Re: My past between my future (Joe Jonas)

por **JaabyJonas** Lun 21 Oct 2013, 8:10 pm

CAPITULO 14

Los días comenzaron a pasar. Cada vez Joseph y yo nos volvíamos más unidos, y cada día, sin importar lo que intentara, me gustaba más. Lamentablemente Madison cada vez estaba más encima de nosotros, siempre intentaba separarnos y llevarse a Joseph por cualquier cosa, la última vez le llamó diciendo que necesitaba ayuda para una tarea que, cuando Joseph llegó a su casa, se dio cuenta –supuestamente- que ya la había hecho en otra hoja aparte. Aunque, a pesar de que siempre interrumpiera nuestros planes, Joseph se mantenía en la posición de que ella podía llegar a ser una chica agradable y divertida. Y entonces yo lo empezaba a odiar. Dejando eso de lado, mis días han sido los mejores, junto a Joseph lo he pasado de maravilla.
En cuanto a clases todo ha ido normal, este tiempo los profesores se están relajando un poco y ya no mandan tanta tarea o trabajos para hacer en casa. En lo que respecta a deportes, fijamos fecha para irnos de campamento, y resulta que nos vamos…. En dos horas.

-Estoy tan emocionada, ¡todo el fin de semana de campamento! –Maya estaba moviéndose por todas partes en el departamento. Haciendo emparedados, metiendo alguna cosa olvidada en su maleta o pensando en voz alta todo lo que haría al llegar a “lo salvaje” como ella le decía.
-Lo mejor de todo es que perderemos las clases de hoy. – apuntó.
-¿Te das cuenta como la vida nos regala cosas? –reímos. –ya, vamos o si no llegaremos tarde.
Teníamos que llegar a la universidad en la mañana, como si tuviéramos clases, ahí esperaríamos un bus que nos llevaría a todos a una reserva natural cerca de aquí.
Para cuando llegamos al establecimiento, la mayoría ya estaba ahí, incluyendo a Jeff y Joseph.
-Creí que no vendrían –Jeff se acercó a nosotras.
-¿Sabes desde qué hora está despierta tu novia preparando todo para irse a “lo salvaje”? –le dije haciendo comillas con mis dedos al decir ‘lo salvaje’.
-Qué quieres que te diga, estoy entusiasmada –dijo maya acercándose a él. Jeff la rodeo por los hombros con un brazo y la besó en la cien. Miré por detrás de ellos en dirección a Joseph y lo vi que estaba manteniendo una entretenida conversación con Madison. No podía escucharlos, claro, pero podía verlos entretenidos. Ella estaba apoyada en una pared y se enroscaba un mecho de pelo en su dedo.
-¿Qué hace ella aquí? –pregunte sin apartar la vista de esos dos.
-Está aquí por Joe, la chica no lo deja en paz… aunque él dijo que estaba aquí porque, según ella, siempre le ha gustado la naturaleza.
-Es tan buena niña.
-Cuando te vea vendrá, ella aun no logra superarte, tranquila. – Jeff Estiró su mano y la paso por mi cabeza despeinándome por completo. Mi pelo cubría mis ojos, que había cerrado para que ningún pelo explorador decidiera entrar en mis ojos. Empecé a devolver cada mechón a su lugar, y cuando abrí los ojos Joseph estaba caminando hacia nosotros.
-Te lo dije –Jeff me sonrió.
-Hola, chicas –Joseph nos saludó a Maya y a mí con un beso en la mejilla.
-Hola, Joe. –dijo maya.
-Hola… -le sonreí. ¿Por qué todo el mundo tiene un apodo para él menos yo? Tal vez podría robarle a Liam lo de Peter Pan.
-¿Llegaron hace mucho tiempo?
-Acabamos de llegar –dijo Maya antes de que yo pudiera decir “Sí, hace como 20 minutos. No te fui a saludar porque vi que estabas muy entretenido con esa idiota”
-Qué bueno porque –miró su celular –nos vamos como en quince minutos.
-Estoy tan emocionada –dijo maya.
-¿en serio? No nos dimos cuenta –bromeé.
-Chicos, ya estamos casi en la hora de partir, así que ya es tiempo de que empiecen a subir al bus. -gritó en entrenador por sobre las voces de todos.
-¡Vamos quiero estar en los del medio y esos siempre son los primeros en llenarse! –Maya tomó la mano de Jeff y lo arrastró dentro del bus.
-Supongo que tendremos que sentarnos juntos… espero no te moleste. –Joseph se movió hasta que quedamos frente a frente. O frente a pecho.
-Supongo que sí –suspiré –que desagradable ¿no?
-terriblemente desagradable- sonrió –¿vamos?
Antes de que contestara mi celular sonó, miré la pantalla y vi que era mi mamá.
-Uhm, ve tú y aparta asientos, es mi mamá –le mostré la pantalla.
-Entiendo –comenzó a caminar en reversa –dile que le mando saludos –guiñó un ojo y luego comenzó a caminar hacia el bus. Lo vi alejarse por un segundo y luego contesté.
-¡Hola ma!
-Hola cariño, ¿ya vas en camino?
-Justo ahora voy a subir al bus.
-Oh! Está bien, solo tardaré un minuto, escucha… cuídate, no te alejes del grupo y menos de Maya, si encuentras señal por favor, por favor llámame y no hagas nada arriesgado, te conozco y sé que te gusta ir a los lugares más –le interrumpí.
-mamá, tranquila… estaremos llenos de actividades todo el tiempo, no nos separaremos nunca y no aré nada tonto. Lo prometo.
-ya lo sé, pero igual me preocupo… -suspiró- de todas formas, pásalo de maravilla… te amo.
-yo también te amo, adiós.
-adiós. –colgué, me guardé el celular en el bolsillo y caminé al bus.
Atravesé la puerta y comencé a buscar a Joseph, estaba en el tercer par de asientos, contando de atrás para adelante, en la hilera de la derecha, sentado en el asiento de la ventana. Comencé a caminar hacia allá y cuando me quedaban unos miserables tres o cuatro pasos, señorita amabilidad se sentó a su lado. Me detuve abruptamente.
-¿Te ibas a sentar aquí? –Madison preguntó inocentemente.
-la verdad, sí. –estaba estrujando la correa de mi bolso. Miré a Joseph, él estaba con una expresión obviamente incómoda, tenía la boca levemente abierta, como si quisiera decir algo pero a la vez, no supiera qué. ¿Tanto te cuesta decir “hey, lo siento, pero estaba guardando el lugar?
-¿Me vas a sacar de aquí? Porque eso sería bastante maleducado de tu parte. ____, tú y yo nos conocemos… y sabes que me encanta hablar con la gente, ya sabes…entablar conversaciones, contar historias, todas esas cosas que tu sueles NO hacer. Tu eres buena matando el tiempo estando sola, en cambio yo no me especializo mucho en eso… la mayoría del tiempo suelo estar rodeada de gente. –estaba en silencio, con mis pies clavados y la vergüenza aflorando. Miré a Joseph, ¿Aún seguía pensando que ella era una buena chica? No esperé a que dijera algo, sabía que no lo haría.
-no era necesario tanto discurso, es solo un asiento de bus… -dicho esto me fui al siguiente par de asientos vacíos, los penúltimos en la hilera izquierda, donde justamente tenía una vista excelente de ellos dos. No había ya nadie más que tuviera que subir al bus así que puse mi bolso en el asiento del lado, el que daba para el pasillo. El bus partió y yo me puse mis audífonos, lo menos que quería era escuchar las interesantes historias de Madison.
No podía evitar sentirme enojada con Joseph, entendía que las dos le agradábamos, pero ¿no fue a mí a la que fue a ver un día en la noche? ¿No fue conmigo con la que se quedó hablando bajo el sause? ¿No fue a mí a la que besó el día que se conocieron? ¿No fui yo la primera chica a la que llevó a su lugar secreto en la playa? Esas cosas me hacen pensar que soy especial para él, pero en este momento dudo que lo sea.
Este último tiempo ha sido demasiado confuso para mí, en un momento lo estamos pasando de maravilla y en el otro él se va con ella. Ya perdí la cuenta de veces que hemos estado a punto de besarnos pero él nos detiene, y luego, otra vez se va con ella. Obviamente siempre se disculpa y a veces  ignora sus llamadas, pero de todas maneras, al final termina yendo a su encuentro.
Sentí unos pequeños golpes en mi hombro, me quité los audífonos y miré hacia mi derecha. Había un chico rubio, con ojos claros, no estoy segura de sí verdes o azules, pero eran claros. Estaba vestido con una camiseta negra, con el logo de alguna banda que no conozco, y unos vaqueros.
-¿está ocupado este lugar? –señalo el asiento a mi lado, donde descansaba mi bolso.
El chico era muy atractivo, podía ver sus brazos trabajados y tenía una muñeca llena de pulseras, pero lo que más me llamó la atención, fue la cara con la que Joseph lo miraba desde su asiento, su expresión facial era un poco difícil de descifrar ¿Enojo? No lo sé ¿Irritación? Claro que sí ¿Celos? Puede ser y me gustaría pensar que sí.
-No, no está ocupado –estiré los brazos para apartar el bolso pero él lo alcanzó primero.
-Yo me encargo –dijo y lo deposito en las repisas de arriba, donde realmente se ponen los bolsos. – el chico con el que iba sentado se vomitó encima, nada lindo. –hizo un gesto negativo con la cabeza y luego de haber ordenado nuestros bolsos se sentó.
-Soy Daniel, -sonrió –y tú eres… -me miró expectante con sus hermosos ojos que aún o puedo descifrar de qué color son.
-____ -respondí también con una sonrisa.
-Hola ___, lindo nombre.
-Hola Daniel, gracias. –ahora que lo veía mejor, tenía un rostro muy familiar. -¿ya nos hemos visto antes? Tienes una cara familiar.
-Tú eres amiga de Liam, ¿no? –se acomodó en el asiento, casi recostándose, con sus manos en los bolsillos.
-Sí ¿lo conoces?
-Claro, mi hermano toca con él.
-¡Eres hermano de Drew! ¿No es cierto? –le acusé –Claro que lo eres, son idénticos.
-Yo soy el hermano atractivo. –dijo pasándose la mano por la cara -¿no crees?
-Hace mucho que no veo a tu hermano –al que sí podía ver por el rabillo del ojo era a Joseph, que a cada rato miraba hacia nosotros. Por un momento fugaz me dieron ganas de reír, no estaba intentando de ser discreto, y si lo estaba haciendo, no le estaba saliendo nada bien.
-Confía en mí, soy el más guapo. –reí. Daniel era ese tipo de chico amigable y liviano, de esos que te caen bien al instante. –ese chico de allá, el que no para de mirarnos, ¿es tu novio?
-¿Qué? – léase con el melodioso sonido de una garza pariendo octillizos, todos al mismo tiempo.
-Es que tiene cara de que me quiere arrancar los ojos con un tenedor –se encogió de hombros –solo lo pensé, lo siento.
-No, no, tranquilo… no somos novios, somos amigos. –dije mirando en dirección a Joseph que ahora estaba mirando por la ventana.
- ¿Entonces por qué me miraba de esa manera?
-No sé, a veces es raro.

Les agradecería un montón si se pasan por mi encuesta y la responden (GRACIAS A LAS QUE YA RESPONDIERON!) Es para un trabajo del colegio y necesito que personas la respondan..! Aquí está:
                                   ENCUESTA!

por **helado00** Lun 21 Oct 2013, 10:32 pm

Gracias por el cap!!
Espero subas otro capitulo pronto!!

por **HOLA.** Miér 23 Oct 2013, 5:22 pm

Nueva lectora,me encanta !!!! Amo esta novela espero que la puedas seguir pronto y si aún te sirve responderé la encuesta

por **ale_princess** Jue 31 Oct 2013, 9:46 pm

amo ru nove, me encanta
tienes qe seguirla pronto por fis

por **HOLA.** Sáb 02 Nov 2013, 9:33 pm

por **JaabyJonas** Vie 08 Nov 2013, 6:33 pm

CAPITULO 15

Daniel resultó ser un chico muy agradable, hablando con él, el viaje se me hizo más corto y divertido. ¿Quién dijo que no podía entablar una conversación? Mil puntos para mí, cero para Madison. Rato después, logré decidir que sus ojos eran verdes, un verde agua muy claro que nunca había visto en nadie más que en él.
Cuando el bus se detuvo en la entrada del lugar, todos en el transporte comenzaron a moverse y a estirarse para sacar sus bolsos, y así también comencé a hacer yo, Claro que con un esfuerzo extra. ¿ya dije que soy baja?
-yo lo hago –dijo Daniel tomando mi bolso y echándoselo al otro hombro.
-Gracias –sonreí agradecida.
Daniel se volteó para bajar del bus pero un cuerpo se interpuso en su camino.
-yo me encargo de esto – Joseph le quitó mi bolso y se lo puso en su hombro. – sonrió, pero podía notar que la situación no le causaba ninguna gracia.
- Okay –dijo en tono despreocupado y se encogió de hombros. –Nos vemos luego ___ -se despidió con la mano y Salió.
Joseph y yo nos miramos por un momento y luego el hizo un gesto con la mano para que bajara primero. Cuando estuvimos abajo hablé.
-¿Qué diablos fue eso? –le pregunté tratando de no sonar irritada. Me molestó que tuviera esa actitud con Daniel, él era solo un chico amable y no era necesario comportarse así. Pero aun así no puedes enojarte con él porque a una parte de ti –ósea a mí – le gustó como lo hizo reaccionar el verte con otro chico.
-¿Qué fue qué? – y este era Joseph, como siempre, haciéndose el desentendido.
-No te hagas – ladeé la cabeza y lo miré. Estábamos caminando uno al lado del otro. Joseph bufó.
-ya, lo siento, fui demasiado… intenso con él. –sonreí.
-y… ¿qué tal tu viaje? –la sonrisa de Joseph se borró de su rostro, dejó de caminar y me miró.
-Lo siento mucho, no sabía cómo reaccionar… no podía solo sacar a Madison de ahí, y yo… -suspiró, levantó una mano y me acarició suavemente la cara – sólo puedo decir que lo siento mucho. ¿Me disculpas? Claro que sí, pedacito de cielo.
-no tienes que pedir disculpas después de todo, digo, sería muy egoísta de mi parte si me enfadara por eso.
-pero… si tuviera que pedir disculpas ¿me disculparías? –no pude evitar sonreír.
-Claro que sí. –asentí.
-eso quería escuchar. – y siguió caminando.

-¡Okay chicos, todos júntense aquí! -grito el entrenador.
Nos dirigimos hasta donde estaba el entrenador.
-bien, chicos, esta zona es la zona central del parque, todos los caminos llegan hasta este lugar así que si se pierden sólo sigan un camino o sigan el río que desemboca en la laguna que pueden ver por allá. –el entrenador señaló una linda laguna donde habían varios patos nadando. –Aunque nosotros nos quedaremos un poco más para el lado este, es un lugar más tranquilo y el público no frecuenta tanto el lugar, recuerden que la idea es hacerlo lo más “salvaje” posible… El único lujo que se les podría permitir es usar los baños que están por allá –otra vez señalo una dirección y ahí estaban los baños ¡Gracias! Dioses del olimpo – Bueno, las instrucciones ya las conocen así que cada uno venga a pedirme un programa y vamos a nuestra zona de campamento.

***

-este es como el quinto intento Maya ¿Qué hicimos mal ahora? –estaba empezando a dudar de las habilidades de Maya, éramos las únicas que aún no tenían su carpa lista. Algo andaba mal con nuestro hermoso hogar.
-Debimos haber dejado que los chicos nos echaran una mano, ahora están todos tomando desayuno y nosotras seguimos aquí. –le dije tirándome al suelo bajo un árbol.
-no me digas nada, tú también estabas de mi parte en ese momento. –tenía razón, los chicos se habían ofrecido a ayudarnos con nuestra carpa, eso, en su lenguaje, era un “ustedes quédense ahí haciendo nada mientras nosotros hacemos el trabajo de hombre que ustedes no pueden hacer” , tal vez no había sido esa la intención, pero nosotras decidimos que bien podíamos lograrlo, además teníamos cierta experiencia. Gran error. No dudaron en alejarse con los demás e ir a tomar desayuno en la zona de las mesas, donde habíamos estado momentos atrás.
-me rindo –maya se sentó junto a mí –no sé qué diablos estamos haciendo mal. – tomó el papel de las instrucciones, que por cierto no le habíamos prestado mucha atención, y se puso a estudiarlo, podía ver que movía la vista del papel a la carpa, de la carpa al papel, y luego de un momento bajó el papel y me miró. –ya sé cuál es nuestro problema.
-Qué es.
-Creo que nos faltan partes de la carpa.
-¿Qué?
-nos faltan varillas, por eso no encontramos la manera de armarla. ¿ves? –me mostró el dibujo.
-No puedo creerlo – todo el esfuerzo para nada. – Todos los intentos y nuestro desayuno perdido, para darnos cuenta que jamás podríamos armarla. –nos miramos y fue imposible no ponernos a reír. Sí, ahora éramos unas damnificadas, pero ya la mera acción de mirar nuestra hermosa carpa era algo chistoso.
-¿y ahora qué vamos a hacer?
-Maya, ____ ¿Qué hacen aquí y por qué no están desayunando? -era el entrenador.
-estamos teniendo ciertas complicaciones con nuestro hogar. –señalé la carpa.
-¿Aun no logran armarla? Vamos chicas, tampoco es tan difícil.
-Oh, lo sé –habló Maya –pero es bastante difícil armar algo cuando no tienes todas las piezas.
-No me digan que no tienen todas las partes.
-está bien, no se lo diremos.
El entrenador soltó una risa.
-Tendrán que buscar algún buen compañero que les preste un lugar para dormir –el entrenador caminó hasta nuestra carpa –yo guardaré esto, ustedes vallan a reunirse con el grupo, uno de los encargados del lugar les hará una actividad… y traten de comer algo o morirán en el intento.

Fuimos a reunirnos con los demás en la “zona de encuentro”, dejando al entrenador limpiando nuestro desastre.
El grupo de personas estaba reunido en la parte donde la gente suele almorzar, es un lugar con unas 30 mesas aproximadamente, cerca de ahí hay una pequeña cabaña donde está los baños. Al lado izquierdo hay una pequeña laguna donde desemboca un río que, como indica el mapa, atraviesa todo el lugar.
-Sabía que ibas a tardar, así que te guarde esto –Joseph me entregó un jugo de color rojo – deberías agradecer que fui más listo que Jeff y te guarde un jugo en vez de un chocolate caliente, pobre Maya, tendrá que beberse ese chocolate caliente helado.
-No sé si agradecértelo u ofenderme por la poca fe que nos tenías –bromeé.
-Qué quieres que te diga –hizo una mueca –no tenían buena pinta cuando las dejamos.
-Ni ahora tampoco, a nuestra carpa le faltaban partes... Fallamos –sonreí y bebí un poco de jugo –Mmh, que rico ¿de qué es?
-No sé, pero está bueno –hizo un gesto de descarte con su mano- ¿Les faltaban partes?
-Sí… eso pasa cuando no revisas las cosas antes de empacarlas.
-Eso solo puede pasarle a ustedes –paso uno de sus brazos por sobre mis hombros y me atrajo hacia él.

Momentos después el entrenador nos alcanzó, justo ahora un tal Elías nos estaba enseñando como hacer una brújula con un imán, una hoja, un alfiler y un pocillo con agua. Era algo que no estaba de más saber, pero no sé dónde conseguiría todas esas cosas si un día me perdiera de verdad en el bosque, dónde yo sé, no crecen imanes ni alfileres. Ya sabes que tienes que meter en tu bolso cuando llegues a casa.
Cuando terminó de explicar otros trucos de supervivencia, nos llevó a un lugar donde todo estaba cubierto de pasto. Parecía una cancha de futbol, obviamente rodeada de árboles. Se suponía que aquí practicaríamos primeros auxilios, el ejercicio consistía en imaginar que uno de nosotros había sufrido un accidente y los otros del grupo tenían que proceder según un orden específico. En nuestro grupo estábamos Maya, yo y dos chicas más, Carol y Susi. Logramos presentar bien nuestra emocionante representación de cómo Maya se caía de un árbol y nosotras la socorríamos.
-Puedo asegurarles que si mi hermano no me hubiera ayudado con lo de la carpa estaría en su misma situación y tal vez peor. –Declaró Susi. Estábamos bajo la sombra de un árbol sentadas en una manta salmón, mientras otros grupos esperaban mostrar su ejercicio y algunos chicos jugaban futbol.
-Aun no puedo entender cómo se nos pasó –maya deslizó sus manos por su cara para dejarlas descansar en sus mejillas. – creo que estuve una semana completa preparando todo. –Las dos chicas rieron a lo que yo respondí.
-Ustedes se ríen porque no estuvieron con ella toda esa semana.
-Supongo que van a quedarse con tu novio – Carol miró a Maya -¿No?
- y con Joseph –Susi, que estaba al lado mío, se inclinó hacia mi empujándome con el hombro – creo que saliste premiada ¿no ____? –Sólo reí ante eso.
-No sirve eso con ella, todos los días trato de sacarle información pero siempre dice lo mismo “sólo somos amigos” –maya hizo comillas con sus dedos.
-es porque es la verdad! Somos sólo amigos ¿qué acaso no se puede?
-Claro que se puede! –saltó Carol –pero no cuando tu “amigo” es como él… ¿acaso no te das cuenta lo bueno que está? –ella se giró para mirarlo y luego todas miramos en esa dirección. Justo en ese momento se quitó la camisa ya que, por lo que pude ver, se habían mojado con unas botellas de agua y todos estaban mojados, él en especial.
-Aaaah – Carol hizo como si se desmayara, pero no mantuvo sus ojos cerrados por más de dos segundos, al parecer no podía mantener la vista alejada de mi chico, digo, Joseph.
El momento de diversión y deleite se vio nublado por una gran nube con shorts cortos llamada madison.
-Creo que cada vez la odio más –las otras tres chicas estuvieron de acuerdo.
Madison se acercó a Joseph, más de lo que me gustaría que se le acercara cualquiera, obviamente comenzó a coquetearle y siempre que tenía la oportunidad le tocaba el brazo. Puedo ver en tus ojos que quieres tocarle más que sólo el brazo, maldita nube. Por un momento mi mirada y la de Joseph se cruzaron, creo que notó que me molestaba verlo con Madison porque segundos después le dijo algo y comenzó a caminar en nuestra dirección.
-Creo que descubrió que lo espiábamos –dijo Maya.
-Sí, bueno, _____, estabas mirándolo como si fueras a arrancarle un brazo de un mordisco. –agregó Susi.
-¿en serio tenía esa cara? –le pregunté y ella asintió.
-Saben chicas, tengo que ir al baño… ¿alguna necesita ir? – dijo Carol y me guiñó el ojo, obviamente las otras chicas lo notaron.
-Sí, creo que necesitamos ir al baño, ¿no Susi? –coincidió Maya.
-Por supuesto. –comenzaron a levantarse.
-No puedo creer que harán esto…
-Hacer qué ¿pipí? ____, necesitamos hacer eso. –siguió Maya.
-Son increíbles…
-¿Quién es increíble? – Joseph, quién ya había llegado hasta nosotras, habló y todas lo miramos al mismo tiempo a lo que torció una sonrisa en respuesta.

por **CandyLove** Vie 08 Nov 2013, 8:53 pm

OMG!!! Como amo tu novelaaa...
No puedo esperar para leer el siguiente capitulooo

por **ale_princess** Dom 10 Nov 2013, 12:14 am

;e encanto el cap jajaja
la ultima parte no fue genial jaja
siguela pronto por fis

por **JaabyJonas** Dom 17 Nov 2013, 6:56 pm

CAPITULO 16.

-Que ____ te lo diga –dicho esto, las tres chicas comenzaron a alejarse. Joseph se acercó a mí, pero en vez de sentarse como yo, se recostó en la manta con las piernas flectadas, sus manos entrelazadas bajo su cabeza y con los ojos cerrados. Era una hermosa vista desde donde yo estaba tomando en cuenta que había perdido su camisa momentos atrás. –Así que... ¿soy increíble? –dijo de repente.
-No estaba hablando de ti, en realidad –reí.
Él entre abrió un ojo para mirarme -¿No?
-Noup. –volvió a cerrar sus ojos y agregó:
-De todas maneras lo soy ¿no?
-omitiré esa pregunta para no herir tus sentimientos.
Abrió sus hermosos ojos color ámbar y se apoyó en sus codos para mirarme. -¡Hey! –me encogí de hombros y dirigí mi mirada al frente, era demasiado tentador mirar otros lugares que no eran su cara, y ahora que tenía los ojos abiertos sería más fácil para él darse cuenta. Al menos estamos mejorando con eso de sonrojarse por todo. Nos mantuvimos en silencio el tiempo suficiente como para que pudiera respirar el aire puro y solo concentrarme en el relajante sonido de las hojas crujiendo por el viento y las voces, que eran lo suficientemente altas para escucharlas pero no para entender lo que decían. Me quedé mirando un punto ciego mientras disfrutaba de todo eso hasta que unos fuertes brazos se aferraron a mi cintura y tiraron de mí hacia abajo, agregando a mi paraíso personal la mirada de Joseph, que ahora tenía frente a mí. Se acomodó apoyando su codo en la manta y su cabeza en la mano de este mismo brazo, de esta manera tenía una mejor visión de mi cara y yo así de la suya. Tenía, prácticamente, su cara sobre la mía.
-No me gusta estar aquí abajo solo –esperó unos segundos antes de decir: ¿en qué pensabas?
Me había sorprendido tirando de mí, ahora sí me había sonrojado, además teniéndome ahí acorralada, mi corazón había comenzado a bombear mil por hora. Tardé un momento en contestar –sólo estaba… - ¿Qué diablos estaba haciendo? No lo recuerdo –estaba escuchando, sintiendo… es relajante.
-Sí… -con su mano libre comenzó a peinar unos mechones sueltos de mi cabello, acercándose aún más a mí. ¿No crees que es un lugar demasiado público como para estar sobre mí? – Pero es aún mejor con compañía – me guiñó un ojo.
-¿Tienes algún trauma con eso de estar sólo? –no fue hasta que dije eso que me di cuenta que no había estado respirando, el aire de mis pulmones salió rápidamente antes de decir la frase.
-No… pero hay ciertas personas con las que me gusta estar y, felicidades, eres una de ellas -sonrió mostrando sus dientes.
-espera, tengo que llamar a mi mamá y contarle esto – puse mi mano sobre su pecho para empujarlo un poco y en el momento en el que lo hice me arrepentí. Tocar su piel desnuda envió pequeñas descargas eléctricas desde mis dedos hasta todas las partes de mi cuerpo, la sangre se juntó en mis mejillas y sentí ese calor que te indica que te estás poniendo roja. Aparté mi mano rápidamente y desvié la mirada, aunque de todas maneras podía ver por el rabillo del ojo como esta situación divertía de lo lindo a Joseph.
-No sabía que estar conmigo te ponía tan nerviosa, Fairy. –hizo una cosa con los ojos que, por un momento, lo hizo ver como un niño tierno y pequeño. Seguido de eso, se tumbó a mi lado otra vez poniendo sus manos bajo su cabeza y cerrando los ojos. Su rostro mostraba una expresión que mostraba lo satisfecho que se sentía con lo que acababa de pasar.
-No me pone nerviosa – dije y me volví a sentar, giré un poco mi cuerpo para enfrentarlo – pero creo que cualquiera se sentiría un poco incómodo teniendo a alguien, literalmente, encima.
- ¿Te gustaría hacer un experimento para comprobar tu teoría? –Preguntó en actitud divertida.
-¿Qué? - ¿Qué?
Joseph tardó medio segundo en levantarse, tomarme otra vez y tirarme sobre él, dejando nuestras caras más cerca que la vez anterior. Abrí los ojos como platos, no, como rueda de tractor y solté un jadeo por la sorpresa. Ahora tenía una mano sobre el pecho de Joseph y la otra al lado de su cabeza para poder mantener al menos un poco de distancia. Por otro lado, él no ayudaba bastante en esa tarea, ya que me estaba sujetando con una de sus manos en mi cintura y la otra en la parte superior de mi espalda.
-¿Qué se supone que prueba esto? – Mi respiración se había vuelto irregular, al igual que la de él, nuestros ojos estaba casi cerrados y yo solo podía mirar la tentadora boca de mi compañero de experimento.
- Prueba que puede que tengas razón… - se acercó más, rozando nuestras mejillas. Luego junto sus labios a mi oído y susurró, enviando cosquillas por todas partes – y que estar sobre mí también te pone nerviosa. – Luego me volvió a alejar un poco para volver a la misma posición de antes, donde nuestras respiraciones se juntaban y nuestras narices se tocaban. Para ese momento yo ya había cerrado los ojos, estaba segura que lo que venía a continuación sería sentir sus suaves labios sobre los míos, pero nunca pasó. Sus manos alejaron mi cuerpo del suyo lo suficiente como para que pudiera sentarnos, la distancia entre nosotros se hizo mayor.
Estaba tan confundida, en un momento me quería y luego no, luego sí y luego no otra vez. Esto me hacía sentir como si fuera el típico juego solitario que juegas cuando a tu computador se le va el internet, era como una muñeca que tenía que estar siempre y soportar todos sus “momentos”. Pues no sería así, no lo iba a permitir.

-Lo siento ____, no quería llegar tan lejos es sólo que … -Lo interrumpí antes de que siguiera hablando.
-No Joseph, “Lo siento” es lo único que dices todo el tiempo –lo miré, y guarde silencio por un momento eligiendo las siguientes palabras. En todo ese rato él me miraba también prestando atención, esperando pacientemente a que terminara de hablar. – Sólo… sólo te pido que no juegues conmigo ¿Sí? – Le di una mirada llena de significado y me fui, lo dejé sólo en la manta y me dirigí al lugar de encuentro. Cuando llegué, habían algunos chicos preparando cosas para el almuerzo, luego de eso, según el programa, nos dividirían en dos grupos: uno se iría de excursión por todo lo que quedaba de día y el otro se quedaría aquí probablemente aprendiendo a prender una fogata o cómo curar una herida después de que un oso te arranque el brazo, supongo que a eso se refiere el programa con “actividades varias”.

El almuerzo transcurrió normal, gracias al cielo Susi y Carol se habían separado de nosotras, dejando sólo a Maya quien me conocía bastante bien como para saber, por mi cara, que no tenía que seguir preguntando. Para cuando el almuerzo terminó los grupos ya se habían formado y nosotras habíamos quedado en grupos diferentes, Maya se iría y yo que quedaría aquí, lo que me favorecía ya que, aunque dijeran que estaríamos llenos de actividades, podía intuir que nuestros 60 minutos de descanso se extenderían más del doble. Y así fue, hicimos unos cuantos juegos y ahora nos habían dejado todo el tiempo libre del mundo.
Maya y Jeff quedaron en el grupo contrario al mío, así que no podría matar el tiempo con mi mejor amiga, el que sí había quedado en mi grupo eran Joseph, pero estaba haciendo lo que podía por evitarlo. Sabía que no podría ser así por siempre, tampoco quería que lo fuera, pero ya me había convencido de que necesitábamos un tiempo para darnos cuenta de lo que realmente sentíamos. Al menos él, tú y yo sabemos claramente lo que sentimos.
Llegué a la zona de las carpas, en busca de una manta para recostarme lo que quedaba de día sólo con mi IPod, y una futura situación a la que tendría que enfrentarme comenzó a dar vueltas en mi cabeza: Esta noche dormiría con Maya, Jeff… y Joseph. Tal vez no era muy tarde aún para decirle a Susi y Carol que dormiría con ellas, pero eso sería causar más ruido y no quería eso, así que hoy ignoraría lo que sucedió y trataré de hablar lo menos posible él.
Rápidamente entré en la carpa y saqué lo que necesitaba. En menos de cinco minutos ya estaba de vuelta en el mismo lugar donde había estado con las chicas en la mañana. La mayoría de nosotros, a acepción de algunos que estaban comiendo algún bocadillo en la zona de las mesas, estábamos en este lugar, repartidos entre los que estaban descansando bajo la sombra de los frondosos árboles y los que estaban jugando a las quemadas un poco más alejados. Estiré mi manta bajo un árbol, me puse mis audífonos y me recosté con los ojos cerrados.
Habían pasado unas seis canciones y yo ya estaba cayendo al sueño profundo, con mi cabeza apoyada en mi sudadera y mi cuerpo estaba casi en posición fetal, cuando una hoja del árbol me cayó en la cara. No le di mayor importancia y la aparté, segundos después cayó otra y yo repetí la acción, para cuando cayó la tercera sabía que había un culpable y abrí los ojos para saber quién sería la molesta criatura. Era Daniel.
-¿Estás aburrido? –pregunté un poco adormilada.
-Una parte de mi lo está, la otra pensó que sería buena idea acompañar a una amiga –se encogió de hombros. –Lo siento si te molesté.
-No, tranquilo -se acercó para sentarse a mi lado y yo, a regañadientes, me senté también.
-y… ¿por qué tan sola?
-¿Sola? Estoy contigo –sonrió.
-Ya sabes a lo que me refiero.
– oh, vamos, ¡si soy una persona sociable! Sé que todas las veces que hemos hablado es porque estaba sola, pero también habían sido solo dos veces contando esta. decidí descartarlo, no lo dijo con malas intenciones, supongo.
-A veces me gusta pasar tiempo a solas conmigo.
-¿Te importaría si me uno al club?
-Nos encantaría –tomé mi iPod y comencé a enrollar los audífonos en él.
-¿Puedo ver tu música? –me detuve y miré el iPod, dude por un momento y estoy segura de que se vio como si estuviera manteniendo una conversación con el aparato. Soy de las personas que piensa que conociendo la música que escucha una persona puedes obtener varias ideas de sobre cómo es su personalidad, y aunque mi lista de música tenía una variedad infinita que iba desde la canción más triste hasta la que no puede faltar en una fiesta. De todas maneras se lo entregué, después de todo, no se ve como el tipo de personas que analiza lo que escuchas y trata de adivinar cosas sobre ti y dar por hecho otras. –Claro –le dije.
Comenzó a avanzar por mi lista de canciones sin detenerse en alguna en especial, luego, cuando terminó, me lo devolvió.
-Tenemos casi los mismos gustos musicales.
-¿enserio? –dejé el aparato a un lado.
-Nah –comenzó a reír y yo le golpeé el hombro suevamente. Su risa era tan contagiosa que me hizo sonreír.
-Oh, Dios – me abaniqué con la mano – tus bromas son tan divertidas – rodé los ojos.
-Te hice sonreír y eso es lo que cuenta –me guiñó un ojo.
-Entonces, payaso, ¿Qué escuchas?
-Me gusta el rock, como a la mayoría de los hombres rudos… mientras menos conocida la banda, mejor. –Asentí.
-Tienes cara de que te guste el rock. –le dije. -
-De verdad?
-No, si no fuera porque me dijiste jamás habría adivinado - le sonreí.
-Ouch -se puso una mano en el pecho - un poco de mi propia medicina eh?
-¡Hey, Daniel! – dijo un chico que venía caminando con una pelota bajo el brazo – nos falta uno ¿vienes? – me vio y le sonrió a su amigo. –pero… si estás muy ocupado no importa.

-Sí, sí voy –Daniel me miró y luego me dijo: - tal vez te vea más rato, ____.

-tal vez – se levantó de la manta y se fue corriendo con su amigo hacia donde estaban la mayoría de los otros chicos, entre ellos Joseph, que no apartaba la mirada de Daniel. Una mala mirada.
El entrenador apareció de la nada con cintas rojas y verdes, repartió cintas al azar y cada uno de los chicos se amarró la suya al brazo. Oh! Un partido, interesante.
Armaron unos “arcos” con mochilas y poleras. El entrenador retrocedió, tocó su silbato y los chicos comenzaron a jugar.
Al principio, el equipo rojo –donde estaba Joseph- iba ganando con dos goles a su favor, pero luego el equipo verde se despertó y los igualaron antes de que el primer tiempo terminara.
Okay, ahora viene la parte que no entiendo: He visto muchos partidos y sé que frecuentemente los jugadores puede que se tiren al piso unos a los otros o se golpeen por accidente, pero mirando a Joseph, Que fue lo que hiciste la mayor parte del tiempo,
me di cuenta de que para él era más importante meter la pelota en la boca de Daniel y patearla hasta que se la tragara que meterla en el improvisado arco.
Por fin había comenzado el segundo tiempo. No sé por qué, pero estaba ansiosa por saber cuál sería el equipo que se encargaría de deshacer el empate, eso y que Madison no quitaba sus manos de Joseph. Al final el equipo rojo salió triunfador, siendo ya saben quién el responsable del gol ganador. Los chicos fueron a los baños a cambiarse y refrescarse justo cuando el otro grupo de alumnos, los que habían ido de excursión, estaban llegando.

por **ale_princess** Lun 18 Nov 2013, 12:27 am

buenisimo cap, Joe siempre me
confunde :scratch: :scratch: si quiere con la rayis
porqe sigue ahi con Madison...
siguela pronto por fis

por **HOLA.** Sáb 23 Nov 2013, 12:18 pm

Ahhhhhh síguela!!

por **ale_princess** Dom 24 Nov 2013, 1:55 pm

por fis sube mas pronto

por **helado00** Dom 24 Nov 2013, 2:33 pm

vamos siguela!!

por **JaabyJonas** Dom 01 Dic 2013, 6:00 pm

CAPITULO 17.

-¡Por fin llegas! – me levante y caminé/corrí hasta Maya. Venía arrastrando sus pies y podía notar su cansancio. – creí que los había devorado un oso, o se habían perdido apropósito por ahí.
-No creo que haya sido tan terrible, digo, todos están haciendo nada –se soltó su cola de caballo y comenzó a hacerla otra vez, los mechones de cabello se habían soltado y los tenía todos cubriendo su cara
-Estuve todo el tiempo en esa manta de allá –le señale mi manta bajo el árbol – y nadie tenía cara de querer hacer algo… -¿y por qué no pasaste el rato con nuestra querida amiga Madison?
-Ja, Ja –me crucé de brazos.
-¿Cómo te fue con Joseph? –preguntó un poco más bajo y mirando alrededor. Hice lo mismo antes de contestar, cuando hablas de una persona tienes que asegurarte de que ella no está cerca ¿no?
-No mucho en realidad, Madison lo acosaba más de lo normal y creo que Daniel no le agrada mucho… y creo que le molestó que pasara rato con él.
-Espera, cuando dices “él” te refieres a Joseph o a Daniel.
-Daniel
-¿Podemos seguir esta conversación en tu manta? De verdad me duelen los pies. –comenzamos a caminar de vuelta.
-La verdad no quiero seguir hablando de esto, lo único que sé es que en algún momento tendré que hablarle otra vez, solo no quiero hacerlo ahora.
-pero le hablaras ¿no?
-En algún momento tendré que hacerlo.
La razón por la que no quiero hablar con él no es porque este enojada y no quiera verlo nunca más en la vida, la verdad, lo único que quiero es que esto pase y volvamos a ser cercanos, pero luego viene la parte dónde él me confunde con sus actos.
Intento convencerme de que no es nada, después de todo, cosas como estas pasan todo el tiempo a todas las personas, pero no me gusta esa sensación de vacío que se empieza a deslizarse cuando alguien comienza a alejarse.
-¿Por qué no mejor me cuentas que hicieron? Mirándote ahora, supongo que tenía algo que ver con escapar de mandriles furiosos ¿no?
-¿Tan mal me veo?... No respondas. Ni siquiera quiero mirarme al espejo.
-¿y…?
-Era una competencia en parejas – se recostó y cubrió su cara con sus brazos – cada pareja tenía un pañuelo de color en el brazo para diferenciar los equipos. Teníamos que buscar una bandera, que estaba escondida en algún lugar del bosque, siguiendo unas indicaciones que dejaban en los árboles, rocas o plantas… Nuestro mejor logro fue llegar de vuelta al lugar de reunión, si Jeff no hubiera marcado los árboles por los que pasó, creo que ahora estaríamos en México.
-¿Quiénes encontraron la bandera?
-Marcus y Travis.
-Dios, espero quedar con alguien que entienda algo de eso, no quiero convertirme en la mujer de la selva.
-Puedes elegir, el entrenador colocó los pañuelos en una mesa y teníamos que sacar uno –se volvió a sentar y me miró – el que tenga el mismo color que tu, es tu pareja.
-Me aseguraré que tomar el mismo color que un experto.
-¿Me acompañas al baño? Quiero ver si el daño es reparable
-Vamos.
Nos levantamos, guardamos las cosas y nos dirigimos a la zona central. Ya se estaba haciendo tarde y teníamos que ir a la zona de carpas, ahí comeríamos alguna otra cosa, probablemente nos quedaríamos hablando un rato y luego a dormir hasta el otro día.

Todos nos sentamos alrededor de una fogata, era como esas películas de miedo donde llega el vampiro o el asesino en serie y mata a todos. Basta de películas de miedo. La mayoría comió sándwiches y otros asaron los típicos malvaviscos en la fogata, contaron algunas historias y anécdotas, y para cuando me di cuenta, ya estaba oscuro y estábamos listos para dormir.

                                                ***

Llego a casa y cuando abro la puerta veo a mi padre del otro lado con su típico traje de trabajo y un maletín en la mano, no se mueve, sólo me mira. “Me voy a trabajar linda, nos vemos pronto” es lo que dice antes de hacerse paso al lado mío y desaparecer. Me volteo para mirarlo, pero ya no está, lo único que puedo ver es el porche y la calle. Entro a la casa y la veo vacía, aunque sé que mamá está en su habitación demasiado sumergida en sus problemas como para darse cuenta que ya llegué. De lo más profundo de mi ser comienza a florecer un miedo incontrolable, mi pulso se acelera al instante, lágrimas caían por mi cara y mi respiración se vuelve superficial, tomo mi teléfono y le marco a papá. Una, dos, tres veces, pero no contesta, abro la puerta que da a la calle y lo llamo, quiero decirle que no se valla, que ya sé lo que pasará, que no es mi culpa y que lo necesito, pero ya se fue. Intento calmar mis respiraciones pero no funciona, mi corazón está trabajando como loco y no hay nada que lo calme, ni siquiera las suaves palabras de mi madre detrás de mí. “Tranquila, ____, todo estará bien, mientras yo esté a tu lado no permitiré que nada te haga daño... sólo es un sueño.”

                                                ***

Desperté en el piso, con los ojos cerrados y en un incómodo saco de dormir donde me había acurrucado lo más posible. podía recordar el sueño con perfecta claridad y mis respiraciones aún eran un poco fuertes e irregulares, sólo que ahora las estaba logrando controlar. No pude seguir durmiendo con el recuerdo del horrible sueño dándome vueltas en la cabeza, lo mejor sería que me levantara y esperara a que todos estuvieran listos afuera. Necesitaba despejar un poco la mente.
Me sente y pasé las manos por mi cara para asegurarme de haber despertado por completo.
-¿Estás bien? – di un pequeño salto, no pensé que alguien además de mi estaría despierto, menos Joseph. Me giré para mirarlo. Pensé que Maya sería la que estaría a mi lado, no Joseph, quien ahora se estaba sentando y dejando al descubierto su torso desnudo.
-Sí. - si había logrado controlarme un poco, ahora todo se estaba yendo por la borda. Mi voz tembló.
-¿Estás segura? Estabas inquieta mientras dormías, dijiste algunas cosas también. –habló con voz suave y calmada, no con la voz que habla alguien que acaba de despertar.
-segura, estoy acostumbrada a tener sueños… -dejé la frase en el aire; Una porque no sé que decir ¿sueños por un trauma? ¿Sueños que me asustan y atormentan? ¿Sueños que siempre tratan de lo mismo? Ninguna de esas me sirve si quiero dejar la conversación hasta aquí. La otra razón es porque es mentira, llevo años teniendo estos sueños y aun no me acostumbro, si fuera así, no despertaría de esta manera cada mañana después de tener uno.
-Voy a salir a tomar un poco de aire –me puse las zapatillas sin atarlas, me levanté y tomé mi bolso. Iba a aprovechar la oportunidad para ir a los baños y cambiarme de ropa.
-Aún es temprano ¿sabes?
Me detuve, insegura de si salir sin decir nada o seguir la conversación. -Lo sé -le dije sin mirar hacia atrás y salí.
Caminé hasta uno de los troncos que pusimos ayer alrededor de la fogata ahora apagada y apoyé el pie para atarme bien mis zapatillas, luego saqué de mi bolso un polerón y me lo coloqué rápidamente, el cambio de temperatura no era mucho, pero ahí estaba haciéndome temblar .
Comencé mi camino hasta los baños e intenté convertirlo en un paseo. traté de imaginar que era primera vez que hacía este camino y miraba a mi alrededor poniéndole atención a todo, tratando que dejar cada pequeño espacio estampado en mi memoria.
Cuando por fin llegué a los baños me tomé mi tiempo para hacer cada cosa. Para cuando estuve lista y salí del baño, vi que un grupo de tres chicas venían camino a los sanitarios, y también vi a otro grupo de alumnos pululando por la zona central, preparando las cosas para tomar desayuno. Esta vez me apresuré un poco en ir y volver de la zona de las carpas para dejar mi bolso, no quería que todos estuvieran listos mientras yo seguía tomando nota de cada rama y hoja caída que veía en el camino.
Mientras estábamos tomando desayuno el entrenador se tomó un momento para darnos un mensaje.
-Muy bien chicos, hoy haremos exactamente lo mismo de ayer solo que esta vez el grupo que se quedó irá de excursión y los que ayer salieron se quedaran aquí. intenten absorber todo lo que la naturaleza les está dando hasta ahora, ya que mañana en la mañana tenemos que volver a nuestro querido hogar.

por **helado00** Dom 01 Dic 2013, 7:38 pm

Vamos porfavor siguelaaa!! me pregunto que sera eso que la rayis esconde..hmmm

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