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¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Hmm hay muchas películas que me gustan, pero yo supongo que me gusta mucho Desde mi cielo, fue la película con la que mas me vicie y llegue ha hacer una novela de aquello, aunque fue hace mucho :PTheGirlImpossible escribió:¿Y la mejor película que hayas visto? :O
PD: Mejor me dejo de preguntar parezco examen xD jaja
PD: De hecho me encanto que me hicieras preguntas, me gusta responder es algo muy divertido para mi y cuando quieras preguntarme cualquier cosa solo dime :) por mi ningún problema, de hecho soy feliz con eso :DD
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Pero lo importante es llegar :)TheGirlImpossible escribió:Yai! Al fin estoy comentando al corriente, siempre lleog tarde u.u
y odio comentar tarde :(
PD: Gracias por todos tus comentarios ya que responderlos me hizo pasar de pagina :DD
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Chicas:
¡Hola! ¿como están? Yo tengo sueño ya debo de irme a dormir, pero bueno estuve terminando el siguiente capitulo que ¡Es triste! me duelen los ojitos :P pero es en las noches donde las ganas de escribir se me vienen es raro, cuando mas cansada me siento y quiero puro dormir, se me vienen ideas grandiosas a la mente y yo escribiéndolas.
Bueno si quieren que suba el capitulo me dicen, ya que tengo ese y otro mas :P Ah y mañana yo no estoy tanto tiempo aquí para publicar, porque a las 5 hasta las 7 PM veo anime y a las 10 hasta las 11 de la noche veo Cumbia Ninja y luego veo Glee, bueno espero que la pasen bien :D
¡Besos! :DD
Bueno si quieren que suba el capitulo me dicen, ya que tengo ese y otro mas :P Ah y mañana yo no estoy tanto tiempo aquí para publicar, porque a las 5 hasta las 7 PM veo anime y a las 10 hasta las 11 de la noche veo Cumbia Ninja y luego veo Glee, bueno espero que la pasen bien :D
¡Besos! :DD
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Capitulo 40
La muerte
Observe a los alrededores, ese cabello... ¡Lavender! Alce mi mano y lance lejos a ese hombre lobo. Puedo decir que Lavender y yo jamas nos llevamos bien, siempre quise que desapareciera, pero no puedo dejar que la maten, aunque la odie con todo mi ser, yo no puedo dejar que maten a una persona frente a mi cuando tengo la oportunidad de hacer algo, es una persona buena y no merece morir.
—¡No te atrevas a hacerle daño! — Grite llamándole la atención. — ¡Aunque ella y yo no seamos amigas no permitiré que la mates!
—¡¿Como te atreves?! — Grito mirandome a la cara, su expresión estaba llena de odio, es un hombre lobo. — eres una tonta, ¡no ves que solo la quería muerta!
—¡Yo no permitiré que la mates! ¡es un ser humano y merece vivir!
—¡Bueno ella vivirá pero tu no! — El corría hacía mi, su mirada causa miedo... di un salto y me sujete del pelaje de Miyuki, la sorpresa del sujeto fue enorme, todo pasaba lento y le di una patada en la cara, cayo al suelo, solo le causo dolor no esta inconsciente ni nada, volví a caer al suelo y esta vez el se lanzo sobre mi, sin dejarme escapatoria. — ¿No lo tenías todo planeado eh?
—¿Crees que se me han acabado los trucos?
—¿Trucos?
Cerré mis ojos calmadamente y en mis manos tenía pequeño fuego el cual sople con delicadeza a aquel sujeto, es algo cruel, pero si no hago esto moriré, la cosa es vivir o morir y yo necesito salvar a todos los inocentes, no puedo dejar que mueran. El hombre lobo, estaba tirado en el suelo, su rostro quemado, ha perdido la vista, ya no puede ver nada.
—Te dije que tenía trucos bajo la manga... — Y dándole un leve golpe al suelo con el pie, la tierra se abrió y él cayo a su muerte, volví a cerrar allí la tierra ahora lucía mejor... Unos brazos me abrazaron, esta llorando y comenzó a hablar con la voz entrecortada.
—Gracias... muchas gracias, estoy muy agradecida contigo...
—D-de nada... ven sube a Miyuki te llevare a un lugar seguro.
Lavender subió a Miyuki y esta muy sujetada, al menos ya ha dejado de llorar, los gemelos Weasley se veían en peligro así que lance una flecha y di en el blanco, ambos me miraron con una sonrisa reluciente en el rostro y continuaron peleando, a lo lejos divise a Harry con Ginny ambos peleando mientras se cuidaban el uno al otro, ella es una buena chica, tiene su sentido del humor, tiene buenos sentimientos y se que ella ah esperado mucho por Harry, me lo ah contado ella misma. Pero también ella me ha contado cosas de Ron... No Esther, no pienses en él en estos momentos, no ahora... pero ¿donde esta él?
—¡Ron! — Grito Lavender saltando de Miyuki... ¿Acaso se ha vuelto loca? Pero claro Ron esta abajo y el atrapo a Lavender, todo parece de una novela romántica, pero... ¿donde esta mi historia? yo pienso que para mi no hay ninguna historia de amor escrita, todo termina mal para mi, al menos mi vida fue tranquila hasta el momento en que Harry apareció, allí mi vida cambio por completo y él día que vi por primera vez a Ron, el no dejaba de mirarme, como si nunca hubiera visto a una chica, como si supiera lo que yo pensaba, como queriéndome decir "No estas sola"
De pronto una visión se vino a mi mente, mi cabeza dolía demasiado... la sangre salia de mi nariz, puedo ver a Voldemort con Snape... la serpiente, la serpiente lo ataca... ¡Yo debo de ir hasta allá! El dolor se esfumo, ordene a Miyuki aumentar la velocidad y avanzar lo más que podía.
La habitación al otro lado estaba tenuemente iluminada, pero puedo ver a la serpiente, arremolinándose y enroscándose como una serpiente submarina, segura en su encantada esfera resplandeciente, que flotaba sin apoyo en medio del aire. Podía ver el borde de una mesa, y una blanca mano de largos dedos jugueteando con una varita, Harry y Yo estamos cubiertos por la capa invisible, Miyuki volvió a ser pequeñita. Entonces Snape habló, y mi corazón dio una sacudida. Snape estaba a poca distancia de donde él se agazapaba oculto.
—Mi Señor, la resistencia se está desmoronando...
—Y lo está haciendo sin tu ayuda — Dijo Voldemort con su altiva y clara voz. — Aunque tú seas un hábil mago, Severus, no creo que supongas mucha diferencia ahora. Casi estamos... casi.
—Permítame encontrar a los chicos. Déjeme traerle a los Potter's. Sé que puedo encontrarles, mi Señor. Por favor.
Snape pasó a zancadas por delante de la hendidura, y Harry se retiró un poco, manteniendo los ojos fijos en la serpiente, preguntándose si habría algún hechizo que pudiera penetrar la protección que la rodeaba, pero no podía recordar ninguno. Un intento fallido, y revelaríamos nuestra posición. Voldemort se levantó. Ahora podía verle, ver sus ojos rojos, el achatado rostro de serpiente, su palidez reluciendo levemente en la penumbra.
—Tengo un problema Severus — Dijo Voldemort suavemente.
—¿Mi señor? — Dijo Snape.
Voldemort sacudió su varita, y miro fijamente a Snape.
—¿Como derroto a esa niña?
—Mi señor...
—¿Como la derroto? Mis instrucciones a los mortifagos han sido perfectamente claras. Capturar a Potter. Matar a sus amigos...cuantos más, mejor... pero esa niña ah estado impidiéndome mucho, matamos a su amigo... Pero ella ha vuelto mucho más fuerte que antes, no usa varita, uno podría decir que tenemos ventaja de aquello, pero al parecer ella sabe perfectamente los movimientos que haremos, es muy inteligente... ¡Y quiero que me digas como destruirla! ¡tu la entrenaste! ¡quiero hacerla mil pedazos!
—Mi Señor sabe que solo ambiciono servirle. Pero... déjeme ir a por los chicos, mi Señor. Déjeme traérselos. Sé que puedo...
—¡Te he dicho que no! — Dijo Voldemort — Mi preocupación por el momento, Severus, es que ocurrirá cuando finalmente encuentre a la chica.
—Mi Señor, no puede haber dudas, ¿seguramente...?
—Pero hay una duda, Severus. La hay. ¿Como es que esa muchacha es tan fuerte sin una varita? ¿Como la destruyo antes de que ella me mate a mi?
—Yo... Yo no puedo responder eso mi Señor.
—¿No puedes?
—¿Quizás tú ya lo sabes? Después de todo, eres un hombre inteligente, Severus. Has sido un buen y leal sirviente, y lamento lo que debe ocurrir, pero eres una amenaza para mi, has ayudado demasiado a mis enemigos.
—Mi Señor... ¡Mi señor! — Dijo Snape levantando su varita.
—No hay otro camino — Dijo Voldemort — Debo de matarte Severus. — Voldemort dijo algo al parecer, pero no comprendí nada... era como otro idioma ¿El idioma de las serpientes?
Hubo un terrible grito. Vi la cara de Snape perder el poco color que le quedaba, empalideció mientras sus negros ojos se ensanchaban, mientras los colmillos de la serpiente atravesaban su cuello, y él fracasaba en su intento de librarse a si mismo de la jaula encantada. Sus rodillas cedieron y cayó al suelo.
—Lo lamento — Dijo Voldemort.
Se apartó. No había tristeza en él, ni remordimiento. Ya era hora de dejar esta choza y hacerse cargo de la situación. La varita apuntó hacia la resplandeciente jaula, que contenía a la serpiente, y esta flotó hacia arriba, liberando a Snape, que cayó de lado sobre el suelo, con sangre chorreando de las heridas del cuello. Voldemort salió de la habitación sin una mirada atrás y la gran serpiente flotó tras él dentro de su enorme esfera protectora. Mi interior dolía, Snape me trato como un padre, me cuido y entreno, me contó cosas que sería útiles... Harry cubrió de mi boca, estoy llorando de una manera que causa dolor.
—Muy bien Esther, has elaborado muy bien la poción de muertos en vida, me sorprende que seas tan talentosa... eres como tú madre.
—Muchas gracias, pero usted me ha enseñado, no ha sido como otros maestros que tratan de hacer la gran mayoría del trabajo por usted, no usted me dejo solamente a mi y este libro, tuve mis fallas pero me enseño a no rendirme... gracias
—Gracias a ti, por prestar atención y esforzarte al máximo, eres una buena estudiante. — Me dijo Snape sonriéndome calidamente, entregándome amor con esa sonrisa que no entrega a muchos.
—¡No te atrevas a hacerle daño! — Grite llamándole la atención. — ¡Aunque ella y yo no seamos amigas no permitiré que la mates!
—¡¿Como te atreves?! — Grito mirandome a la cara, su expresión estaba llena de odio, es un hombre lobo. — eres una tonta, ¡no ves que solo la quería muerta!
—¡Yo no permitiré que la mates! ¡es un ser humano y merece vivir!
—¡Bueno ella vivirá pero tu no! — El corría hacía mi, su mirada causa miedo... di un salto y me sujete del pelaje de Miyuki, la sorpresa del sujeto fue enorme, todo pasaba lento y le di una patada en la cara, cayo al suelo, solo le causo dolor no esta inconsciente ni nada, volví a caer al suelo y esta vez el se lanzo sobre mi, sin dejarme escapatoria. — ¿No lo tenías todo planeado eh?
—¿Crees que se me han acabado los trucos?
—¿Trucos?
Cerré mis ojos calmadamente y en mis manos tenía pequeño fuego el cual sople con delicadeza a aquel sujeto, es algo cruel, pero si no hago esto moriré, la cosa es vivir o morir y yo necesito salvar a todos los inocentes, no puedo dejar que mueran. El hombre lobo, estaba tirado en el suelo, su rostro quemado, ha perdido la vista, ya no puede ver nada.
—Te dije que tenía trucos bajo la manga... — Y dándole un leve golpe al suelo con el pie, la tierra se abrió y él cayo a su muerte, volví a cerrar allí la tierra ahora lucía mejor... Unos brazos me abrazaron, esta llorando y comenzó a hablar con la voz entrecortada.
—Gracias... muchas gracias, estoy muy agradecida contigo...
—D-de nada... ven sube a Miyuki te llevare a un lugar seguro.
Lavender subió a Miyuki y esta muy sujetada, al menos ya ha dejado de llorar, los gemelos Weasley se veían en peligro así que lance una flecha y di en el blanco, ambos me miraron con una sonrisa reluciente en el rostro y continuaron peleando, a lo lejos divise a Harry con Ginny ambos peleando mientras se cuidaban el uno al otro, ella es una buena chica, tiene su sentido del humor, tiene buenos sentimientos y se que ella ah esperado mucho por Harry, me lo ah contado ella misma. Pero también ella me ha contado cosas de Ron... No Esther, no pienses en él en estos momentos, no ahora... pero ¿donde esta él?
—¡Ron! — Grito Lavender saltando de Miyuki... ¿Acaso se ha vuelto loca? Pero claro Ron esta abajo y el atrapo a Lavender, todo parece de una novela romántica, pero... ¿donde esta mi historia? yo pienso que para mi no hay ninguna historia de amor escrita, todo termina mal para mi, al menos mi vida fue tranquila hasta el momento en que Harry apareció, allí mi vida cambio por completo y él día que vi por primera vez a Ron, el no dejaba de mirarme, como si nunca hubiera visto a una chica, como si supiera lo que yo pensaba, como queriéndome decir "No estas sola"
De pronto una visión se vino a mi mente, mi cabeza dolía demasiado... la sangre salia de mi nariz, puedo ver a Voldemort con Snape... la serpiente, la serpiente lo ataca... ¡Yo debo de ir hasta allá! El dolor se esfumo, ordene a Miyuki aumentar la velocidad y avanzar lo más que podía.
La habitación al otro lado estaba tenuemente iluminada, pero puedo ver a la serpiente, arremolinándose y enroscándose como una serpiente submarina, segura en su encantada esfera resplandeciente, que flotaba sin apoyo en medio del aire. Podía ver el borde de una mesa, y una blanca mano de largos dedos jugueteando con una varita, Harry y Yo estamos cubiertos por la capa invisible, Miyuki volvió a ser pequeñita. Entonces Snape habló, y mi corazón dio una sacudida. Snape estaba a poca distancia de donde él se agazapaba oculto.
—Mi Señor, la resistencia se está desmoronando...
—Y lo está haciendo sin tu ayuda — Dijo Voldemort con su altiva y clara voz. — Aunque tú seas un hábil mago, Severus, no creo que supongas mucha diferencia ahora. Casi estamos... casi.
—Permítame encontrar a los chicos. Déjeme traerle a los Potter's. Sé que puedo encontrarles, mi Señor. Por favor.
Snape pasó a zancadas por delante de la hendidura, y Harry se retiró un poco, manteniendo los ojos fijos en la serpiente, preguntándose si habría algún hechizo que pudiera penetrar la protección que la rodeaba, pero no podía recordar ninguno. Un intento fallido, y revelaríamos nuestra posición. Voldemort se levantó. Ahora podía verle, ver sus ojos rojos, el achatado rostro de serpiente, su palidez reluciendo levemente en la penumbra.
—Tengo un problema Severus — Dijo Voldemort suavemente.
—¿Mi señor? — Dijo Snape.
Voldemort sacudió su varita, y miro fijamente a Snape.
—¿Como derroto a esa niña?
—Mi señor...
—¿Como la derroto? Mis instrucciones a los mortifagos han sido perfectamente claras. Capturar a Potter. Matar a sus amigos...cuantos más, mejor... pero esa niña ah estado impidiéndome mucho, matamos a su amigo... Pero ella ha vuelto mucho más fuerte que antes, no usa varita, uno podría decir que tenemos ventaja de aquello, pero al parecer ella sabe perfectamente los movimientos que haremos, es muy inteligente... ¡Y quiero que me digas como destruirla! ¡tu la entrenaste! ¡quiero hacerla mil pedazos!
—Mi Señor sabe que solo ambiciono servirle. Pero... déjeme ir a por los chicos, mi Señor. Déjeme traérselos. Sé que puedo...
—¡Te he dicho que no! — Dijo Voldemort — Mi preocupación por el momento, Severus, es que ocurrirá cuando finalmente encuentre a la chica.
—Mi Señor, no puede haber dudas, ¿seguramente...?
—Pero hay una duda, Severus. La hay. ¿Como es que esa muchacha es tan fuerte sin una varita? ¿Como la destruyo antes de que ella me mate a mi?
—Yo... Yo no puedo responder eso mi Señor.
—¿No puedes?
—¿Quizás tú ya lo sabes? Después de todo, eres un hombre inteligente, Severus. Has sido un buen y leal sirviente, y lamento lo que debe ocurrir, pero eres una amenaza para mi, has ayudado demasiado a mis enemigos.
—Mi Señor... ¡Mi señor! — Dijo Snape levantando su varita.
—No hay otro camino — Dijo Voldemort — Debo de matarte Severus. — Voldemort dijo algo al parecer, pero no comprendí nada... era como otro idioma ¿El idioma de las serpientes?
Hubo un terrible grito. Vi la cara de Snape perder el poco color que le quedaba, empalideció mientras sus negros ojos se ensanchaban, mientras los colmillos de la serpiente atravesaban su cuello, y él fracasaba en su intento de librarse a si mismo de la jaula encantada. Sus rodillas cedieron y cayó al suelo.
—Lo lamento — Dijo Voldemort.
Se apartó. No había tristeza en él, ni remordimiento. Ya era hora de dejar esta choza y hacerse cargo de la situación. La varita apuntó hacia la resplandeciente jaula, que contenía a la serpiente, y esta flotó hacia arriba, liberando a Snape, que cayó de lado sobre el suelo, con sangre chorreando de las heridas del cuello. Voldemort salió de la habitación sin una mirada atrás y la gran serpiente flotó tras él dentro de su enorme esfera protectora. Mi interior dolía, Snape me trato como un padre, me cuido y entreno, me contó cosas que sería útiles... Harry cubrió de mi boca, estoy llorando de una manera que causa dolor.
—Muy bien Esther, has elaborado muy bien la poción de muertos en vida, me sorprende que seas tan talentosa... eres como tú madre.
—Muchas gracias, pero usted me ha enseñado, no ha sido como otros maestros que tratan de hacer la gran mayoría del trabajo por usted, no usted me dejo solamente a mi y este libro, tuve mis fallas pero me enseño a no rendirme... gracias
—Gracias a ti, por prestar atención y esforzarte al máximo, eres una buena estudiante. — Me dijo Snape sonriéndome calidamente, entregándome amor con esa sonrisa que no entrega a muchos.
~Susie ∞Wallflower∞
Capitulo 41
- ¡Hola! :
- ¡Hola xD bueno el capitulo lo acabo de terminar recién me demore demasiado, pase horas aquí haciendo el capitulo me demore mucho pero lo hice sin parar, porque me estaba divirtiendo mucho, apenas lo eh terminado y lo subiré porque no me puedo aguantar las ganas de subirlo ya que el siguiente capitulo no se cuando lo suba ah y el capitulo es muy largo. Y te dedico este capitulo May, espero que te guste :) ¡Besos!
Capitulo 41
Los recuerdos de Snape
Ambos nos introducimos en la habitación, estoy temblando de tanto llorar, al aguantar el grito de dolor me mordí el labio provocando sangre, la sangre de mi nariz estaba seca pero permanecía impregnada en mi piel. No sabía que sentía al ver la blanca cara de Snape, tratando de restañar con los dedos la sangrienta herida del cuello.
—Coge...la... coge... la
Algo más que sangre estaba escurriéndose de Snape. Azul plateado, ni gas ni liquido, emanaba de su boca, oídos y ojos, y Harry sabía lo que era, pero no sabía qué hacer... ¿Acaso eso es lo que pienso?
—Miren...me... — Susurro Snape, Ambos nos inclinamos... mis lagrimas aun caen lentamente. — Esther eres... idéntica a Lily... y Harry... tienes... sus... ojos...
Ambos miramos a Snape, pero después de un segundo, algo en las profundidades de los ojos oscuros pareció desaparecer, dejándolos fijos, en blanco y vacíos. La mano que agarrada a Harry hizo un ruido sordo al golpear el suelo, y Snape no se movió más.
La voz de Voldemort resonó desde las paredes y el piso, y Harry se dio cuenta de que estaba hablando para Hogwarts y todo lo que lo que nos rodeaba, que quienes vivían en Hogsmeade y todos aquellos que aún peleaban en el castillo lo escucharían tan claramente como si estuviera parado detrás de ellos, sintiendo su aliento en sus cuellos, como un soplo de muerte.
—Han peleado — Dijo la voz, fría y aguda — valientemente. Lord Voldemort sabe valorar el coraje. Aun así, han sufrido grandes pérdidas. Si continúan resistiéndose a mí, todos ustedes morirán, uno por uno. No quisiera que esto pasara. Cada gota de sangre mágica que se derrama es una pérdida y un desperdicio. Lord Voldemort es piadoso. Ordeno a mis tropas retirarse inmediatamente. Tienen una hora. Preparen su muerte con dignidad. Traten a los heridos. Ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido. Si cuando acabe esa hora no has venido a verme, si no te has rendido, entonces la lucha se reiniciará. Pero esta vez yo mismo entraré en la batalla, Harry Potter, y te encontraré, y castigaré a cada hombre, mujer o niño que trate de protegerte. Una hora.
“Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido… Una hora…” Esa frase resonaba en mi mente, pero no dejare a Harry solo, el ha estado todo el tiempo para mi y es mi turno de estar para él, de defenderle, no importa si eso significa mi muerte, yo lo protegeré como el me protegió.
Pequeños trozos de algo parecían estar esparcidos en el frente del castillo. Faltaba una hora más o menos para el amanecer, y aún así todo estaba en completa oscuridad. Los dos nos apresuramos a ir hacia los escalones de piedra. Un perro solitario, del tamaño de un bote pequeño, yacía frente a ellos. No había ninguna señal de Grawp o de su atacante. El castillo estaba inusualmente silencioso. No había destellos luminosos, ni explosiones, gritos o exclamaciones. Las gárgolas de la desierta entrada estaban salpicadas de sangre. Aún había esmeraldas esparcidas por el suelo, junto con trozos de mármol y madera astillada. Parte de las barandillas había sido destrozada.
—¿Dónde estarán todos? — susurre a Harry.
Las mesas de las Casas ya no estaban, y la habitación estaba repleta. Los sobrevivientes se mantenían abrazados en grupos. Los heridos estaban siendo tratados por Madam Pomfrey y algunos ayudantes en una plataforma. Firenze se encontraba entre los heridos, emanaba sangre de su costado, y se sacudía desde donde estaba tendido, incapaz de ponerse de pie. Los muertos se encontraban en una fila en el medio del salón. Harry dirigió su mirada hacía donde yo miraba, Marshall... una lagrima silenciosa recorrió mi mejilla, ¿porque me tiene que ocurrir esto? Marshall era un mejor amigo para mi como lo era Draco, pero eramos compañeros de pelea.
Harry me rodeo con un brazo y me acerco a él abrazándome y consolándome.
—¿Contraseña?
—¡Dumbledore! — Gritó Harry y se que lo ha dicho sin pensarlo, pues era a él a quien quería ver, y para nuestra sorpresa, la gárgola se hizo a un lado, abriéndonos paso a la escalera de espiral a nuestras espaldas.
Pero cuando entramos en la oficina circular la encontré cambiada. Los portarretratos que colgaban de las paredes estaban vacíos. Ni un solo director o directora permanecía allí para verlo, todos, según parecía, se habían ido, tal vez porque en las pinturas alrededor del castillo podían ver más claramente lo que estaba pasando.
El Pensadero de piedra se encontraba en la misma cabina de siempre. Harry lo cargó hasta el escritorio e introdujo los recuerdos de Snape en la gran vasija con las marcas de runas en el borde. Escapar a la cabeza de otro sería un gran alivio... nada podía ser peor que sus propios pensamientos, aunque hubiesen pertenecido a Snape. Los recuerdos se arremolinaron, plateados y extraños, y sin dudarlo, con un sentimiento de imprudente abandono, aún sabiendo que esto aumentaría su pesar, nos zambullimos.
Sentí la luz del sol, y mis pies tocaron un suelo cálido, Harry se aya a mi lado. Al enderezarme, puedo ver que estaba en un patio de juegos casi totalmente desierto. Una única y gran chimenea era lo que distinguía en el lejano horizonte. Dos niñas se columpiaban hacia delante y atrás, y un niño delgadísimo las observaba desde detrás de unos arbustos. Su cabello negro era largo, y su ropa era tan desastrosa que parecía a propósito: jeans demasiado cortos, un abrigo lamentable y demasiado largo que podía haber pertenecido a un adulto y una extraña polera que parecía un delantal.
Harry se acercó al muchacho. Snape parecía tener unos nueve o diez años, pálido, pequeño y rudo. Había codicia sin disfrazar en su delgado rostro, mientras observaba a la más joven de las dos hermanas columpiarse más y más alto que su hermana. Me acerque a la pequeña pelirroja.
—¡Lily, no hagas eso! — Gritó la mayor
Pero la chica se había soltado del columpio en el punto más alto de este, y voló por los aires (literalmente, voló) y se lanzó hacia el cielo con una gran carcajada, y en vez de estrellarse contra el asfalto de patio, se elevó como un trapecista por el aire, manteniéndose arriba durante bastante tiempo y aterrizando suavemente.
—¡Mamá te dijo que no lo hicieras!
La niña dejó de columpiarse hundiendo sus sandalias en la tierra, provocando un crujido, y luego se puso de pie, con las manos en la cintura.
—¡Mamá dijo que no tenías permiso para hacerlo, Lily!
—Pero estoy bien — Dijo Lily, aún riendo — Tuney, mira esto. Mira lo que puedo hacer.
Petunia miró alrededor. El patio estaba vacío, a excepción de ellas mismas y, a pesar de que ellas no lo sabían, Snape. Lily recogió una flor que se había caído del arbusto detrás del cual Snape se escondía. Petunia avanzó, evidentemente dividida entre la curiosidad y la desaprobación. Lily esperó a que Petunia estuviese lo suficientemente cerca como para ver bien, y luego abrió la palma de su mano. La flor se sentó ahí, abriendo y cerrando sus pétalos, como si fuera una ostra extraña y bizarra, con muchos labios.
-—¡Detenlo! — Chilló Petunia.
—No te hace daño — Replicó Lily, pero cerro su mano y arrojó la flor.
—No está bien — Dijo Petunia, pero sus ojos habían seguido el vuelo de la flor hacia el suelo, y los mantuvo fijos en ese lugar — ¿Cómo lo haces? — añadió, con una voz que indicaba cuanto quería saber.
—Es obvio, ¿no? — Snape ya no podía contenerse, y saltó de detrás de los arbustos. Petunia gritó y retrocedió corriendo hacia los columpios, pero Lily, aunque claramente asustada, permaneció donde estaba. Snape pareció lamentar haber aparecido. Una capa de rubor se posó en sus pálidas mejillas mientras miraba a Lily.
—¿Qué es obvio? — Preguntó Lily.
Snape parecía nervioso y exaltado. Mirando a Petunia, que se asomaba por detrás de los columpios, bajó la voz y dijo:
—Yo sé lo que eres.
—¿Qué quieres decir?
—Eres... eres una bruja — Susurró Snape.
La niña se mostró ofendida.
—¡Eso no es algo muy agradable para decírselo a alguien!
Se dio vuelta, con la nariz hacia arriba, y se alejó hacia su hermana.
—¡No! — Dijo Snape. Ahora estaba completamente colorado, y Harry se preguntó porque no que quitaba su ridículamente largo abrigo, a menos que fuera porque no quería mostrar el delantal que traía debajo. Aleteó detrás de las chicas, pareciéndose grotescamente a un murciélago, al igual que su yo mayor.
Las hermanas lo examinaron con una mirada desaprobatoria, y se colgaron de las poleas de uno de los columpios, como si ese fuera un lugar seguro.
—Lo eres — Le dijo Snape a Lily — Eres una bruja, te he estado observando desde hace tiempo. Pero no tiene nada de malo, mi madre también lo es, y yo soy un mago.
La risa de Petunia era como agua fría.
—¡Un mago! — Exclamó, recuperando el coraje ahora que ya había superado el susto la aparición repentina — ¡Yo sé quien eres! ¡Eres ese tal Snape! Vives al terminar Spinner End, cerca del río! — le dijo a Lily, y era evidente por su tono de voz que consideraba la dirección muy poco recomendable — ¿Por qué nos has estado espiando?
—¡No he estado espiando! — Dijo Snape, acalorado, incómodo y con el cabello sucio bajo la luz del sol— No te espiaría a ti, de todas formas — añadió con desprecio — eres una muggle. — Aunque claramente Petunia no entendía la palabra, intuía lo que era por el tono.
—¡Ven, Lily, vamonos! — Dijo fríamente. Lily obedeció a su hermana de inmediato, mirando a Snape mientras se iba. Él no dejó de mirarlas en su camino hacia el portón de la plaza, y Harry, el único que quedaba para observarlo, pudo reconocer en él una amarga decepción, y comprendió que Snape había estado planeando este momento desde hacia mucho, y que le había salido completamente mal...
La escena se disolvió, y antes de que Harry se diera cuenta, se rehízo a su alrededor. Ahora estábamos en un pequeño bosque. Podía ver el agua de un río brillando a través de los troncos. Las sombras que daban los árboles dejaban un claro verde y fresco. Dos niños se encontraban sentados en suelo, cara a cara y con las piernas cruzadas. Snape se había quitado el abrigo, y su delantal parecía menos peculiar a media luz.
—Y el Ministerio puede castigarte por hacer magia fuera de la escuela, te envían cartas.
—¡Pero yo sí he hecho magia fuera de la escuela!
—Estamos a salvo. Aún no tenemos nuestras varitas. Te dejan en paz cuando eres un niño y no puedes evitarlo. Pero cuando cumples once — Y asintió, dándose
importancia – y te comienzan a entrenar, debes ser más cuidadoso.
Hubo un pequeño silencio. Lily había recogido una ramita caída y la hacía girar en el aire; Harry supo que la niña imaginaba chispas saliendo de ella. Luego dejó caer la ramita y se inclinó hacia el chico.
—Es verdad ¿no? ¿No es una broma? Petunia dice que me estás mintiendo. Petunia dice que no existe Hogwarts. Es verdad, ¿no?
—Es verdad para nosotros — Dijo Snape - no para ella. Pero recibiremos la carta, tú y yo.
—¿En serio? — Susurró Lily.
—Definitivamente — dijo Snape, e incluso con su mal corte de cabello y su extraña ropa, su figura pareció enaltecerse en frente de ella, lleno de confianza en su destino.
—¿Y de verdad me llegará por lechuza? — susurró Lily.
—Normalmente — dijo Snape — pero eres hija de muggles, así que alguien de la escuela tendrá que venir a explicarsele a tus padres.
—¿Existen diferencias por ser hija de muggles?
Snape dudó un instante. Sus ojos negros, impacientes y repentinamente abatidos, recorrieron la pálida cara y el cabello rojo oscuro.
—No — Dijo — No existe ninguna diferencia.
—Que bien — Dijo Lily, relajándose. Estaba claro que eso la había estado preocupando.
—Tienes mucha magia — Dijo Snape — pude verlo. Todo el tiempo que te observé
Su voz fue desapareciendo, ella no estaba escuchando, pero se había estirado en el suelo frondoso y miraba hacia las hojas en las copas de los árboles que había sobre ellos. Él la miró con tanta intensidad como la había mirado en el patio de juegos.
—¿Cómo van las cosas en tu casa? — Preguntó Lily.
Snape frunció un poco el entrecejo.
—Bien — Dijo.
—¿Ya no se pelean?
—Oh, sí. Sí se pelean — Dijo Snape, recogiendo un montón de hojas y rompiéndolas, aparentemente sin darse cuenta de lo que estaba haciendo — Pero no falta mucho para que me vaya.
—¿A tu padre no le gusta la magia?
—Creo que no hay nada que le guste mucho — Dijo Snape.
—¿Severus?
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Snape cuando ella mencionó su nombre.
—¿Si?
—Háblame otra vez sobre los Dementores.
—¿Qué quieres saber de ellos?
—Si yo uso magia fuera de la escuela...
—¡No te enviarán a los Dementores por eso! Los Dementores son para gente que ha hecho cosas realmente malas. Son los guardianes de la prisión mágica, Azkaban. Pero tú no irás a Azkaban, eres demasiado...
Snape se sonrojó nuevamente y destrozó más hojas. Luego, un ligero crujido detrás de Harry y yo hizo que nos diéramos vuelta: Petunia, escondida detrás de un árbol, había perdido el equilibrio.
—¡Tuney! — Exclamó Lily, con una voz llena de sorpresa y bienvenida, pero Snape se había puesto de pie de un salto.
—¿Quién espía a quién ahora? — Gritó — ¿Qué es lo que quieres?
Petunia había perdido el aliento, alarmada por haber sido atrapada. Harry podía ver como luchaba por encontrar algo hiriente que decir.
—¿Y tú, qué traes puesto? — dijo, señalando al pecho de Snape — ¿Una blusa de tu mami?
Escucharon un “CRACK”: una rama cayo sobre la cabeza de Petunia. Lily gritó, la rama golpeó a Petunia en el hombro, quien retrocedió y se echó a llorar.
—¡Tuney!
Pero Petunia había salido corriendo. Lily se volteó hacia Snape.
—¿Tú hiciste que pasara eso?
—No — el chico parecía desafiante y asustado.
—¡Fuiste tú! — la niña se alejaba, sin darle la espalda — ¡Fuiste tú! ¡La lastimaste!
—No... ¡no lo hice!
Pero la mentira no convenció a Lily: después de una última mirada fulminante, se fue corriendo del bosquecillo, detrás de su hermana, y Snape se quedó allí, miserable y confundido...
Y el escenario se rearmó. Harry miró a su alrededor, Nos encontrábamos en el anden 9 y ¾, y Snape estaba a su lado, ligeramente encorvado, junto a una mujer delgada, pálida y con una mirada amarga, que le recordaba mucho a él. Snape miraba a una familia de cuatro miembros que se encontraba a una escasa distancia. Las
dos niñas estaban un tanto alejadas de sus padres. Lily parecía estar discutiendo con su hermana. Harry se acercó más para escuchar.
—¡Lo siento mucho, Tuney, lo siento! Escucha — tomó la mano de su hermana, y la sostuvo, a pesar de que Petunia trataba de soltarse — Tal vez cuando llegue, Tal vez cuando llegue, podré ir a hablar con el profesor Dumbledore y convencerlo para que cambie de opinión.
—¡Yo... no... quiero... ir! — Dijo Petunia, forcejeando por quitar su mano de entre las de su hermana — ¿Crees que quiero ir a un estúpido castillo a aprender a ser una... una...?
Sus ojos claros recorrieron la plataforma, sobre los gatos maullando en los brazos de sus dueños, sobre las lechuzas ululando y aleteándose unas a otras en sus jaulas, sobre los estudiantes, algunos ya vestidos con sus largas túnicas negras, cargando sus baúles al interior del tren escarlata o saludándose felices unos a otros después de un verano sin verse.
—¿Crees que quiero ser un... un... fenómeno?
Los ojos de Lily se llenaron de lágrimas mientras Petunia conseguía recuperar su mano.
—No soy un fenómeno — Dijo Lily — Es horrible que digas eso.
—Ahí es a donde vas — dijo Petunia, ardientemente — A una escuela especial para fenómenos. Tú y ese Snape... raros, eso es lo que son Es bueno que te separen de la gente normal. Es por nuestra propia seguridad.
Lily miró a sus padres, quienes miraban la plataforma con un aire de dicha total, disfrutando la escena. Luego volvió a mirar a su hermana, y su voz se volvió baja y fría.
—No pensabas que era una escuela para fenómenos cuando le escribiste al director rogándole que te aceptara.
Petunia se puso escarlata.
—¿Rogándole? ¡Yo no le rogué!
—Vi su respuesta. Fue muy amable.
—¡No debiste haberlo leído...! — susurró Petunia — Era algo privado... ¿Cómo pudiste?
Lily se delató a sí misma al mirar hacia donde se encontraba Snape. Petunia jadeó.
—¡Ese chico la encontró! ¡Tú y ese niño han estado espiando en mi habitación!
—No... no espiando — Ahora era Lily quien estaba a la defensiva — ¡Severus vio el sobre, y no podía creer que un no mago fuera capaz de contactar con Hogwarts, eso es todo! Dice que debe haber magos trabajando encubiertos en el servicio postal y que ellos se encargan de...
—¡Aparentemente los magos meten las narices en todas partes! — Dijo Petunia, ahora tan pálida como antes sonrojada — ¡Fenómeno! — Le espetó a su hermana,
encaminándose luego hacia sus padres.
La escena se disolvió una vez más. Snape recorría el corredor del Expreso de Hogwarts mientras este atravesaba el país. Ya se había puesto su túnica de la escuela, seguramente había aprovechado la primera oportunidad que había tenido para deshacerse de su extraña ropa muggle. Al fin se detuvo, fuera de un compartimiento en el cual unos chicos muy ruidosos conversaban. Encogida en un asiento de la esquina, junto a la ventana, estaba Lily, con su cara apretada contra el cristal de la ventana.
Snape abrió la puerta del compartimiento y se sentó frente a Lily. Ella lo miró y luego volvió la vista hacia la ventana. Había estado llorando.
—No quiero hablar contigo — Dijo con la voz contraída.
—¿Por qué no?
—Tuney m-me odia. Por ver la carta que Dumbledore le envió.
—¿Y qué?
Lily le lanzó una mirada de profundo desprecio.
—¡Que es mi hermana!
—Ella es sólo una... — Snape se contuvo rápidamente, pero Lily, demasiado ocupada en secarse las lágrimas sin que nadie se diera cuenta, no lo escuchó. —¡Pero nosotros nos vamos! — Dijo él, sin poder contener la emoción en su voz — ¡Este es el gran momento! ¡Nos vamos a Hogwarts!
Ella asintió, restregándose los ojos, pero muy a su pesar, sonrió ligeramente.
—Más te vale estar en Slytherin — Dijo Snape, envalentonado por el hecho de que se hubiese alegrado un poco.
—¿Slytherin?
Uno de los chicos con los que compartían el vagón, que no había demostrado el menor interés en Lily o Snape hasta ese momento, miró a su alrededor al escuchar esa palabra, y nuestra atención se había concentrado completamente en los dos que estaban junto a la ventana, vimos a nuestro padre: delgado, con el cabello negro igual que Snape, pero con ese aire indefinido de haber sido querido, incluso adorado, y que a Snape tanta falta le hacía.
—¿Quién quiere estar en Slytherin? Creo que mejor me voy, ¿te vienes? — preguntó James al chico tendido en los asientos de enfrente, y con un estremecimiento,
Harry se dio cuenta de que era Sirius. Sirius no sonreía.
—Toda mi familia ha estado en Slytherin — Dijo.
—Rayos — dijo James — Y a mí que me parecías normal.
Sirius sonrió.
—Tal vez rompa la tradición. ¿A dónde te irías, si tuvieras que elegir?
James levantó una espada invisible.
—¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Igual que mi padre.
Snape hizo un ruidito de disgusto. James se giró hacia él.
—¿Tienes algún problema con eso?
—No — Dijo Snape, aunque el desprecio en su voz daba a entender otra cosa — Si prefieres ser un musculoso a un cerebrito...
—¿A dónde esperas ir, viendo que no eres ninguna de las dos cosas? — interrumpió Sirius.
James se echó a reír. Lily se puso de pie, un tanto sonrojada, mirando a James y a Sirius con desagrado.
—Vamos, Severus, busquemos otro compartimiento.
—Oohhhhh...
James y Sirius imitaron su voz arrogante. James trató de empujar a Snape mientras pasaba.
—¡Te veo luego, Quejicus! — gritó una voz, mientras la puerta del compartimiento se cerraba de un portazo...
Y la escena se disolvió una vez más...
Nos encontrábamos parados detrás de Snape, mirando las iluminadas mesas de las Casas, llenas de caras. Luego la profesora McGonagall dijo:
—¡Evans, Lily!
Vimos a nuestra madre avanzar con las piernas temblándole y sentarse en el inestable taburete. La profesora McGonagall puso el Sombrero Seleccionador sobre su cabeza, y apenas un segundo después de que este tocó el cabello rojo oscuro, el sombrero gritó: “¡Gryffindor!” Escuchamos a Snape soltar un pequeño quejido. Lily se quitó el sombrero, se lo devolvió a la profesora McGonagall, y luego se apresuró en ir a la alegre mesa de los Gryffindors, pero mientras se encaminaba hacia allá miró a Snape con una sonrisa triste en su rostro. Harry vio a Sirius acomodarse en el banco para hacerle espacio. Ella le lanzó una mirada, pareció reconocerlo del tren, cruzó los brazos y firmemente le dio la espalda. Conozco a todos ellos, pero es extraño que Snape y ellos se llevaran mal digo el propio Snape me lo contó, me dijo todo sobre ellos, aunque jamas pensé que podría ser testigo de verlos.
La llamada de la lista continuó. Vimos a Lupin, Pettigrew y a nuestro padre unirse a Lily y Sirius en la mesa de Gryffindor. Cuando faltaban sólo una docena de estudiantes para ser sorteados, la profesora McGonagall llamó a Snape.
Harry caminó junto a él hacia el taburete, lo vio ponerse el sombrero yo me quede junto a Lily sentada en la banca junto a ella, digo es normal nadie se ha sentado aquí y tengo la oportunidad de estar cerca de Mamá de niña.
—¡Slytherin! — gritó el Sombrero Seleccionador.
Y Severus Snape caminó para el otro lado del Gran Comedor, lejos de Lily, hacia la mesa donde los de Slytherin le animaban, hacia donde Lucius Malfoy, con una placa de prefecto en el pecho, palmeaba a Snape en la espalda, mientras este se sentaba junto a él. Y luego la escena cambió...
Lily y Snape caminaban por el patio de la escuela, evidentemente discutiendo. Harry se apresuró en alcanzarlos, para escuchar lo que decían. Mientras los alcanzaba, se dio cuenta de cuanto habían crecido. Parecía que había pasado un par de años desde el sorteo. Yo caí al suelo dándome un gran golpe en el trasero, realmente fui tonta al sentarme sabiendo bien que la escena cambiaría, eso me pasa por hacer tonterías. Corrí tras Harry y los divise.
—¿... A pesar de que se suponía que éramos amigos? — Decía Snape — ¿Mejores amigos?
—¡Lo somos, Sev, pero no me gustan algunas de las personas con las que te juntas! Lo siento, pero detesto a Avery y a Mulciber. ¡Mulciber! ¿Qué le ves, Sev? ¡Es aterrador! ¿Sabes lo que trató de hacerle a Mary Macdonald el otro día?
Lily había alcanzado un pilar y se apoyaba en él, mirando a la delgada y pálida cara.
—No fue nada — Dijo Snape — Fue un chiste, eso era todo...
—Era magia oscura, y si eso te parece gracioso...
—¿Y qué hay con las cosas que hace Potter con sus amigos? — Demandó Snape. El color volvió a su rostro mientras decía esto, incapaz, al parecer, de mantenerse enojado.
—¿Qué tiene que ver Potter con todo esto? — Preguntó Lily.
—Se escapan de noche. Hay algo raro en ese Lupin. ¿A dónde va todo el tiempo?
—Está enfermo — dijo Lily — Dicen que está enfermo...
—¿Todos los meses en luna llena? — Replicó Snape.
—Conozco tu teoría — Dijo Lily fríamente — De cualquier forma, ¿Por qué te obsesionas con ellos? ¿Qué te importa lo que hagan de noche?
—Sólo trato de demostrarte que no son tan maravillosos como todos creen que son.
La intensidad de su mirada la hizo sonrojarse.
—Al menos no usan magia oscura — Lily disminuyó su voz — Y estás siendo muy ingrato, oí lo que pasó la otra noche. Fuiste a meterte a ese túnel cerca del Sauce Boxeador, y James Potter te salvó de lo que sea que haya ahí.
La cara de Snape se contrajo completamente mientras murmuraba:
—¿Que me salvó? ¿Salvar? ¿Crees que estaba jugando al héroe? ¡Estaba salvando su cuello, y el de sus amigos también! Tú no vas a... no te permitiré...
—¿Permitirme? ¿Permitirme?
Lily abrió sus brillantes ojos verdes como platos. Snape se arrepintió de inmediato.
—No quise decir... es sólo que no quiero que hagas el... ¡Le gustas, le gustas a James Potter! — Las palabras parecían salir de Snape contra su voluntad — Y él no es... lo que todos piensan... un héroe del Quidditch... — La amargura y el desagrado de Snape lo estaban volviendo incoherente, y las cejas de Lily se elevaban más y más en su frente.
—Sé que James Potter es un idiota arrogante — Dijo, cortando a Snape — No necesito que tú me lo digas. Pero la idea que Mulciber y Avery tienen del humor es simplemente malvada. Malvada. No entiendo como puedes ser amigo de ellos.
Harry dudaba mucho de que Snape hubiese siquiera escuchado sus quejas sobre Mulciber y Avery. En cuanto la había oído insultar a James Potter, todo su cuerpo se había relajado, y mientras seguían caminando el paso de Snape se volvió distinto...
Y la escena se disolvió...
Volvimos a ver a Snape dejando el Gran Comedor luego de hacer su T.I.M.O. de Defensa Contra las Artes Oscuras, vimos como se alejaba del castillo y paseaba sin darse cuenta cerca del lugar en donde James, Sirius, Lupin y Pettigrew estaban sentados juntos bajo el haya. Pero nos mantuvimos distante esta vez, pues Harry sabía lo que había pasado luego de que James levantaba a Snape en el aire y lo ridiculizaba (según el me había contando, aunque Snape me lo contó personalmente) , sabía
lo que habían hecho y dicho, y no quería volver a escucharlo... Vio a Lily unirse al grupo y defender a Snape. A la distancia oyó a Snape gritarle, en su humillación y su furia, las palabras imperdonables: Sangre sucia (También el me hablo de que le dijo Sangre sucia y de que estaba arrepentido).
La escena cambió...
—Lo siento.
—No me interesa.
—¡Lo siento!
—Guarda tu aliento.
Era de noche. Lily, que vestía una túnica de gala, estaba de pie con los brazos cruzados enfrente del portarretrato de la Dama Gorda, a la entrada de la torre de Gryffindor.
—Sólo salí porque Mary me dijo que amenazabas con dormir aquí.
—Iba a hacerlo. Lo hubiera hecho. Nunca quise llamarte sangre sucia, sólo...
—¡Se te escapo! — No había pena en la voz de Lily — Es demasiado tarde, he encontrado excusas para ti todos estos años. Ninguno de mis amigos puede entender por que te hablo. Tú y tus queridos amigos Mortífagos... ¡Ves, ni siquiera lo niegas! ¡Ni siquiera niegas que es a lo que todos aspiran! No puedes esperar para unirte a Ya – Sabes – Quien, ¿verdad?
Snape abrió la boca, pero la cerró sin hablar.
—No puedo seguir pretendiéndolo. Tú escogiste tu camino, y yo el mío.
—No, escucha, no quería...
—¿Llamarme sangre sucia? Pero así es como llamas a todos los de mi clase, Severus. ¿Por qué yo debería recibir un trato especial?
Snape luchó consigo mismo, a punto de decir algo, pero con una mirada de desprecio, Lily se dio vuelta y atravesó el agujero del portarretrato.
El corredor se disolvió, y la escena se demoró un poco más en rehacerse:
El Snape adulto estaba sin aliento, girando sobre si mismo, con la varita firmemente sujeta en la mano, esperando algo o a alguien… Su miedo infectó a Harry también, a pesar de saber que no podía ser dañado, y miró sobre su hombro, preguntándose que sería lo que Snape estaba esperando…
Luego un destello de luz blanca cegadora voló a través del aire. Harry pensó en el resplandor, pero Snape había caído de rodillas y su varita había salido disparada de sus manos.
—¡No me mate!
—Esa no era mi intención.
Cualquier sonido de la Aparición de Dumbledore había sido sofocado por el ruido del viento entre las ramas. Se detuvo junto a Snape con su túnica ondeando a su alrededor, y su cara iluminada por debajo por la luz creada por su varita.
—¿Y bien, Severus? ¿Qué mensaje tiene Lord Voldemort para mí?
—Ni... ningún mensaje... ¡Estoy aquí por mi cuenta!
Snape se secaba las manos. Parecía un poco loco, con su desordenado pelo negro volando a su alrededor.
—Yo... vine con una advertencia no, una petición... por favor...
Dumbledore agitó su varita. A pesar de que las hojas y las ramas aún volaban a través del aire nocturno a su alrededor, se hizo silencio en el lugar donde él y Snape se veían cara a cara.
—¿Qué petición podría hacerme un Mortífago?
—La... la profecía... la predicción... Trelawney...
—Ah, sí — Dijo Dumbledore — ¿Cuánto le contaste a Lord Voldemort?
—¡Todo, todo lo que escuché! — Respondió Snape – Es por eso que... es por esa razón que... ¡él cree que se trata de Lily Evans!
—La profecía no hacía referencia a una mujer — dijo Dumbledore — Hablaba de un niño nacido a finales de Julio...
—¡Sabes lo quiero decir! El piensa que se trata de su hijo, y la va a cazar... los va a matar a todos...
—Si significa tanto para ti — Dijo Dumbledore — seguramente Lord Voldemort la dejará ir, ¿no? ¿No podrías pedir piedad por la madre, a cambio del hijo?
—Yo... yo ya se lo pedí...
—Eres repugnante — Dijo Dumbledore, y Harry nunca había oído tanto disgusto en su voz. Snape pareció encogerse un poco — ¿No te preocupa, entonces, que su esposo y sus hijos mueran? ¿Ellos pueden morir, siempre y cuando tú obtengas lo que quieres?
Snape no dijo nada, simplemente miró a Dumbledore.
—Escóndelos a todos, entonces — Gruñó — Mantenla... mantenlos a salvo. Por favor.
—¿Y qué me darás a cambio, Severus?
—¿A… a cambio? — Snape miró a Dumbledore, y Harry pensó que se iba a quejar, pero luego de un momento muy largo dijo — Lo que sea.
La colina se deshizo, y nos encontramos de pie en la oficina de Dumbledore. Algo hacía un sonido terrible, como un animal herido. Snape se dejó caer en una silla y Dumbledore, parado sobre él, parecía muy afligido. Luego de un momento, Snape levantó su rostro, y parecía un hombre que hubiese vivido cien años de miserias desde que había dejado la colina salvaje.
—Pensé... que iba... a mantenerla... a salvo...
—Ella y James depositaron su confianza en la persona equivocada — Dijo Dumbledore — Igual que tú, Severus. ¿Acaso no esperabas que Voldemort la dejara ir?
Snape respiraba entrecortadamente.
—Sus hijos sobrevivieron — Dijo Dumbledore.
Con un pequeño movimiento de cabeza, Snape pareció alejar algo desagradable.
—Sus hijos viven. El niño tiene sus ojos, sus mismos ojos. Recuerdas la forma y el color de los ojos de Lily Evans, me imagino y la niña es identica a Lily... a excepción de sus ojos... como los de su padre.
—¡NO! — aulló Snape — Se ha ido... muerta...
—¿Te remuerde la conciencia, Severus?
—Desearía... desearía que yo hubiese muerto...
—¿Y eso de qué serviría? — dijo Dumbledore fríamente — Si amabas a Lily Evans, si realmente la amabas, entonces está claro lo que debes hacer.
—¿Qué... qué quieres decir?
—Sabes como y porqué murió. Asegúrate de que no fue en vano. Ayuda a proteger a los hijos de Lily.
—Él no necesita protección. El Señor Oscuro se ha ido...
—El Señor Oscuro regresará, y Harry Potter y Esther Potter estarán en un peligro terrible cuando lo haga.
Hubo una pausa muy larga, y lentamente Snape recuperó el control de sí mismo, reguló su respiración. Al fin dijo:
—Muy bien. Muy bien. ¡Pero nunca, nunca se lo diga a nadie, Dumbledore! ¡Esto queda entre nosotros! ¡Júrelo! No puedo soportar... especialmente los hijos de Potter... ¡Quiero su palabra!
—¿Mi palabra, Severus, de no revelar nunca lo mejor de ti? — Suspiró Dumbledore, mirando a la angustiada y feroz cara de Snape — Si insistes...
La oficina se disolvió y rearmó instantáneamente. Snape caminaba de un lado a otro en frente de Dumbledore.
—... Mediocre, arrogante como su padre, decidido a romper las reglas, fascinado de descubrir que es famoso, llamando la atención e impertinente...
—Ves lo que quieres ver, Severus — Dijo Dumbledore, sin levantar la vista de una copia de Transformación Moderna — Otros profesores me han dicho que el chico
es modesto, agradable y razonablemente talentoso. Personalmente, me parece un muchacho encantador.
Dumbledore dio vuelta a la página, y dijo sin mirar:
—Échale un vistazo a Quirrel, ¿quieres?
Un espiral de colores, y ahora todo se había oscurecido, y Snape y Dumbledore estaban de pie, un poco alejados en el hall de entrada, mientras los últimos que
quedaban del Baile de Navidad pasaban junto a ellos para irse a la cama.
—¿Y bien? — Murmuró Dumbledore.
—La marca de Karkaroff también se ha oscurecido. Está aterrado, teme una venganza, usted sabe cuanta ayuda le brindó al Ministerio después de que el Señor Oscuro cayera –Snape miró de reojo al perfil de nariz ganchuda de Dumbledore — Karkaroff huirá si la Marca comienza a quemar.
—¿Lo hará? — Preguntó Dumbledore suavemente, mientras Fleur Delacour y Roger Davies venían desde el patio, riendo — ¿Y tú, te sientes tentado a irte con él?
—No — Dijo Snape, con sus ojos negros fijos en las cada vez más alejadas siluetas de Fleur y Roger — No soy tan cobarde.
—No — Acordó Dumbledore — Eres un hombre mucho más valiente que Igor Karkaroff. Sabes, a veces pienso que sorteamos las Casas demasiado pronto...
Dumbledore se alejó, dejando a Snape con cara de estar herido.
Y ahora estábamos una vez más en la oficina del director. Era de noche, y Dumbledore giraba en la silla que parecía un trono detrás del escritorio, aparentemente semiconsciente. Su mano derecha colgaba de un lado, ennegrecida y quemada. Snape murmuraba encantamientos, señalando la muñeca de esa mano con su varita, mientras que su mano izquierda vaciaba un cáliz lleno de una poción dorada en la garganta de Dumbledore. Al cabo de unos momentos, las pestañas del director se sacudieron para abrirse.
—¿Por qué? — Dijo Snape, sin preámbulo — ¿Por qué se puso ese anillo? Lleva una maldición, seguramente ya lo sabía. ¿Por qué lo tocó?
El anillo de Marvolo Gaunt yacía en el escritorio frente a Dumbledore. Estaba roto; la espada de Gryffindor estaba tendida junto a él.
Dumbledore frunció el ceño.
—Fui... un tonto. Me vi profundamente tentado...
—¿Tentado a que?
Dumbledore no respondió.
—¡Es un milagro que haya podido regresar! — Snape sonaba furioso — Ese anillo portaba una maldición de un poder extraordinario, contenerla es lo más que
podemos hacer; he atrapado la maldición en su mano, por ahora...
Dumbledore levantó su mano, ennegrecida e inútil, y la examinó como si se tratara de una interesante antigüedad.
—Has hecho bien, Severus. ¿Cuánto tiempo crees que me queda?
El tono de Dumbledore era el de una conversación normal, podría haber estado preguntando por un informe del clima. Snape dudó un momento, antes de hablar.
—No sabría decirlo. Tal vez un año. No hay forma de contrarrestar un hechizo así para siempre. Eventualmente, se esparcirá. Es el tipo de maldición que crece con el tiempo.
Dumbledore sonrió. La noticia de que le quedaba menos de un año de vida no parecía importarle mucho.
—Soy muy afortunado, extremadamente afortunado de tenerte, Severus.
—¡Si sólo me hubiese llamado un poco antes, hubiese podido hacer algo más, darle algo más de tiempo! — Dijo Snape, furioso. Miró el anillo roto, y la espada — ¿Creía que con romper el anillo se rompería la maldición?
—Algo así... estaba delirando, sin duda alguna... — Dijo Dumbledore. Con un gran esfuerzo se enderezó en la silla — Bueno, en realidad, eso importará más adelante.
Snape se quedó completamente perplejo. Dumbledore sonrió.
—Me refiero al plan que Lord Voldemort tiene sobre mí — Su plan para conseguir que el pobre chico Malfoy me asesine.
Snape se sentó en la silla que Harry solía ocupar, al otro lado del escritorio de Dumbledore. Harry se dio cuenta de que quería seguir hablando de la mano maldita de Dumbledore, pero que este rehusaba educadamente a seguir discutiendo el asunto. A regañadientes, Snape dijo:
—El Señor Oscuro no cree que Draco lo consiga. Esto es simplemente un castigo por las recientes faltas de Lucius. Una tortura lenta para los padres de Draco, mientras ven como este falla y paga el precio.
—En otras palabras, el chico también está condenado por una sentencia de muerte, al igual que yo — Dijo Dumbledore – Ahora, creo saber que el sucesor natural del trabajo, cuando Draco falle, eres tú.
Hubo una pequeña pausa.
—Ese, según creo, es el plan del Señor Oscuro.
—¿Lord Voldemort predice que en un momento no muy lejano no necesitará un espía en Hogwarts?
—Cree que la escuela pronto estará bajo su control, sí.
—Y si realmente cayera bajo su control — Dijo Dumbledore, casi, según parecía, al aire — ¿Tengo tu palabra de que harás todo lo esté en tus manos para proteger a los estudiantes de Hogwarts?
Snape asintió firmemente.
—Bien. Ahora, tu primera prioridad es descubrir que es lo Draco trama. Un adolescente asustado es tan peligroso para el resto como para sí mismo. Ofrécele ayuda y guía, él aceptará, tú le agradas...
—No mucho menos desde que su padre perdió la confianza. Draco me culpa, cree que yo tomé el lugar de Lucius.
—De todas formas, inténtalo. Me preocupo más por las posibles víctimas de cualquier ataque que se le ocurra al chico que por mí mismo. En último caso, por supuesto, sólo hay una cosa que hacer para salvarlo de la ira de Lord Voldemort.
Snape alzó las cejas y su tono de voz era sardónico al preguntar:
—¿Piensas dejar que Voldemort te mate?
—Por supuesto que no. Tú debes matarme.
Hubo un largo silencio, interrumpido sólo por un extraño ruido de algo rompiéndose. Fawkes, el fénix, masticaba un poco de cuttlebone.
—¿Quiere que lo haga ahora? — Preguntó Snape, con la voz cargada de ironía — ¿O le doy algunos minutos para que componga su epitafio?
—Oh, todavía no — Respondió Dumbledore, sonriendo — Me atrevería a decir que el momento se presentará solo en el transcurso de los acontecimientos. Dado lo que ha ocurrido esta noche — Indicó su mano calcinada — podemos estar seguros que pasará durante este año.
—Si no le importa morir — Dijo Snape con rudeza — ¿Por qué no deja que Draco lo haga?
—El alma de ese chico aún no está tan dañada — dijo Dumbledore — no dejaré que se rompa por mi culpa.
—¿Y mi alma, Dumbledore? ¿Y la mía?
—Tú eres el único que sabe si tu alma se dañará al ayudar a un viejo a evitar el dolor y la humillación — Dijo Dumbledore — Te pido este gran favor a ti, Severus, porque la muerte vendrá por mi con tanta certeza como los Chudley Cannons serán los últimos de la liga este año. Gracias, Severus...
La oficina desapareció, y ahora Snape y Dumbledore caminaba juntos por los vacíos patios de la escuela a media luz.
—¿Qué hace con Potter, todas esas tardes que pasan encerrados juntos? — preguntó Snape abruptamente.
Dumbledore parecía cansado.
—¿Por qué? ¿No tratarás de ponerle más castigos, Severus? El chico pronto pasará más tiempo castigado que fuera.
—Está actuando como su padre otra vez...
—En apariencia, tal vez, pero su naturaleza es mucho más parecida a la de su madre. Paso mucho tiempo con Harry porque debo discutir algunas cosas con él, información que debo darle antes de que sea demasiado tarde.
—Información — Repitió Snape — Confía en él... no confía en mí, ni en la hermana de Potter.
—No es un asunto de confianza. Poseo, como ambos sabemos, un tiempo limitado. Es esencial que le de suficiente información como para que haga lo que necesita hacer.
—¿Y por qué no puedo recibir yo la misma información?
—Prefiero no poner todos mis secretos en el mismo cesto, especialmente si ese cesto pasa tanto tiempo colgando del brazo de Lord Voldemort.
—¡Lo hago bajo sus órdenes! Ademas por que no le da información a la chica, ella no tiene ningún vinculo con Lord Voldemort...
—Y lo haces muy bien. No creas que no estimo el constante peligro al que te expones, Severus. Entregarle a Voldemort información que parece valiosa mientras guardamos lo esencial es un trabajo que no le confiaría a nadie más que a ti. Y la información se la entregas tú, ella confiara más en ti, lo vi desde el comienzo una niña que no confiaba fácilmente en nadie, ella tiene la actitud de su padre, pero la apariencia de Lily... no te parece curioso.
—¡Y aún así, confía mucho más en un chico que es incapaz de aprender Oclumancia, cuya magia es mediocre, y que tiene una conexión directa con la mente del Señor Oscuro! Le entrego información por que usted no le dice nada a ella, no le responde las preguntas y la única fuente de respuestas las obtiene de mi... no puedo negarle responderselas, es como Lily, es como si tuviera a Lily devuelta... pero solo su apariencia, al menos me hace pensar como si Lily me ha dejado en manos para cuidar a su hija.
—Voldemort le teme a esa conexión — Dijo Dumbledore — No hace mucho, tuvo una pequeña lección sobre lo que realmente significa para él compartir la mente de Harry. Fue un dolor que nunca antes había experimentado. No volverá a tratar de poseer a Harry, estoy seguro. No de esa forma. Estoy seguro de que Esther confía más en ti que en otro profesor, y tienes razón, ella es como Lily aunque no lo es, ella te ve a ti como una buena persona, una parte oculta, como ella misma, mostrándose fría con las personas cuando por dentro es buena.
—No entiendo.
—El alma de Voldemort, tan desfigurada como se encuentra, no puede soportar el contacto con un alma como la de Harry. Es como una navaja de acero congelado, como la carne en llamas...
—¿Almas? ¡Estamos hablando de mentes!
—En el caso de Harry y Lord Voldemort, hablar de una cosa es lo mismo que hablar de la otra.
Dumbledore miró a su alrededor para asegurarse de que estuvieran solos. Estaban cerca del Bosque Prohibido, pero no había señal alguna de alguien cerca de ellos.
—Después de que me hayas matado, Severus...
—¡A pesar de que rehúsa contarme todo, espera ese pequeño servicio de mi parte! — Gritó Snape, y una furia verdadera apareció en su delgada cara — ¡Toma algo tan importante como si estuviera garantizado, Dumbledore! ¡Tal vez he cambiado de idea!
—Me diste tu palabra, Severus. Y ya que hablamos de servicios que me debes, pensé que habías aceptado mantener vigilado a nuestro joven amigo de Slytherin.
Snape estaba furioso, desafiante. Dumbledore suspiró.
—Ven a mi oficina esta noche, Severus, a las once, y no podrás quejarte de que no confío en ti...
De nuevo estábamos en la oficina de Dumbledore, las ventanas oscuras y Fawkes sentado en silencio, mientras Snape permanecía rígido y Dumbledore caminaba a su alrededor hablando.
—Harry no debe enterarse, no hasta el último momento, no hasta que sea necesario, de otra forma, ¿cómo tendría la fuerza necesaria para hacer lo tiene que hacer?
—Pero, ¿qué debe hacer?
—Eso el algo entre Harry y yo. Ahora escucha con atención, Severus. Llegará un momento... después de mi muerte... ¡no discutas, no me interrumpas! Llegará un momento en el que Lord Voldemort parecerá temer por su vida.
—¿Por que?
—La niña...
—¿Esther?
—Si, el temerá del poder de ella, la has entrenado muy bien, le has dado mucha información que podría servir para que ella misma mate a Voldemort
—¿Pero no se suponía que Potter acabaría con todo?
—Si, pero Esther es muy impulsiva y si ve que su hermano estará en peligro ella no dudara en atacar, ella vera morir a las personas que quiere, y eso sera lo que haga querer acabar con todo más rapido, se volverá más peligrosa, una joven destrozada sera un peligro pero un peligro para los enemigos, cuando acabe quiero que la cuides...
¿Que me cuide? Eso hubiera sido bueno, me hubiera sentido mejor... pero Snape ya no esta, se ha ido... una lagrima rodó por mi mejilla... voy a acabar con Voldemort, por Marshall y Snape, peleare por ellos, no dejare que sus muertes hayan sido en vano, no lo permitiré.
Harry y yo salimos del pensadero, caí al suelo de golpe. Harry me ayudo a levantarme y nos encaminamos por los pasillos de Hogwarts hacía nuestro destino.
—Coge...la... coge... la
Algo más que sangre estaba escurriéndose de Snape. Azul plateado, ni gas ni liquido, emanaba de su boca, oídos y ojos, y Harry sabía lo que era, pero no sabía qué hacer... ¿Acaso eso es lo que pienso?
—Miren...me... — Susurro Snape, Ambos nos inclinamos... mis lagrimas aun caen lentamente. — Esther eres... idéntica a Lily... y Harry... tienes... sus... ojos...
Ambos miramos a Snape, pero después de un segundo, algo en las profundidades de los ojos oscuros pareció desaparecer, dejándolos fijos, en blanco y vacíos. La mano que agarrada a Harry hizo un ruido sordo al golpear el suelo, y Snape no se movió más.
La voz de Voldemort resonó desde las paredes y el piso, y Harry se dio cuenta de que estaba hablando para Hogwarts y todo lo que lo que nos rodeaba, que quienes vivían en Hogsmeade y todos aquellos que aún peleaban en el castillo lo escucharían tan claramente como si estuviera parado detrás de ellos, sintiendo su aliento en sus cuellos, como un soplo de muerte.
—Han peleado — Dijo la voz, fría y aguda — valientemente. Lord Voldemort sabe valorar el coraje. Aun así, han sufrido grandes pérdidas. Si continúan resistiéndose a mí, todos ustedes morirán, uno por uno. No quisiera que esto pasara. Cada gota de sangre mágica que se derrama es una pérdida y un desperdicio. Lord Voldemort es piadoso. Ordeno a mis tropas retirarse inmediatamente. Tienen una hora. Preparen su muerte con dignidad. Traten a los heridos. Ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido. Si cuando acabe esa hora no has venido a verme, si no te has rendido, entonces la lucha se reiniciará. Pero esta vez yo mismo entraré en la batalla, Harry Potter, y te encontraré, y castigaré a cada hombre, mujer o niño que trate de protegerte. Una hora.
“Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido… Una hora…” Esa frase resonaba en mi mente, pero no dejare a Harry solo, el ha estado todo el tiempo para mi y es mi turno de estar para él, de defenderle, no importa si eso significa mi muerte, yo lo protegeré como el me protegió.
Pequeños trozos de algo parecían estar esparcidos en el frente del castillo. Faltaba una hora más o menos para el amanecer, y aún así todo estaba en completa oscuridad. Los dos nos apresuramos a ir hacia los escalones de piedra. Un perro solitario, del tamaño de un bote pequeño, yacía frente a ellos. No había ninguna señal de Grawp o de su atacante. El castillo estaba inusualmente silencioso. No había destellos luminosos, ni explosiones, gritos o exclamaciones. Las gárgolas de la desierta entrada estaban salpicadas de sangre. Aún había esmeraldas esparcidas por el suelo, junto con trozos de mármol y madera astillada. Parte de las barandillas había sido destrozada.
—¿Dónde estarán todos? — susurre a Harry.
Las mesas de las Casas ya no estaban, y la habitación estaba repleta. Los sobrevivientes se mantenían abrazados en grupos. Los heridos estaban siendo tratados por Madam Pomfrey y algunos ayudantes en una plataforma. Firenze se encontraba entre los heridos, emanaba sangre de su costado, y se sacudía desde donde estaba tendido, incapaz de ponerse de pie. Los muertos se encontraban en una fila en el medio del salón. Harry dirigió su mirada hacía donde yo miraba, Marshall... una lagrima silenciosa recorrió mi mejilla, ¿porque me tiene que ocurrir esto? Marshall era un mejor amigo para mi como lo era Draco, pero eramos compañeros de pelea.
Harry me rodeo con un brazo y me acerco a él abrazándome y consolándome.
—¿Contraseña?
—¡Dumbledore! — Gritó Harry y se que lo ha dicho sin pensarlo, pues era a él a quien quería ver, y para nuestra sorpresa, la gárgola se hizo a un lado, abriéndonos paso a la escalera de espiral a nuestras espaldas.
Pero cuando entramos en la oficina circular la encontré cambiada. Los portarretratos que colgaban de las paredes estaban vacíos. Ni un solo director o directora permanecía allí para verlo, todos, según parecía, se habían ido, tal vez porque en las pinturas alrededor del castillo podían ver más claramente lo que estaba pasando.
El Pensadero de piedra se encontraba en la misma cabina de siempre. Harry lo cargó hasta el escritorio e introdujo los recuerdos de Snape en la gran vasija con las marcas de runas en el borde. Escapar a la cabeza de otro sería un gran alivio... nada podía ser peor que sus propios pensamientos, aunque hubiesen pertenecido a Snape. Los recuerdos se arremolinaron, plateados y extraños, y sin dudarlo, con un sentimiento de imprudente abandono, aún sabiendo que esto aumentaría su pesar, nos zambullimos.
Sentí la luz del sol, y mis pies tocaron un suelo cálido, Harry se aya a mi lado. Al enderezarme, puedo ver que estaba en un patio de juegos casi totalmente desierto. Una única y gran chimenea era lo que distinguía en el lejano horizonte. Dos niñas se columpiaban hacia delante y atrás, y un niño delgadísimo las observaba desde detrás de unos arbustos. Su cabello negro era largo, y su ropa era tan desastrosa que parecía a propósito: jeans demasiado cortos, un abrigo lamentable y demasiado largo que podía haber pertenecido a un adulto y una extraña polera que parecía un delantal.
Harry se acercó al muchacho. Snape parecía tener unos nueve o diez años, pálido, pequeño y rudo. Había codicia sin disfrazar en su delgado rostro, mientras observaba a la más joven de las dos hermanas columpiarse más y más alto que su hermana. Me acerque a la pequeña pelirroja.
—¡Lily, no hagas eso! — Gritó la mayor
Pero la chica se había soltado del columpio en el punto más alto de este, y voló por los aires (literalmente, voló) y se lanzó hacia el cielo con una gran carcajada, y en vez de estrellarse contra el asfalto de patio, se elevó como un trapecista por el aire, manteniéndose arriba durante bastante tiempo y aterrizando suavemente.
—¡Mamá te dijo que no lo hicieras!
La niña dejó de columpiarse hundiendo sus sandalias en la tierra, provocando un crujido, y luego se puso de pie, con las manos en la cintura.
—¡Mamá dijo que no tenías permiso para hacerlo, Lily!
—Pero estoy bien — Dijo Lily, aún riendo — Tuney, mira esto. Mira lo que puedo hacer.
Petunia miró alrededor. El patio estaba vacío, a excepción de ellas mismas y, a pesar de que ellas no lo sabían, Snape. Lily recogió una flor que se había caído del arbusto detrás del cual Snape se escondía. Petunia avanzó, evidentemente dividida entre la curiosidad y la desaprobación. Lily esperó a que Petunia estuviese lo suficientemente cerca como para ver bien, y luego abrió la palma de su mano. La flor se sentó ahí, abriendo y cerrando sus pétalos, como si fuera una ostra extraña y bizarra, con muchos labios.
-—¡Detenlo! — Chilló Petunia.
—No te hace daño — Replicó Lily, pero cerro su mano y arrojó la flor.
—No está bien — Dijo Petunia, pero sus ojos habían seguido el vuelo de la flor hacia el suelo, y los mantuvo fijos en ese lugar — ¿Cómo lo haces? — añadió, con una voz que indicaba cuanto quería saber.
—Es obvio, ¿no? — Snape ya no podía contenerse, y saltó de detrás de los arbustos. Petunia gritó y retrocedió corriendo hacia los columpios, pero Lily, aunque claramente asustada, permaneció donde estaba. Snape pareció lamentar haber aparecido. Una capa de rubor se posó en sus pálidas mejillas mientras miraba a Lily.
—¿Qué es obvio? — Preguntó Lily.
Snape parecía nervioso y exaltado. Mirando a Petunia, que se asomaba por detrás de los columpios, bajó la voz y dijo:
—Yo sé lo que eres.
—¿Qué quieres decir?
—Eres... eres una bruja — Susurró Snape.
La niña se mostró ofendida.
—¡Eso no es algo muy agradable para decírselo a alguien!
Se dio vuelta, con la nariz hacia arriba, y se alejó hacia su hermana.
—¡No! — Dijo Snape. Ahora estaba completamente colorado, y Harry se preguntó porque no que quitaba su ridículamente largo abrigo, a menos que fuera porque no quería mostrar el delantal que traía debajo. Aleteó detrás de las chicas, pareciéndose grotescamente a un murciélago, al igual que su yo mayor.
Las hermanas lo examinaron con una mirada desaprobatoria, y se colgaron de las poleas de uno de los columpios, como si ese fuera un lugar seguro.
—Lo eres — Le dijo Snape a Lily — Eres una bruja, te he estado observando desde hace tiempo. Pero no tiene nada de malo, mi madre también lo es, y yo soy un mago.
La risa de Petunia era como agua fría.
—¡Un mago! — Exclamó, recuperando el coraje ahora que ya había superado el susto la aparición repentina — ¡Yo sé quien eres! ¡Eres ese tal Snape! Vives al terminar Spinner End, cerca del río! — le dijo a Lily, y era evidente por su tono de voz que consideraba la dirección muy poco recomendable — ¿Por qué nos has estado espiando?
—¡No he estado espiando! — Dijo Snape, acalorado, incómodo y con el cabello sucio bajo la luz del sol— No te espiaría a ti, de todas formas — añadió con desprecio — eres una muggle. — Aunque claramente Petunia no entendía la palabra, intuía lo que era por el tono.
—¡Ven, Lily, vamonos! — Dijo fríamente. Lily obedeció a su hermana de inmediato, mirando a Snape mientras se iba. Él no dejó de mirarlas en su camino hacia el portón de la plaza, y Harry, el único que quedaba para observarlo, pudo reconocer en él una amarga decepción, y comprendió que Snape había estado planeando este momento desde hacia mucho, y que le había salido completamente mal...
La escena se disolvió, y antes de que Harry se diera cuenta, se rehízo a su alrededor. Ahora estábamos en un pequeño bosque. Podía ver el agua de un río brillando a través de los troncos. Las sombras que daban los árboles dejaban un claro verde y fresco. Dos niños se encontraban sentados en suelo, cara a cara y con las piernas cruzadas. Snape se había quitado el abrigo, y su delantal parecía menos peculiar a media luz.
—Y el Ministerio puede castigarte por hacer magia fuera de la escuela, te envían cartas.
—¡Pero yo sí he hecho magia fuera de la escuela!
—Estamos a salvo. Aún no tenemos nuestras varitas. Te dejan en paz cuando eres un niño y no puedes evitarlo. Pero cuando cumples once — Y asintió, dándose
importancia – y te comienzan a entrenar, debes ser más cuidadoso.
Hubo un pequeño silencio. Lily había recogido una ramita caída y la hacía girar en el aire; Harry supo que la niña imaginaba chispas saliendo de ella. Luego dejó caer la ramita y se inclinó hacia el chico.
—Es verdad ¿no? ¿No es una broma? Petunia dice que me estás mintiendo. Petunia dice que no existe Hogwarts. Es verdad, ¿no?
—Es verdad para nosotros — Dijo Snape - no para ella. Pero recibiremos la carta, tú y yo.
—¿En serio? — Susurró Lily.
—Definitivamente — dijo Snape, e incluso con su mal corte de cabello y su extraña ropa, su figura pareció enaltecerse en frente de ella, lleno de confianza en su destino.
—¿Y de verdad me llegará por lechuza? — susurró Lily.
—Normalmente — dijo Snape — pero eres hija de muggles, así que alguien de la escuela tendrá que venir a explicarsele a tus padres.
—¿Existen diferencias por ser hija de muggles?
Snape dudó un instante. Sus ojos negros, impacientes y repentinamente abatidos, recorrieron la pálida cara y el cabello rojo oscuro.
—No — Dijo — No existe ninguna diferencia.
—Que bien — Dijo Lily, relajándose. Estaba claro que eso la había estado preocupando.
—Tienes mucha magia — Dijo Snape — pude verlo. Todo el tiempo que te observé
Su voz fue desapareciendo, ella no estaba escuchando, pero se había estirado en el suelo frondoso y miraba hacia las hojas en las copas de los árboles que había sobre ellos. Él la miró con tanta intensidad como la había mirado en el patio de juegos.
—¿Cómo van las cosas en tu casa? — Preguntó Lily.
Snape frunció un poco el entrecejo.
—Bien — Dijo.
—¿Ya no se pelean?
—Oh, sí. Sí se pelean — Dijo Snape, recogiendo un montón de hojas y rompiéndolas, aparentemente sin darse cuenta de lo que estaba haciendo — Pero no falta mucho para que me vaya.
—¿A tu padre no le gusta la magia?
—Creo que no hay nada que le guste mucho — Dijo Snape.
—¿Severus?
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Snape cuando ella mencionó su nombre.
—¿Si?
—Háblame otra vez sobre los Dementores.
—¿Qué quieres saber de ellos?
—Si yo uso magia fuera de la escuela...
—¡No te enviarán a los Dementores por eso! Los Dementores son para gente que ha hecho cosas realmente malas. Son los guardianes de la prisión mágica, Azkaban. Pero tú no irás a Azkaban, eres demasiado...
Snape se sonrojó nuevamente y destrozó más hojas. Luego, un ligero crujido detrás de Harry y yo hizo que nos diéramos vuelta: Petunia, escondida detrás de un árbol, había perdido el equilibrio.
—¡Tuney! — Exclamó Lily, con una voz llena de sorpresa y bienvenida, pero Snape se había puesto de pie de un salto.
—¿Quién espía a quién ahora? — Gritó — ¿Qué es lo que quieres?
Petunia había perdido el aliento, alarmada por haber sido atrapada. Harry podía ver como luchaba por encontrar algo hiriente que decir.
—¿Y tú, qué traes puesto? — dijo, señalando al pecho de Snape — ¿Una blusa de tu mami?
Escucharon un “CRACK”: una rama cayo sobre la cabeza de Petunia. Lily gritó, la rama golpeó a Petunia en el hombro, quien retrocedió y se echó a llorar.
—¡Tuney!
Pero Petunia había salido corriendo. Lily se volteó hacia Snape.
—¿Tú hiciste que pasara eso?
—No — el chico parecía desafiante y asustado.
—¡Fuiste tú! — la niña se alejaba, sin darle la espalda — ¡Fuiste tú! ¡La lastimaste!
—No... ¡no lo hice!
Pero la mentira no convenció a Lily: después de una última mirada fulminante, se fue corriendo del bosquecillo, detrás de su hermana, y Snape se quedó allí, miserable y confundido...
Y el escenario se rearmó. Harry miró a su alrededor, Nos encontrábamos en el anden 9 y ¾, y Snape estaba a su lado, ligeramente encorvado, junto a una mujer delgada, pálida y con una mirada amarga, que le recordaba mucho a él. Snape miraba a una familia de cuatro miembros que se encontraba a una escasa distancia. Las
dos niñas estaban un tanto alejadas de sus padres. Lily parecía estar discutiendo con su hermana. Harry se acercó más para escuchar.
—¡Lo siento mucho, Tuney, lo siento! Escucha — tomó la mano de su hermana, y la sostuvo, a pesar de que Petunia trataba de soltarse — Tal vez cuando llegue, Tal vez cuando llegue, podré ir a hablar con el profesor Dumbledore y convencerlo para que cambie de opinión.
—¡Yo... no... quiero... ir! — Dijo Petunia, forcejeando por quitar su mano de entre las de su hermana — ¿Crees que quiero ir a un estúpido castillo a aprender a ser una... una...?
Sus ojos claros recorrieron la plataforma, sobre los gatos maullando en los brazos de sus dueños, sobre las lechuzas ululando y aleteándose unas a otras en sus jaulas, sobre los estudiantes, algunos ya vestidos con sus largas túnicas negras, cargando sus baúles al interior del tren escarlata o saludándose felices unos a otros después de un verano sin verse.
—¿Crees que quiero ser un... un... fenómeno?
Los ojos de Lily se llenaron de lágrimas mientras Petunia conseguía recuperar su mano.
—No soy un fenómeno — Dijo Lily — Es horrible que digas eso.
—Ahí es a donde vas — dijo Petunia, ardientemente — A una escuela especial para fenómenos. Tú y ese Snape... raros, eso es lo que son Es bueno que te separen de la gente normal. Es por nuestra propia seguridad.
Lily miró a sus padres, quienes miraban la plataforma con un aire de dicha total, disfrutando la escena. Luego volvió a mirar a su hermana, y su voz se volvió baja y fría.
—No pensabas que era una escuela para fenómenos cuando le escribiste al director rogándole que te aceptara.
Petunia se puso escarlata.
—¿Rogándole? ¡Yo no le rogué!
—Vi su respuesta. Fue muy amable.
—¡No debiste haberlo leído...! — susurró Petunia — Era algo privado... ¿Cómo pudiste?
Lily se delató a sí misma al mirar hacia donde se encontraba Snape. Petunia jadeó.
—¡Ese chico la encontró! ¡Tú y ese niño han estado espiando en mi habitación!
—No... no espiando — Ahora era Lily quien estaba a la defensiva — ¡Severus vio el sobre, y no podía creer que un no mago fuera capaz de contactar con Hogwarts, eso es todo! Dice que debe haber magos trabajando encubiertos en el servicio postal y que ellos se encargan de...
—¡Aparentemente los magos meten las narices en todas partes! — Dijo Petunia, ahora tan pálida como antes sonrojada — ¡Fenómeno! — Le espetó a su hermana,
encaminándose luego hacia sus padres.
La escena se disolvió una vez más. Snape recorría el corredor del Expreso de Hogwarts mientras este atravesaba el país. Ya se había puesto su túnica de la escuela, seguramente había aprovechado la primera oportunidad que había tenido para deshacerse de su extraña ropa muggle. Al fin se detuvo, fuera de un compartimiento en el cual unos chicos muy ruidosos conversaban. Encogida en un asiento de la esquina, junto a la ventana, estaba Lily, con su cara apretada contra el cristal de la ventana.
Snape abrió la puerta del compartimiento y se sentó frente a Lily. Ella lo miró y luego volvió la vista hacia la ventana. Había estado llorando.
—No quiero hablar contigo — Dijo con la voz contraída.
—¿Por qué no?
—Tuney m-me odia. Por ver la carta que Dumbledore le envió.
—¿Y qué?
Lily le lanzó una mirada de profundo desprecio.
—¡Que es mi hermana!
—Ella es sólo una... — Snape se contuvo rápidamente, pero Lily, demasiado ocupada en secarse las lágrimas sin que nadie se diera cuenta, no lo escuchó. —¡Pero nosotros nos vamos! — Dijo él, sin poder contener la emoción en su voz — ¡Este es el gran momento! ¡Nos vamos a Hogwarts!
Ella asintió, restregándose los ojos, pero muy a su pesar, sonrió ligeramente.
—Más te vale estar en Slytherin — Dijo Snape, envalentonado por el hecho de que se hubiese alegrado un poco.
—¿Slytherin?
Uno de los chicos con los que compartían el vagón, que no había demostrado el menor interés en Lily o Snape hasta ese momento, miró a su alrededor al escuchar esa palabra, y nuestra atención se había concentrado completamente en los dos que estaban junto a la ventana, vimos a nuestro padre: delgado, con el cabello negro igual que Snape, pero con ese aire indefinido de haber sido querido, incluso adorado, y que a Snape tanta falta le hacía.
—¿Quién quiere estar en Slytherin? Creo que mejor me voy, ¿te vienes? — preguntó James al chico tendido en los asientos de enfrente, y con un estremecimiento,
Harry se dio cuenta de que era Sirius. Sirius no sonreía.
—Toda mi familia ha estado en Slytherin — Dijo.
—Rayos — dijo James — Y a mí que me parecías normal.
Sirius sonrió.
—Tal vez rompa la tradición. ¿A dónde te irías, si tuvieras que elegir?
James levantó una espada invisible.
—¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Igual que mi padre.
Snape hizo un ruidito de disgusto. James se giró hacia él.
—¿Tienes algún problema con eso?
—No — Dijo Snape, aunque el desprecio en su voz daba a entender otra cosa — Si prefieres ser un musculoso a un cerebrito...
—¿A dónde esperas ir, viendo que no eres ninguna de las dos cosas? — interrumpió Sirius.
James se echó a reír. Lily se puso de pie, un tanto sonrojada, mirando a James y a Sirius con desagrado.
—Vamos, Severus, busquemos otro compartimiento.
—Oohhhhh...
James y Sirius imitaron su voz arrogante. James trató de empujar a Snape mientras pasaba.
—¡Te veo luego, Quejicus! — gritó una voz, mientras la puerta del compartimiento se cerraba de un portazo...
Y la escena se disolvió una vez más...
Nos encontrábamos parados detrás de Snape, mirando las iluminadas mesas de las Casas, llenas de caras. Luego la profesora McGonagall dijo:
—¡Evans, Lily!
Vimos a nuestra madre avanzar con las piernas temblándole y sentarse en el inestable taburete. La profesora McGonagall puso el Sombrero Seleccionador sobre su cabeza, y apenas un segundo después de que este tocó el cabello rojo oscuro, el sombrero gritó: “¡Gryffindor!” Escuchamos a Snape soltar un pequeño quejido. Lily se quitó el sombrero, se lo devolvió a la profesora McGonagall, y luego se apresuró en ir a la alegre mesa de los Gryffindors, pero mientras se encaminaba hacia allá miró a Snape con una sonrisa triste en su rostro. Harry vio a Sirius acomodarse en el banco para hacerle espacio. Ella le lanzó una mirada, pareció reconocerlo del tren, cruzó los brazos y firmemente le dio la espalda. Conozco a todos ellos, pero es extraño que Snape y ellos se llevaran mal digo el propio Snape me lo contó, me dijo todo sobre ellos, aunque jamas pensé que podría ser testigo de verlos.
La llamada de la lista continuó. Vimos a Lupin, Pettigrew y a nuestro padre unirse a Lily y Sirius en la mesa de Gryffindor. Cuando faltaban sólo una docena de estudiantes para ser sorteados, la profesora McGonagall llamó a Snape.
Harry caminó junto a él hacia el taburete, lo vio ponerse el sombrero yo me quede junto a Lily sentada en la banca junto a ella, digo es normal nadie se ha sentado aquí y tengo la oportunidad de estar cerca de Mamá de niña.
—¡Slytherin! — gritó el Sombrero Seleccionador.
Y Severus Snape caminó para el otro lado del Gran Comedor, lejos de Lily, hacia la mesa donde los de Slytherin le animaban, hacia donde Lucius Malfoy, con una placa de prefecto en el pecho, palmeaba a Snape en la espalda, mientras este se sentaba junto a él. Y luego la escena cambió...
Lily y Snape caminaban por el patio de la escuela, evidentemente discutiendo. Harry se apresuró en alcanzarlos, para escuchar lo que decían. Mientras los alcanzaba, se dio cuenta de cuanto habían crecido. Parecía que había pasado un par de años desde el sorteo. Yo caí al suelo dándome un gran golpe en el trasero, realmente fui tonta al sentarme sabiendo bien que la escena cambiaría, eso me pasa por hacer tonterías. Corrí tras Harry y los divise.
—¿... A pesar de que se suponía que éramos amigos? — Decía Snape — ¿Mejores amigos?
—¡Lo somos, Sev, pero no me gustan algunas de las personas con las que te juntas! Lo siento, pero detesto a Avery y a Mulciber. ¡Mulciber! ¿Qué le ves, Sev? ¡Es aterrador! ¿Sabes lo que trató de hacerle a Mary Macdonald el otro día?
Lily había alcanzado un pilar y se apoyaba en él, mirando a la delgada y pálida cara.
—No fue nada — Dijo Snape — Fue un chiste, eso era todo...
—Era magia oscura, y si eso te parece gracioso...
—¿Y qué hay con las cosas que hace Potter con sus amigos? — Demandó Snape. El color volvió a su rostro mientras decía esto, incapaz, al parecer, de mantenerse enojado.
—¿Qué tiene que ver Potter con todo esto? — Preguntó Lily.
—Se escapan de noche. Hay algo raro en ese Lupin. ¿A dónde va todo el tiempo?
—Está enfermo — dijo Lily — Dicen que está enfermo...
—¿Todos los meses en luna llena? — Replicó Snape.
—Conozco tu teoría — Dijo Lily fríamente — De cualquier forma, ¿Por qué te obsesionas con ellos? ¿Qué te importa lo que hagan de noche?
—Sólo trato de demostrarte que no son tan maravillosos como todos creen que son.
La intensidad de su mirada la hizo sonrojarse.
—Al menos no usan magia oscura — Lily disminuyó su voz — Y estás siendo muy ingrato, oí lo que pasó la otra noche. Fuiste a meterte a ese túnel cerca del Sauce Boxeador, y James Potter te salvó de lo que sea que haya ahí.
La cara de Snape se contrajo completamente mientras murmuraba:
—¿Que me salvó? ¿Salvar? ¿Crees que estaba jugando al héroe? ¡Estaba salvando su cuello, y el de sus amigos también! Tú no vas a... no te permitiré...
—¿Permitirme? ¿Permitirme?
Lily abrió sus brillantes ojos verdes como platos. Snape se arrepintió de inmediato.
—No quise decir... es sólo que no quiero que hagas el... ¡Le gustas, le gustas a James Potter! — Las palabras parecían salir de Snape contra su voluntad — Y él no es... lo que todos piensan... un héroe del Quidditch... — La amargura y el desagrado de Snape lo estaban volviendo incoherente, y las cejas de Lily se elevaban más y más en su frente.
—Sé que James Potter es un idiota arrogante — Dijo, cortando a Snape — No necesito que tú me lo digas. Pero la idea que Mulciber y Avery tienen del humor es simplemente malvada. Malvada. No entiendo como puedes ser amigo de ellos.
Harry dudaba mucho de que Snape hubiese siquiera escuchado sus quejas sobre Mulciber y Avery. En cuanto la había oído insultar a James Potter, todo su cuerpo se había relajado, y mientras seguían caminando el paso de Snape se volvió distinto...
Y la escena se disolvió...
Volvimos a ver a Snape dejando el Gran Comedor luego de hacer su T.I.M.O. de Defensa Contra las Artes Oscuras, vimos como se alejaba del castillo y paseaba sin darse cuenta cerca del lugar en donde James, Sirius, Lupin y Pettigrew estaban sentados juntos bajo el haya. Pero nos mantuvimos distante esta vez, pues Harry sabía lo que había pasado luego de que James levantaba a Snape en el aire y lo ridiculizaba (según el me había contando, aunque Snape me lo contó personalmente) , sabía
lo que habían hecho y dicho, y no quería volver a escucharlo... Vio a Lily unirse al grupo y defender a Snape. A la distancia oyó a Snape gritarle, en su humillación y su furia, las palabras imperdonables: Sangre sucia (También el me hablo de que le dijo Sangre sucia y de que estaba arrepentido).
La escena cambió...
—Lo siento.
—No me interesa.
—¡Lo siento!
—Guarda tu aliento.
Era de noche. Lily, que vestía una túnica de gala, estaba de pie con los brazos cruzados enfrente del portarretrato de la Dama Gorda, a la entrada de la torre de Gryffindor.
—Sólo salí porque Mary me dijo que amenazabas con dormir aquí.
—Iba a hacerlo. Lo hubiera hecho. Nunca quise llamarte sangre sucia, sólo...
—¡Se te escapo! — No había pena en la voz de Lily — Es demasiado tarde, he encontrado excusas para ti todos estos años. Ninguno de mis amigos puede entender por que te hablo. Tú y tus queridos amigos Mortífagos... ¡Ves, ni siquiera lo niegas! ¡Ni siquiera niegas que es a lo que todos aspiran! No puedes esperar para unirte a Ya – Sabes – Quien, ¿verdad?
Snape abrió la boca, pero la cerró sin hablar.
—No puedo seguir pretendiéndolo. Tú escogiste tu camino, y yo el mío.
—No, escucha, no quería...
—¿Llamarme sangre sucia? Pero así es como llamas a todos los de mi clase, Severus. ¿Por qué yo debería recibir un trato especial?
Snape luchó consigo mismo, a punto de decir algo, pero con una mirada de desprecio, Lily se dio vuelta y atravesó el agujero del portarretrato.
El corredor se disolvió, y la escena se demoró un poco más en rehacerse:
El Snape adulto estaba sin aliento, girando sobre si mismo, con la varita firmemente sujeta en la mano, esperando algo o a alguien… Su miedo infectó a Harry también, a pesar de saber que no podía ser dañado, y miró sobre su hombro, preguntándose que sería lo que Snape estaba esperando…
Luego un destello de luz blanca cegadora voló a través del aire. Harry pensó en el resplandor, pero Snape había caído de rodillas y su varita había salido disparada de sus manos.
—¡No me mate!
—Esa no era mi intención.
Cualquier sonido de la Aparición de Dumbledore había sido sofocado por el ruido del viento entre las ramas. Se detuvo junto a Snape con su túnica ondeando a su alrededor, y su cara iluminada por debajo por la luz creada por su varita.
—¿Y bien, Severus? ¿Qué mensaje tiene Lord Voldemort para mí?
—Ni... ningún mensaje... ¡Estoy aquí por mi cuenta!
Snape se secaba las manos. Parecía un poco loco, con su desordenado pelo negro volando a su alrededor.
—Yo... vine con una advertencia no, una petición... por favor...
Dumbledore agitó su varita. A pesar de que las hojas y las ramas aún volaban a través del aire nocturno a su alrededor, se hizo silencio en el lugar donde él y Snape se veían cara a cara.
—¿Qué petición podría hacerme un Mortífago?
—La... la profecía... la predicción... Trelawney...
—Ah, sí — Dijo Dumbledore — ¿Cuánto le contaste a Lord Voldemort?
—¡Todo, todo lo que escuché! — Respondió Snape – Es por eso que... es por esa razón que... ¡él cree que se trata de Lily Evans!
—La profecía no hacía referencia a una mujer — dijo Dumbledore — Hablaba de un niño nacido a finales de Julio...
—¡Sabes lo quiero decir! El piensa que se trata de su hijo, y la va a cazar... los va a matar a todos...
—Si significa tanto para ti — Dijo Dumbledore — seguramente Lord Voldemort la dejará ir, ¿no? ¿No podrías pedir piedad por la madre, a cambio del hijo?
—Yo... yo ya se lo pedí...
—Eres repugnante — Dijo Dumbledore, y Harry nunca había oído tanto disgusto en su voz. Snape pareció encogerse un poco — ¿No te preocupa, entonces, que su esposo y sus hijos mueran? ¿Ellos pueden morir, siempre y cuando tú obtengas lo que quieres?
Snape no dijo nada, simplemente miró a Dumbledore.
—Escóndelos a todos, entonces — Gruñó — Mantenla... mantenlos a salvo. Por favor.
—¿Y qué me darás a cambio, Severus?
—¿A… a cambio? — Snape miró a Dumbledore, y Harry pensó que se iba a quejar, pero luego de un momento muy largo dijo — Lo que sea.
La colina se deshizo, y nos encontramos de pie en la oficina de Dumbledore. Algo hacía un sonido terrible, como un animal herido. Snape se dejó caer en una silla y Dumbledore, parado sobre él, parecía muy afligido. Luego de un momento, Snape levantó su rostro, y parecía un hombre que hubiese vivido cien años de miserias desde que había dejado la colina salvaje.
—Pensé... que iba... a mantenerla... a salvo...
—Ella y James depositaron su confianza en la persona equivocada — Dijo Dumbledore — Igual que tú, Severus. ¿Acaso no esperabas que Voldemort la dejara ir?
Snape respiraba entrecortadamente.
—Sus hijos sobrevivieron — Dijo Dumbledore.
Con un pequeño movimiento de cabeza, Snape pareció alejar algo desagradable.
—Sus hijos viven. El niño tiene sus ojos, sus mismos ojos. Recuerdas la forma y el color de los ojos de Lily Evans, me imagino y la niña es identica a Lily... a excepción de sus ojos... como los de su padre.
—¡NO! — aulló Snape — Se ha ido... muerta...
—¿Te remuerde la conciencia, Severus?
—Desearía... desearía que yo hubiese muerto...
—¿Y eso de qué serviría? — dijo Dumbledore fríamente — Si amabas a Lily Evans, si realmente la amabas, entonces está claro lo que debes hacer.
—¿Qué... qué quieres decir?
—Sabes como y porqué murió. Asegúrate de que no fue en vano. Ayuda a proteger a los hijos de Lily.
—Él no necesita protección. El Señor Oscuro se ha ido...
—El Señor Oscuro regresará, y Harry Potter y Esther Potter estarán en un peligro terrible cuando lo haga.
Hubo una pausa muy larga, y lentamente Snape recuperó el control de sí mismo, reguló su respiración. Al fin dijo:
—Muy bien. Muy bien. ¡Pero nunca, nunca se lo diga a nadie, Dumbledore! ¡Esto queda entre nosotros! ¡Júrelo! No puedo soportar... especialmente los hijos de Potter... ¡Quiero su palabra!
—¿Mi palabra, Severus, de no revelar nunca lo mejor de ti? — Suspiró Dumbledore, mirando a la angustiada y feroz cara de Snape — Si insistes...
La oficina se disolvió y rearmó instantáneamente. Snape caminaba de un lado a otro en frente de Dumbledore.
—... Mediocre, arrogante como su padre, decidido a romper las reglas, fascinado de descubrir que es famoso, llamando la atención e impertinente...
—Ves lo que quieres ver, Severus — Dijo Dumbledore, sin levantar la vista de una copia de Transformación Moderna — Otros profesores me han dicho que el chico
es modesto, agradable y razonablemente talentoso. Personalmente, me parece un muchacho encantador.
Dumbledore dio vuelta a la página, y dijo sin mirar:
—Échale un vistazo a Quirrel, ¿quieres?
Un espiral de colores, y ahora todo se había oscurecido, y Snape y Dumbledore estaban de pie, un poco alejados en el hall de entrada, mientras los últimos que
quedaban del Baile de Navidad pasaban junto a ellos para irse a la cama.
—¿Y bien? — Murmuró Dumbledore.
—La marca de Karkaroff también se ha oscurecido. Está aterrado, teme una venganza, usted sabe cuanta ayuda le brindó al Ministerio después de que el Señor Oscuro cayera –Snape miró de reojo al perfil de nariz ganchuda de Dumbledore — Karkaroff huirá si la Marca comienza a quemar.
—¿Lo hará? — Preguntó Dumbledore suavemente, mientras Fleur Delacour y Roger Davies venían desde el patio, riendo — ¿Y tú, te sientes tentado a irte con él?
—No — Dijo Snape, con sus ojos negros fijos en las cada vez más alejadas siluetas de Fleur y Roger — No soy tan cobarde.
—No — Acordó Dumbledore — Eres un hombre mucho más valiente que Igor Karkaroff. Sabes, a veces pienso que sorteamos las Casas demasiado pronto...
Dumbledore se alejó, dejando a Snape con cara de estar herido.
Y ahora estábamos una vez más en la oficina del director. Era de noche, y Dumbledore giraba en la silla que parecía un trono detrás del escritorio, aparentemente semiconsciente. Su mano derecha colgaba de un lado, ennegrecida y quemada. Snape murmuraba encantamientos, señalando la muñeca de esa mano con su varita, mientras que su mano izquierda vaciaba un cáliz lleno de una poción dorada en la garganta de Dumbledore. Al cabo de unos momentos, las pestañas del director se sacudieron para abrirse.
—¿Por qué? — Dijo Snape, sin preámbulo — ¿Por qué se puso ese anillo? Lleva una maldición, seguramente ya lo sabía. ¿Por qué lo tocó?
El anillo de Marvolo Gaunt yacía en el escritorio frente a Dumbledore. Estaba roto; la espada de Gryffindor estaba tendida junto a él.
Dumbledore frunció el ceño.
—Fui... un tonto. Me vi profundamente tentado...
—¿Tentado a que?
Dumbledore no respondió.
—¡Es un milagro que haya podido regresar! — Snape sonaba furioso — Ese anillo portaba una maldición de un poder extraordinario, contenerla es lo más que
podemos hacer; he atrapado la maldición en su mano, por ahora...
Dumbledore levantó su mano, ennegrecida e inútil, y la examinó como si se tratara de una interesante antigüedad.
—Has hecho bien, Severus. ¿Cuánto tiempo crees que me queda?
El tono de Dumbledore era el de una conversación normal, podría haber estado preguntando por un informe del clima. Snape dudó un momento, antes de hablar.
—No sabría decirlo. Tal vez un año. No hay forma de contrarrestar un hechizo así para siempre. Eventualmente, se esparcirá. Es el tipo de maldición que crece con el tiempo.
Dumbledore sonrió. La noticia de que le quedaba menos de un año de vida no parecía importarle mucho.
—Soy muy afortunado, extremadamente afortunado de tenerte, Severus.
—¡Si sólo me hubiese llamado un poco antes, hubiese podido hacer algo más, darle algo más de tiempo! — Dijo Snape, furioso. Miró el anillo roto, y la espada — ¿Creía que con romper el anillo se rompería la maldición?
—Algo así... estaba delirando, sin duda alguna... — Dijo Dumbledore. Con un gran esfuerzo se enderezó en la silla — Bueno, en realidad, eso importará más adelante.
Snape se quedó completamente perplejo. Dumbledore sonrió.
—Me refiero al plan que Lord Voldemort tiene sobre mí — Su plan para conseguir que el pobre chico Malfoy me asesine.
Snape se sentó en la silla que Harry solía ocupar, al otro lado del escritorio de Dumbledore. Harry se dio cuenta de que quería seguir hablando de la mano maldita de Dumbledore, pero que este rehusaba educadamente a seguir discutiendo el asunto. A regañadientes, Snape dijo:
—El Señor Oscuro no cree que Draco lo consiga. Esto es simplemente un castigo por las recientes faltas de Lucius. Una tortura lenta para los padres de Draco, mientras ven como este falla y paga el precio.
—En otras palabras, el chico también está condenado por una sentencia de muerte, al igual que yo — Dijo Dumbledore – Ahora, creo saber que el sucesor natural del trabajo, cuando Draco falle, eres tú.
Hubo una pequeña pausa.
—Ese, según creo, es el plan del Señor Oscuro.
—¿Lord Voldemort predice que en un momento no muy lejano no necesitará un espía en Hogwarts?
—Cree que la escuela pronto estará bajo su control, sí.
—Y si realmente cayera bajo su control — Dijo Dumbledore, casi, según parecía, al aire — ¿Tengo tu palabra de que harás todo lo esté en tus manos para proteger a los estudiantes de Hogwarts?
Snape asintió firmemente.
—Bien. Ahora, tu primera prioridad es descubrir que es lo Draco trama. Un adolescente asustado es tan peligroso para el resto como para sí mismo. Ofrécele ayuda y guía, él aceptará, tú le agradas...
—No mucho menos desde que su padre perdió la confianza. Draco me culpa, cree que yo tomé el lugar de Lucius.
—De todas formas, inténtalo. Me preocupo más por las posibles víctimas de cualquier ataque que se le ocurra al chico que por mí mismo. En último caso, por supuesto, sólo hay una cosa que hacer para salvarlo de la ira de Lord Voldemort.
Snape alzó las cejas y su tono de voz era sardónico al preguntar:
—¿Piensas dejar que Voldemort te mate?
—Por supuesto que no. Tú debes matarme.
Hubo un largo silencio, interrumpido sólo por un extraño ruido de algo rompiéndose. Fawkes, el fénix, masticaba un poco de cuttlebone.
—¿Quiere que lo haga ahora? — Preguntó Snape, con la voz cargada de ironía — ¿O le doy algunos minutos para que componga su epitafio?
—Oh, todavía no — Respondió Dumbledore, sonriendo — Me atrevería a decir que el momento se presentará solo en el transcurso de los acontecimientos. Dado lo que ha ocurrido esta noche — Indicó su mano calcinada — podemos estar seguros que pasará durante este año.
—Si no le importa morir — Dijo Snape con rudeza — ¿Por qué no deja que Draco lo haga?
—El alma de ese chico aún no está tan dañada — dijo Dumbledore — no dejaré que se rompa por mi culpa.
—¿Y mi alma, Dumbledore? ¿Y la mía?
—Tú eres el único que sabe si tu alma se dañará al ayudar a un viejo a evitar el dolor y la humillación — Dijo Dumbledore — Te pido este gran favor a ti, Severus, porque la muerte vendrá por mi con tanta certeza como los Chudley Cannons serán los últimos de la liga este año. Gracias, Severus...
La oficina desapareció, y ahora Snape y Dumbledore caminaba juntos por los vacíos patios de la escuela a media luz.
—¿Qué hace con Potter, todas esas tardes que pasan encerrados juntos? — preguntó Snape abruptamente.
Dumbledore parecía cansado.
—¿Por qué? ¿No tratarás de ponerle más castigos, Severus? El chico pronto pasará más tiempo castigado que fuera.
—Está actuando como su padre otra vez...
—En apariencia, tal vez, pero su naturaleza es mucho más parecida a la de su madre. Paso mucho tiempo con Harry porque debo discutir algunas cosas con él, información que debo darle antes de que sea demasiado tarde.
—Información — Repitió Snape — Confía en él... no confía en mí, ni en la hermana de Potter.
—No es un asunto de confianza. Poseo, como ambos sabemos, un tiempo limitado. Es esencial que le de suficiente información como para que haga lo que necesita hacer.
—¿Y por qué no puedo recibir yo la misma información?
—Prefiero no poner todos mis secretos en el mismo cesto, especialmente si ese cesto pasa tanto tiempo colgando del brazo de Lord Voldemort.
—¡Lo hago bajo sus órdenes! Ademas por que no le da información a la chica, ella no tiene ningún vinculo con Lord Voldemort...
—Y lo haces muy bien. No creas que no estimo el constante peligro al que te expones, Severus. Entregarle a Voldemort información que parece valiosa mientras guardamos lo esencial es un trabajo que no le confiaría a nadie más que a ti. Y la información se la entregas tú, ella confiara más en ti, lo vi desde el comienzo una niña que no confiaba fácilmente en nadie, ella tiene la actitud de su padre, pero la apariencia de Lily... no te parece curioso.
—¡Y aún así, confía mucho más en un chico que es incapaz de aprender Oclumancia, cuya magia es mediocre, y que tiene una conexión directa con la mente del Señor Oscuro! Le entrego información por que usted no le dice nada a ella, no le responde las preguntas y la única fuente de respuestas las obtiene de mi... no puedo negarle responderselas, es como Lily, es como si tuviera a Lily devuelta... pero solo su apariencia, al menos me hace pensar como si Lily me ha dejado en manos para cuidar a su hija.
—Voldemort le teme a esa conexión — Dijo Dumbledore — No hace mucho, tuvo una pequeña lección sobre lo que realmente significa para él compartir la mente de Harry. Fue un dolor que nunca antes había experimentado. No volverá a tratar de poseer a Harry, estoy seguro. No de esa forma. Estoy seguro de que Esther confía más en ti que en otro profesor, y tienes razón, ella es como Lily aunque no lo es, ella te ve a ti como una buena persona, una parte oculta, como ella misma, mostrándose fría con las personas cuando por dentro es buena.
—No entiendo.
—El alma de Voldemort, tan desfigurada como se encuentra, no puede soportar el contacto con un alma como la de Harry. Es como una navaja de acero congelado, como la carne en llamas...
—¿Almas? ¡Estamos hablando de mentes!
—En el caso de Harry y Lord Voldemort, hablar de una cosa es lo mismo que hablar de la otra.
Dumbledore miró a su alrededor para asegurarse de que estuvieran solos. Estaban cerca del Bosque Prohibido, pero no había señal alguna de alguien cerca de ellos.
—Después de que me hayas matado, Severus...
—¡A pesar de que rehúsa contarme todo, espera ese pequeño servicio de mi parte! — Gritó Snape, y una furia verdadera apareció en su delgada cara — ¡Toma algo tan importante como si estuviera garantizado, Dumbledore! ¡Tal vez he cambiado de idea!
—Me diste tu palabra, Severus. Y ya que hablamos de servicios que me debes, pensé que habías aceptado mantener vigilado a nuestro joven amigo de Slytherin.
Snape estaba furioso, desafiante. Dumbledore suspiró.
—Ven a mi oficina esta noche, Severus, a las once, y no podrás quejarte de que no confío en ti...
De nuevo estábamos en la oficina de Dumbledore, las ventanas oscuras y Fawkes sentado en silencio, mientras Snape permanecía rígido y Dumbledore caminaba a su alrededor hablando.
—Harry no debe enterarse, no hasta el último momento, no hasta que sea necesario, de otra forma, ¿cómo tendría la fuerza necesaria para hacer lo tiene que hacer?
—Pero, ¿qué debe hacer?
—Eso el algo entre Harry y yo. Ahora escucha con atención, Severus. Llegará un momento... después de mi muerte... ¡no discutas, no me interrumpas! Llegará un momento en el que Lord Voldemort parecerá temer por su vida.
—¿Por que?
—La niña...
—¿Esther?
—Si, el temerá del poder de ella, la has entrenado muy bien, le has dado mucha información que podría servir para que ella misma mate a Voldemort
—¿Pero no se suponía que Potter acabaría con todo?
—Si, pero Esther es muy impulsiva y si ve que su hermano estará en peligro ella no dudara en atacar, ella vera morir a las personas que quiere, y eso sera lo que haga querer acabar con todo más rapido, se volverá más peligrosa, una joven destrozada sera un peligro pero un peligro para los enemigos, cuando acabe quiero que la cuides...
¿Que me cuide? Eso hubiera sido bueno, me hubiera sentido mejor... pero Snape ya no esta, se ha ido... una lagrima rodó por mi mejilla... voy a acabar con Voldemort, por Marshall y Snape, peleare por ellos, no dejare que sus muertes hayan sido en vano, no lo permitiré.
Harry y yo salimos del pensadero, caí al suelo de golpe. Harry me ayudo a levantarme y nos encaminamos por los pasillos de Hogwarts hacía nuestro destino.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Chicas:
¡Hola! ¿como están? Siempre digo lo mismo, pero bueno estoy muy bien siempre, y estoy feliz :) saben ayer viendo un video de Vardoc, en un juego de "Beyond two soulds" una oveja decía Daniel y me daba mucha risa, pero siempre decía Daniel, si quieren ver les dejare el link aquí :DD
¡Click aquí!
La oveja dice Daniel como al comienzo del vídeo osea déjenlo avanzar hasta 4:10 después ya no sale nada, pero es graciosos ñalsdkñlasd
¡Besos! :DD
¡Click aquí!
La oveja dice Daniel como al comienzo del vídeo osea déjenlo avanzar hasta 4:10 después ya no sale nada, pero es graciosos ñalsdkñlasd
¡Besos! :DD
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
¡Hola!
Bueno quería saber como están de nuevo... saben vi el capitulo estreno de Glee y ha sido hermoso, muy hermoso pero lo llore como una desquiciada, realmente fue un capitulo muy triste :'c y yo soy una llorona, pero imposible no llorar les dejare un video de Lea.
¡Besos!
¡Besos!
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
OMG OMG OMG
¡OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD!
Me dedicaron un capitulo *-* ¡Hey cibernauta! ¡ME DEDICARON UN CAPITULO! :eaea: y es porque soy lo mas :niña: okno xD
me traume con los emoticonos xD jaja ya nadie usa esa palabra, cierto(? me siento abuela :|
En fin, a lo que venir. ¡GRACIIIIAAAAAAAAAAAS! por dedicarme ese largisimo y maravilloso capitulo. Amo los recuerdos de Snape por la simple razon de que sale Lily xD jaja amo a Lily<33 que ternura, que encanto de niña :') y luego de grande, la amo! :'D
y Petunia me da lastima :/ siempre celosa de su hermana menor, Snape tambien em da lastima, sabes, al principio yo estaba como "wow que valiente, que bueno resulto ser, lo amo" pero no se, como que se me fue el efecto y no lo quiero tanto xD mas porque no olvido cuan odioso fue con Harry y sus amigos, a demas, de que muchos odian a James por culpa de él D: y onda que sin James no hay Harry, asi que yo defiendo a ese James matonsote<3 xD en fin, el punto es que llore como loca cuando Esther lloro :'( senti su dolor por la perdida de Snape, ellos tenian un buen vinculo, se estaban llevando excelente y de alguna forma Severus pudo recuperar un poco de su Lily con la presencia de ella. Fue triste, muy muy triste cuando el les hablo por ultima vez, como llore con eso, oh pobrecito, nunca podra cumplir con cuidar a Esther y llevarsela u.u :lloro: ¡Que mundo tan cruel!
La verdad, confundi lo que pasaba en el 6º libro con la batalla de Hogwarts del 7º xD
entonces, Harry va a buscar los horrocruxe ahora o ya los busco?
en fin, el punto es que fue triste pero hermoso, asi que gracias porque ame mi capitulo dedicado:')
Y en cuanto al otro, que bueno que mataron al estupido hombre lobo, merecia morir¬¬ y fue muy bueno de Esther que apesar de sus diferencias con Lavender le perdono la vida y la salvo :D
Gosh, ¿que pasara con el resto? ¿Lupin, Tonk y Fred? ¿estan muertos tambien? :(
Ya quiero saber*--* asi que por favor, continuala cuando puedas.
Yo probablemente entre el domingo o el lunes, es que tengo examen y debo estudiar u.u pero intentare estar al tanto de lo que pasa por aca :D
¡OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD!
Me dedicaron un capitulo *-* ¡Hey cibernauta! ¡ME DEDICARON UN CAPITULO! :eaea: y es porque soy lo mas :niña: okno xD
me traume con los emoticonos xD jaja ya nadie usa esa palabra, cierto(? me siento abuela :|
En fin, a lo que venir. ¡GRACIIIIAAAAAAAAAAAS! por dedicarme ese largisimo y maravilloso capitulo. Amo los recuerdos de Snape por la simple razon de que sale Lily xD jaja amo a Lily<33 que ternura, que encanto de niña :') y luego de grande, la amo! :'D
y Petunia me da lastima :/ siempre celosa de su hermana menor, Snape tambien em da lastima, sabes, al principio yo estaba como "wow que valiente, que bueno resulto ser, lo amo" pero no se, como que se me fue el efecto y no lo quiero tanto xD mas porque no olvido cuan odioso fue con Harry y sus amigos, a demas, de que muchos odian a James por culpa de él D: y onda que sin James no hay Harry, asi que yo defiendo a ese James matonsote<3 xD en fin, el punto es que llore como loca cuando Esther lloro :'( senti su dolor por la perdida de Snape, ellos tenian un buen vinculo, se estaban llevando excelente y de alguna forma Severus pudo recuperar un poco de su Lily con la presencia de ella. Fue triste, muy muy triste cuando el les hablo por ultima vez, como llore con eso, oh pobrecito, nunca podra cumplir con cuidar a Esther y llevarsela u.u :lloro: ¡Que mundo tan cruel!
La verdad, confundi lo que pasaba en el 6º libro con la batalla de Hogwarts del 7º xD
entonces, Harry va a buscar los horrocruxe ahora o ya los busco?
en fin, el punto es que fue triste pero hermoso, asi que gracias porque ame mi capitulo dedicado:')
Y en cuanto al otro, que bueno que mataron al estupido hombre lobo, merecia morir¬¬ y fue muy bueno de Esther que apesar de sus diferencias con Lavender le perdono la vida y la salvo :D
Gosh, ¿que pasara con el resto? ¿Lupin, Tonk y Fred? ¿estan muertos tambien? :(
Ya quiero saber*--* asi que por favor, continuala cuando puedas.
Yo probablemente entre el domingo o el lunes, es que tengo examen y debo estudiar u.u pero intentare estar al tanto de lo que pasa por aca :D
TheGirlImpossible
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
¡Ese video juego se ve tan real!*-* lo ame me encanto y creeme que cuando escuche que decian 'daniel' rei como loca xD jaja que locas son esas ovejitas! :P
Y el video de Lea... bueno, no soy fan de Glee, no me gusta pero algunos de sus covers si *-* y ese fue tan hermoso
solo eh visto algunas partes de los capitulos en donde sale Demi<3 pero nada mas, asi que esa cancion me gusto :D es tan triste lo de Cory y saber que el sentimiento que ellos estan pasando es tan real :/
en fin, queria decir eso xD jaja besos!!
Y el video de Lea... bueno, no soy fan de Glee, no me gusta pero algunos de sus covers si *-* y ese fue tan hermoso
solo eh visto algunas partes de los capitulos en donde sale Demi<3 pero nada mas, asi que esa cancion me gusto :D es tan triste lo de Cory y saber que el sentimiento que ellos estan pasando es tan real :/
en fin, queria decir eso xD jaja besos!!
TheGirlImpossible
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Y gracias por pasarme de pagina ♥
Queria responder a tus respuestas de las preguntas que te hice en la pagina anterior.
Wow, que soy complicada xD jaja
pero no tengo mucho tiempo :/ ya me voy a dormir, pero esos animes que me dijiste los vi cuando estaba bien peque :D me gustaba tambien uno de un talisman, estaba jackie chan o como se escriba y lo amaba<3 pero no recuerdo como se llamaba D: todas esas series que ame, ya no recuerdo mucho de ellas :/ me acuerdo que tenia las muñecas de saylor moon y las perdi u.u
Queria responder a tus respuestas de las preguntas que te hice en la pagina anterior.
Wow, que soy complicada xD jaja
pero no tengo mucho tiempo :/ ya me voy a dormir, pero esos animes que me dijiste los vi cuando estaba bien peque :D me gustaba tambien uno de un talisman, estaba jackie chan o como se escriba y lo amaba<3 pero no recuerdo como se llamaba D: todas esas series que ame, ya no recuerdo mucho de ellas :/ me acuerdo que tenia las muñecas de saylor moon y las perdi u.u
TheGirlImpossible
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Si tienes razón a pesar de que le fue bueno, uno no puede olvidar que trato mal a Harry :P Petunia jamas me agrado pero bien xd si pienso lo mismo, sin James no hay Harry, así que si desearían que el no hubiera existido no existiría Harry. Bueno si el mundo es cruel y yo también :P ñalkdñalskdadTheGirlImpossible escribió:OMG OMG OMG
¡OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD!
Me dedicaron un capitulo *-* ¡Hey cibernauta! ¡ME DEDICARON UN CAPITULO! :eaea: y es porque soy lo mas :niña: okno xD
me traume con los emoticonos xD jaja ya nadie usa esa palabra, cierto(? me siento abuela :|
En fin, a lo que venir. ¡GRACIIIIAAAAAAAAAAAS! por dedicarme ese largisimo y maravilloso capitulo. Amo los recuerdos de Snape por la simple razon de que sale Lily xD jaja amo a Lily<33 que ternura, que encanto de niña :') y luego de grande, la amo! :'D
y Petunia me da lastima :/ siempre celosa de su hermana menor, Snape tambien em da lastima, sabes, al principio yo estaba como "wow que valiente, que bueno resulto ser, lo amo" pero no se, como que se me fue el efecto y no lo quiero tanto xD mas porque no olvido cuan odioso fue con Harry y sus amigos, a demas, de que muchos odian a James por culpa de él D: y onda que sin James no hay Harry, asi que yo defiendo a ese James matonsote<3 xD en fin, el punto es que llore como loca cuando Esther lloro :'( senti su dolor por la perdida de Snape, ellos tenian un buen vinculo, se estaban llevando excelente y de alguna forma Severus pudo recuperar un poco de su Lily con la presencia de ella. Fue triste, muy muy triste cuando el les hablo por ultima vez, como llore con eso, oh pobrecito, nunca podra cumplir con cuidar a Esther y llevarsela u.u :lloro: ¡Que mundo tan cruel!
La verdad, confundi lo que pasaba en el 6º libro con la batalla de Hogwarts del 7º xD
entonces, Harry va a buscar los horrocruxe ahora o ya los busco?
en fin, el punto es que fue triste pero hermoso, asi que gracias porque ame mi capitulo dedicado:')
Y en cuanto al otro, que bueno que mataron al estupido hombre lobo, merecia morir¬¬ y fue muy bueno de Esther que apesar de sus diferencias con Lavender le perdono la vida y la salvo :D
Gosh, ¿que pasara con el resto? ¿Lupin, Tonk y Fred? ¿estan muertos tambien? :(
Ya quiero saber*--* asi que por favor, continuala cuando puedas.
Yo probablemente entre el domingo o el lunes, es que tengo examen y debo estudiar u.u pero intentare estar al tanto de lo que pasa por aca :D
No, no hay horrocruxes.
Pues no se cuando suba, por que aun no escribo el capitulo, la cosa si es que ya tengo tres capitulos en la parte 2 de la novela :P y yo se que el tercero les gustara mucho :DD
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Si ese juego me lo quiero comprar, lo pedi como regalo de navidad, yo soy infantil aun me dan regalos... y recuerdo que un amigo me dijo.TheGirlImpossible escribió:¡Ese video juego se ve tan real!*-* lo ame me encanto y creeme que cuando escuche que decian 'daniel' rei como loca xD jaja que locas son esas ovejitas! :P
Y el video de Lea... bueno, no soy fan de Glee, no me gusta pero algunos de sus covers si *-* y ese fue tan hermoso
solo eh visto algunas partes de los capitulos en donde sale Demi<3 pero nada mas, asi que esa cancion me gusto :D es tan triste lo de Cory y saber que el sentimiento que ellos estan pasando es tan real :/
en fin, queria decir eso xD jaja besos!!
"él: ¿Cuando dejaste de creer en santa clos?
yo: ¿Ah no existe?"
Fue deprimente, me arruinaron todo así asñdlkañsd me preguntan cuando deje de creer y yo aun creía :P
La oveja loca ñlaksdñlaskd cuando yo juegue me quedare todo el rato buscando a la oveja que dice Daniel haber si la encuentro xD
Si, eso es lo que da pena del capitulo que vi, que ellos no tuvieron que fingir para que las lagrimas salieran, el sentimiento era real... a mi lo que me hizo llorar fue el final cuando el profesor llego a su casa y de su maletín saco la chamarra de Finn (Cory) y cuando llego su mujer ella lo encontró llorando, eso me partió el alma y termine llorando yo también.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Jackie chan lo veía siempre, era genial, mi padre es fanático de él y bueno el me hizo fan de Jackie chan :33 Sailor moon! ese anime es genial, yo daría mi vida por tener esas muñecas, aunque nunca las tocaría :PTheGirlImpossible escribió:Y gracias por pasarme de pagina
Queria responder a tus respuestas de las preguntas que te hice en la pagina anterior.
Wow, que soy complicada xD jaja
pero no tengo mucho tiempo :/ ya me voy a dormir, pero esos animes que me dijiste los vi cuando estaba bien peque :D me gustaba tambien uno de un talisman, estaba jackie chan o como se escriba y lo amaba<3 pero no recuerdo como se llamaba D: todas esas series que ame, ya no recuerdo mucho de ellas :/ me acuerdo que tenia las muñecas de saylor moon y las perdi u.u
Bueno besos!
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Capitulo 42
¿Yo importo?
El castillo estaba vacío. Se sentía como un fantasma al cruzarlo solo, como si ya hubiera muerto. La gente de los cuadros todavía estaba ausentes de sus marcos; el lugar al completo aún resultaba espeluznante, como si el resto de su sangre estuviera concentrada en el Gran Comedor, donde se apiñaban los muertos y los moribundos. Harry me tomo de la mano y luego se puso la capa de invisibilidad, me subí a Miyuki, ella a pesar de todo, puede ver a través de la capa de invisibilidad,
camino al paso de Harry. Luna junto a Hermione se quedaron en el gran comedor, Hermione se había marchado con Fred Weasley, aunque el consolaba a Hermione, Lupin y Tonks caídos, el pobre de Teddy ha quedado huérfano.
Al salir al aire libre, lo supe... todos me atacarían solo para evitar que acompañase a Harry, pero ellos no tienen ni la menor idea de a quien se enfrentan, yo soy una maquina asesina y no es algo muy lindo por decirlo así a mi nunca me agrado la idea de tener que matar a personas, digo son vidas... jamas creí que yo tendría que matar a simples seres humanos, pero aquí estoy sacando mi espada y saltando, para pelear mientras Harry sigue el camino.
—No te permitiremos avanzar, sera mejor que no hagas nada o usaremos esto — Comento señalando su varita junto a muchos más.
—Y yo no te permitiré que me detengas — Mis palabras fueron claras, en ese entonces el tomo de mi cuello, elevándome, se me iba el aire, entonces... con un movimiento le golpe en la cara y cayo al suelo.
El hombre me golpeo en el rostro con tanta fuerza, el dolor se sentía... su varita esta demasiado lejos de él como para atacarme, más mortifagos vienen hacía mi, planean matarme.
—Lo siento.
Me incline al suelo y lo golpee, la gran mayoría caía de allí, pero uno de ellos me tomo del pie, estaba jalando con tanta fuerza, esta luchando por no caer a su muerte,
entonces sonó un "Crack" solté un grito lo mas fuerte posible, Miyuki golpeo al sujeto y me tomo, ambas subimos, pero ahora mi pie... ese tipo ha roto el hueso de mi pie, demonios, esto duele demasiado, pero no debo de dejar a Harry, ahora no tengo tiempo de cerrar el agujero.
—¡Vamos Miyuki! — Grite a pesar del dolor, me aguanto todo lo que puedo y mi nariz comenzó a sangrar, mientras más lucho por no sentir el dolor más mal me logro sentir, a veces olvido que estoy enferma, la sangre cae de mi nariz, pero no pienso rendirme ahora, no cuando la vida de mi hermano peligra. El viento agita mi cabello mientras el sol ya se ha dado a ver, la sangre continua cayendo pero ya no me interesa.
—Pensé que vendría — Escuche decir a Voldemort con voz fuerte y clara, sus ojos aún en las llamas saltarinas. — Esperaba que viniera.Nadie habló. Parecían estar tan asustados como Harry y yo, cuyo corazón estaba palpitando contra sus costillas, tratando de escapar de aquel cuerpo que estaba a
punto de caer a un lado. Sus manos sudaban mientras se quitaba la capa de Invisibilidad y la guardaba junto a su túnica, con su varita. No quería verse tentado a pelear.
—Parece que he sido... engañado — Dijo Voldemort.
—¡No lo has sido! — Dijo Harry con la voz más alta que pudo, con toda la fuerza que pudo reunir.
—¡HARRY! ¡NO! — Se dio vuelta y vio a Hagrid, estaba atrapado y atado a un árbol cercano. Su cuerpo macizo agitó las ramas sobre la cabeza cuando luchó por zafarse, desesperado.
–¡NO! ¡NO! HARRY, ¿QUÉ HACES...?
—¡CALLATE! — Grito uno de los sujetos y me moleste, ellos no han notado mi presencia. Entonces por mi mente paso la voz de él... este no es el momento, pero si yo muriese lo ultimo que quisiera escuchar sería su voz, lo ultimo que desearía mirar es su rostro y lo ultimo que desearía sentir son sus labios junto a los míos, pero quizá luego de esto jamas lo vuelva a ver.
—Oh Esther querida — Comenzó a decir Voldemort mirandome con una sonrisa en su rostro — como siempre, nunca nadie te nota, siempre eres invisible, jamas eres importante así que sería mejor que te marcharas, no eres nadie, ni siquiera lo eres para ese chico, para él estas muerta, tu no existes, nunca te amara... no eres importante en esta vida, nunca lo seras...
No debería de creer en sus palabras, pero es cierto... yo no sirvo, lo único que hago es ayudar aquí pero ¿cual es mi verdadero objetivo? ¿convertirme en una asesina? ni siquiera para Ron fui importante, ¿por que yo le importaría a las personas? siempre eh sido un estorbo, sería mejor que yo desapareciera. Una lagrima cayo por mi mejilla, yo no enamoraría nunca a Ron, por que yo no importo...
camino al paso de Harry. Luna junto a Hermione se quedaron en el gran comedor, Hermione se había marchado con Fred Weasley, aunque el consolaba a Hermione, Lupin y Tonks caídos, el pobre de Teddy ha quedado huérfano.
Al salir al aire libre, lo supe... todos me atacarían solo para evitar que acompañase a Harry, pero ellos no tienen ni la menor idea de a quien se enfrentan, yo soy una maquina asesina y no es algo muy lindo por decirlo así a mi nunca me agrado la idea de tener que matar a personas, digo son vidas... jamas creí que yo tendría que matar a simples seres humanos, pero aquí estoy sacando mi espada y saltando, para pelear mientras Harry sigue el camino.
—No te permitiremos avanzar, sera mejor que no hagas nada o usaremos esto — Comento señalando su varita junto a muchos más.
—Y yo no te permitiré que me detengas — Mis palabras fueron claras, en ese entonces el tomo de mi cuello, elevándome, se me iba el aire, entonces... con un movimiento le golpe en la cara y cayo al suelo.
El hombre me golpeo en el rostro con tanta fuerza, el dolor se sentía... su varita esta demasiado lejos de él como para atacarme, más mortifagos vienen hacía mi, planean matarme.
—Lo siento.
Me incline al suelo y lo golpee, la gran mayoría caía de allí, pero uno de ellos me tomo del pie, estaba jalando con tanta fuerza, esta luchando por no caer a su muerte,
entonces sonó un "Crack" solté un grito lo mas fuerte posible, Miyuki golpeo al sujeto y me tomo, ambas subimos, pero ahora mi pie... ese tipo ha roto el hueso de mi pie, demonios, esto duele demasiado, pero no debo de dejar a Harry, ahora no tengo tiempo de cerrar el agujero.
—¡Vamos Miyuki! — Grite a pesar del dolor, me aguanto todo lo que puedo y mi nariz comenzó a sangrar, mientras más lucho por no sentir el dolor más mal me logro sentir, a veces olvido que estoy enferma, la sangre cae de mi nariz, pero no pienso rendirme ahora, no cuando la vida de mi hermano peligra. El viento agita mi cabello mientras el sol ya se ha dado a ver, la sangre continua cayendo pero ya no me interesa.
—Pensé que vendría — Escuche decir a Voldemort con voz fuerte y clara, sus ojos aún en las llamas saltarinas. — Esperaba que viniera.Nadie habló. Parecían estar tan asustados como Harry y yo, cuyo corazón estaba palpitando contra sus costillas, tratando de escapar de aquel cuerpo que estaba a
punto de caer a un lado. Sus manos sudaban mientras se quitaba la capa de Invisibilidad y la guardaba junto a su túnica, con su varita. No quería verse tentado a pelear.
—Parece que he sido... engañado — Dijo Voldemort.
—¡No lo has sido! — Dijo Harry con la voz más alta que pudo, con toda la fuerza que pudo reunir.
—¡HARRY! ¡NO! — Se dio vuelta y vio a Hagrid, estaba atrapado y atado a un árbol cercano. Su cuerpo macizo agitó las ramas sobre la cabeza cuando luchó por zafarse, desesperado.
–¡NO! ¡NO! HARRY, ¿QUÉ HACES...?
—¡CALLATE! — Grito uno de los sujetos y me moleste, ellos no han notado mi presencia. Entonces por mi mente paso la voz de él... este no es el momento, pero si yo muriese lo ultimo que quisiera escuchar sería su voz, lo ultimo que desearía mirar es su rostro y lo ultimo que desearía sentir son sus labios junto a los míos, pero quizá luego de esto jamas lo vuelva a ver.
—Oh Esther querida — Comenzó a decir Voldemort mirandome con una sonrisa en su rostro — como siempre, nunca nadie te nota, siempre eres invisible, jamas eres importante así que sería mejor que te marcharas, no eres nadie, ni siquiera lo eres para ese chico, para él estas muerta, tu no existes, nunca te amara... no eres importante en esta vida, nunca lo seras...
No debería de creer en sus palabras, pero es cierto... yo no sirvo, lo único que hago es ayudar aquí pero ¿cual es mi verdadero objetivo? ¿convertirme en una asesina? ni siquiera para Ron fui importante, ¿por que yo le importaría a las personas? siempre eh sido un estorbo, sería mejor que yo desapareciera. Una lagrima cayo por mi mejilla, yo no enamoraría nunca a Ron, por que yo no importo...
Última edición por ~Susie ∞Wallflower∞ el Lun 28 Oct 2013, 9:04 pm, editado 1 vez
~Susie ∞Wallflower∞
Re: ¿Crees en la magia? {Ron Weasley & Tú} Terminada.
Capitulo 43
Muerto
Voldemort había levantado su varita. Su cabeza todavía estaba inclinada de lado, como un niño curioso, preguntándose qué sucedería si procedía. Harry devolvió la
mirada a los ojos rojos, y deseó que sucediera de una vez, rápido, mientras aún podía permanecer de pie, antes de que perdiera el control, antes de que le traicionara el miedo... Vi un rayo de luz verde, dio en Harry y solté un grito.
—Señor... — Escuche decir una voz, era uno de los mortifagos... el padre de Draco, el fue el asesino de mi familia, pero... yo no quiero romper la familia a mi amigo, a pesar de todo lo que me hizo sufrir, yo no puedo romper la familia de Draco, eso jamas me lo perdonaría, yo, ya no puedo...
Estaba tirado con la cara pegada al suelo. El olor del bosque llenaba mi nariz. Podía sentir el frío del suelo bajo de mi mejilla, mis gafas habían caído a un lado. Cada centímetro de mi cuerpo dolía y el lugar donde la maldición asesina me había dado me dolía como si hubiera sido golpeado con acero. No me movió, permaneciendo en el mismo lugar donde había caído; con el brazo izquierdo doblado en un ángulo extraño y la boca semi-abierta. Había esperado oír gritos de triunfo y júbilo por mi muerte, pero en lugar de eso se oían pasos apresurados, susurros y murmullos que llenaban el aire.
—Mi Señor... mi Señor... — Era la voz de Lucius.
No me atreví a abrir los ojos, en cambio deje que mis otros sentidos exploraran mi dilema. Sabía que mi varita seguía guardada bajo la túnica porque podía sentirla entre el pecho y el suelo. Un ligero efecto acolchado en la zona de mi estómago me decía que la Capa de Invisibilidad también estaba allí, amontonada fuera de la vista de los demás.
—Mi Señor...
—Eso servirá — Dijo la voz de Voldemort.
Más pasos, varias personas estaban alejándose del lugar. Desesperado por ver lo que pasaba y por que, abrí los ojos un milímetro. Voldemort estaba poniéndose en pie. Varios mortífagos se apresuraban a alejarse de él, volviendo a la multitud que se alineaba en el claro.
Cerré de nuevo los ojos y considere lo que había visto. Los mortífagos se habían agrupado alrededor de Voldemort, quien al parecer había caído al suelo. Algo había ocurrido en el momento en que atacó con la Maldición Asesina. ¿Voldemort también se había derrumbado? Eso parecía. Y ambos habíamos quedado brevemente inconscientes y los dos habíamos despertado ya.
—Mi señor, permíteme...
—¡No necesito ayuda! — Dijo Voldemort fríamente y a pesar de que no podía verle, me imagine a Lucius retirando la mano solícita. — El muchacho, ¿está muerto?
Se hizo un silencio absoluto en el claro. Nadie se acercó a mi pero sentía sus miradas concentradas; parecían presionarme con más fuerza en la tierra, y me aterraba que un dedo o un parpado pudieran delatarme.
—Tú — Dijo Voldemort, y se oyó un golpe y un pequeño chillido de dolor.
—Examínale. Dime si está muerto.
No sabía quien había sido enviado a verificar mi muerte. Solo podía quedarme allí tendido, con el corazón latiendo traicioneramente, y esperar a ser examinado; pero al mismo tiempo un pequeño consuelo me invadía y me mostraba cauteloso, no queriendo aproximarse a él, sospechaba que no todo había ido según lo planeado...
Unas manos, mas suaves de lo que había esperado, tocaron mi cara y palparon mi corazón, podía oír la respiración agitada de una mujer.
—¿Draco esta vivo? ¿Está en el castillo?
El susurro fue apenas audible, los labios de la mujer estaban a centímetros de su oído, la cabeza tan inclinada que su largo cabello tapaba mi cara.
—Sí — Murmuró en respuesta.
Sentí que la mano se contraía sobre mi pecho, las uñas me apuñalaron. Entonces la mano se retiró. Ella se había enderezado.
—¡Está muerto! — Gritó Narcissa Malfoy a los observadores.
Y ahora gritaron, ahora aullaban de triunfo y estampaban los pies en el suelo y a través de los párpados, Harry vio explosiones de luz roja y plata en el aire, animando al celebración. Pero entonces escuche un grito diciendo claramente "No" es Esther, ella esta con vida aun, tiene que estar bien.
—¿Ven? — Dijo Voldemort a la multitud, — Harry Potter ha muerto por mi mano, y ningún hombre vivo puede amenazarme ahora, ¡Observen! ¡CRUCIO! — No... ese grito, esa voz es de Esther, el hechizo a sido lanzado a ella, su voz de dolor fue muy audible debido a que todo estuvo en silencio, probablemente se habría escuchado hasta en hogwarts. Entonces un ruido sordo, me hizo preocuparme, algo había caído desde la altura.
—Ahora — Dijo Voldemort — vamos al castillo, y mostrémosles en que se han convertido sus héroes. ¿Quien arrastrará los cuerpos? No... esperen...
Se oyó una oleada renovada de risas, y tras unos momentos Harry sintió como el suelo temblaba bajo él.
—Tú, llévale — Dijo Voldemort — Estará muy bien y muy visible en tus brazos, ¿verdad? Recoge a tu amiguito, Hagrid. Y las gafas... ponle las fatas... debe ser reconocible...
Alguien volvió a ponerme las gafas con brusquedad en la cara con una fuerza deliberada, pero las manos enormes que le alzaron en el aire eran extremadamente gentiles. Podía sentir como temblaban los brazos por la fuerza de sus sollozo, grandes lágrimas se derramaban sobre mi mientras Hagrid me acunaba en sus brazos, y no me atrevió, por movimiento o palabras, a confiar a Hagrid que no estaba todo aún perdido.
—Muévete — Dijo Voldemort, y Hagrid se tambaleó hacia adelante, abriéndose paso a través del bosque cerrado, de vuelta a través del bosque. — Lucius, me harías el favor de llevar a la chica, sería muy gentil de tu parte.
mirada a los ojos rojos, y deseó que sucediera de una vez, rápido, mientras aún podía permanecer de pie, antes de que perdiera el control, antes de que le traicionara el miedo... Vi un rayo de luz verde, dio en Harry y solté un grito.
—Señor... — Escuche decir una voz, era uno de los mortifagos... el padre de Draco, el fue el asesino de mi familia, pero... yo no quiero romper la familia a mi amigo, a pesar de todo lo que me hizo sufrir, yo no puedo romper la familia de Draco, eso jamas me lo perdonaría, yo, ya no puedo...
Harry pov.
Estaba tirado con la cara pegada al suelo. El olor del bosque llenaba mi nariz. Podía sentir el frío del suelo bajo de mi mejilla, mis gafas habían caído a un lado. Cada centímetro de mi cuerpo dolía y el lugar donde la maldición asesina me había dado me dolía como si hubiera sido golpeado con acero. No me movió, permaneciendo en el mismo lugar donde había caído; con el brazo izquierdo doblado en un ángulo extraño y la boca semi-abierta. Había esperado oír gritos de triunfo y júbilo por mi muerte, pero en lugar de eso se oían pasos apresurados, susurros y murmullos que llenaban el aire.
—Mi Señor... mi Señor... — Era la voz de Lucius.
No me atreví a abrir los ojos, en cambio deje que mis otros sentidos exploraran mi dilema. Sabía que mi varita seguía guardada bajo la túnica porque podía sentirla entre el pecho y el suelo. Un ligero efecto acolchado en la zona de mi estómago me decía que la Capa de Invisibilidad también estaba allí, amontonada fuera de la vista de los demás.
—Mi Señor...
—Eso servirá — Dijo la voz de Voldemort.
Más pasos, varias personas estaban alejándose del lugar. Desesperado por ver lo que pasaba y por que, abrí los ojos un milímetro. Voldemort estaba poniéndose en pie. Varios mortífagos se apresuraban a alejarse de él, volviendo a la multitud que se alineaba en el claro.
Cerré de nuevo los ojos y considere lo que había visto. Los mortífagos se habían agrupado alrededor de Voldemort, quien al parecer había caído al suelo. Algo había ocurrido en el momento en que atacó con la Maldición Asesina. ¿Voldemort también se había derrumbado? Eso parecía. Y ambos habíamos quedado brevemente inconscientes y los dos habíamos despertado ya.
—Mi señor, permíteme...
—¡No necesito ayuda! — Dijo Voldemort fríamente y a pesar de que no podía verle, me imagine a Lucius retirando la mano solícita. — El muchacho, ¿está muerto?
Se hizo un silencio absoluto en el claro. Nadie se acercó a mi pero sentía sus miradas concentradas; parecían presionarme con más fuerza en la tierra, y me aterraba que un dedo o un parpado pudieran delatarme.
—Tú — Dijo Voldemort, y se oyó un golpe y un pequeño chillido de dolor.
—Examínale. Dime si está muerto.
No sabía quien había sido enviado a verificar mi muerte. Solo podía quedarme allí tendido, con el corazón latiendo traicioneramente, y esperar a ser examinado; pero al mismo tiempo un pequeño consuelo me invadía y me mostraba cauteloso, no queriendo aproximarse a él, sospechaba que no todo había ido según lo planeado...
Unas manos, mas suaves de lo que había esperado, tocaron mi cara y palparon mi corazón, podía oír la respiración agitada de una mujer.
—¿Draco esta vivo? ¿Está en el castillo?
El susurro fue apenas audible, los labios de la mujer estaban a centímetros de su oído, la cabeza tan inclinada que su largo cabello tapaba mi cara.
—Sí — Murmuró en respuesta.
Sentí que la mano se contraía sobre mi pecho, las uñas me apuñalaron. Entonces la mano se retiró. Ella se había enderezado.
—¡Está muerto! — Gritó Narcissa Malfoy a los observadores.
Y ahora gritaron, ahora aullaban de triunfo y estampaban los pies en el suelo y a través de los párpados, Harry vio explosiones de luz roja y plata en el aire, animando al celebración. Pero entonces escuche un grito diciendo claramente "No" es Esther, ella esta con vida aun, tiene que estar bien.
—¿Ven? — Dijo Voldemort a la multitud, — Harry Potter ha muerto por mi mano, y ningún hombre vivo puede amenazarme ahora, ¡Observen! ¡CRUCIO! — No... ese grito, esa voz es de Esther, el hechizo a sido lanzado a ella, su voz de dolor fue muy audible debido a que todo estuvo en silencio, probablemente se habría escuchado hasta en hogwarts. Entonces un ruido sordo, me hizo preocuparme, algo había caído desde la altura.
—Ahora — Dijo Voldemort — vamos al castillo, y mostrémosles en que se han convertido sus héroes. ¿Quien arrastrará los cuerpos? No... esperen...
Se oyó una oleada renovada de risas, y tras unos momentos Harry sintió como el suelo temblaba bajo él.
—Tú, llévale — Dijo Voldemort — Estará muy bien y muy visible en tus brazos, ¿verdad? Recoge a tu amiguito, Hagrid. Y las gafas... ponle las fatas... debe ser reconocible...
Alguien volvió a ponerme las gafas con brusquedad en la cara con una fuerza deliberada, pero las manos enormes que le alzaron en el aire eran extremadamente gentiles. Podía sentir como temblaban los brazos por la fuerza de sus sollozo, grandes lágrimas se derramaban sobre mi mientras Hagrid me acunaba en sus brazos, y no me atrevió, por movimiento o palabras, a confiar a Hagrid que no estaba todo aún perdido.
—Muévete — Dijo Voldemort, y Hagrid se tambaleó hacia adelante, abriéndose paso a través del bosque cerrado, de vuelta a través del bosque. — Lucius, me harías el favor de llevar a la chica, sería muy gentil de tu parte.
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