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Ya somos dos. Definitivamente no quiero un hombre como Ezra en mi vida. Y bueno, Rosie esta enamorada. Eso hace uno cuando está enamorado. Enserio es impresionante lo tonto que te volves. Todo te parece que esta bien hasta que despertas y te sentis aún más tonto por haber hecho todas esas cosas. Ok. Se nota que me paso jajajajaja. Bueno, Ezra tiene sus propios líos y seguro que Blaire es uno de ellos. Tenemos que ponernos de acuerdo como se van a llevar. No te preocupes. Al final yo no te lo mandé porque pude entrar a own, así que no te moleste. Igual gracias.
Esperamos a Pam. Besos Ally de mi ♡

Ah no querida, aca con comentarios chotos no. Me re zarpaste el corazón. Estoy ofendida. Jajajaja. Sabes que te amo y acualquier cosa esta bien.
Creo que todas opinamos lo mismo con Rosie. Lo peor de todo es que hay personas así. Basado en hechos reales jajajajaja.
Te amo bebé. Sos lo más y cualquier cosa está bien. ♡

OMG! Odió ser la última en comentar, pero soy distraída y hasta ahora note que habías subido el CAP! En fin, fingiremos que nada paso, Muajajajaja.
Tu capítulo fue tan 0.0 dios tuve unas increibles ganas de arrancarle todo el cabello a Ezra, de tirarlo al piso y de una parada dejarlo sin herencia. Agh! Lo juro quería matarlo. Y a Ros, bueno a la chica no yo sabía que hacerle, entiendo esta enamorada y el amor es tan estúpidamente ciego que haces cosas tontas. ¿Pero esto? Esto era un nivel extremó de masoquismo. Apoyo a Dylan.
En fin esperare el siguiente cap. Besos. Y felicitaciones escribes genial.

Cada día era distinto, no por las actividades que realizara en él o por que haya algo que merezca la pena de ser contado, si no, porque cada día que pasaba sentía como mi respiración se dificultaba y como esto amenazaba con hundirme, como cada día el trabajo que tenía que hacer para aparentar y para poner una sonrisa en mi rostro era mucho más difícil. No obstante, conseguía hacer justo eso diariamente.

Me encontraba despierta desde hace varias horas, por supuesto, encerrada en mi cálida habitación. De haber puesto algún pie fuera de estas paredes mis padres lo hubieran notado. Los amaba, no mentiría en eso, pero no quedaba por fuera decir que algunas veces me sofocaban demasiado. Entendía que se preocupaban por mí, o por mi salud, pero aún con todos los años con los que he tenido que vivir con esto, me resultaba difícil tener que aceptar que carecía de independencia, y eso no me gustaba.

No obstante, he tenido que lidiar con ello como he tenido que hacerlo con muchas otras cosas a lo largo de los años. Simplemente, me gustaría que esto no cambiara la forma en la que ellos me tratan, claro que es imposible ya que, aunque ellos lo nieguen, siempre me tendrán lástima y me tratarán como si fuera una muñeca de cristal lista para quebrarse al primer momento en que me despegue de su vista. Puede que suceda, pero tal vez puede que no, ellos me quitan mi beneficio de la duda.

Por esa misma razón nadie fuera de mi pequeño círculo familiar lo sabía. Bueno, Rosie, ella lo sabe, pero tantos años de amistad han provocado que ella esté considerada dentro de mi núcleo familiar. Aparte de eso, todos se encuentran ignorantes de mi enfermedad y de algún modo me agrada. Tengo suficiente compasión y lástima esperando fuera de mi puerta como para implorar por más.

Mis piernas comenzaron a flaquear, por lo que decidí que ya era suficiente tiempo mirando a la ventana. Me separé de ella y me senté al borde de mi cama. Ignoré la presión que se expandía por cada parte de mi cuerpo y respiré esperando que acallara el dolor con el que ya debería estar acostumbrada a vivir.

Miré alrededor de mi habitación, buscando algo con lo que distraerme, sin embargo, no había mucho en ella. Podía considerar releer alguno de los muchos libros que reposaban en el librero unos metros a mi alcance, no me apetecía, pero de ser lo único, no me quedaría otra opción que adentrarme en el mundo de la lectura, con los mismos libros que me ya me sabía al revés y al derecho.

Suspiré, algunas veces extrañaba los años de instituto. Aunque muchos ansíen salir de él, nadie ve en realidad el verdadero significado de ese lugar. Nadie toma verdadero significado por nada hasta que le impidan hacerlo. Ya debería estar resignada, a nunca ir a la universidad, a seguir siendo tratada como una niña por parte de mis padres, a querer cosas que por seguro nunca tendré, sin embargo, una pequeña y recóndita parte de mí aún se da el lujo de tener metas que nunca llegarán a cumplirse.

Despejé mi mente y busqué una nueva cosa en la cual concentrarme. Normalmente esos largos momentos de silencio le dan pase libre a mi mente, lo menos que necesitaba era sentir auto-compasión. Resoplé y rodeé mis ojos ante la propia estupidez del curso de mis pensamientos. Decidí ir por unos de esos libros.

– Bueno, parece que al final siempre terminaremos siendo nosotros dos. – le hablé al encuadernado puño de palabras que ahora reposaba en mis manos.


El sonido de mi celular fue lo que logró despegar mi vista de la línea que ahora leía. Volví a poner el pequeño pedazo de papel en el libro para recordar la página y lo coloqué a mi lado en la cama para tomar el celular en su lugar.

El nombre en la pantalla me hizo dudar por unos segundos, no tenía muy por seguro si de verdad quería contestar la llamada. Sabía lo que había ocurrido antes, era difícil tener que decidir qué lado apoyar entre mi hermano y mi mejor amiga, sin embargo, siempre llegaba a ese punto donde tarde o temprano, tendría que hacerlo. Contesté la llamada y esperé a que hablara, no duró mucho en hacerlo de todas maneras.

– ¿Por qué rayos no contestabas? – preguntó exasperado.
– Buenos días, ¿Cómo amaneció mi bella hermana hoy? – respondí en tono sarcástico buscando no más que molestarlo.
– No empieces con estupideces Blaire, ¿está todo bien? – suspiré, sintiendo una pequeña punzada de culpabilidad por preocuparlo, no obstante, esta desapareció rápidamente.
– Estoy bien, sólo no encontraba el teléfono – decidí ir por la mentira. Ezra jamás comprendería.
– Ajá. ¿Te apetece salir  hoy?
– Claro, ¿vienes a recogerme? – pregunté aun estando segura de la respuesta.
– Blaire, ya sabes que…
– No quieres ver a mamá. Tranquilo, nos vemos en la universidad. – terminé por él y corté la llamada.

Quería a Ezra, nunca negaría eso tampoco, pero él nunca entendía. Nunca entendía mi relación con Rosie, no entendía por qué prefería quedarme con nuestros padres… al igual que tampoco entendía lo mucho que me dolía pisar suelo universitario sabiendo que nunca sería parte de éste.


Desde hace aproximadamente media hora que esperaba que Ezra terminara sus clases. Aún no entendía para qué me hacía ir de inmediato si tenía la intención de dejarme esperando. Junto con la hora que mamá me retuvo para evitar que saliera de la casa, al menos esperaba que él ya estuviera afuera para cuando llegara.

El último mensaje que había recibido decía que ya bajaba. Sabía que sus clases no habían terminado aún, pero también sabía que tampoco le importaba del todo. Bajé del carro y caminé unos cuantos metros hasta sentarme en una banca que estaba fuera de la universidad. Ya que no podía estar en ella, al menos podría admirarla de lejos.

La figura de Ezra distrajo mi vista. Él me saludó de lejos y comenzó a caminar hacia mí, le dediqué una sonrisa de vuelta y me levanté de la banca esperando caminar lo suficientemente rápido para encontrarlo a medio camino, pero antes de llegar allí, un golpe provocó que terminara en el suelo.

– Lo siento, fue mi culpa yo… ¿Blaire? – Me volteé un poco para mirar a la persona que me tendía la mano a mi lado.

Al enfocar la vista, estaba segura de que mi corazón dejó de palpitar por unos segundos, luego de la secundaria jamás esperé verlo de nuevo, menos acá. Al ver que él me miraba igual de sorprendido y expectante a que hablara, lo hice.  

– Stanley – fue la única palabra que esperé llegara a salir de mis labios.

Ay, me duele el corazón, el cuerpo, el alma. Ay, voy a llorar. No puedo con esto.
Blaire... ella me provoca ganas de abrazarla fuerte todo el tiempo. Casi tanto como Ezra me provoca ganas de patearlo en el entrepierna por no ser considerado ni con su hermana. Bueno, él tiene sus propios líos existenciales (?
Volviendo a Blaire, creo que ella sera uno de mis personajes favoritos. Por su forma de ser parece que esta resignada de la vida en general, pero se ve que aun tiene ganas de hacer feliz a los demás. Esperemos que Stan la haga cambiar de opinión y que por lo menos empiece a luchar por que ella quiere y no para complacer a los otros, y mucho menos a Ezra que... mejor no hablar de él bc estoy enojada ahora.
Ally, tus capitulos nunca son caca. Aun con sueño y todo son los mejores y los amo por completo. Este no es la excepción.
Sigue Vic. Finalmente. Creo que sino subías lo iba a hacer ella aun sin permiso. jajajaja. Te amamos igual Vic.
Besos.

oh yeah, primera en comentar.

Luego de mi charla con Rosie y de no haberle podido ser útil como la mayoría de las veces me sentía una total mierda por no poder ayudar a mi mejor amiga. Ella era la chica más dulce y adorable que podía existir, eso, hasta que el maldito Ezra se cruzaba en su camino y la hacía perder la cordura por completo, odiaba a ese sujeto.

Una vez que me encontré en la majestuosa gran central, subí al subte para ir de regreso a casa, no era de los alumnos que se instalaban permanentemente en las instalaciones de Columbia, ya que mi hogar no quedaba demasiado lejos de allí, al menos no si viajaba en tren. Me senté junto a la ventanilla, no había mucho para ver de estación en estación, era de noche, y ya sabía el trayecto de memoria, pero acostumbraba ocupar el lugar junto a la ventana, por más que ni siquiera pensara mirar por allí. 
Esa vez, abrí mi carpeta para releer los apuntes del día. Era un buen alumno, siempre lo había sido. El tipo de chico que hace sentir orgulloso a sus padres con cada decisión que toma, el que se supera a diario y todos creen que tiene metas concretas las cuales cumplir, el que tiene sueños y proyectos de vida, el que hace que sus padres hablen, presuman ante el mundo el maravilloso hijo que tienen, el que toda madre desearía como novio de su hija, ese era yo.
Aunque leía no estaba realmente poniendo atención a ello, por lo cual cerré la carpeta y la devolví a mi mochila. 
Unos largos cuarenta minutos había pasado desde que abandoné la gran central, solo faltaba una parada hacia mi destino, la estación de trenes de Ossining, por lo cual me levanté y caminé hacia la puerta por el pasillo. Miré hacia mis pies, lo que hizo que un mechón de mi rizada melena cayera sobre mis ojos, el cual corrí con un movimiento de mi cabeza hacia atrás levantando la mirada justo cuando las puertas se abrieron. 
Iba a descender pero un chico las atravesó rápidamente empujándome con brusquedad. Parecía escapar de algo, o de alguien, no debía importarme, pero lo noté asustado.

―Si preguntan no me has visto ―me dijo antes de correr al siguiente vagón sin darme tiempo a responder. Volví a acercarme a las puertas pero fue tarde, estas se cerraron frente a mis narices.

―Demonios ―maldije con frustración, la siguiente parada solo quedaba a ocho minutos en tren, pero era realmente lejos en cualquier otro medio de transporte. Tomar un tren de vuelta sería esperar más de una hora, y la posibilidad de un taxi era imposible, no tenía el dinero suficiente como para pagar el recorrido. Una vez más maldije.

―Lo siento amigo, de veras estaba en apuros ―apareció el chico problema a disculparse. Su rostro me decía que si estaba arrepentido, pero ahora llegaría tarde a mi casa por más sinceras disculpas que me pidiera.
Bufé con molestia y cansancio observándolo. Era un joven de tez clara, casi pálida. Delgado, de cabello castaño peinado hacia un lado, el flequillo caía sobre su frente pero no lo suficiente para ocultar sus ojos color zafiro. Eran intensos y muy bellos.

Se veía más tranquilo que minutos antes, al menos respiraba con calma y no agitado como lo había visto entrar.

― ¿Qué puedo hacer para remediarlo? Supongo que te hice pasarte de tu destino ―habló con una mueca de disgusto y arrepentimiento.

―Digamos que si no tienes un auto para llevarme a casa, nada ―respondí fríamente y descendí del tren cuando este abrió sus puertas en la estación Croton.
Caminé a paso tranquilo dirigiéndome al otro lado de la plataforma para tomar mi tren de regreso, que según la planilla de horarios que se encontraba en una de las paredes, tardaría unos cincuenta minutos― ¡Genial! ―exclamé con ironía.

Abroché mi abrigo y metí las manos en los bolsillos, era una noche que estaba tornándose fría, y aunque estuviera bajo techo, la estación era abierta y la temperatura se hacía sentir.
Estaba tan concentrado en mis pensamientos y mi enojo que ni siquiera noté la presencia del chico de ojos azules hasta que lo tuve sentado a mi lado.
Lo miré con cierta confusión que pudo haberse confundido con un gesto de asco.

―Ya me dijiste que no puedo remediarlo, pero tal vez un poco de compañía mientras esperas hace que el tiempo pase más rápido ―habló casi tiernamente con una sonrisa en sus labios― soy Eric ―extendió su mano y me quedé observándola, sus dedos eran finos y largos, pero su mano era grande, aunque no tanto como la mía, igualmente llamó mi atención ver que bajo su abrigo asomaban algunos tatuajes y debo admitir que amo el arte de los tatuajes, por eso, llevo varios en diferentes partes de mi cuerpo.
Reaccioné que estaba esperando mi saludo así que volviendo a la realidad estreché mi mano con la suya con una media sonrisa, después de todo, acompañarme luego de una disculpa había sido muy considerado de su parte.

―Dylan.

―Bien Dylan, de veras lamento lo que sucedió ―se disculpo una vez más por lo cual solté una leve risa, de alguna extraña manera mi enojo había desaparecido.

―Ya, estas disculpado ―aseguré restándole interés a aquel percance― ¿Y por qué te perseguían esos sujetos? ―pregunté como si realmente tuviera la confianza suficiente para hacerlo.

―Pues... Mi hermano me metió en problemas ―respondió luego de haberlo pensado un poco lo cual me hizo desconfiar, pero ¿Qué más daba? No era algo de mi incumbencia por lo cual asentí como si realmente le creyera.

― ¿Te molesta? ―preguntó mientras sacaba una caja de cigarrillos y llevaba uno a su boca, solo negué― es un maldito vicio ¿sabes? pero calma mi ansiedad ―agregó como excusándose por mas que no le dije nada. Lo  encendió y luego de darle la primera calada lo apartó evitando que el humo me molestase, y el que salió de su boca lo hecho hacia arriba, levantando un poco la cabeza permitiéndome ver su nuez que sobresalía. No era que debiera importarme, pero podía apostar que estaba un poco delgado de más, aunque no tenía la suerte de observar todo su cuerpo, haber visto sus manos y cuello casi me lo confirmaban. Agité un poco mi cabeza alejando aquel maniático pensamiento que paso por mi mente de querer ver más de su cuerpo.

― ¿Sucede algo? ―cuestionó observándome y cuando vi su cigarrillo ya había pasado la mitad.

―Eh, no, nada ―a varias personas de mi alrededor les molestaba que me tomara tanto tiempo para hablar. Solía hacerlo pausado, sin prisa, siempre dudaba y daba vueltas sin siquiera proponérmelo. Mi voz grave podía desesperar al otro cuando necesitaba una respuesta rápida, me gustaba tomarme las cosas con calma y pensarlas antes de que salieran de mi boca.

―Y... ¿De dónde vienes Harry? ―cuestiono viéndome a los ojos antes de dar la ultima calada y enviar el filtro del cigarrillo a unos metros de donde nos encontrábamos sentados.

―Eh, de Columbia, estudio medicina allí―solté con cierto orgullo a lo que el abrió sus ojos con sorpresa y una bella sonrisa se dibujo en su rostro dejándome ver esta vez algo de su perfecta dentadura.

―Wow ―exclamó― hay que ser muy inteligente y paciente para seguir tal carrera, ¿No? ―se acomodó en el banco de costado para quedar mirándome de frente y apoyo su codo y brazo en el respaldo, como si esta charla tuviese aun para rato.

―Supongo, es el sueño de mi padre, aunque aun no decido que rama seguir ―sonreí apenas pero a la vez me encogí de hombros con cierta resignación.

― ¿De tu padre? ¿Acaso no debería ser el tuyo? ―preguntó con confusión y obviedad.

―Ojalá fuera tan fácil ―rodé los ojos con una media sonrisa― igualmente no me desagrada, es solo que...

― ¿Qué? ―pregunto enseguida, al contrario de mi, él hablaba rápido y sin rodeos.

―No imagino el resto de mi vida trabajando de eso, con una bata blanca, yendo a un consultorio, bebiendo café para no dormirme atendiendo pacientes, o llevando un estúpido y aburrido maletín color negro ―negué con la cabeza arrugando la nariz con cierto disgusto pero aun así sonriendo a lo que él rió.

― Puedes pintar tu maletín de otro color si ese es el problema ―bromeó provocando una sincera risa en mí― ¿Y acaso no puedes decirle eso a tu padre? ―pregunto con cierta ingenuidad a lo que reí y lo miré confuso.

― ¿lo del maletín?

―No ―rió divertido― Lo de que no es lo que deseas para tu vida.

―Will no es del tipo de persona que le importe eso, dice que es lo mejor para mi, mamá lo apoya, y fin de la historia ―me encogí de hombros queriendo restarle importancia, aunque odiaba mencionar el tema y ni siquiera sabía porque lo había hecho con un desconocido.

Will ni siquiera era mi padre, cuando yo tenía dieciséis se casó con mamá y ésta no tuvo la mejor idea que darle la suficiente confianza como para que decida por Gemma y por mí. De alguna extraña manera, hasta había comenzado a decirle papá, aunque realmente no lo sintiera como tal, pero era lo más parecido a uno que tenía.

― ¿Padres presionando a sus hijos para que hagan lo que ellos quieren? ―rió sarcásticamente― se dé que hablas.

Sonreí ante tal afirmación. Para entonces, el tren se veía a lo lejos por lo cual me paré del asiento y Eric imitó mi acción.

―Espero haber remediado un poco el haberte atrasado la ida a tu casa.

―Descuida, asunto olvidado y gracias de veras por la compañía ―añadí amablemente acercándome a la vía. El tren ya estaba delante nuestro abriendo sus puertas― ¿No subes? ―cuestioné luego de haber subido y ver que el aún estaba fuera.

―Vivo en Yorktown, voy otra dirección ―sonrió saludándome con su mano― buen retorno a casa Dylan ―dijo antes que las puertas se cerrasen y el tren se pusiese en marcha. También lo saludé con mi mano hasta que volteó poniendo las manos en sus bolsillos y yéndose de allí. En menos de un minuto, ya no podía divisarlo.
Ni siquiera me senté. El viaje ahora si era corto, el andar del tren era veloz así que me quedé parado esperando que se detuviera en Ossining, donde mi auto me esperaba en el parking de la estación para llevarme a casa.

+++

Luego de haber cenado, de haberme duchado, y ya estando listo en mi cama para dormir después de un agitado día, la imagen de Eric vino a mi mente dibujando una sonrisa en mis labios. Aunque mentiría si dijera que después de salir de la estación no había vuelto a pensar en el chico de la linda sonrisa y los hermosos ojos azules. Solo sabía su nombre, y que vivía en Yorktown, si el destino no volvía a cruzarlo en mi camino, tal vez podría ser yo el responsable de hacerlo, realmente quería volverlo a ver. 

+:

Dos capítulos en un día. Dios, esto se pone cada vez mejor.
Vic, tengo que decirte que amo a Eric. Osea, es un personaje que atrae mucho. Ademas de que aun no sabemos nada de él, su forma de actuar y todas las cosas que de dice a Dylan me hacen amarlo. Sipi, creo que ya lo amo. Otro personaje más a mi lista de favoritos.
Bueno, Dylan no se queda atrás. Se nota que quiere hacer lo mejor para no defraudar a nadie. Me da gracias porque Rosie le lleva la contra. Voy a hacerlo sufrir al pobre Dylan, así como el va a torturar a Rosie. Amo esta amistad.
No sabes lo mucho que me alegra que estés tan metida en la colectiva. Cuando comencé a planearla tenia mucho miedo de que me volvieran a dejar abandonada de nuevo. Pero por lo visto se que puedo confiar en ustedes.
Ya quiero seguir leyendo sobre Dylan y Eric. Debo admitir que no leo novelas homosexuales. Respeto la decisión de cada uno, pero a mi no me llaman mucho la atención. Pero Vic, me cautivaste. En verdad tengo muchas ganas de seguir su historia.
Esperemos que Nat aparezca. Le doy plazo hasta el sábado, sino lo hace, pasaremos su turno, y si no aparece en una semana tendrá su primera falta.
Realmente no quiero ser mala, por favor no piensen eso de mi, pero tampoco quiero que se estanque. Y así como yo dije que iba a entenderlas a todas pido compromiso y respeto hacia las demás.

Ally: Mi bebé.  Tu capítulo estuvo hermoso, no sé por qué dices que está caca, no es así. Créeme: jamás, ni porque lo quisieras, serías capaz de escribir algo kk. Jamás de los jamáses. Ojalá yo tuviera ese don.  Blaire me da un poco de pena; digo, la tratan como si fuera una niña pequeña y sé que no es bonito (igual tengo quince años así que no soy la tremenda mujer, pero se entiende mi punto, ahqué). Sigo diciendo que, sin importar todo el daño que le ha hecho a Rosie, amo a Ezra. Es uno de mis personajes favoritos en esta NC y quiero un amorío entre él y Ariadna. LO QUIERO, LO NECESITO, LO DESEO. Ah. Leyendo tu capítulo se me ocurrieron un montón de ideas para el mío. Lo he dicho antes, y lo repito por milésima vez: nO SÉ QUÉ TIENES DE MÁGICO PERO ME INSPIRAS CON TODOS Y CADA UNO DE TUS ESCRITOS, DAME DE TU TALENTO. Dame de tus capítulos porque son vida, son aire, oxígeno, felicidad, paz, amor, todo lo bueno que existe en este mundo. Esperaré ansiosa la segunda ronda para leer lo que seguirá después de este encuentro súper hermoso, tierno y esplendoroso (?) entre Stanely y Blaire.
Stanley + Blaire = Staire/Blarley/Blanley. Esos fueron los nombres que se me ocurrieron para el ship, y están ordenados de menor a mayor. DECIDE CUÁL ES EL NOMBRE OFICIAL DEL SHIP PORQUE QUIERO GRITARLO A LOS CUATRO VIENTOS. 
PD: Se aceptan sugerencias porque soy tan mala con los nombres que mi hija, hijo, o lo que sea, querrá ser huérfan@ de la vergüenza. Se cambiará el nombre antes de nacer, y no es broma. 
Vic: Hola.  Primero que todo, una parte de tu capítulo me recordó a la canción que cantaba Jessie en Toy Story, cuando contaba su historia ("... de estación en estación..."), y no pude evitar cantarla, omg. Vale, no me desvío: con un escrito así a quién no le darían ganas de subirlo al segundo después de finalizarlo (?). Estuvo preciosísimo, Vics, I mean it. Me encantó la forma en la que se conocieron, fue bonita, original, bien pensada y sé que ambos se aman, se desean. Dime que es así, Vics, DÍMELO.  Amé su conversación, sobre todo porque yo no sé cómo hacer para que mis personajes interactúen entre sí y no luzcan como unos completos idiotas al hacerlo, de verdad (?). Es una de mis mayores falencias a la hora de escribir, por eso narro lo más que puedo, ahqué. Ay, mátenme, que me voy por las ramas. Quiero que sigan conociéndose, amo las relaciones homosexuales inclusive más que a las heterosexuales porque es como un mundo nuevo por descubrir (?) ;-;. Me dan curiosidad, llaman mi atención, las adoro, los comprendo a ellos, y quiero heladito. No sé, creo que es primera vez que leo algo tuyo y me ha F A S C I N A D O.  Estoy completa y sumamente cautivada por tu historia. KIERO +, +, +.