Things change.

Título: Things change.
Autor: Colectiva.
Género: De todo un poco.
Contenido: Depende de la escritora.
Adaptación: No.
Advertencias: Ninguna .
Otra páginas: Nop.

La reunión de consejo estudiantil marcha bastante aburrida, hasta ahora nadie logra  ponerse de acuerdo concretamente, acerca del baile de primavera; la señorita Tydale se encuentra con nosotros, supuestamente “ayudando” y tratando de supervisar que todo marche correctamente, no es que a esta mujer le encante la idea de formar parte para el comité, pero era una gran excusa para no dar clases y tirarle los calzones, una que otra vez al profesor Coleman, no comprendo que le ven a ese maestro, tal vez, es atractivo, pero no me resulta lo suficiente, como para volverme loca, y volviendo al tema de aquella señora, a veces me da pena ajena, cree que tiene nuestra edad, pero en realidad es solamente una solterona, que si no vive con sus padres, está acompañada de cientos de gatos.
Siento un codazo en el estómago, causando que este, se revuelva con mi comida de hoy en la mañana, suelto un quejido, percatando que todos los presentes, volteen hacia mi lugar, para saber qué sucede.
—Perdón. —digo incómoda, es lo único que logro objetar, volteo y está una Daphne a mi lado, observándome apenada. —para la otra, ¿podrías captar mi atención lanzándome papelitos o golpeando un poco suave?
—Rose, no ponías atención y esto es bastante serio. —susurra la castaña, encogiéndose de hombros, tratando se excusarse, sobre el intento de homicidio, de unos segundos.
—Bueno, el último baile no resultó como habíamos esperado, unas parejas casi se follan en el salón, otras se estaban drogando y no entiendo, quién tuvo la brillante idea de hacer la fiesta en un bar de mala muerte. —sigue con la charla el maestro Coleman, tratando de ayudarnos para planear un baile, que no se saliera de las manos; recuerdo que ese día no había podido asistir, por culpa de Beck, quien se había roto una muñeca cuando fuimos a los bolos, y por lo que todo el instituto había dicho, la fiesta había salido estupenda, maldito Beck, no se lo perdoné por una semana.
— ¡Hey! Fue culpa de ustedes, quienes habían mencionado que la escuela no tenía demasiados recursos, como para hacernos algo decente. —interviene una chica de último grado, haciendo saber al profesor, que en realidad lo de hace un año había sido incumplimiento de la escuela.
—Bueno, nadie tiene la culpa. —carraspea tratando de evadir el tema; es obvio que no había suficiente dinero porque todos los maestros se habían ido de vacaciones, con el dinero que toda la escuela había juntado.  —De cualquier forma, ya nos encontramos mejor, en este aspecto y cualquier idea que se les ocurra estará abierta, se acerca la hora de receso por lo tanto, tienen media hora para pensar y sugerir algo nuevo, se hará una votación y veremos la creatividad de cada uno de ustedes, recuerden que es algo bueno, ya que ayuda un poco para la universidad.
Enseguida, resuena la campana, indicando que la hora del almuerzo ya estaba presente, todos salimos del aula, para poder ir a  comer.

Sin pensarlo, me dirijo a la cafetería para comprar mi almuerzo, mis tripas crujen con singular alegría, estoy segura que aquél sonido puede escucharse por todo el lugar; compro lo mismo de siempre, una hamburguesa con papas fritas, acompañada con mi jugo de naranja.
—Sigue comiendo así y te pondrás fea. —dice burlonamente Beck, detrás de mí, logrando captar mi atención, me volteo hacia él, mirándolo divertida.
—Bueno, no me importa si me pongo fea, de cualquier forma, tú estarás conmigo y si no me caso con nadie, terminarás a mi lado, porque eres mi mejor amigo.
— ¿Quién te dijo semejante mentira? Yo terminaré casado con Angelina Jolie y me olvidaré de ti, porque nos iremos a vivir a China y no te volveré a ver nunca.
— ¡Arrepiéntete! —grito molesta, tomándolo del cuello y haciéndole una llave de lucha libre.
—Rosalie, cálmate, todos nos están viendo. —comenta apenado, haciendo como si no le duele en lo más mínimo.
—Lo haré hasta que digas: “Perdóname Rosie linda, jamás te dejaré porque nadie te llega a los talones y estoy secretamente enamorado de ti”
—No diré lo último.
—Dilo o no te soltaré.
—Perdóname Rosie linda, jamás te dejaré porque nadie te llega a los talones y estoy secretamente enamorado de ti. —repite molesto, suelto una carcajada y por fin lo dejo.
—Muy bien hecho muchachito, ahora, dame la pata.
—Que graciosa eres, pero será mejor que corras o te arrepentirás. —y sé a qué me atendía, corro a toda velocidad sin importar que nadie nos vea, llegando al jardín de la escuela, que sin esperarlo Beck se encuentra a poca distancia mía, se abalanza sobre mí y logra tirarme al suelo, haciéndome cosquillas sin temor alguno.
— ¡Basta! ¡Basta! —no puedo dejar de reír, comienzo a patalear y suplicarle que deje de hacerme cosquillas; mi malvado amigo no hace caso a mis súplicas, sin querer le doy un puñetazo, sacándole un poco de sangre.  —Oh por dios ¡perdóname! —reprimo una carcajada, sé que si me río en este momento me dejará de hablar.
—Eres una maniática Rosalie Greene. —pone una mano en su nariz, tratando de calmar el sangrado, que en realidad, no era nada de qué preocuparse, ni siquiera había sido tan grave.
—Y tú eres un exagerado, Beck Gallagher. —respondo del mismo tono que él. —Vamos, te llevaré a la enfermería.
— ¿Qué sucede aquí? —indaga Marshall, llegando preocupado hasta donde nos encontramos.
—Nada importante, el chillón de Beck se pone prácticamente a llorar porque lo golpee y solamente sangró un poco, no es nada de qué preocuparse. —me encojo de hombros, esperando que Marshall no se pusiera de lado de él o de lo contrario, realmente me sentiría mal. El rubio comienza a soltar una carcajada, haciéndome reír a mí también.
—No sabía que tenías tan buena mano Rosie. —comenta aquél, haciéndome sentir mejor.
—Ni yo, pero vamos, acompáñame a llevarlo a la enfermería, que tal, si se muere por mi culpa.
—Si te estoy escuchando. —interviene mi ojiazul amigo, con cierta molestia.
—Me encantaría, pero tengo hambre, no creo que Beck se muera, todo saldrá bien. —responde Marshall burlonamente y enseguida se retira a la cafetería.
—Bueno, solo nos quedamos tú y yo.

Nuevamente regresamos al aula en dónde todos los encargados del comité se encuentran ahí, incluyéndome, por culpa de mi exagerado amigo, no pude probar mi bocado y tendré que esperarme cuatro horas más para poder comer, eso es tan frustrante, cuando no como me pongo de malas.
— ¿Sí pensaste en alguna idea? —murmura con curiosidad Gia, quien ahora se encuentra a mi lado.
—La verdad, no. Y eso está mal, porque bueno, hace poco había platicado con Elena sobre el tema, fui a su casa y vimos una película en la que se trataba de unos chicos que iban a un baile, con máscaras y nadie sabía quién era, le dije a mi amiga que iba a proponer el tema, de hacer un baile así, pero no sé, ya no me resulta tan buena la idea.
—Pero que dices Rosie, es genial, bueno, a mí me gusta mucho, podríamos agregarle un par de cosas y listo, pero realmente me parece interesante. —dice entusiasmada, tratando de alentarme e insinuar mi idea, pienso por unos segundos y después de tanto meditar doy mi opinión acerca de la temática.
—A mí me parece estupendo. —apoya Daphne emocionada. —Podríamos crear una base, en la cual nadie se conozca y pueda hacerlo el día del baile.
Cada quién comenzó a dar su opinión y al parecer, todos estaban de acuerdo con mi propuesta, haciéndola mejorar cada vez más, estoy segura que este será el mejor baile que se pudo presentar en el Barnet College.