I Want You To Stay With Me (Ziam)

Hola Andy... La seguire en un momento, espero disculpes la tardanza.

Continuare con este Fic ya mismo, se que me tarde demasiado, pero espero que aun así no lo hayas abandonado..

Gracias new reader, emmm, espero la próxima vez que postees *si es que lo haces* me des tu nombre *--*

Siento hacerte esperar U.U la seguire ya mismo.

Siento hacerte esperar, ya mismo la continuo.

Mi estado de ánimo había cambiado de una manera radical por así decirlo, solo quería llegar a mi casa, meterme en la ducha y después dormir como si nunca lo hubiese hecho. Que decepcionante es saber que todo esto lo hace la sonrisa de Zayn, cambiar mi estado de ánimo, aunque no supiera lo que significaba, en ese corto momento en que fui víctima de ella.
— ¿Para dónde vas? ¿Tú no me ibas a decir algo antes de que Jessica llegara?  –Lo oí susurrar tan cerca de mi oído que erizo mi piel.
Nadie había escuchado, cada uno agarraba y ordenaba sus cosas para irse, el cansancio era notable en sus rostros. Por el timbre de voz que había Zayn utilizado para decir esa palabras, tan suave y tenue, hizo que mi corazón empezara a latir rápidamente.
— ¿Yo? —dije dándome la vuelta y haciéndome el que no sabía. —que recuerde… no nada.
—Me pareció que si —respondió sonriendo. —porque no hacemos algo mejor, sígueme y hablamos en un lugar más privado, te tengo que decir algo.
—No lo creo. Lo que tenías que decirme me lo dijiste ayer, ¿no quedamos  en que te había aceptado las disculpas?—dije recordando la situación e imaginándome lo que tramaba Zayn.
—Sí, pero no me quedaron todos los puntos claros —dijo haciéndose el inocente. —Hablemos, a menos que quieras que lo aclaremos aquí, delante de todo el mundo. No lo creo. —concluyo dirigiendo una mirada suspicaz a los demás.
No. No en ese momento cuando pretendía mandarlo al infierno, definitivamente no sedería a otro chantaje.
—Por favor Liam, si no fuera nada importante, no te lo pediría. —Arquee mi ceja derecha, su actitud de picardía había cambiado por una de seriedad e inocencia, libre de toda malicia. —Necesito decirte unas cosas… por favor.
En ese momento pensé que Zayn tenía razón, debíamos aclarar unas cuantas cosas, antes de poder seguir con nuestras vidas normales y terminar por fin con todo esto. Él había dicho que lo que pasó entre nosotros fue solo por diversión, y yo le había dicho lo contrario. La única forma de seguir todo con normalidad y que no hubiera tanta tensión entre ambos, era esa, hablar y así quizá con el tiempo, solo nos quedaran los recuerdos de la locura que compartimos juntos.
— ¿Dónde vamos entonces? —Pregunte.
Zayn me hizo una seña con la mano para que esperara y luego desapareció de mi vista, cuando volvió, los únicos que quedábamos éramos él y yo. Recogió sus cosas, las metió dentro de su mochila color naranja fosforescente y me dijo que lo siguiera. Pensé que saldríamos, pero me guió en otro sentido. Caminamos por el pasillo iluminado por tubos fluorescentes titilantes hasta llegar a un cuarto que era, por la seguridad con la cual se había dirigido, la habitación que había pintado con su grupo.
—Bien. No entiendo. ¿Por qué hablamos aquí? —Pregunte pues nada tenía sentido alguno, mientras miraba lo bien que había culminado su trabajo como pintor. —Creo que sería mejor hablar afuera, con el tiempo todos se irán… ¿y si nos dejan encerrados aquí?
—No te preocupes, —dijo como si nada de lo que le dije tuviera la importancia que yo le daba. — ¿Tienes que hacer tantas preguntas sobre todo? A veces eres irritante.
—No lo sabía, ¡de verdad! —Respondí como si  su revelación me hubiese cogido a por sorpresa. —Enhorabuena. Si íbamos hablar sobre mi personalidad, lo hubiésemos hecho allá afuera. En la calle sin correr el riesgo de quedarnos encerrados.
En ese momento oímos a alguien en la entrada. Pero con un ágil movimiento, Zayn se colocó a pocos centímetros de mí, posando su mano varonil y fuerte en mi boca, silenciándome antes que dijera algo. Mis ojos buscaban la respuesta que no podía conseguir mi boca.
— ¡¿Se encuentra alguien por ahí?! —Gritó una voz masculina desde el recibidor. — ¡¿Alguien?!
Se hizo un silencio, mi corazón seguía latiendo con fuerza mientras que Zayn veía atentamente hacia al pasillo. Estábamos al lado del umbral de la puerta por lo que decidí ver también por si alguien se aparecía y nos encontraba en semejante situación, aunque no hiciéramos nada malo, en todas las ocasiones si alguien suma dos más dos su resultado será cuatro.
Lo último que se escucho fue el sonido de papeles siendo movidos y el sonido solido de la puerta al cerrarse. Cuando me di cuenta de que nos habían encerrado, Zayn me miraba con una mirada picara y una sonrisa de complicidad que hicieron que mis defensas sucumbieran como la resistencia que tiene un puente antes de ser derribado. Sus ojos caramelo y labios rosa tan cerca de mí, con su aliento casi palpable, me provocaban unas ganas terribles de besarle una vez que retirara su mano.
— ¿Qué haces? —Dije una vez que me dejo hablar, todavía tenía esa sonrisa traviesa. — ¡no ves que nos dejaron encerrados!…
— ¿Qué crees?
—Que eres un idiota, —espete. —No ves que  estamos atrapados. Ahora tendremos que irnos caminados, claro si resolvemos como coño salir de aquí… En serio, como puedes ser tan estúpido.
— ¡Oye! ¡Cuida tu boca! —Respondió ofendido sin eliminar esa sonrisa desesperante. —sé lo que hago. No vez que reserve el lugar para que habláramos solos sin interrupciones. Pero claro como no me has perdonado, te encanta insultarme y tratarme mal.
Zayn pudo haber tenido razón, estamos solos pero ese no era el problema, estamos encerrados y si no salía, algo de lo que no quería que pasase, pasaría. Mi corazón no dejaba de latir y mi mente de trabajar.
—Espero que lo que tengas que decir sea muy importante. —le dije mientras resignado me sentado en una lata de pintura. —tenemos todo el tiempo…hasta mañana probablemente.
Zayn imito mi movimiento pero al no haber otras latas disponibles, se sentó como un alumno de kínder, con las piernas cruzadas en el piso cubierto de periódicos. Su mirada cambio una vez más, a una pensativa entre dudosa y decidida.
—Liam… maldita sea. No sé cómo empezar, —dijo interrumpiendo cada palabra. Se le notaba confundido, buscando esas frases que eran tan difíciles de formar. —Es difícil pero lo tengo que hacer… lo tienes que hacer —parecía estar luchando con dos ideas que no estaban de acuerdo.
—Zayn, no tienes que decir nada que no quieras decir o no estés decidido en hacer —le dije. No me gustaba verlo sufrir, no sabía porque pero por alguna razón no me gustaba verlo de esa manera. — ¿por qué no buscamos mejor la forma de salir de aquí?
— ¡no! —Dijo decidido. —Primero… sé que me comporte como un imbécil ese día… me desquite contigo y, y yo. Lo que dije, lo dije porque estaba molesto…Solo quería romperle la cara a ese imbécil de Horan y en vez de eso te hice daño, lastimándote sin querer… tenía tanta ira en mí ese día ¿me entiendes?
—Algo. —Esboce meditabundo, aceptando su confesión. —pero eso no es una excusa. Tienes que controlar tus impulsos para no lastimar, como dices tú, sin querer a nadie. Solo quería ayudarte…
En el fondo sabía que esa era la razón, pero me negaba a aceptarla, buscándole más patas al gato o razones en mi caso. Me había liado los sesos encontrándole un significado a su comportamiento, significado que no existía; solo había tenido un mal día y para completarlo, se había peleado, solo eso.
—No pelee porque estuviese arrepentido de algo, —fue como si leyera mis pensamientos, su voz sonaba arrepentida. —No tenía nada que ver con lo que paso entre nosotros… No todo está relacionado contigo. Algunos tenemos problemas pero no eras tú la razón de ellos.
Se levantó repentinamente, sorprendiéndome. Dio unos pasos y se detuvo justo en el umbral de la puerta. Era imposible apartar la mirada de ese espécimen. Ahora que había confesado lo que había querido oír, no tenía más que decirle que lo perdonaba y que si él quería, las cosas podían ser normales, normales.
No me arrepiento de nada —lo oí decir.
En ese momento fue como si el tiempo se hubiese detenido, mi mente había quedado en blanco. Esa era una de las palabras que quería escuchar, no la más indicada «tal vez un te amo, quiero follarte hubiese sido más conciso» pero era una de ellas.
Sonreí —Te perdono —le dije mientras me incorporaba a su lado, mientras el observaba la gran sonrisa que le estaba brindando. Sonrisa que ocultaba las ganas de besarle. Pero no quería arruinarlo por mis impulsos, se había disculpado mas no me había dicho algo diferente que me hiciera pensar que me permitía un beso o algún tipo de contacto. Me conformo con que por lo menos hubiésemos quedados como amigos. El tiempo se encargaría de los demás.
—Gracias.
—Ahora a buscar una salida —él me respondió con una sonrisa igual de sincera. —No quiero dormir en el piso como un indigente. No es que tenga algo en contra de ellos, es que este lugar da miedo.
Cuando había dado unos pasos de regreso hacia el recibidor «sabía que ahí estaba la respuesta, solo tenía que gritar o algo parecido, por ahí debía de estar un vigilante o algo» siento unas manos que me sujetan impidiendo que siguiera caminado. Solo podían ser de una persona, por la dureza y el escalofrió que sentí atravesar mi cuerpo al contacto, deshice la idea que de fuese una fantasma.
— ¿realmente creías que había hecho todo esto… —dijo con ese tono de voz bajo y seductor que hacía que me derritiera, —como para que salgamos de aquí sin divertirnos? No hay que tener miedo, mientras yo esté aquí contigo nada malo te pasara.