Re: My past between my future (Joe Jonas)

por **ale_princess** Jue 05 Dic 2013, 11:11 pm

siguela pronto por fisssss

por **JaabyJonas** Vie 13 Dic 2013, 6:50 am

CAPITULO 18

- Okay, los grupos se formaran medio al azar medio a su elección –comenzó el entrenador – cuando yo les diga todos se van a acercar a esta mesa, sacaran un pañuelo y se lo amarraran en el brazo, luego se juntan con la persona que tenga el mismo color y listo, son pareja. -pasó la vista por cada uno de nosotros, como contándonos y luego continuo -  Ya que en este grupo tenemos uno menos, uno de ustedes iba a quedar sin pareja. Pero Travis se ofreció a participar otra vez para que todos tengan pareja.– dio unos pasos hacia atrás y luego dijo: -ya pueden sacar sus pañuelos.
Por ningún motivo me iba a juntar con cualquier persona, mi objetivo era Travis, quien ayer ganó con Marcus. Vi que el sacó un pañuelo de color naranja así que rápidamente me acerqué a la mesa y saqué el otro de ese color, tratando de no hacerlo tan evidente. Me amarré el pañuelo al brazo y cuando voví la vista a donde Travis estaba, ya no lo vi. Me tardé un momento en encontrarlo. Ahora quería rodearle el cuello con el pañuelo . Mi querido compañero estaba cambiando su pañuelo naranja con el pañuelo color celeste... de Joseph.
-Ahora júntense en parejas y sigan a Larry, él les enseñará todo lo que necesitan aprender para realizar la actividad. –dicho esto el entrenador se fue a encontrar con el otro grupo.
-Mira eso, somos pareja – me giré y Joseph estaba ahí.
-te vi cambiando pañuelos con Travis – me crucé de brazos.
-tal vez hice un poco de trampa.
-sólo dime que no nos volverás carnada para osos.
-Podrías tener un poco más de confianza en mí ¿sabes? –acercó su cara a la mía juntando nuestras mejillas, luego susurró: -es más, estoy seguro que podemos conseguir esa bandera antes que Travis. -Se alejó y volvió a estar a la misma distancia que antes - confía en mi, ganaremos.
-Te creeré cuando tengamos la bandera con nosotros – di un paso atrás y traté de sonar segura, aunque lo que había echo hace poco me había puesto los pelos de punta.
-como quieras, fairy. –algo en su expresión cambió, su mirada se volvió más profunda y se sintió como si estuviera viendo todo acerca de mí, todo acerca de cómo me he sentido con él en este viaje. Me moví, incómoda.
-¿Qué pasa? –le pregunté tratando de romper el hielo.
De pronto, la armadura que cubría a Joseph se desprendió de él, pude ver en su rostro que deshacerse de esta se estaba volviendo su única opción. Me quedé inmóvil, por la sorpresa.
-Lo siento _____, por favor, sé que es lo que digo todo el tiempo pero es lo único que puedo decir, ya no quiero que sigamos así – extiende un brazo y toma mi mano. – eres muy especial para mí y no quiero perderte.
-Yo tampoco. -las palabras salieron sin ser filtradas, simplemente dije lo que sentía sin pensarlo.
-¿Amigos? –sonrió levemente y yo asentí.
-Amigos –la palabra quemó en mi garganta. Supongo que nunca estuvimos destinados a ser algo más. Aunque no me gustaba cómo sonaba, tendría que acostumbrarme, tal vez sea lo mejor pero aun no me doy cuenta, después de todo, todo este tiempo eso es lo que hemos sido en realidad: Solo amigos.
Mientras caminábamos hasta un lugar con más bosque, el encargado de la actividad nos hablaba sobre lo que haríamos. Las reglas del juego eran simples, habrán pistas colocadas por todas partes y ellas nos ayudaran a llegar hasta una única bandera blanca. Gana el equipo que la encuentra primero.
-¿Cómo se supone que los otros saben cuándo ya perdieron? - Sabía que probablemente Joseph se estaba preguntando lo mismo, pero necesitaba tener algún miserable tema de conversación.
-Jeff dijo que a cada equipo le daban una especie de celular que sólo funciona aquí, es lo que ocupan los encargados del lugar para estar todos en contacto, y para las actividades de este tipo, por supuesto.
-Espero que tengan GPS. – le dije, perdida en mis pensamientos.
-Veo que aún no confías en mis instintos.
-es sólo por si de repente olvidas todo, además ¿Cuándo fue la última vez que caminaste por el bosque? –lo miré.
-estás son cosas que no se olvidan, como andar en bicicleta o el nombre de tu primera mascota. –alcé una ceja.
-Eso pensé. - volví mi vista al camino.
-¿Qué cosa?
-que contestarías algo sin relación a la pregunta. –sonreí y le di una pequeña mirada.
-La última vez que hice algo así fue en las vacaciones.
-¿Cuáles?
-Oh, vamos ____, - se adelantó un poco y se me puso al frente para que lo mirara ¿no puedes tenerme tan solo un poco de fé? –comienzo a reír y el también.
-Vamos tú -lo empujé con mi indice y el se movió para atrás, fingiendo que mi dedo lo había impulsado. confiesa. -le dije y seguí caminando.
-tenía como dieciséis o… quince. –me cubrí la cara con las manos.
-vamos a morir.
-hey! No quiere decir que no haya tocado un saco de dormir en todo ese tiempo, es solo que las otras veces siempre era en lugares sin riesgo de perderse. –tomó una de mis manos y la quitó de mi cara –te vas a caer si no ves por donde caminas y me quedaré sin compañera.
- no trates de arreglar la situación, ahora más que nada ruego que tengan GPS. -reímos y seguimos caminando.

Cuando llegamos al lugar el hombre nos estregó uno de sus raros celulares a cada pareja.
-Muy bien, pongan atención aquí –comenzó a hablar el encargado, Larry, si no recuerdo mal – estos teléfonos, que solo funcionan para ponerse en contacto unos con otros, nos servirán para avisarles cuando el juego termine, que será cuando llegué un grupo con la bandera. Luego de que todos sean avisados tendrán una hora máximo para volver a este lugar –un pequeño claro circular – si hay algún grupo que no esté aquí pasada la hora y media se activará un GPS que nos dirá exactamente dónde están. -Perfecto, GPS.
-Ahora que están todas las reglas dichas, pueden empezar. –el encargado se sentó en un tronco y todos comenzamos a movernos.
-¿No te sientes como en los juegos del hambre? –le pregunté a Joseph y este se puso a reír.
-Yo estaba pensando lo mismo hace un rato.
-¿ves alguna pista?
-Noup.
-eso significa que… -dejé la frase al aire para que él la contestara.
-Significa que aún estamos lejos.
-O que estamos perdidos.
-Tendrás que disculparte como mínimo diez veces cuando encontremos esa bandera. –iba a responder cuando vi un papel pegado en un árbol.
-¡Mira! –agarré el brazo de Joseph y señalé el papel.
-Bien hecho, Fairy. –puso su mano en mi espalda y comenzó a empujarme suavemente para que yo estubiera adelante. Cuando llegué hasta el árbol me puse de puntillas y alcancé el papel.
-¿Qué dice? –preguntó mi compañero.
Me giré hacia él y dije:
-Dice que tenemos que caminar a paso regular por seis minutos hacia el este, ahí vamos a encontrar más pistas. –le entrego el papel y él comienza a leer  no sirve de nada ¿Cómo se supone que vamos a saber cuál es el este? no sabemos de dónde venimos.
-Bueno, podemos hacer esa brújula rara, también te puedes ubicar con el sol o, lo que yo creo que es más fácil, seguir esa flecha de ahí. –señala detrás de mí y me doy vuelta. Ahí estaba, una flecha tallada en la corteza del árbol, justo debajo de donde estaba puesto el papel, apuntando hacia la izquierda.
-Cuando saqué el papel no estaba ahí –murmuré mirándola.
-Como digas –me rodeó los hombros con un brazo y comenzamos a caminar. En este momento, con su brazo rodeándome, me cuesta recordar que hace poco estaba tratando de ignorarlo, se siente como si nunca hubiera pasado.
***

-Siento que estamos cerca de ganar.
-eso espero, llevamos mucho tiempo caminando –le dije y me senté en una roca, él se detuvo.
-¿ya te cansaste?
-Me duelen los pies.
-Tú eliges, o caminas o te llevo. –aunque la idea sonaba tentadora, me levanté a regañadientes y caminé hasta él.
-Mira eso, creo que encontrarte una pista, bueno, una parte de ti encontró una pista. –se acercó a la piedra en la que estaba sentada y desprendió un pedazo de papel gris con letras negras en él. El camuflaje del papel no era muy bueno, no sé cómo no lo vi.
-Ya sabía que estaba ahí –le dije.
-Has dicho eso con cada pista que pasamos.
-muchas las encontré yo, no te lleves todo el crédito.
-muchas también no las encontraste tú. –respondió.
-Bien, el que vea la bandera primero, gana. –puse mis manos en mis caderas.
-¿qué voy a ganar cuando la vea? -Joseph se acerco a mi y se cruzó de brazos.
-no lo sé, pero no te hagas muchas ilusiones, yo la veré primero. –sonreí.
-ya veremos –me entregó el papel donde estaba escrita la pista y comenzó a caminar. El papel decía que teníamos que elegir entre dos direcciones, la que nos lleva en dirección a un arco de piedra que parece la entrada a una cueva, o seguir derecho hasta llegar a un árbol con un tronco partido en dos.
-¿Cómo estas tan seguro de que es hacia allá? –le pregunté a Joseph que estaba caminando hacia el arco de roca.
-Porque si tuviéramos que seguir derecho, no hubieran puesto este papel, y porque está más cerca de aquí, y si nos equivocamos no tardaremos tanto en regresar para tomar la otra dirección. –asiento y comienzo a seguirlo.

Aquí va un dato sobre mí: Soy experta en soñar despierta. La mayoría del tiempo, cuando voy caminando por la calle, o estoy en una clase aburrida, o simplemente soy testigo o parte de alguna situación, comienzo a imaginar que hubiera pasado si alguien hubiera reaccionado de otra manera o los hechos hubieran sido distintos. Ahora, siguiendo a Joseph hasta el arco de roca, comencé a tener uno de esos momentos. En mi mente estábamos nosotros dándonos cuenta que en realidad estábamos perdidos y buscando alguna manera de encontrar una salida. No salí de mi ensueño hasta que una tonta raíz se interpuso en mi camino haciéndome que me doblara  el pie y tropezara. Estuve a punto de azotarme contra el suelo, pero unos brazos alcanzaron a sujetarme.
-Eso estuvo cerca –Joseph me ayuda a estabilizarme -¿Puedes caminar? - mi pie me mandaba oleadas agudas de dolor cada vez que trataba de apoyarme en él.
-Sí, me duele pero cada vez es menos – me arreglé un mechón de pelo que se había soltado poniéndolo detrás de mí oreja.
Joseph me soltó a medias, aún tiene su mano en la mía. Mi pie ya no estaba doliendo, así que di un paso con este. Mala idea, cuando lo apoyé volvió a doler como el demonio y me precipité hacia adelante donde estaba Joseph. Me afirmo poniendo mis manos sus hombros y este me sujetó poniendo sus manos en mi cintura. Nuestros rostros estaban a unos pocos centímetros, con nuestras narices casi tocándose. Una de las manos de Joseph comenzó a subir por mi espalda mientras la otra me acercaba un poco más a él. Si no lo conociera bien diría que estaba a punto de besarme, bueno, lo estaba, pero no lo haría. Decidida a darle una última oportunidad, me acerqué un poco más a él y moví lentamente mis manos de sus hombros, subiendo por su cuello hasta llegar a su cara, y entonces lo hizo, se alejó. El mismo sentimiento de la vez anterior se acomodó en mi interior, solo que esta vez era más fuerte.
¿Has sentido alguna vez un sentimiento tan fuerte -ya sea rabia, felicidad, tristeza, decepción- que , de pronto, todas las trancas o vergüenzas que te detenían de confesar algo, de sacar a la luz un secreto, desaparecen? Eso me estaba pasando, ver a Joseph darme la espalda y alejarse de mi otra vez hizo que todos mis sentimientos se convirtieran en palabras y comenzaron a salir sin filtro por mi boca, al igual que unas cuantas lagrimas que no me di cuenta que estaban ahí hasta que ya iban bajando por mi mejilla.
-¿Por qué siempre me haces esto? ¿Por qué te divierte tanto jugar conmigo? – Era inevitable el hablar casi gritando. Joseph se giró para mirarme. De verdad necesito que me lo digas porque no lo entiendo... Tú me gustas y lo sabes, creo que todo el mundo aquí lo sabe, y no sé si haces esto por pena hacia mí o qué, pero te lo aseguro, no necesito que tengan pena de mí Joseph. –Se pasó las manos por el pelo.
-____, no es eso yo.. –pero no lo dejé terminar, tenía que terminar de decir lo que sentía.
-Puedo entender que yo no te guste, pero no puedo entender por qué me haces esto… Si es un tipo de broma que tú y Madison me están jugando ya deténganse –Joseph comenzó a hablar otra vez y dio unos pasos hacia mí pero me aleje y volví a callarlo con mis palabras – Si yo no te gusto, está bien, lo entiendo pero por favor ya no sigas haciéndome esto. Fue lindo, la salida a la playa, andar en moto, que entrarás por mi ventana en la madrugada – se me forma una pequeña sonrisa triste al recordar esos momentos, pero luego se va – pero tal vez eso fue todo, y entiendo si tú ya no me quieres… -Eso fue todo lo que alcancé a decir antes de que Joseph llegará en dos segundos hasta mí, tomara mi cara con sus dos manos y me hiciera callar con un beso. Bajó sus manos para rodearme con ellas y me levantó del suelo para ponerme a su altura y caminó hasta apoyarme en el arco de roca, nunca dejando de besarme. Me aferré a él con piernas y brazos, mientras él me sujetaba por los muslos apoyando todo mi peso en la roca. Moví mis manos hasta el cuello de su camisa y tiré de él más cerca de mi. Nuestro beso era apasionado, eran todos los sentimientos juntos de los besos que nunca se dieron, ahora estábamos recuperándolo todo. Joseph rompió el beso, me bajó y me abrazó con fuerza, yo le correspondí el abrazo.
-Jamás quise hacerte sentir así, ___ - estaba acariciando mi cabello. –Te diría que está bien si no quieres volver a verme o hablarme después de todo lo que te he hecho pasar , pero lo único que quiero es que no te alejes nunca más de mí, ___, perdóname por favor.–esto último lo dijo mirándome a los ojos, me acarició la cara con los nudillos.
Las palabras no querían salir por mi boca, aunque la verdad no tenía nada que decir. Mi mente estaba en otro lado y creo que la parte del cerebro que ordena las palabras se quemó con ese beso. Llevé mis manos a su cara y le sonreí, noté como soltaba el aire que estaba reteniendo y como sus hombros se relajaban, sonrió también pero a su sonrisa la acompaño una pequeña risa. Juntó nuestras frentes y dijo en un susurro:
-Eres la mejor… -reí.
-Solo bésame. –y así lo hizo, así lo hicimos hasta que me separé de él en busca de aire. Nos miramos directamente a los ojos y nos sonreímos, como solo pueden sonreír las personas enamoradas. Lo abracé y lo apreté contra mí, enterré mi cara en su cuello y aspiré su olor, su tan particular olor que me ponía los pelos de punta cada vez que lo sentía. Había mantenido mis ojos cerrados hasta que el viento, que hacía sonar las ramas, hizo que los abriera. Justo frente a mí estaba la bandera blanca encajada en un árbol.
-Te gané –susurré en la oreja de Joseph.
-La verdad, me siento como el mayor vencedor en este momento – una de sus manos me estaba acariciando el cabello.
-No me refiero a esto – me separé y junté nuestras frentes –me refiero a que acabo de ver al bandera, te gané.–Joseph me interrogó con la mirada y yo le mostré la dirección con un leve asentimiento, este se giró y formó una sonrisa.
-Creo que hoy es definitivamente mi día de suerte -dijo esto y fue en dirección a la bandera.

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por **helado00** Vie 13 Dic 2013, 11:23 am

:O
BESOOOOOOOOOOO!!!!
que lindosss!!! ahora, sólo toca saber porque se alejaba joseph!!!
gracia spor seguirla! espero subas cap prontito

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