatoria.  


Fui la primera en subir, ya que no había nadie y tiempo después se fue llenando, no conocía o eso creía a ninguna chica, mas bien, no podría reconocer. Solo divise a un joven de cabellera platinada que realmente me dejo en sospecha si era Chelsea, la actual novia de Liam, esperaba y rogaba que no lo fuera.  

La larga espera había cuando la limosina paro, y fue allí cuando todas supimos que era la hora y ya no había marcha atrás. Un joven abrió la puerta y una por una fuimos saliendo escoltadas por otro joven, caminando sobre una larga alfombra del mismo color que todos los vestidos; llegaba hasta el gimnasio, que realmente no parecía uno, a los alrededores estaba decorado con masetas altas de color blanco llena de rosas rojas, y ya dentro, todo era muy diferente al típico lugar donde nos juntábamos a hacer la peor materia sobre la tierra, educación física. Una bola de cristal estaba arriba sobre el centro de la pista, habían mesas redondas y sillas a sus alrededores, porque como cada año, primero había un pequeño banquete y luego el baile soñado de cada chica.

La música sonaba de fondo, las viejas baladas que mi madre escuchaba de fondo, después de que cada chica se acomodo en su lugar, la directora comenzó a hablar hacia todos los invitados. —Jóvenes, que bueno es volver a hacer este sueño realidad, para todos. Estoy muy orgullosa de cada persona que puso su granito de arena para que esto volviera a realizarse, espero que lo disfruten y el comienzo de su nuevo año lectivo —dijo con una gran sonrisa en el rostro, y luego alzo su copa— Salud.

Después de cenar, era la hora de bailar, aun seguían las canciones lentas y de amor, que era realmente encantador y envidioso ver a algunas parejas bailando, esperando y soñando ser como ellos junto a Liam.

Un chico poco a poco se fue acercando a mi lado y tomo de mi cintura, atrayéndome hacia él. Puse mis manos sobre sus hombros y ambos comenzaron a bailar siguiendo la canción, mire sus ojos color celestes y supe perfectamente que estaba bailando con un chico del otro curso, él no era al que yo buscaba. Una chica se nos acerco pidió bailar con él y yo cedí, busque a Liam con la mirada, estaba allí. Portando un traje color negro, y su pelo revuelto.

Me acerque a él y deje salir un —Hola—. Él me imito, y luego dejo su copa sobre la barra de tragos.

— ¿Bailas? —pregunté sonriendo de lado. Liam asintió y paso sus manos por mis caderas, poco a poco nos perdimos entre las demás parejas que estaban en la pista.
— ¿Tu eres mi chica? —preguntó confuso— Lo siento, no sé muy bien que decir, es la primera vez.
—No te avergüences, soy yo quien esta así. —dije, suponiendo que tenia las mejillas sonrojadas; me acerque a su oído y susurre— Déjate llevar.
—Trataré. —sonrió.

Una canción sonó de fondo, de una vieja banda que escuchaba siempre mi madre, You and I. Liam tomo de mi cintura y nos balanceamos siguiendo la canción, tan hermosa, las parejas nos rodeaban pero las únicas parejas que resaltaban entre la multitud eran las de las rosas rojas, un reflector apuntaba a cada pareja y bajando la densidad de la luz parecía nos encontrábamos solos en el baile.

Apoye mi cabeza sobre su pecho, mientras nos movíamos con la música. Sentía su corazón latir con rapidez, y su aroma a perfume sobre su cuello me estaba torturando poco a poco; cuando la música fue descendiendo me separe poco a poco de él y me atreví a mirarlo a los ojos.

—Olvidé darte esto —alce la rosa roja, sonriendo genuinamente por la sonrisa que empezó a asomarse sobre sus labios.
—Gracias —susurró, y la tomo, pude sentir sus dedos corriendo por los míos, y había prometido no desmayarme pero estaba por hacerlo.

Cerré mis ojos y comencé a acercarme a sus labios, quería guardar ese recuerdo por siempre. Pero luego de un segundo, y al no sentir nada, avergonzada abrí mis ojos.

Liam tenia la mirada baja, —Lo siento, pero tengo novia, y la amo —susurró bajo.

Sin duda él sería el mejor novio que pudiese existir, pero no era para mí, sino para su novia. Tenia dos opciones que hacer, no aceptar sus disculpas y correr, o aceptarlas y seguir como nada, teniendo en cuenta la vergüenza que había pasado sin sentir sus labios porque él se había alejado.

—Lo entiendo —susurré yo también, bajando la mirada. Elegí la dos... y también la uno.

Me di vuelta y comencé a caminar perdiéndome entre la gente, quería correr y llorar un poco, era obvio que él no engañaría a su novia, pero era solo un beso, solo uno. No esperaba que él la deje esa noche, pero por lo menos que me bese no arruinaría su relación.

Salí fuera del gimnasio, con el rostro obviamente empapado, me saque bruscamente los zapatos arrojándolos hacia un lado y me senté sobre los escalones de la escalera. Tape mi rostro, de seguro el maquillaje se había corrido. Escuche la puerta cerrarse, y unos pasos detrás de mi.

—Lo siento, no quise lastimarte —la voz apenada de Liam se sintió tan cerca cuando se sentó a mi lado, y paso su brazo sobre mi espalda acercándome a su pecho.
—Vete —solloce.
—Perdón, no quiero que llores por alguien que no vale la pena.
—Entonces bésame si no quieres que llore —chille, enfrentándolo.
— ¿Eso es lo que quieres —preguntó, tomando mi rostro con su mano.
—Si, es perfectamente lo que quiero...

Y fue allí cuando Liam se acerco hacia mis labios, y los besó. Me besó. Lo hizo. Y yo también. Rodee su cuello con mis brazos, y él mi cintura atrayéndome poco a poco, profundizando el beso, sintiendo como me acariciaba delicadamente la espalda y muriéndome con cada segundo que pasaba con mis labios pegados a los suyos.

Cuando lentamente nos separamos, mire sus ojos entre mi antifaz. Sonreí al igual que Liam. Instintivamente subió sus manos hacia mi mascara, no podía dejar que él supiera quien era así que me levante rápidamente del suelo, apresurada tratando de irme cuando antes.

—Hey —me llamó Liam, después de un silbido. Me voltee mirándolo, otra vez—. Tus zapatos, Cenicienta.

Reí y baje por ellos, sin antes darle un beso fugaz en los labios y correr hacia dentro del gimnasio.

hi:

meluchis, te quedó prechicho
liam es el amor de mi vida y él y mel se ven TAN tiernos juntos que skdfhhgsdjdfgsh<33.
la parte de cenicienta;-; mis meliam feels(?)
so, espero a mi nilu<33.