All Over Again [Harry Styles]. Continuación II.

CHARLIE LE LLEGO A DECIR QUE LA QUIERE Y VUELVO A MAR DEL PLATA A EXTIRPARTE LOS ORGANOS CHAU

- ¿Estás bien? -preguntó Drew, sosteniéndome con fuerza contra su pecho, mientras me obligaba a sentarme.

Era la segunda vez en el día que mi presión descendía a niveles peligrosos. Mi visión se nublaba hasta quedar negra y perdía la estabilidad. No había llegado a desmayarme, pero mi palidez podía denotar cuán débil mi organismo se mostraba. No estaba alimentándome bien y lo sabía; no tenía ánimos para comer. No quería hacerlo y centraba toda mi energía en practicar para distraerme de Harry.
Harry, quien ni siquiera me había llamado desde que se había ido el martes a la mañana de mi casa. Harry, quien parecía estar demasiado ocupado con sabe Dios qué mierda como para preocuparse por mí. Harry, quien me recordaba todo el frío que había en mi interior y todos los errores que había cometido desde el día en que lo había conocido y dejado entrar en mi vida.
Drew estaba siendo gentil conmigo, como era de costumbre. Buscó un caramelo en su bolsillo y el azúcar pareció devolverme algunos de mis sentidos vitales. Empecé a escuchar una voz ronca que me pedía que respire, mientras el calor que sentía a mi lado por Drew no estaba. Mientras respiraba con profundidad, recuperé aún más mi audición, escuchando claramente la voz de Harry calmándome, y lo que suponía que eran sus manos sosteniendo mis brazos con fuerza, recostándome sobre la banca del lugar de receso del instituto.
Oí llegar a alguien más, que suponía que era Drew, mojando mi nuca y mis muñecas con su mano fría y empapada. Abrí mis ojos sintiendo como la neblina se evaporaba, recobrando mi visión para encontrar dos rostros preocupados frente a mí. Los dos rostros que probablemente me generaban más confusión en las últimas semanas.

- ¿Cómo te sientes? -preguntaron a la vez y quise sonreír, pero no pude.

Drew había insistido en que tomara los medicamentos o que fuera a la enfermería, pero me negué. No pensé que volvería a suceder, ni esperaba esas reacciones en mi cuerpo. Había vomitado más de la cuenta la noche anterior y la misma sensación posterior me llevó a no cenar, ni desayunar ese día. Pero al parecer, tampoco era la solución.
Al igual que la solución a todos mis problemas, que no era alejarme de mis amigas para no enfrentar la realidad y comentarles la verdad sobre Harry, pasando tiempo con Drew y cultivando nuestra relación. Como tampoco lo era pedirle a Harry que se aleje, ni alejarme de él por mis propios medios.

- Drew… por favor ve por la enfermera. -habló Harry, quien estaba sosteniendo una de mis manos.

La apreté con fuerza cuando pude, y Drew hizo lo mismo con la otra. Lo miré y estaba con sus cejas fruncidas, probablemente enojado de tener que dejarme junto a él, solos, yendo por ayuda. Harry lo asesinó con sus ojos verdes, casi obligándolo a que se apure y decidió hacerlo, sólo por mi bien, sin discutir al respecto. Le agradecí internamente, mientras Harry colocaba su mano entre la banca de cemento antigua y mi espalda, escubulliéndose lentamente. Me ordenó que respirara una vez más y me avisó que iba a levantarme, con cuidado. Sentí mi cuerpo elevarse y mi mente se nubló para volver a su visión casi normal una vez que me tenía cerca.

- ¿Has comido algo hoy? -negué con mi cabeza, mirándolo a los ojos profundamente. Era tan hermoso cuando me regañaba.- ¿Ayer, después del almuerzo? -volví a negar, y él hizo lo mismo.- No puedes hacer eso, cariño. -murmuró, como en nuestras mejores épocas en las que ese apodo era común en él.

Me acercó la botella de agua a mis labios, y obligó a que tome de ella pese a que me negué con mis mayores esfuerzos. Limpió mis labios con su puño y decidí mirar hacia mi costado una vez que tuve las fuerzas necesarias y mi cuerpo comenzó a cobrar vida una vez más. Pero creía que mis defensas estaban cayendo una vez más cuando observé a todas las personas que estaban observando la escena. No sólo estaban todos los amigos de Harry y el odioso grupo de Savannah, sino que Jenn y May se encontraban allí con esa maldita expresión de lástima que deseaba no apreciar en nadie más con respecto a mi integridad, ni una vez en mi vida entera. Algunas otras personas que no reconocía estaban allí, entre ellas una amiga de Drew la cual no recordaba el nombre.
Todo estaban allí. Mirando con atención el cuidado con el que Harry me trataba y observando como mi cuerpo se desvanecía en sus brazos con total confianza, como si fuese algo común entre ambos. Y lo era. Pero nadie lo sabía, y parecía extraño ante la mirada del resto el gesto de confianza que Harry mostraba conmigo. Quise llorar por encontrarme en esa situación, sabiendo que todo lo que había trabajado por meses, ocultando y mintiendo, prácticamente había quedado expuesto por una simple recaída de mi maldito cuerpo, que no había podido controlar.

- Vendrás a almorzar a mi casa cuando salgas del instituto. Te llevaré hasta allí, y luego hasta tu casa. Vas a ingerir algo quieras o no, Katelyn. No puedes jugar con tu salud de esta forma. -regañó en un tono de voz casi imperceptible, logrando que nuestro público no escuchara.

Drew llegó con la enfermera, quien me examinó rápidamente antes de pedirle a ambos dos que me llevaran hasta la enfermería. Después de algunas miradas confundidas de ambos, Drew fue quien me tomó en brazos, por tomar la iniciativa. Agradecí que Harry no lo hiciera pero a la vez lo quería allí, conmigo. Su vista se posó en la mía por unos segundos, sus cejas fruncidas mientras intentaba disimular cuánto le molestaba que él estuviera haciéndose cargo de mí, sin que siquiera me molestara lo que el resto pensara.
Una vez dentro del pequeño cuarto blanco, Drew me dejó sobre la camilla. Se hizo a un costado mientras la enfermera se acercaba con un aparato y pinchaba mi dedo índice de la mano derecha, extrayendo un poco de sangre para medir mi nivel de glucosa en sangre. Midió mi presión cardíaca en busca de algún tipo de defecto y por su rostro, lo encontró. Pidió a Drew que trajera comida de la cafetería y el simple pensamiento de ingerir ese tipo de alimento me revolvió el estómago.

- ¿Estás tomando algún medicamento, actualmente? -preguntó, mientras anotaba mi diagnóstico en su libreta.
- Si. -dije los nombres y ella asintió.- Pero no los tomo desde el… miércoles, creo.
- ¿Cuándo fue la última vez que comiste de forma adecuada? -cuestionó, sus cejas levantándose en reproche. No entendía cual era el maldito problema de no comer si no tenía hambre.
- Ayer al salir de aquí. Pero no lo hice porque… estuvo vomitando y eso me cerró el estómago.
- ¿Estás nerviosa por algo? ¿Tienes problemas en tu hogar? -preguntó, preocupada por mis síntomas.
- Si. -admití, decidiendo que debía contarle la verdad para estar bien para la presentación de esa misma noche.- Tengo que viajar en la tarde y hacer una presentación pública. ¿Supongo que es miedo escénico? No lo se. Me siento alterada y… las cosas no están bien con mis amigas ni familia. -agregué, sin querer comentar a Harry en el medio.
- ¿Crees que algo pudo haberte caído mal?
- No lo creo. -negué, porque sabía que no había comido nada fuera de lo normal pero la ansiedad sumada al nerviosismo y la falta que él me hacía, sólo generaban esas malditas descomposiciones en mi cuerpo.
- Está bien. Tienes la presión baja, y probablemente tus defensas bajaron por la falta de alimentación y la energía concentrada. -asintió levemente, mirándome para ver si comprendía.- Los vómitos pueden ser parte del estrés. Sigue tomando el antibiótico sin interrumpirlo y haz reposo todo el día. Come cualquier cosa, pero hazlo. Eso sólo te debilitará más. Este… chico -espetó, refiriéndose a Drew.- fue a buscar fruta y verdura a la cafetería. Come todo lo que él te traiga y si aún te sientes así -me señaló, mi incapacidad de moverme de la camilla.- recomiendo que vayas a tu médico de cabecera. Él sabrá con mayor exactitud tu medicación y tus reacciones. Procura volver con alguien a tu hogar por si vuelve a suceder e intenta hidratarte cada quince minutos. Eso es todo… -miró en su papel, antes de sonreirme sólo un poco.- Katelyn.


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Spoiler:

Perdón por la hora y por lo aburrido que fue esto. Voy a seguir subiendo casi todos los dias de a partes. Gracias por los comentarios. Falta nada para que se termine. Charlie loves you.

Solo dime una jodida cosa: ¿Van a tener un final feliz? 
Es tan... bipolar Kate (y tu novela xD) que tal vez no tengan un jodido final feliz.
Llevamos casi un año sufriendo por esta novela, asi que por favor que termine feliz... o al menos juntos jaj una vez vi una nove en la que moria el chico y fue horrible :// jajaj

ya te dije, esto se llama KARMA
viste que harry es re pelotudo y todavía la ayuda a pesar de todo

me voay rmoa ri

OMG siguela

- Esto es asqueroso, completamente. -solté, mientras Drew intentaba que comiera calabaza. La odiaba desde pequeña y me recordaba a cuando Lily me obligaba a ingerirlo por las vitaminas que tenían. Al diablo las vitaminas. Era desagradable.
- Queda sólo un poco. La enfermera insistió en que termines al menos la mitad.

Acercó la cuchara a mi boca y la envolví, tragando el contenido sin respirar por el asco que me generaba. Él sonrió satisfecho y apartó la bandeja de mi regazo, dejándola sobre la mesa. Me ofreció agua y luego de tomar un sorbo y volcar sobre mi propio pecho, él tomó mi mano y rió. Sonreí avergonzada de mi torpeza y él quitó la botella de mis manos, acercándose un poco más a mi, entrelazando nuestros dedos. Mantenía su sonrisa en su lugar y comenzaba a intimidarme.

- ¿Qué? -pregunté, retraída.- ¿Tengo algo…? -dejé en el aire mi pregunta, esperando que la respondiera. Negó con la cabeza, ensanchándo su sonrisa.
- Sólo es que… en verdad me gustas.

Intenté hacer que su confesión me generara algo más que sólo una punzada de culpa en mi pecho, pero no lo logré. Mientras él estaba siendo amable conmigo, apoyándome y cuidándome como ni siqueira Harry hacía, yo estaba engañándolo. Constantemente. Le mentía con respecto a nosotros dos y le mentía cada vez que nos besábamos. No negaba que él era dulce; ni tampoco que lograba despejarme y protegerme de todo lo que sentía por Harry. Pero simplemente… no era suficiente. No era él. Y no me interesaba nada más por el momento.
Le sonreí. fingiendo nerviosismo. Besó mi mejilla con ternura ante mi falta de respuesta, sintiendo cómo el timbre sonaba bajo sus oídos, retumbando en el lugar. Hizo una mueca de desagrado antes de acercarse a mi rostro y besar mis labios con cuidado. La enfermera interrumpió nuestro contacto, diciéndole a Drew que se retirara.

- Buena suerte hoy. Se que estarás genial. -murmuró cerca de mis labios.- Leni me dijo ayer que quería ser bailarina como tú. Supongo que ni siquiera te ha visto hacerlo... pero ya tienes una admiradora. -comentó, un brillo asomándose al nombrar a su hermana pequeña. Le sonreí ampliamente, colmándome de la dulzura que aquella pequeña niña podía tener.- Llámame cuando termines y cuéntamelo todo. Toma todo lo que tienes que tomar. Disfrutalo.

Lo abracé por sus hombros cortamente y la enfermera reiteró que debía retirarse. Le agradecí tímida y él se alejó de allí, rejalándome una sonrisa antes de salir por la puerta. La señora mayor volvió a acercarse a mí para darme mi diagnóstico escrito y volver a hacer una última revisión general. Me informó que ya podía retirarme de la institución y me autorizó a circular por los pasillos del instituto en horas de clase, sólo para buscar lo necesario en mi casillero. Cuando me estabilicé en el suelo y caminé hacia la entrada, Harry me esperaba allí, con su bolso entre mis manos. Me miró de forma reprobatoria, tomando mi mano y caminando hacia la salida, mis pertenencias colgando de su otra gran mano.

- ¿Cómo puedes irte a esta hora? -pregunté, mientras cruzabamos el umbral del instituto hacia el hall de entrada.
- Avisé a mi madre al móvil y dejaron que firme bajo mi responsabilidad por ser mayor de edad.
- Uhm. Lo entiendo. -murmuré, y miré la unión casi laxa de nuestras manos.- ¿Por qué?
- Te dije que me aseguraría de que almorazaras bien. Puedes jugar con lo que quieras, Kate. -soltó, pesadamente.- Conmigo, con lo que sientes, con lo que sea… menos con tu salud. -regañó y dejé de mirarlo hasta que escuché ese nombre salir de sus labios.- Dije que no dejaría que sucediera de nuevo, y definitivamente no dejaré que te pase lo mismo que a Emily.

Entonces, de eso se trataba todo. Sólo se había acercado a mí en el patio de receso y sólo se estaba preocupando por mí en ese instante por Emily. Porque a ella le había ocurrido algo similar y él simplemente lo había dejado pasar. Me enfurecí por ese hecho; me consideraba egoísta por querer adueñarme de él estando con Drew, pero era egoísta hacer todo lo que había hecho por mí sólo por el fantasma que sus sentimientos le recordaban de Emily.
Pude recolectar datos en mi memoria, como que ella había sido internada por anorexia, decaída por no haber comido por una semana. Recordaba las expresiones del rostro de Harry, destrozadas ante las memorias. Pero no me interesaba; nadie me internaría y no dependía de él para cuidarme. Dieciocho años lo había hecho por mi cuenta y él no empezaría a influír desde ese momento.
Harry me abrió la puerta de su casa luego de unas cinco cuadras silenciosas. Estaba a punto de estallar pero una parte de mi me rogaba que no lo hiciera; al menos, pensando en ella o por lo que fuese, Harry se había preocupado por mí una vez más. Eso era un avance.

- ¿Por qué estás tan molesta? -preguntó, una vez que me encontraba sentada en la barra de desayunos de su cocina, él acomodando todo en su mesada para comenzar a cocinar.
- Tú…-mencioné, quedandome sin palabras adecuadas para no discutir.- T-tú has nombrado a Emily. Comparándola… conmigo. Otra vez. -recalqué, recordando el día de su cumpleaños y lo que su abuelo Brian me había dicho al respecto.
- Bueno… es a quien me habías recordado. Lo lamento. -dijo, pero sin realmente sentirlo.

No me gustaba para nada lo arrogante que era conmigo en esos momentos, porque sólo me hacía sentir… usada. Y para sentirme de esa forma, no quería estar cerca de él. Mis ojos comenzaron a formar lágrimas que obligué su descomposición. Harry se volteó, apoyando los ingredientes sobre la mesada donde me encontraba. Suspiró al ver mi rostro y sus rasgos se relajaron completamente. Lo miré a través de mis pestañas; lucía tan arrepentido que sólo logró que un poco de mi culpa salga a flote.

- En verdad… lo siento. -admitió, acomodando su cabello sobre su frente. Sonreí por el gesto y él me vio hacerlo, por lo que se reflejó en su cara la mueca.- ¿Puedes ayudarme?

Insistí con que ya había comido algo antes, pero Harry no desistió. Estaba cocinando hamburguesas para ambos, mientras cortaba vegetales para saltearlos en una sartén con algún ingrediente que desconocía. Preparé la ensalada, sintiéndome casi inútil al hacerlo. Harry rió y me abrazó por detras, colocando sus manos sobre las mías, mi espalda apoyada en su fuerte torso.

- Así… -explicó, cortando suavemente tomates con el cuchillo, mi mano cosquilleando debajo de la suya por el contacto.- Supongo que no eres muy buena con la cocina. -bromeó y besó mi cuello, mientras continuaba cortando suavemente.- Hazlo de esa forma. Cuida tus dedos.

Sonreí ante el escalofrío que aún recorría mi cuerpo por sus labios en mi piel expuesta, y él lo notó. Mordió su labio inferior y acarició mi hombro para que continúe. Lo hice y cuando terminé, me sentí orgullosa de mi trabajo por unos cortos segundos, hasta que me volteé para ver que Harry ya tenía ambos platos listos. Dejé caer mis hombros, rendida ante sus habilidades y él besó mis labios con una pequeña sonrisa decorando sus facciones, para hacer que lo olvide.

Y si. Definitivamente ese contacto había hecho que me olvide de mis habilidades culinarias.

Harry terminó su comida mucho antes que yo, enfrentándome en la mesada. Mientras intentaba que mi estómago ingiriera todas las verdaderas delicias que Harry había preparado, él tomó una batidora y comenzó a mezclar una vez más ingredientes. Supuse que eran galletas al ver los moldes y la forma en la que cortaba la masa que había creado. Para cuando había terminado mi almuerzo, bromeando acerca de lo femenino que Harry lucía en delantal, él ya había sacado las galletas del horno, con forma de corazón. Las colocó en un plato, decorándolas con crema rosa y dibujos estúpidos e infantiles. Sonrió, juntando sus brazos en su pecho, sonriendo y pestañando como una niña.

- A veces me pregunto si eres gay. -suspiré, mientras alejaba el plato de mí, completamente llena por mis casi dos almuerzos y un postre.
- Supongo que luego confirmas que no lo soy.

Me sonrió y lo acerqué a mi por su nuca, aún sentada en una banqueta demasiado alta como para que mis pies tocaran el suelo. Tomó mi cintura y le sonreí, observando cada rasgo de su rostro con cuidado. Era tan hermoso y estaba tan fuera de mi alcance. Lo besé porque podía hacerlo y no sabía cuantas veces más tendría la oportunidad de hacerlo. Sus labios continuaron el contacto con los míos y olvidé por un momento lo mal que se encontraba nuestra rara relación. Tomó una galleta con su mano, y la interpuso entre nuestros rostros, con el fin de que la probara. La mordí para darle el gusto, exhausta y más que satisfecha de comer.

- No sé por qué no habías cocinado esto antes. Ni siquiera tengo espacio para comerlas todas, porque es lo que haría si pudiera. -confesé, terminando la galletita que me había ofrecido, mientras él ordenaba.
- Jamás… he horneado nada para nadie, en realidad.

Sonreí. Entonces yo era la primera chica relacionada con él que había probado sus galletas. Quizás también su comida. Me vió sonreír y miró hacia el suelo, retraido, buscando esconder su sonrisa irresistible. No sabía por qué la escondía, porque era hermosa.

- Uhm… creo que tendría que irme. -confesé, cuando miré el reloj que estaba en su cocina.

Harry me imitó, tomando las llaves del automóvil de su madre y guiándome hacia la salida. Llegamos a mi casa en menos de cinco minutos por la corta distancia que nos separaba. Quise bajarme sin despedirme porque pensaba que eso era lo que él esperaba. Pero por el contrario, tomó mi nuca y me besó, con necesidad, como hacía tiempo no lo hacía. Me miró a los ojos cuando nos separamos, tan profundo que pensé que iba a romperme en dos.

- Nos vemos en la noche. Buen viaje.

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Corto y sin revisar. Me tengo que ir a dormir. Gracias por los comentarios... luego de la competencia, quedan algunos capítulos cortos y se termina. Gracias. Charlie loves you♥.

LE HIZO GALLETITAS TENGO MIEDO CARLA Y ENCIMA TE GUSTA MI SUFRIMIENTO, ESPERO OTRO EL CAP CON ANSIAS

ANSIAS RE ABUELITA

Ay voy a llorar, lo sé. 
A veces parece que Harry no la quiere... como lo que hizo ahora. Compararla con Emily y eso. La mayoría de veces parece que la ama pero esta vez fue diferente, me confundiste jajaja aunque sigo casi segura de que si la ama.

VOY A LLORAR PORQUE ES TAN TONTA?? ))):

una sola cosa:

"- Supongo que luego confirmas que no lo soy. "

por dios!!! sigue
por que esta tan distante con ella??
sigue pronto saludos

ta, son tan lindos, los re amo
y no quiero q se termine pero eso ya te lo dije
y bueno deja de subir seguido q odio leer del celular
espers q llegue a casa para subir el final!!
bueno besito, te leo