Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 8 de 10. • Comparte
Página 8 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
[color:39f7=orangeHAY SE ACORDO!!! u.u kit lo aruino :P jajaja SEGUILA!]
DrippyJoBrosBTR
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
HAY SE ACORDO!!! u.u kit lo aruino :P jajaja SEGUILA!
DrippyJoBrosBTR
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
Que divino!, que divino!, se vuelve cada vez mas dificil, aunque ya le esta agarrando la mano haha.
Un beso y gracias por subir la nove
Un beso y gracias por subir la nove
Augustinesg
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
-Estás muy callado, hermano -le dijo Kit a Joseph, sonriendo-. Deberías venir y divertirte. Esta noche, _______ nos va a enseñar un juego de cartas llamado póquer.
Joseph miró hacia otro lado. Algo había sucedido esta noche, algo que él no podía comprender. En la cena había mordido una de las galletas de chocolate que la mujer había preparado y, de pronto, supo sin palabras que ella no era su enemiga.
Aunque le había entregado su anillo, pensó que era un necio. Pensó que cuando llegó esta mujer, el fue la única persona cuerda de la casa. Era el único que no creía que era un regalo de Dios. Si sus buenas obras eran un engaño, él era el único que podría verla tal como era en realidad.
Pero esta noche, mientras comía esa magnífica galleta, imágenes y recuerdos cruzaron por su mente. La vio con el cabello suelto, las piernas desnudas, sentada sobre un extraño aparato de metal con dos ruedas. La vio desnuda y cayéndole agua sobre su hermoso cuerpo. Por último, la vio apretando el anillo de esmeralda contra el pecho y mirándolo con amor. Sin pensarlo, se lo quitó del dedo y se lo entregó. Parecía que el anillo le perteneciera.
-Joseph, ¿te sientes bien? -le preguntaba Kit.
-Sí, estoy bien.
-¿Vienes con nosotros?
-No -respondió. No deseaba estar cerca de la mujer, no deseaba que le hiciera ver imágenes de algo que sabía que no había sucedido. Si pasaba un tiempo con ella, quizá comenzaría a escucharla, e incluso a creer sus absurdas historias sobre el pasado y el futuro.
-No, no voy. Trabajo esta noche.
-¿Trabajas? ¿No hay mujeres? -preguntó Kit, sorprendido-. Ahora que lo pienso, ¿has estado con alguna mujer en la cama desde que llegó lady _______?
-Ella no es... -comenzó Joseph. De pronto, volvió a tener otra imagen de ella sonriéndole, con el cabello suelto hasta los hombros.
Kit se rió.
-Así que es eso. No puedo culparte, es hermosa. ¿La convertirás en tu amante después de tu casamiento?
-¡No! -replicó Joseph de forma contundente-. No es para mí. Llévatela contigo. No deseo volver a verla, ni volver a oír su voz. Ojalá nunca hubiera venido.
Kit retrocedió, sonriendo aún.
-Así que el rayo ha dado en el blanco -dijo, disfrutando del sufrimiento de su hermano.
Joseph se puso de pie para pelear. Pero Kit retrocedió hacia la puerta y, cuando Joseph se acercó, salió de la habitación, riéndose fuerte, y le cerró la puerta en la cara.
Joseph se sentó y trató de concentrarse en los números, pero todo lo que podía hacer era pensar en la mujer pelirroja. Ahora se estaba riendo, disfrutando de lo que estaba haciendo. Sabía que si ella no era feliz, lo sentiría.
Se puso de pie y caminó hacia la ventana, descorrió el cerrojo, abrió la ventana y miró hacia el jardín. Se le presentó otra imagen no deseada. Vio otro jardín. Era de noche y estaba lloviendo, y la mujer lo llamaba. Vio luces, extrañas luces azules sobre postes. Se vio debajo de la lluvia, afeitado y llevando extrañas ropas.
Se retiró de la ventana y la cerró, luego se frotó los ojos con las manos como para aclarar su visión. No permitiría que esta mujer lo atrapara. No debía permitirle que controlara su mente.
Salió del despacho y se dirigió hacia su dormitorio, se sirvió una copa de vino blanco y se lo bebió. Se tomó una segunda y una tercera tan rápido como le fue posible, hasta que sintió el calor del vino en sus venas. Ahogaría sus imágenes de ella. Bebería hasta que no pudiera oírla, verla, olerla... recordarla.
El vino le hizo efecto durante un momento y pudo dominar las imágenes de su mente. Sintiéndose más calmado, se acostó y se durmió al instante.
Las imágenes regresaron en forma de sueños.
-Debes decirme si Kit te ha mostrado la puerta -oyó que le decía la mujer-. Dime si te cortaste el brazo. Kit murió y tú tuviste la culpa. ¿Y si te equivocas? -la voz de la mujer era cada Vez más intensa y desesperada. ¿Y si te equivocas y Kit muere porque no quieres escuchar?
Joseph se despertó sudando, y permaneció el resto de la noche con los ojos abiertos, temeroso de volver a dormirse. Había que hacer algo con la mujer si no lo dejaba dormir. Había que hacer algo.
CAPITULO 16
A las cuatro de la madrugada, _______ salió de la casa para ir a ducharse a la fuente. El día anterior dos de las damas estuvieron hablando sobre las pompas de jabón de la fuente y lady Margaret la había mirado con suspicacia. _______ se sonrojó y miró hacia otro lado, preguntándose si había algo en la casa de los Stafford que lady Margaret ignorara.
Sonrió al recordarlo. Si no fuera correcto que usara la fuente para ducharse, sin duda lady Margaret se lo habría dicho.
Aun con la poca luz que había, _______ pudo ver a Lucy esperándola. Pobre niña solitaria, pensó. Había averiguado que a Lucy y a su guardiana las habían traído a Inglaterra, a la casa de los Stafford, cuando Lucy sólo tenía tres años. Creían que seria mejor esposa si conocía las costumbres inglesas y a la familia de su esposo antes de casarse.
Pero desde el momento en que Lucy llegó, lady Hallet no había permitido que nadie se acercara a la niña, que se había puesto muy enferma por la travesía del canal y luego por el viaje por Inglaterra. Cuando Lucy estuvo bien, nadie pareció recordar que vivía con ellos.
Algo que _______ había observado sobre el siglo dieciséis era que los adultos no idolatraban a los niños de la forma en que lo hacían en el siglo veinte. Se sorprendió al averiguar que la mayoría de las damas de lady Margaret eran casadas, y que dos de ellas tenían niños pequeños en sus hogares, uno de los cuales quedaban a más de cien kilómetros. Las mujeres no parecían preocuparse por el tiempo que dedicaban a sus hijos. Una vez, mientras bordaban, cosa que ellas hacían muy bien y _______ con mucha torpeza, les comentó que en su país las mujeres pasaban días enteros con sus hijos, entreteniéndolos, enseñándoles, tratando de que no se aburrieran. Las mujeres se horrorizaron al escucharla. Ellas creían que se debía hacer caso omiso de los niños hasta que tuvieran edad para casarse. Después de todo, morían fácilmente y sus almas no estaban formadas hasta que eran mayores de edad.
_______ había vuelto a su bordado. Siempre había pensado que los padres, a lo largo de los siglos, adoraban a sus hijos. Pensó que las madres siempre estaban preocupadas por si habían dado lo suficiente a sus hijos. Pero parecía haber otras diferencias, además de la ropa y la política, entre el siglo veinte y el dieciséis.
Al mirar a Lucy sintió la soledad de la niña. Era una extraña en una casa donde vivía desde que era muy pequeña.
-Hola -le dijo.
Lucy sonrió y luego se puso seria.
-Buenos días -le respondió formalmente-. ¿Vas a hacerlo otra vez? -le preguntó mientras _______ se quitaba la bata.
-Todos los días -_______ entró en la fuente y le silbó al niño para que accionara la rueda. Dio un respingo a causa del agua helada, pero valía la pena pasar alguna incomodidad por tener un cuerpo limpio.
Lucy se volvió mientras ella se bañaba y lavaba el cabello, pero no se fue y _______ sabía que deseaba algo. Quizá sólo una amiga.
Salió de la fuente, se secó y se volvió hacia Lucy.
-Hoy vamos a jugar a las charadas. Quizá te apetezca venir con nosotros.
-¿Va a ir lord Christopher? -preguntó rápidamente.
-No lo creo.
Lucy se sentó en el banco como si fuera una pelota de playa que se hubiera desinflado de repente.
-No, no iré.
_______ se secó el cabello mojado y miró a Lucy pensativa. ¿Cómo había podido atraer la atención de un partido como Kit una adolescente no muy bonita y regordeta?
-Él habla de ti -le dijo Lucy de mal humor.
_______ se sentó en el banco junto a ella.
-¿Kit habla de mí? ¿Cuándo lo ves?
-Me visita casi todos los días.
Seguramente así es, pensó _______. Parece muy considerado y amable.
-Kit te habla de mí, ¿pero tú de qué le hablas?
Lucy retorció las manos sobre la falda.
-De nada.
-¿Nada? ¿No le dices nada? ¿Te va a visitar todos los días y tú te quedas allí sentada como un conejo sobre un tronco?
-Lady Hallet dice que sería indecoroso que yo...
-¡Lady Hallet! ¿Ese ogro? Esa mujer es tan fea que su nuca rompería un espejo.
Lucy soltó una risita.
-Una vez un halcón en lugar de ir con su amo se fue con ella. Creo que la confundió con un compañero.
_______ se rió.
-Con el pico que tiene, puedo comprender el error.
Lucy se rió ruidosamente, luego se tapó la boca.
-Ojalá fuera como tú. Si pudiera hacer reír a mi Kit...
No tuvo que decir nada más para que _______ comprendiera. Mi Kit, como mí Joseph.
-Quizá podamos encontrar una forma de hacerlo reír. Estaba pensando en hacer un vodevil con Honoria, pero quizá podamos hacerlo juntas.
-¿Vodevil? No creo que lady Hallet...
-Lucy -_______ le tomó de la mano-, algo que he aprendido y que no ha cambiado a lo largo del tiempo es que si quieres a un hombre, debes luchar por él. Ahora, lo que deseas es que Kit se fije en ti y lo que necesitas es un poco de confianza en ti misma. También necesitas confiar en tu propio juicio, y no en el de los demás. Quizá podamos lograr algunas de estas cosas preparando un espectáculo. Kit verá que ya no eres una niña, y lady Hallet también; y nos divertiremos. ¿Qué me dices?
-Yo...no sé. Yo...
-¿Qué le dijo un duque a otro duque?
Lucy se sorprendió.
-Esa no era una dama, esa era mi esposa.
Lucy se quedó con la boca abierta, y luego sonrió.
-¿Dónde se sienta un canario de trescientas libras? -_______ hizo una pausa-. Donde le apetece.
Lucy se rió más fuerte.
-Lo harás -le dijo _______-. Lo harás muy bien. Ahora tenemos que organizarnos. ¿Cuándo nos podemos reunir? Sin excusas. Tú eres la heredera, recuerda, y lady Hallet trabaja para ti.
Cuando _______ regresó a la casa, ya era de día. Sabía que mucha gente estaba enterada de lo que hacía cada mañana, pues no había secretos en la casa, pero nadie se atrevía a preguntarle.
Por la mañana, lady Margaret estaba demasiado ocupada para querer nuevos juegos, por lo tanto _______ paseó por los jardines y les enseñó a jugar al tres en raya a tres niños que trabajaban en la cocina. Cuando se dio cuenta, ya era hora de cenar.
Ni Kit ni Joseph se presentaron. _______ se juró que después de la comida buscaría a Joseph y trataría de volver a hablar con él. Por lo menos sabía que Kit no le había mostrado la puerta secreta en Bellwood, y que, por lo tanto, el “accidente' no estaba próximo.
Sonriendo, se levantó de la mesa y permitió que Honoria tratara, otra vez, de enseñarle a hacer encaje con un poco de hilo. La doncella estaba haciendo un hermoso puño de camisa con el nombre de _______ rodeado de pequeños y extraños pájaros y animales.
Inclinada sobre su bastidor de bordado, _______ se sentía en paz. Podría ayudar a Lucy, y ayer Joseph había recordado algo sobre la temporada que habla pasado en el siglo veinte. Observó el gran anillo de esmeralda que llevaba en el dedo. Ahora que su memoria había despertado, seguramente pronto recordaría más. Ella iba a lograr aquello en lo que había fracasado la primera vez.
Joseph miró hacia otro lado. Algo había sucedido esta noche, algo que él no podía comprender. En la cena había mordido una de las galletas de chocolate que la mujer había preparado y, de pronto, supo sin palabras que ella no era su enemiga.
Aunque le había entregado su anillo, pensó que era un necio. Pensó que cuando llegó esta mujer, el fue la única persona cuerda de la casa. Era el único que no creía que era un regalo de Dios. Si sus buenas obras eran un engaño, él era el único que podría verla tal como era en realidad.
Pero esta noche, mientras comía esa magnífica galleta, imágenes y recuerdos cruzaron por su mente. La vio con el cabello suelto, las piernas desnudas, sentada sobre un extraño aparato de metal con dos ruedas. La vio desnuda y cayéndole agua sobre su hermoso cuerpo. Por último, la vio apretando el anillo de esmeralda contra el pecho y mirándolo con amor. Sin pensarlo, se lo quitó del dedo y se lo entregó. Parecía que el anillo le perteneciera.
-Joseph, ¿te sientes bien? -le preguntaba Kit.
-Sí, estoy bien.
-¿Vienes con nosotros?
-No -respondió. No deseaba estar cerca de la mujer, no deseaba que le hiciera ver imágenes de algo que sabía que no había sucedido. Si pasaba un tiempo con ella, quizá comenzaría a escucharla, e incluso a creer sus absurdas historias sobre el pasado y el futuro.
-No, no voy. Trabajo esta noche.
-¿Trabajas? ¿No hay mujeres? -preguntó Kit, sorprendido-. Ahora que lo pienso, ¿has estado con alguna mujer en la cama desde que llegó lady _______?
-Ella no es... -comenzó Joseph. De pronto, volvió a tener otra imagen de ella sonriéndole, con el cabello suelto hasta los hombros.
Kit se rió.
-Así que es eso. No puedo culparte, es hermosa. ¿La convertirás en tu amante después de tu casamiento?
-¡No! -replicó Joseph de forma contundente-. No es para mí. Llévatela contigo. No deseo volver a verla, ni volver a oír su voz. Ojalá nunca hubiera venido.
Kit retrocedió, sonriendo aún.
-Así que el rayo ha dado en el blanco -dijo, disfrutando del sufrimiento de su hermano.
Joseph se puso de pie para pelear. Pero Kit retrocedió hacia la puerta y, cuando Joseph se acercó, salió de la habitación, riéndose fuerte, y le cerró la puerta en la cara.
Joseph se sentó y trató de concentrarse en los números, pero todo lo que podía hacer era pensar en la mujer pelirroja. Ahora se estaba riendo, disfrutando de lo que estaba haciendo. Sabía que si ella no era feliz, lo sentiría.
Se puso de pie y caminó hacia la ventana, descorrió el cerrojo, abrió la ventana y miró hacia el jardín. Se le presentó otra imagen no deseada. Vio otro jardín. Era de noche y estaba lloviendo, y la mujer lo llamaba. Vio luces, extrañas luces azules sobre postes. Se vio debajo de la lluvia, afeitado y llevando extrañas ropas.
Se retiró de la ventana y la cerró, luego se frotó los ojos con las manos como para aclarar su visión. No permitiría que esta mujer lo atrapara. No debía permitirle que controlara su mente.
Salió del despacho y se dirigió hacia su dormitorio, se sirvió una copa de vino blanco y se lo bebió. Se tomó una segunda y una tercera tan rápido como le fue posible, hasta que sintió el calor del vino en sus venas. Ahogaría sus imágenes de ella. Bebería hasta que no pudiera oírla, verla, olerla... recordarla.
El vino le hizo efecto durante un momento y pudo dominar las imágenes de su mente. Sintiéndose más calmado, se acostó y se durmió al instante.
Las imágenes regresaron en forma de sueños.
-Debes decirme si Kit te ha mostrado la puerta -oyó que le decía la mujer-. Dime si te cortaste el brazo. Kit murió y tú tuviste la culpa. ¿Y si te equivocas? -la voz de la mujer era cada Vez más intensa y desesperada. ¿Y si te equivocas y Kit muere porque no quieres escuchar?
Joseph se despertó sudando, y permaneció el resto de la noche con los ojos abiertos, temeroso de volver a dormirse. Había que hacer algo con la mujer si no lo dejaba dormir. Había que hacer algo.
CAPITULO 16
A las cuatro de la madrugada, _______ salió de la casa para ir a ducharse a la fuente. El día anterior dos de las damas estuvieron hablando sobre las pompas de jabón de la fuente y lady Margaret la había mirado con suspicacia. _______ se sonrojó y miró hacia otro lado, preguntándose si había algo en la casa de los Stafford que lady Margaret ignorara.
Sonrió al recordarlo. Si no fuera correcto que usara la fuente para ducharse, sin duda lady Margaret se lo habría dicho.
Aun con la poca luz que había, _______ pudo ver a Lucy esperándola. Pobre niña solitaria, pensó. Había averiguado que a Lucy y a su guardiana las habían traído a Inglaterra, a la casa de los Stafford, cuando Lucy sólo tenía tres años. Creían que seria mejor esposa si conocía las costumbres inglesas y a la familia de su esposo antes de casarse.
Pero desde el momento en que Lucy llegó, lady Hallet no había permitido que nadie se acercara a la niña, que se había puesto muy enferma por la travesía del canal y luego por el viaje por Inglaterra. Cuando Lucy estuvo bien, nadie pareció recordar que vivía con ellos.
Algo que _______ había observado sobre el siglo dieciséis era que los adultos no idolatraban a los niños de la forma en que lo hacían en el siglo veinte. Se sorprendió al averiguar que la mayoría de las damas de lady Margaret eran casadas, y que dos de ellas tenían niños pequeños en sus hogares, uno de los cuales quedaban a más de cien kilómetros. Las mujeres no parecían preocuparse por el tiempo que dedicaban a sus hijos. Una vez, mientras bordaban, cosa que ellas hacían muy bien y _______ con mucha torpeza, les comentó que en su país las mujeres pasaban días enteros con sus hijos, entreteniéndolos, enseñándoles, tratando de que no se aburrieran. Las mujeres se horrorizaron al escucharla. Ellas creían que se debía hacer caso omiso de los niños hasta que tuvieran edad para casarse. Después de todo, morían fácilmente y sus almas no estaban formadas hasta que eran mayores de edad.
_______ había vuelto a su bordado. Siempre había pensado que los padres, a lo largo de los siglos, adoraban a sus hijos. Pensó que las madres siempre estaban preocupadas por si habían dado lo suficiente a sus hijos. Pero parecía haber otras diferencias, además de la ropa y la política, entre el siglo veinte y el dieciséis.
Al mirar a Lucy sintió la soledad de la niña. Era una extraña en una casa donde vivía desde que era muy pequeña.
-Hola -le dijo.
Lucy sonrió y luego se puso seria.
-Buenos días -le respondió formalmente-. ¿Vas a hacerlo otra vez? -le preguntó mientras _______ se quitaba la bata.
-Todos los días -_______ entró en la fuente y le silbó al niño para que accionara la rueda. Dio un respingo a causa del agua helada, pero valía la pena pasar alguna incomodidad por tener un cuerpo limpio.
Lucy se volvió mientras ella se bañaba y lavaba el cabello, pero no se fue y _______ sabía que deseaba algo. Quizá sólo una amiga.
Salió de la fuente, se secó y se volvió hacia Lucy.
-Hoy vamos a jugar a las charadas. Quizá te apetezca venir con nosotros.
-¿Va a ir lord Christopher? -preguntó rápidamente.
-No lo creo.
Lucy se sentó en el banco como si fuera una pelota de playa que se hubiera desinflado de repente.
-No, no iré.
_______ se secó el cabello mojado y miró a Lucy pensativa. ¿Cómo había podido atraer la atención de un partido como Kit una adolescente no muy bonita y regordeta?
-Él habla de ti -le dijo Lucy de mal humor.
_______ se sentó en el banco junto a ella.
-¿Kit habla de mí? ¿Cuándo lo ves?
-Me visita casi todos los días.
Seguramente así es, pensó _______. Parece muy considerado y amable.
-Kit te habla de mí, ¿pero tú de qué le hablas?
Lucy retorció las manos sobre la falda.
-De nada.
-¿Nada? ¿No le dices nada? ¿Te va a visitar todos los días y tú te quedas allí sentada como un conejo sobre un tronco?
-Lady Hallet dice que sería indecoroso que yo...
-¡Lady Hallet! ¿Ese ogro? Esa mujer es tan fea que su nuca rompería un espejo.
Lucy soltó una risita.
-Una vez un halcón en lugar de ir con su amo se fue con ella. Creo que la confundió con un compañero.
_______ se rió.
-Con el pico que tiene, puedo comprender el error.
Lucy se rió ruidosamente, luego se tapó la boca.
-Ojalá fuera como tú. Si pudiera hacer reír a mi Kit...
No tuvo que decir nada más para que _______ comprendiera. Mi Kit, como mí Joseph.
-Quizá podamos encontrar una forma de hacerlo reír. Estaba pensando en hacer un vodevil con Honoria, pero quizá podamos hacerlo juntas.
-¿Vodevil? No creo que lady Hallet...
-Lucy -_______ le tomó de la mano-, algo que he aprendido y que no ha cambiado a lo largo del tiempo es que si quieres a un hombre, debes luchar por él. Ahora, lo que deseas es que Kit se fije en ti y lo que necesitas es un poco de confianza en ti misma. También necesitas confiar en tu propio juicio, y no en el de los demás. Quizá podamos lograr algunas de estas cosas preparando un espectáculo. Kit verá que ya no eres una niña, y lady Hallet también; y nos divertiremos. ¿Qué me dices?
-Yo...no sé. Yo...
-¿Qué le dijo un duque a otro duque?
Lucy se sorprendió.
-Esa no era una dama, esa era mi esposa.
Lucy se quedó con la boca abierta, y luego sonrió.
-¿Dónde se sienta un canario de trescientas libras? -_______ hizo una pausa-. Donde le apetece.
Lucy se rió más fuerte.
-Lo harás -le dijo _______-. Lo harás muy bien. Ahora tenemos que organizarnos. ¿Cuándo nos podemos reunir? Sin excusas. Tú eres la heredera, recuerda, y lady Hallet trabaja para ti.
Cuando _______ regresó a la casa, ya era de día. Sabía que mucha gente estaba enterada de lo que hacía cada mañana, pues no había secretos en la casa, pero nadie se atrevía a preguntarle.
Por la mañana, lady Margaret estaba demasiado ocupada para querer nuevos juegos, por lo tanto _______ paseó por los jardines y les enseñó a jugar al tres en raya a tres niños que trabajaban en la cocina. Cuando se dio cuenta, ya era hora de cenar.
Ni Kit ni Joseph se presentaron. _______ se juró que después de la comida buscaría a Joseph y trataría de volver a hablar con él. Por lo menos sabía que Kit no le había mostrado la puerta secreta en Bellwood, y que, por lo tanto, el “accidente' no estaba próximo.
Sonriendo, se levantó de la mesa y permitió que Honoria tratara, otra vez, de enseñarle a hacer encaje con un poco de hilo. La doncella estaba haciendo un hermoso puño de camisa con el nombre de _______ rodeado de pequeños y extraños pájaros y animales.
Inclinada sobre su bastidor de bordado, _______ se sentía en paz. Podría ayudar a Lucy, y ayer Joseph había recordado algo sobre la temporada que habla pasado en el siglo veinte. Observó el gran anillo de esmeralda que llevaba en el dedo. Ahora que su memoria había despertado, seguramente pronto recordaría más. Ella iba a lograr aquello en lo que había fracasado la primera vez.
sofiii1
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
:O ... creo que el proximo capitulo va a ser de esos que decis "Oh NOO!" ...
Muchas gracias por subir la novela, la verdad que es tan entretenida que es un placer leerla.
Muchas gracias por subir la novela, la verdad que es tan entretenida que es un placer leerla.
Augustinesg
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
nooooo...kit ya va a morir!!!! verdad??
y como lo va tomar joseph!!!
se va a enfurecer con la rayis???
o sera que por fin va a escuchar...ps ojala jeje
siguela
amo esta noveeeeeee
y como lo va tomar joseph!!!
se va a enfurecer con la rayis???
o sera que por fin va a escuchar...ps ojala jeje
siguela
amo esta noveeeeeee
Julieta♥
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
LALALALAL BUENO ACA YO MOLESTANDO CHIQUISSS LE PASO A CONTAR CUANDO TERMINE ESTA NOVELA ( QUE FALTA MUCHO) VOY A SUBIR OTRA POR EL SIMPLE HECHO DE QUE ME GUSTA JAJAJ Y LE QUERIA PREGUNTAR SI LES GUSTARIA UNA TIPO DE HOMBRES LOBOS Y ESO, DE UN MILLONARIO (PSS DE ESAS HAY UN MONTON) O QUIEREN ALGO MAS HOT CON TRIOS Y ESO BESIS LAS AMO Y MAÑANA SUBO OTRO CAP!
PD: NO SABEN LO QUE VIENEN SE VAN A CAER DE COLA XD
PD: NO SABEN LO QUE VIENEN SE VAN A CAER DE COLA XD
sofiii1
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
jajaja no see soffi!:)
lo que qiieras :)
yo de todoss modoo estarree ahii
sabes que cuentas conmigoo y todaa la cosaa!
:)
por ciierttoo
me ncantaa estaa novellaa es de Judex algoo verdadd?
:B
biien graciias por subiirlla!
yo quiieroo otrroo capii quiierro saberr que pasaa!
by-tu fiiel lectoraaa, Ale
lo que qiieras :)
yo de todoss modoo estarree ahii
sabes que cuentas conmigoo y todaa la cosaa!
:)
por ciierttoo
me ncantaa estaa novellaa es de Judex algoo verdadd?
:B
biien graciias por subiirlla!
yo quiieroo otrroo capii quiierro saberr que pasaa!
by-tu fiiel lectoraaa, Ale
AleMoralesT3
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
jajajjaya quiero sabery q sea mañana para caerme de cola jajajja
ps a mi me gusta de hombres lonos y mitologia ;)
asi q la proxima q subas estare atenta
ps a mi me gusta de hombres lonos y mitologia ;)
asi q la proxima q subas estare atenta
Julieta♥
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
Que lindas que son jejeje
bueno en realidad quiero subir todo a la vez asi que voy a subir las 2 juntas jjajajaj una de hombres lobitos y otra de un trio con JOE JONAS, ZAYN MALIK Y LA RAYITA!!
BUENIS AHORA POR RESPONDER A MI PREGUNTA EXISTENCIAL CAPI GRACIAS POR TODO LAS AMOOOOO!
A Joseph le dolía la cabeza y no podía permanecer de pie. No había visto más imágenes después de dejar de dormir, pero esta mañana había sido acosado por los sueños. “¿Y si te equivocas?”, continuaba oyendo la voz de la mujer. ¿Equivocarse en qué? ¿En que ella era una bruja? Las imágenes probaban que él tenía razón.
Le dio una estocada al hombre que tenía delante de él, sin ver la expresión de sorpresa en el rostro del caballero. No solía ser agresivo en los ejercicios de espada; pero hoy, con el dolor de cabeza y el enojo, si se sentía agresivo. Le dio una y otra estocada. El caballero retrocedió y se apartó de su camino.
-¿Señor? -le dijo el hombre, sorprendido.
-¿Me vas a ofrecer una buena pelea o no? -lo desafió Joseph, y volvió a darle una estocada. Quizá si se cansaba lo suficiente, no vería ni oiría a la mujer.
Joseph derroté a tres hombres, antes de que el cuarto lo venciera. Se movió hacia la derecha cuando debería haberlo hecho hacia la izquierda, y la espada del hombre le cortó el antebrazo izquierdo casi hasta el hueso. Joseph se detuvo y miró su brazo sangrante, y de pronto le vino una imagen. Pero no sólo le vino, él estaba en el sueño.
Iba caminando junto a la mujer pelirroja por un lugar extraño, y se detenían frente a un edificio con ventanas de vidrio, unas ventanas que nunca soñó que existieran, un vidrio tan transparente que no parecía estar allí. Pasaba una máquina grande y extraña, con ruedas, pero parecía que no le interesaba. Sólo estaba interesado en hablar con la mujer y contarle lo de la cicatriz de su brazo. Le estaba contando que Kit se había ahogado el día en que lo hirieron en el ejercicio de espada.
Salió del sueño tan bruscamente como había entrado, y cuando regresó al presente, estaba tirado en el suelo, rodeado por sus hombres, y uno de ellos trataba de detenerle la hemorragia.
No tenía tiempo de preocuparse por el dolor.
-Ensillad dos caballos, uno con silla de amazona.
-¿Vais a cabalgar? -le preguntó uno de los hombres-. ¿Vais a cabalgar con una mujer? Vuestro brazo...
Joseph se volvió y lo miró serio.
-Para la Montgomery, ella...
-Sólo sabe montar lo suficiente como para no caerse del caballo -agregó otro de los hombres.
Joseph se puso de pie.
-Vendadme el brazo para detener la hemorragia y luego ensillad dos caballos con sillas de hombre. Vamos, no perdáis el tiempo -ordenó con voz débil, pero llena de autoridad.
-¿Traigo a la mujer? -preguntó uno.
Joseph, con el brazo en alto mientras se lo vendaban con un paño ajustado, miró hacia las ventanas de la casa.
-Vendrá por sí sola -respondió, confiado.
_______ se inclinó sobre el bordado para escuchar a una de las mujeres que estaba contando una jugosa historia sobre una mujer que había tratado de llevarse a la cama al esposo de otra. Estaba escuchando la historia con toda atención, cuando sintió un dolor fuerte en el antebrazo izquierdo.
Lanzó un grito de dolor, cayó hacia atrás sobre la banqueta y luego al suelo.
-Mi brazo, algo me ha herido en el brazo -lo contrajo, y comenzó a llorar.
Honoria se puso de pie de un salto y corrió a arrodillarse junto a _______.
-Frótenle las manos, no dejen que se desmaye -ordenó, mientras le desabrochaba rápidamente la manga en el hombro y se la empezaba a quitar. Retrocedió para extender el brazo de _______ y así poder sacar la manga. Una vez que la sacó, le subió la manga de la ropa Interior de lino para examinarle el brazo.
No tenía nada. La piel ni siquiera estaba enrojecida.
-No veo nada -comentó, repentinamente preocupada. Le habían encargado que cuidara de _______, pero ésta era muy extraña. Sir Joseph la había acusado de ser una bruja. ¿Era este dolor una manifestación de su brujería?
El dolor del brazo era Intolerable, pero _______ se miró y no vio nada.
-Siento como si me hubieran cortado -susurré, como si alguien me hubiera cortado con un cuchillo.
Se frotó con la mano derecha el antebrazo, pero casi no podía soportarlo.
-Siento el corte -murmuró, tratando de no llorar. Las mujeres que se encontraban a su alrededor la miraban de manera muy extraña, como si _______ no estuviera muy cuerda.
De pronto, oyó la voz de Joseph en su cabeza. Estaban juntos en la cama y ella le tocaba la cicatriz del antebrazo izquierdo, la herida que recibió el día en que Kit se ahogó.
Se puso de pie al instante.
-¿Dónde practican con la espada los hombres? -preguntó, tratando de no parecer histérica. Por favor, Señor, no permitas que llegue demasiado tarde.
Las otras mujeres parecían seguras de que _______ estaba loca, pero Honoria respondió. _______ ya no la sorprendía.
-Atrás, pasado el laberinto, atravesando la puerta nordeste.
_______ asintió con la cabeza y no perdió más tiempo. Se subió las faldas, agradeciendo al cielo que el miriñaque las mantuviera alejadas de sus piernas, y echó a correr. En el salón, atropelló a un hombre y, cuando cayó, saltó sobre él. Una mujer de la cocina estaba bajando algo de un estante alto. _______ se agachó y pasó por debajo de sus brazos. Un cargamento de barriles habían venido sin atar y _______ saltó cinco barriles, uno tras otro, como si fuera una saltadora olímpica de vallas extrañamente vestida. Pasó junto a lady Margaret al salir del laberinto y no le habló. Cuando la puerta en la pared de la parte trasera del laberinto no se abrió, levantó el pie y la forzó de una patada.
Una vez fuera de los jardines, corrió tan rápido como pudo.
Joseph, con el brazo vendado, estaba sobre un caballo y la miraba.
-¡Kit! -gritó _______, aún corriendo-. Tenemos que salvar a Kit.
No dijo nada más, porque un hombre la levantó en sus brazos y la montó sobre un caballo, que afortunadamente tenía silla de hombre. Metió los pies en los estribos, sujetó las riendas y miró a Joseph.
-¡En marcha! -gritó, y aguijó a su caballo.
El viento le molestaba en los ojos, y el brazo aún le dolía, pero estaba concentrada en seguir a Joseph. Detrás de ellos, tres hombres trataban de alcanzarlos.
Cruzaron campos sembrados, bancales de repollos y nabos. Cabalgaron a través de sucios corrales de campesinos, y por una vez _______ dejó de pensar en la igualdad mientras los cascos de los caballos destruían sembrados y algún cobertizo. Atravesaron los bosques, con las ramas de los árboles casi rozándoles las cabezas. _______ bajó la suya contra el cuello del caballo y continuó. Joseph dejó el sendero y se internó en el bosque. El suelo no tenía trampas y, como hasta las ramitas se necesitaban para la chimenea, estaba limpio.
Nunca pensó en preguntar cómo sabía Joseph dónde estaba Kit, pero estaba segura de que lo sabía. Al igual que supo que ella vendría cuando se hirió el brazo, sabía dónde estaba su hermano.
Se dirigieron por entre los árboles hacia un claro, y delante de ellos, rodeada por más árboles, había una hermosa laguna. Joseph se bajó con el caballo aún en movimiento, y _______ lo siguió, rasgándose la larga falda, que quedó enganchada en la silla.
Corrió hacia la laguna, y lo que vio la estremeció. Tres hombres estaban sacando del agua el cuerpo desnudo e inmóvil de Kit. El cuerpo estaba boca abajo, con el largo cabello negro colgando y el cuello flojo y sin vida.
Joseph estaba de pie y contemplaba a su hermano.
-No -dijo, y luego: ¡NO!
_______ pasó junto a él y se dirigió hacia los hombres que sostenían a Kit.
-Déjenlo aquí. Sobre su estómago -les ordenó.
Los hombres de Kit vacilaron.
-¡Obedecedla! -rugió Joseph.
_______ se puso a trabajar de inmediato, aplicando las técnicas modernas para sacarle el agua de los pulmones. Se subió sobre él, le apretó los pulmones y luego le levantó los brazos para que respirara. Una, dos, tres veces. Ninguna respuesta.
-Rece -le pidió al hombre que se encontraba más cerca de ella-. Necesito toda la ayuda posible. Pida un milagro.
Los hombres se arrodillaron, juntaron las manos e Inclinaron las cabezas.
Joseph se arrodilló ante el cuerpo Inerte de Kit y le puso las manos sobre la cabeza mojada, luego inclinó la suya y cerró con fuerza los ojos.
_______ continuó trabajando. Adentro, afuera, adentro, afuera.
-Kit, por favor -susurró. Por favor, vive.
Cuando ya iba a abandonar, Kit tosió otra vez y luego otra, y después vomitó agua.
_______ le dio la vuelta, se tapó la cara con las manos y comenzó a llorar.
Joseph sostuvo por los hombros a su hermano mientras éste expulsaba el agua. Un caballero le tapó el cuerpo con su capa, mientras los demás observaban a _______. Tenía el cabello caído, el vestido roto, había perdido un zapato, le faltaba una manga y tenía sangre de Joseph en la otra.
Kit dejó de toser y se reclinó contra su hermano. Cansado, miró el brazo de Joseph que estaba contra su pecho. La sangre le chorreó por el pecho desnudo y mojado. Miró a sus hombres y vio que los seis contemplaban a _______, que estaba llorando.
-Vaya una forma de tratar a un hombre que ha vuelto de la muerte -comentó Kit-. Mi hermano sangra sobre ml, y una mujer derrama lágrimas. ¿No hay nadie que se alegre de que aún esté vivo?
Por lo menos, Joseph lo abrazaba con fuerza. _______ levantó la vista y se secó los ojos con la mano, Un caballero le dio un pañuelo.
-Gracias -le dijo, y se sonó la nariz.
-La doncella os ha salvado -dijo uno de los caballeros-. Es un milagro.
-Brujería -murmuró otro hombre.
Joseph lo miró.
-Si la vuelves a llamar bruja, no vivirás lo suficiente para repetir las palabras.
El hombre comprendió que hablaba en serio.
_______ miró a Joseph y supo que ya no la odiaba, que quizás ahora la escucharía. Se sonó otra vez la nariz y trató de ponerse de pie. Cuando se tambaleó, uno de los hombres la ayudó. Todos la observaban como si fuera mitad santa y mitad demonio.
-Oh, vamos, dejen de mirarme así. Esto es muy común en mi país. Tenemos mucha agua, y la gente siempre se ahoga. De verdad, no es un milagro.
Para su tranquilidad, vio que los hombres la creyeron, probablemente porque deseaban hacerlo.
-Ahora quiero que todos se pongan a trabajar. Pobre Kit, se debe de estar helando. Joseph, tu brazo es un desastre. Ustedes dos ayuden a Kit, y ustedes vean si tienen vendas limpias para el brazo de Joseph, y que alguien compruebe si los caballos han resistido el viaje. ¡Vamos! ¡Corran!
Una de las ventajas que tenían las mujeres de todos los tiempos era que el niño pequeño que había en todo hombre siempre recordaba la época en que las mujeres eran todopoderosas. Se chocaban unos con otros mientras corrían para cumplir sus órdenes.
-Tienes una arpía en las manos, hermano -le dijo Kit con alegría. Joseph aún lo sostenía con fuerza, como si estuviera preocupado de que pudiera morirse otra vez si lo soltaba-. ¿Por qué no me traes la ropa? -le pidió con suavidad, y luego meneó la cabeza al ver que _______ se dirigía a buscar su ropa, que estaba amontonada a la orilla de la laguna.
Lentamente, Joseph soltó a su hermano y comenzó a ponerse de pie, pero se tambaleó. La pérdida de sangre, combinada con la cabalgata y el miedo, lo habían debilitado. _______ retrocedió y observó cómo Joseph se dirigió lentamente hacia la orilla, recogió la ropa y se la alcanzó a su hermano.
Kit tomó la ropa con solemnidad de un rey que aceptaba la corona en su coronación y luego sonrió:
-Siéntate, hermanito -le pidió a Joseph.
Este retrocedió y _______ lo sostuvo entre sus brazos, lo ayudó a sentarse y después se sentó junto a él. Joseph se volvió y apoyó la cabeza sobre su falda.
Kit se rió.
-Este se parece más al hermano que conozco -levantó la vista al oír que sus hombres regresaban.
_______ observó a Joseph y le acarició el cabello mojado. Este era, por fin, su Joseph. Aquí estaba otra vez el hombre que había amado y perdido.
-¿Estás llorando otra vez?
Sus palabras, tan familiares, sí le llenaron los ojos de lágrimas.
-El viento –respondió-. Nada mas -le sonrió. Dame tu brazo, quiero ver qué te has hecho.
Obediente, levantó el brazo y _______ se impresionó. Las vendas estaban empapadas de sangre, la mano y la manga tenían sangre seca.
-¿Cómo está?
-Creo que no voy a perder el brazo. Las sanguijuelas...
-¡Sanguijuelas! No puedes perder más sangre. -Levantó la vista y vio que Kit estaba vestido, y como estaba débil, sus hombres lo conducían hasta su caballo.
-Joseph, levántate. Regresaremos para ocuparnos de ese brazo -le indicó _______.
-No -le respondió. Nos quedaremos los dos aquí.
Tenía esa mirada tierna, sensual, que le Indicaba que la haría sentirse feliz.
-No -replicó _______.
-Un no de mujer me complace mucho -le dijo Joseph con suavidad, levantando el brazo que no tenía herido hacia ella.
Sus labios no se tocaron.
-No, no hagas eso -repitió _______ con firmeza-. ¡Arriba! Lo digo en serio, Joseph, levántate. No me vas a hablar con dulzura para hacerme hacer lo que deseas mientras se te produce una gangrena en el brazo. Tenemos que regresar a casa, limpiar la herida y dejar que Honoria la cosa.
-¿Honoria?
-Ella cose mejor que nadie.
Joseph frunció el entrecejo.
-Me duele un poco -despacio y con expresión contrariada, levantó la cabeza de la falda de _______; pero cuando pasó junto a su cabeza, la besó rápida y dulcemente.
Cabalgaron a paso lento hacia la casa de los Stafford, y cuando estuvieron cerca, _______ trató de mantenerse erguida y arreglar su ropa. Pero su vestido roto, ensangrentado y sucio, ya no tenía arreglo. Había perdido su pequeña cofia de perlas. Cuando estaban a punto de llegar, recordó que había pasado junto a lady Margaret sin hablarle, y también que prácticamente delante de la cara de las damas había dado una patada a la puerta para que se abriera. Y ahora regresaba toda desarreglada, cabalgando a horcajadas y con las faldas subidas hasta las pantorrillas.
-Creo que no voy a poder enfrentarme con tu madre -le dijo a Joseph.
Él la miró sorprendido, pero luego miró hacia adelante cuando vio la casa. Uno de los caballeros se había adelantado para dar la noticia del accidente de Kit. Lady Margaret y todas sus damas los esperaban para recibirlos. _______ tragó saliva.
Lady Margaret se adelantó para abrazar a Kit cuando desmontó, y luego se volvió hacia _______.
-Perdón, señora -se disculpó ésta-, por mi apariencia. Yo...
Lady Margaret le tomó la cara y la besó en ambas mejillas.
-Para mí eres hermosa.
_______ sintió el rostro caliente de turbación y placer.
Lady Margaret se volvió hacia Joseph, observó su brazo sangrante y gritó:
-¡Sanguijuelas!
_______ se interpuso entre la madre y el hijo.
-Por favor, señora, ¿puedo ocuparme del brazo? Por favor, Honoria me ayudará.
-¿Tienes pastillas para las heridas?
-No, sólo jabón, agua y desinfectante. Por favor, permítame ocuparme de él.
Lady Margaret miró a Joseph y luego asintió con la cabeza.
Una vez en el dormitorio de Joseph, _______ le entregó a Honoria una lista de las cosas que necesitaba.
-El jabón más fuerte que haya, algo con lejía; una olla con agua hirviendo, agujas de plata e hilo blanco de seda, cera de abejas, mi bolso y el paño más blanco y limpio de esta casa -tres sirvientas corrieron a cumplir sus órdenes.
Cuando estuvo a solas con Joseph, le lavó el brazo herido en un gran recipiente de cobre con agua limpia. Tenía el torso desnudo, y mientras _______ trataba de actuar con eficiencia podía sentir su intensa mirada.
-Háblame de lo que fuimos el uno para el otro.
_______ puso agua a hervir en la chimenea.
-Viniste a mí en mi época -ahora que estaba dispuesto a escuchar, ella no tenía muchos deseos de hablar. El Joseph que la acusaba de brujería no tenía poder sobre ella, pero este que la miraba con ojos resplandecientes la hacía estremecerse.
Regresó con él y vio que la sangre seca se había quitado de las vendas, tomó unas pequeñas tijeras de costura y comenzó a cortarlas.
-¿Éramos amantes?
_______ respiró profundamente.
-No puedo hacer esto si no te quedas quieto.
-Yo no me he movido, has sido tú -le respondió, y luego la observó un momento-. ¿Estuvimos mucho juntos? ¿Nos amamos mucho?
-Oh, Joseph -le respondió, y se avergonzó al sentir que se le llenaban los ojos de lágrimas-. No fue así. Viniste a mí por una razón. Te culparon de traición y viniste a mi época porque se encontraron los papeles de lady Margaret. Tú y yo investigamos para averiguar quién te había traicionado.
Comenzó a quitarle lentamente las vendas.
-¿Averiguamos la verdad?
-No, no la averiguamos. Yo averigüé la verdad después de que te fuiste, después de que... -lo miró, después de que te ejecutaran.
El rostro de Joseph fue cambiando, perdiendo su expresión sensual. No podía seguir desconfiando de esta mujer. Supo lo de los sirvientes metidos en el armario cuando Arabella y él estaban toqueteándose sobre la mesa. Y supo lo de Kit. Su corazón le golpeaba en el pecho cuando pensó lo cerca que había estado de perder a su hermano. Si esta mujer no hubiera estado allí, Kit habría muerto.
Y hubiera sido un error suyo, pensó, de él y de nadie más, porque había mentido cuando ella le preguntó por la puerta de Bellwood. Le había advertido que Kit le mostraría la puerta una semana antes de morir, pero no la había escuchado. Sólo oyó que hablaba sobre Kit. Sus celos casi le habían costado la vida de su hermano.
Joseph se reclinó sobre las almohadas.
-¿Qué más sabes?
Abrió la boca para hablarle de Lettice, pero no pudo, aún no. Era demasiado pronto, y él aún no le creía lo suficiente. Sabía que amaba a Lettice y que había deseado tanto abandonar el siglo veinte y a ella para regresar con su amada esposa. Necesitaría más tiempo antes de que tuviera la suficiente confianza como para hablarle de Lettice. Pero ahora había tiempo. Esto no era tan urgente como el caso de Kit.
-Te contaré todo más adelante; ahora, tengo que ocuparme de tu brazo.
Continuó quitándole las vendas de la herida hasta que por fin vio el profundo corte. Nunca se le habían dado bien las heridas sangrantes, pero después de años de enseñar en la escuela primaria había aprendido a mirar dientes partidos, heridas sangrantes y miembros rotos con una sonrisa, para ayudar a los niños. Sabia que la herida de Joseph necesitaba un médico y también sabia que por ahora ella era lo mejor de que disponían.
Honoria y las sirvientas regresaron con todo lo que _______ había ordenado, y ella las puso a trabajar. Honoria no les permitió que cuestionaran nada de lo que _______ les pedía que hicieran. Las cuatro mujeres se remangaron hasta los codos y luego se lavaron las manos y los brazos. _______ hirvió agujas e hilo de seda.
Las únicas pastillas sedantes que tenía en su bolso eran las Librax para calmar su estómago cuando estaba preocupada. Ojalá hubiera tenido Valium, pero no lo tenía. Le dio dos Librax a Joseph, con la esperanza de que le dieran sueño.
En unos minutos, estaba dormido.
Cuando todo estuvo limpio, _______ le pidió a Honoria que le cosiera el brazo a Joseph. La doncella palideció, pero _______ insistió, pues sus puntadas eran limpias y precisas.
No estaba segura de lo que hacia, pero le indicó a Honoria que cosiera la incisión del brazo en dos capas. Las puntadas internas se quedarían dentro del brazo para siempre; pero el padre de _______ tenía una placa de acero en la pierna desde la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto pensó que Joseph podría vivir con un poco de seda dentro del brazo. Unió la capa superior de la piel mientras Honoria la cosía con cuidado.
Cuando el brazo estuvo cosido, _______ lo vendó con un paño limpio. Les indicó a las sirvientas que deseaba que hirvieran más paños para utilizarlos al día siguiente, y que cuando los tocaran, tuviesen las manos muy, muy limpias. Honoria le dijo que se ocuparía de eso.
_______ despidió a todas, se sentó en una silla junto al fuego y se puso a esperar. Si a Joseph le subía la temperatura, no tenía penicilina, ni antibióticos orales, sólo algunas aspirinas. Pensó que no debía preocuparse, porque conocía el futuro de Joseph; pero hoy ella había cambiado la historia. Si Kit no había muerto, entonces quizá Joseph lo haría. ¿Regresaría al siglo veinte y averiguaría que Kit había vivido muchos años y su hermano menor había muerto de un corte en el brazo? La historia (o, en este caso, el futuro) sería diferente de ahora en adelante.
Estaba dormitando en la silla cuando se abrió la puerta y entró Honoria. En los brazos traía un vestido de terciopelo morado, con mangas anchas de armiño blanco; las pequeñas colas estaban cosidas a intervalos.
-Lady Margaret os envía esto -susurró, para no molestar a Joseph-. Debe de quedaros bien, pero creo que deberíais probároslo.
_______ tomó el vestido y tocó el suave terciopelo. No era como el moderno terciopelo de rayón o el pesado de algodón; este era todo de seda y brillaba como sólo podía hacerlo ese tejido.
-¿Cómo está Kit? -susurró _______.
-Duerme. Afirma que alguien trató de matarlo. Alguien nadó por debajo del agua, le agarró la pierna y tiró de él hacia abajo.
_______ desvió la mirada. En los relatos de lady Margaret que se habían encontrado en la pared, ella afirmaba que a Kit lo habían asesinado, que su muerte no había sido un accidente.
-Si vos no lo hubierais devuelto de la muerte... -dijo Honoria.
-Yo no he devuelto a nadie de la muerte. No hubo magia ni hechicería -replicó _______.
Honoria la miró con seriedad.
-¿Ya no os duele el brazo?
-Ya está bien, sólo me duele un poco. Es... -se interrumpió, y no quiso mirar a Honoria a los ojos. Quizá sí había algo mágico. La habían enviado al siglo dieciséis, y cuando a Joseph le cortaron el brazo, ella sintió su dolor.
-Deberíais descansar y cambiaros de vestido -le dijo la doncella.
_______ observó a Joseph, que aún dormía.
-Tengo que quedarme con él. Si se despierta, quiero estar aquí. No quiero que le suba la temperatura. ¿Crees que a lady Margaret le molestará que me quede aquí?
Honoria sonrió.
-Creo que si pidierais las escrituras de la mitad de las propiedades de los Stafford, lady Margaret no os las negaría.
_______ también sonrió.
-Sólo quiero que Joseph esté a salvo.
-Os traeré una bata -le dijo Honoria, y se retiró. Una hora más tarde, _______ se había quitado el vestido sucio y roto, y también el corsé de acero, y se encontraba sentada frente a la chimenea, con una bata de brocado rojo. Cada tanto le colocaba la mano en la frente a Joseph. Estaba caliente, pero no parecía tener más de unos grados de fiebre.
CAPITULO 17
Las sombras de la habitación se agrandaban y Joseph aún dormía. Una sirvienta trajo una bandeja con comida, pero Joseph no se despertó. Cuando llegó la noche, _______ encendió velas y lo observó, tan pacífico en la cama, con el cabello oscuro contra la tez blanca. Durante cuatro horas no hizo otra cosa más que contemplarlo, y cuando vio que no había señales de fiebre, comenzó a distenderse y a ocuparse de sí misma.
La habitación estaba decorada con riqueza, como correspondía a un hijo de la casa. La repisa de la chimenea tenía varios platos y copas de oro y plata, y _______ sonrió al mirarlas. Ahora comprendía a que se refería Joseph cuando le dijo que su riqueza estaba en su casa. Como no había bancos para guardar las riquezas de una gran familia como la de los Stafford, todo lo que poseían lo transformaban en hermosos objetos de oro y plata decorados con joyas. Sonriendo, tocó un jarro y pensó que sería maravilloso que las acciones de su familia se convirtieran en vajillas de oro.
Junto a la chimenea había una larga hilera de diminutos retratos ovalados, todos realizados en exquisitos colores. La mayor parte pertenecían a gente que no conocía, pero uno de ellos era de lady Margaret cuando era joven. Sus ojos se parecían a los de Joseph. Había un hombre mayor que tenía la misma mandíbula que Joseph. ¿Su padre?, se preguntó. Había un óleo en miniatura de Kit. Y al fondo estaba Joseph.
Tomó el retrato de la pared, lo sostuvo un momento y lo acarició. ¿Qué había sucedido con estos retratos en el siglo veinte? ¿Habría algo colgado en algún museo con una tarjeta de Persona desconocida al lado?
Con el retrato en la mano, recorrió la habitación. Junto a la ventana había un asiento con un almohadón, y se dirigió hacia él. Sabía que la tapa se levantaba, y se preguntó qué guardaría Joseph dentro. Mirándolo para asegurarse de que estaba dormido, colocó el retrato en un estante y levantó la tapa. Crujió, aunque no muy fuerte.
Dentro del asiento había rollos de papel atados con trozos de hilo. Tomó uno, lo desató y lo extendió sobre el suelo. Era el plano de una casa, y _______ supo de inmediato que era Thornwyck.
-¿Estás rezando? -le preguntó Joseph desde la cama, y _______ saltó.
Se acercó a él y le tocó la frente.
-¿Cómo te sientes?
-Me sentiría mejor si no hubiera una mujer hurgando en mis cosas privadas.
_______ pensó que parecía un niño cuya madre hubiera mirado su caja de secretos. Levantó el plano del suelo.
-¿Le has mostrado esto a alguien más además de a mí?
-Yo no te lo he mostrado -replicó, y trató de agarrar la punta del papel, pero _______ lo retiró. Débil, se recostó contra las almohadas.
_______ metió el plano en el asiento.
-¿Tienes hambre? -sirvió en un tazón de plata la sopa de una olla que se encontraba en la chimenea para mantenerla caliente. Se sentó junto a Joseph y comenzó a darle de comer. Primero, protestó, como todos los hombres; pero luego, accedió.
-¿Has estado mirando mucho tiempo los dibujos? -le preguntó entre bocado y bocado.
-Sólo he abierto uno. ¿Cuándo piensas comenzar a construirlo?
-Es una tontería. Kit podría... -se interrumpió y sonrió.
_______ supo que estaba pensando en lo cerca que había estado de perder a Kit.
-¿Está bien mi hermano? -le preguntó.
-Perfectamente sano. Mejor que tú. Él no perdió sangre como para llenar un río -le limpió los labios con una servilleta, y él le tomó los dedos y se los besó.
-Si vivo, te debo la vida, y también la de mi hermano. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
Amarme, casi le responde _______. Enamorarte de mí otra vez, como lo hiciste antes. Mirarme con ojos de amor. Me quedaría en el siglo dieciséis para siempre si me amaras. Dejaría de lado los automóviles, los dentistas y los baños si me amaras otra vez.
-No deseo nada. Sólo deseo que los dos os pongáis bien y que la historia se desarrolle correctamente -puso el tazón vacío sobre una mesa-. Tienes que dormir más. Tu brazo necesita cicatrizar.
-Ya he dormido todo lo que necesitaba. Quédate y entretenme.
_______ hizo una mueca.
-Ya he dejado los entretenimientos. Ya he recordado todos los juegos y canciones que sabía.
Joseph le sonrió. A veces no comprendía sus palabras, pero sí el significado.
-¿Por qué no me entretienes tú a mí? -sacó los planos del asiento-. ¿Por qué no me hablas de esto?
-No -replicó al instante-. ¡Déjalos donde estaban! -trató de sentarse, pero _______ lo empujó sobre las almohadas.
-Joseph, por favor, no rompas las costuras. Tienes que quedarte quieto. Sé todo sobre tu amor por la arquitectura. Cuando viniste a mí en el futuro, ya habías comenzado a construir Thornwyck -casi se ríe de la expresión de su rostro.
-¿Cómo has sabido que este plano era para Thornwyck?
-Ya te lo he dicho. Cuando viniste a mí, era mil quinientos sesenta y cuatro y ya lo habías hecho. En realidad, sólo lo habías comenzado. Nunca se terminó porque tú... tú...
-Fui ejecutado -agregó Joseph, y por primera vez realmente creyó en sus palabras-. Quiero que me cuentes todo.
-¿Desde el principio? -le preguntó _______-. Tardaré mucho.
-Ahora que Kit está a salvo, tengo tiempo.
Hasta que Lettice te atrape, pensó.
-Yo estaba llorando en una iglesia de Ashburton y...
-¿Por qué llorabas? ¿Por qué estabas en Ashburton? No puedes estar de pie y contarme esta larga historia. No, no te sientes allí. Aquí.
Le señaló la mitad vacía de su cama.
-Joseph, no puedo acostarme contigo -sólo el pensar en estar cerca de él le aceleraba los latidos del corazón.
-¿Crees que puedo hacer algo estando tan débil? -le preguntó con los ojos medio cerrados por el cansancio.
-Creo que le provocarías un problema a una mujer aunque tuvieras ambos brazos y piernas vendados.
Abrió los ojos y le sonrió.
-Tuve un sueno... acerca de ti. Estabas en una especie de caja blanca, te caía agua y estabas desnuda -la observó de arriba abajo, como si pudiera ver a través de la gruesa bata-. No creo que siempre hayas sentido tanta vergüenza conmigo.
-No -respondió con voz ronca, recordando cuando estuvo en la ducha con él, la “caja blanca” de su sueño-. Una noche no tuvimos vergüenza el uno del otro, y a la mañana siguiente te fuiste de mi lado. Me preocupa que si ahora te toco pueda regresar a mi propia época, y aún no puedo irme. Tengo más cosas que hacer.
-¿Más? -le preguntó-. ¿Va a morir más gente? ¿Mi madre? ¿Kit aún no está a salvo?
_______ le sonrió; Su Joseph, su adorable Joseph pensando siempre primero en los demás.
-Eres tú quien está en peligro.
Sonrió, aliviado.
-Puedo cuidarme solo.
-¡No puedes! Si yo no hubiera estado aquí, probablemente habrías perdido el brazo o muerto por la herida. Uno de esos idiotas que llamas médicos te hubiera tocado ese corte con las manos sucias y ¡zas! habrías muerto.
Joseph la miró sorprendido.
-Hablas de un modo muy extraño. Ven, siéntate a mi lado y cuéntame todo -como _______ no se movía, suspiró-. Juro por mi honor que no te tocaré.
-Está bien -le respondió, y sintió que podía confiar en él más que en sí misma. Se dirigió hacia el otro lado de la cama y saltó para subir, pues estaba un poco elevada del suelo. Se hundió en el colchón de plumas.
-¿Por qué llorabas en la iglesia? -le preguntó con suavidad.
De una cosa estaba segura: era un buen oyente. Era más que un buen oyente, ya que le sonsacó cosas que ella no deseaba contarle. Terminó contándole todo sobre Robert.
-¿Vivías con él sin haberte casado? ¿Tu padre no lo mató por raptarte?
-En el siglo veinte no es así. Las mujeres pueden elegir libremente, y los padres no les dicen a sus hijas lo que deben hacer. En mi época, los hombres y las mujeres son más semejantes.
-Al parecer los hombres siguen mandando, ya que éste conseguía todo lo que deseaba de ti, pero no te convirtió en su esposa, ni compartió sus cosas contigo o exigió que su hija te respetara. ¿Y dices que elegiste eso libremente?
-Yo... bueno... no es así. Robert fue muy bueno conmigo. Pasamos algunos buenos momentos juntos. Las cosas sólo se estropeaban cuando aparecía Gloria.
-Si una mujer hermosa me diera todo y a cambio yo sólo le fuera a dar, como tú dices, “buenos momentos”, estaría muy agradecido. ¿Todas las mujeres de tu época se venden tan barato?
-No es barato. Tú no lo entiendes. Mucha gente vive junta antes de casarse. Es para probar el agua, por decirlo así. Y, además, creí que Robert me iba a pedir que me casara con él; pero en lugar de eso... -se detuvo. Joseph la hacía sentir como si pensara muy poco en sí misma-. Tú no lo entiendes, eso es todo. Los hombres y las mujeres son diferentes en el siglo veinte.
-Mmm, ya veo. Sí. Las mujeres ya no desean que el hombre las respete, desean un “buen momento”.
-Por supuesto que desean respeto, es sólo que... -no sabía cómo explicarle su convivencia con Robert a un hombre del siglo dieciséis. En realidad, ahora, viviendo en el mundo isabelino, podía ver que la convivencia con un hombre la había rebajado. Por supuesto que el matrimonio no era una garantía de que la respetaría, pero ¿por qué no se había enfrentado con Robert y le había dicho que cómo se atrevía a tratarla así, o que no iba a pagar la mitad del pasaje de Gloria o que no le iba a planchar las camisas? Ahora mismo, no podía recordar por qué había permitido que la dominara así.
-¿Quieres oír la historia o no? -le espetó.
Joseph se recostó en las almohadas y sonrió.
-Quiero oírla toda.
Después de responder sus múltiples preguntas sobre su relación con Robert, continuó. Le habló de su llanto junto a la tumba de él, su repentina aparición allí y su incredulidad acerca de quién era. También le habló de cuando casi lo atropella un ómnibus.
No pudo proseguir, pues Joseph comenzó a hacerle más preguntas. Al parecer, había tenido una visión de ella sobre un vehículo de dos ruedas y deseaba que se lo explicara. Deseaba saber qué era un ómnibus. Cuando _______ le contó que había llamado a su hermana, Joseph le pidió que le describiera un teléfono.
_______ no podía describirle todo lo que deseaba saber, entonces se levantó de la cama y tomó su bolso. Sacó tres revistas y buscó fotografías.
Cuando le mostró las revistas, se acabaron las esperanzas de continuar con la historia. Joseph tenía una curiosidad insaciable y le hacía preguntas más rápido de lo que ella podía responderlas.
Cuando ya no pudo encontrar fotografías para mostrarle, tomó un cuaderno y rotuladores de colores y se puso a dibujar. Los rotuladores y el papel provocaron más preguntas.
_______ estaba comenzando a exasperarse porque no podía continuar con la historia, pero luego comprendió que ahora que le creía, tendría más tiempo en el futuro para contarle todo.
-Cuando vi Thornwyck, la torre de la izquierda era diferente. ¿Y dónde están los cristales curvos?
-¿Cristales curvos?
-Así -_______ comenzó a hacer un bosquejo, pero no era muy buena dibujando.
Joseph se puso de costado, tomó un rotulador y realizó algunos hermosos bocetos en perspectiva de las ventanas.
-¿Así eran las ventanas?
-Sí, exactamente. Estábamos en una de esas habitaciones y se veía el jardín abajo. La iglesia está al lado, y la guía explicó que había un camino de madera entre la iglesia y la casa.
Joseph se reclinó y comenzó a dibujar.
-Nunca le he hablado a nadie sobre mis planos, pero tú dices que esto estaba a medio construir antes de que me... antes de que me ejec...
-Sólo después de que Kit murió, tuviste total libertad para hacer lo que desearas. Creo que ahora que Kit está vivo tendrás que tener su aprobación para construir este lugar.
-No soy maestro de obras -replicó Joseph mirando el plano-. Si Kit necesitara una casa nueva, contrataría a alguien.
-¿Contratar a alguien? ¿Por qué? Tú puedes hacerlo. Estos diseños son hermosos. Yo vi Thornwyck y me pareció hermoso.
-¿Voy a tener que hacerme artesano?
-Joseph -replicó con severidad-, hay muchas cosas que me gustan de tu siglo, pero tu sistema de clases y las leyes suntuarias no forman parte de ellas. En mi siglo todos trabajan. Es desagradable ser un “rico ocioso”. En Inglaterra, la nobleza también trabaja. La princesa Diana viaja por todo el país cortando cintas y haciendo hoyos para árboles con el fin de recolectar fondos para obras de caridad. Y la princesa real también, me canso de leer sus compromisos. El príncipe Andrés es fotógrafo; el príncipe Miguel escribe libros. El príncipe Carlos trata de que Inglaterra no parezca un complejo de oficinas de Dallas, y...
-No es tan extraño que la realeza trabaje. ¿Crees que nuestra adorable reina está ociosa?
De pronto, _______ recordó haber leído que una de las razones por las cuales Joseph fue ejecutado fue que algunas personas estaban preocupadas de que pudiera acceder a la corte y seducir a la joven reina Isabel.
-Joseph, no estarás pensando en ir a la corte, ¿verdad? No querrás ser uno de sus jovencitos, ¿verdad?
-¿Uno de sus... -preguntó Joseph, estupefacto-. ¿Qué sabes de esta mujer? Algunos afirman que la verdadera reina es Maria de Escocia y que los Stafford deberían unir sus fuerzas con otros para ponerla en el trono.
-¡No hagas eso! Hagas lo que hagas, no inviertas tu dinero en nadie más que en Isabel -mientras hablaba, _______ se preguntaba si no estaría cambiando la historia. Si los Stafford y todo su dinero se hubieran puesto a disposición de Maria, ¿habría aceptado ella el trono? Si Isabel no hubiera sido reina, ¿hubiera existido una época en la que Inglaterra fue la nación más poderosa del mundo? Si Inglaterra no hubiera sido una potencia mundial, ¿hablaría Norteamérica en inglés?
-¿Con quién se casará Isabel? -preguntó Joseph-. ¿A quién pondrá en el trono junto a ella?
-A nadie, y no empieces otra vez, ya hemos tenido esta discusión. Isabel no se casa con nadie, y realiza un excelente trabajo gobernando el país y gran parte del mundo. Ahora, ¿me vas a dejar que te cuente el resto de la historia, o vas a continuar diciéndome que lo que sucedió no sucedió?
Joseph le hizo una mueca.
-Te entregaste libremente a un hombre y yo fui a salvarte. Sí, continúa por favor.
-No es así exactamente... -se interrumpió y lo miró. Él la había salvado. Apareció en aquella iglesia, con su brillante armadura, la apartó de un hombre que no la amaba y le mostró la verdadera reciprocidad del amor. Con Joseph podía ser ella misma. Nunca había tenido que pensar en complacerlo, parecía complacerlo de forma natural. De niña se había esforzado por ser tan perfecta como sus hermanas mayores. Al parecer, todos sus profesores les habían enseñado a ellas antes que a _______. Y ésta siempre era una decepción. _______ soñaba despierta; sus hermanos jamás. _______ no era muy buena para los deportes, pero sus hermanas se habían destacado. Ellas tenían millones de amigos, pero _______ siempre era un poco vergonzosa, siempre se sentía como una extraña.
Sus padres nunca la habían comparado con sus hermanas. No habían tenido que hacerlo, pues había trofeos de tenis, trofeos de montar a caballo, trofeos de béisbol, medallas, cintas de ferias de ciencias por todos lados. Una vez _______ ganó una cinta amarilla por el tercer premio al mejor pastel de manzanas en la iglesia, y su padre lo había colgado, orgulloso, junto a las cintas azul y morada de sus otras hijas, que habían ganado los dos primeros premios. La amarilla parecía extraña y, para _______, humillante, así que la quitó.
Al parecer, había tratado de complacer a los demás toda su vida, pero nunca lo había logrado. Su padre sostenía que cualquier cosa que hiciera estaba bien para él, pero _______ sólo tenía que observar los logros de sus hermanas para saber que necesitaba hacer más. Robert había sido un intento de complacer a su familia. Quizás él, un distinguido cirujano, fuera el mayor trofeo.
Joseph la había salvado, pensó, pero no de la manera en que él creía. No la había salvado al echar a Robert por la escalera. La había salvado al respetarla, y ella había comenzado a verse a sí misma a través de los ojos de Joseph. _______ dudaba que sus hermanas hubieran podido enfrentarse con lo que sucedió tan bien como ella. Las tres eran tan sensatas y juiciosas que probablemente hubieran llamado a la policía si un hombre con armadura les hubiera dicho que era del siglo dieciséis. Ninguna de ellas hubiera tenido el buen corazón suficiente para tener lástima de un pobre loco.
-¿De qué te ríes? -le preguntó Joseph con suavidad.
-Estaba pensando en mis hermanas: son perfectas, no tienen un defecto. Pero me he dado cuenta de que la perfección a veces puede ser un poco solitaria. Quizá yo trato de complacer a la gente, pero hay cosas peores. Quizá tenga que encontrar a la persona adecuada a quién complacer.
Joseph estaba obviamente confundido. Le tomó de la mano y comenzó a besarle la palma.
-A mí me complaces mucho.
Ella retiró la mano.
-No podemos... tocarnos -le explicó, tartamudeando.
-Pero ya nos hemos tocado, ¿verdad? Recuerdo haberte visto. Y me parece haberte tocado -le dijo, bajando la voz.
-Sí -susurró _______-, nos tocamos -estaban solos en la cama, y la habitación estaba a oscuras excepto por el brillo dorado de tres velas.
-Si nos hemos tocado ya, entonces no importará que lo hagamos otra vez en esta vida -extendió las manos para tocarla.
-No -le suplicó-. No podemos. Regresaría a mi época.
Joseph no se acercó más y no pudo comprender por qué se detuvo. Pero sintió la desesperación de _______. Nunca lo había detenido el “no” de una mujer. Enseguida había averiguado que las mujeres no querían decir que no. Pero ahora, en la cama con esta mujer apetecible, se descubría haciéndole caso.
Se recostó sobre las almohadas y suspiró.
-Estoy demasiado débil como para hacer algo.
_______ se rió.
-Seguro, y crees que tengo algunas tierras para venderte en Florida.
Joseph sonrió y comprendió el significado de sus palabras.
-Ven, siéntate cerca de mí y cuéntame más de tu época y de lo que hicimos allí -levantó el brazo herido, y _______, contra su sano juicio, se acercó.
Joseph la atrajo muy cerca y la abrazó con el brazo derecho. Ella se opuso un instante, luego suspiró y se acomodó contra su pecho desnudo.
-Compramos ropa para ti -continuó, sonriendo al recordar-. Atacaste al pobre dependiente porque los precios eran muy elevados. Y después fuimos a tomar el té. Te encantaba el té. Luego buscamos un hotel -hizo una pausa-. Eso fue la noche en que me encontraste bajo la lluvia.
Joseph la escuchaba a medias. No estaba seguro de creerse su historia sobre el pasado y el futuro, pero sí estaba seguro de lo que sentía con ella en sus brazos. Su cuerpo junto al suyo era algo que recordaba muy bien.
Le explicó que parecía que él podía “oírla”. Le dijo que no estaba segura de cómo funcionaba, pero que lo habla utilizado el primer día que llegó al siglo dieciséis. Lo había “llamado” bajo la lluvia, y él había ido hasta ella. Le recriminó su rudeza y que le hubiera hecho cabalgar en la grupa del caballo. Más tarde, cuando estaba en la habitación del último piso, lo había “llamado” otra vez.
Joseph no necesitó más explicaciones sobre esto, porque siempre parecía sentir lo que ella sentía. Ahora, mientras la tenía entre sus brazos, con la cabeza sobre su pecho, podía sentir su bienestar, pero también su excitación sexual. Nunca había deseado tanto hacerle el amor a una mujer como a ella, pero algo lo detenía.
_______ le estaba hablando sobre la visita a Bellwood y cuando él le mostró la puerta secreta.
-Después de eso te creí -le dijo-. No porque supieras de la puerta, sino porque estabas tan herido de que el mundo te recordara por tus fechorías en lugar de por todas las cosas buenas que habías hecho. Nadie en el siglo veinte sabía que habías diseñado Thornwyck. No quedó nada que probara que fuiste el diseñador.
-No soy un artesano. No...
Ella se inclinó para mirarlo.
-Ya te he dicho que en nuestro mundo es diferente. El talento se aprecia.
Él la miró y le tomó el mentón. Lentamente, acercó sus labios a ella y la besó con delicadeza.
Se apartó, sobrecogido. _______ tenía los ojos cerrados y su cuerpo suave y dócil contra el suyo. Podía tomarla, lo sabia, pero algo lo detenía. Cuando apartó la mano de su mentón, vio que le temblaba. Se sentía como un muchacho con su primera mujer. Excepto que la primera vez que se acostó con una mujer, se había comportado de forma entusiasta y vehemente, y no había temblado como ahora.
-¿Qué me has hecho? -susurró.
-No lo sé -respondió _______ con voz suave-. Creo que quizás estábamos destinados a estar juntos. Aunque hemos nacido con cuatrocientos años de diferencia, estamos hechos el uno para el otro.
Joseph le acarició el rostro, el cuello, el hombro y el brazo.
-¿Aunque no pueda acostarme contigo? No puedo quitarte la ropa y besarte los pechos y las piernas, besarte...
-Joseph, por favor -le apartó los brazos-. Tal como es ya es bastante difícil. Todo lo que sé es que cuando estábamos juntos en el siglo veinte, después de que hicimos el amor desapareciste. Te estaba abrazando y te desvaneciste. Ahora te tengo otra vez y no deseo volver a perderte. Podemos estar juntos, conversar, estar unidos de cualquier manera menos físicamente; eso si deseas que me quede contigo.
Joseph la miró, vio y sintió el dolor que ella sentía, pero en ese momento deseaba hacerle el amor más que comprender.
_______ se dio cuenta de lo que estaba pensando y, cuando trató de tocarla, se levantó de la cama.
-Uno de los dos debe mantener la cordura. Quiero que descanses. Mañana hablaremos más.
-No quiero hablar contigo.
_______ se rió y recordó todas las cosas que había hecho para seducirlo.
-Mañana, mi amor. Ahora tengo que irme. Ya va a amanecer y tengo que encontrarme con Lucy y...
-¿Quién es Lucy?
-Lady Lucinda no sé qué. La niña que va a casarse con Kit.
Joseph bufó.
-Esa gorda.
_______ se enojó.
-No es tan hermosa como la mujer con la que vas a casarte tú, ¿verdad?
Joseph sonrió.
-Estás celosa.
-No estoy celosa. Yo... -se volvió. Los celos no describían lo que sentía por Lettice, pero no dijo nada. Joseph ya le había aclarado que amaba a la mujer con la que iba a casarse, y no escucharía nada que _______ dijera contra ella.
-Tengo que irme y quiero que duermas.
-Dormiría mejor si te quedaras conmigo.
-Mentiroso -replicó, sonriendo. No se atrevió a acercársele otra vez. Estaba cansada por todo lo que había sucedido durante el día y por una noche sin dormir. Recogió su bolso, se dirigió hacia la puerta, lo miró por última vez, con el torso desnudo y el cabello oscuro contra la blancura de las almohadas, y se apresuró a salir antes de cambiar de idea.
Lucy la estaba esperando junto a la fuente, y después de que _______ se duchara, repasaron el acto de vodevil. _______ haría el papel de simple, el tonto que hacía las preguntas para que Lucy se llevara todas las risas.
Cuando amaneció y _______ regresó a la casa, Honoria la estaba esperando con el vestido de terciopelo morado preparado.
-Creo que debería descansar -le dijo a la doncella, bostezando.
Lady Margaret y lord Christopher os esperan. Os van a recompensar.
-No quiero ninguna recompensa, sólo dormir -mientras se lo decía, sabia que era una mentira. Quería vivir con Joseph el resto de su vida. En el siglo dieciséis o en el siglo veinte, no le importaba en cuál si podía estar con él.
-Debéis ir. Podéis pedir lo que deseéis. Una casa. Un esposo. Un...
-¿Crees que me permitirán pedir a Joseph?
-Está comprometido -respondió suavemente Honoria.
-Lo sé muy bien. ¿Podemos comenzar con la ropa?
Después de que _______ se vistiera, Honoria la condujo al salón de audiencias, donde lady Margaret y su hijo mayor estaban jugando una partida de ajedrez.
-Ah... -exclamó Kit cuando entró _______. Le tomó la mano y se la besó-. El ángel de la vida que me devolvió la mía.
_______ sonrió y se sonrojó.
-Ven y siéntate -la invitó lady Margaret, señalándole una silla. Una silla, no una banqueta; entonces _______ comprendió que la estaban honrando.
Kit permaneció de pie junto a la silla de su madre.
-Quiero darte las gracias por haberme salvado la vida y deseo darte un obsequio, pero no sé qué es lo que te gustaría. Dime lo que deseas de mí. Y piensa en algo muy importante, mi vida vale mucho para mí.
-No deseo nada. Ustedes me han tratado con amabilidad. Me han alimentado y me han vestido suntuosamente. No deseo nada más -excepto a Joseph, pensó. ¿Podrían envolverlo para regalo y enviármelo a mi casa de Maine?
-Vamos -le dijo Kit, riéndose-. Debe de haber algo que desees. Un cofre de joyas. Tengo una casa en Gales que...
-Una casa -repitió _______-. Sí, una casa. Quiero que construyas una casa en Thornwyck, y que Joseph haga los planos.
-¿Mi hijo? -preguntó lady Margaret, asombrada.
-Sí, Joseph. Ha preparado algunos bocetos para una casa, y será hermosa. Pero debe tener el respaldo de Kit... quiero decir de lord Christopher.
-¿Y tú vivirías en esa casa? -preguntó Kit.
-Oh, no; quiero decir, no deseo poseerla. Sólo quiero que permitan que Joseph la diseñe.
Kit y lady Margaret la observaron. _______ miró a las mujeres que se encontraban a su alrededor, sentadas bordando. Ellas también estaban sorprendidas.
Kit se recuperó primero.
-Tendrás tu deseo. Mi hermano tendrá su casa.
-Gracias, muchas gracias.
Nadie volvió a hablar en la habitación, entonces _______ se dirigió a lady Margaret.
-Creo que le debo una charada.
Lady Margaret sonrió.
-Ya no necesitas ganarte la manutención. Lo has hecho salvando la vida de mi hijo. Ve y haz lo que desees.
Al principio, _______ protestó de que no sabría qué hacer, pero luego comprendió que ya pensaría en algo.
-Gracias, señora -le dijo, y saludó antes de retirarse de la habitación. Libertad, pensó, mientras regresaba al dormitorio de Honoria. No tener que entretener más a la gente. Eso era bueno, su repertorio ya estaba agotado.
Una sirvienta de Honoria la ayudó a quitarse el vestido nuevo y el corsé y _______ se fue a acostar sonriendo. Había impedido que Joseph dejara embarazada a Arabella y le había salvado la vida a Kit. Todo lo que faltaba era librarse de Lettice. Si podía hacer eso, cambiaría la historia.
Se durmió sonriendo.
bueno en realidad quiero subir todo a la vez asi que voy a subir las 2 juntas jjajajaj una de hombres lobitos y otra de un trio con JOE JONAS, ZAYN MALIK Y LA RAYITA!!
BUENIS AHORA POR RESPONDER A MI PREGUNTA EXISTENCIAL CAPI GRACIAS POR TODO LAS AMOOOOO!
A Joseph le dolía la cabeza y no podía permanecer de pie. No había visto más imágenes después de dejar de dormir, pero esta mañana había sido acosado por los sueños. “¿Y si te equivocas?”, continuaba oyendo la voz de la mujer. ¿Equivocarse en qué? ¿En que ella era una bruja? Las imágenes probaban que él tenía razón.
Le dio una estocada al hombre que tenía delante de él, sin ver la expresión de sorpresa en el rostro del caballero. No solía ser agresivo en los ejercicios de espada; pero hoy, con el dolor de cabeza y el enojo, si se sentía agresivo. Le dio una y otra estocada. El caballero retrocedió y se apartó de su camino.
-¿Señor? -le dijo el hombre, sorprendido.
-¿Me vas a ofrecer una buena pelea o no? -lo desafió Joseph, y volvió a darle una estocada. Quizá si se cansaba lo suficiente, no vería ni oiría a la mujer.
Joseph derroté a tres hombres, antes de que el cuarto lo venciera. Se movió hacia la derecha cuando debería haberlo hecho hacia la izquierda, y la espada del hombre le cortó el antebrazo izquierdo casi hasta el hueso. Joseph se detuvo y miró su brazo sangrante, y de pronto le vino una imagen. Pero no sólo le vino, él estaba en el sueño.
Iba caminando junto a la mujer pelirroja por un lugar extraño, y se detenían frente a un edificio con ventanas de vidrio, unas ventanas que nunca soñó que existieran, un vidrio tan transparente que no parecía estar allí. Pasaba una máquina grande y extraña, con ruedas, pero parecía que no le interesaba. Sólo estaba interesado en hablar con la mujer y contarle lo de la cicatriz de su brazo. Le estaba contando que Kit se había ahogado el día en que lo hirieron en el ejercicio de espada.
Salió del sueño tan bruscamente como había entrado, y cuando regresó al presente, estaba tirado en el suelo, rodeado por sus hombres, y uno de ellos trataba de detenerle la hemorragia.
No tenía tiempo de preocuparse por el dolor.
-Ensillad dos caballos, uno con silla de amazona.
-¿Vais a cabalgar? -le preguntó uno de los hombres-. ¿Vais a cabalgar con una mujer? Vuestro brazo...
Joseph se volvió y lo miró serio.
-Para la Montgomery, ella...
-Sólo sabe montar lo suficiente como para no caerse del caballo -agregó otro de los hombres.
Joseph se puso de pie.
-Vendadme el brazo para detener la hemorragia y luego ensillad dos caballos con sillas de hombre. Vamos, no perdáis el tiempo -ordenó con voz débil, pero llena de autoridad.
-¿Traigo a la mujer? -preguntó uno.
Joseph, con el brazo en alto mientras se lo vendaban con un paño ajustado, miró hacia las ventanas de la casa.
-Vendrá por sí sola -respondió, confiado.
_______ se inclinó sobre el bordado para escuchar a una de las mujeres que estaba contando una jugosa historia sobre una mujer que había tratado de llevarse a la cama al esposo de otra. Estaba escuchando la historia con toda atención, cuando sintió un dolor fuerte en el antebrazo izquierdo.
Lanzó un grito de dolor, cayó hacia atrás sobre la banqueta y luego al suelo.
-Mi brazo, algo me ha herido en el brazo -lo contrajo, y comenzó a llorar.
Honoria se puso de pie de un salto y corrió a arrodillarse junto a _______.
-Frótenle las manos, no dejen que se desmaye -ordenó, mientras le desabrochaba rápidamente la manga en el hombro y se la empezaba a quitar. Retrocedió para extender el brazo de _______ y así poder sacar la manga. Una vez que la sacó, le subió la manga de la ropa Interior de lino para examinarle el brazo.
No tenía nada. La piel ni siquiera estaba enrojecida.
-No veo nada -comentó, repentinamente preocupada. Le habían encargado que cuidara de _______, pero ésta era muy extraña. Sir Joseph la había acusado de ser una bruja. ¿Era este dolor una manifestación de su brujería?
El dolor del brazo era Intolerable, pero _______ se miró y no vio nada.
-Siento como si me hubieran cortado -susurré, como si alguien me hubiera cortado con un cuchillo.
Se frotó con la mano derecha el antebrazo, pero casi no podía soportarlo.
-Siento el corte -murmuró, tratando de no llorar. Las mujeres que se encontraban a su alrededor la miraban de manera muy extraña, como si _______ no estuviera muy cuerda.
De pronto, oyó la voz de Joseph en su cabeza. Estaban juntos en la cama y ella le tocaba la cicatriz del antebrazo izquierdo, la herida que recibió el día en que Kit se ahogó.
Se puso de pie al instante.
-¿Dónde practican con la espada los hombres? -preguntó, tratando de no parecer histérica. Por favor, Señor, no permitas que llegue demasiado tarde.
Las otras mujeres parecían seguras de que _______ estaba loca, pero Honoria respondió. _______ ya no la sorprendía.
-Atrás, pasado el laberinto, atravesando la puerta nordeste.
_______ asintió con la cabeza y no perdió más tiempo. Se subió las faldas, agradeciendo al cielo que el miriñaque las mantuviera alejadas de sus piernas, y echó a correr. En el salón, atropelló a un hombre y, cuando cayó, saltó sobre él. Una mujer de la cocina estaba bajando algo de un estante alto. _______ se agachó y pasó por debajo de sus brazos. Un cargamento de barriles habían venido sin atar y _______ saltó cinco barriles, uno tras otro, como si fuera una saltadora olímpica de vallas extrañamente vestida. Pasó junto a lady Margaret al salir del laberinto y no le habló. Cuando la puerta en la pared de la parte trasera del laberinto no se abrió, levantó el pie y la forzó de una patada.
Una vez fuera de los jardines, corrió tan rápido como pudo.
Joseph, con el brazo vendado, estaba sobre un caballo y la miraba.
-¡Kit! -gritó _______, aún corriendo-. Tenemos que salvar a Kit.
No dijo nada más, porque un hombre la levantó en sus brazos y la montó sobre un caballo, que afortunadamente tenía silla de hombre. Metió los pies en los estribos, sujetó las riendas y miró a Joseph.
-¡En marcha! -gritó, y aguijó a su caballo.
El viento le molestaba en los ojos, y el brazo aún le dolía, pero estaba concentrada en seguir a Joseph. Detrás de ellos, tres hombres trataban de alcanzarlos.
Cruzaron campos sembrados, bancales de repollos y nabos. Cabalgaron a través de sucios corrales de campesinos, y por una vez _______ dejó de pensar en la igualdad mientras los cascos de los caballos destruían sembrados y algún cobertizo. Atravesaron los bosques, con las ramas de los árboles casi rozándoles las cabezas. _______ bajó la suya contra el cuello del caballo y continuó. Joseph dejó el sendero y se internó en el bosque. El suelo no tenía trampas y, como hasta las ramitas se necesitaban para la chimenea, estaba limpio.
Nunca pensó en preguntar cómo sabía Joseph dónde estaba Kit, pero estaba segura de que lo sabía. Al igual que supo que ella vendría cuando se hirió el brazo, sabía dónde estaba su hermano.
Se dirigieron por entre los árboles hacia un claro, y delante de ellos, rodeada por más árboles, había una hermosa laguna. Joseph se bajó con el caballo aún en movimiento, y _______ lo siguió, rasgándose la larga falda, que quedó enganchada en la silla.
Corrió hacia la laguna, y lo que vio la estremeció. Tres hombres estaban sacando del agua el cuerpo desnudo e inmóvil de Kit. El cuerpo estaba boca abajo, con el largo cabello negro colgando y el cuello flojo y sin vida.
Joseph estaba de pie y contemplaba a su hermano.
-No -dijo, y luego: ¡NO!
_______ pasó junto a él y se dirigió hacia los hombres que sostenían a Kit.
-Déjenlo aquí. Sobre su estómago -les ordenó.
Los hombres de Kit vacilaron.
-¡Obedecedla! -rugió Joseph.
_______ se puso a trabajar de inmediato, aplicando las técnicas modernas para sacarle el agua de los pulmones. Se subió sobre él, le apretó los pulmones y luego le levantó los brazos para que respirara. Una, dos, tres veces. Ninguna respuesta.
-Rece -le pidió al hombre que se encontraba más cerca de ella-. Necesito toda la ayuda posible. Pida un milagro.
Los hombres se arrodillaron, juntaron las manos e Inclinaron las cabezas.
Joseph se arrodilló ante el cuerpo Inerte de Kit y le puso las manos sobre la cabeza mojada, luego inclinó la suya y cerró con fuerza los ojos.
_______ continuó trabajando. Adentro, afuera, adentro, afuera.
-Kit, por favor -susurró. Por favor, vive.
Cuando ya iba a abandonar, Kit tosió otra vez y luego otra, y después vomitó agua.
_______ le dio la vuelta, se tapó la cara con las manos y comenzó a llorar.
Joseph sostuvo por los hombros a su hermano mientras éste expulsaba el agua. Un caballero le tapó el cuerpo con su capa, mientras los demás observaban a _______. Tenía el cabello caído, el vestido roto, había perdido un zapato, le faltaba una manga y tenía sangre de Joseph en la otra.
Kit dejó de toser y se reclinó contra su hermano. Cansado, miró el brazo de Joseph que estaba contra su pecho. La sangre le chorreó por el pecho desnudo y mojado. Miró a sus hombres y vio que los seis contemplaban a _______, que estaba llorando.
-Vaya una forma de tratar a un hombre que ha vuelto de la muerte -comentó Kit-. Mi hermano sangra sobre ml, y una mujer derrama lágrimas. ¿No hay nadie que se alegre de que aún esté vivo?
Por lo menos, Joseph lo abrazaba con fuerza. _______ levantó la vista y se secó los ojos con la mano, Un caballero le dio un pañuelo.
-Gracias -le dijo, y se sonó la nariz.
-La doncella os ha salvado -dijo uno de los caballeros-. Es un milagro.
-Brujería -murmuró otro hombre.
Joseph lo miró.
-Si la vuelves a llamar bruja, no vivirás lo suficiente para repetir las palabras.
El hombre comprendió que hablaba en serio.
_______ miró a Joseph y supo que ya no la odiaba, que quizás ahora la escucharía. Se sonó otra vez la nariz y trató de ponerse de pie. Cuando se tambaleó, uno de los hombres la ayudó. Todos la observaban como si fuera mitad santa y mitad demonio.
-Oh, vamos, dejen de mirarme así. Esto es muy común en mi país. Tenemos mucha agua, y la gente siempre se ahoga. De verdad, no es un milagro.
Para su tranquilidad, vio que los hombres la creyeron, probablemente porque deseaban hacerlo.
-Ahora quiero que todos se pongan a trabajar. Pobre Kit, se debe de estar helando. Joseph, tu brazo es un desastre. Ustedes dos ayuden a Kit, y ustedes vean si tienen vendas limpias para el brazo de Joseph, y que alguien compruebe si los caballos han resistido el viaje. ¡Vamos! ¡Corran!
Una de las ventajas que tenían las mujeres de todos los tiempos era que el niño pequeño que había en todo hombre siempre recordaba la época en que las mujeres eran todopoderosas. Se chocaban unos con otros mientras corrían para cumplir sus órdenes.
-Tienes una arpía en las manos, hermano -le dijo Kit con alegría. Joseph aún lo sostenía con fuerza, como si estuviera preocupado de que pudiera morirse otra vez si lo soltaba-. ¿Por qué no me traes la ropa? -le pidió con suavidad, y luego meneó la cabeza al ver que _______ se dirigía a buscar su ropa, que estaba amontonada a la orilla de la laguna.
Lentamente, Joseph soltó a su hermano y comenzó a ponerse de pie, pero se tambaleó. La pérdida de sangre, combinada con la cabalgata y el miedo, lo habían debilitado. _______ retrocedió y observó cómo Joseph se dirigió lentamente hacia la orilla, recogió la ropa y se la alcanzó a su hermano.
Kit tomó la ropa con solemnidad de un rey que aceptaba la corona en su coronación y luego sonrió:
-Siéntate, hermanito -le pidió a Joseph.
Este retrocedió y _______ lo sostuvo entre sus brazos, lo ayudó a sentarse y después se sentó junto a él. Joseph se volvió y apoyó la cabeza sobre su falda.
Kit se rió.
-Este se parece más al hermano que conozco -levantó la vista al oír que sus hombres regresaban.
_______ observó a Joseph y le acarició el cabello mojado. Este era, por fin, su Joseph. Aquí estaba otra vez el hombre que había amado y perdido.
-¿Estás llorando otra vez?
Sus palabras, tan familiares, sí le llenaron los ojos de lágrimas.
-El viento –respondió-. Nada mas -le sonrió. Dame tu brazo, quiero ver qué te has hecho.
Obediente, levantó el brazo y _______ se impresionó. Las vendas estaban empapadas de sangre, la mano y la manga tenían sangre seca.
-¿Cómo está?
-Creo que no voy a perder el brazo. Las sanguijuelas...
-¡Sanguijuelas! No puedes perder más sangre. -Levantó la vista y vio que Kit estaba vestido, y como estaba débil, sus hombres lo conducían hasta su caballo.
-Joseph, levántate. Regresaremos para ocuparnos de ese brazo -le indicó _______.
-No -le respondió. Nos quedaremos los dos aquí.
Tenía esa mirada tierna, sensual, que le Indicaba que la haría sentirse feliz.
-No -replicó _______.
-Un no de mujer me complace mucho -le dijo Joseph con suavidad, levantando el brazo que no tenía herido hacia ella.
Sus labios no se tocaron.
-No, no hagas eso -repitió _______ con firmeza-. ¡Arriba! Lo digo en serio, Joseph, levántate. No me vas a hablar con dulzura para hacerme hacer lo que deseas mientras se te produce una gangrena en el brazo. Tenemos que regresar a casa, limpiar la herida y dejar que Honoria la cosa.
-¿Honoria?
-Ella cose mejor que nadie.
Joseph frunció el entrecejo.
-Me duele un poco -despacio y con expresión contrariada, levantó la cabeza de la falda de _______; pero cuando pasó junto a su cabeza, la besó rápida y dulcemente.
Cabalgaron a paso lento hacia la casa de los Stafford, y cuando estuvieron cerca, _______ trató de mantenerse erguida y arreglar su ropa. Pero su vestido roto, ensangrentado y sucio, ya no tenía arreglo. Había perdido su pequeña cofia de perlas. Cuando estaban a punto de llegar, recordó que había pasado junto a lady Margaret sin hablarle, y también que prácticamente delante de la cara de las damas había dado una patada a la puerta para que se abriera. Y ahora regresaba toda desarreglada, cabalgando a horcajadas y con las faldas subidas hasta las pantorrillas.
-Creo que no voy a poder enfrentarme con tu madre -le dijo a Joseph.
Él la miró sorprendido, pero luego miró hacia adelante cuando vio la casa. Uno de los caballeros se había adelantado para dar la noticia del accidente de Kit. Lady Margaret y todas sus damas los esperaban para recibirlos. _______ tragó saliva.
Lady Margaret se adelantó para abrazar a Kit cuando desmontó, y luego se volvió hacia _______.
-Perdón, señora -se disculpó ésta-, por mi apariencia. Yo...
Lady Margaret le tomó la cara y la besó en ambas mejillas.
-Para mí eres hermosa.
_______ sintió el rostro caliente de turbación y placer.
Lady Margaret se volvió hacia Joseph, observó su brazo sangrante y gritó:
-¡Sanguijuelas!
_______ se interpuso entre la madre y el hijo.
-Por favor, señora, ¿puedo ocuparme del brazo? Por favor, Honoria me ayudará.
-¿Tienes pastillas para las heridas?
-No, sólo jabón, agua y desinfectante. Por favor, permítame ocuparme de él.
Lady Margaret miró a Joseph y luego asintió con la cabeza.
Una vez en el dormitorio de Joseph, _______ le entregó a Honoria una lista de las cosas que necesitaba.
-El jabón más fuerte que haya, algo con lejía; una olla con agua hirviendo, agujas de plata e hilo blanco de seda, cera de abejas, mi bolso y el paño más blanco y limpio de esta casa -tres sirvientas corrieron a cumplir sus órdenes.
Cuando estuvo a solas con Joseph, le lavó el brazo herido en un gran recipiente de cobre con agua limpia. Tenía el torso desnudo, y mientras _______ trataba de actuar con eficiencia podía sentir su intensa mirada.
-Háblame de lo que fuimos el uno para el otro.
_______ puso agua a hervir en la chimenea.
-Viniste a mí en mi época -ahora que estaba dispuesto a escuchar, ella no tenía muchos deseos de hablar. El Joseph que la acusaba de brujería no tenía poder sobre ella, pero este que la miraba con ojos resplandecientes la hacía estremecerse.
Regresó con él y vio que la sangre seca se había quitado de las vendas, tomó unas pequeñas tijeras de costura y comenzó a cortarlas.
-¿Éramos amantes?
_______ respiró profundamente.
-No puedo hacer esto si no te quedas quieto.
-Yo no me he movido, has sido tú -le respondió, y luego la observó un momento-. ¿Estuvimos mucho juntos? ¿Nos amamos mucho?
-Oh, Joseph -le respondió, y se avergonzó al sentir que se le llenaban los ojos de lágrimas-. No fue así. Viniste a mí por una razón. Te culparon de traición y viniste a mi época porque se encontraron los papeles de lady Margaret. Tú y yo investigamos para averiguar quién te había traicionado.
Comenzó a quitarle lentamente las vendas.
-¿Averiguamos la verdad?
-No, no la averiguamos. Yo averigüé la verdad después de que te fuiste, después de que... -lo miró, después de que te ejecutaran.
El rostro de Joseph fue cambiando, perdiendo su expresión sensual. No podía seguir desconfiando de esta mujer. Supo lo de los sirvientes metidos en el armario cuando Arabella y él estaban toqueteándose sobre la mesa. Y supo lo de Kit. Su corazón le golpeaba en el pecho cuando pensó lo cerca que había estado de perder a su hermano. Si esta mujer no hubiera estado allí, Kit habría muerto.
Y hubiera sido un error suyo, pensó, de él y de nadie más, porque había mentido cuando ella le preguntó por la puerta de Bellwood. Le había advertido que Kit le mostraría la puerta una semana antes de morir, pero no la había escuchado. Sólo oyó que hablaba sobre Kit. Sus celos casi le habían costado la vida de su hermano.
Joseph se reclinó sobre las almohadas.
-¿Qué más sabes?
Abrió la boca para hablarle de Lettice, pero no pudo, aún no. Era demasiado pronto, y él aún no le creía lo suficiente. Sabía que amaba a Lettice y que había deseado tanto abandonar el siglo veinte y a ella para regresar con su amada esposa. Necesitaría más tiempo antes de que tuviera la suficiente confianza como para hablarle de Lettice. Pero ahora había tiempo. Esto no era tan urgente como el caso de Kit.
-Te contaré todo más adelante; ahora, tengo que ocuparme de tu brazo.
Continuó quitándole las vendas de la herida hasta que por fin vio el profundo corte. Nunca se le habían dado bien las heridas sangrantes, pero después de años de enseñar en la escuela primaria había aprendido a mirar dientes partidos, heridas sangrantes y miembros rotos con una sonrisa, para ayudar a los niños. Sabia que la herida de Joseph necesitaba un médico y también sabia que por ahora ella era lo mejor de que disponían.
Honoria y las sirvientas regresaron con todo lo que _______ había ordenado, y ella las puso a trabajar. Honoria no les permitió que cuestionaran nada de lo que _______ les pedía que hicieran. Las cuatro mujeres se remangaron hasta los codos y luego se lavaron las manos y los brazos. _______ hirvió agujas e hilo de seda.
Las únicas pastillas sedantes que tenía en su bolso eran las Librax para calmar su estómago cuando estaba preocupada. Ojalá hubiera tenido Valium, pero no lo tenía. Le dio dos Librax a Joseph, con la esperanza de que le dieran sueño.
En unos minutos, estaba dormido.
Cuando todo estuvo limpio, _______ le pidió a Honoria que le cosiera el brazo a Joseph. La doncella palideció, pero _______ insistió, pues sus puntadas eran limpias y precisas.
No estaba segura de lo que hacia, pero le indicó a Honoria que cosiera la incisión del brazo en dos capas. Las puntadas internas se quedarían dentro del brazo para siempre; pero el padre de _______ tenía una placa de acero en la pierna desde la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto pensó que Joseph podría vivir con un poco de seda dentro del brazo. Unió la capa superior de la piel mientras Honoria la cosía con cuidado.
Cuando el brazo estuvo cosido, _______ lo vendó con un paño limpio. Les indicó a las sirvientas que deseaba que hirvieran más paños para utilizarlos al día siguiente, y que cuando los tocaran, tuviesen las manos muy, muy limpias. Honoria le dijo que se ocuparía de eso.
_______ despidió a todas, se sentó en una silla junto al fuego y se puso a esperar. Si a Joseph le subía la temperatura, no tenía penicilina, ni antibióticos orales, sólo algunas aspirinas. Pensó que no debía preocuparse, porque conocía el futuro de Joseph; pero hoy ella había cambiado la historia. Si Kit no había muerto, entonces quizá Joseph lo haría. ¿Regresaría al siglo veinte y averiguaría que Kit había vivido muchos años y su hermano menor había muerto de un corte en el brazo? La historia (o, en este caso, el futuro) sería diferente de ahora en adelante.
Estaba dormitando en la silla cuando se abrió la puerta y entró Honoria. En los brazos traía un vestido de terciopelo morado, con mangas anchas de armiño blanco; las pequeñas colas estaban cosidas a intervalos.
-Lady Margaret os envía esto -susurró, para no molestar a Joseph-. Debe de quedaros bien, pero creo que deberíais probároslo.
_______ tomó el vestido y tocó el suave terciopelo. No era como el moderno terciopelo de rayón o el pesado de algodón; este era todo de seda y brillaba como sólo podía hacerlo ese tejido.
-¿Cómo está Kit? -susurró _______.
-Duerme. Afirma que alguien trató de matarlo. Alguien nadó por debajo del agua, le agarró la pierna y tiró de él hacia abajo.
_______ desvió la mirada. En los relatos de lady Margaret que se habían encontrado en la pared, ella afirmaba que a Kit lo habían asesinado, que su muerte no había sido un accidente.
-Si vos no lo hubierais devuelto de la muerte... -dijo Honoria.
-Yo no he devuelto a nadie de la muerte. No hubo magia ni hechicería -replicó _______.
Honoria la miró con seriedad.
-¿Ya no os duele el brazo?
-Ya está bien, sólo me duele un poco. Es... -se interrumpió, y no quiso mirar a Honoria a los ojos. Quizá sí había algo mágico. La habían enviado al siglo dieciséis, y cuando a Joseph le cortaron el brazo, ella sintió su dolor.
-Deberíais descansar y cambiaros de vestido -le dijo la doncella.
_______ observó a Joseph, que aún dormía.
-Tengo que quedarme con él. Si se despierta, quiero estar aquí. No quiero que le suba la temperatura. ¿Crees que a lady Margaret le molestará que me quede aquí?
Honoria sonrió.
-Creo que si pidierais las escrituras de la mitad de las propiedades de los Stafford, lady Margaret no os las negaría.
_______ también sonrió.
-Sólo quiero que Joseph esté a salvo.
-Os traeré una bata -le dijo Honoria, y se retiró. Una hora más tarde, _______ se había quitado el vestido sucio y roto, y también el corsé de acero, y se encontraba sentada frente a la chimenea, con una bata de brocado rojo. Cada tanto le colocaba la mano en la frente a Joseph. Estaba caliente, pero no parecía tener más de unos grados de fiebre.
CAPITULO 17
Las sombras de la habitación se agrandaban y Joseph aún dormía. Una sirvienta trajo una bandeja con comida, pero Joseph no se despertó. Cuando llegó la noche, _______ encendió velas y lo observó, tan pacífico en la cama, con el cabello oscuro contra la tez blanca. Durante cuatro horas no hizo otra cosa más que contemplarlo, y cuando vio que no había señales de fiebre, comenzó a distenderse y a ocuparse de sí misma.
La habitación estaba decorada con riqueza, como correspondía a un hijo de la casa. La repisa de la chimenea tenía varios platos y copas de oro y plata, y _______ sonrió al mirarlas. Ahora comprendía a que se refería Joseph cuando le dijo que su riqueza estaba en su casa. Como no había bancos para guardar las riquezas de una gran familia como la de los Stafford, todo lo que poseían lo transformaban en hermosos objetos de oro y plata decorados con joyas. Sonriendo, tocó un jarro y pensó que sería maravilloso que las acciones de su familia se convirtieran en vajillas de oro.
Junto a la chimenea había una larga hilera de diminutos retratos ovalados, todos realizados en exquisitos colores. La mayor parte pertenecían a gente que no conocía, pero uno de ellos era de lady Margaret cuando era joven. Sus ojos se parecían a los de Joseph. Había un hombre mayor que tenía la misma mandíbula que Joseph. ¿Su padre?, se preguntó. Había un óleo en miniatura de Kit. Y al fondo estaba Joseph.
Tomó el retrato de la pared, lo sostuvo un momento y lo acarició. ¿Qué había sucedido con estos retratos en el siglo veinte? ¿Habría algo colgado en algún museo con una tarjeta de Persona desconocida al lado?
Con el retrato en la mano, recorrió la habitación. Junto a la ventana había un asiento con un almohadón, y se dirigió hacia él. Sabía que la tapa se levantaba, y se preguntó qué guardaría Joseph dentro. Mirándolo para asegurarse de que estaba dormido, colocó el retrato en un estante y levantó la tapa. Crujió, aunque no muy fuerte.
Dentro del asiento había rollos de papel atados con trozos de hilo. Tomó uno, lo desató y lo extendió sobre el suelo. Era el plano de una casa, y _______ supo de inmediato que era Thornwyck.
-¿Estás rezando? -le preguntó Joseph desde la cama, y _______ saltó.
Se acercó a él y le tocó la frente.
-¿Cómo te sientes?
-Me sentiría mejor si no hubiera una mujer hurgando en mis cosas privadas.
_______ pensó que parecía un niño cuya madre hubiera mirado su caja de secretos. Levantó el plano del suelo.
-¿Le has mostrado esto a alguien más además de a mí?
-Yo no te lo he mostrado -replicó, y trató de agarrar la punta del papel, pero _______ lo retiró. Débil, se recostó contra las almohadas.
_______ metió el plano en el asiento.
-¿Tienes hambre? -sirvió en un tazón de plata la sopa de una olla que se encontraba en la chimenea para mantenerla caliente. Se sentó junto a Joseph y comenzó a darle de comer. Primero, protestó, como todos los hombres; pero luego, accedió.
-¿Has estado mirando mucho tiempo los dibujos? -le preguntó entre bocado y bocado.
-Sólo he abierto uno. ¿Cuándo piensas comenzar a construirlo?
-Es una tontería. Kit podría... -se interrumpió y sonrió.
_______ supo que estaba pensando en lo cerca que había estado de perder a Kit.
-¿Está bien mi hermano? -le preguntó.
-Perfectamente sano. Mejor que tú. Él no perdió sangre como para llenar un río -le limpió los labios con una servilleta, y él le tomó los dedos y se los besó.
-Si vivo, te debo la vida, y también la de mi hermano. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
Amarme, casi le responde _______. Enamorarte de mí otra vez, como lo hiciste antes. Mirarme con ojos de amor. Me quedaría en el siglo dieciséis para siempre si me amaras. Dejaría de lado los automóviles, los dentistas y los baños si me amaras otra vez.
-No deseo nada. Sólo deseo que los dos os pongáis bien y que la historia se desarrolle correctamente -puso el tazón vacío sobre una mesa-. Tienes que dormir más. Tu brazo necesita cicatrizar.
-Ya he dormido todo lo que necesitaba. Quédate y entretenme.
_______ hizo una mueca.
-Ya he dejado los entretenimientos. Ya he recordado todos los juegos y canciones que sabía.
Joseph le sonrió. A veces no comprendía sus palabras, pero sí el significado.
-¿Por qué no me entretienes tú a mí? -sacó los planos del asiento-. ¿Por qué no me hablas de esto?
-No -replicó al instante-. ¡Déjalos donde estaban! -trató de sentarse, pero _______ lo empujó sobre las almohadas.
-Joseph, por favor, no rompas las costuras. Tienes que quedarte quieto. Sé todo sobre tu amor por la arquitectura. Cuando viniste a mí en el futuro, ya habías comenzado a construir Thornwyck -casi se ríe de la expresión de su rostro.
-¿Cómo has sabido que este plano era para Thornwyck?
-Ya te lo he dicho. Cuando viniste a mí, era mil quinientos sesenta y cuatro y ya lo habías hecho. En realidad, sólo lo habías comenzado. Nunca se terminó porque tú... tú...
-Fui ejecutado -agregó Joseph, y por primera vez realmente creyó en sus palabras-. Quiero que me cuentes todo.
-¿Desde el principio? -le preguntó _______-. Tardaré mucho.
-Ahora que Kit está a salvo, tengo tiempo.
Hasta que Lettice te atrape, pensó.
-Yo estaba llorando en una iglesia de Ashburton y...
-¿Por qué llorabas? ¿Por qué estabas en Ashburton? No puedes estar de pie y contarme esta larga historia. No, no te sientes allí. Aquí.
Le señaló la mitad vacía de su cama.
-Joseph, no puedo acostarme contigo -sólo el pensar en estar cerca de él le aceleraba los latidos del corazón.
-¿Crees que puedo hacer algo estando tan débil? -le preguntó con los ojos medio cerrados por el cansancio.
-Creo que le provocarías un problema a una mujer aunque tuvieras ambos brazos y piernas vendados.
Abrió los ojos y le sonrió.
-Tuve un sueno... acerca de ti. Estabas en una especie de caja blanca, te caía agua y estabas desnuda -la observó de arriba abajo, como si pudiera ver a través de la gruesa bata-. No creo que siempre hayas sentido tanta vergüenza conmigo.
-No -respondió con voz ronca, recordando cuando estuvo en la ducha con él, la “caja blanca” de su sueño-. Una noche no tuvimos vergüenza el uno del otro, y a la mañana siguiente te fuiste de mi lado. Me preocupa que si ahora te toco pueda regresar a mi propia época, y aún no puedo irme. Tengo más cosas que hacer.
-¿Más? -le preguntó-. ¿Va a morir más gente? ¿Mi madre? ¿Kit aún no está a salvo?
_______ le sonrió; Su Joseph, su adorable Joseph pensando siempre primero en los demás.
-Eres tú quien está en peligro.
Sonrió, aliviado.
-Puedo cuidarme solo.
-¡No puedes! Si yo no hubiera estado aquí, probablemente habrías perdido el brazo o muerto por la herida. Uno de esos idiotas que llamas médicos te hubiera tocado ese corte con las manos sucias y ¡zas! habrías muerto.
Joseph la miró sorprendido.
-Hablas de un modo muy extraño. Ven, siéntate a mi lado y cuéntame todo -como _______ no se movía, suspiró-. Juro por mi honor que no te tocaré.
-Está bien -le respondió, y sintió que podía confiar en él más que en sí misma. Se dirigió hacia el otro lado de la cama y saltó para subir, pues estaba un poco elevada del suelo. Se hundió en el colchón de plumas.
-¿Por qué llorabas en la iglesia? -le preguntó con suavidad.
De una cosa estaba segura: era un buen oyente. Era más que un buen oyente, ya que le sonsacó cosas que ella no deseaba contarle. Terminó contándole todo sobre Robert.
-¿Vivías con él sin haberte casado? ¿Tu padre no lo mató por raptarte?
-En el siglo veinte no es así. Las mujeres pueden elegir libremente, y los padres no les dicen a sus hijas lo que deben hacer. En mi época, los hombres y las mujeres son más semejantes.
-Al parecer los hombres siguen mandando, ya que éste conseguía todo lo que deseaba de ti, pero no te convirtió en su esposa, ni compartió sus cosas contigo o exigió que su hija te respetara. ¿Y dices que elegiste eso libremente?
-Yo... bueno... no es así. Robert fue muy bueno conmigo. Pasamos algunos buenos momentos juntos. Las cosas sólo se estropeaban cuando aparecía Gloria.
-Si una mujer hermosa me diera todo y a cambio yo sólo le fuera a dar, como tú dices, “buenos momentos”, estaría muy agradecido. ¿Todas las mujeres de tu época se venden tan barato?
-No es barato. Tú no lo entiendes. Mucha gente vive junta antes de casarse. Es para probar el agua, por decirlo así. Y, además, creí que Robert me iba a pedir que me casara con él; pero en lugar de eso... -se detuvo. Joseph la hacía sentir como si pensara muy poco en sí misma-. Tú no lo entiendes, eso es todo. Los hombres y las mujeres son diferentes en el siglo veinte.
-Mmm, ya veo. Sí. Las mujeres ya no desean que el hombre las respete, desean un “buen momento”.
-Por supuesto que desean respeto, es sólo que... -no sabía cómo explicarle su convivencia con Robert a un hombre del siglo dieciséis. En realidad, ahora, viviendo en el mundo isabelino, podía ver que la convivencia con un hombre la había rebajado. Por supuesto que el matrimonio no era una garantía de que la respetaría, pero ¿por qué no se había enfrentado con Robert y le había dicho que cómo se atrevía a tratarla así, o que no iba a pagar la mitad del pasaje de Gloria o que no le iba a planchar las camisas? Ahora mismo, no podía recordar por qué había permitido que la dominara así.
-¿Quieres oír la historia o no? -le espetó.
Joseph se recostó en las almohadas y sonrió.
-Quiero oírla toda.
Después de responder sus múltiples preguntas sobre su relación con Robert, continuó. Le habló de su llanto junto a la tumba de él, su repentina aparición allí y su incredulidad acerca de quién era. También le habló de cuando casi lo atropella un ómnibus.
No pudo proseguir, pues Joseph comenzó a hacerle más preguntas. Al parecer, había tenido una visión de ella sobre un vehículo de dos ruedas y deseaba que se lo explicara. Deseaba saber qué era un ómnibus. Cuando _______ le contó que había llamado a su hermana, Joseph le pidió que le describiera un teléfono.
_______ no podía describirle todo lo que deseaba saber, entonces se levantó de la cama y tomó su bolso. Sacó tres revistas y buscó fotografías.
Cuando le mostró las revistas, se acabaron las esperanzas de continuar con la historia. Joseph tenía una curiosidad insaciable y le hacía preguntas más rápido de lo que ella podía responderlas.
Cuando ya no pudo encontrar fotografías para mostrarle, tomó un cuaderno y rotuladores de colores y se puso a dibujar. Los rotuladores y el papel provocaron más preguntas.
_______ estaba comenzando a exasperarse porque no podía continuar con la historia, pero luego comprendió que ahora que le creía, tendría más tiempo en el futuro para contarle todo.
-Cuando vi Thornwyck, la torre de la izquierda era diferente. ¿Y dónde están los cristales curvos?
-¿Cristales curvos?
-Así -_______ comenzó a hacer un bosquejo, pero no era muy buena dibujando.
Joseph se puso de costado, tomó un rotulador y realizó algunos hermosos bocetos en perspectiva de las ventanas.
-¿Así eran las ventanas?
-Sí, exactamente. Estábamos en una de esas habitaciones y se veía el jardín abajo. La iglesia está al lado, y la guía explicó que había un camino de madera entre la iglesia y la casa.
Joseph se reclinó y comenzó a dibujar.
-Nunca le he hablado a nadie sobre mis planos, pero tú dices que esto estaba a medio construir antes de que me... antes de que me ejec...
-Sólo después de que Kit murió, tuviste total libertad para hacer lo que desearas. Creo que ahora que Kit está vivo tendrás que tener su aprobación para construir este lugar.
-No soy maestro de obras -replicó Joseph mirando el plano-. Si Kit necesitara una casa nueva, contrataría a alguien.
-¿Contratar a alguien? ¿Por qué? Tú puedes hacerlo. Estos diseños son hermosos. Yo vi Thornwyck y me pareció hermoso.
-¿Voy a tener que hacerme artesano?
-Joseph -replicó con severidad-, hay muchas cosas que me gustan de tu siglo, pero tu sistema de clases y las leyes suntuarias no forman parte de ellas. En mi siglo todos trabajan. Es desagradable ser un “rico ocioso”. En Inglaterra, la nobleza también trabaja. La princesa Diana viaja por todo el país cortando cintas y haciendo hoyos para árboles con el fin de recolectar fondos para obras de caridad. Y la princesa real también, me canso de leer sus compromisos. El príncipe Andrés es fotógrafo; el príncipe Miguel escribe libros. El príncipe Carlos trata de que Inglaterra no parezca un complejo de oficinas de Dallas, y...
-No es tan extraño que la realeza trabaje. ¿Crees que nuestra adorable reina está ociosa?
De pronto, _______ recordó haber leído que una de las razones por las cuales Joseph fue ejecutado fue que algunas personas estaban preocupadas de que pudiera acceder a la corte y seducir a la joven reina Isabel.
-Joseph, no estarás pensando en ir a la corte, ¿verdad? No querrás ser uno de sus jovencitos, ¿verdad?
-¿Uno de sus... -preguntó Joseph, estupefacto-. ¿Qué sabes de esta mujer? Algunos afirman que la verdadera reina es Maria de Escocia y que los Stafford deberían unir sus fuerzas con otros para ponerla en el trono.
-¡No hagas eso! Hagas lo que hagas, no inviertas tu dinero en nadie más que en Isabel -mientras hablaba, _______ se preguntaba si no estaría cambiando la historia. Si los Stafford y todo su dinero se hubieran puesto a disposición de Maria, ¿habría aceptado ella el trono? Si Isabel no hubiera sido reina, ¿hubiera existido una época en la que Inglaterra fue la nación más poderosa del mundo? Si Inglaterra no hubiera sido una potencia mundial, ¿hablaría Norteamérica en inglés?
-¿Con quién se casará Isabel? -preguntó Joseph-. ¿A quién pondrá en el trono junto a ella?
-A nadie, y no empieces otra vez, ya hemos tenido esta discusión. Isabel no se casa con nadie, y realiza un excelente trabajo gobernando el país y gran parte del mundo. Ahora, ¿me vas a dejar que te cuente el resto de la historia, o vas a continuar diciéndome que lo que sucedió no sucedió?
Joseph le hizo una mueca.
-Te entregaste libremente a un hombre y yo fui a salvarte. Sí, continúa por favor.
-No es así exactamente... -se interrumpió y lo miró. Él la había salvado. Apareció en aquella iglesia, con su brillante armadura, la apartó de un hombre que no la amaba y le mostró la verdadera reciprocidad del amor. Con Joseph podía ser ella misma. Nunca había tenido que pensar en complacerlo, parecía complacerlo de forma natural. De niña se había esforzado por ser tan perfecta como sus hermanas mayores. Al parecer, todos sus profesores les habían enseñado a ellas antes que a _______. Y ésta siempre era una decepción. _______ soñaba despierta; sus hermanos jamás. _______ no era muy buena para los deportes, pero sus hermanas se habían destacado. Ellas tenían millones de amigos, pero _______ siempre era un poco vergonzosa, siempre se sentía como una extraña.
Sus padres nunca la habían comparado con sus hermanas. No habían tenido que hacerlo, pues había trofeos de tenis, trofeos de montar a caballo, trofeos de béisbol, medallas, cintas de ferias de ciencias por todos lados. Una vez _______ ganó una cinta amarilla por el tercer premio al mejor pastel de manzanas en la iglesia, y su padre lo había colgado, orgulloso, junto a las cintas azul y morada de sus otras hijas, que habían ganado los dos primeros premios. La amarilla parecía extraña y, para _______, humillante, así que la quitó.
Al parecer, había tratado de complacer a los demás toda su vida, pero nunca lo había logrado. Su padre sostenía que cualquier cosa que hiciera estaba bien para él, pero _______ sólo tenía que observar los logros de sus hermanas para saber que necesitaba hacer más. Robert había sido un intento de complacer a su familia. Quizás él, un distinguido cirujano, fuera el mayor trofeo.
Joseph la había salvado, pensó, pero no de la manera en que él creía. No la había salvado al echar a Robert por la escalera. La había salvado al respetarla, y ella había comenzado a verse a sí misma a través de los ojos de Joseph. _______ dudaba que sus hermanas hubieran podido enfrentarse con lo que sucedió tan bien como ella. Las tres eran tan sensatas y juiciosas que probablemente hubieran llamado a la policía si un hombre con armadura les hubiera dicho que era del siglo dieciséis. Ninguna de ellas hubiera tenido el buen corazón suficiente para tener lástima de un pobre loco.
-¿De qué te ríes? -le preguntó Joseph con suavidad.
-Estaba pensando en mis hermanas: son perfectas, no tienen un defecto. Pero me he dado cuenta de que la perfección a veces puede ser un poco solitaria. Quizá yo trato de complacer a la gente, pero hay cosas peores. Quizá tenga que encontrar a la persona adecuada a quién complacer.
Joseph estaba obviamente confundido. Le tomó de la mano y comenzó a besarle la palma.
-A mí me complaces mucho.
Ella retiró la mano.
-No podemos... tocarnos -le explicó, tartamudeando.
-Pero ya nos hemos tocado, ¿verdad? Recuerdo haberte visto. Y me parece haberte tocado -le dijo, bajando la voz.
-Sí -susurró _______-, nos tocamos -estaban solos en la cama, y la habitación estaba a oscuras excepto por el brillo dorado de tres velas.
-Si nos hemos tocado ya, entonces no importará que lo hagamos otra vez en esta vida -extendió las manos para tocarla.
-No -le suplicó-. No podemos. Regresaría a mi época.
Joseph no se acercó más y no pudo comprender por qué se detuvo. Pero sintió la desesperación de _______. Nunca lo había detenido el “no” de una mujer. Enseguida había averiguado que las mujeres no querían decir que no. Pero ahora, en la cama con esta mujer apetecible, se descubría haciéndole caso.
Se recostó sobre las almohadas y suspiró.
-Estoy demasiado débil como para hacer algo.
_______ se rió.
-Seguro, y crees que tengo algunas tierras para venderte en Florida.
Joseph sonrió y comprendió el significado de sus palabras.
-Ven, siéntate cerca de mí y cuéntame más de tu época y de lo que hicimos allí -levantó el brazo herido, y _______, contra su sano juicio, se acercó.
Joseph la atrajo muy cerca y la abrazó con el brazo derecho. Ella se opuso un instante, luego suspiró y se acomodó contra su pecho desnudo.
-Compramos ropa para ti -continuó, sonriendo al recordar-. Atacaste al pobre dependiente porque los precios eran muy elevados. Y después fuimos a tomar el té. Te encantaba el té. Luego buscamos un hotel -hizo una pausa-. Eso fue la noche en que me encontraste bajo la lluvia.
Joseph la escuchaba a medias. No estaba seguro de creerse su historia sobre el pasado y el futuro, pero sí estaba seguro de lo que sentía con ella en sus brazos. Su cuerpo junto al suyo era algo que recordaba muy bien.
Le explicó que parecía que él podía “oírla”. Le dijo que no estaba segura de cómo funcionaba, pero que lo habla utilizado el primer día que llegó al siglo dieciséis. Lo había “llamado” bajo la lluvia, y él había ido hasta ella. Le recriminó su rudeza y que le hubiera hecho cabalgar en la grupa del caballo. Más tarde, cuando estaba en la habitación del último piso, lo había “llamado” otra vez.
Joseph no necesitó más explicaciones sobre esto, porque siempre parecía sentir lo que ella sentía. Ahora, mientras la tenía entre sus brazos, con la cabeza sobre su pecho, podía sentir su bienestar, pero también su excitación sexual. Nunca había deseado tanto hacerle el amor a una mujer como a ella, pero algo lo detenía.
_______ le estaba hablando sobre la visita a Bellwood y cuando él le mostró la puerta secreta.
-Después de eso te creí -le dijo-. No porque supieras de la puerta, sino porque estabas tan herido de que el mundo te recordara por tus fechorías en lugar de por todas las cosas buenas que habías hecho. Nadie en el siglo veinte sabía que habías diseñado Thornwyck. No quedó nada que probara que fuiste el diseñador.
-No soy un artesano. No...
Ella se inclinó para mirarlo.
-Ya te he dicho que en nuestro mundo es diferente. El talento se aprecia.
Él la miró y le tomó el mentón. Lentamente, acercó sus labios a ella y la besó con delicadeza.
Se apartó, sobrecogido. _______ tenía los ojos cerrados y su cuerpo suave y dócil contra el suyo. Podía tomarla, lo sabia, pero algo lo detenía. Cuando apartó la mano de su mentón, vio que le temblaba. Se sentía como un muchacho con su primera mujer. Excepto que la primera vez que se acostó con una mujer, se había comportado de forma entusiasta y vehemente, y no había temblado como ahora.
-¿Qué me has hecho? -susurró.
-No lo sé -respondió _______ con voz suave-. Creo que quizás estábamos destinados a estar juntos. Aunque hemos nacido con cuatrocientos años de diferencia, estamos hechos el uno para el otro.
Joseph le acarició el rostro, el cuello, el hombro y el brazo.
-¿Aunque no pueda acostarme contigo? No puedo quitarte la ropa y besarte los pechos y las piernas, besarte...
-Joseph, por favor -le apartó los brazos-. Tal como es ya es bastante difícil. Todo lo que sé es que cuando estábamos juntos en el siglo veinte, después de que hicimos el amor desapareciste. Te estaba abrazando y te desvaneciste. Ahora te tengo otra vez y no deseo volver a perderte. Podemos estar juntos, conversar, estar unidos de cualquier manera menos físicamente; eso si deseas que me quede contigo.
Joseph la miró, vio y sintió el dolor que ella sentía, pero en ese momento deseaba hacerle el amor más que comprender.
_______ se dio cuenta de lo que estaba pensando y, cuando trató de tocarla, se levantó de la cama.
-Uno de los dos debe mantener la cordura. Quiero que descanses. Mañana hablaremos más.
-No quiero hablar contigo.
_______ se rió y recordó todas las cosas que había hecho para seducirlo.
-Mañana, mi amor. Ahora tengo que irme. Ya va a amanecer y tengo que encontrarme con Lucy y...
-¿Quién es Lucy?
-Lady Lucinda no sé qué. La niña que va a casarse con Kit.
Joseph bufó.
-Esa gorda.
_______ se enojó.
-No es tan hermosa como la mujer con la que vas a casarte tú, ¿verdad?
Joseph sonrió.
-Estás celosa.
-No estoy celosa. Yo... -se volvió. Los celos no describían lo que sentía por Lettice, pero no dijo nada. Joseph ya le había aclarado que amaba a la mujer con la que iba a casarse, y no escucharía nada que _______ dijera contra ella.
-Tengo que irme y quiero que duermas.
-Dormiría mejor si te quedaras conmigo.
-Mentiroso -replicó, sonriendo. No se atrevió a acercársele otra vez. Estaba cansada por todo lo que había sucedido durante el día y por una noche sin dormir. Recogió su bolso, se dirigió hacia la puerta, lo miró por última vez, con el torso desnudo y el cabello oscuro contra la blancura de las almohadas, y se apresuró a salir antes de cambiar de idea.
Lucy la estaba esperando junto a la fuente, y después de que _______ se duchara, repasaron el acto de vodevil. _______ haría el papel de simple, el tonto que hacía las preguntas para que Lucy se llevara todas las risas.
Cuando amaneció y _______ regresó a la casa, Honoria la estaba esperando con el vestido de terciopelo morado preparado.
-Creo que debería descansar -le dijo a la doncella, bostezando.
Lady Margaret y lord Christopher os esperan. Os van a recompensar.
-No quiero ninguna recompensa, sólo dormir -mientras se lo decía, sabia que era una mentira. Quería vivir con Joseph el resto de su vida. En el siglo dieciséis o en el siglo veinte, no le importaba en cuál si podía estar con él.
-Debéis ir. Podéis pedir lo que deseéis. Una casa. Un esposo. Un...
-¿Crees que me permitirán pedir a Joseph?
-Está comprometido -respondió suavemente Honoria.
-Lo sé muy bien. ¿Podemos comenzar con la ropa?
Después de que _______ se vistiera, Honoria la condujo al salón de audiencias, donde lady Margaret y su hijo mayor estaban jugando una partida de ajedrez.
-Ah... -exclamó Kit cuando entró _______. Le tomó la mano y se la besó-. El ángel de la vida que me devolvió la mía.
_______ sonrió y se sonrojó.
-Ven y siéntate -la invitó lady Margaret, señalándole una silla. Una silla, no una banqueta; entonces _______ comprendió que la estaban honrando.
Kit permaneció de pie junto a la silla de su madre.
-Quiero darte las gracias por haberme salvado la vida y deseo darte un obsequio, pero no sé qué es lo que te gustaría. Dime lo que deseas de mí. Y piensa en algo muy importante, mi vida vale mucho para mí.
-No deseo nada. Ustedes me han tratado con amabilidad. Me han alimentado y me han vestido suntuosamente. No deseo nada más -excepto a Joseph, pensó. ¿Podrían envolverlo para regalo y enviármelo a mi casa de Maine?
-Vamos -le dijo Kit, riéndose-. Debe de haber algo que desees. Un cofre de joyas. Tengo una casa en Gales que...
-Una casa -repitió _______-. Sí, una casa. Quiero que construyas una casa en Thornwyck, y que Joseph haga los planos.
-¿Mi hijo? -preguntó lady Margaret, asombrada.
-Sí, Joseph. Ha preparado algunos bocetos para una casa, y será hermosa. Pero debe tener el respaldo de Kit... quiero decir de lord Christopher.
-¿Y tú vivirías en esa casa? -preguntó Kit.
-Oh, no; quiero decir, no deseo poseerla. Sólo quiero que permitan que Joseph la diseñe.
Kit y lady Margaret la observaron. _______ miró a las mujeres que se encontraban a su alrededor, sentadas bordando. Ellas también estaban sorprendidas.
Kit se recuperó primero.
-Tendrás tu deseo. Mi hermano tendrá su casa.
-Gracias, muchas gracias.
Nadie volvió a hablar en la habitación, entonces _______ se dirigió a lady Margaret.
-Creo que le debo una charada.
Lady Margaret sonrió.
-Ya no necesitas ganarte la manutención. Lo has hecho salvando la vida de mi hijo. Ve y haz lo que desees.
Al principio, _______ protestó de que no sabría qué hacer, pero luego comprendió que ya pensaría en algo.
-Gracias, señora -le dijo, y saludó antes de retirarse de la habitación. Libertad, pensó, mientras regresaba al dormitorio de Honoria. No tener que entretener más a la gente. Eso era bueno, su repertorio ya estaba agotado.
Una sirvienta de Honoria la ayudó a quitarse el vestido nuevo y el corsé y _______ se fue a acostar sonriendo. Había impedido que Joseph dejara embarazada a Arabella y le había salvado la vida a Kit. Todo lo que faltaba era librarse de Lettice. Si podía hacer eso, cambiaría la historia.
Se durmió sonriendo.
sofiii1
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
Ahh pobre ___ no puede estar con Joe :(
Wiii Joe recuerdaaa!!!! :D
SIGUELAAA!!!
AMO LAS HISTORIAS DE LOBOS :D
Wiii Joe recuerdaaa!!!! :D
SIGUELAAA!!!
AMO LAS HISTORIAS DE LOBOS :D
jb_fanvanu
Re: "El Caballero De La Brillante Armadura"(Joe y ______)
Ay Seguila! ^^ me encanta me encanta!
DrippyJoBrosBTR
Página 8 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Temas similares
» Seduciendo a un Caballero - Joe & Tú Adaptación
» Seduciendo a un caballero. [Louis Tomlinson]
» Un brillante juguete nuevo. [OS Larry Stylinson] Hot/Smut
» EL CABALLERO DE NEGRO
» Seduciendo a un caballero (___& Louis)
» Seduciendo a un caballero. [Louis Tomlinson]
» Un brillante juguete nuevo. [OS Larry Stylinson] Hot/Smut
» EL CABALLERO DE NEGRO
» Seduciendo a un caballero (___& Louis)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 8 de 10.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.