Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

– ¿Dónde lo conseguiste? –Se quedó un rato callada.

– Fui por comida en la cocina y lo encontré en el gabinete –el silencio en la habitación era incómodo.

– ¿Y por qué buscabas comida? ¿No estabas en el cuarto molesta con las chicas?

Quería preguntar y saber qué era lo que pasaba. Porque era más que obvio que Perrie no estaba actuando para nada. Estos eran los momentos en los que deseaba desesperadamente poder ver.

– Eso no importa, prometiste que no ibas a volver a hacerlo –su voz se quebró en lo último.

– ¡No, espera! ¡Regresa! –Dijo Zayn agitado, pero la que más desesperada y agitada estaba, era yo.

– ¿Qué fue lo que pasó? –Pregunté en voz baja cuando Zayn trancó la puerta para ir en busca de su novia.

– Perrie le descubrió una caja de cigarrillos –respondió Liam, pero todavía estaba algo confundida–. Lorena, Zayn está grave, hace una semana le detectaron bronquitis crónica, por lo que tiene terminantemente prohibido fumar de nuevo –eso me hizo sentir mal. Me imagino lo horrible que se debe sentir Perrie por ello y más que Zayn no colaboraba.

– ¿Pero quién dejó que lo comprara?

– Verdad –esta vez intervino Eleanor–, yo escuché que Niall iba a comprar comida con Louis –en eso el silencio se apoderó, pero en cuanto Niall dijo que él si lo había comprado porque Zayn se lo había pedido, la ira invadió todo mi ser.

– ¿Cómo pudi...?

– Yo también intervine –me interrumpió Louis. Estaba muy molesta con ellos. Me paré del puf y la mano de Liam agarró con fuerza la mía, a lo que yo como pude me solté para poder salir de ahí.

Me fui a la habitación e intenté abrir la cerradura, pero me fue imposible, ya que esta estaba trancada con seguro. Toqué con fuerza.

– ¿Quién es? –Preguntó Zayn y pude escuchar claramente los sollozos de Perrie. Quería entrar a mi cuarto, pero también quería que ellos resolvieran sus problemas, así que no los interrumpí.

– Soy yo, no se preocupen.

Estaba muy molesta con Louis y Niall. Se supone que son sus amigos y por más que Zayn no aguante las ganas de fumar, tienen que prohibírselo, porque mil veces vale su salud.

Grité desprevenida cuando me tomaron de los brazos.

– Shh –no hagas ruido.

– No quiero que me toques, ni mucho menos que me hables.

– Discúlpame.

– Déjame tranquila Niall, ahorita estoy molesta.

– Pero Lore –me tomó de la mano.

– ¡No me digas así! –Chillé y caminé, dispuesta a ir al cuarto donde se estaban quedando Eleanor y Perrie. Ya que ella ocupaba el mío con Zayn. Abrí y el perfume de Eli me indicó que estaba allí.

– ¿Y Louis?

– Se quedó en el cuarto, él sabe que no me gusta que me hable cuando estoy molesta con él, puedo decirle cosas hirientes. ¿Y tú? Me imagino que Niall si te buscó.

– ¿Qué comes que adivinas?

– ¿Y Perrie?

– Está en mi cuarto con Zayn.

– Yo que tú estaría pendiente, a lo mejor arreglen sus problemas de otra forma.

– ¡Eleanor! –Repliqué completamente sonrojada.

– Bueno, ahora hablando en serio. Espero que ella le abra los ojos, no sabes lo mal que se sintió cuando le dieron la noticia. Ahora se entera de esto –di una sonrisa torcida.

– No puedo creer que Niall haya hecho eso.

– Ven, acuéstate –le dio golpecitos a la cama. Iba a cambiarme, pero recordé que obviamente mi pijama estaba en mi cuarto.

Estos eran los momentos en los que me preguntaba por qué dejaba todo para última hora y no me la puse antes. Eli me abrió espacio en la cama y yo me acosté a su lado. Me puse la cobija, gracias al terrible frío que hacía.

– Niall se deja manipular fácilmente –prosiguió–, pero Louis no y eso es lo que más rabia me da –solté un suspiro–. Bueno, mañana sabremos qué pasará.

– Sí.

– Buenas noches Lorena, descansa.

– Igual Eli –estuve callada por un buen momento hasta que me decidí hablarle, nunca decía mis sentimientos y si una vez perdí la oportunidad, esta vez no iba a perderla–. ¿Te digo algo?

– ¿Qué? –Preguntó adormilada.

– Eres una gran amiga.

– Tú también lo eres –luego de eso me quedé dormida.




Una voz dulce susurró en mis oídos, abrí mis ojos y me los restregué quitándome las lagañas.

– Buenos días princesa.

– Bueno días amor –le respondí.

– Hay alguien que quiere traerte algo para recompensar lo que pasó ayer.

– Sé que lo que hice ayer no fue lo correcto –pude escuchar claramente a Niall–, solo quiero que ya no estés molesta conmigo –se sentó en la cama e inmediatamente mi olfato captó el olor de los panqueques con queso derretido.

– ¿Piensas que con esto me vas a convencer?

– Bueno…
– ¿Eres tonto? Claro que acepto tus disculpas –me levanté y lo abracé–. ¿Qué ha pasado con Perrie?

– ¿No has escuchado los gritos? –Intervino Liam y yo me quedé sorprendida– Está más que contenta, y está risa que risa en el cuarto con Zayn.

– Por un momento pensé que seguían peleando –solté una risita–. Dentro de un rato bajo, dejen que me cepille y coma –Liam y Niall me hicieron caso y salieron de la habitación.




Luego de haber hecho todo lo que les dije que iba a hacer, bajé y pude escuchar risas provenientes de la sala. Les di los buenos días a todos y me senté en el mueble. Mi padre estaba contando algunas anécdotas y las señoras Maura, Debbie y Kim se reían.

– Pensé que estabas molesta con Zayn hija –dice Debbie.

– No fue cierto, creo que solo fue una excusa para dormir con él.

– ¡Señor Hendrick! –Exclamó Perrie y todos nos reímos.

Liam se sentó a mi lado y besó mi mejilla, me ruboricé un poco y el silencio se hizo presente. De nuevo la incomodidad. Me imaginaba a mi padre maquinando para saber que era lo próximo que iba a decir, pero no habló él. Más bien Maura fue quien rompió el silencio.

– Creo que deberías contarle ya, Liam –fruncí el ceño ¿se estaba refiriendo a mí?

– Este… Lorena.

– ¡Yo le quiero decir! –Gritó Perrie.

– Deja que yo lo haga –contestó Liam–. Hemos decidido algo y como cumples años dentro de dos semanas queremos regalártelo.

– Lorena –habla mi padre– es que…

– Te vamos a regalar la operación para la vista –interrumpió Liam y mi corazón comenzó a latir aceleradamente.

– ¿E-es en seri-o-o? –Tartamudeé un poco, lo que me habían dicho no era fácil de creer– ¡Oh Dios mío! ¡Gracias! –Chillé emocionada.

– No nos agradezcas a nosotras –dijo mi padre–, agradécele a él –sabía que se refería a Liam, pero ellos también iban a participar en el regalo y no podía estar más agradecida. Abracé a Liam, quien tenía en mi lado, aferrando mis manos a su espalda. La emoción que crecía dentro de mí era plena. Iba a intentarlo, iba a intentar ver y conocer lo que jamás en mi vida había conocido.

– ¿Crees que todo salga bien? –Le susurré a Liam.

– Claro que sí.




Esa noche mi papá me dio permiso para dormir con Liam, aunque bastante tuve que hacer para convencerlo, nos dijo que solo iba a dejarlo porque bastante que había hecho por nosotros.

Estaba enredando sus dedos en mis cabellos mientras les deba vueltas y vueltas. Yo me encontraba aferrada a su pecho mientras contemplaba su rico aroma natural.

– Liam… gracias por haber llegado a mi vida.

– No tienes nada que agradecerme.

– Es en serio, desde que tú llegaste, todo ha sido mejor.

– Tú también has influido mucho en mí.

– Me acuerdo cuando estaba celosa de Danielle.

– Ella fue importante para mí, pero el pasado es pasado y ahora tú estás en mi vida y eso es lo único que importa.

– ¡Buenas noches Liam!

– ¡Buenas noches mi vida! Descansa y nunca olvides que te amo.

Sonreí porque estaba con él, sonreí porque estaba completamente enamorada, pero sin embargo no le dije nada, me quede callada hasta que poco a poco fui quedándome dormida.