Things change.

Caminaba. Aún sentía el temblor que abundaba en mis piernas cada vez que andaba un paso más. Sentía cómo si en un segundo todos los presentes allí me estuvieran mirando, cómo si por algún casual yo fuera la única cosa importante allí mismo.
No tenía el valor de levantar la mirada y enfrentarme a la multitud que se encontraba frente a mi, no podía respirar bien, simplemente estaba aterrada.
Llevaba semanas practicando, y por fin ya era la hora de mostrar a todos el trabajo que había echo, quería mostrar cómo de verdad quería cumplir mi sueño al presionar mis dedos encima de unas lengüetas blancas.
Cogí aire y recta me dirigí a sentarme en aquel taburete que se encontraba frente aquel gran piano.
Debía admitir que me atemorizaba bastante el saber que podría equivocarme, se reirían de mi e incluso criticarían el trabajo que llevaba semanas preparando.
Pero por fin ya estaba aquí, en frente de lo que quizás sea una nueva salida en la que comenzar otra nueva historia.
Ya veía en mi mente enormes carteles que patrocinaban mi exitosa gira por toda Inglaterra y a miles de fans que gritaban mi nombre a todo pulmón.

Sacudí mi cabeza al darme cuenta de que todos esperaban que empezara.
Apreté con miedo una nota y sin darme cuenta, la música comenzaba a sonar fluidamente en mis oídos, me sentía genial sabiendo que me había olvidado de todo en aquel momento, me sentía viva, e incluso no quería terminar.
Apreté la última nota y oí cómo el público aplaudía. No podía evitar no sonreír, estaba extremadamente orgullosa de mi, de haberme enfrentado a mi miedo.

Comencé a recoger mis cosas y apenas salir del aula de música me topé con Beck. Maldije por dentro al haberme cruzado con él y no con otra persona.
Beck era un chico del mismo grado que yo. Básicamente llevamos juntos desde la infancia, pero el saber que él ha estado tras mía desde ese entonces me hace retroceder un poco hacia atrás en cuanto a tener una amistad con él.
—Tengo que admitir que es una de las mejores actuaciones de piano que he escuchado—Sonrió pícaro, yo tan solo me digné a rodar mis ojos pesadamente.
Seguí caminando, pero para mi sorpresa él comenzó a caminar al lado mío.
—Enserio Elena, tocas maravillosamente—Paré en seco y lo miré con una fingida sonrisa.
—Gracias Beck, pero no creo que debas compararme cómo algo esencialmente profesional—Concluyé algo fastidiada.
—Es algo que no puedo evitar, ya sabes—Agachó su cabeza tímido—Por cierto ¿Éste finde..
—No Beck, no me hagas esto más difícil ¿Vale?—Le interrumpí—Sé que quieres intentar algo conmigo, pero en serio, ahí fuera, probablemente hayan miles de chicas que morirían por estar saliendo contigo en éste momento, así que no creo que sea buena idea eso de perder el tiempo conmigo—Dije. Intenté ser lo más amable y comprensible del mundo, pero ver su cara me había demostrado lo cruel que me había vuelto con él desde entonces.

Entonces rió. Le miré extrañada, me había sorprendido que actuara de aquella forma después de haberle soltado todo aquel rollo.

—¿Por qué te ríes?—Pregunté molesta.

—No puedo creer, que después de tanto tiempo sigas creyendo que te haré caso—Dijo—Elena, a mi me dan igual las otras chicas si te tengo a ojos míos, tú..simplemente no entenderías lo que soy capaz de hacer por ti, pero da igual—Rió cansado—Ya te darás cuenta.

Dijo para después marcharse y dejarme completamente sola en aquel pasillo. Me quedé cómo alrededor de unos veinte segundos admirando el lugar por dónde él se había marchado.

¿A qué venía todo eso? ¿Acaso pensaba que algún día me iba a conseguir? Suspiré. Ese chico parecía algo imposible.

Sentí cómo el timbre avisaba para la hora de comer. Sonreí, pasar tantos nervios me abría el apetito. Rápida me dirigí hacia el comedor y comencé a hacer la cola.

La cocinera me recibió con una de sus hermosas sonrisas y me sirvió aquella rica comida que tanto me gustaba.

Me senté en una de las pocas mesas que quedaban vacías y saqué el móvil. Cómo de costumbre no tenía nada importante, pero tenía un mensaje de Rosie. Lo abrí para poder leerlo.

Bufé. Lo había olvidado por completo. Aún buscaba la razón por la cual me había apuntado a organizarlo, quizás porque el año pasado posiblemente fuera el peor baile de la historia.

No sé porqué acepté la invitación de Matt, uno de los chicos del equipo de fútbol del instituto y probablemente uno de los más tontos también. En fin, me había comprometido y debía ir.

Me senté en una de las sillas que formaban aquel "casiperfecto" circulo. Habían muchas caras desconocidas en aquella habitación, aunque solamente conocía a Rosie. Comenzaron a hablar, yo mientras miraba aquella lista de música que había traído.

Escuché de algo de hacer parejas anónimamente. Levanté mi cabeza y sonreí. Sería una buena idea.

Entonces Rosie me buscó con su mirada.

—¿Y tú Elena? ¿Qué tienes pensado en cuánto a la música?—Miré nuevamente mi lista y me encogí de hombros.

—Tenía pensado poner algo lento al principio, cómo base para que se conozcan—Se miraron entré si y asintieron. Me sentí bastante bien al saber que aceptaban mi idea.

Quizás ésta podría ser la primera vez que hiciéramos el mejor baile que hayamos echo jamás, o quizás no. Todo es cuestión de tiempo.