All Over Again [Harry Styles]. Continuación II.

Desperté sintiendo algunos últimos rayos de sol filtrarse sobre mi rostro. Otra vez, estaba demasiado cómoda acomodada sobre su auto y Harry rió a mi lado cuando sintió el movimiento repentino. Me senté, mis pies nuevamente en el piso y mi espalda derecha, peinándome con las manos mi desordenado cabello. Lo miré y reproducí el sonido. Me sonrió y observé mi alrededor, intentando identificar dónde estábamos. Entrabamos a una pequeña ciudad y todo parecía nuevo y desconocido para mi; porque, en realidad, lo era. Observé a Harry, quien continuaba concentrado en manejar, pero sonreía sin poder contenerse. Volví a imitar su gesto.

- ¿Es aquí? -pregunté, ansiosa y expectante. Asintió.- ¿Vas a decirme donde estamos ahora?
- Mhm… no lo sé. -dudó, travieso. Empujé su brazo levemente y lo miré insistente.- En verdad, no se si aún pienso decirte. -dijo, ahora más serio.
- ¡Harry! -exclamé, en reproche, nuevamente con mis caprichos de niña de cinco años.
- Bueno, bueno… -cedió, levemente, mientras doblaba en una esquina.- North East Lincolnshire. Cleethorpes, exactamente.

Me miró, sonriendo, esperando mi reacción. Mi cerebro procesó la información más lento que lo que mi sentidos percibieron. Y si, tuve que haberlo sabido. Al este. No había muchas posibilidades. La suave brisa relajante y algo fría por el invierno que aún nos invadía, el olor tan característico y delante de mis propios ojos… el mar, la arena, la playa, acortándose en una distancia que Harry hacía desaparecer con el vehículo. Sonrió ampliamente al ver mi emoción y sentí necesidad de gritar, y abalanzarme hacia él. Hice la primera, apretando su brazo con fuerza, a lo que rió pese a la gran presión que hacía sobre sus músculos.

- ¡Harry! ¡La playa! -exclamé, pese a la obviedad de lo que decía, estaba completamente impactada por el paisaje frente a mis ojos. Él asintió, sonriendo.- ¡Esto es demasiado…!
- Me dijiste que habías ido de pequeña muchas veces a la playa y que solía gustarte. Supuse que era un buen regalo para tus dieciocho. -interrumpió, justificándose y le sonreí, negando mi cabeza como si no fuese necesario. No lo era. No necesitaba hablar en ese momento.
- Es perfecto. -murmuré y rió levemente, aliviado y dejando su mirada de niño inseguro y miedoso.- Harry… -dije, luego de que se mantuvo en silencio, su sonrisa de victoria y autosuficiencia plasmada en su rostro.- Detén el auto.
- ¿Por qué? -preguntó, ligeramente confundido entre su felicidad, como si lo hubiese invadido. Le sonreí tímida.
- Quiero besarte. Ahora.

Estacionó casi de forma inmediata, sonriéndome. Solo a algunas pocas calles de la playa. Desabroché mi cinturón de seguridad y fui a su regazo en menos de un segundo, sus manos yendo a mi rostro. Delimitó mi labio inferior con sus pulgares, mientras yo no podía despegar mi vista de su boca y de mis desesperadas ganas de estrellarla contra la mía. Acariciando mis mejillas, nos unió finalmente, y suspiré entre sus labios. No sabía de qué forma agradecerle lo que estaba haciendo en ese momento porque tampoco sentía que él tenía que hacerlo por mí. Pero lo había hecho. Y me había propuesto eliminar mis preocupaciones solo por dos días. No era buena con las palabras, pero tenía que decírselo. Tenía que saberlo. Tenía que sentirse orgulloso de que nada había fallado en su plan y definitivamente, iba a lograr que fuera un cumpleaños especial, sin error alguno. Tomé su cabello entre mis manos, tirando de él desde sus puntas para que se separe solo un poco de mí. Mi celeste y su verde se fusionaron, hechizados el uno con el otro, perdidos sin querer ser encontrados. Besé reiteradamente sus labios.

- Gracias. -dije, interrumpiendo mi palabra para conectar nuestros labios. Rió mientras continuaba encargándome de todo su rostro con suaves besos.
- Vayamos afuera. -propuso y asentí con una sonrisa.
- Vayamos a la playa.
- A eso me refiero.

Abrió su puerta dejándome salir primero, ya que me encontraba aprisionádolo contra su asiento. Colocó la alarma del transporte y tomó mi mano, nuestros dedos entrelazados. No hice un gran dilema al respecto. Solo por dos días, no habría dilemas. Solo disfrutaría del presente y de situaciones que no se iban a repetir, y probablemente se iban a acabar en solo un par de meses.
Miré a Harry una vez que nos encontrábamos a solo una escalera de distancia de la fría arena. Le sonreí y se escapó de mi garganta una risa tonta y adolescente. Acomodó su cabello, soltando mi mano, señalando con su cabeza hacia adelante, casi como si estuviése dándome permiso para correr por todo el lugar. Y, por más tonto que eso pudiese sonar, lo hice. Quité mis Converse, mis medias y dejé todo en manos de Harry para correr hacia el mar. La arena se colaba entre mis dedos y el aire frío golpeaba mi rostro con fuerza, tirando mi cabello hacia atrás, llenándome de una pureza y una libertad que no tenía hacía demasiado tiempo. Atardecía en Cleethorpes, de una forma tan bella que me resultaba indescriptible. La mezcla de colores entre el cielo y el reflejo del agua con el sol poniéndose, el calmo mar llegando a la orilla repleta de caracoles y el olor a sal marina llenando cada uno de mis sentidos e impregnándose en mi. La vista era completamente increíble, igual que la persona que se encontraba a una distancia considerable de mí, observándome con una sonrisa gigante y sincera.
Algunos pájaros, que no lograba reconocer su especie, deambulaban por la costa. Corrí hacia ellos para espantarlos y reí al ver como se escapaban en el aire, probablemente volando en busca de su propia paz. Los envidié al observarlos algunos segundos, dispersarse, estar en las alturas. Sentí la risa de Harry ahora más cerca de antes y corrí hacia él. Rió ante mi hiperactividad, dejando nuestro calzado sobre la arena y recibiéndome entre sus brazos. Me colgué de su cuello, mientras él sostenía mi cintura para que estuviése cerca de sus labios. Presioné los míos contra su mejilla con fuerza, y volví a separarme, su frente pegada a la mía y el atardecer a nuestras espaldas, iluminándonos con su color naranja impresionante.

- Esto es hermoso. -admití, mordiendo mi labio inferior, sin resistir mi felicidad, ni el latido descontrolado de mi corazón.
- Lo eres. -susurró.

Sonreí. Sonreí, sonreí, sonreí. Hacía mucho no sonreía así. De forma tan sincera, real, sin restricción o barrera alguna. Unió nuestros labios y sus brazos terminaron de envolverse en mi cintura, abrazándome, pegandome completamente a su fuerte pecho. Abracé su cuello con una de mis manos, dejándonos imposiblemente más cerca, presionando más nuestros labios, sin tener intención alguna de separarme por los próximos minutos. Aunque tuve que hacerlo, por la maldita necesitar de mis pulmones de terminar con mi bienestar para conseguir algo de aire. Su respiración se había acelerado levemente, y sentía su corazón latir contra mi pecho con tanta rapidez como el mío. Le sonreí y lo empujé de mi, corriendo lejos de su lugar, bajo su mirada confundida. Sonrió sin remedio cuando se dio cuenta y siguió mi juego, trotando para alcanzarme.

- ¡No vas a alcanzarme! -grité, como una niña, moviéndome por todos lados, sonriéndole.
- Sabes que voy a hacerlo, Kate. -dijo, en un tono burlón.

Y así fue. No tardó más de un minuto en taclearme, y dejarme sobre la fría arena, riendo debajo de su cuerpo. Sabía que mi cabello estaría lleno de arena y no me interesaba. No me importaba absolutamente nada. Me sentía demasiado plena como para evitar ese momento. Harry se levantó levemente, dejandome respirar, e invertí nuestras posiciones. Mis piernas estaban a cada lado de sus caderas, mientras que él acariciaba lentamente mis muslos encima de mis jeans. Agarré algo de arena entre mis manos y aproveché la leve distracción del sonido de los pájaros para cubrir su rostro con ella. Reí descontroladamente ante su rostro de confusión, enojo y leve diversión que parecía ser ocultada.

- ¿Qué diablos? -preguntó, sonriendo cuando me agaché hacia él, recostándome sobre su pecho.
- Me gusta molestarte. -señalé, y sonreí, dejando un beso sobre su cuello.
- A mi también me gusta hacerlo…

Oh, no. Salí de encima de su cuerpo antes de que me enterrara en la arena. Sabía que Harry solía ser excesivamente competitivo y que no iba a dejarse ganar tan fácilmente. Sus venganzas eran peores que las mías en nuestros pequeños juegos y simplemente sabía que quería rociarme de arena completamente. Corrí y él simplemente lanzó arena a mi cuerpo, logrando que me ensuciara más de lo que ya estaba.

- Basta. -espeté, cubriendo mi cuerpo con mis brazos. Se acercó a mí, y dejé de cubrir mi rostro también, mirándolo de forma suplicante, mi labio inferior hacia afuera. Rió y soltó la arena que había entre sus manos, para volver a atraparme entre sus brazos.
- Tienes facilidad para convencerme.
- Lo se.
- Y lo usas a tu favor.
- Claramente.

Reí. Volví a soltarme de él pero esta vez dejé de escapar. Decidí que después de jugar y recordar mi niñez en lugares como ese, era hora de sentarme con mis piernas estiradas sobre la arena, contemplando el atardecer cada vez más fuerte, apagando lentamente la luz. Respiré profundamente, cerrando mis ojos, llenándome de ese aire de pura tranquilidad. Segundos después, sentí la esencia de Harry detrás mío, sus jeans subidos casi hasta sus rodillas para su comodidad, cada una de sus piernas a mi alrededor y sus brazos sobre mis muslos. Me acomodé, apoyando mi espalda sobre su torso, volviendo a cerrar mis ojos, disfrutando de su aroma y de la calma que el lugar nos otorgaba. Sentía el suave sonido de las pequeñas olas chocar contra la orilla y no podía encontrar nada más ideal en el mundo que aquel momento. Sonreí, sin mostrar mis dientes, acariciando su cuello con su nariz, antes de volver mi vista al cielo una vez más.

- Leí que las aves migran ahora en invierno y siempre pueden verse aquí… pensé que sería lindo ver como vuelan hacia casa. -susurró, sabiendo que nuestra distancia era lo suficientemente íntima y que el lugar nos daba la posibilidad de hablar sin elevar nuestro tono de voz.
- Es increíble todo esto. -declaré, sin palabras.

Inclinó su rostro hacia el mío, su cabello color chocolate chocando contra mi frente. Sonreí y posé una de mis manos en su mejilla, limpiando los granos de arena que aún estaban allí. Devolvió el gesto, mientras me miraba casi con adoración, antes de cerrar sus ojos por el tacto gentil. Lo besé, lentamente. Sin prisa. Sin urgencia. Tan lento como podía hacerlo. Disfrutandolo como si fuese la última vez que fuera a hacerlo. El roce de sus labios sobre los míos solo hacía querer más de él. Pero no me lo permitió, cuando dejó un beso en mi mandíbula antes de separarse para volver a contemplar. Gruñí levemente y presionó su boca con la mía antes de volver nuevamente a nuestra posición. Acaricié su brazo con traquilidad, mientras su otra mano seguía con las caricias sobre uno de mis muslos.
La noche estaba cayendo, minutos después, oscureciendo el lugar casi por completo. Aún estaba esa luz naranja, mezclada con amarillo y con el reflejo del mar, pero la oscuridad la estaba consumiendo de a poco. Harry decidió que era la hora de irse y agradecí la forma en la que ayudó a mi cuerpo a estabilizarse una vez en pie. Volvió a tomar mi mano cuando había limpiado todo mi cuerpo de la arena, y se dirigió en busca de nuestras Converse. Nos sentamos en las escaleras para limpiarnos y colocar el calzado en su lugar. Y mientras lo observaba cuidadosamente realizar sus acciones, él volteó, sonriéndome expectante.

- ¿Dónde vamos ahora? -pregunté, revolviendo su cabello. Sonrió. Sabía que le gustaba que hiciera eso.
- Al hotel y a cenar. -comentó y me sorprendí levemente.
- ¿Al hotel? ¿Ya has reservado uno? -asintió.
- Te dije que no encontrarías error.

Y se paró, llevándome hacia el vehículo nuevamente luego de caminar dos calles, arrastrada por su caminar de la mano, nuestros dedos rozándose y jugando entre ellos constantemente, completamente rendida ante su nuevo y repentino control de la situación que… no me disgustaba. Para nada.


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Heyyy. Acá estoy. Si quieren una foto de Cleethorpes atardeciendo, miren acá y acá. No creo que suba hasta el sábado y perdón por esto. Pero justamente, el sábado a la mañana tengo el primer parcial del ingreso a la universidad y pienso pasármela todo el viernes estudiando y probablemente mañana también, además que tengo que dar unas clases particulares de inglés a la tarde. Voy a hacer lo posible para capaz subirles una parte mañana. Pero no lo sé. Ily a dani porque lola las ve hablar con agus siempre de esto en twitter y ask también. Gracias. A todas y cada una de ustedes. Charlie loves you♥.

OH DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOS CHARLIE ME ENCANTOOOOOOOOOOOOO<333 SIGUELA PRONTO PLEASE

No tengo palabras me emocioné, fue divinoooooo ayyyy Harryyyy. No puedo explicarte lo mucho que me gusto!! Un hotel!! HO TEL!!! No puedo ay bueno suerte con el parcial Charlieee y con respecto al twitter, a mí y a Dan se nos hace imposible no hablar de esto. Nos dejas sin palabrasss
xx

Awww. Son tan adorables juntos. <3
Perdon por no comentar mujo hoy pero estoy bastante cansada xd. Ya sabes que siempre comento pero hoy nah, estoy estresada >.<

Y es que yo estoy enamorada de tu novela <3. Me presento, me llamo Fernanda, soy de México, descubrí tu novela hace como tres semanas, me puse a leerla y aquí estoy jkajksjkdkd. Tu novela es algo así como perfecta, escribes demasiado lindo. Aaaaaaamo a Harry, enserio, lo amo. Y también amo a Kate. Y amo que ambos estén juntos. Es jodidamente perfecto que estén juntos u_u. Yo quiero a un Harry :( ainjkjnsknjsjnks. Eeeeen fin, creo que desde ahora me tendrás acosandote para que subas capítulos <3 jijí. Sigue escribiendo así de lindo, sube capitulo cuando puedas pero que sea pronto u_u y te mando un abrazo, cuídate. :) x

te amo!!!
eres la mejor y no me canso de decirlo
sigue pronto!!
saludos

pues hija, esque es precioso el lugar atardeciendooooo<3 :( y la nove todo es perfect i fabuloso!!!!





Sigue pronto, te espero hasta sabado eh???






TQTQTQTQTQTQ,ANNA<3

Me ha encantado! A cada cap te superas en serio! :)

ahhhhh charli me muero por facvor siguela cuando puedas y no te preocupes nosotras te esperaremos por un capitulo mas jhajhajhajha un beso:(L): :bye:

necesito... no, debo tener un nuevo capitulo, ridehksfgnelkjgf , esta tan buena! , siguela!

- Entonces, la habitación Victoria hasta mañana a las 11 de la mañana.
- Exactamente. -dijo Harry, sonriéndole a la rubia detrás del mostrador, extendiéndole una tarjeta de crédito.
- Bien, aquí tienen. Disfruten de su estadía en Sugar, Sugar.

La empleada sonrió. Pero la sonrisa iba solo para él. También batió sus pestañas de forma coqueta. Su mirada estaba clavada en la de ella, mientras le devolvía el gesto, tomando la llave entre una de sus manos y atrapando la mía con la otra. Apretó el botón del ascensor mientras mordía su labio, perdido en sus pensamientos. En cuanto las puertas se abrieron, me solté de su mano y entré en el cubículo, cruzandome de brazos. Me miró confundido y entró, colocándose a mi lado. Ella estaba claramente flirteando con él. No podía evitarlo. Estaba completamente celosa de una simple y mínima interacción de Harry con otra mujer frente a mi ojos, por más estúpido que sonara.

- ¿Qué pasó ahora? -preguntó, sonriéndome de costado. Lo miré de reojo y gruñí, odiando su buen humor.
- Ugh, no es nada. -espeté, y mi pié comenzó a moverse en señal de nerviosismo.
- Vamos, dilo. -me animó, acercándose a mi en el pequeño espacio en el que nos encontrábamos. Suspiré y clavé mi mirada en la suya.
- Simplemente… ¿viste como te ha mirado? -pregunté, casi escupiendo mis últimas palabras con odio.
- ¿Quién? -musitó, confundido. Rodé mis ojos.
- Esa… rubia malditamente platinada. La recepcionista. -admití, con cierto desdén de envidia por tener ese cabello de forma natural, abandonando nuevamente el contacto visual con la persona a mi lado.

Harry rió a mi lado y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura, desde atrás. Las puertas del ascensor se abrieron y caminé, intentando soltarme, pero no me lo permitió. Salimos juntos por decisión de él, esperando a que el cubículo baje nuevamente a la planta baja, desde el piso dos. Me presionó con fuerza contra su pecho e inclinó su cabeza hacia mi cuello, su aliento caliente chocando contra la piel sensible logrando que se erice, y mi corazón se acelere por su contacto casi invisible. Se dirigió a mi oreja y la mordió levemente.

- Me gusta más tu color rubio. -comentó, en un susurro denso.
- ¿Sólo eso? -pregunté, provocándolo. Lo sentí sonreír sobre mi piel, antes de presionar sus labios sobre mi cuello pausadamente.
- No. Eres mucho más atractiva que ella.

Giré mi cabeza hacia él y levantó la suya del hueco de mi cuello para sonreírme. Bien. Sabía cómo lograr que se fueran mis celos. Y también como levantar mi autoestima. Presioné nuestros labios juntos y él apretó mi cadera juguetonamente antes de separarse, dejando que desee más de su boca. Me dedicó su típica sonrisa de bastardo incitador, antes de acercarse a la puerta con el nombre Victoria en ella. Giró la llave, y me dejó el lugar, para que yo misma girara el picaporte de nuestra habitación compartida por ese día. Nuestra habitación.
Y lo hice, cerrando mis ojos con fuerza primero, por la emoción. Los abrí para encontrarme con una habitación decorada con colores cálidos, el rojo predominante. En el medio, una cama matrimonial, blanca, con dos almohadones del mismo color y uno rojo en el medio de ellos. Había mesas de noche, una televisión plasma, una gran ventana con vista a la pintoresca ciudad y una puerta que suponía que era el baño. Había cierto aroma fresco en la habitación, pero parecía cómoda, además de estar templada a comparación del frío que hacía afuera. Harry cerró la puerta. Me volteé, sonriendo y caminé hacia la cama, dejando caer mi peso sobre ella y riendo levemente. Me imitó, y terminamos ambos riendo uno al lado del otro, sin saber exactamente qué nos causaba tanta gracia.

- ¿Te gusta Victoria? -preguntó, con una sonrisa en su rostro, teniendo su cabeza con uno de sus codos. Me di cuenta en el camino que todas las habitaciones tenían un nombre de persona u objeto en particular, y me pareció algo original del lugar.
- Si. Es linda. -admití, volviendo a mirar la decoración del lugar. Lo miré pícara luego, utilizando un tono sugerente.- Y a tí, ¿te gusta Victoria? -sonrió, ladeando su cabeza hacia a mí, negando una vez con su cabeza.
- No, ninguna Victoria. Tú.

Reí cuando acarició mis costillas levemente, generandome cosquillas. Rodó para quedar encima mío y me besó. Enterré mis manos en su cabello rizado, tirando de cada uno que encontraba desordenado en su cabeza. Sonrió entre mis labios y tomé su nuca para que no se separe de mi. Su lengua invadió mi boca, y suspiré levemente, aliviada de que al fin me dejaba disfrutar un poco de él. Pero no por mucho. Segundos después se separó, no sin antes volver a dejar un casto beso sobre mis labios. Me apoyé en mis codos, para observarlo deambular por la habitación, quitando las cosas de su bolsillo y dejando el pequeño bolso que había traido sobre la cama.

- Tenemos reservación, así que no tenemos mucho tiempo.
- ¿A dónde iremos?
- Petit Delight. -espetó, imitando un acento francés falso y barato. Reí.
- Me gusta la comida francesa. -me sonrió, asintiendo levemente.
- Iremos caminando, estamos solo a algunas calles de aquí. Ahora, -dijo, acercándose a mi, dejando un beso sutil sobre mis labios, mientras acomodaba su ropa.- quítate un poco la arena y vámonos.
- Tuviste que haberme dicho lo que ibamos a hacer. -me quejé, parándome.- No estoy arreglada como para salir a cenar.
- ¿Me ves arreglado? -preguntó, señalándose.

Realmente, no lo estaba. Pero no necesitaba usar una camisa, ni un pantalón de vestir para lucir completamente increíble. Incluso con su estilo descuidado y desprolijo parecía un maldito modelo. Lo golpeé juguetonamente en el brazo y me retiré hacia el baño con mi cartera, en la cual tenía algo de maquillaje y lo necesario para higienizarme. Quité mis zapatillas para sacarles toda la arena y limpiar mis pies, a la vez que sacudí mi ropa entera. Peiné mi cabello, y lo recogí de forma desprolija con un broche, para evitar la molestia de éste en mi rostro cuando cenemos. Maquillé levemente mis ojos, sólo sombra negra y delineador suave. Salí del lugar, encontrándome con Harry sentado sobre la cama, concentrado en su Iphone, sus cejas fruncidas y sus uñas siendo mordidas con suavidad. Levantó su vista cuando sintió el ruido de la puerta cerrarse y sonrió.

- Te ves bien. -halagó.
- Estoy igual que antes. -me encogí de hombros.
- Te has maquillado y peinado. -señaló con una sonrisa coqueta.
- Wow, detallista. -espeté, levantando mis manos, fingiendo sarcasmo.
- Suelo serlo contigo.

Le dediqué una sonrisa que no sabía de dónde había salido, pero simplemente había sido natural. Quería sonreírle y lo estaba haciendo. Se levantó de su lugar, y lo ocupé yo, mientras él terminaba de arreglarse. Tomó mi mano con cuidado al terminar, y salimos de la habitación. Solo faltaban algunas horas para mi cumpleaños, pero ya parecía disfrutarlo.

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Spoiler:

Quiero tirarme por una ventana y caer a un pozo ciego porque The xx viene a Buenos Aires en Octubre y está re barato y no voy a poder ir. Esa es mi noticia del día. Y que no voy a subir hasta el sábado por motivos que ya les conté. Amenme por buscar todos lugares reales en Inglaterra. Si quieren ver, esta es la habitación en la que están. Y acá y acá hay dos fotos más. Solo por si no describí bien los ambientes, es mejor que los vean para imaginarselos más. Gracias por todos sus comentarios. Charlie loves you.

Ayyyy Charlieee me desesperooooo, que lindoo!! Me ncantó la habitación y todo eso, los celos de Kate también!! Es divina!! Como dijiste que estos capítulos iban a ser importantes o cruciales trato de prestarles mucha atención para no llevarme sorpresas después, pero lo dudo. Porque siempre me sorprendes!
Suerteee
xx

ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO<3 SIGUELA PRONTOPORFIS1

Wtf?! No se envió mi comentario anterior ): El punto es que -como ya sabes- me encantó *---*
Y no. No voy a dejar de decir que es mi novela favorita ._. okno.
Si >.< Estudiar es estresante. Estoy de acuerdo. Te dejo otro comentario corto /:
Besos (: