Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 5 de 10. • Comparte
Página 5 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
siguela,siguela,siguela,siguela,siguela
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Nueva lectora :^)
Está hermosa tu novela :B síguela pronto :B, eres una (como Nick dice) AWESOME escritora e.e
lalaal♪♫ Siii ame tu novela :B y Nick... tarado... ._.' nonono, no le puede decir eso a mi niño bonito *-*, pero igual mala onda de él, al querer irse... pero bueno :B así es la life dadadada♪♫ :B
Besos! cuidate y síguela pronto (:
Está hermosa tu novela :B síguela pronto :B, eres una (como Nick dice) AWESOME escritora e.e
lalaal♪♫ Siii ame tu novela :B y Nick... tarado... ._.' nonono, no le puede decir eso a mi niño bonito *-*, pero igual mala onda de él, al querer irse... pero bueno :B así es la life dadadada♪♫ :B
Besos! cuidate y síguela pronto (:
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
HOLA
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
NO LO PUEDO
CREER
SE FUE
ME DEJO SOLA
NO LO PUEDO
CREER
NO NO NO
YO CREI QUE
NO SE IBA A IR
PORFA SIGUELA
SI QUE ESTA SUPER
BUENA SI PORFA
PORFA
BYE KISSES NICKY
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
NO LO PUEDO
CREER
SE FUE
ME DEJO SOLA
NO LO PUEDO
CREER
NO NO NO
YO CREI QUE
NO SE IBA A IR
PORFA SIGUELA
SI QUE ESTA SUPER
BUENA SI PORFA
PORFA
BYE KISSES NICKY
NickyL.A Baby
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Capítulo 10
KEVIN se ajustó la pajarita y llamó a la puerta del dormitorio de ______.
—Son las siete y media —dijo—. Los primeros in¬vitados estarán aquí en un momento, te espero en el vestíbulo.
—No tardo nada —respondió su hija.
Según puso Kevin el pie en la alfombra azul que cubría el frío mármol del espacioso vestíbulo, la voz del guarda de seguridad, a través de un intercomunicador, anunció que llegaba un taxi.
—Esperemos que no sea Jonas. —murmuró Kevin.
Estaba a punto de volver a subir a buscar a ______ cuando su hija empezó a bajar las escaleras. La vi¬sión que tuvo ante sus ojos le dejó literalmente sin respiración.
Iba vestida de negro, un color que no le había visto usar antes. El contraste con el pelo rubio era impactarte, lo mismo que el vestido, largo, ceñido y muy sensual. Con un corte muy sugerente, una sen¬cilla parte superior que terminaban en un cuello re¬dondo y una abertura vertical que bajaba por delante desde el cuello hasta el talle y que, cuando se movía. Permitía ocasionalmente vislumbrar el escote. La blanca piel de los hombros y brazos de ______, totalmente desnudos, hacía un contraste perfecto con el negro del vestido.
Las únicas alhajas que llevaba eran unos pen¬dientes de diamantes que casi llegaban a los hom¬bros que Kevin le había regalado cuando cumplió veintidós años.
—Estás sencillamente espectacular esta noche —cumplimentó su padre cuando se le unió en el ves¬tíbulo.
—Me alegro de que lo apruebes. Kevin notó el tono frío de su voz y se preguntó qué sería lo que pasaba. Desde que había llegado so¬bre las tres, había mostrado un extraño mal humor. Le había comentado que no había ido a visitar a los niños del hospital como solía hacer, porque se había levantado con dolor de cabeza.
—¿Es nuevo el vestido? —le preguntó mientras abría la puerta anticipándose a la llegada del primer invitado, o invitados.
No era Jonas, sino los Hawkinses, viejos ami¬gos de la familia. Nigel era cirujano ortopédico, y Jessica, su esposa, agradable pero algo tímida. Se habían bajado ya del taxi, pero todavía se encontraban al final de las escaleras de piedra que llegaban hasta el porche.
—No… —respondió ______—. Me lo compro Joe en la luna de miel; decía que me hacia sexy.
Kevin estuvo de acuerdo con su ex yerno. El vestido de su hija le hubiera preocupado como padre si hubiera sido estrecho de miras o puritano, pero no lo era, siempre había pensado que las mujeres bonitas, como ______, habían nacido para que les hicieran el amor y tuvieran muchos hijos.
Pero no con cualquier hombre. Kevin quería que su próximo yerno fuera un hombre de verdad, con carácter.
Tenía persistentes dudas sobre Nick Jonas, a pesar de la voz de Danielle urgiéndole a invitarlo, así que había hecho algunas discretas averiguaciones el lunes por la mañana antes de decidirse a invitarlo. Y se sentía mucho más tranquilo, estaba seguro de que no era un cazafortunas, a pesar de los rumores sobre su primer matrimonio.
Su fuente de información, un amigo periodista de un medio serio, había hecho una encendida defensa de Jonas, tanto desde una perspectiva profesional como personal.
De todos modos, si no conseguía que impresionara a ______ esa noche, Kevin había decidido buscar otros candidatos y traerlos para que entraran en la vida de su hija. No estaba dispuesto a permitir que se quedara sola únicamente porque su primer marido había sido menos que un hombre.
—Te has hecho algo distinto en el pelo… —advirtió cuando ______ se giró ligeramente para alisar la larga falda a la altura de las caderas. Se lo había alisado completamente hacia atrás haciendo que pareciera una cortina rubia brillante cayendo por su espalda—. También resulta sexy.
Ella lo miró con esos brillantes ojos verdes que tanto le recordaban a Danielle cuando estaba emocionada por algo. —¿Me estás diciendo que estoy sexy?
—No en absoluto. Pero creía que no querías que mi misterioso invitado se te insinuara.
—¿Será capaz?—dijo con ironía.
—Cualquier hombre es capaz de insinuarse. Ah... aquí están Nigel y Jessie...
______ volvió los ojos y se puso en el papel que su padre quería que interpretara esa noche.
Su madre le había enseñado muy bien cómo ser una perfecta anfitriona, sabía de forma automática lo que tenía que decir para ser agradable, sobre todo cómo re-cibir un cumplido sin ruborizarse o tartamudear.
Pero tuvo un momento de preocupación cuando Nigel se le quedó mirando fijamente a la altura del pecho. Pensó que quizá se había pasado poniéndose ese vestido sin sujetador, pero le gustaba sentir sus pechos desnudos rozar contra el forro de seda. Así re¬cordaba lo que Nick le había hecho la noche anterior.
Porque eso era todo lo que tendría de él: recuer¬dos.
Varias parejas fueron llegando, una tras otra, to¬das ya conocidas. Los compañeros de la bolsa de su padre y sus esposas. Su contable y su esposa, su abo-gado y su pareja actual.
Un político local y su segunda esposa, mucho más joven que él, llegaron unos minutos después, segui¬dos de un famoso actor de televisión con la mujer con la que vivía y que además era su agente, una mu¬jer a la que su padre conocía desde hacía tiempo.
______ acompañó a todos hasta el elegante salón que ocupaba la parte de atrás de la casa y donde un circulo de camareros vestidos de blanco les espe¬raba con bandejas llenas de bebidas para el aperitivo. Algunas de las parejas fueron a sentarse juntas en los sofás de brocado de los que su madre se había sentido siempre tan orgullosa. Otros se quedaron en la terraza de atrás, al lado de la piscina, admirando las vistas sobre el puerto.
La luna llena brillaba en lo alto del cielo, sumer¬giendo todo en su luz. La noche era templada, pensó Lean, era un acierto haberse puesto lo que llevaba y haberse quitado la ropa interior.
A las ocho y media parecía que habían llegado todos los invitados, todos excepto el misterioso.
______ siguió mezclándose con los diferentes gru¬pos de invitados como haría una perfecta anfitriona, dando sorbitos al champán mientras mantenía bre¬ves conversaciones con los amigos y colegas de su padre. Tenía que reconocer que estaba disfrutando más de lo que esperaba, incluso estaba empezando a estar intrigada por el invitado ausente. ¿Quién sería?, se empezó a preguntar. Alguien que se creía lo bas¬tante importante como para llegar tarde.
—A lo mejor tu hombre te ha dejado plantado. —su¬surró maliciosa a su padre mientras iban a la cocina a comprobar si todo estaba listo para la cena.
Su padre tenía una fe ciega en el catering, pero ______ había aprendido de su madre que había que echar un vistazo a todo si se quería que la cena fuera un éxito.
El timbre de la puerta sonó antes de que hubiera salido del salón. Se volvió a mirar a su padre, que sonreía mientras se disculpaba y se acercaba a ella ofreciéndole su brazo para llevarla hasta la puerta principal.
—Tiene que ser nuestro hombre. —dijo Kevin de camino—. Todos los demás están ya aquí.
—Debe de ser realmente rico para hacerte este feo. Pero no te preocupes, soy una mujer madura y estoy lista para el viejo. Tráemelo, ¡venga!
Su padre rió.
—Estoy tan contento de verte por fin recobrar tu sentido del humor. Aunque creo que te vas a sor¬prender.
—Nada de lo que hagas puede sorprenderme, papá. —respondió, alisándose la falda mientras subía los dos escalones de mármol que separaban el salón del vestíbulo—. Mamá podía estar ciega a tus travesuras y manejos, pero yo siempre he sabido la clase de hombre que eres.
—¿Y me lo dices ahora?
Se inclinó y esbozó una sonrisa que ______ le de¬volvió. Su padre tenía algo de pícaro, pero era en¬cantador y adorable.
______ estaba pensando en lo mucho que lo quería cuando Kevin abrió la puerta y allí, delante de él, estaba el último hombre que podía esperar ver esa noche.
Nick Jonas, vestido con una soberbia chaqueta negra de etiqueta y más guapo que nunca.
Se quedó boquiabierta. Pero si ella estaba impac¬tada, había que ver cómo estaba él
—¡______! —se le escapó—. ¡Dios mío!
—¿______? —repitio Kevin, mirando primero a Nick Jonas y después a su hija— ¿Ya os conocéis?. —pregunto a su hija.
—Nos... nos hemos conocido en... en Beville Holdings esta semana.
Era la primera vez en su vida que veía tartamudear y ruborizarse a su hija.
Kevin no era tonto y se dio cuenta de que entre ellos dos había habido algo más que una reunión de trabajo. Su intuición le decía que el nuevo jefe de ______ era la razón por la que había actuado de modo tan extraño todo el día.
—Nunca me lo habías dicho —dijo Kevin.
—¿De verdad? —replicó, evasiva. Kevin fue consciente de que su invitado les mi¬raba con una ligera sospecha en sus ojos. De repente se dio cuenta de que Nick Jonas no tenía ni idea de que ______ era su hija. Claramente había llegado a la errónea conclusión de que ella tenía una relación distinta con él, aunque también bastante íntima: la de amante. Y su mirada era de celos.
Kevin sintió una punzada de agrado, pero pensó que era mejor a aclarar la situación cuanto antes.
—______ es mi hija, señor Jonas. —afirmó, orgu¬lloso, deslizando un brazo posesivo alrededor de la cintura —. Mi única hija y la niña de mis ojos.
Los ojos de Jonas le traicionaron definitiva¬mente, mostrando su incredulidad seguida de aturdimiento. Miró a ______, que seguía ruborizada.
—Pero en el trabajo apareces como Johannsen. —acusó a ______—. No Bloom.
—Es el apellido de su ex marido. —informó Kevin al ver que ______ no era capaz de articular palabra, y añadió ocurrente—: Muy rico, sí, pero un autentico perro. ______ se libró de él, ¿verdad corazón?
Pero no hablemos de cosas desagradables esta no¬che. La cena estará servida muy pronto, el tiempo justo para que ______ le consiga un aperitivo. —Kevin soltó la cintura de ______ y le apoyó la mano en el hombro mientras sonreía con indulgencia—. Dejo al señor Jonas en tus manos mientras acabo de ul¬timar todo con el chef.
Bloom se marchó, dejando a Nick más descolo¬cado que en toda su vida.
Había estado a punto de no venir, no le gustaban las relaciones sociales, especialmente con gente que no conocía de nada. Había sido la voz de Miley den-tro de su cabeza diciéndole que era mejor no estar solo cuando se tienen problemas, lo que había hecho que fuera a la cena.
Así que en el último momento se había metido en su esmoquin y había pedido un taxi, diciéndose que por lo menos la comida y el vino serian buenos.
Ver a ______ al lado de Bloom había hecho que casi se cayera redondo y, después de un momento de aturdimiento, había tenido los peores presentimien¬tos sobre su posible relación. Gracias a Dios Bloom resultó ser su padre.
Hasta ese momento no había sido consciente de lo importante que se había vuelto ______ para él. Sólo una noche y ya sólo podía pensar en ella como suya, como sólo suya.
En cuanto la miro, su imaginación empezó a desnudarla, a quitarle ese vestido negro tan sugerente.
La vio como la había visto la noche anterior, sin nada encima, su hermoso cuerpo delante de él para que hiciera con ella lo que quisiera.
Había intentado todo el día no pensar en ella de ese modo. Y ahora estaba allí, torturándole con su belleza una vez más.
Por fin encajaban las piezas del rompecabezas que era ______. Era hija de un rico, se había casado con un rico. Ahora entendía por qué no tenía ningún trabajo hasta ese momento.
—No tenía ni idea de que venías esta noche. —dijo, agitada—. Tienes que creerme.
—Te creo. —respondió. Si ella lo hubiera sabido, no habría estado tan avergonzada.
—Es todo cosa de mi padre. —dijo, sacudiendo la cabeza, haciendo que los pendientes lanzaran deste¬llos.
—Sí, ya lo veo.
—A papá le gusta pensar que sabe qué es lo que me conviene. Está haciendo de casamentero, a pesar de que le he dicho que no quiero volverme a casar.
—¿Seguro que no? —Nick recordaba lo que ella le había dicho esa mañana.
—No. —dijo con firmeza—. Claro que no. Mira, la única razón por la que estoy aquí es porque mi padre me lo pidió. Me dijo que me necesitaba para que me sentara al lado de un millonario que había invitado a cenar y a quien quería causar buena impresión. No me quiso decir su nombre aunque, inteligentemente, me hizo creer que eras cualquier magnate viejo del que quería asegurarse la cuenta. Sabía que si me hubiera revelado tu identidad, no hubiese entrado en el juego.
—¿Por qué no?
—Porque no soy del tipo de las que piensan que los ricos playboys son un regalo de Dios para las chicas. —afirmo secamente, levantando la barbilla del mismo modo que el primer día en el aparcamiento.
Nick abrió la boca para negar que fuese un play-boy, pero volvió a cerrarla. Admitió que, en cierto sentido, lo era. Selena, desde luego, lo describiría así.
—Y por favor, no me tires a la cara lo de anoche. —añadió, enfadada-. Me pillaste en un momento de debilidad. Créeme cuando te digo que no volverá a ocurrir.
Nick miró en lo profundo de sus ojos verdes y después bajó la vista hasta sus asombrosamente erectos pezones antes de decidir que protestaba de¬masiado. Su cuerpo decía todo lo contrario de lo que ella afirmaba.
Las brasas de deseo que aún quedaban en su pro¬pio cuerpo respondieron a las sensaciones que veía en ella. Nick se preguntaba cómo diablos iba a ha¬cer para comportarse esa noche.
—Me alegro de que pienses como yo —contestó. No tenía ninguna seguridad de ser capaz de contro¬larse si ella le sugería volver a repetir la actuación—. Bueno, ¿que hay del aperitivo que me prometió tu padre?
KEVIN se ajustó la pajarita y llamó a la puerta del dormitorio de ______.
—Son las siete y media —dijo—. Los primeros in¬vitados estarán aquí en un momento, te espero en el vestíbulo.
—No tardo nada —respondió su hija.
Según puso Kevin el pie en la alfombra azul que cubría el frío mármol del espacioso vestíbulo, la voz del guarda de seguridad, a través de un intercomunicador, anunció que llegaba un taxi.
—Esperemos que no sea Jonas. —murmuró Kevin.
Estaba a punto de volver a subir a buscar a ______ cuando su hija empezó a bajar las escaleras. La vi¬sión que tuvo ante sus ojos le dejó literalmente sin respiración.
Iba vestida de negro, un color que no le había visto usar antes. El contraste con el pelo rubio era impactarte, lo mismo que el vestido, largo, ceñido y muy sensual. Con un corte muy sugerente, una sen¬cilla parte superior que terminaban en un cuello re¬dondo y una abertura vertical que bajaba por delante desde el cuello hasta el talle y que, cuando se movía. Permitía ocasionalmente vislumbrar el escote. La blanca piel de los hombros y brazos de ______, totalmente desnudos, hacía un contraste perfecto con el negro del vestido.
Las únicas alhajas que llevaba eran unos pen¬dientes de diamantes que casi llegaban a los hom¬bros que Kevin le había regalado cuando cumplió veintidós años.
—Estás sencillamente espectacular esta noche —cumplimentó su padre cuando se le unió en el ves¬tíbulo.
—Me alegro de que lo apruebes. Kevin notó el tono frío de su voz y se preguntó qué sería lo que pasaba. Desde que había llegado so¬bre las tres, había mostrado un extraño mal humor. Le había comentado que no había ido a visitar a los niños del hospital como solía hacer, porque se había levantado con dolor de cabeza.
—¿Es nuevo el vestido? —le preguntó mientras abría la puerta anticipándose a la llegada del primer invitado, o invitados.
No era Jonas, sino los Hawkinses, viejos ami¬gos de la familia. Nigel era cirujano ortopédico, y Jessica, su esposa, agradable pero algo tímida. Se habían bajado ya del taxi, pero todavía se encontraban al final de las escaleras de piedra que llegaban hasta el porche.
—No… —respondió ______—. Me lo compro Joe en la luna de miel; decía que me hacia sexy.
Kevin estuvo de acuerdo con su ex yerno. El vestido de su hija le hubiera preocupado como padre si hubiera sido estrecho de miras o puritano, pero no lo era, siempre había pensado que las mujeres bonitas, como ______, habían nacido para que les hicieran el amor y tuvieran muchos hijos.
Pero no con cualquier hombre. Kevin quería que su próximo yerno fuera un hombre de verdad, con carácter.
Tenía persistentes dudas sobre Nick Jonas, a pesar de la voz de Danielle urgiéndole a invitarlo, así que había hecho algunas discretas averiguaciones el lunes por la mañana antes de decidirse a invitarlo. Y se sentía mucho más tranquilo, estaba seguro de que no era un cazafortunas, a pesar de los rumores sobre su primer matrimonio.
Su fuente de información, un amigo periodista de un medio serio, había hecho una encendida defensa de Jonas, tanto desde una perspectiva profesional como personal.
De todos modos, si no conseguía que impresionara a ______ esa noche, Kevin había decidido buscar otros candidatos y traerlos para que entraran en la vida de su hija. No estaba dispuesto a permitir que se quedara sola únicamente porque su primer marido había sido menos que un hombre.
—Te has hecho algo distinto en el pelo… —advirtió cuando ______ se giró ligeramente para alisar la larga falda a la altura de las caderas. Se lo había alisado completamente hacia atrás haciendo que pareciera una cortina rubia brillante cayendo por su espalda—. También resulta sexy.
Ella lo miró con esos brillantes ojos verdes que tanto le recordaban a Danielle cuando estaba emocionada por algo. —¿Me estás diciendo que estoy sexy?
—No en absoluto. Pero creía que no querías que mi misterioso invitado se te insinuara.
—¿Será capaz?—dijo con ironía.
—Cualquier hombre es capaz de insinuarse. Ah... aquí están Nigel y Jessie...
______ volvió los ojos y se puso en el papel que su padre quería que interpretara esa noche.
Su madre le había enseñado muy bien cómo ser una perfecta anfitriona, sabía de forma automática lo que tenía que decir para ser agradable, sobre todo cómo re-cibir un cumplido sin ruborizarse o tartamudear.
Pero tuvo un momento de preocupación cuando Nigel se le quedó mirando fijamente a la altura del pecho. Pensó que quizá se había pasado poniéndose ese vestido sin sujetador, pero le gustaba sentir sus pechos desnudos rozar contra el forro de seda. Así re¬cordaba lo que Nick le había hecho la noche anterior.
Porque eso era todo lo que tendría de él: recuer¬dos.
Varias parejas fueron llegando, una tras otra, to¬das ya conocidas. Los compañeros de la bolsa de su padre y sus esposas. Su contable y su esposa, su abo-gado y su pareja actual.
Un político local y su segunda esposa, mucho más joven que él, llegaron unos minutos después, segui¬dos de un famoso actor de televisión con la mujer con la que vivía y que además era su agente, una mu¬jer a la que su padre conocía desde hacía tiempo.
______ acompañó a todos hasta el elegante salón que ocupaba la parte de atrás de la casa y donde un circulo de camareros vestidos de blanco les espe¬raba con bandejas llenas de bebidas para el aperitivo. Algunas de las parejas fueron a sentarse juntas en los sofás de brocado de los que su madre se había sentido siempre tan orgullosa. Otros se quedaron en la terraza de atrás, al lado de la piscina, admirando las vistas sobre el puerto.
La luna llena brillaba en lo alto del cielo, sumer¬giendo todo en su luz. La noche era templada, pensó Lean, era un acierto haberse puesto lo que llevaba y haberse quitado la ropa interior.
A las ocho y media parecía que habían llegado todos los invitados, todos excepto el misterioso.
______ siguió mezclándose con los diferentes gru¬pos de invitados como haría una perfecta anfitriona, dando sorbitos al champán mientras mantenía bre¬ves conversaciones con los amigos y colegas de su padre. Tenía que reconocer que estaba disfrutando más de lo que esperaba, incluso estaba empezando a estar intrigada por el invitado ausente. ¿Quién sería?, se empezó a preguntar. Alguien que se creía lo bas¬tante importante como para llegar tarde.
—A lo mejor tu hombre te ha dejado plantado. —su¬surró maliciosa a su padre mientras iban a la cocina a comprobar si todo estaba listo para la cena.
Su padre tenía una fe ciega en el catering, pero ______ había aprendido de su madre que había que echar un vistazo a todo si se quería que la cena fuera un éxito.
El timbre de la puerta sonó antes de que hubiera salido del salón. Se volvió a mirar a su padre, que sonreía mientras se disculpaba y se acercaba a ella ofreciéndole su brazo para llevarla hasta la puerta principal.
—Tiene que ser nuestro hombre. —dijo Kevin de camino—. Todos los demás están ya aquí.
—Debe de ser realmente rico para hacerte este feo. Pero no te preocupes, soy una mujer madura y estoy lista para el viejo. Tráemelo, ¡venga!
Su padre rió.
—Estoy tan contento de verte por fin recobrar tu sentido del humor. Aunque creo que te vas a sor¬prender.
—Nada de lo que hagas puede sorprenderme, papá. —respondió, alisándose la falda mientras subía los dos escalones de mármol que separaban el salón del vestíbulo—. Mamá podía estar ciega a tus travesuras y manejos, pero yo siempre he sabido la clase de hombre que eres.
—¿Y me lo dices ahora?
Se inclinó y esbozó una sonrisa que ______ le de¬volvió. Su padre tenía algo de pícaro, pero era en¬cantador y adorable.
______ estaba pensando en lo mucho que lo quería cuando Kevin abrió la puerta y allí, delante de él, estaba el último hombre que podía esperar ver esa noche.
Nick Jonas, vestido con una soberbia chaqueta negra de etiqueta y más guapo que nunca.
Se quedó boquiabierta. Pero si ella estaba impac¬tada, había que ver cómo estaba él
—¡______! —se le escapó—. ¡Dios mío!
—¿______? —repitio Kevin, mirando primero a Nick Jonas y después a su hija— ¿Ya os conocéis?. —pregunto a su hija.
—Nos... nos hemos conocido en... en Beville Holdings esta semana.
Era la primera vez en su vida que veía tartamudear y ruborizarse a su hija.
Kevin no era tonto y se dio cuenta de que entre ellos dos había habido algo más que una reunión de trabajo. Su intuición le decía que el nuevo jefe de ______ era la razón por la que había actuado de modo tan extraño todo el día.
—Nunca me lo habías dicho —dijo Kevin.
—¿De verdad? —replicó, evasiva. Kevin fue consciente de que su invitado les mi¬raba con una ligera sospecha en sus ojos. De repente se dio cuenta de que Nick Jonas no tenía ni idea de que ______ era su hija. Claramente había llegado a la errónea conclusión de que ella tenía una relación distinta con él, aunque también bastante íntima: la de amante. Y su mirada era de celos.
Kevin sintió una punzada de agrado, pero pensó que era mejor a aclarar la situación cuanto antes.
—______ es mi hija, señor Jonas. —afirmó, orgu¬lloso, deslizando un brazo posesivo alrededor de la cintura —. Mi única hija y la niña de mis ojos.
Los ojos de Jonas le traicionaron definitiva¬mente, mostrando su incredulidad seguida de aturdimiento. Miró a ______, que seguía ruborizada.
—Pero en el trabajo apareces como Johannsen. —acusó a ______—. No Bloom.
—Es el apellido de su ex marido. —informó Kevin al ver que ______ no era capaz de articular palabra, y añadió ocurrente—: Muy rico, sí, pero un autentico perro. ______ se libró de él, ¿verdad corazón?
Pero no hablemos de cosas desagradables esta no¬che. La cena estará servida muy pronto, el tiempo justo para que ______ le consiga un aperitivo. —Kevin soltó la cintura de ______ y le apoyó la mano en el hombro mientras sonreía con indulgencia—. Dejo al señor Jonas en tus manos mientras acabo de ul¬timar todo con el chef.
Bloom se marchó, dejando a Nick más descolo¬cado que en toda su vida.
Había estado a punto de no venir, no le gustaban las relaciones sociales, especialmente con gente que no conocía de nada. Había sido la voz de Miley den-tro de su cabeza diciéndole que era mejor no estar solo cuando se tienen problemas, lo que había hecho que fuera a la cena.
Así que en el último momento se había metido en su esmoquin y había pedido un taxi, diciéndose que por lo menos la comida y el vino serian buenos.
Ver a ______ al lado de Bloom había hecho que casi se cayera redondo y, después de un momento de aturdimiento, había tenido los peores presentimien¬tos sobre su posible relación. Gracias a Dios Bloom resultó ser su padre.
Hasta ese momento no había sido consciente de lo importante que se había vuelto ______ para él. Sólo una noche y ya sólo podía pensar en ella como suya, como sólo suya.
En cuanto la miro, su imaginación empezó a desnudarla, a quitarle ese vestido negro tan sugerente.
La vio como la había visto la noche anterior, sin nada encima, su hermoso cuerpo delante de él para que hiciera con ella lo que quisiera.
Había intentado todo el día no pensar en ella de ese modo. Y ahora estaba allí, torturándole con su belleza una vez más.
Por fin encajaban las piezas del rompecabezas que era ______. Era hija de un rico, se había casado con un rico. Ahora entendía por qué no tenía ningún trabajo hasta ese momento.
—No tenía ni idea de que venías esta noche. —dijo, agitada—. Tienes que creerme.
—Te creo. —respondió. Si ella lo hubiera sabido, no habría estado tan avergonzada.
—Es todo cosa de mi padre. —dijo, sacudiendo la cabeza, haciendo que los pendientes lanzaran deste¬llos.
—Sí, ya lo veo.
—A papá le gusta pensar que sabe qué es lo que me conviene. Está haciendo de casamentero, a pesar de que le he dicho que no quiero volverme a casar.
—¿Seguro que no? —Nick recordaba lo que ella le había dicho esa mañana.
—No. —dijo con firmeza—. Claro que no. Mira, la única razón por la que estoy aquí es porque mi padre me lo pidió. Me dijo que me necesitaba para que me sentara al lado de un millonario que había invitado a cenar y a quien quería causar buena impresión. No me quiso decir su nombre aunque, inteligentemente, me hizo creer que eras cualquier magnate viejo del que quería asegurarse la cuenta. Sabía que si me hubiera revelado tu identidad, no hubiese entrado en el juego.
—¿Por qué no?
—Porque no soy del tipo de las que piensan que los ricos playboys son un regalo de Dios para las chicas. —afirmo secamente, levantando la barbilla del mismo modo que el primer día en el aparcamiento.
Nick abrió la boca para negar que fuese un play-boy, pero volvió a cerrarla. Admitió que, en cierto sentido, lo era. Selena, desde luego, lo describiría así.
—Y por favor, no me tires a la cara lo de anoche. —añadió, enfadada-. Me pillaste en un momento de debilidad. Créeme cuando te digo que no volverá a ocurrir.
Nick miró en lo profundo de sus ojos verdes y después bajó la vista hasta sus asombrosamente erectos pezones antes de decidir que protestaba de¬masiado. Su cuerpo decía todo lo contrario de lo que ella afirmaba.
Las brasas de deseo que aún quedaban en su pro¬pio cuerpo respondieron a las sensaciones que veía en ella. Nick se preguntaba cómo diablos iba a ha¬cer para comportarse esa noche.
—Me alegro de que pienses como yo —contestó. No tenía ninguna seguridad de ser capaz de contro¬larse si ella le sugería volver a repetir la actuación—. Bueno, ¿que hay del aperitivo que me prometió tu padre?
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
ahhhh no seas mala y siguela por favor !
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Siii siguelaa!! oh, Nick seguro que se ve fantastico con el traje.. :twisted: bababbab!!
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Ahhhhhhhh NO NO NO!! Estúpido orgullo!
Se tiene q repetir..! Jajaja q pervertida soy!
Porfaaa NO la dejes ahí.. Necesito maaas!
Siguelaaa! Amoo esta noveee!!
Se tiene q repetir..! Jajaja q pervertida soy!
Porfaaa NO la dejes ahí.. Necesito maaas!
Siguelaaa! Amoo esta noveee!!
Dayi_JonasLove!*
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Capítulo 11
Que habitación tan agradable.
______ lanzo a Nick una mirada de resentimiento por encima de la copa de cristal. No quería estar allí, de pie, al lado de él, bebiendo champán, haciendo como si toda la noche no fuera a ser un desastre total. No quería charlar con él, deseaba estar fuera de allí mas que había deseado nunca nada, nada excepto a ese hombre.
Lo miró con dureza y deseó que no fuera tan atractivo. Ni tan decente. Si «decente» era la palabra adecuada. Podía ser que, sencillamente, esa mañana se estuviera protegiendo de una chica que podía convertirse en una neurótica colgada de él. Clara¬mente las complicaciones emocionales no estaban en la agenda de Nick.
Sexo sí, pero nada más.
—Puedes manejar esto, ______ —dijo suavemente Nick como si hubiera leído su pensamiento—. Por lo que he visto, puedes manejar lo que te propongas. No dejes que te preocupen las maquinaciones de tu padre. Son irrelevantes. No me obligará a hacer nada que no quiera hacer, y a ti tampoco. Tenemos ideas propias.
Lo miró impresionada y halagada. Ella era mucho más débil de lo que se creía, cerca de él, claro.
—Y esta habitación me gusta de verdad. —añadió sonriendo con una sonrisa tan cálida que a ______ le dieron ganas de llorar.
¿Por qué no se había casado con un hombre como ése en lugar de con Joe? ¿Por qué no había conocido antes a Nick, antes de que su esposa le robara el corazón y le dejara incapacitado para volver a amar?
—Era el salón favorito de mi madre. —respondió con el corazón en un puño.
—¿Estoy en lo cierto si supongo que tu madre ya no está?
—Ella... murió en el mismo accidente en el que yo me hice las cicatrices.
—Lo siento tanto. —dijo con verdadera empatia en su voz—. Yo nunca conocí a mi madre. Murió cuando nací, pero mi padre y yo estábamos muy unidos. Murió cuando tenía veinte años, así que sé lo que se siente cuando se pierde a un pariente muy querido.
—No pasa ni un día sin que eche de menos a mi madre.
—Sé de lo que hablas. —murmuró—. No puedes hacerte a la idea de que ya no estará a tu lado nunca mas.
______ vio sus ojos desolados y sospecho que estaba recordando a su mujer. Pensando en que la había perdido para siempre.
—Háblame de tu madre.
Un suspiro de nostalgia se escapo de los labios de ______.
—Era una mujer dulce y encantadora, demasiado dulce a veces. Una gran esposa y madre. Tenía un maravilloso efecto tranquilizante sobre la casa y so¬bre mi padre. Todo el mundo la quería. Desgraciada¬mente era una conductora espantosa...
—¿Te pareces a ella?
—La gente dice que soy la viva imagen de mi ma¬dre, pero no en el carácter. —añadió—. Yo no soy tan amable como era ella.
—Ya lo creo. —dijo Nick con una sonrisa. ______ abrió la boca para dar una respuesta rápida, pero en ese momento su padre anunció que la cena estaba lista. Se acercó a su padre mientras camina¬ban hacia el salón, y le dijo:
—Quiero tener dos palabras contigo.
—No podrá ser durante la cena —respondió con una sonrisa—. La colocación de la mesa no lo per¬mite.
Su padre se había colocado en uno de los extre¬mos de la mesa de caoba y a ella en el otro, Nick te¬nía a su derecha a ______, y a su izquierda a la esposa de Nigel, una mujer bastante tímida que raramente decía una palabra. Claramente la distribución res¬pondía a algún plan de su padre.
Los dos primeros platos fueron una prueba de fuego para ______, no porque estuviera obligada a ha¬blar con Nick y sólo con Nick, sino porque éste había conseguido sacar a Jessica de su aislamiento ha¬bitual y mantenía con él una animada conversación con un ingenio y una calidez desconocidas.
Los celos consumían a ______ viendo cómo todas las mujeres de la mesa, y no sólo Jessica, lanzaban miradas de admiración a Nick. Quería gritarles a todas que no podrían tenerlo, que era sólo suyo. Pero, claro, él no lo era.
El problema era que el recuerdo de la noche era todavía placentero y dolorosamente reciente. Casi podía sentir aún las manos de el en sus pechos, su vientre, sus nalgas. Su cuerpo empezó literalmente a arder mientras reconstruía en su cabeza el acopla¬miento en la ducha. Casi podía escuchar los gritos de Nick resonando entre los azulejos de las pare¬des, sentir su hinchado sexo dentro de ella.
—El vino de tu padre es soberbio.
—¿Qué?
______ sacudió la cabeza cuando escuchó su voz y se ruborizó al encontrarse con sus ojos.
Nick era un auténtico experto interpretando el lenguaje corporal. Cuando había empezado a traba¬jar de vendedor, su sustento había dependido de ello. No le quedaba ninguna duda de que ______ toda¬vía le quería, a pesar de lo que había dicho por la mañana. Su decisión de no volver a acostarse con ella se había pulverizado debido a la fuerza de su in¬tenso e inmediato deseo.
Que habitación tan agradable.
______ lanzo a Nick una mirada de resentimiento por encima de la copa de cristal. No quería estar allí, de pie, al lado de él, bebiendo champán, haciendo como si toda la noche no fuera a ser un desastre total. No quería charlar con él, deseaba estar fuera de allí mas que había deseado nunca nada, nada excepto a ese hombre.
Lo miró con dureza y deseó que no fuera tan atractivo. Ni tan decente. Si «decente» era la palabra adecuada. Podía ser que, sencillamente, esa mañana se estuviera protegiendo de una chica que podía convertirse en una neurótica colgada de él. Clara¬mente las complicaciones emocionales no estaban en la agenda de Nick.
Sexo sí, pero nada más.
—Puedes manejar esto, ______ —dijo suavemente Nick como si hubiera leído su pensamiento—. Por lo que he visto, puedes manejar lo que te propongas. No dejes que te preocupen las maquinaciones de tu padre. Son irrelevantes. No me obligará a hacer nada que no quiera hacer, y a ti tampoco. Tenemos ideas propias.
Lo miró impresionada y halagada. Ella era mucho más débil de lo que se creía, cerca de él, claro.
—Y esta habitación me gusta de verdad. —añadió sonriendo con una sonrisa tan cálida que a ______ le dieron ganas de llorar.
¿Por qué no se había casado con un hombre como ése en lugar de con Joe? ¿Por qué no había conocido antes a Nick, antes de que su esposa le robara el corazón y le dejara incapacitado para volver a amar?
—Era el salón favorito de mi madre. —respondió con el corazón en un puño.
—¿Estoy en lo cierto si supongo que tu madre ya no está?
—Ella... murió en el mismo accidente en el que yo me hice las cicatrices.
—Lo siento tanto. —dijo con verdadera empatia en su voz—. Yo nunca conocí a mi madre. Murió cuando nací, pero mi padre y yo estábamos muy unidos. Murió cuando tenía veinte años, así que sé lo que se siente cuando se pierde a un pariente muy querido.
—No pasa ni un día sin que eche de menos a mi madre.
—Sé de lo que hablas. —murmuró—. No puedes hacerte a la idea de que ya no estará a tu lado nunca mas.
______ vio sus ojos desolados y sospecho que estaba recordando a su mujer. Pensando en que la había perdido para siempre.
—Háblame de tu madre.
Un suspiro de nostalgia se escapo de los labios de ______.
—Era una mujer dulce y encantadora, demasiado dulce a veces. Una gran esposa y madre. Tenía un maravilloso efecto tranquilizante sobre la casa y so¬bre mi padre. Todo el mundo la quería. Desgraciada¬mente era una conductora espantosa...
—¿Te pareces a ella?
—La gente dice que soy la viva imagen de mi ma¬dre, pero no en el carácter. —añadió—. Yo no soy tan amable como era ella.
—Ya lo creo. —dijo Nick con una sonrisa. ______ abrió la boca para dar una respuesta rápida, pero en ese momento su padre anunció que la cena estaba lista. Se acercó a su padre mientras camina¬ban hacia el salón, y le dijo:
—Quiero tener dos palabras contigo.
—No podrá ser durante la cena —respondió con una sonrisa—. La colocación de la mesa no lo per¬mite.
Su padre se había colocado en uno de los extre¬mos de la mesa de caoba y a ella en el otro, Nick te¬nía a su derecha a ______, y a su izquierda a la esposa de Nigel, una mujer bastante tímida que raramente decía una palabra. Claramente la distribución res¬pondía a algún plan de su padre.
Los dos primeros platos fueron una prueba de fuego para ______, no porque estuviera obligada a ha¬blar con Nick y sólo con Nick, sino porque éste había conseguido sacar a Jessica de su aislamiento ha¬bitual y mantenía con él una animada conversación con un ingenio y una calidez desconocidas.
Los celos consumían a ______ viendo cómo todas las mujeres de la mesa, y no sólo Jessica, lanzaban miradas de admiración a Nick. Quería gritarles a todas que no podrían tenerlo, que era sólo suyo. Pero, claro, él no lo era.
El problema era que el recuerdo de la noche era todavía placentero y dolorosamente reciente. Casi podía sentir aún las manos de el en sus pechos, su vientre, sus nalgas. Su cuerpo empezó literalmente a arder mientras reconstruía en su cabeza el acopla¬miento en la ducha. Casi podía escuchar los gritos de Nick resonando entre los azulejos de las pare¬des, sentir su hinchado sexo dentro de ella.
—El vino de tu padre es soberbio.
—¿Qué?
______ sacudió la cabeza cuando escuchó su voz y se ruborizó al encontrarse con sus ojos.
Nick era un auténtico experto interpretando el lenguaje corporal. Cuando había empezado a traba¬jar de vendedor, su sustento había dependido de ello. No le quedaba ninguna duda de que ______ toda¬vía le quería, a pesar de lo que había dicho por la mañana. Su decisión de no volver a acostarse con ella se había pulverizado debido a la fuerza de su in¬tenso e inmediato deseo.
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Llego el postre, un brebaje de chocolate de aspecto tentador que hizo que la mayor parte de las mujeres de la mesa protestaran, aunque solo a medias. Nick aprovecho la distracción momentánea para dirigirse a ______.
—Ven a mi casa esta noche —invito en un susurro.
Ella respiro profundamente y lo miro parpadeando.
—Por favor. —añadió, mirándola a los ojos.
______ estaba atónita. «Si» era la respuesta obvia, era lo que quería por encima de cualquier cosa. Así que, ¿por que dudarlo? ¿Por que sentía esa necesidad de castigarlo por rechazarla esa mañana? Ahora entendía por que la soberbia estaba entre los siete pecados capitales y no era una virtud como alguna gente creía. El orgullo podía ser perverso y muy autodestructivo.
—¿Que ha pasado para que cambies de idea?—contesto sin pensar quien podría escucharla.
—Apareciste otra vez, ______ —dijo tranquilamente, mirándola con ojos seductores—. con ese vestido, y yo no soy mas que un hombre, ¿sabes?, no un santo.
—¡Oh! —su sinceridad lo hacia mas irresistible.
—¿Eso es un si?
______ asintió con la cabeza, incapaz de pronunciar una palabra. Tenia la boca mas seca que el Sahara.
Volvió a mirarle a los oscuros y profundos ojos, muriendo de ganas de que ya hubiera acabado la cena y pudiera empezar la noche.
La impaciencia de su propio deseo asusto a ______, ¿era solo hacer el amor con él lo que quería o lo que quería era a él? Era imposible separar al hombre del sexo, venían juntos como había pasado la noche anterior, no una vez, sino varias veces.
Tenia que ser por algo así por lo que Trish había seguido viendo a Jim, incluso aunque supiera que no tenia ningún futuro con el, admitió. Tenia que ser porque el sexo era maravilloso.
______, no puso imaginarse nada más poderoso, mejor que lo que habían compartido la noche anterior. ¿Cómo se iba a sentir cuando él se fuera por se¬gunda vez?
Y eso iba a ocurrir, antes o después ocurriría.
«No lo pienses», se dijo mientras dirigía su mi¬rada al postre y se comía una cucharada.
A ______ le encantaba el chocolate en cualquier forma, pero su sentido del gusto parecía en huelga esa noche, no tenía interés por otra cosa que no fuera lo que iba a pasar cuando fuera a casa de Nick.
Despacio, levantó la cabeza y miró al otro ex¬tremo de la mesa donde su padre devoraba su postre con entusiasmo. Quizá si sentía su mirada, parara de comer y mirara en su dirección por encima de la mesa de caoba y vería la ironía en el rostro de ______, estaba claro que su padre podía haber planeado cualquier cosa, pero no que su hija se fuera a pasar la noche con el invitado misterioso.
Su padre estaba buscando un nuevo yerno. Kevin Bloom creía en el amor, en el matrimonio y en la familia. Incluso antes de que ______ se casase por primera vez, había expresado siempre su de¬seo de tener nietos, el único defecto que le encontraba a su propio matrimonio era no haber tenido mas hijos.
A ______ le habría gustado darle a su padre lo que quería. Pero, desafortunadamente, el hombre que estaba sentado a su lado no se iba a casar con ella nunca, ni siquiera a enamorarse de ella y, ciertamente, no querría tener hijos con ella. Nick ya había dejado muy clara la situación la noche anterior.
Su oferta de pasar otra noche juntos era estrictamente algo sexual.
______ sabia que la única posibilidad de tener una relación con Nick era convencerle que ella solo quería lo mismo que el. ¿Seria capaz de lograrlo?
Contaba con la ventaja de que ya la noche anterior le había dicho que ella no quería volverse a casar, todo lo que tenía que hacer era dejar caer en algún momento que tampoco quería enamorarse de él. Un estremecimiento recorrió a ______. Nunca ha¬bía sido buena mintiendo.
—¿No te gusta el chocolate? —preguntó Nick.
______ casi no se atrevía a mirarlo por miedo a que se diera cuenta de lo que estaba maquinando. —Parece que he perdido el apetito.
—Mientras no estés a dieta.
—No lo estoy. Cuando estoy preocupada o exci¬tada se me quita el hambre.
—¿Y estás preocupada por algo? —preguntó en voz baja.
—No.
—Yo, cuando estoy excitado o preocupado, como todavía más. —dijo a la vista de su postre ya termi¬nado.
—¿Estás preocupado por algo? —preguntó ______ en un susurro.
—No.—respondió él.
______ tragó, ¿cómo demonios iba a hacer para soportar lo que quedaba de velada? Las cenas de su padre nunca duraban poco. Después del postre se serviría café y coñac acompañado de queso y fruta y, al final, sacaría unas botellas de su mejor oporto.
Nadie saldría de allí antes de la medianoche, tam¬poco nadie querría irse antes, «a no ser que tu atrac¬tivo nuevo jefe te arrastre a su cama», pensó.
Cuando todos se habían levantado de la mesa, ______ empezó a pensar adonde podría llevarse a Nick para, al menos, poder estar a solas. Un sitio donde poder hablar de forma natural y no con susu¬rros o mensajes en clave, donde poder besarse, to¬carse, incluso...
—Me llevo a Nick al embarcadero para enseñarle tu yate, papá —dijo a su padre en cuanto se levanta¬ron de la mesa—. Quiere comprarse un barco, y tu habías dicho que querías venderlo, ¿verdad?
—Ven a mi casa esta noche —invito en un susurro.
Ella respiro profundamente y lo miro parpadeando.
—Por favor. —añadió, mirándola a los ojos.
______ estaba atónita. «Si» era la respuesta obvia, era lo que quería por encima de cualquier cosa. Así que, ¿por que dudarlo? ¿Por que sentía esa necesidad de castigarlo por rechazarla esa mañana? Ahora entendía por que la soberbia estaba entre los siete pecados capitales y no era una virtud como alguna gente creía. El orgullo podía ser perverso y muy autodestructivo.
—¿Que ha pasado para que cambies de idea?—contesto sin pensar quien podría escucharla.
—Apareciste otra vez, ______ —dijo tranquilamente, mirándola con ojos seductores—. con ese vestido, y yo no soy mas que un hombre, ¿sabes?, no un santo.
—¡Oh! —su sinceridad lo hacia mas irresistible.
—¿Eso es un si?
______ asintió con la cabeza, incapaz de pronunciar una palabra. Tenia la boca mas seca que el Sahara.
Volvió a mirarle a los oscuros y profundos ojos, muriendo de ganas de que ya hubiera acabado la cena y pudiera empezar la noche.
La impaciencia de su propio deseo asusto a ______, ¿era solo hacer el amor con él lo que quería o lo que quería era a él? Era imposible separar al hombre del sexo, venían juntos como había pasado la noche anterior, no una vez, sino varias veces.
Tenia que ser por algo así por lo que Trish había seguido viendo a Jim, incluso aunque supiera que no tenia ningún futuro con el, admitió. Tenia que ser porque el sexo era maravilloso.
______, no puso imaginarse nada más poderoso, mejor que lo que habían compartido la noche anterior. ¿Cómo se iba a sentir cuando él se fuera por se¬gunda vez?
Y eso iba a ocurrir, antes o después ocurriría.
«No lo pienses», se dijo mientras dirigía su mi¬rada al postre y se comía una cucharada.
A ______ le encantaba el chocolate en cualquier forma, pero su sentido del gusto parecía en huelga esa noche, no tenía interés por otra cosa que no fuera lo que iba a pasar cuando fuera a casa de Nick.
Despacio, levantó la cabeza y miró al otro ex¬tremo de la mesa donde su padre devoraba su postre con entusiasmo. Quizá si sentía su mirada, parara de comer y mirara en su dirección por encima de la mesa de caoba y vería la ironía en el rostro de ______, estaba claro que su padre podía haber planeado cualquier cosa, pero no que su hija se fuera a pasar la noche con el invitado misterioso.
Su padre estaba buscando un nuevo yerno. Kevin Bloom creía en el amor, en el matrimonio y en la familia. Incluso antes de que ______ se casase por primera vez, había expresado siempre su de¬seo de tener nietos, el único defecto que le encontraba a su propio matrimonio era no haber tenido mas hijos.
A ______ le habría gustado darle a su padre lo que quería. Pero, desafortunadamente, el hombre que estaba sentado a su lado no se iba a casar con ella nunca, ni siquiera a enamorarse de ella y, ciertamente, no querría tener hijos con ella. Nick ya había dejado muy clara la situación la noche anterior.
Su oferta de pasar otra noche juntos era estrictamente algo sexual.
______ sabia que la única posibilidad de tener una relación con Nick era convencerle que ella solo quería lo mismo que el. ¿Seria capaz de lograrlo?
Contaba con la ventaja de que ya la noche anterior le había dicho que ella no quería volverse a casar, todo lo que tenía que hacer era dejar caer en algún momento que tampoco quería enamorarse de él. Un estremecimiento recorrió a ______. Nunca ha¬bía sido buena mintiendo.
—¿No te gusta el chocolate? —preguntó Nick.
______ casi no se atrevía a mirarlo por miedo a que se diera cuenta de lo que estaba maquinando. —Parece que he perdido el apetito.
—Mientras no estés a dieta.
—No lo estoy. Cuando estoy preocupada o exci¬tada se me quita el hambre.
—¿Y estás preocupada por algo? —preguntó en voz baja.
—No.
—Yo, cuando estoy excitado o preocupado, como todavía más. —dijo a la vista de su postre ya termi¬nado.
—¿Estás preocupado por algo? —preguntó ______ en un susurro.
—No.—respondió él.
______ tragó, ¿cómo demonios iba a hacer para soportar lo que quedaba de velada? Las cenas de su padre nunca duraban poco. Después del postre se serviría café y coñac acompañado de queso y fruta y, al final, sacaría unas botellas de su mejor oporto.
Nadie saldría de allí antes de la medianoche, tam¬poco nadie querría irse antes, «a no ser que tu atrac¬tivo nuevo jefe te arrastre a su cama», pensó.
Cuando todos se habían levantado de la mesa, ______ empezó a pensar adonde podría llevarse a Nick para, al menos, poder estar a solas. Un sitio donde poder hablar de forma natural y no con susu¬rros o mensajes en clave, donde poder besarse, to¬carse, incluso...
—Me llevo a Nick al embarcadero para enseñarle tu yate, papá —dijo a su padre en cuanto se levanta¬ron de la mesa—. Quiere comprarse un barco, y tu habías dicho que querías venderlo, ¿verdad?
Invitado
Invitado
Re: La amante prohibida del jefe (Nick y Tu)
Pero sólo si es una ganga —dijo Nick sin inmu¬tarse por las ocurrencias de ______. El padre hizo un gesto de burla.
—Veo que tengo que enseñar a mi hija el arte de negociar. No enseñes nunca tus cartas. ______. Tienes que hacer creer a la gente que tú no quieres darles lo que ellos quieren, ése es el truco, ¿verdad. Nick?
—La mayor parte de las veces. —respondió Nick con cara de póquer—. Aunque hay veces que es más efectivo dejar saber qué es lo que de verdad quieres, ¿no está de acuerdo?
—Desde luego. —dijo Kevin. Y sonrió—. Id si queréis, y enseña el barco a este joven, pero déjame a mí la negociación final.
En cuanto estuvieron solos en la terraza, Nick tomo la mano de ______, tiro de ella hacia la zona de sombra y la llevo junto a una pared.
—Es esto lo que quieres, ¿verdad? —murmuro antes de que su boca se uniera a la de ______.
El beso fue tan largo, húmedo y salvaje, que dejo los labios de ______ magullados y su corazón latiendo desbocado. Quien sabe lo que hubiera podido pasar allí mismo si Nick no hubiera tomado su mano de nuevo y no hubiese tirado de ella hacia el jardín
______ no dijo ni una palabra durante su paseo hasta el embarcadero. ¿Qué podía haber dicho en una situación así?
—¿Está cerrado?—preguntó Nick cuando ya esta¬ban cerca.
—Sí, pero sé dónde está la llave.
—Estaba seguro de que lo sabrías. El tono había sido como de enfado, pensó ______. Aunque también hubiera podido ser que estuviera tan impaciente como ella.
—No estas enfadado conmigo, ¿verdad? —le pre¬guntó cuando llegaron a la puerta del embarcadero.
Nick le rodeó la cintura y la atrajo con fuerza ha¬cia él. —Enfadado conmigo mismo, más que nada. —dijo, y volvió a besarla, mucho más tiempo que antes—. La llave, dónde está la maldita llave.
______ buscó en una tubería que había en el suelo y encontró una cajita imantada de la que sacó la llave. Nick la introdujo en la cerradura. Las bisagras chi-rriaron un poco cuando empujó la puerta.
—¿Hay alguna luz por algún sitio?
—¿Tenemos que encenderla?
—Sí, si tengo que ver el barco.
—¿De verdad quieres ver el barco?
—Sólo la parte de las literas.
—¡Oh!
______ encendió la luz. El embarcadero tenía el ta¬maño justo para que cupiera el barco de su padre, un yate blanco y brillante que tenía camarotes bajo la cubierta. El nombre de la madre de ______, escrito en uno de los costados, enfrió un poco su pasión, lo mismo que el ligero olor a humedad dentro. Cuando escuchó el sonido de algo que se escurría entre un montón de cajas de cartón vacías, dio un grito y se agarró del brazo de Nick.
—¿Qué sucede?
—Cre... creo que hay un ratón, o una rata.
—Una rata...
—Sí. Odio las ratas —dijo ella. Nick estuvo a punto de decirle que estaba equivo¬cada, que ella amaba a las ratas, que había estado ca¬sada con una y que iba a tener una aventura con otra. El estado de Nick no le permitía rechazar la idea de volver a hacerla suya, pero sí le dejaba esperar un poco. No tenía que ser en ese momento, en un des¬tartalado embarcadero.
—Vamos… —dijo Nick, tirando de ella.
—¿Adonde?
Nick cerró la puerta y volvió a dejar la llave donde estaba.
—Voy a llevarte a mi apartamento con aire acon¬dicionado y sin roedores.
—¿Ahora?
—Sí.
—Pero si no ha terminado la fiesta.
—Sí para nosotros.
—Veo que tengo que enseñar a mi hija el arte de negociar. No enseñes nunca tus cartas. ______. Tienes que hacer creer a la gente que tú no quieres darles lo que ellos quieren, ése es el truco, ¿verdad. Nick?
—La mayor parte de las veces. —respondió Nick con cara de póquer—. Aunque hay veces que es más efectivo dejar saber qué es lo que de verdad quieres, ¿no está de acuerdo?
—Desde luego. —dijo Kevin. Y sonrió—. Id si queréis, y enseña el barco a este joven, pero déjame a mí la negociación final.
En cuanto estuvieron solos en la terraza, Nick tomo la mano de ______, tiro de ella hacia la zona de sombra y la llevo junto a una pared.
—Es esto lo que quieres, ¿verdad? —murmuro antes de que su boca se uniera a la de ______.
El beso fue tan largo, húmedo y salvaje, que dejo los labios de ______ magullados y su corazón latiendo desbocado. Quien sabe lo que hubiera podido pasar allí mismo si Nick no hubiera tomado su mano de nuevo y no hubiese tirado de ella hacia el jardín
______ no dijo ni una palabra durante su paseo hasta el embarcadero. ¿Qué podía haber dicho en una situación así?
—¿Está cerrado?—preguntó Nick cuando ya esta¬ban cerca.
—Sí, pero sé dónde está la llave.
—Estaba seguro de que lo sabrías. El tono había sido como de enfado, pensó ______. Aunque también hubiera podido ser que estuviera tan impaciente como ella.
—No estas enfadado conmigo, ¿verdad? —le pre¬guntó cuando llegaron a la puerta del embarcadero.
Nick le rodeó la cintura y la atrajo con fuerza ha¬cia él. —Enfadado conmigo mismo, más que nada. —dijo, y volvió a besarla, mucho más tiempo que antes—. La llave, dónde está la maldita llave.
______ buscó en una tubería que había en el suelo y encontró una cajita imantada de la que sacó la llave. Nick la introdujo en la cerradura. Las bisagras chi-rriaron un poco cuando empujó la puerta.
—¿Hay alguna luz por algún sitio?
—¿Tenemos que encenderla?
—Sí, si tengo que ver el barco.
—¿De verdad quieres ver el barco?
—Sólo la parte de las literas.
—¡Oh!
______ encendió la luz. El embarcadero tenía el ta¬maño justo para que cupiera el barco de su padre, un yate blanco y brillante que tenía camarotes bajo la cubierta. El nombre de la madre de ______, escrito en uno de los costados, enfrió un poco su pasión, lo mismo que el ligero olor a humedad dentro. Cuando escuchó el sonido de algo que se escurría entre un montón de cajas de cartón vacías, dio un grito y se agarró del brazo de Nick.
—¿Qué sucede?
—Cre... creo que hay un ratón, o una rata.
—Una rata...
—Sí. Odio las ratas —dijo ella. Nick estuvo a punto de decirle que estaba equivo¬cada, que ella amaba a las ratas, que había estado ca¬sada con una y que iba a tener una aventura con otra. El estado de Nick no le permitía rechazar la idea de volver a hacerla suya, pero sí le dejaba esperar un poco. No tenía que ser en ese momento, en un des¬tartalado embarcadero.
—Vamos… —dijo Nick, tirando de ella.
—¿Adonde?
Nick cerró la puerta y volvió a dejar la llave donde estaba.
—Voy a llevarte a mi apartamento con aire acon¬dicionado y sin roedores.
—¿Ahora?
—Sí.
—Pero si no ha terminado la fiesta.
—Sí para nosotros.
Invitado
Invitado
Página 5 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 5 de 10.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.