Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

El sol entró por la habitación de los chicos y Liam fue abriendo los ojos lentamente, no tenía noción del tiempo y del espacio hasta que el papá de Lorena entró gritándoles para que se levantaran. Abrió los ojos por completo y pudo verlo parado en la puerta.

¡La operación! Exclamó para sus adentros, ya que no tenía las fuerzas suficientes como para poder emitir siquiera una palabra. Se restregó los ojos y se sentó en la cama para poder estirar sus brazos y dar un fuerte bostezo.

– ¡Párense! –Dijo por segunda vez el señor Hendrick al ver a Zayn y a Harry todavía dormidos.

Louis que ya estaba completamente despierto quiso inventar una de sus miles de bromas. Se levantó de la cama y se dirigió a Hendrick para decirle algo en el oído, este asintió sonriendo y abandonó la habitación junto con él.

Liam se dio cuenta que no estaba Niall y se levantó, fue al pasillo y entró al baño donde se cepilló y enjuagó la cara, tenía un aspecto terrible con unas ojeras que para qué hablar. Ya que no pudo dormir bien en la noche por pensar en la operación, de paso tuvo una pesadilla en donde Lorena había quedado en estado de coma al igual que Harry.

Sabía que eso era casi imposible, pero los sueños –en este caso pesadilla– son así, ilógicos y sin explicación.

Orinó y luego se fue desvistiendo mientas entraba a la ducha, para darse un buen baño de agua fría, así a lo mejor se le quitaba el inmenso sueño que traía con él. Tocaron la puerta y él se terminó de bañar y poner una toalla alrededor de su cintura. Abrió la puerta y se encontró con la sorpresa de ver a Lorena.

– Ya te despertaron –la miró sorprendido.

– Oh, disculpa Liam, no sabía que estabas aquí –se dio la vuelta pero Liam la agarró de la cintura.

– ¿Qué ibas hacer?

– Quería darme una ducha, pero no te preocupes

– Ven, entra. Yo estaba por salir.

– Este… bueno, como digas –aceptó un poco dudosa y entró cuando la puerta se trancó gracias a Liam. Lorena suspiró–. No piensas salirte ¿verdad?

– No, –contestó sincero– ¿cómo amaneciste?

– Bien.

– ¿Soñaste conmigo?

– Soñé con tu voz cantándome.

– ¿Y con mis besos? –Se inclinó levemente y comenzó a repartirle pequeños besos en la clavícula.

– ¿Sabes? Quiero bañarme.

– Hazlo con confianza –la tenía acorralada, mientras él apoyaba su brazo en la pared.

– ¡Liam! –Replicó sorprendida, pero este se rió–, me estás asustando.

– Disculpa linda –dice riéndose mientras se acerca a ella para darle un largo beso que termina con una suave mordida–. Me tienes tan loco que a veces haces que reaccione de esta manera –volvió a besarla y luego salió–. Te espero abajo, princesa.

Salió del baño y Lorena se mordió los labios, tenía la respiración agitada, por efecto de sus besos.

– ¡¿Qué hacías allí adentro?! –Escuchó la voz de Hendrick afuera y se paralizó.

– Me estaba bañando.

– Escuché la voz de Lorena.

– Sí, porque entró para lavarse la cara y yo estaba saliendo-o –respondió algo nervioso.

– Tengo los ojos clavados en ti muchacho.

Lorena soltó una breve risilla y se metió a la ducha. Hoy era la operación y estaba preparada psicológicamente para lo que le tocaba dentro de unas cuantas horas. Todo iba salir bien, se lo repetía mil veces, no tenía por qué temer. Solo tenía que limitarse a estar serena y tranquila.

Unos gritos se escucharon en el pasillo y Lorena se asustó, reconoció perfectamente que era del moreno.

– ¡Abran la puerta! –Comenzó a tocar insistentemente y esta salió de la ducha de una manera rápida.

– ¡Ya voy!

– Por favor, apúrate –las risas estruendosas de Louis lograron escucharse–. ¡Imbécil! –Se quejó el moreno.

Lorena terminó de vestirse y le abrió la puerta a Zayn, quién entró rápidamente y se dirigió al lavamanos, para enjuagarse la boca.

Resulta que Louis le pidió a Hendrick que le dijera donde se encontraban los ajos en la cocina –ya que Zayn los odiaba– y pico un buen trozo mientras se lo insertó a Zayn en la boca.

– ¡Estúpido! –dijo Zayn, mientras escupía una y mil veces el agua lavándose, para así quitarse el mal sabor de la boca.

– Eres tan dormilón –comentó el castaño.

Un rato después, todos se encontraban en la sala esperando a que llegaran las chicas. A Zayn ya se le había pasado la rabieta y hablaba con Louis, mientras tramaban algo. Harry jugaba en el celular con Niall, que lo miraba y Lorena estaba sentada en el mueble junto a Liam, mientras el padre de ella los miraba fijamente.

Tocaron el timbre y Hendrick se levantó para abrir la puerta.

– ¡Buenos días! –Exclamó Perrie.

– ¿Cómo están? –Preguntó Eleanor.

– Bien –respondieron todos al unísono.

Zayn y Louis se acercaron a sus novias y las saludaron con sus respectivos besos.

– Oye Lorena, ¿nerviosa? –Le pregunta Perrie acercándose.

– Algo –responde tímida.

– Ya verás que todo saldrá como esperas.

– ¿Tienen hambre? –Pregunta Harry y todos asienten, se dirige a la cocina y les prepara algo rico.




Las horas pasaban lentamente mientras Liam esperaba que llamaran a Lorena. Trataba de tranquilizarla, ya que estaba algo nerviosa, pero nada comparado a como estaba anoche. El padre de Lorena los acompañaba. Al igual que ella estaba nervioso, pero tenía la fe de que todo saldría bien.

En casa de Lorena estaba Harry, Louis y Niall, ya que Zayn había salido con Perrie y Eleanor para la clínica. El moreno tenía algo en mente y por eso quería llegar rápido. Louis era el único que sabía lo que haría, así que los estaba distrayendo mientras tanto.

– ¿En serio Louis? ¿Es necesario qué me arregle tanto para ir a la clínica?

– Haz caso duende –le dijo el ruloso divertido y Louis le siguió el juego.

– Exacto Niall, tienes que hacerme caso.

El rubio se encogió de hombros y chisteó, mientras se terminaba de arreglar el cabello, solo faltaba él por arreglarse, claro, porque cada vez que terminaba de hacerse un peinado Louis le pedía que se hiciera oro. Ya era el cuarto peinado que se hacía y estaba obstinado.

– ¿Así? –Le preguntó por cuarta vez.

– No sé –dijo Louis dudando en son de broma, lo que hizo molestar más al rubio.

– No vale Louis –intervino Harry–, si yo fuera mujer no lo pensaría dos veces y saldría con Niall.

– ¿Tú crees? –Lo mira divertido.

– Sin duda alguna –se mordió los labios apropósito con la mirada clavada en el rubio.

– Idiotas –le torció los ojos a Harry y se dirigió a la puerta–. Yo no sé ustedes, pero yo ya me voy.

– Vete, no creo que nos demos cuenta de tu presencia –le respondió Louis.

Niall irritado tranca la puerta con todas sus fuerzas y los otros dos soltaron la más estruendosa carcajada.

– ¿Lo agarramos? –Le preguntó Louis al ruloso y este asintió.

Ambos salieron corriendo a la puerta y fueron en busca de Niall, que apenas los vio comenzó a correr. Parecían unos niños jugando.

Los pequeños siempre agarraban más velocidad y Niall se estaba aprovechando de esto.

Como suele pasar en las películas, Niall se cayó y el castaño pudo alcanzarlo, lo agarró y se lo montó en el hombro.

– ¡Suéltame! –Rogó el rubio pataleando, pero este no lo soltaba.

Harry logró alcanzarlos y se dirigieron a la parada de taxis.

– Mira como te ensuciaste –le dijo Louis a Niall que regañadientes entró al taxi que había pedido Harry.

Louis le indicó la dirección al taxista y todos se fueron rumbo a la clínica.




– ¿La señorita Woodson? –Se escuchó la voz de una enfermera y los nervios comenzaron a apoderarse del cuerpo de Lorena. Liam le dio un beso en las manos y le indicó a la enfermera que era ella.

La enfermera le dijo que pasara con su padre. Al entrar les pidió que se sentaran en la silla, Lorena se sentó con la ayuda de Hendrick.

– Bueno, como sabrán esta operación es muy costosa –le mencionó.

– Ya tenemos eso listo –respondió Hendrick y la enfermera aceptó.

– Y por lo tanto muy delicada, solo 10 pacientes de 50 han logrado ver por completo –Lorena se tensó.

– ¿Es muy peligrosa la operación?

– Hasta ahora ningún paciente ha salido herido, hemos trabajado con precisión. Entonces, ¿van a realizar la operación? –Hendrick suspiró y agarró la mano de Lorena.

– Sí –dijo definitivamente.

– Ok, necesitamos que firmen aquí, esto garantiza su palabra. Le recomiendo que no lea las contradicciones, eso podrá asustarlo –le advierte. Este cierra los ojos y firma donde le habían indicado.



Liam ve como los chicos van llegando algo alborotados.

– ¿Cómo va todo? –Pregunta Louis.

– Ya entró –responde Liam.

– ¿Zayn no estaba con ustedes? –Le pregunta Niall a Eleanor.

– Sí, pero fue a la cafetería, creo que deberías ir con él.

– ¿Por qué? –Frunce el ceño.

– Hazle caso a Eli, Niall –le dijo Louis.

– No iré solo –replicó.

– Ay si, ¿qué va a pasarte? –Se burla Harry.

– Como sea, lo hago porque tengo hambre –bufa y abandona la sala de espera.

– Por primera vez no estamos en emergencias –interviene Louis y los demás se ríen, excepto Liam que estaba muy serio–. Vamos Liam, tienes que estar tranquilo, todo saldrá bien –le dio suaves palmadas en la espalda.

Se abrió la puerta de la oficina y salen Hendrick y Lorena, Liam se levanta inmediatamente y se acerca a ella.

– ¿Qué les dijeron? –Preguntó preocupado.

– Me mandaron a firmar si estaba de acuerdo –respondió el señor Hendrick. Lorena se acercó a su novio y enganchó sus manos en su espalda, hundiendo su cabeza en su pecho.



El rubio estaba bajando las escaleras que dirigían a la cafetería cuando logró localizar a Zayn en una mesa, pero no estaba solo, se encontraba con una chica de cabello negro largo y liso, frunce el ceño extrañado y se dispone a regresarse cuando el moreno lo ve.

– ¡Hey Niall! ¡Acércate!

El rubio se maldice por dentro y se dirige a la mesa con la cabeza medio agachada.

– ¿Qué pasó? –Le pregunta a Zayn.

– Ven, te presento a una amiga.

Niall estira su mano y al levantar la cabeza pudo ver a la chica que tenía una hermosa sonrisa en sus labios, traía lentes y su piel era morena, tenía que admitirlo, era muy bonita.

– Niall Horan.

– Karen Sanders, un placer –el rubio se sonrojó y volteó a ver a su amigo, pero se dio cuenta que ya no estaba, solo eran él y ella.

– ¿Y Zayn? –Preguntó asustado.

– ¿No lo escuchaste? Dijo que subía un rato y luego volvía.

– Ah.

– Pero ven, siéntate.

– Claro –aceptó dudoso.

– Y bien ¿desde cuándo conoces a Zayn?

– ¿No sabes quiénes somos?

– Bueno, son dos chicos…

– ¿En serio no me has visto antes?

– No-o –lo miró extrañada.

– Soy su compañero –se limitó a responder.

– ¿De qué? –Niall abrió los ojos como platos.

– De banda, cantamos juntos ¿Zayn nunca te lo ha dicho?

– No he hablado con Zayn de eso –contestó mientras meneaba su café–, tenemos poco tiempo conociéndonos.
– ¿De dónde se conocen?

– ¿Es en serio? Tengo un traje de enfermera ¿dónde crees que nos conocimos?

– ¡Vaya sarcasmo!

– Hace rato hiciste lo mismo –tomó un sorbo de café, mientras lo miraba fijamente. El rubio sonreía a la vez que la miraba.

– Me caes bien.

– Lo mismo digo.

Se quedaron mirando por unos instantes, hasta que la chica dijo que tenía que irse para cumplir con su trabajo, Niall aceptó y la vio alejándose con una sonrisa en su rostro.

– ¡Vaya, vaya! –Se acercó el moreno colocando sus manos en el hombro de Niall, quien se llevó la mano al pecho del susto.

– ¿No habías subido?

– No, estaba por unas mesas que están medio escondidas, por lo visto estabas tan concentrado que ni te diste cuenta.

– Ella me dijo que tú…

– Le hice una seña que me iría para dejarlos solos.

– ¿Ah? –Se volteó para mirarlo.

– Le encantas tonto, la traes vuelta loca.

– Me acaba de conocer.

– Sí, pero yo veo el futuro y sé que estará muy loca por ti.

– ¿Eres tonto?

– No –se sentó junto a él–, me siento como Cupido.
– Sí, eres tonto.


– Vamos Niall, hace tiempo que no conoces a una chica nueva, que te guste ¿o acaso no te gusta?

– Claro, pero…

– ¡Te guuuuuusta! –Lo molestó.

– Es linda, pero ya.

– No, te gusta, lo acabas de decir.

– Está bien Malik, como digas.

– Esto me encanta –soltó una gran risa.




Karen se acercó a los chicos que estaban esperando a que llamaran a Lorena.

– Creo que tienen que conocer a mi amiga enfermera –les dijo Louis a todos–. Harry, ella fue una de las que te cuidó cuando estabas grave, los que no las conozcan, preséntense –dijo risueño.


– Es un placer conocerlos a todos –habló la enfermera–. ¿Estás nerviosa linda? –Le preguntó a Lorena.

– Algo –responde tímida.

– No se preocupen, han escogido una buena clínica.

– Es que después de que nos salvaron la vida a mí y a Harry, tenemos que confiar plenamente en esta clínica –intervino Hendrick.

– Todavía recuerdo a los chicos preocupados, siempre supe que él iba a salir de todo esto.

– Gracias por cuidarlos –intervino Lorena.

– Es mi deber y el de los médicos.

– ¿Qué tal te cayó nuestro amigo? –Le susurra Louis a Karen.

– Es algo engreído y odioso.

– ¿Y eso qué?

– Me encanta –le susurró–. Bueno, fue un placer conocerlos a todos, hasta luego.


Horas después.


Llamaron de nuevo a Lorena, indicándole que ya era el momento de la operación, todos estaban nerviosos. La castaña se levantó y se fue junto con la enfermera que la llevó al quirófano, le indicó que se pusiera una bata y esta hizo caso.

Una vez lista, los doctores la condujeron a la camilla.

– No te pongas nerviosa –le dijo un cirujano de ojos claros.

Lo último que vio, fue como la enfermera le iba inyectando la anestesia.

Afuera todos se encontraban atentos por cualquier cosa que sucediera. El padre de Lorena le pidió a las chicas que se fueran mejor a descansar y él les pagaba un taxi, pero estas no querían irse hasta saber que ya la operación de su amiga había culminado.

– Me contaron que ya conociste a Karen –susurró Louis cerca de Niall.

– Sí.

– ¿Qué tal?

– Es divertida.

– ¿Solo eso?

– ¿Por qué Zayn y tú están tan empeñados en eso –replicó algo duro, lo que ocasionó que todos se voltearan a verlo. Zayn frunció el ceño, pero Niall volteó los ojos.

– Vamos irlandés –Louis le pasó el brazo por los hombros–, no seas odioso.

– Creo que deberíamos hablar de algo mientras la operación –interviene Perrie–, tanto silencio agobia.

– ¿Qué opina usted señorita? –preguntó el señor Hendrick en respuesta a la rubia.

– Que cada quien cuente sus anécdotas más divertidas.

– ¿O tal vez yo cuente todo lo que me ha pasado en la milicia?

– Me parece interesante –habla Zayn.

– Ok…

El señor Hendrick comienza a hablar, mientras las horas se iban pasando, todos se reían y se asombraban ante tales historias. Estaban más relajados gracias a él y sonreír en estos momentos de tensión era lo mejor que podían hacer.

Dentro de poco avisarían que ya estaba lista la operación, que consistía en colocar un chip en el ojo donde se iba a estar expandiendo durante aproximadamente cinco días. Este chip tenía el efecto de hacer que la persona fuera distinguiendo poco a poco los colores y las cosas, ya que accionaba con la retina, la operación duraba ocho horas.

Si este chip no era compatible con el ojo, entonces los efectos serían otros, haciendo que la persona no pueda ver nunca por ningún motivo. Es por eso que le preguntaban al paciente y al representante si estaban seguros de querer hacerlo, ya que en otros lugares existían otras operaciones de vista, pero para el problema que tenía Lorena, esta era la única operación que podía lograr que ella comenzara a ver. Solo había que esperar que los resultados fueran los mejores.

Todos se habían quedado dormidos, mientras habían pasado todas las horas. Antes de caer en los brazos de Morfeo, bajaron a la cafetería donde cenaron para agarrar un poco de fuerzas.

Sale la enfermera que anteriormente había llamado a Lorena y Liam se despierta al escuchar sus pasos, eran los únicos –excepto por una pareja que estaba al otro lado– que estaban a esa hora en la sala de espera. La chica dura un rato en silencio delante de ellos.

– ¿Cómo salió todo? –Pregunta Liam y todos los demás se despertaron inmediatamente.

– Les tengo una buena noticia… pudieron instalarle el chip correctamente –les sonríe–, solo falta esperar que pueda ver.

– ¡Siii! –Exclamó el padre de Lorena emocionado, mientras abrazaba a Liam, que inmediatamente le correspondió.

– Con su permiso, me retiro –culminó la enfermera y se fue alejando de ellos.

– Estoy muy emocionada por Lorena –dijo Perrie.

– Sí, sí, pero recuerda lo que dijeron, cuando terminaran de operar a Lorena ustedes se iban a casa –le recordó Zayn a su novia.

– Pero…

– Perrie.

– Como digas –se cruzó de brazos haciendo puchero, se veía muy tierna y Eleanor exclamo un ‘aw’ burlándose de ella, lo que hizo que la rubia le sacara la lengua.

– Mañana será otro día –suspiró Niall.

– Liam, creo que es mejor que te vayas con ellos y yo me quedo aquí.

– No señor, quiero acompañarlo.

– Nada de señor, Hendrick para la próxima –le sonrió.


Todos los chicos se marcharon dejando a Liam y a Hendrick solos. Ya estaba amaneciendo y pasarían otro día en la clínica, cuidando de alguna forma a Lorena.

Un fuerte suspiro emitió Hendrick, ocasionando que el castaño volteara.

– La amas ¿no? –Preguntó.

– Mucho –respondió Liam con una sonrisa en sus labios.