Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

Me dedicaba a oler el perfecto aroma natural de Liam, sus manos se iban resbalando por todo mi rostro, dándome suaves caricias. Estábamos viviendo un momento especial para ambos, sin interrupciones, aprovechando todo al máximo, ya que mañana sería mi operación, pero trataba de no pensar en eso. Mi mente solo quería concentrarse en Liam y en lo hermoso que era conmigo.

Me hacía sentir como si fuera la única chica en el mundo, emociones que bajaban y subían, al instante que su piel entraba en contacto con la mía, que sus labios rozaban los míos y que nuestras respiraciones chocaban. Nada se podía comparar con las miles emociones que se hacían estallar cada vez que él estaba conmigo, el tiempo se pasaba rápido y solo quería detenerlo por un instante y concentrarme en ese momento perfecto que ambos vivíamos.

Cada estrofa de la canción que hace media hora me había cantado se me había quedado grabada, el sonido de la guitarra seguía en mi mente, su voz regalaba paz y serenidad. Hormigueos sentía cada vez que rozaba su nariz con la mía, de una manera tierna. Estábamos en completo silencio, nada más disfrutando de nuestras acciones, del frío de la noche y del mágico momento.

Me encontraba apoyada en su hombro mientras tiritaba. Al percatarse de esto se levantó algo preocupado. Me preguntó si me traía un suéter, pero me negué. Se volvió a sentar y esta vez enganché mis manos en su cuello acercándolo más a mí. sus carnosos labios se volvieron a unir con los míos, volviéndome a dar una descarga de adrenalina increíble, sus besos me llevaban a otro mundo. Un mundo donde solo estábamos él y yo disfrutando.

Estaba enamorada y no podía negarlo, lo malo era que todavía no se lo había dicho, quizás porque estaba insegura y eso me carcomía lentamente al momento que lo recordaba. Liam era una persona maravillosa y estaba muy segura de que jamás me haría daño, pero nunca había sentido esto tan fuerte hacía una persona, por eso tal vez tenía mis dudas. Así que lo más correcto era no pensar en eso por los momentos.

Su mano se fue resbalando por toda mi espalda y me dejé caer lentamente, estábamos a escasos centímetros y mi corazón latía más acelerado que nunca. Con sus dedos fue rozando mi delicado rostro y volvió a fundir sus labios en los míos. De un momento a otro estos empezaron a bajar hasta llegar hasta mi cuello. Me mordí el labio inconscientemente, mientras Liam me daba fuertes besos allí.

Su mano se iba aferrando a mi espalda y las mías a su cuello, el impulso hizo que lo atrajera más hacia mí.

– No me dejes nunca –solté una vez que sus labios habían abandonado los míos.

– No lo haré hermosa.

– ¿Lo prometes?

– Lo prometo.

– Quiero que este sueño dure.

– No es un sueño, es la realidad.

– Pero es como si lo fuera.

– ¿Quién te dijo que la realidad es totalmente horrible?, esto que estamos viviendo es más que real. Eres la luz que guía mi camino.

– Y tú eres la gran pieza que crea mi mundo.

Su mano se entrelazó a la mía dejando un suave beso en ellas.

– Eres y serás mi princesa.

Se separó para acostarse al lado mío, escuché perfectamente su suspiro y me volteé hacía él. Nuestras caras quedaron frente a frente y lo besé de nuevo. Dejándome llevar por el exquisito sabor de sus labios.

Luego de haber culminado con el intenso pero dulce beso, me acurruqué en su pecho, mi mano helada se posó en su cuello y él insistió en ir por un suéter para mí.

– No quiero te dije, no quiero despegarme de ti ni un momento.

– Es por tu bien.

– Por favor.

– Siempre terminarás ganando –soltó una breve risa.

Sus manos repartían suaves caricias por mis ondulados cabellos, brindándome una sensación de paz y tranquilidad. Sus brazos alrededor de mí, me hacían sentir segura, protegida. Sentía que nada podía pasarme estando así, junto a él.

Por eso no quería que se alejara, últimamente estuve tan vulnerable que no quisiera quedarme sola ni por un instante. Tenía miedo de que algo pasara y no estuviera él y nadie para salvarme.

Mañana era la operación y eso me ponía peor. Miles de casos he escuchado donde la persona que ha sido sometida a una operación, no logra salvarse y muere, dejando a sus parientes solos y destrozados y yo no quería que me pasara eso. No ahora que estoy viviendo el mejor momento de mi vida. No ahora que mi padre ha renunciado a su trabajo por mí. No ahora que las cosas con Niall están mejor. No ahora que tengo a los mejores amigos del mundo. No ahora que pienso esquivar todos los obstáculos que se me presenten y cumplir mis sueños.

¿Y si esto era un obstáculo? ¿Si la operación era un obstáculo?

Me repetí esas preguntas por una o más veces, sabiendo que eso no era lo que me impedía a continuar. Sabía perfectamente que era el miedo, pero conscientemente no quería aceptarlo. Siempre buscando excusas por todo, por el miedo que no me dejaba seguir adelante, por el miedo acerca de lo que pasaría en el futuro.

– Tengo miedo Liam –solté de repente.

– ¿Por qué dices eso linda?

– Porque no quiero que esto acabe, nunca he sido tan feliz y tengo miedo de que todo esto sea momentáneo y luego vuelva a mi pesadilla…

– Shh –me aferró más contra su pecho cuando se dio cuenta que mi voz había comenzado a quebrarse, debido al llanto que tenía acumulado, pero que no quería soltar.

– Yo…

Una simple palabra bastó para que las lágrimas comenzaran a caer libremente esparciéndose por mis mejillas hasta caer en la blusa de Liam, supongo.

No quería llorar y muchos menos en estos momentos, pero sin embargo lo hacía, por tonta, por tener miedo.

– Loru, ten presente que aquí estaré yo para ti, pase lo que pase. Solo tienes que disfrutar del momento y no pensar en lo que pueda pasar después. Yo prometo quedarme contigo y no dejarte, si algo después pasara ¿no crees qué es mejor disfrutar todo el tiempo que sea posible –asentí con mi cabeza–, yo a veces pienso en el día en que nos separemos como banda, pero luego logro quitarme esos malos pensamientos, ahora es que falta para que ocurra eso y hay que disfrutar mientras seamos jóvenes.

– Sí, pero…

– Nunca pongas peros, solo disfruta. Si la operación no funciona eso no importa, lo único que importa aquí, es que te sientas feliz con lo que tienes y por lo que eres. Recuerda que nosotros te queremos por eso, tenlo en cuenta.

– Liam… bésame.

Se inclinó hacia mí y me besó fuertemente, casi dejándome sin aliento. Una vez que separamos nuestros labios, me quedé en su pecho.

– ¿Te gustó la canción?

– Mucho –respondí bostezando, ya me estaba quedando dormida.

– ¿Si quieres te la vuelvo a cantar hasta que te duermas?

– Sí –respondí de nuevo, mis oídos se llenaron de su ronca y dulce voz.




La castaña se fue quedando dormida en los brazos de su amado. Este al terminar de cantar se dio cuenta que ya se había quedado dormida. Con una sonrisa en sus labios se dispuso a recordar cada detalle de la noche que recién habían vivido, sus besos, sus caricias. La amaba completamente.

Con sus ojos la estaba contemplando mientras dormía, era preciosa, tan delicada como si fuera un ángel. Con sus labios carnosos, sus largas pestañas, sus pómulos definidos, su cabello castaño, sus perfectas ondulaciones, su nariz gordita y sus cejas definidas. Para él era perfecta y ella no se daba cuenta de lo valiosa que era.

Agarró su mano y la puso en su pecho sujetándola fuertemente.

– Eres perfecta –susurró.

Con cuidado se fue levantando, mientras la cargaba, bajó por las escaleras y la acostó en su cama, luego volvió a subir para buscar la guitarra.

Al bajar de nuevo la dejó en una esquina de la habitación y se sentó junto a ella en la cama. Sus ojos la observaban fijamente mientras dormía plácidamente, una sonrisa estaba formada en sus labios y él se sentía dichoso de ser el responsable de esa hermosa sonrisa. Amaba verla feliz.

Con cuidado de no despertarla se acercó y le dejó un beso en la frente.

– Buenas noches princesa –susurró y salió del cuarto.

Tratando de no hacer ruido se acercó al cuarto donde estaban los demás chicos y se acostó, un poco nervioso por la operación, pero sabía que todo saldría bien, tal y como todos lo deseaban.