Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE

Camine hacia la biblioteca para buscar algún libro interesante para leer. Sabía que no era mi estilo leer algo, incluso parecía la tipo de chica que hacia cualquier cosa para no acercarse a la biblioteca, pero me agradaba la idea de tomar un libro y leerlo al aire libre, más que se acercaba la primavera y las plantas comenzaban a florecer. Además, el sauce boxeador estaba más contento por tener sus hojas nuevamente, quizás me permitía recostarme sobre su tronco, o quizás no.

Busque algún libro que se refiriera con los fénix, quería leer algo que me enseñara más de la especie de Effelia y llegar a comprender ciertas cosas de ellos, como por ejemplo porque sus lágrimas curaban a las personas. Mi fénix podía contármelo, pero quería que también lo descubriera por mí misma, por lo que no dude en asistir a la biblioteca. Encontré uno mediano que contenía buena información, quizás no salía todo pero justo y lo necesario; tampoco era que quería saber todo exactamente de ellos.

Observe a lo lejos a Cedric, quien se veía algo nervioso tomando un libro de la biblioteca. Fruncí el ceño ante su actitud un poco rara, ósea, estábamos en una biblioteca ¿Qué tenía de raro? ¿O era por que Cho estaba cerca y ni siquiera ir a ese lugar le permitía? Maldita.

Cedric escondió el libro debajo de su túnica, dejándome a mí con los ojos bien abiertos, y dispuesta a saber que era lo que le ocurría a mi mejor amigo. Estaba mal perseguirlo en la manera en que lo hacía, como si fuera un criminal o un mortifago pero ¿Qué podía decir en mi defensa? Me preocupa su bienestar y mis dudas siempre debían ser aclaradas, de alguna forma y otra.

Salió de la biblioteca y camino de forma tensa y rígida hacia el baño de mujeres en donde común mente estaba Myrtle la llorona, alguien que detestaba por ser tan chillona y estúpida. Además, ¿quién se creía para pensar que Harry es lindo? Mi primo, ósea que él era solo de mi propiedad y no de ella, de Cho o de alguna chirusa que intentara algo con él. Siguiendo con Cedric, se adentró allí luego de mirar a sus espaldas, por lo que tuve que esconderme detrás de una pared para no ser descubierta. En cuanto escuche que había entrado, abrí la puerta con el menor ruido posible, y por suerte Myrtle estaba molestándolo con su voz irritable y casi ni se escuchó cuando entraba. Me escondí en uno de los retretes y me agache para observar que era lo que hacía Cedric, pero solo pude ver que dejaba caer en el suelo un libro y el huevo de oro que había ganado en la prueba número uno.

¿Qué es lo que pretendía? ¿Acaso estaba tratando de descubrir el mensaje secreto de esa cosa? Harry lo había abierto varias veces que incluso me provocaba un dolor de cabeza, casi se lo tiro por la ventana cuando lo abrió en plena noche e interrumpió mis dulces sueños con mi novio.

De pronto, observe como la ropa de Cedric caía hacia el suelo y mis ojos se abrieron en par. Bien, yo me tenía que retirar si no quería ver algo que me arrepentiría después y me atormentaría por años y años. Pero, como siempre, la suerte nunca me acompañaba.

- ¡Pervertida, pervertida! – grito Myrtle cuando entro al compartimiento, atravesándolo con su cuerpo fantasmal.

- Estúpida – murmure con odio.

- ¿Hay alguien allí? – pregunto Cedric con inquietud.

- ¡Yo no soy ninguna estúpida! – chillo furiosa la fantasma.

- No solo eso, eres fea y nadie te quiere – sonreí con malicia y escuche su llanto mientras se iba a su retrete volando.- Soy yo, Ced – dije con la voz más elevada. Escuche el agua moverse – Que ni se te ocurra, yo estaba por irme. Luego hablamos.

Salí casi corriendo de allí, ignorando los llamados de mi amigo. Bien, sabía que moriría de hambre si me atrevía a ser espía o una cosa por el estilo. Ay mierda, ¡Cedric me mataría! Odiaba cuando no confiaba en él y tomaría ello como una señal de desconfianza de mi parte, pero ¿Qué quería que hiciera? Los humos se le estaban subiendo a la cabeza y Cho Chang no ayudaba en nada. Alguien tenía que intervenir, era su mejor amiga ¿Quién mejor que yo (o Daphne) para hacerlo?

- Effy – escuche una voz conocida detrás de mí. Voltee y observe los ojos grises de Draco mirándome - ¿Dónde estabas? Se supone que nos íbamos a ver dentro de veinte minutos.

- Oh, lo siento – me golpee la cabeza con el libro de los fénix – Es que tuve un contra tiempo, lo siento.

- ¿Lo sientes? ¿Crees que dejar al gran Draco Malfoy plantado y luego decir “lo siento”? – dijo con incredibilidad y un tanto ofendido.

- ¿Y qué quiere que haga, su majestad? – hice una pequeña reverencia y lo mire con cara de pocos amigos.

- Que usted, señorita, me dé un beso – se acercó coqueto hacia a mí, quedando a pocos centímetros de mis labios.

Blanquee los ojos, por más que fuera estúpido que actuara así cada vez que me equivocaba en algo, me gustaba que dejara de lado ello y quisiera que hagamos los pases de esta manera. Su orgullo costaba tanto como el mío, de eso los dos estábamos muy seguros, si queríamos que esta relación funcionara necesitábamos ser así. Además, me parecía tierno en la manera en que pedía los besos cuando él podía tomarlos cuando quisiera, me hacía sentir tan bien. Él me hacía bien.

Junte con lentitud mis labios contra los de él y no tarde en sentir sus manos sobre mis mejillas, estrechándome más hacia el e intensificando el beso. La manera en que mi corazón latió no era normal, nunca lo era cuando estaba tan cerca de él, cuando nos besamos de esta manera o de solo sentir su mano junto a la mía. Con él, todo era tan diferente, especial y al mismo tiempo real.

Mierda, parecía una estúpida colegiala enamorada.

- ¡Por Dios! – exclamo alguien, lo que me hizo sobresaltar y separarme de él.

- Genial, ¿Qué quieren? – murmuro Draco con fastidio, me voltee y observe a los dos fantasmas.

- Los niños de hoy no saben cómo comportarse – dijo el Barbón Sanguinario.

- Los chicos están enamorados, déjalos tranquilos – replico Nick casi-decapitado - ¿Quieres que te muestre el nuevo truco que puedo hacer con mi cabeza?

- Vámonos ya – tome la mano de Draco, yo no quería ver nuevamente un horror así cuando en primer año casi vomito lo que recién había cenado.

Al alejarnos de los fantasmas, caminamos sin rumbo fijo por todo Hogwarts. No estábamos hablando, tampoco nos estábamos tomando de las manos pero si caminábamos cerca. Me incomodaba un poco la manera en que pasábamos y todos murmuraban acerca de nosotros, y eso que había pasado ya casi un mes desde nuestro noviazgo oficial.

Cuando llegamos a un pasillo, vimos a Parkinson y su grupito de amigas quienes reían mientras molestaban a uno de mi casa de primer año. La ira subió hasta el tope de mi cabeza, iba a asesinarla con una maldición imperdonable; pero antes de que pudiera hacer algo, Draco intervino.

- Pansy – la llamo y me molesto la familiaridad en que le hablaba - ¿Hiciste la tarea de Encantamientos?

- Draco – suspiro como una tonta enamorada, aunque a mí me dirigió una mirada fusiladora – Todavía no la hice.

- ¿Podrías hacerla por mí, por favor? – pregunto en un tono dulce y gentil.
Iba a matarlo. Juro que iba a matarlo, degollarlo, estrangularlo y golpear su linda cara hasta que no quedara nada de ella.

La estúpida de Parkinson asintió con la cabeza y se marcó con su grupito, dejando al niño en paz, este no tardo en correr después de murmurar un “Gracias” con timidez. Finalmente, Malfoy iba a escucharme un par de cosas.

- “¿Podrías hacerla por mí?” – dije imitando su voz. EL frunció el ceño cuando volteo a verme - ¿Enserio? Me hubieras dejado golpearla primero antes de que hicieras eso. Que ni se te ocurra volver a hacerlo, ¿me entendiste? Por qué no voy a dudarte en entregarte a los centauros para que te masacren

Creí que se asustaría, pero en vez de ello solo se echó a reír a carcajadas en mi cara. Lo mire incrédula, un tanto ofendida y apunto de matarlo.

- No bromeabas cuando decías que eras celosa. – la estúpida sonrisa pretenciosa apareció en su rostro – Es lógico que te sientas así cuando tu novio es alguien tan grande y apuesto como yo. Sabía que me iba a gustar verte celosa.

- ¿Ósea, que no le hablaste así a Parkinson para ayudar al chico sino para darme celos?

- ¿Piensas que iba ayudar a ese renacuajo? Nunca. Y supongo que sí, quería saber cómo eras celosa – se encogió de hombros.

Me eche a reír yo esta vez, con carcajadas limpias que llegaron a confundirlo.

- Veremos cómo te comportaras, cariño, cuando te pague con la misma
moneda. – su sonrisa se borró, pero la mía se extendió aún más. – No sabes en el lió grande en que te metiste.

- Que ni se te ocurra – entrecerró los ojos y me miro de forma de advertencia - Bastante tengo con verte con Diggory y los Weasley.

- Ojo por ojo, Malfoy.

Le di un corto beso en los labios y me marche, aun riéndome por las ideas que tenía para mi futura venganza. Si quería jugar, pues se metió con la chica equivocada.