Breathe (Joe Jonas y tu)

Javi escribió:^^ lkjalksjALKSJA que lindoooooooooow :D Joe quiere poner celosos a los demás de mi!!! Que amor <3 Juro que lo amo, y a tu nove también^^
Te puedo pedir un favor??? Podrías subir los capítulos más largos, por fa? Siempre los dejas en la mejor parte! Jajaja, bueno, como sea, gracias por subir :)

Los dejo en la mejor parte por mala que soy asi las dejo con la intriga jajajajaja. Gracias por leerla!

Nos detuvimos en mi casa, y corrí adentro para cambiarme de ropa. Aparentemente, la vestimenta requerida eran trajes de baño. Me puse un vestido negro transparente sobre mi traje de baño, un par de sandalias altas negras en mis pies, y dejé mi cabello suelto con sus salvajes rulos naturales.
Por primera vez en mi vida, podía ser acusada de ser vanidosa, y lo sabía, pero esta noche quería verme digna de Joe. Me coloqué algo de labial rojo, rímel, y luego di un paso atrás y aprecié mi trabajo. Mi reflejo me sorprendió. El rímel negro en verdad hacía que mis pestañas resaltaran.
Fui a la sala de estar para despedirme de Jessica. Quitó la mirada de sus realities de Tv y me miró de arriba abajo, y sonrió de oreja a oreja.

—Puedes agradecerme por esos buenos genes que decidiste lucir esta noche.—Rodé los ojos.

—Voy a venir tarde.—Me despidió con su mano.

—Se cuidadosa y todo eso.—Suspiré y me dirigí a la puerta. Ni siquiera me había preguntado para quién me había vestido así. La mayoría de las chicas de mi edad desearían que sus mamas las dejaran en paz, y yo solo deseaba que la mía se interesara.
Tomé mi bolso y salí a encontrarme con Joe y su Hummer. Lo había dejado afuera por miedo de que Jesica estuviera rondando la casa en su ropa interior. Salió de la Hummer, y su mirada me recorrió. Me alegraba haberme puesto las sandalias altas, porque sabía que ayudaban a que mis largas piernas se vieran menos flacuchas.
Dejó salir un silbido bajo.

—Wow, estás increíble.—Me sonroje y le di una sonrisa.

—Gracias—respondí. Frunció el ceño.

—Ahora, ¿podrías volver adentro y arreglarte un poco menos sexy?—

—¿Qué?—Suspiró.

—Estabas preocupada de que yo llamaría demasiado la atención, y luego vas y dejas salir todas tus armas más letales.—Sus ojos examinaron mis piernas de nuevo.—Maldición, ____, me va a costar mucho controlarme esta noche, y juro que si veo a un chico comiéndote con los ojos, él tendrá el privilegio de decirle al mundo que su trasero fue pateado por Joe Jonas.—Me reí y rodé los ojos.

—Creo que eres un poco tendencioso.—Levantó las cejas.

—¿Tienes espejos en tu apartamento?—Asentí.

—¿Usaste alguno de esos, o lograste convertirte en la fantasía de cada chico sin ninguna ayuda visual?—Caminé a su lado.

—Ya estás exagerando, vámonos de una vez.—Sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo contra su pecho. Escondió su rostro en mi cuello y gruñó.

—Hueles celestial.— Sonreí y me incliné contra él.

—Gracias.—Besó mi cuello y lamió mi oreja. Mis rodillas se debilitaron, y mi cuerpo se llenó de escalofríos. —Joe—susurré—si continuas haciendo eso, vas a tener que cargarme hasta la Hummer. No soy tan fuerte.—Rió contra mi cuello, abrió la puerta, y me sentó en mi asiento. Me regaló una última sonrisa, la cual envió más escalofríos, y luego cerró la puerta. Nunca antes me había sentido verdaderamente sexy, pero esta noche lo hacía. Y sabía que era por él. Así que quizá que pueda ser creíble que estemos juntos. Pero en verdad lo dudaba.
Condujo por el camino de entrada, e inmediatamente reconocí a Mandy buscándome a mí y a mi bici.
Me giré hacia Joe.

—Cuando Mandy me vea salir de éste vehículo contigo, le va a dar un ataque. Así que prepárate.—Se rió.

—Actúas como si no estuviera acostumbrado a ser tratado como una celebridad.—Apretó mi mano—Está bien. Deja de preocuparte. Esto es normal para mí. Normalmente no vivo escondiéndome como lo hago aquí. Sé como manejarlo.—Tomé aire profundamente y exhalé.

—Vamos.—Joe colocó su mano sobre mi pierna.

—Voy a hacerlo público, así que quédate tranquila.—Sostuvo mi mano mientras caminábamos hacia Mandy, quien se congeló en su lugar con la boca abierta.

—Hola, yo, um, traje un invitado. Espero que esté bien.—Sonaba estúpido, pero no sabía qué mas decir. Cubrió su boca abierta de par en par con una mano temblorosa.

—Sí, está bien—dijo detrás de su mano, mirando a Joe si poder creerlo, y sonreí, porque entendía completamente su incredulidad.

—Mandy, éste es Joe, Joe, ésta es Mandy, una amiga de la escuela.—Joe tendió su mano y le lanzó su sonrisa letal, y tuve miedo de que ella fuera a desmayarse. Sacudió su mano y lo miró sorprendida, pero no parecía ser capaz de decir una palabra.

—Es bueno conocerte, Mandy.—Mandy lloriqueó. Finalmente Joe rompió el saludo y dio un paso atrás. Mandy logró componerse.

—De acuerdo, genial, um, vengan por aquí. Dylan va a querer, um, conocerte.—Me volví hacia Joe, y él me sonrió para tranquilizarme. Seguimos a Mandy, que seguía mirándonos cada segundo para asegurarse de que no nos habíamos desvanecido. La casa se veía bonita, pero nada como donde vivía Joe. De dos pisos, una casa de playa amarilla, la gente ocupaba cada puerta, y unas cuantas ventanas. Pasamos por la casa hacia donde estaba la música en vivo. En el centro del patio trasero había un largo escenario. La gente estaba bailando en frente del escenario y por todo el puente que conectaba la casa con la arena blanca de la playa.
Seguimos a Mandy unos cuantos pasos hasta llegar al área de la fiesta. Una fogata ardía en la playa, y más gente estaba allí. Comencé a notar que la gente nos miraba, tratando de decidir si este era o no era, de hecho, Joe Jonas. Mandy nos llevó hasta a un grupo de chicos sentados alrededor de un jacuzzi, bebiendo con unas chicas en bikinis diminutos. Ella aclaró su garganta, y un alto, flaco con la cabeza rapada se volvió hacia ella.

—Dylan, esta es mi amiga, ____, de quien te hablé.—Él me miró y me dio una pequeña sonrisa.

—Mandy dijo que estabas en la escuela el año pasado. ¿Cómo no te noté?—Preguntó, su sonrisa se convirtió en una sonrisa arrogante.
Antes de que pudiera pensar en algo que decir, Mandy aclaró su garganta, de nuevo, y dijo:

—Y él es su cita esta noche, Joe Jonas.—Dylan pasó de mirarme lascivamente, a mirar a Joe, quien pasó su brazo alrededor de mi cintura. Joe actuaba tan calmado y cómodo, casi como si conociera a todos aquí y no estuviera a punto de ser atacado por locos admiradores.

—Joe Jonas.—Dylan se puso de pie y se quedó mirando incrédulo. Joe de nuevo, siempre tan amable, le tendió la mano.

—Siento haber invadido tu fiesta.—Sacudiendo su cabeza, Dylan se recuperó un poco y tomó la mano de Joe.

—¡De ninguna manera! Diablos, no estás invadiendo mi fiesta. Eres Joe Jonas. No necesitas una invitación a ningún lado, hermano. Especialmente aquí.—Las chicas en el jacuzzi se recuperaron de su conmoción inicial y salieron del agua para venir alrededor de donde estábamos.

—¡Oh. Dios. Mío! ¡Soy una gran admiradora! Mi nombre es Gabby Montess. Tengo tu nuevo CD en mi auto, ¿me lo podrías firmar por favor?—Joe sonrió amablemente y asintió.

—Estaría encantado, Gabby.—Gabby tomó la mano de su aún muda amiga, y gritaron juntas mientras corrían por el CD y un bolígrafo. Otros, dándose cuenta de lo que estaba pasando, nos tenían rodeados en segundos. Chicas, gritando el nombre de Joe, agitaban papeles y bolígrafos hacia él, así como camisetas y zapatos y bolsos e incluso un par de bragas. Joe estuvo forzado a soltarme para firmar autógrafos, así que decidí hacerme a un lado. Di un paso hacia atrás, y una chica de pie detrás de mí me empujó a un lado. Me hundí más atrás de la multitud, siendo codeada, y forcé mi camino hacia la libertad. Una vez que una persona perdió el control, esto se convirtió en un frenesí.
La banda dejó de tocar. Oí gritos y proclamaciones de la multitud, diciendo que debían estar soñando. Las chicas se empujaban y gritaban su nombre.
Los chicos incluso se peleaban para acercarse más a él. Escuché a un chico diciendo que había escrito una canción que quería que Joe escuchara. Esto era una locura, y yo había dejado que él caminara hacia ella. Suspiré y me di la vuelta cuando escuché a una chica preguntarle a alguien que estaba a su lado:

—Me pregunto si autografiaría mi estómago.—Me di cuenta de cuanto me molesta que otras chicas se lancen sobre él. Yo lo he tenido para mí, y era fácil pensar que éramos normales, pero él nunca sería ordinario. Él siempre sería alguien a quien yo no podría mantener. Miré fijamente hacia el agua y decidí escapar hacia la serenidad de la ahora desierta playa.

—¡Disculpen! ¡Disculpen! ¡Escuchen todos por favor!—La voz de Dylan McCovey vino de los parlantes. Me volví para verlo de pie en el escenario. Se veía bastante complacido consigo mismo.—Me doy cuenta de que tenemos a un invitado muy especial esta noche, pero si quieren quedarse en esta fiesta, voy a tener que pedirles que actúen como si él fuera uno de nosotros y le den a Joe algo de aire. Si no pueden hacer esto, los tendré que escoltar fuera de la propiedad.—Miré hacia la multitud alrededor de Joe, y muchas chicas protestaron y se quejaron después del discurso de Dylan, pero lo escucharon. Incluso a través de la estrecha multitud, no pude ver a Joe y pensé que aún tendría que lidiar con varios admiradores antes de arreglárselas para quedar libre. Me volví hacia la orilla y me pregunté si él sería capaz de encontrarme si yo me fuera hacia la playa.
Unas manos se deslizaron alrededor de la cintura. —No me digas que ibas a dejarme con la multitud y te ibas a ir sola—Joe susurró en mi oído. Me apoyé sobre él y disfruté de la comodidad de sus brazos. Odiaba lo perdida que había estado cuando él había sido de todos, menos mío.—Dylan no es un mal anfitrión. Sólo tomó que le hiciera saber que quería libertad esta noche para estar contigo, y él se hizo cargo.—Sonreí.

—Bueno, tú estás haciendo de su fiesta el evento más genial que esta ciudad ha visto.—Joe besó mi cabeza.

—¿Estás bien? —Preguntó en voz baja. Asentí.

—Estoy bien.—Él aflojó su agarre y se acercó a mi lado, aún sosteniéndome contra su costado.

—¿Quieres escapar por allí sólo tú y yo, o quieres estar en esta fiesta a la que vinimos? Sólo para que lo sepas, estoy de acuerdo con lo que escojas.—Quería escapar y dejarme a Joe sólo para mí. Pero también vine esta noche porque Mandy me invitó, y quería estar con ella un rato y conocer a otras personas. La multitud pronto volvió a la fiesta. Muchos seguían mirando a Joe. No los podía culpar. Yo quería quedarme mirándolo.

—Creo que debería buscar a Mandy y mezclarme, —dije de mala gana. Joe me tomó de las manos y me acercó.

—Cuando todo esto termine, podemos tener algún tiempo a solas.—Me sonrió maliciosamente.—Tiempo a solas contigo es mi pasatiempo favorito.—Me sonrojé y me di la vuelta hacia el corazón de la fiesta.
Mientras pasábamos entre la gente, se presentaban a sí mismos, y Joe nunca dejó de ser lindo y amable. Él estrechó manos, y algunos valientes invitados le pedían que autografiara sus artículos. Mandy vino a mi lado.

—Oye, siento lo de antes. Espero que Dylan lo haya hecho todo más fácil.—

—Sí, lo hizo. Ya lo esperábamos, o algo similar, así que no fue una gran sorpresa.—Mandy sonrió.

—Bueno, él es el ídolo adolescente más sexy de América.—Joe le sonrió, y parecía que ella se iba a desmayar, le di un codazo en las costillas. Él necesitaba trabajar en no abrumar a las chicas con su sonrisa. Mandy se controló a sí misma.—Bueno, entonces, quiero presentarte a algunos amigos. Pero,—ella dijo—ellos probablemente van a estar más interesados en conocer a tu cita.—

—Está bien, ya lo se.—Ella nos llevó donde un grupo de chicas que parecían familiares. Recordaba a unas de ellas de la escuela.

—Oigan chicas, quiero presentarles a ____. Ella estuvo en la escuela las últimas semanas. Ella estará en su último año también. ____, esta es Jessie, —una pequeña rubia con cabello corto,—Mary Ann—una pequeña pelirroja, con cabello ondulado y piel bronceada sorprendentemente—y Peyton—una morena alta. Todas las chicas me sonrieron, pero sus ojos se desviaban hacia Joe.

—Te recuerdo de Español—Peyton dijo, mirando de mí hacia Joe. Cuando miré hacia él, la atención de Joe parecía estar enfocada exclusivamente en mí. Me sonrió tranquilizadoramente.

—Entonces, ¿cómo se conocieron ustedes dos? —Mary Ann preguntó, y los tres pares de ojos se centraron en Joe. Sólo Mandy parecía acordarse de mi presencia. Joe apretó mi mano.

—La conocí a través de un amigo en común. Después caí bajo sus encantos, y parezco no tener suficiente.—Me sonrojé, y las cuatro chicas tenían cursis sonrisas en sus rostros, y una de ellas incluso suspiró.

—Wow, no puedo creer que la novia de Joe Jonas vive en Sea Breeze. Comencé a corregirla. Yo no era la novia de Joe, y él se iría pronto.

—Bueno…—

—Ella se preocupa por mi privacidad. Pero, me gusta el hecho de que quiere tenerme todo para ella.—Su mano apretó la mía, y contuve una carcajada. Mandy suspiró.

—¿Mi hermano sabe sobre Joe?—Miré a Joe, y él asintió.

—Sí, él sabe.—Mandy sacudió su cabeza.

—Lo juro, él sabe algo como esto y ni siquiera piensa que es lo suficientemente importante como para compartirlo conmigo.—

—No seas dura con él. Fue a petición mía que él no se lo dijera a nadie—le aseguré. Mandy no se tranquilizó, pero se encogió de hombros.

—Bueno, no creo que me olvide de mi sorpresa cuando saliste de su auto sosteniendo su mano, juro que creí que estaba alucinando. —Me reí, y Joe se rió a mi lado.—Voy a presentarlos con otras personas—dijo Mandy a sus amigas.—Y estoy segura de que están hambrientos. Las veo luego chicas.—Durante la siguiente hora, fuimos presentados con muchas personas que sabía que no iba a poder recordarlos a todos. Pero no tenía duda de que ellos me recordarían a mí. De alguna manera yo me parecía famosa a sus ojos. Se me ocurrió que no quería ser el centro de atención. Me preocupaba que no fuera capaz de lidiar con esta manera en que esto cambiaba mi vida. Nos sentamos cerca de la fogata y escuchamos a los chicos hablar sobre la próxima temporada de fútbol. Todos parecían muy emocionados y listos para que iniciara. Ellos trataban de impresionar a Joe con sus historias, y un par incluso le preguntaron a Joe sobre su tour y su habilidad de tocar la guitarra de oído. Él respondió sus preguntas como si se las supiera desde siempre. Su habilidad para actuar tan cómodamente en cualquier situación me asombraba. Hicimos una pequeña multitud cuando otros comenzaron a notar que él estaba respondiendo preguntas y conversando. Esta multitud no parecía tan alocada como la de antes, sólo curiosa. Me comí una salchicha que Joe asó para mí mientras hablaba. La había hecho para mí mientras respondía preguntas sobre Demi. Los chicos parecían tener preguntas sobre la princesa del pop.
Cuando terminamos de comer, él se puso de pie y tomó mi mano.

—Si nos disculpan, quiero bailar con ____.—Sus rostros brillaban con decepción, y creo que incluso escuché a alguien suspirar.
Caminamos lo suficientemente cerca para escuchar la música. Él se agachó y me quitó mis tacones y los colocó al lado de sus zapatos. Él me sacó de la luz y me puso a la luz de la luna en la playa. Le asintió al D.J. que se había colocado en vez de la banda, y luego me asintió a mí. La canción comenzó, y yo inmediatamente reconocí la voz que venía de los altavoces. Joe me sujetó más cerca mientras su suave voz de terciopelo cantaba suavemente las palabras de su canción.

—Déjame sujetarte cerca sólo por esta noche. Cuando no estás en mis brazos, nada parece estar bien. Sólo ver tu sonrisa ilumina mis noches oscuras. Así que, bebé, por favor baila conmigo bajo la luz de la luna.—Joe se echó hacia atrás e inclinó mi rostro hacia el suyo.—Tu roce es mi única adicción. Tus latidos me quitan el aliento. Romperás mi corazón si no te quedas. Tus suspiros me cantan cada noche, y tu risa es mi único sol. Abrázame y susúrrame que me amas. Abrázame y dime que no hay un mundo sin ti a mi lado. Abrázame, necesito que me guíes. No puedo vivir sin ti. Abrázame y susúrrame que me amas. Abrázame y dime que no hay un mundo sin ti a mi lado. Abrázame, necesito que me guíes.—La canción terminó, y yo estaba en los brazos de Joe, incapaz de apartar mi mirada de sus ojos marrones como la miel con emoción.

—Nunca había entendido ésas palabras hasta esta noche. Las canté, pero no las escribí. No quise grabar la canción, pero perdí la batalla. Ahora, cuando cante ésas palabras, tendré un rostro que poner detrás de ellas.—Se detuvo y trazó una línea desde mi oreja hasta mi barbilla.—Sólo espero ser capaz de hacerle frente a ésas palabras cuando esté a miles de kilómetros lejos.—Tragué el nudo que tenía en mi garganta. No quería pensar sobre él estando a miles de kilómetros lejos. Apoyé mi cabeza contra su pecho, y él me sujetó más cerca.

OH MY GOD.....I'm dying in here!!
Debes seguirla pornto por piedad D:

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHJDGASJDHJDHAJSKDGASDLKSJGFHDJKADHLKJHFSDJFAÑSDKJFAKDHJGFHKLJSHDFÑSADLKGJFÑLKGJFKGBFJASNDKLÑFJAMSDLKGJNADSKFJSDKJFLHAGÑVNKSDJFA VBÑFAKSJDF KJADFKJDKFJADKÑFAJÑSDIF AIFJEOINCUÑOFJSDFKHASDJKFHLKAJSDHF JKASHDFKJASDHFKJASDHFLAKSJDFHAKLJDFHADK LKASJDHF KAJSDHF AL AD A A FHALKJDFH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

HER-MO-SO! CADA CAPÍTULO TE DIGO QUE ES EL MEJOR, PERO LUEGO SUBES OTRO Y OTRO Y CADA VEZ ES MEJOR QUE EL ANTERIOR! <3<3<3

GRAAAAAAACIAS, EN SERIO, MUCHAS MUCHAS MUUUUUUUCHAS GRACIAS POR SUBIR ESTA NOVELA!!!!! :D

Ahhhh Mon-dieu!!!
Cada capitulo es mjor que el otro, Cielos!
Nino, es increible. Te agradezco muchisimo que la puedas subir para nosotras!!

amo completamente esta nove , soy definitivamente adicta
siguela por favor

Gracias por los comentarios chicas! :)


Joe me hizo prometer que no iría a trabajar la mañana siguiente, después de no quedamos hablando hasta las tres. El sol se estaba poniendo más brillante, y mis persianas blancas no hacían mucho para bloquear la luz. Me estiré y me levanté. Eché un vistazo dentro de la habitación de Jessica, ella ya estaba despierta. Cuando entré en la cocina, Jessica estaba poniendo un tazón de cereal. Frunció el ceño.

—Será mejor que no perder ese trabajo debido al exceso de sueño. ¿A qué hora llegaste de todos modos?—Ya era hora de decirle acerca de Joe. Quería que yo fuera a una recaudación de fondos con él la próxima semana, y tenía que decirle a Jessica. No estaba segura por dónde empezar, me senté en la mesa.

—Tenemos que hablar de algo.—Se sentó, su plato en la mesa.

—Chica, si me dices que estás embarazada, creo que podría volverme loca.—Me reí.

—Eso no va a suceder. Y, no, eso es no de lo que se trata.—Jessica echó la cabeza a un lado.

—¿Esto responderá mi pregunta sobre la hora en que llegaste anoche?—Asentí. Me hizo un gesto con la cuchara para que continuara, y luego tomó un gran bocado de su cereal. Tomé una respiración profunda

—No estoy segura de por dónde empezar.—Jessica se detuvo con la cuchara en el aire.

—¿Quieres decir que esto va a ser así de bueno?—Rodé mis ojos. A veces deseaba que ella fuera una madre normal, pero entonces yo no era normal, ¿por qué debería esperar que ella lo fuera?

—Bueno, cuando trabajabas para los Jonas, ¿sabías para quién trabajabas?—Ella asintió con la cabeza.

—Por supuesto, el roquero adolescente Joe Jonas. No podría perderme los retratos en las paredes.—Suspiré, aliviada de que al menos supiera eso.

—Bueno, estoy saliendo con él.—Me detuve y esperé.Tragó su bocado, y dejó caer su mandíbula.

—De ninguna manera.—Había esperado por una respuesta más profunda de ella. Pero entonces, la profundidad no era cosa de Jessica.

—Hemos estado saliendo por un par de semanas ahora, y bueno, tiene que ir a Hollywood para una recaudación de fondos la próxima semana, y quiere que vaya con él como su cita.—Eso captó la atención de Jessica.

—¿Él quiere llevarte a Hollywood?—Asentí con la cabeza, y mordió su cereal en pocos segundos.—No creo que sea una buena idea—dijo finalmente. No había esperado que a ella le importara si me iba o no.

—¿Puedo preguntar por qué?—Se echo hacia atrás en su asiento y suspiró.

—____, hasta Joe Jonas, nunca habías salido con nadie. Eres hermosa, pero eres joven e ingenua. Su mundo no es algo para lo que estés lista. Claro, salir con él aquí es una cosa, pero entrar en su mundo es otra. Sé que no soy la mejor madre del mundo, pero te amo, y voy a decir no para protegerte. No estás lista para eso, y la angustia que esto va a causar será como nada que has experimentado. Una relación con él con cualquier cantidad razonable de tiempo es imposible. Sólo vas a enamorarte de él, y él se va a ir. Tiene que hacerlo. No puede ser Joe Jonas en Sea Breeze, Alabama.—Quería discutir, pero sabía que tenía razón.

—Yo ya lo amo. —susurré. Se puso de pie, caminó hacia mí, puso sus manos sobre mis hombros y apretó.

—Ah, bebé, estás a punto de descubrir lo malo que el amor realmente duele.—Me besó la cabeza y salió por la puerta trasera.
No podría ir, y eso me decepcionó, pero de alguna manera sabía que iba a ser lo mejor. Yo no encajaba en el mundo de Hollywood. Ni siquiera podía manejar algo tan simple como la secundaria.
Joe no tomó bien la decisión de mi madre, pero la aceptó. Decir adiós aunque sea por un momento haría a mi pecho doler. Lo temí todo el día. Si esto era lo que se sentía verlo irse por un poco tiempo ¿cómo de peor sería en septiembre? Lo oí caminar detrás de mí antes de que dijera algo. Me levanté de mi trabajo con las rosas y me volví hacia él.
Tenía un aspecto de revista, luché contra en impulso de extender mi mano y apoderarme del Joe a quién yo amaba, no del desconocido delante de mí.
Extendió la mano, tomando la mía, y deslizó fuera el guante de jardín.

—Ya te extraño—dijo, al tiempo que empezaba a besar mis dedos—Esto van a ser dos días muy largos.—Me obligué a sonreír.

—Se acabarán antes que nos demos cuenta.—Frunció el ceño y me atrajo más cerca.

—Que Dios me ayude si me piden que cante una canción de amor. No sé si seré capaz de recordar las letras.—Sonreí y extendí mi mano para pasar los dedos por su grueso y oscuro pelo.

—Vas a tener a todos comiendo de la palma de tu mano. Todo lo que tienes que hacer es sonreír.—Sonrió abiertamente.

—Creo que eres un poco parcial.—Me eché a reir.

—No, no lo soy. Te he visto encantando una habitación llena de chicas con una simple sonrisa.—Frunció el ceño y se inclinó para besar mi mejilla, y luego besó un camino a mi oreja antes de susurrar:

—Tu eres la única a la que me interesa encantar.—Suspiré.

—Bueno, no te preocupes, estoy completamente encantada.—Se echó hacia atrás y metió la mano en su bolsillo.

—Tengo algo para ti, pero en realidad es para mí. Necesito que lo tomes, así seré capaz de estar tranquilo mientras estoy fuera.—Sostenía un delgado teléfono en su mano.—Por favor mantenlo contigo en todo momento, así podré oír tu voz cuando lo necesite.—De alguna manera se las arregló para decir las únicas palabras que me harían aceptar un regalo como este de él.

—No sé si puedo usarlo. Parece complicado.—Sonrió.

—Es una pantalla táctil. Al tocar la pantalla, todos los botones necesarios aparecen.—Seguí las instrucciones y la pantalla cobró vida.

—Es como un el iPod que me diste.—

—Eso es porque es un iPhone.—Lo puse en mi bolsillo.—Solo estoy a una llamada de distancia.—Joe sonrió con tristeza.

—Odio esto.—No quería hacer las cosas más difíciles para él, así que me obligué a sonreír.—Estarás de regreso pronto.—Se acercó y se inclinó para besarme. No quise cerrar mis ojos. Quise verlo mientras hacía girar mi mundo. En el momento en que su mano trazó mi cara, perdí toda la concentración y simplemente disfruté de estar en sus brazos. Dio un paso atrás y rompió el beso.

—Regresaré tan pronto como pueda. —dijo con voz ronca. Me gustó saber que nuestro beso lo afectó.

—Lo sé.—Me dio una sonrisa más y se fue. Lo observé hasta que estuvo casi fuera de mi vista. Él se dio la vuelta y se detuvo a mirarme. Se llevó dos dedos a la boca y sopló un beso hacia mí antes de dar la vuelta a la esquina. El delgado teléfono en mi bolsillo me recordó que me llamaría pronto, y oiría su voz. Tendría que ser suficiente.
Kevin me llevó a casa después del trabajo. Joe había dejado un coche para que me llevara a casa, pero no me atreví a ir a casa en su auto sin él.

—¿Qué tengo que hacer para hacerte sonreír? —preguntó, cuando nos detuvimos junto al apartamento. Suspiré y forcé una sonrisa.

—Nada.—Se recostó en su asiento y cerró los ojos.

—Espero que él sepa lo que tiene.—Miré a mi amigo, insegura de qué decir. Dejé caer mi mano de la puerta del coche. Al parecer, quería hablar.

—Yo soy a la que le ha sido dado algo especial. Joe no es como las personas piensan. Es un grandioso chico que es amable, educado y dulce. Me hace reír y es feliz solo sosteniéndome. En sus brazos, me siento segura. Es como finalmente encontrar un lugar al que pertenezco.—Kevin dejó escapar una risa breve y difícil.

—____, sostenerte no es una dificultad para él, puedo prometértelo. ¿Y cómo sabes que no puedes encontrar todas esas cualidades en otra persona? Joe no es la única persona en la Tierra amable, educado y dulce.—

—Estoy segura de que tienes razón. Pero ningún chico que he conocido ha hecho a mi corazón ir en un frenesí y que mi piel hormiguee con solo entrar en la habitación. De alguna manera, él es el único que ha sido capaz de tocar mi alma.—Kevin suspiró y sacudió la cabeza.

—Tienes razón, no es algo que cualquiera puede hacer para ti. Solo Joe Jonas es el único que te hace estremecer.—Dejé escapar una pequeña risa.

—Siempre lo amaré. Pero sé, que pronto, tendré que aprender a vivir sin él y seguir adelante. Justo ahora no es el momento.—Kevin asintió. Abrí la puerta y salí.—Gracias por el paseo.—Sonrió.

—En cualquier momento.—Caminé adentro. Kevin era un gran tipo, y si yo no amara a Joe tanto, tal vez podría sentir algo por él. Pero mi alma ya estaba tomada.
No quería quedarme dormida por miedo a perderme la llamada de Joe. Barrí la cocina y fregué el baño antes de finalmente tomar una ducha. Dejé el celular por el lavamanos en caso de que el teléfono sonara. Cuando terminé, me puse el camisón, y luego volví a mi cama, luchando contra el impulso de arrastrarme en ella. Sabía que si lo hacía, caería dormida. Cerrar mis ojos estaba fuera de cuestión a pesar de que me pesaban mucho. Me senté en el borde de la cama y pensé en la probabilidad de que él me llamara esta noche. Casi me había convencido que no llamaría cuando oí a Joe cantando “Wanted Dead or Alive”. No había esperado ese tono de llamada, y reí mientras contestaba el teléfono.

—Hola.—

—Hola, preciosa.—

—¿Ocurrió que tengo la única versión grabada de Joe Jonas cantando “Wanted Dead or Alive” de tono de llamada?—Le pregunté, incapaz de detener la sonrisa tonta de mi cara.

—Sí, así es. Cuando traté de pensar en una canción para que sonara cuando llamara, me di cuenta de que nunca había grabado una canción que te gustase, así que fui a mi estudio en casa y grabé lo único que sabía que disfrutarías.—Sonreí y puse las piernas estilo indio en mi cama.

—Sucede que me he convertido en una fan obsesionada. Podrías haber puesto una de tus canciones allí, y habría sido feliz.—

—¿Es así? Me gustaría que me hubieras dicho que eras una fan. Habría dejado mi puerta abierta para que pudieras entrar y chorrear tu perfume en mi almohada.—Me reí en voz alta, y luego cubrí mi boca para que Jessica no se despertase y venga. No había discutido de Joe con ella otra vez, y esperaba no hacerlo.

—Yo no uso perfume.—

—¿Quieres decir que hueles así de bien sin ayuda?—

—Supongo que sí.—

—Hmm…bueno, que te parece si autografío una parte de tu cuerpo…yo escojo.—Se rió entre dientes en el teléfono. Me sonrojé, y la sonrisa tonta se quedó en mi cara.

—Bueno, quizá no estoy tan loca como una fan, pero soy una. Escucho tu música todas las noches mientras me voy a dormir.—Gimió.

—¿____, tienes que recordármelo? Ya es bastante difícil cerrar los ojos cuando me voy a dormir. No necesito imágenes de ti acurrucada en tu cama, con tu pelo suelto, escuchándome cantarte al oído.—

—Lo siento, pero no quiero que pienses que prefiero el trabajo de Jon Bon Jovi sobre el tuyo.—

—Gracias.—

—De nada.—

—Te extraño.—

—Yo también te extraño.—

—Ve a dormir. Te veré pronto.—Suspiré y me hubiera gustado tener un póster de él en mi pared.

—Buenas noches, Joe.—

—Buenas noches, ____.—Presioné colgar y me metí en las sábanas con Joe sonando en mis oídos.

amo esta nove , en serio me duele el corazón cuando siento que algo malo va a pasar
síguela por favor

:') Qué hermoso!!! aksjdahskdj Aaaay! *suspiros, suspiros everywhere* Sube más capítulos luego por favoooooooooor :D

Creo que esto es como estar en la realidad niño, es genial ge-ni-al!
Muchísimas gracias por subir los capítulos! De verdad. :')
Que andes muy bien y te mando un abrazo grande. :D

La Sra. Mary se detuvo sobre Henrietta, quien parecía estar haciendo pan, cuando entré en la cocina la mañana siguiente.
—Ahora, la Sra. Jonas dijo que lo necesita integral, pero lo quiere suave y esponjoso, no pesado.—Henrietta asintió con la cabeza y continuó amasando la masa frente a ella. Sonreí y pasé junto a ellas hacia el cuarto de lavado para cambiarme. El día de hoy no iba a ser fácil sin Joe, pero al menos estaba en su casa, cerca de sus cosas. Era mejor que nada. Me puse mi uniforme y volví a la cocina.

—Sigue adelante y consigue un poco de pan fresco por allí. Henrietta lo hizo para el almuerzo de hoy, pero está realmente bueno con un poco de mantequilla en él mientras aún está caliente.—No tenían que decírmelo dos veces. Mi estomago gruño. Corté un pedazo y puse mantequilla. El pan fresco hecho en casa derretía mi boca.

—Hey, no te comas todo lo bueno.—Kevin me dio un codazo en las costillas y tomó el cuchillo para rebanar un pedazo para él también. Le sonreí.

—Buenos días a ti también.—Sonrió y le dio un mordisco a su pan. Kevin cerró los ojos y gimió en voz alta, y la pobre Henrietta saltó. La Sra. Mary puso los ojos en blanco.

—Muchacho, ¿no puedes comer más tranquilo?—Con una sonrisa, sacudió la cabeza.

—No.—Me limpié las manos en una toalla de papel y me volví a la Sra. Mary.

—¿Qué tiene hoy para mí?—Sonrió y señaló la despensa.

—Te necesito para que revises y compruebes todas las fechas de vencimiento para mí. Tenemos que tirar todo lo que este viejo y reemplazarlo.—Asentí y fui directo a trabajar. Con Joe cantando en mis oídos, la mañana pasó volando.
Kevin se unió a mí en el almuerzo.

—¿Cómo te va? —Me sonrió y se sentó con su plato lleno de comida.

—Bien, gracias, ¿y a ti?—Kevin se encogió de hombros.

—Lo mismo de siempre, supongo.—Me estudió, como esperando que yo dijera algo.

—¿Qué? —Le pregunté, antes de tomar otro bocado de mi Sándwich Reuben.

—Nada, pensé que podrías estar algo molesta. No has hablado mucho esta mañana, y me figuré que lo sabías.—Fruncí el ceño y baje mi vaso.

—¿Qué?—Parecía como si tratara de decidir si contestarme o no.

—¿Y bien?—

—Um, por qué no salimos a comer…y a hablar.—Un nudo nervioso se formó en mi estómago, pero quería saber lo que Kevin sabía y yo no. Cogí mi comida y lo seguí al gazebo.

—Está bien, dime de qué se trata.—Kevin no se sentó. Se acercó al borde del gazebo y apoyó una cadera contra la barandilla.

—Mandy está subscrita por e-mail a varios sitios web de noticias adolescentes. Esta mañana vino corriendo a mi cuarto antes de irme, preguntándome si aún estabas saliendo con Joe. Le dije que sí, y ella me mostró el "Teen Star Follower". Tiene fotos de Joe tomadas ayer por la noche en la ciudad con la actriz Camilla Belle.—Mi estómago se estremeció, pero esto me había pasado antes con Joe, y sabía que él no podría hacer nada con las fotos publicitarias y los nuevos reportes. Forcé una sonrisa.

—No es un gran problema. Él tiene que dejarse tomar esas fotos por razones publicitarias. No estoy preocupada.—Kevin suspiró y metió la mano en el bolsillo trasero para sacar unos papeles.

—Las imprimí.—Tome los papeles de sus manos y me dejé caer en el asiento con las imágenes de Joe tomado de la mano con una hermosa chica cabello oscuro. Una foto mostraba a él inclinándose hacia abajo y riéndose de lo que ella estaba diciendo. La otra lo mostraba con su brazo alrededor de los hombros de ella, señalando hacia algo y sonriendo. No quería leer las palabras pero me encontré leyendo de todos modos:

—Anoche Joe Jonas fue visto por primera vez en las últimas semanas de brazo de Camilla Belle. Ambos parecían muy interesados el uno en el otro. Suponemos que los rumores de que Joe ha estado escondiendo a una nueva chica con suerte son falsos porque parece muy interesado en la Señorita Camilla.—Le entregué los papeles a Kevin y me levanté.

—No tengo hambre. Tengo que volver al trabajo.—Me agarró del brazo cuando pasé a su lado.

—Él no te merece.—No quería que el viera mi cara, porque las lágrimas amenazaban con caer en cualquier momento.

—Yo no soy parte de su mundo. Él tiene una vida fuera de su vida aquí conmigo —me ahogaba en un susurro. Me solté y empecé a regresar a la casa. Kevin se colocó detrás de mí y me agarró la mano.

—Detente, ____.—Me detuve, pero no me di la vuelta. Las lágrimas rodaban por mis mejillas y no quería humillarme.

—Sé que he dicho esto antes, pero tú vales más de lo que él te da. Eres hermosa, inteligente, amable, y divertida, y no te importa si tú cabello se ve mal o si se te rompe una uña. No estás demasiado ocupada para jugar con un hombre viejo ajedrez, y estás criando a tu mamá y nunca te quejas.—suspiró, tomó mi rostro, y lo volvió hacia él—¿Por qué no te das cuenta de lo especial que eres?—Mantuve mis ojos hacia abajo. Limpió mis lágrimas. —Debería patearle el culo por hacerte llorar.—Negué con la cabeza.

—Elegí esto. Es mi elección. Yo lo elegí. No puedo evitar lo que mi corazón siente.—Kevin apretó su mandíbula y asintió con la cabeza antes de dejar caer las manos y dando un paso atrás como si lo hubiera quemado. Era un buen tipo. Odiaba que la verdad lo lastimara tanto. Cerré la brecha que él había creado y extendí una mano para tocarle la cara.—Tú eres especial también, y un día alguien va a robar tu corazón y convertirse en una chica con suerte.—Deje caer la mano y me volví para alejarme.

—Pero, ¿y si ella ya lo tiene, pero su corazón está tomado?—preguntó en un ronco susurro. Cerré los ojos y respiré profundo, luego me volví para mirarlo.

—Entonces, ella no es la correcta.—Caminó hacia mí en una larga zancada.

—¿Pero qué pasa si ella está equivocada?—preguntó, justo antes de que su boca cayera sobre la mía. Me sorprendió al principio, y luego entré en pánico. No podía estar haciendo esto. Puse mis manos sobre su pecho y lo empujé antes de girar y correr. Corrí directamente a mi bicicleta y pedaleé a casa lo más duro que pude.
El teléfono sonó. Acababa de llegar a mi calle y estaba sin aliento de llegar tan rápido. Me detuve, dejándome caer contra un árbol y respiré hondo. Necesitaba responder esto. Hablaría con él sobre la actriz cuándo llegara a casa, no saltaría a conclusiones mientras él no estuviera aquí para defenderse. Incluso si las imágenes eran bastante incriminatorias.

—Hola.—contesté.

—¿Dónde estás?— La voz de Joe sonaba dura y tensa.

—Uh…—Me di cuenta de que eran las dos de la tarde, y yo me encontraba casi en casa. ¿Cómo podría explicar eso?—Bueno, estoy detenida junto a la carretera hablando contigo—dije en el tono más claro que pude reunir.

—¿Por qué no estás en mi casa?—Su tono sonaba un poco menos duro, pero aún tenso.

—Bueno, eh…—No quería mentir, pero no quería decir la verdad tampoco. Al menos, no por teléfono—. Me voy a casa temprano.—Hizo una pausa por un minuto.

—¿Vas a decirme por qué?—

—¿Tengo que hacerlo?—

—Sí, creo que es necesario.—

—Tengo un dolor de cabeza.—No era mentira.

—Nick me acaba de llamar. Fue testigo de algo desde su ventana hace unos treinta minutos.—Suspiré y apoyé la cabeza contra el árbol.

—Esto es algo que quería esperar y discutir cuando llegaras a casa.—

—No puedo esperar. Dijo que estabas llorando y dijo que…dijo que Kevin te beso.—La última parte sonó tan fuerte y enojada que temí por Kevin.

—Hay mucho más que eso.—

—Entonces dime.—Sabía que esto no terminaría hasta que le contara todo.

—La hermana de Kevin, Mandy, vio online unas fotos tuyas de anoche con Camilla Belle, y tú estabas realmente amigable y delicado en ellas. Parecías feliz. Y tuve un momento difícil con las fotos, y Kevin dijo algunas cosas acerca de nuestra relación que yo no quería oír, y lloré un poco. Él me detuvo y trató de consolarme, y empecé a irme de nuevo y él…él me besó.—Joe no dijo nada por lo que pareció toda una vida.

—Él está despedido, y estoy en un avión regresando a casa ahora.—

—¡Joe, no! Él, él…creo que él está enamorado de mí.—Joe dejó escapar una dura risa.

—Lo sé.—

—Bueno, solo estaba preocupado por mí, y trataba de convencerme de que alguien como él sería un mejor partido para mí.—Joe siseó.

—¡Está despedido en este momento! Te dije que no lo despediría a menos que el dijera algo en contra de ti, y lo hizo. Trató de convencerte de que yo no te amo.—Suspiré. No podía soportar esto. Todo era mi culpa.

—Yo no le devolví el beso, y lo aparté rápidamente. No ha pasado nada.—

—Sé que no lo hiciste, y que lo empujaste. Nick vio todo. También te vio correr precipitadamente. Me llamó y me lo dijo inmediatamente. Salí de una sesión de fotos y llamé a mi piloto. Estoy de camino a ti ahora.—

—Me has explicado lo de las fotos antes. Yo no estaba preparada para verlas de primara mano, y leer las palabras de los periodistas no fue divertido. Traté de manejarlo sin molestarte.—Joe suspiró.

—Cada una de las fotos fueron tomadas anoche por su publicista. Ella estará en una nueva película, y necesitan la propaganda. Me dijeron lo debía hacer en todas las fotos.—El alivio apartó un poco el dolor, pero la culpa todavía pesaba en mí, porque Kevin iba a estar fuera de su puesto de trabajo.

—Gracias por explicarme todo.—Se rió otra vez, y era el sonido cálido que tanto amaba.

—Espera por mí. Te veré pronto.—

—Lo haré.—

Esta situación enserio esta superándome
tienen que hacer algo para no caer en esto de nuevo
síguela por favor

Esto es increíble, como querer golpear un árbol o algo -.-
Muchas gracias por subir!!
Amo esta novela :')

No, no quiero que despidan a Kevin! Es un buen amigoooo :c
Jaja, la nove está genial, como siempre :)
Gracias por subir, estoy esperando el próximo capítulo (:

Como siempre, gracias por los comentarios chicas! :) son geniales!! Acá les dejo otro capitulo de esta linda novela ;)

Capitulo 21

Joe no tuvo que despedir a Kevin; él renunció. La señora Mary dijo que era lo mejor y para que no me preocupara, Kevin volvería a la universidad en unas semanas, y probablemente necesitaba este tiempo libre para prepararse. Sin embargo, William también renunció, y eso dejó a la señora Mary con un problema. Sin sirvientes.

—He visto dos candidatos hoy, y solo uno es apropiado. Pero necesitará algo de ayuda por ser su primera vez.—La señora Mary se detuvo sobre un montón de hojas frente a ella.

—Lo haré esta noche. Sé cómo. El único candidato apropiado puede ayudarme.—La señora Mary posó sus ojos en mí y frunció el ceño.

—No estoy segura. Al amo Joe no le va a gustar mucho. Ya está quejándose de ti trabajando fuera en el sol, y me hizo prometerle no hacerte tocar camarones u ostras de nuevo desde que descubrió cuanto los odias.—Me reí.

—Bueno, lo superará. Además, ¿qué mas puedes hacer?—La señora Mary mordió su labio inferior, y luego asintió.

—Bueno, supongo que tienes razón. Tú eres mi única salida de este lío.—La puerta se abrió, y Joe entró con una sonrisa en su rostro.

—Ah, justo a quien quería ver.—Se inclinó y besó mi nariz, y le dio a la señora Mary su encantadora sonrisa de niño pequeño.

—¿Tienes algo de té dulce?—

—Sabe que sí. Acabo de hacer uno fresco.—Ella se incorporó para servir su bebida.—Mientras está aquí, quería hacerle saber que como despidió a mis sirvientes, ____ estará ocupada esta noche con el chico nuevo entrenándolo.—Joe frunció el ceño.

—No, no va a hacerlo.—

—Joe, no veo por qué no. La señora Mary necesita ayuda.—Me incorporé y puse mis manos en las caderas, lista para pelear. Él sonrió y deslizó sus brazos por los míos.

—La familia cenará fuera esta noche, y yo estaré ocupado. No necesitamos sirvientes.—Se giró hacia la señora Mary y sonrió.—Tómese la noche libre.—Me miró.—¿Me harías el honor de ir a cenar conmigo?—La señora Mary se echó a reír, y yo sonreí.

—Me encantaría.—Tomó mi mano y me guió hacia la entrada a la parte principal de la casa.

—Buenas noches, señora Mary.—dijo por encima del hombro. Caminamos a su habitación.—Hice que mi estilista te comprara ropa para el viaje que no llegaste a hacer conmigo. Si queremos disfrutar una comida sin admiradores, entonces tenemos que ir a un lugar donde el código de vestimenta sea un poco más estricto que en la mayoría.—Abrió su gran closet entró y salió con una larga caja blanca.—Para ti—dijo sonriendo. No me gustaba la idea de él comprándome ropa, pero la sonrisa ansiosa en su rostro me hizo morder mi lengua y olvidarlo. La puse sobre la cama y la abrí. En el interior había un vestido azul pálido que parecía estar hecho con una tela tan delicada que se rompería cuando lo tocara.

—Tengo miedo de dañarlo—susurré y lo miré a él. Se rió y se acercó detrás de mí. Su aliento acariciaba mi oído.

—Todo lo que vas a hacer es causar la envidia de todos a tu alrededor.—Volvió a su closet y regresó con una caja de zapatos.—Necesitarás estos también.—La abrí. Dentro había un par de zapatos plateados de tacón de puntilla con tiras.

—Espero poder caminar en estos —Mi voz sonó nerviosa, incluso para mí. Él tomó uno, lo deslizó por su dedo y lo dejó colgando.

—Estos sí se ven complicados, pero puedo imaginarlos puestos, y la imagen me está haciendo sudar. Necesitamos alejarte de mí.—Tomó el vestido y me guió a una habitación de huéspedes.—Tienes un baño a tu disposición, y encontrarás que tiene todo lo que podrías necesitar para vestirte para esta noche.—

—Está bien—dije, mientras él dejaba el vestido sobre la cama y regresaba a la puerta. Me dio una sonrisa arrogante

—Te recogeré a las siete, si eso está bien.—Miré el reloj en la mesa de noche. Decía un cuarto para las seis ahora.

—Te veo entonces.—Hizo una reverencia y cerró la puerta detrás de él. Caminé al baño contiguo. Maquillaje y geles de baño, jabones, sales, cremas y diferentes lociones corporales, splashes, y polvos llenaban los mostradores de mármol. Mordí mi labio para no reír en voz alta. Él había estado preparado para que yo dijera “sí”. Un pedazo de papel estaba sobre las toallas, paños de baño, esponjas, lufas y otros objetos que nunca había visto antes. La tomé y sonreí cuando me di cuenta de que era de Joe.

____,
No tenía idea de lo que necesitarías. Me tomé la libertad de comprar todo lo que pensé que olía bien. Nada de ello huele tan bien como tú, pero la vendedora me aseguró que todas las mujeres querían sentirse mimadas en el baño. Así que solo lo compré todo. En cuanto al maquillaje, tú no necesitas ninguno. Tu belleza natural es suficiente para ponerme de rodillas, pero quería que fueras feliz, así que hice que la vendedora me diera todo lo que una hermosa rubia con piel increíble y sorprendentes ojos azules con pestañas que son largas y rizadas sin ningún tipo de ayuda podría necesitar. Dijo que parecía como que no necesitabas nada, pero me dio un par de cosas que creía te harían feliz.
Te amo, Joe.

Me reí, tomé la nota, y la guardé en mi bolso. Olí las diferentes fragancias y finalmente me decidí por una, y luego comencé la tarea de verme lo suficientemente bonita para el vestido.