I Want You To Stay With Me (Ziam)

Bueno, si es que aun me recuerdan. Hola, soy Fer el escritor de esta novela. Siento mucho el a verlos dejado con la intriga la ultima vez, se que les debo un capitulo y les pido que no me maten, como siempre el cole no me ha dejado tiempo para escribir y encima de todo mi computador se daño, esas son algunas de las razones de mi ausencia. Pero toda historia tiene un lado bueno, y el lado bueno de esta es que, estas dos o tres semanas que no he publicado he estado escribiendo el resto de la novela, ya voy en el capítulo 14, 15 o algo parecido. Así que les propongo algo, hoy subiré un capitulo si es que hay varios comentarios para ese capítulo, mañana les hago maratón. ¿Qué dicen?
PDTA: Tengo mucha hambre.
PDTA 2: Estoy robando internet del cole XD.
PDTA 3: Hare lo posible para subirles el capitulo hoy, pero si es que no lo hago, no se preocupen, entonces lo subiría mañana.

En ese preciso momento paso una figura que conocía muy bien, uno de los chicos, Josh, lo llamo para que participara en un juego de cartas, pero Zayn se negó a la invitación con una seña de manos.

-Entonces no reuniremos allá, amaneceremos juntos-concluyo Harry entusiasmado ante la futura fiesta a la que asistiría. Otra fiesta con gente universitaria, la última a la que fui no salió nada mal, de hecho fue una noche fascinante.- beberemos, bailaremos y todo… ¿Qué te parece?

- Te acabo de decir que por orgullo yo no…

-OK entonces iremos. No hay nada más de que hablar- me interrumpió el rizado sin dejarme terminar.

Su expresión cambio de entusiasmo a la de susto, se oían gritos, se veía gente corriendo. Un chico nos dijo que había una pelea dentro de la sede. De nuevo, el semblante de Harry cambio a la emoción de inmediato. Sinceramente no me interesaba ver gente matándose, pero un repentino presentimiento me hizo pensarlo mejor.

Zayn…

Corrimos para llegar a tiempo, pues no queríamos perdernos nada.  Y al llegar divisamos un coro de personas que se reunían alrededor de los que peleaban, se movían excitados. Harry, abrió paso empujando hacia adelante, vacilé, luego lo seguí hasta colocarnos en una posición que tenía una vista en palabras simples, excelente.

Típico ver dos muchachos que minutos atrás se había lanzados unas manos como boxeadores profesionales pero que ahora estaban agarrados, forcejeando en una especie de llave. Cuando Harry empezó a gritar con euforia “dale, golpéalo más fuerte”, distinguí un costado de piel que brillaba ante la luz cegadora del sol y unos cabellos negros relucientes que confirmaban mis miedos. Por Dios… era Zayn. El corazón se me fue a los pies, dejando en su lugar un vacío gélido y aterrador, le avise a Harry, quien al oírme, se llevó las manos a la comisura de sus labios en un gesto de análisis.

Para más mala suerte aun, ni uno de los chicos que estudiaban con nosotros estaba cerca y los demás que estaban de espectadores no se preocupaban en separarlos, tal vez no les importaba porque no estudiaban con ellos  o inclusive se divertían viéndolos pelear, como lo hacen  los asistentes de un zoológico que disfrutan al mofarse de los animales en exhibición.

Espere unos segundo, qué, como dije antes para mi eran horas, pensando  solo en una cosa; ¡si no eran separados rápido podían llegar a matarse!, fue en ese momento cuando sentí como los recuerdos de aquella aterradora tarde de agosto invadían mi mente con saña. Buscándose un poco de atención entre toda mi zozobra. Había visto algo parecido cuando tenía 13 años; según mi mente me dictaba; aun algo confusa, unos chicos de secundaria discutían, a saber Dios por qué, terminando su disputa en uno de los salones abandonados de la institución, debatiéndose a palma y puño quien tenía la razón. La pelea fue bastante aburrida, ninguno cedía al otro dejándose solamente en forcejeos, nada de qué preocuparse… al menos fue así las primeras horas, pero al final uno de los sujetos resistió más que el otro y el resultado fue un joven de 17 años desvanecido, con un color purpura invadiéndole el cuerpo y su cabeza, ensangrentada en el asfalto. Había muerto.

Me encontraba entre la espalda y la pared, temiendo que aquel fatídico resultado se repitiese, mi cerebro empezaba a funcionar sofocado por la adrenalina y… sabía muy bien lo que hacía cuando me encontraba en ese estado.

Avance apartando de un empujón a los espectadores del frente. Para mi habían solo dos sujetos en ese momento, los demás parecían distantes, inexistentes o alejados a cientos de kilómetros. Al llegar los separe con una fuerza que desconocía en mi cuerpo. Con las palmas de mis manos abiertas sobre sus torsos desnudos y húmedos, los mantenía a distancia entre los dos. Sus miradas eran tensas, obscurecidas y segadas por el odio, querían seguir, pero ahora estaba preparado para  lanzarle un golpe al primero que arremetiera en mí contra para seguir luchando, incluso  Zayn si es que lo intentaba.

El tiempo regreso de la nada, con una chica de cabello rojo que lloraba desconsolada a mi costado, explicando que no debían pelear pues eran parte de una familia en un tono de voz quebrado y casi inaudible. Zayn aprovecho el espectáculo y se alejó, agarrando su camisa del suelo, abriendo un camino a su paso entre la muchedumbre de personas, el otro chico, a quien detalle solo notando un “rubio artificial” en su cabello y el destello de unos ojos azules, entendió el mensaje desistiendo también. Reaccione corriendo tras Zayn, esperando encontrarlo antes que tomara un taxi.

Por suerte todavía caminaba con su camisa en el hombro y el torso perfectamente descubierto a la vista del mundo.

- ¡Zayn!-dije, respirando con dificultad, Él se volvió con las misma reacción enojada de antes- ¿Qué te pasa? no ves que eso te habría podido costar la expulsión. ¿Te volviste loco?

-Que me interesa una maldita expulsión-respondió exaltado, no había nadie donde nos encontrábamos - Lo único que me interesa es romperle la cara a ese imbécil, si solo me hubieses dejado, lo habría hecho - Pateo una lata de refresco que reposaba en el suelo, provocando  así un ruido de aluminio retorciéndose que me hizo crujir los dientes.

-Los problemas no se arreglan a los golpes -Dije con calma - Más bien empeoran… ¿no has pensado que después viene la venganza? La violencia solo trae más violencia…

-¡Si… no me digas!-exclamo sarcásticamente, se sentó en esa misma acera hundiendo su rostro sobre las rodillas, su respiración seguía agitaba - Para mí es la única solución- con un puño golpeo la cera.

Me quede observándolo con detenimiento, nunca lo había visto furioso, creo que ahora estaba conociendo el verdadero Zayn, sin nada de adornos o halagos que lo enaltecieran. Aún seguía siendo una especie de bárbaro brutal e insufrible, pero era mi bárbaro, de esos que luchan por lo que quieren, a pesar de que esto conlleve una expulsión inminente.  Aunque lo deseara más que nada, pues la curiosidad me carcomía vivo, me resistí a preguntarle porque había surgido el problema, a sabiendas de cómo es con sus “asuntos” no quería ganarme un insulto o inclusive un golpe de su parte.

-Querrás decir la única que tu vez –me acerque a él solo un poco, quería pasar mi brazo alrededor del cuello y decirle que se calmara, pero me cohibí, podía besarlo, Si, era mucho mejor. Sonreí con malicia - Por favor, no lo vuelvas a hacer, en serio te van a suspender…crees que ese idiota vale la pena. Un cupo en la universidad no se consigue en una caja de cereales.

Quise reír por mi ocurrencia pero la situación no lo requería, aunque fuese verdad.

-¡Oye Liam! Cuantas veces te voy a decir que no te metas en mis problemas -Me quede mirándolo absorto -Te lo repito. No eres mi mama…ni creas que porque, bueno tú sabes, te da derecho sobre mí a decirme lo que tengo que hacer, nada te da derecho a hacerlo. Entendido ¿recuerdas esa noche verdad?

“El amor o el sexo de los jóvenes es así  Liam– sonrió tomando entre sus dedos húmedos una de mis mejillas- ¡Es muy fuerte y pasional!, pero igual viene tan pronto que se va en tan solo un parpadeo ¿Quieres gozar esto conmigo?

-Pues, yo solo quería divertirme contigo, pasar un rato de sexo fácil, sin complicaciones ni compromisos. – Inclino su mano, intentando alcanzarme el rostro. No lo logro, lo detuve antes que lo hiciera.- Ya obtuve lo que quería. Estos dos meses fueron fascinantes Li, pero solo eres uno de la lista, nada más…

Fue un golpe certero, directo al corazón y al estómago. Sentía que me ponía enfermo, quería correr y no verlo, no oír. En realidad, tenía razón; no era asunto mío si se ganaba la expulsión o si se mataba. Pero no podía evitarlo, cuando me importa alguien, me preocupo sin contemplar que a esa persona  le pudiese gustar o no. Por eso, lo que Zayn dijo me dolió en serio, fue como si me desgarrasen por dentro de una forma lenta, para así verme sufrir segundo a segundo, sentí como el dolor punzante que tenía en mi pecho desde la mañana se acrecentaba  y desplazaba por todo mí ser ¿Acaso esta era una de sus mentiras? Sí, es mentira, tiene que ser mentira.

De pronto, un crujido resonó en mis oídos en un tono llano y perdido. Algo se quebró… Ahora mi vista se situaba en el monstruo cruel que estaba a mi lado. No era Zayn, no el Zayn dulce y tierno que conocí en los pinares, tampoco el brusco y pasional  que me mostro en estos dos meses, era alguien tan diferente que inclusive me producía algo de miedo. No se inmutaba a mi dolor, es más, podría jurar que disfrutaba ver como unas cuantas lágrimas se escapaban de mis ojos dejando un rastro húmedo desde mi mejilla sonrojada, hasta el concreto sucio y polvoriento. Su mirada de odio no se desvanecía  llegando al clímax de un rencor puro, cruel, que me recordaba a los ojos marchitos de los asesinos.

-¡Uno de la lista!-  caí en cuenta del horroroso significado de sus palabras, desvié la mirada, ya no tenía intención de sentarme cerca de Zayn- ¿Nada más?…tu comportamiento como un cretino de esta mañana, la pelea de esta tarde, se debe porque te arrepientes de haber…estado conmigo.

Avances...

De pronto, un crujido resonó en mis oídos en un tono llano y perdido. Algo se quebró… Ahora mi vista se situaba en el monstruo cruel que estaba a mi lado. No era Zayn, no el Zayn dulce y tierno que conocí en los pinares, tampoco el brusco y pasional  que me mostro en estos dos meses, era alguien tan diferente que inclusive me producía algo de miedo. No se inmutaba a mi dolor, es más, podría jurar que disfrutaba ver como unas cuantas lágrimas se escapaban de mis ojos dejando un rastro húmedo desde mi mejilla sonrojada, hasta el concreto sucio y polvoriento. Su mirada de odio no se desvanecía  llegando al clímax de un rencor puro, cruel, que me recordaba a los ojos marchitos de los asesinos.
-¡Uno de la lista!-  caí en cuenta del horroroso significado de sus palabras, desvié la mirada, ya no tenía intención de sentarme cerca de Zayn- ¿Nada más?…tu comportamiento como un cretino de esta mañana, la pelea de esta tarde, se debe porque te arrepientes de haber…estado conmigo.

- Míralo de la forma que quieras. A mí me da igual, a diferencia tuya yo no me preocupo por nadie, no me queda bien hacer el papel de padre. – el peso de su crueldad me helaba todo el cuerpo, mientras sus palabras; crueles y ponzoñosas terminaban por darme la estocada final. Dolor y más dolor, ¿acaso eso era lo único que debía vivir en este día?-Eso que hubo entre tú y yo, se terminó… Ya  afróntalo y supéralo Liam.

-Tuvimos sexo, fuimos novios durante tres meses eso fue lo que paso idiota. ¿Entiendes?-A medida que hablaba, el tono de mi voz disminuía como si las palabras no quisieran hacer lo mismo que hacían las de él.- ¡Entiendo! Si te molesto tanto. No volverá a pasar en esta vida… y no se manchara tu hombría, si eso es lo que te molesta como para andar peleando como descerebrado con el primero que encuentres…

No me volveré a meter en los problemas que no me sean míos. Vive tranquilo.

Camine decidido por el largo camino hasta la avenida, en el fondo me negaba experimentar esa reacción. Sabía que era la usual en personas como Zayn, cambiantes e inestables… pero pensaba que después de decirle que lo amaba, no la viviría, que idiota fui. Que se comportaría diferente, teniendo en consideración mi amor por él.

Pero, como no amarlo después de lo vivido, como no sentirme herido después de lo dicho. Llegue a mi casa al cabo de veinte minutos. Le había dicho a Harry que Zayn no había sufrido ningún daño, insistió que le explicara, le dije que después, el sol empezaba a ocultarse manchando el firmamento de obscuridad. Quería estar solo.