rumor has it

Algunas cosas son peligrosas, pero en una de las ciudades más cotizadas del Estado sin duda el peor sufrimiento es un rumor y con él, un cotilleo.

Los secretos siempre se los confías a una persona especial, cercana, ¿pero puedes hoy en día confiar en alguien? Nunca perduran por mucho tiempo ocultos, ya no están a salvo. Por mucho que mires atrás buscando esa cámara o alguien acechando en busca de un instante comprometido. No te engañes a ti mismo, lo único que tratamos es que acabes siendo sincero. Al fin y al cabo ¿no es eso cierto que la verdad siempre sale a la luz?

Bienvenido a la ciudad que nunca duerme. Ciudad de Nueva York, que es. La ciudad donde los sueños se hacen realidad, supuestamente. Habitantes, todos viven sus vidas como mejor saben hacerlo, llena de lujos, elegancia, placeres, deseos, inseguridades, dudas. Día con día haciendo lo mejor para cumplir sus sueños o simplemente con la meta de sobrevivir un día más.

¿Y quien soy yo? La chica cotilla para informar. Vuestra fuente favorita para saber todos los detalles dentro de las escandalosas vidas de la elite de Manhattan.

Para Ciara el día se presentó alegremente soleado. Despertó con el sol invadiendo su rostro debido a que su ventana estaba abierta, pero nunca acostumbraba a cerrarla desde que la persiana estaba medio caída, además la escalera tapaba parte de la visibilidad. Tras un movimiento para desperezarse deshaciéndose levemente de las sábanas, Cream envidioso se subió a la cama para lamerse a su lado. Ella sonrió y tras rascarle la cabezita se levantó de la cama, se acomodó una de las chaquetas depositadas del sofá y alzó un moño desenfrenado. Abrió la puerta deslizadora para salir hasta el salón-barra-cocina-barra-sala de estar. El olor invadió sus fosas nasales haciéndole sonreír más, corrió junto al rubio y le abrazó por detrás mientras dejaba caer una pequeña risa.

─ ¿A que debo el placer de este manjar? ─preguntó la rubia mientras le apretaba más fuerte.
─ No todos los días mi hermana va a la universidad ─le respondió enseñándole la lengua─ Además para empezar un buen día se requieren nutrientes.
─ Tom te ha pagado lo que debía, ¿verdad? ─observó ella con ojos divertidos─ Además lo único que he hecho es hacer una prueba, ahorrar y aprobar. No tiene demasiado merito.
─ Calla, déjame estar orgulloso.

La relación de Ciara y Peter había cambiado durante al largo de su vida. Cuando ella tenía tres años él solía jugar con ella, llevarla al parque y esas cosas. Cuando ambos crecieron y empezaron la primaria se chinchaban. Y cuando pasaron al instituto se llevaban como un autentico perro y gato. Pero tras el accidente de sus padres ambos maduraron y tuvieron que apoyarse económica y sentimentalmente. Por lo que ahora, recobrando un estado normalizado ambos se llevan bien como un par de adultos que comparten piso y se llevan bien.

El desayuno consistía en  unas tortitas con pepitas de chocolate y una pizca de sirope por encima, después eligió zumo de manzana ya que era su favorito y una pequeña taza de café. Disfrutó lentamente del manjar pensando en que si los desayunos acababan consistiendo así todos los días optaría por dejar el transporte público para simplemente rodar hasta llegar a clase, hasta que optó por mirar el reloj con lo que casi se atraganta y se acabó de manera rápida el desayuno para luego correr hasta su habitación.

Una vez allí cogió lo primero que se le vino a la mente optando por algo tan sencillo como unos jeans con una camiseta, un kimono y las zapatillas más cómodas que pudo encontrar debajo de su cama. Cogió el cepillo que estaba en la estantería y sin mirar peino su cabello rubio oscuro para luego agarrar la mochila y salir pitando dirección al bus.

Una vez en la calle se apresuró dos calles más delante de su casa pero para cuando llegó el bus le cerró las puertas en su nariz y sus gritos y palmadas no sirvieron para nada ya que el conductor simplemente la ignoraba. Maldiciendo caminó hasta el metro para poder coger el de i 12, aun que solo faltaban tres minutos.


Con un salto encima suya despertó James, eso hizo que su ceño se frunciera y hiciera una pequeña mueca. No le había gustado que su invitada lo despertara de manera tan salvaje.

─  ¡Joder me has clavado el codo en la cadera!
─ Uy lo siento mister Carter, no era mi inteción ─se disculpó ella haciéndole ojitos, después sonrió de manera divertida─ Se lo compensaré con un gesto por mi parte.

Él ya había empuñado de nuevo su botella para beber varios tragos pero ella se la arrebató dando un sorbo y dejándola de nuevo en la mesilla. Después le besó de manera que resultaba hasta babosa en los labios, después siguió el camino por su oreja, su cuello, el pecho, pezones, barriga, ombligo... Hasta acabar justo donde su miembro se depositaba. Deshaciéndose de sus boxers de calvin klein y empezando a jugar con el miembro en su boca.

James con una sonrisa indiferente dejó que la chica siguiera proporcionándole palacer, al fin y al cabo no tenía objeción alguna de su manera de despertar al fin y al cabo. Cuando la rubia acabó de hacerle la mamada, le miró con cara de súplica pero lo único que obtuvo de él fueron dos palabras: ─ Me tengo que ir─ dejando a la chica con la boca abierta, de la cual había parte del momento del éxtasis.

─ ¿Perdón? ─dijo ofendida por la repentina prisa de su amigo─ Pensaba que lo estábamos pasando bien.
─ Si bueno, y eso hacíamos pero hoy debo ir a la universidad, es el primer día ─le dijo poniéndose de nuevo sus boxers y lanzándole la ropa a la chica la que le miraba como un cordero perdido─ Pero tranquila, la mamada ─hizo una pausa para giñarle el ojo, seguidamente volvió a vestirse con algo nuevo de su armario─ Ha sido impresionante, una de las mejores sin duda, si necesito algo alguna vez un descanso ya sabré a quien puedo llamar.

Una vez finalizando su atuendo se colocó su americana negra y un poco de su colonia, dispuesto a parecer todo un playboy. Salió con la muchacha agarrándola por el brazo hasta el ascensor. Una vez fuera del Palace la dejó ahí y fue a buscar a Robert, su chófer.
─ ¡Pero tendrás que llevarme!
─  Mira zorra, esto lo tendrías que haber sabido desde el principio. Sabes quien soy, sabes como me comporto y no lo niegues. No te hagas la ofendida por lo que ha pasado por que no es nada del otro mundo, no va a ser culpa mia que seas una puta y te acuestes con cualquiera que te invita a dos copas. De hecho para mi ha sido bueno, yo te he regalado un polvo del cual podrás presumir y ya esta. Además, ya se que para cualquier cosa te tengo a mano.
─ Vete a la mierda, cerdo ─dijo ella levantándo la cabeza andando, hasta entrar a uno de los taxis.
─ ¡Mujeres!, siempre tan insatisfechas y incrédulas.

Al parecer no bastaba con que fuera punta, el trafico hacía que el pobre Carter no pudiera llegar rápidamente a su destino. Y él actuaba como si le importara, falsa faceta. Sin embargo no le gustaba esperar. Le gustaba tenerlo todo a punto y ante su mano, y de ahí el hecho de pensar que todo tenía un precio.

─ ¡Maldita sea Robert haz algo para que estos vagos se den prisa!
─ Señor no es culpa de nadie, hay una obra.


Ciara se encontraba ante el panel de anuncios de la universidad, tratando de encontrar donde se situaba la reunión para su grupo. En su cara se encontraba con señal de confusión, entrecerrando los ojos y frunciendo las cejas con la boca abierta, ¿donde esta el maldito papel?.

Entonces un joven de cabello castaño la divisó, con una sonrisa torcida fue hasta ella y la sorprendió con un toque en el hombro. Ella se volteó, dejando que sus sospechas se confirmaran. Ella confusa le miró pero después de un instante reacción.

─ Dios, ¿Dylan eres tú?
─ El mismo, en persona. No sabía que ibas a venir a esta universidad.

Ni yo, que tu lo harías pensó ella.

Después de un caluroso abrazo ambos hicieron camino hasta el salón de actos, donde harían la presentación. A Ciara le sorprendió y entusiasmó lo complejo que era el lugar, no solo contaba con distintas plazas y zonas, si no que también incluía hasta un par de palcos. El escenario era enorme. Aprovecharon para sentarse cera.

─ Pensaba que se venía a la universidad no a una pasarela de la semana de la moda ─dijo la rubia riendo por debajo.
─ ¡Corre, no nos vayan a quitar el sitio las hermanas Olsen!

La charla no fue nada nuevo para nadie. Simplemente se basaron en presentarse el director y la vicedirectora. Empezaron su discurso felicitando a los alumnos por haber entrado en tal prestigiosa universidad, pero que aun así no debían de relajarse, ahora más que nunca
debían de esforzarse día a día y no distraerse con tonterías. Había momentos y zonas para los descansos, y las fiestas. Justo en eso un joven con gafas de sol abrió la puerta y pasó vacilante entre la gente hasta una de las últimas filas para deslizarse en el asiento. Y como si hablaran del rey de roma por la puerta había asomado, el mismísimo James Carter, no había un mejor ejemplo. Dejaron clara las normas y al finalizar fueron llamando por los nombres para enviar a cada uno a su grupo.

Nuevo año, un nuevo curso se prepara y con él nuevas amistades, romances... Y yo estaré ahí para contaros todos los rumores que floren.                xoxo

lallalaal: