Una Mano Fuerte (Larry Stylinson)

Zayn se sentía impaciente.

—¿Qué? ¿Ese hijo de perra no llegó?

—No y al parecer su agencia no puede localizarlo. Tendremos que buscar a otro modelo —dijo Louis.

Se sentía un poco distraído. Harry tampoco había llegado y él había pasado la noche en vela. Cada vez que trataba de quedarse dormido, inconscientemente encendía la luz y miraba la fotografía que había hecho de Harry, que lo miraba con sorpresa.

Se dijo a sí mismo que quemaría los negativos. Después de todo, el joven no había acordado hacer eso, por lo que no estaba bien conservarlas. Definitivamente las quemaría.

Pero todavía no.

—¿Qué te gustaría entonces? ¿Un rubio o alguien de cabello oscuro? —preguntó Zayn mirando varias fotografías de modelos—. Tendremos que conocerlos a todos en persona, ¿no?

—Por supuesto. No puedes conocerlos por completo por su perfil. Diablos, incluso mienten con sus medidas —dijo Louis.

—¿Los perfiles incluyen sus medidas? —Zayn preguntó con emoción y comenzó a leer uno de ellos.

—Altura y peso, Zayn, no la longitud —dijo Louis sonriendo.

Se giró al escuchar la puerta crujir. Harry estaba parado ahí, colocando su mochila correctamente en una esquina, lejos del camino.

—Hola Louis, Sr. Malik. ¿Desean café? —murmuró, mirando al piso. No se atrevía a mirar a Louis a la cara por temor a que el hombre mayor se burlara de él. O peor aún, que notara con solo verlo que había pasado la noche entera masturbándose y pensando en él… y aún más humillante, imaginándose que él le hacía cosas.

—Sí por favor, ve abajo y compra tres cafés y tartas —dijo Louis felizmente mientras le entregaba el dinero.

—Café con leche para mí —agregó Zayn—. Grande, con canela…

—Lo recuerdo, Sr. Malik. Grande, con canela, descafeinado y crema batida baja en grasa. —Harry tomó el billete, tuvo cuidado de no tocar los dedos de Louis y se desvaneció para conseguir el café que su jefe deseaba.

Zayn miró a Harry con incredulidad y luego a Louis, que sonreía estúpidamente mientras miraba a su asistente.

—¿Qué hiciste para que se comportara?

—Oh, solo le azoté el trasero —dijo Louis.

Zayn se carcajeó.

—Si tan solo fuera verdad, pero en este tiempo con las demandas, los jefes ya no podemos hacer eso. Es una lástima. Muchos chicos mejorarían si tuvieran una mano fuerte que los controlara. Bueno, sea lo que sea que le hayas hecho, ha funcionado.

Louis se rio, preguntándose qué diría Zayn si supiera lo que en realidad pasó.

—Cabello oscuro —dijo.

—¿Qué, qué? Ah, el modelo. Sí, comparto tu opinión, excepto por los artículos de cuero negro, lucen mejor con un rubio —dijo Zayn, agachando la cabeza para estudiar los perfiles otra vez.

—Estaba pensando en usar a Harry para algunas de las fotografías —dijo Louis casualmente.

El tono de voz distraído alertó a Zayn de que algo estaba ocurriendo.
Decidió molestar a Louis.

—No lo sé, mi querido Louis, no puedes tomar a un inocente para que haga estas cosas —dijo, acariciando su barbilla—. Sería una gran sorpresa para él. Estaría impactado.

Louis sonrió, recordando lo fácilmente que Harry se había desnudado para él.

—No estaba pensando en usarlo para las fotografías más fuertes. Solo pensé que se vería bien vestido de cuero.

Zayn lo consideró.

—Muy bien. Es un chico lindo, aunque irritante. Le preguntaremos. ¿Le ofreces el salario mínimo para un modelo?

—Sí, le va bien. Por supuesto necesitaré hacer unas fotografías de prueba.

—Por supuesto. —Zayn aceptó, sus labios no pudieron ocultar la sonrisa.

La puerta se abrió y Harry entró, balanceó con cuidado una caja que tenía una selección de pasteles y tres cafés. Colocó todo sobre la pequeña mesa de la cocina y sacó platos desechables y servilletas. Sacó la crema del refrigerador y colocó las cucharas para el azúcar.

—Siéntate con nosotros, Harry —dijo Louis.

Harry miró a través de sus pestañas sin levantar la cabeza, se sorprendió tanto que no pudo emitir ni un sonido. Se preguntó si iba a ser despedido o si le propondrían algo cuando Louis le entregó uno de los cafés.

—Zayn tiene una propuesta para ti.

Harry se sonrojó, preguntándose si Louis le había dicho al atractivo rubio lo que ocurrió la noche anterior. Comenzó a ponerse de pie, pero una mano se aferró a su muñeca, inmovilizándolo.

Louis alzó la voz con un tono para calmar al chico.

—No es algo intimidante, Harry. Solo quiere saber si estarías dispuesto a usar algo de esta ropa.

Zayn colocó un catálogo viejo sobre la mesa y Harry pudo ver unos pantalones de cuero ordinarios, del tipo que usaría para ir a un club, si tuviera el dinero para ir o para comprar los pantalones.

Levantó la mirada y se topó con que Louis le sonreía.

—Quiero hacer unas fotografías de prueba y ver si funcionan. Después de todo, Zayn necesitará verte en la película antes de tomar una decisión.

Harry asintió ligeramente y suspiró lleno de alivio. Comprendía que Louis le decía que Zayn no había visto las fotografías de ayer.
—Muy bien, supongo… puedo hacer eso. —Colocó un ligero énfasis en la palabra “eso”.

Louis sonrió ampliamente satisfecho. Si lograba que Harry aceptara eso, no dudaba que pronto podría convencerlo para hacer escenas más escandalosas. Considerando la evidencia fotográfica de lo mucho que Harry había disfrutado lo anterior, supuso que lo podría dar por sentado si lo manejaba delicadamente.

Zayn lamió la crema batida de su pajita y miró el intercambio entre ambos hombres. Louis tramaba algo. Zayn estaba seguro de eso. Disfrutaría de ver cómo concluiría todo eso porque ayer, Harry se había comportado de una forma desafiante y grosera. Pero hoy, era amable y estaba a la defensiva. Algo debió pasar entre esos dos.

—Harry, llama a las agencias de estos chicos y arregla una cita con ellos para mañana. Cuando termines, regresa con nosotros a la parte trasera. Buscaremos un par de pantalones de cuero que sean de tu talla y haremos un par de fotografías —ordenó Louis.

Se levantó y caminó al estudio con Zayn, sin asegurarse si Harry había seguido sus instrucciones.

—Vamos, puedes decírmelo —dijo Zayn persuasivamente.

—¿Decirte qué? —preguntó Louis.

—¿Lo que pasó entre el chico y tú? No lo azotaste de verdad… ¿o sí? —Zayn se ajustó los pantalones inconscientemente.

—Si lo hice, ¿lo diría? —lo molestó Louis —. Y si no lo hice, podría mentir para impresionarte.

Zayn comenzó a carcajearse, se dobló tanto que se cayó del taburete, Louis estiró un brazo para sostenerlo y sonrió al ver lo contento que parecía estar su amigo.

—Como si te importara algo impresionar a alguien —dijo Zayn jadeando por la risa.

Harry entró, los miró en silencio hasta que Louis logró controlar a Zayn y luego preguntó—: ¿Todo listo?

—Sí, la agencia que tenía a la mayoría arregló las citas de nueve a doce, pero algunos modelos solo podrán venir de una a cinco, ¿no hay problema con eso?

—No, ninguno —dijo Louis—. ¿Cuál es tu talla de cintura y longitud de entrepierna?

Harry murmuró su talla y Zayn comenzó a buscarla rápidamente entre las muchas montañas de ropa que había traído, sacando todos los pantalones de la talla del joven.

Harry levantó una mano y acarició un par de pantalones color vino tinto, hechos de cuero suave.

—Me gustan estos.

—Combinan con el color de tu piel, chico —dijo Louis, recordando la suave piel de color miel que conoció la noche anterior.

Harry lo miró con culpabilidad, preguntándose en qué pensaba Louis. Esperaba que su excitación no fuera visible, sin embargo no se percató de que su mirada y labios entreabiertos les transmitían justamente eso a los dos hombres.

—Ponte esto también —dijo Zayn, lanzándole una camiseta blanca.

Harry la atrapó, sus dedos se deslizaron sobre la seda.

—Ve a vestirte, chico — le ordenó Louis—. Haremos unas cuantas tomas para que Zayn pueda tomar una decisión.

Harry se dirigió al baño a cambiarse mientras Louis preparaba su cámara digital sobre el trípode que había dejado ahí desde la noche anterior. Le divertía ordenarle a Harry en el mismo set y se preguntaba lo incómodo que esto haría sentir al joven.

Zayn silbó cuando Harry emergió del baño. La camisa de seda era ajustada y se notaban sus pezones debajo de la tela blanca y traslúcida. Los pantalones de cuero se acomodaron perfectamente a sus delgadas caderas y delineaban con detalle sus glúteos; las delgadas líneas le hacían saber a los dos hombres mayores que no tenía ropa interior.

—Harry —dijo Louis, su voz ronca ronroneó con poder—. Ve al set. Coloca las manos detrás de ti e inclínate sobre la barra.

Harry sintió que su pene saltó al escuchar el tono de la voz de Louis, que era dominante, pero prometía una rica recompensa si obedecía. Automáticamente, caminó hacia el telón, se estremeció por el frío piso de cemento debajo de sus pies desnudos. El telón estaba ligeramente más cálido, aunque se tropezó cuando se olvidó de la esponja que se encontraba debajo de la tela.

Cuando alcanzó la barra, Harry volvió a mirar a Louis, no se giró por completo, pero estaba ligeramente expuesto a la luz, sus ojos lo miraron con incertidumbre, preguntándose si esta era la pose correcta.

—Las manos detrás de tu espalda. Inclínate sobre la barra —le dijo Louis animadamente.

Zayn se movió abruptamente y se paró detrás del escritorio que tenía el monitor de la computadora de Louis, para poder ocultar su erección. Al escuchar la orden de Louis, Harry colocó sus manos tras de sí, se inclinó sobre la barra echando su pecho hacia adelante. Los botones de la camisa comenzaron a separarse. Sus pezones estaban erectos y eran pequeños bultos que ensombrecían la seda blanca que se presionaba contra ellos.

—Buen chico —dijo Louis suavemente.

Incluso desde donde Zayn estaba, podía ver cómo el suave cuero delineaba con detalle hasta las venas del pene de Harry, que estaba erecto. La voz de Louis tuvo un efecto sorprendente en Harry. Sin importar cuánto trató de calmar su erección, esta continuó elevándose.

La pose que había tomado tenía el efecto de hacerlo lucir como si sus manos estuvieran atadas detrás de la espalda, pero sus ojos eran desafiantes y su boca estaba entreabierta. Sus rizos oscuros llegaban casi a sus hombros.

Louis caminó hasta el set y despeinó el cabello del chico, haciéndolo lucir como si acabara de levantarse de la cama. Sacó su brillo labial y lo aplicó en los labios rosas hasta que brillaron. Louis pretendió no notar que Harry saltaba cada vez que lo tocaba, pintando esos suaves labios entreabiertos.

Como último toque, abrió un botón de la camisa, pasó las yemas de sus dedos sobre la piel expuesta para abrir ligeramente la camisa. Sonrió y miró a Harry a los ojos cuando escuchó un pequeño gruñido de deseo, inaudible para Zayn.

—Buen chico —dijo nuevamente y volvió a su cámara.

Harry era consciente de cada ligera caricia de los dedos de Louis contra su piel, el pulgar que esparció el brillo sobre sus labios, los dedos que se movieron sobre su pecho y las manos sobre sus hombros que lo acomodaron. Se olvidó de que Zayn se encontraba con ellos en el estudio.

—Louis —dijo Zayn casi susurrando—. Se ve muy bien.

—¿Lo suficientemente bien como para comérselo? —preguntó Louis suavemente, para que Harry no pudiera escuchar las palabras, pero sí su voz.

—Lo suficientemente bueno como para follárselo —aclaró Zayn, riendo cuando Louis lo miró confuso. Después de controlar a su pene, caminó al lado de Louis. —No te preocupes, es tuyo. Puedes usarlo primero.

—¿Mío? —preguntó Louis sorprendido—. No lo quiero. Ya no me interesan esas cosas.

—Mientes —dijo Zayn confiado—. Además, es tuyo, lo quieras o no. Presta inmediata atención cuando tú hablas. —Alzando la voz, le habló al muchacho—. Harry, gira un poco a tu izquierda.

—Muy bien —dijo Harry con confianza, moviéndose en la dirección que Zayn le pidió.

—¿Ves? Nada, ahora inténtalo tú.

Louis lo miró y le sonrió a Harry.

—Deslízate un poco sobre la barra, mantén la cámara a tu derecha.

—Sí, señor.

Zayn sonrió cuando el chico, que había sido tan rebelde ayer se deslizó obedientemente en la dirección correcta, mirando con ansias a Louis para cerciorarse de que lo hacía correctamente.

—Gracias —dijo Louis.

Harry lo miró como si acabara de abrir un regalo de navidad.

—¿Ves? Es tuyo. —Zayn codeó a Louis.

—No lo quiero, no quiero a nadie. —Louis refunfuñó y comenzó a fotografiar.

Sí, como no, pero alguien te desea aunque todavía no lo comprenda. Pensó Zayn. Además no creo que puedas resistirte mucho a este joven.
En voz alta dijo—: Deja de actuar como un ermitaño, Lou. ¡Apenas tienes treinta y dos! Te quedan muchos años, ¿quieres que todos estén vacíos? —Levantó una mano para cortar el argumento que estaba seguro el fotógrafo iba a comenzar—. Lo sé, tienes tu arte. Pero ¿en verdad dejarás pasar la oportunidad de llevarte a la cama a esa hermosa criatura? —Se lamió los labios y comenzó a mirar a Harry.

—Desabotónate la camisa por completo —le ordenó Louis cortantemente. Le afectó la mirada herida del rostro de Harry mientras comenzaba a abrirse la camisa.

Louis caminó hacia él y abrió la camisa de manera que se pudiera ver todo el pecho del chico. Murmuró—: Lo lamento, Zayn me estaba fastidiando.

—No se preocupe —dijo Harry en voz baja.

Louis le dio unas cuantas palmadas a la cadera del joven, mirando a los ojos castaños cuando escuchó que inhaló fuertemente.

—Tómatelo con calma, chico. Ahora no.

Harry asintió, tenía las pupilas dilatadas y la respiración acelerada. Sabía que su pene estaba resaltado por el ajustado cuero y que los dos hombres podían notarlo, pero no se atrevía a comprobarlo.