I Want You To Stay With Me (Ziam)

Me pase para decirles que hoy Subo capitulo, y que contrario a el último mensaje que deje
NO CANCELARE LA NOVELA. Discúlpenme si los asuste, fue uno de esos momentos en los que no vez como diablos continuar una historia, pero ya se me ocurrió como seguirla. Bueno solo era eso lo que tenía por decirles, nos vemos en un rato…

Aquella noche, después de cenar, donde la luna alumbraba con sosiego. Luna llena. Nos metimos en su tienda. La verdad es que allí dentro hacía un poco de calor pero, ya habiendo confianza entre ambos, nos pusimos totalmente desnudos, entonces, encendió una lámpara que no daba calor pues tenía un foco led. Nos sentamos apoyados el uno en el otro y nos pusimos a leer sin dejar de tocarnos ya que con cada segundo juntos, en mi surgía una necesidad de tenerlo solo para mí, de hacerle saber al mundo que él era tan mío, como yo suyo.

Llegó el momento en que no podíamos seguir la lectura y soltamos los libros sin dejar de mirarnos. Se dio la vuelta echándose boca abajo. Sabía lo que me estaba diciendo, así que me senté sobre él, lo acaricié un buen rato y fui masajeándome la entrepierna, rozándola por todo su tonificado cuerpo. Me miraba a veces de reojo sonriendo. No era impresión mía, ¡le gustaban las torpes caricias que con miedo le distribuía!

Mi miembro recorrió varios sitios de su cuerpo llenándolo de mi líquido pre seminal hasta acercarme a sus glúteos. De improvisto, volvió su mano hacia atrás para tomar mi hombría. Él mismo la llevó a su sitio y él mismo tiró de mí hasta que comencé a entrar lentamente en su cuerpo. Se Levantó un poco y apretó para que entrase con más facilidad. Sentí tanto placer que fue casi al instante cuando deje mi semilla inundando todo su ser, hundiéndome en el placer de los espasmos...

Se echó a reír y me dijo que había más noche por delante, empujándome suavemente el cuerpo, volviéndome hacia su lado. He de admitir que me puse rojo por la situación; sexualmente hablando nunca se han quejado de mí, bueno no soy el adonis perfecto, pero me se defender y viendo como me puse con Zayn, terminando en tan solo unos segundos, provoco que algo en mi mente se encogiese de miedo, ¿Acaso mis sentimientos por un “extraño” al que conozco apenas hace unos días son más profundos de lo que alcanzaba a comprender?

Me puse boca abajo y cerré los ojos, aun debatiéndome internamente. El tacto de sus manos y la piel húmeda de su cuerpo sudoroso me iban a volver loco. No quería mirarlo intensamente, me apenaba en extremo, pero tuve que hacerlo cuando me di cuenta de que  con la poca luz que nos acogía, no encontraba mi entrada. Le ayudé a penetrarme a lo que él se echó sobre mí besándome tiernamente, tratándome con una delicadeza increíble, como si me fuera a desvanecer entre sus manos gruesas, o yo fuese el tesoro más preciado en el mundo, al menos en su mundo. No sé cómo pudo aguantar tanto. Me estaba dando un placer enorme sin hacerme ningún daño.

No pudo evitar, eso sí, moverse agitadamente cuando le llegaba el orgasmo. Empujó con todas sus fuerzas y me mordió el cuello con sus labios húmedos que me recorrieron en totalidad. Lo oí susurrar.

- ¡Oh, baby! ¡How much I love you! ¡This is love!

Me pareció entender que le ocurría algo similar a lo que yo vivía, él mismo se asombraba de lo que estaba sintiendo por mí. No decía «¡Oh, qué gusto, qué cuerpo tienes!» o cualquier otra vulgaridad. Parecía sorprenderse de que aquel placer sexual no era sino el producto de un “amor” que ninguno podía describir o si quiera explicar.

Desde ese momento, no me dejó ni un solo instante. Me acariciaba, me hablaba, me preguntaba que si quería tomar algo, sin sonar egocéntrico ¡Estaba totalmente pendiente de mí! Iba a conseguir que me enamorase de él cuando, en realidad, todo había empezado hacía tan solo unos días, que bien, podían contarse en horas, y se supone esto no era nada más que una atracción sexual.

Seguimos entregándonos casi toda la noche, empapados en una mezcla sudorosa y salada que cubría nuestros cuerpos. Hicimos de todo, pero por alguna razón, fuera de sentir nostalgia por lo que se supone, es el final de mi corta aventura de verano, mi corazón casi se escapaba de mi pecho por la felicidad embriagante y adictiva que solo Zayn me brindaba.

- ¡Gracias! – Repetía - ¡Muchas gracias Liam! ¡Me das la vida!

Por la mañana, cuando aún el aire era fresco y esparcía el aroma de los pinos sobre el camping llenando a la vez nuestras fosas nasales, desmontamos todo, mi tienda primero y la suya después. Avisé a la administración local de que me iba antes de tiempo, pero me hicieron pagar el total reservado. Zayn me miró con un gesto de desagrado muy acentuado; le parecía que me estaban robando y de hecho tenía razón, pero no me importaba que lo hiciesen, de igual forma, yo me llevaba de ahí algo muy valioso que ellos jamás podrán llegar a poseer.

Bajamos por el trozo de carretera que más bien lucia como un camino de herradura, polvoriento y  desaliñado, que llevaba al parking, lo vi lejanamente adelantarse y dirigirse a un auto muy lujoso.

- ¡Es de mi padre! – Dijo abriendo sus manos a la par del vehículo - ¡Yo no tengo ni una bicicleta!

Abrió el maletero y pusimos allí nuestros maletines. En poco tiempo, estábamos camino a la ciudad. No dejamos de hablar, pero sólo de temas culturales que nada tenían que ver con lo sucedido, luciendo ante cualquiera que nos viese como dos simples conocidos, nada más. Unas simples caricias y sonrisas discretas nos recordaron los momentos pasados y los sentimientos de cada uno que incluso hasta ese instante aún no se veían claros.

Al llegar a la ciudad, observé que tomaba por unas calles que se dirigían a mi barrio. No comenté nada, pero me pareció sumamente extraño en verdad. Y más extraño aún me pareció que entrase por mi calle y parase ante la puerta de mi casa.

- ¿Me dejas aquí? – Exclamé extrañado - ¿Qué está pasando?

- ¡Disculpa, Liam! – Poso su mano en mi pierna para transmitirme un poco de seguridad - ¡No bajes del auto! Solo quería que supieras que sé dónde vives.

- ¿Conoces esta parte de la ciudad? ¡Lo has leído en la nota que te di!

- ¡Sí y no! – Dijo comenzando a circular despacio - conozco bien tu barrio porque es el mío.

Lo miré incrédulo, me sonrió y comenzó a hablar mientras mi asombro iba aumentando.

- Mi casa está allí detrás de la tuya. Sólo hace dos meses que vivimos ahí, pero un día vi a un chico caminando por la calle. Me gustó mucho; ¡era mi chico! ¡Quería que fuese mi chico!, pero no podía. Pasé días enteros en aquella esquina escondido – señaló a un lugar cerca de casa – sólo para ver a ese chico un minuto. Ahora tengo algunos amigos y amigas, pero todos están lejos de la ciudad. Hace poco un amigo fue a mi casa a decirme que "mi chico" iba a estar unos días en un camping. Escapé de casa para ir a buscarlo y… ¡Lo encontré!

- ¡Harry!

- Yo sé que mi chico está solo dos meses – concluyó - tenía que volver para estar aquí con él.

Dio una vuelta, pasó por la puerta de su casa para que supiese dónde vivía ¡Yo no había leído la nota con su dirección! Soy un idiota, incluso creo que la perdí. No pude evitar aferrarme a él.

- ¡Vuelve a casa Zayn! ¡Vuelve conmigo a casa!

Habíamos evitado otra despedida; quizá la más dulce. Estaríamos juntos para saber si nuestros sentimientos eran reales o sólo un capricho...