Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

Me encontraba en Irlanda, específicamente en mi casa. Cabe destacar que la han remodelado bastante. Agregándole más cuartos. Mi papá se ha encargado de todo ello.

Estaba en el jardín junto a las chicas mientras que los chicos jugaban un rato al fútbol. Me reía a carcajadas de como se burlaban de Harry por no ser tan deportista.

Eleanor pedía que lo dejaran quieto, ya que acababa de salir de una recuperación. Los chicos no hicieron caso y siguieron fastidiándolo, tanto así que este bufó y trancó la puerta que daba a la casa, con fuerzas.

Harry no estaba muy bien de humor, hace 3 semanas había terminado definitivamente con Taylor, pero siempre estuvimos allí apoyándolo. Al principio la rubia no lo aceptó, de hecho un día después de lo sucedido, llegó indignada diciéndonos que Harry la iba a pagar bien caro si tenía a otra. Pero como todo se supera alguna vez, ella lo hizo, dejándonos tranquilos.

Zayn era el único que no estaba jugando fútbol ya que últimamente no paraba de toser.

Desde el día que llegó Harry las cosas han cambiado para bien. Nos las pasamos el mayor tiempo que sea posible con él, para que se distraiga. Por suerte estaba mejor y eso nos alegraba a todos.

Había veces en las que nos quedábamos todos reunidos en la sala hasta tarde relatando historias de terror. Yo me acurrucaba a Liam mientras las escuchaba, así como también había otras veces en las que veíamos una película –en mi caso escucharla– y a la vez comíamos galletitas.

Los mejores tres meses de mi vida, todos los fines de semanas los chicos venían a quedarse y nada mejor que pasarla junto a mi padre y ellos.

Y hoy, un 27 de Julio, estaba cumpliendo 5 meses de una hermosa relación con el hombre más maravilloso, con el hombre a que estaba dispuesta amar por el resto de mi vida. Sé que tal vez seamos muy jóvenes para saber lo que es el «para siempre», pero no puedo estar más segura de que esto es lo que he esperado toda mi vida.

Además, también faltaba exactamente dos semanas para mi cumpleaños. Poco para ser mayor de edad. ¿Ahora que se suponía que haría? Nunca me había preguntado qué era lo que quería hacer por el resto de mi vida.

Quizás estudiara música, Liam me dijo que podía fácilmente conseguirme una beca y no podía rechazarla. Afortunadamente en el anterior instituto en el que estaba me dieron un chance de 3 meses para presentar todos los trabajos que no había entregado por el tiempo ausente.

Eleanor me ayudó mucho, ella también había salido este año y quiso tomar ciencias políticas en la universidad de Manchester.

Unos brazos me rodearon y sentí unos suaves labios sobre mi mejilla izquierda, volteo mi rostro y nuestras bocas se unen, dándonos unos pequeños besitos.

– Aw, son la cosita más tierna –comenta Perrie con voz de niña pequeña y todos nos echamos a reír.

– Creo que sería mejor que entráramos a comer, y no, no me miren así –dijo Niall–, solo lo digo porque así aprovechamos y contentamos a Harry.

– Como digas Niall –habló Zayn esta vez–, vamos a creer que no es por la comida.

Les dije a los chicos que no tenía hambre y ellos entraron junto con Perrie. Yo me quedé afuera con Eleanor mientras charlábamos un poco.

– Y bien… ¿ya decidiste qué estudiar?

– Creo que me iré por música.

– Si te gusta, hazlo.

– Nunca… nadie había hecho esto por mí –dije mientras nerviosamente jugaba con mis dedos.

– Eres una gran persona y a las grandes personas como tú les va bien en la vida.

– Liam dijo que iba a regalarme la beca, al principio no quise aceptarlo, pero me dijo que no aceptaría un no por respuesta. No puedo creer toda la confianza que él ha depositado en mí.

– Todos lo hemos hecho.

– Me agrada que sean tan geniales conmigo.

– Y a nosotros nos agradas tú. Solo te diré algo Lorena. Nunca, pero nunca en la vida dejes de luchar por tus sueños, hay veces que la gente te cuestiona por lo que haces y muchos dejan de hacer cosas que realmente le gustan por complacer a la sociedad, olvidándonos por completo de quienes somos. Jamás abandones tus sueños, solo se vive una vez –sonreí de medio lado–. ¿Qué tal si hoy en la noche nos reunimos en tu cuarto y hacemos una especie de pijamada de chicas?

– Claro –acepté entusiasmada.

– ¿Vas a pasar?

– No, voy a quedarme un rato aquí, ve tú.

– Dale, veré que tal sigue el energúmeno de Harry –me reí ante su comentario y luego ella entró.



Ese consejo nunca se me iba a olvidar. Y tenía toda la razón, no tenía que dejarme rendir por nada y mucho menos por nadie. La sociedad no iba impedir que cumpliera mis sueños, la ceguera no iba impedir que fuera feliz.

De ahora en adelante iba a disfrutar plenamente mi vida, superar cada obstáculo y agradecerle a Dios por cada oportunidad brindada. De ahora en adelante iba a pensar en mí y luego en los demás.

La brisa helada removió mis ondulados cabellos que se encontraban debajo del gorro de lana.

Me sentía mejor que nunca.



Entré en la ducha y me bañé rápidamente, le dijimos a los chicos que haríamos una pijamada entre nosotras y ellos intentaron copiarse diciendo que ellos también la harían. Eran todos unos niñitos.

La casa tenía 5 cuartos, una para mí, otra para mi papá y las otras 3 para las visitas.

– Mira quien traigo a aquí, a una cosita muy hemosha –habló Perrie mientras me montaba mi gatito Molly encima, lo extrañaba demasiado. Pensé que los guardias la habían matado, pero luego cuando Niall me dijo que Maura siempre la estuvo cuidando, mi corazón se aceleró de emoción.

Ahora estaba de nuevo con nosotros y no podía estar más feliz. Amaba a los animales y había compartido mucho tiempo con ese gato malcriado.

Nuestros padres estaban afuera en la sala –incluyendo la madre de Perrie, de Niall y la de Eleanor–. Nos quedamos un rato calladas en la habitación hasta que Perrie rompió el silencio.

– Bueno, compré en la tarde algunas cosas para la pijamada –soltó una risita.

– ¿Qué compraste? –Pregunté.

– Maquillaje, pinturas de uñas…

– ¡Perrie! –Exclamamos Eli y yo al unísono, a lo que ella nos replicó.

– ¿Qué pretendían que comprara?

– ¡Comida! –Dije y en eso ambas soltamos unas carcajadas.

– Bueno yo pensaba que hablaríamos de las cosas que nos gustan de nuestros novios y eso –intervino Eleanor pero Perrie la ignoró.

– Disculpa doble de Nialler –se dirigió a mí y en eso sentí sus manos sobre mis costillas, pedía que parara, pero fue peor porque se unió Eleanor a ella, acorralándome.

– ¡Paren! –Supliqué, no me hicieron caso de nuevo y me abalancé contra ellas.

– Oigan –Eleanor me tapó la boca–, hace rato escuché a Louis con Niall y creo que iban a comprar algo de comida.

– ¿Y qué pretendes hacer? –Preguntó Perrie apenas, por lo que me di cuenta que también le tenía la boca tapada a ella.

– Quitárselas sin que se den cuenta.

– ¿Estás loca? –Me quité su mano pero volvió a taparme la boca–. Shh, hay que hacer silencio.

Luego de que haya pasado hora y media, salí de la habitación. El plan era que Eleanor y yo distrajéramos a los chicos, mientras Perrie iba a la cocina y le quitaba la comida que iban a comer más tarde. Eleanor le tendría que ir pasando mensajes y todo estaría resuelto.

Sigilosamente me paré frente a la puerta de los chicos. Una vez que Perrie se ha ido le tocamos.

– ¡Qué sorpresa! –Exclama Harry.

– ¿Qué hacen? Estamos muy aburridas ¿podemos pasar? –La voz de Eleanor delataba completamente que estábamos tramando algo, así que quise intervenir para remediar lo que acababa de decir.

– Creo que lo que Eleanor quiere decir, es que si nos podemos unir a ustedes.

– Yey, pero ¿y Perrie?

– Ehm…

– Peleó con nosotras y no quiere hablarnos –corté rápidamente a mi amiga.

– Ok, ya veo por qué están aquí –pasamos y pudimos escuchar las voces de los chicos.

– Pásale un mensaje a Perrie y avísale de la mentira que acabo de decir –le susurré a Eleanor.

– Bueno… pensábamos pasar una noche de chicos, pero ya que están aquí –dijo Niall divertido.

– Y para tú mala suerte nos quedaremos –bromeé.

– Para mí no es mala suerte que estés aquí –Liam me abrazó suavemente y luego nos fuimos a sentar a un puf.

Los minutos pasaban y nada que Perrie aparecía. Hubo varios momentos en los que Niall o Zayn decían que saldrían en busca de la comida, pero los distraíamos fácilmente con cualquier cosa. Esto estaba comenzado a impacientarme y Liam ya se estaba dando cuenta.

De pronto el toqueteo insistente de la puerta me sobresaltó y supongo que a todos, por lo fuerte que se escuchó. Junto con el sonido de la puerta se escuchó la voz de Perrie y se notaba a leguas que estaba molesta. Para ser actuado le salió muy real.

Se escuchó la puerta abriéndose y Perrie entró con pasos rápidos y afincados.

– ¿Se puede saber qué es esto Zayn? –Me quedé estupefacta ante tal situación ¡¿qué rayos acababa de pasar?!