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Breathe (Joe Jonas y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Aaaaaay!!!!! Me enamoré, me enamoré!!
Por Dios! Que placer leer esto!!
Joe es un divino!!
Aww, muchas gracias por subir la novela!!
Cuídate mucho!!
Por Dios! Que placer leer esto!!
Joe es un divino!!
Aww, muchas gracias por subir la novela!!
Cuídate mucho!!
Augustinesg
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
DIOS! siento que me muero de amor :love:
por fin volvió
SÍGUELA!
por fin volvió
SÍGUELA!
fernanda
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Capitulo 32
—¿Estás bien? —preguntó, y en esta ocasión mi garganta funcionaba mucho mejor.
—Sí, estoy bien —Le aseguré y él me miró. Acercó su taburete hasta mi lado otra vez, y me tomó la mano.
—____, lo siento. Te dejé aquí pensando que hacía lo mejor para ti, y yo sabía que tu no tenías una vida familiar estable. Quería darte un auto y dinero.—Rió con amargura —Quería dejarte todo lo que pudieras necesitar. Pero sabía que no lo aceptarías y te molestarías. Dejarte sin saber que no tenías a nadie fue muy duro. Pero me convencí que estarías mejor sin mí. La Sra. Mary prometió conseguirte un buen trabajo con un buen sueldo y beneficios. Quería que tuvieras un seguro y cómodo año escolar. Yo no tenía idea…—Puse mi dedo sobre su boca.
—Basta. Nada es culpa tuya. Hiciste lo que tenías que hacer. Tu mundo es diferente del mío, y entiendo eso.—Besó mi dedo, y contuve mi aliento.
—Supe cuando me permití estar contigo, que tu vida estaría patas arriba. Mi mundo iba a afectarte, pero no hice caso a esos pensamientos, y sólo viví el momento. Cuando vi tu rostro en toda la televisión, y escucharte hablar como si tu vida personal no fuera nada, perdí el control. Quería herir a alguien, y cuando comprendí que era mi culpa, quise herirme a mí mismo. Así que me lastime de la manera más profunda y posible… apartándome de ti —Hizo una pausa y sostuvo mi mano contra su rostro.—No quería lastimarte. Trataba de salvarte de mí, pero ese fue un muy mal plan, y lo lamento tanto.—Humedecí mis labios secos y sonreí.
—Gracias por estar aquí ahora. Luché contra la oscuridad con fuerza porque no me dejaba oír algo. Era música. Recuerdo que pensé que el sonido me hacía sentir más cálida por dentro. Luché tan fuerte como pude. Ahora sé que eras tú. Si no hubieras estado aquí cantándome, no sé si podría haber luchado por algo.—Cerró los ojos por un minuto, y el dolor cruzó su rostro.
—He tenido mucho tiempo para pensar en ti y en mí. Sé que mi vida no es normal y no puedo ser el chico que se sienta atrás en tu clase, no importa lo atractivo que eso suene, pero yo no puedo alejarme otra vez. No soy tan fuerte.—Se movió más cerca de mí y tocó mi rostro con la otra mano.—Si aún me quieres, soy tuyo. Tu vida nunca volverá a ser normal. Serás el centro de atención, aunque yo intentaré mantenerte lo más segura posible. Pero aquí está la cosa, yo no fui al instituto. Me perdí todas mis experiencias porque estuve de gira por carretera. No puedo hacerte eso a ti. Necesito que tu vivas cada experiencia escolar que se te ofrezca, y disfrutes de ello… por mí. Volveré a mi casa de verano una semana de cada mes, y en cualquier otro momento en que pueda escaparme. Sé que mi horario es una locura en este momento con la gira, pero voy a hacer que esto funcione. Lo juro.—Me quedé allí, tratando de comprender sus palabras y sabiendo que haría cualquier cosa por tenerlo de vuelta en mi vida. No me importaba si mi privacidad fuera invadida, si yo lo tenía a él, eso no me importaba.
—¿Qué experiencias hay para mi en el instituto? Lo odio.—Sonrió y recorrió mi mejilla con el dedo.
—Bueno, partidos de fútbol y bailes y platicar mientras caminas por el pasillo. La mala comida de la cafetería, viajes de estudios y, diablos, no sé que más me perdí. Es sólo que no quiero que un día te arrepientas y desees haberlo vivido. Porque cuando pase, esa será mi culpa. Te estoy pidiendo que renuncies a mucho por estar conmigo. No puedo aceptarlo todo.—Suspiré.
—Pero todas esas cosas nunca las hago. Nunca voy a los juegos de fútbol, y no iré a ningún baile. Sam me necesita.—Joe sacudió la cabeza.
—No, cuando Jessica regrese a casa, Sam tendrá una madre, no una hermana mayor cuidando de él. Estoy en contacto con su doctor, y él dice que ella esta mucho mejor, pero que se encontraba en muy mal estado.—El alivio me recorrió. Saber que Jessica volvería a su estado normal sonaba maravilloso. Ser madre a los diecisiete casi me mata, y yo necesitaba que ella fuera una para Sam.
—Todavía no quiero hacer ninguna de esas cosas.—Me sonrió con picardía. Suspiré y cerré los ojos, deseando que él me pidiera otra cosa a cambio, no esto. Finalmente, abrí los ojos y asentí.—De acuerdo, lo haré por ti.—Él esbozó una enorme sonrisa, se inclinó y besó mis labios suavemente.
—Gracias —susurró antes de volver a sentarse recto.—La Sra. Mary está en la sala de espera, muriendo por verte, y también lo esta… um… Kevin—terminó de mala gana. Sonreí y apreté su mano.
—Kevin ha sido un gran amigo en todo este tiempo.—Joe asintió.
—Sí, se aseguró de amenazarme si vuelvo a hacerte daño. Luego me dio un resumen muy descriptivo de lo que ocurrió después de que me fui —Joe tragó saliva y apartó la mirada.—Porque él hizo todo lo que yo tenía que hacer, le permito estar aquí.—Sonreí mientras Joe se levantó y fue hacia la puerta.—Sin embargo, si él acerca un poco sus labios a tu cara, toda esta tregua se acaba.—Reí, y Joe me dio una última sonrisa sexy antes de salir por la puerta para que mis amigos entraran. La Sra. Mary entró con el ceño ansioso de una madre preocupada en su rostro.
—Oh, ____, cariño, estoy tan feliz de verte despierta. Chica, me has dado el susto de mi vida. Señor, si hubiera sabido que las cosas estaban tan mal yo podría haber hecho algo.—Tocó mi mano, se inclinó y besó mi frente.
—Estoy bien ahora. ¿Cómo está Sam?—Sonrió y se sentó a mi lado, en la silla que Joe había estado antes.
—Él es maravilloso. Lo inicié en un poco de cereal de arroz, y ahora duerme toda la noche. Es un bebé feliz.—
—Gracias, muchas gracias. No tengo que preocuparme por él cuando sé que está contigo. Significa mucho para mí que cuides de él —Las lágrimas picaron en mis ojos.
—No podría hacerlo de otra manera. ____, cariño, tu eres mi familia también. Te amo como uno de mis hijos. No tienes por qué agradecerme nada.—Por sus palabras, las lágrimas cayeron. Tenía una familia ahora. Siempre hemos sido Jessica y yo contra el mundo, pero ahora tenía a otras a quienes amar y que me correspondían.—Oh, Dios, si el Amo Joe te atrapa llorando va a sacarme de aquí para siempre. Deja de hacer eso ahora. Tienes a Kevin afuera con Joe, y por la manera en que se están mirando el uno al otro, no pasará mucho tiempo antes de que comiencen a pelear. Voy a irme—Apartó mi mano.—Me alegra que regresarás a nosotros, dulzura. Te amamos.—Se giró para irse.
—Sra. Mary.—Se detuvo y dijo:
—¿Sí, cariño?—Le sonreí a través de mis lágrimas.
—Te amo, también.—Ella suspiró y secó una lágrima de su ojo.
—Lo sé, chica, sé que lo haces —Salió de la habitación. Joe volvió a entrar y frunció el ceño, preocupado.
—¿Estás bien? La Sra. Mary está llorando, y tú también.—Se acercó y secó las lágrimas de mi rostro. Le sonreí.
—Son lágrimas de felicidad. Ahora, deja de preocuparte y deja entrar a Kevin.—Asintió, pero no sonrió, y luego regresó al pasillo. Kevin entró con un ceño feroz en su rostro.
—Juro, ____, que si alguna vez me asustas así de nuevo, no estoy seguro si sobreviva a ello.—Sonreí.
—No tengo la intención de asustar a nadie otra vez.—Esbozó una sonrisa y se sentó a mi lado.
—No pude estar mucho tiempo aquí cuando tú estabas um… inconsciente… Joe se negó a irse de tu lado, y sólo permiten entrar a una persona a la vez. Sin embargo, Joe me dejó entrar en una ocasión, pero él no se fue, estuvo en el pasillo tocando la guitarra y cantando. Te lo juro, tiene a todas las mujeres de este hospital enamoradas de él.—Rodé los ojos y reí.
—No dejes que eso te afecte, Kevin. Él es una estrella de rock. Estarían enamoradas de él aun sin que estuviera cantándome.—Kevin suspiró y se recostó en la silla.
—No lo sé, ____. Soy un chico, y seré honesto contigo, ver a alguien como él en un rincón de un hospital, tocando sin parar y rehusándose a marcharse de tu lado, fue muy conmovedor. Me las he arreglado para dejar a un lado mi resentimiento hacia él.—Imaginé a Joe cantando para mí, y me hubiera gustado estar despierta para observarlo.
—Le amo—susurré. Kevin asintió.
—Sé que lo haces. Lo has amado todo este tiempo que te conozco. Es algo que he llegado a aceptar. Nunca tuve una oportunidad. Él robó tu corazón primero.—Sonreí tristemente al amigo que siempre amaría. Él había sido mi caballero de brillante armadura cuando necesité uno.
—Te amo, también —dije, casi con un nudo en la garganta. Me sonrió.
—Lo sé. Sólo que no de la misma manera que a él.—
—Eres el mejor amigo que he tenido, Kevin. Has estado allí para mi cuando yo más te necesité. Nunca lo olvidaré. Pero él robo mi aliento en el primer momento en que hablamos. Él es mi aire.—Kevin miró el suelo por un instante, y le di su tiempo. Finalmente, levantó la mirada hacia mí.
—Pensaba que él no merecía tu amor, pero ahora creo que está tan enamorado de ti como tu de él. Quiero que seas feliz, y si él te hace feliz, entonces todo lo demás no importa.—
—Él afecta todas mis emociones. Mi felicidad esta conectada a él.—Kevin asintió y se levantó.
—Sí, pensé lo mismo —Miró hacia la puerta.—Va a entrar en cualquier momento y él volverá a disgustarme, así que es mejor irme antes de que eso suceda.—Reí.
—De acuerdo, gracias por todo —Kevin sonrió.
—Ha sido un placer.—Él salió de la habitación. Sabía que siempre estaría allí cuando lo necesitara, pero en cierto modo, yo acababa de ponerlo en libertad. Joe entró en la habitación, sonreía.
—¿Puedes intentar comer algo?—Pensé en comida y, de repente, estuve muy hambrienta. Asentí.
—Sí, creo que sí.—Sonrió, abrió la puerta, y habló con una enfermera.
—Ella quiere comer.—La enfermera asomó la cabeza y sonrió.
—¿Estás lista para algo de gelatina?—Gelatina no era algo en lo que yo estuviera pensando, pero al parecer tenía que comenzar por alguna parte.
—Sí, por favor.—Asintió y salió de la habitación. Joe tomó su guitarra de la esquina, se sentó y comenzó a tocar. Sonrió, y la suave voz que lo había hecho famoso se unió a la guitarra.
Gabywriter
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Ay! Esto es maravilloso, maravilloso!!
Me enamoré, la forma en que se dio todo fue muy linda :')
Muchas gracias!!
Me enamoré, la forma en que se dio todo fue muy linda :')
Muchas gracias!!
Augustinesg
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Hola ;)
Por aquí una nueva lectora...fiel. No me pierdo ninguno de los capítulos, era una lectora fantasma (buuu) pero al fin me animé a comentar. Saludos, me encanta la novela.
Continúa...Necesito saber que pasa entre Joe y ___ jajaja saber si Joe si le va a volver a cantar...¿Que pasa con Jessica?.
Por aquí una nueva lectora...fiel. No me pierdo ninguno de los capítulos, era una lectora fantasma (buuu) pero al fin me animé a comentar. Saludos, me encanta la novela.
Continúa...Necesito saber que pasa entre Joe y ___ jajaja saber si Joe si le va a volver a cantar...¿Que pasa con Jessica?.
Pandugirl
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Hola Pandugirl! Bienvenida :D Me alegro de que hayas comentado y espero que lo sigas haciendo porque me alegran mucho sus comentarios y saber que siguen la novela :)Pandugirl escribió:Hola ;)
Por aquí una nueva lectora...fiel. No me pierdo ninguno de los capítulos, era una lectora fantasma (buuu) pero al fin me animé a comentar. Saludos, me encanta la novela.
Continúa...Necesito saber que pasa entre Joe y ___ jajaja saber si Joe si le va a volver a cantar...¿Que pasa con Jessica?.
Ahora subo nuevo capitulo ;)
Gabywriter
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Hola a todas! Gracias por sus comentarios :D Nos estamos acercando al final. Creo que este es el anteultimo capitulo, asi que disfrútenlo! Acá les dejo un nuevo capitulo :)
Estuve en el hospital otra semana, pero no me importó. Tener a Joe conmigo todo el día hacía que los días se pasaran más rápido. Una vez que me permitieron tener más visitas, el Sr. Greg vino y jugamos ajedrez. Me dejó ganar, y no se dio cuenta que ya yo sabía lo que intentaba hacer. Varias veces hablé con Jessica por teléfono, y parecía feliz y más como sí misma. También ella quería ver a Sam desesperadamente. En verdad no se le hacía nada fácil lidiar con lo que le había hecho. Joe me aseguró que también recibiría ayuda por la culpa que sentía.
La Sra. Mary me trajo deditos de pollo con puré de papas y un pie de manzana, lo cual fue un gran respiro de la comida del hospital. Joe continuaba cantándome. Las enfermeras se asomaban por la puerta y suspiraban cuando lo veían. Lo entendía. El chico que amaba también tendía a ser el rompecorazones más famoso del mundo. Ya lo había aceptado.
Joe se negaba a dejarme regresar a mi apartamento, y la Sra. Mary se negaba a permitir que Joe me llevara a casa con él. Así que terminé yéndome a casa con la Sra. Mary. Me encontraba ansiosa por ver a Sam. Él había logrado enterrar su pequeño ser en mi corazón. Tenía que recordarme a mi misma el rol que cumplía en su vida cada vez que comenzaba a pensar en su futuro y a preocuparme por cosas de las que no debía preocuparme, ya que ése no era mi lugar. Todo mejoró al sostenerlo de nuevo, y permitir que sus deditos gorditos se apretaran fuertemente alrededor de mi dedo.
Joe se sentó a mi lado en el sofá de la Sra. Mary y bajó la mirada hacia Sam.
—Es un niño adorable. Tiene tus ojos. —Le sonreí y asentí.
—Aparentemente, Jessica tiene unos genes bastante fuertes.—Joe tocó suavemente la nariz de Sam.
—Bueno, amigo, entonces serás uno de los chicos más lindos que alguna vez he visto. —Me reí, y también la Sra. Mary.
—De acuerdo, ya lo has visto, ahora necesitas despedirte de Joe y descansar un poco.—miró a Joe—Has estado con ella por dos semanas enteras. Necesita un descanso.—Comencé a discutir, pero Joe sacudió la cabeza.
—No, tiene razón. Necesitas descansar. El lunes ya podrás regresar a la escuela, y te quiero bien descansada para entonces.—No creo que pueda estar mucho más descansada de lo que ya estoy. He estado en la cama por dos semanas.
—Está bien, de acuerdo —murmuré y me hundí en el sofá. Joe rió y se inclinó para besarme la frente.
—Cancelé dos conciertos de mi gira, y tengo que reprogramarlos. No me quedaré mucho. Sólo necesito ir a casa y lidiar con las mil llamadas que he estado evitando.—No quería que se fuera, pero sabía que había renunciado a todo para poder estar a mi lado en estas dos semanas.
—De acuerdo. —forcé una sonrisa. Suspiró.
—Vamos, ____, no pongas esa cara. Me lo haces todo más difícil. Tienes escuela el lunes, y yo voy a estar en un avión hacia Nueva York mañana por la tarde. —Sabía esto. Ya habíamos hablado sobre su programación para los próximos meses. No le iba a hacer esto aún más difícil. Me había jurado a mi misma que le haría las cosas tan fáciles como pudiera.
—Lo sé, tienes razón. No voy a hacer más pucheros, lo prometo.—Se rió, inclinó su cabeza y, esta vez, besó mis labios. Respondí de inmediato, él gimió y rompió el beso.
—Vamos, no me hagas eso en la casa de la Sra. Mary. Toda la culpa será mía si nos descubre.—Sonreí.
—Lo siento.— Levantó las cejas y sonrió satisfecho.
—Sí, seguro que lo sientes.—Se levantó y caminó hasta la puerta, donde se detuvo y dijo:—Regresaré tan pronto como pueda. Mientras tanto, duerme, cuando regrese podremos hablar sin tener a la Sra. Mery sobre mí todo el tiempo.—Asentí, y me lanzó un beso, luego se giró y continuó caminando hacia la salida.
Nuestro último día juntos se fue súper rápido. Antes de darme cuenta, Joe se había ido de nuevo, y yo me preparaba para regresar a la escuela.
Me desperté antes que el sol saliera y tomé una ducha. Enfrentarme a la secundaria luego de estar tanto tiempo con Joe era deprimente. Cuando estuve vestida y entré a la cocina, la Sra. Mary ya tenía un plano de panqueques y tocino puesto en la mesa.
—Te levantaste bastante temprano. ¿Qué te tomó tanto tiempo? Ven a comer antes de que se enfríe.—Nunca nadie me había tenido el desayuno caliente antes de ir a la escuela. No pude evitar sonreírle a pesar de mi tristeza.
—Gracias, Sra. Mary. Lamento que me haya tomado tanto tiempo.—No dije nada más, y ella se giró del lavado y colocó una mano llena de jabón en su cadera.
—Bueno, sé que extrañas a ese chico. Puedo entenderlo completamente. Sin embargo, ya le prometiste que disfrutarías tu último año de secundaria, y no vas a lograrlo si sigues lloriqueando por ahí.—Su ceño de tía Bee había vuelto, y asentí.
—Tienes razón, por supuesto. Tengo tantas cosas por las cuales ser feliz. Comenzando contigo.—Sus mejillas se sonrojaron y ondeó una mano llena de jabón en mi dirección.
—Oh, vas y dices como esas como esas. Eres especial, chica, de eso no hay duda.—Se giró y terminó de lavar los platos. Me comí la mayoría del desayuno mientras pude y llevé al plato hasta el lavado. —Bien, ahora ve y ten un buen día.—Asentí y recogí mi mochila. Sam lloriqueó y caminé hasta él, me incliné y besé su dulce cabecita calva.
—Pórtate bien con la Sra. Mary, pequeño. Te veré después de la escuela.—Sus brazos gorditos se alzaron, y dio pataditas. Era su pasatiempo favorito. Caminé hasta la cocina y me despedí mientras salía por la puerta.
Capitulo 33
Estuve en el hospital otra semana, pero no me importó. Tener a Joe conmigo todo el día hacía que los días se pasaran más rápido. Una vez que me permitieron tener más visitas, el Sr. Greg vino y jugamos ajedrez. Me dejó ganar, y no se dio cuenta que ya yo sabía lo que intentaba hacer. Varias veces hablé con Jessica por teléfono, y parecía feliz y más como sí misma. También ella quería ver a Sam desesperadamente. En verdad no se le hacía nada fácil lidiar con lo que le había hecho. Joe me aseguró que también recibiría ayuda por la culpa que sentía.
La Sra. Mary me trajo deditos de pollo con puré de papas y un pie de manzana, lo cual fue un gran respiro de la comida del hospital. Joe continuaba cantándome. Las enfermeras se asomaban por la puerta y suspiraban cuando lo veían. Lo entendía. El chico que amaba también tendía a ser el rompecorazones más famoso del mundo. Ya lo había aceptado.
Joe se negaba a dejarme regresar a mi apartamento, y la Sra. Mary se negaba a permitir que Joe me llevara a casa con él. Así que terminé yéndome a casa con la Sra. Mary. Me encontraba ansiosa por ver a Sam. Él había logrado enterrar su pequeño ser en mi corazón. Tenía que recordarme a mi misma el rol que cumplía en su vida cada vez que comenzaba a pensar en su futuro y a preocuparme por cosas de las que no debía preocuparme, ya que ése no era mi lugar. Todo mejoró al sostenerlo de nuevo, y permitir que sus deditos gorditos se apretaran fuertemente alrededor de mi dedo.
Joe se sentó a mi lado en el sofá de la Sra. Mary y bajó la mirada hacia Sam.
—Es un niño adorable. Tiene tus ojos. —Le sonreí y asentí.
—Aparentemente, Jessica tiene unos genes bastante fuertes.—Joe tocó suavemente la nariz de Sam.
—Bueno, amigo, entonces serás uno de los chicos más lindos que alguna vez he visto. —Me reí, y también la Sra. Mary.
—De acuerdo, ya lo has visto, ahora necesitas despedirte de Joe y descansar un poco.—miró a Joe—Has estado con ella por dos semanas enteras. Necesita un descanso.—Comencé a discutir, pero Joe sacudió la cabeza.
—No, tiene razón. Necesitas descansar. El lunes ya podrás regresar a la escuela, y te quiero bien descansada para entonces.—No creo que pueda estar mucho más descansada de lo que ya estoy. He estado en la cama por dos semanas.
—Está bien, de acuerdo —murmuré y me hundí en el sofá. Joe rió y se inclinó para besarme la frente.
—Cancelé dos conciertos de mi gira, y tengo que reprogramarlos. No me quedaré mucho. Sólo necesito ir a casa y lidiar con las mil llamadas que he estado evitando.—No quería que se fuera, pero sabía que había renunciado a todo para poder estar a mi lado en estas dos semanas.
—De acuerdo. —forcé una sonrisa. Suspiró.
—Vamos, ____, no pongas esa cara. Me lo haces todo más difícil. Tienes escuela el lunes, y yo voy a estar en un avión hacia Nueva York mañana por la tarde. —Sabía esto. Ya habíamos hablado sobre su programación para los próximos meses. No le iba a hacer esto aún más difícil. Me había jurado a mi misma que le haría las cosas tan fáciles como pudiera.
—Lo sé, tienes razón. No voy a hacer más pucheros, lo prometo.—Se rió, inclinó su cabeza y, esta vez, besó mis labios. Respondí de inmediato, él gimió y rompió el beso.
—Vamos, no me hagas eso en la casa de la Sra. Mary. Toda la culpa será mía si nos descubre.—Sonreí.
—Lo siento.— Levantó las cejas y sonrió satisfecho.
—Sí, seguro que lo sientes.—Se levantó y caminó hasta la puerta, donde se detuvo y dijo:—Regresaré tan pronto como pueda. Mientras tanto, duerme, cuando regrese podremos hablar sin tener a la Sra. Mery sobre mí todo el tiempo.—Asentí, y me lanzó un beso, luego se giró y continuó caminando hacia la salida.
Nuestro último día juntos se fue súper rápido. Antes de darme cuenta, Joe se había ido de nuevo, y yo me preparaba para regresar a la escuela.
Me desperté antes que el sol saliera y tomé una ducha. Enfrentarme a la secundaria luego de estar tanto tiempo con Joe era deprimente. Cuando estuve vestida y entré a la cocina, la Sra. Mary ya tenía un plano de panqueques y tocino puesto en la mesa.
—Te levantaste bastante temprano. ¿Qué te tomó tanto tiempo? Ven a comer antes de que se enfríe.—Nunca nadie me había tenido el desayuno caliente antes de ir a la escuela. No pude evitar sonreírle a pesar de mi tristeza.
—Gracias, Sra. Mary. Lamento que me haya tomado tanto tiempo.—No dije nada más, y ella se giró del lavado y colocó una mano llena de jabón en su cadera.
—Bueno, sé que extrañas a ese chico. Puedo entenderlo completamente. Sin embargo, ya le prometiste que disfrutarías tu último año de secundaria, y no vas a lograrlo si sigues lloriqueando por ahí.—Su ceño de tía Bee había vuelto, y asentí.
—Tienes razón, por supuesto. Tengo tantas cosas por las cuales ser feliz. Comenzando contigo.—Sus mejillas se sonrojaron y ondeó una mano llena de jabón en mi dirección.
—Oh, vas y dices como esas como esas. Eres especial, chica, de eso no hay duda.—Se giró y terminó de lavar los platos. Me comí la mayoría del desayuno mientras pude y llevé al plato hasta el lavado. —Bien, ahora ve y ten un buen día.—Asentí y recogí mi mochila. Sam lloriqueó y caminé hasta él, me incliné y besé su dulce cabecita calva.
—Pórtate bien con la Sra. Mary, pequeño. Te veré después de la escuela.—Sus brazos gorditos se alzaron, y dio pataditas. Era su pasatiempo favorito. Caminé hasta la cocina y me despedí mientras salía por la puerta.
Gabywriter
Re: Breathe (Joe Jonas y tu)
Hola a todas! Bueno, este si es el ante ultimo capitulo así que ya se acerca el final de esta novela! Muchas gracias por todos sus comentarios en cada capitulo, me tocaron unas lectoras geniales :D
Aca les dejo el ante ultimo capitulo :)
Capitulo 34
Big Rob se encontraba inclinado contra la Hummer. Cuando me vio, miró la hora en su reloj, como si ya fuera tarde. Dejé de moverme, confundida por su presencia aquí. Fue entonces cuando mi teléfono sonó. Busqué en mi bolsillo y lo saqué.
—¿Hola?—
—Buenos días, hermosa. Ahora, quiero que me hagas un favor y entres al vehículo con Big Rob. No discutas conmigo. Sucede que tengo órdenes del doctor que dicen que no podrás manejar tu bicicleta durante al menos dos meses.—Me quedé en mi lugar mirando al ahora sonriente Big Rob.
—Órdenes del doctor, ¿ah? Por casualidad no le habrás pagado al doctor para conseguir esa orden, ¿verdad?—Rió.
—Nunca, ahora entra en la Hummer antes de que Big Rob haga lo que se le ha instruido.—Me congelé y miré al gigante frente a mí.
—¿Cuáles fueron esas instrucciones?—
—Lograr meterte en ese vehículo sin importar qué.—Sonreí, me encogí de hombros, derrotada, y caminé hasta la Hummer. Big Rob abrió la puerta, y tuve que apoyarme en su mano para poder subir.
—De acuerdo, Estrella de Rock, estoy dentro de tu Hummer.—
—Gracias.—Había estado esperando su respuesta engreída, así que ese simple gracias hizo que mi corazón se acelerara.
—De nada.—
—Te extraño—dijo con suavidad.
—También te extraño.—
—Tengo un concierto el jueves por la noche, y luego otro el sábado, pero después, volveré a casa por el domingo, al menos.—
—Te estaré esperando.—
—Diviértete hoy en la escuela por mí, por favor. Recuérdalo, estás experimentando la secundaria por los dos.—Suspiré.
—Tendré eso en mente cuando me molesten en los pasillos y coma la horrible comida de cafetería.—Rió y luego su voz se tornó bastante seria.
—Si alguien te molesta, amenázalos conmigo.—Esta vez me reí a carcajadas.
—Seguro, eso me ayudará a encajar perfectamente.—
—Te amo, ____.—Mi corazón todavía se aceleraba cuando decía esas palabras.
—También te amo.—
—Voy a dejarte porque Big Rob ya debe estar por llegar a la escuela.— Miré por la ventana y me di cuenta que tenía razón.
—Sí, acaba de llegar. Adiós, que tengas un buen día.—
—También tú, nos vemos.— Terminé la llamada y suspiré. Alcancé mi mochila justo cuando Big Rob abría mi puerta. Sonriendo, le dije:
—Gracias, Big Rob.—Asintió, y puedo jurar que vi una sonrisa. Me dirigí hasta mi casillero. Iba a tener un montón de trabajo con el que ponerme al día. Necesitaba vaciar mi mochila para que pudiera caber todo allí.
—____, me alegro que hayas regresado a la escuela. Es una pena lo que sucedió. —Dylan McCovey llegó a mi lado. Miró hacia Big Rob yéndose y sonrió.—De veras que tienes un mucho más dulce par de ruedas ahora.— Tuve que esforzarme muy duro para no rodar los ojos. En vez de eso, asentí.
—No puedo manejar mi bici por un tiempo.—Dylan rió.
—Sí, bueno, dudo que vayas a conducir tu bici de nuevo. Todo el pueblo está hablando de que Joe Jonas se quedó en tu habitación del hospital y te cantó hasta que saliste de coma. Luego que aparentemente no podía dejarte por un minuto. El chico suena enamorado.—Sonreí a las palabras de Dylan, pero no respondí. Entramos al edificio de la escuela.
—Debo ir a clases. Te veo después, Dylan.—dije sobre mi hombro mientras me alejaba de él. No quería discutir mi vida privada con nadie.
En el momento en que puse un pie en el pasillo, la gente se detuvo y me miraron fijamente. Quería devolverme y correr hacia afuera. En lugar de eso, obligué mis pies a caminar hasta mi casillero. No hice contacto visual con nadie, pero no pareció importar. Antes de poder dar cinco pasos, las personas comenzaron a atacar.
—Me alegra mucho que estés mejor, ____.—
—____, ¿es verdad que Joe Jonas estuvo contigo en el hospital?—
—¿Era esa la Hummer de Joe que te trajo a la escuela?—
—¿Estás viviendo con él?—
—¿Joe Jonas se va a mudar para acá?—Quería colocar las manos sobre mis oídos y gritarles que se fueran. Más voces se escucharon, y la gente comenzó a hacer más pregunta que no quería contestar, ya que no era de su incumbencia.
—¡Muévanse! Todos tienen clases, así que les sugiero que se vayan a ellas—llamó el Director Farmer por encima de los buitres. Se movieron, pero todos lo hicieron sin muchas ganas. Me giré hacia mi casillero y busqué lo que necesitaba.
—Srta _____, nos alegramos que haya regresado y que se encuentre bien—dijo el Sr. Farmer detrás de mí. Me giré y le sonreí.
—Gracias.—Asintió y aclaró su garganta.
—Quiero que sepa que si necesita algo, o si está experimentando cualquier problema como el que me acabo de encontrar, puede hacérmelo saber, y yo lo arreglaré. Quiero que su experiencia aquí en la Secundaria Sea Breeze sea placentera.—Nunca antes me había hablado, así que su súbito deseo de que me encontrara feliz era un poco extraño.
—Gracias, señor—dije, a pesar de mi confusión.
—Sí, bueno, también quiero que sepa que si su, um, novio quiere asistir a alguna de nuestras instalaciones aquí, nos encantaría tenerlo. Es más que bienvenido.—Entonces todo tuvo sentido, y quise echarme a reír. El Sr. Farmer sólo estaba tan asombrado por la estrella como todos los demás. No confiaba en que podría hablar, así que simplemente asentí y me dirigí a clases. Probablemente ya iba tarde.
Gabywriter
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Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.