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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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The Red Pawn
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: The Red Pawn
Y este capi va dedicado a mi nueva lectora: Mrs.BieberMoustache (: Espero que disfrutes esta nove como yo la disfrute en leerla de la dueña original (:
Capitulo 22 - Yuro
________________________________________
Miré por la ventana. La nieve había cesado hacía ya unos días, siendo signo de un presagio, que indicaba indirectamente que todo volvería a la normalidad. Y yo estaba empacando ya la última maleta.
Seguía teniendo una gran incógnita en mi cabeza, tales como "¿Cómo es posible que tu vida sea totalmente diferente en un lapso de cambio de 3 semanas?". Era como si, la gravedad no fuera lo que me mantuviera pegado en la tierra, era él. Mi universo y mi mundo habían cambiado, convirtiéndolo en mi fuente de energía, lo que mantenía viva, mi sol, mi oxigeno. Justin lo era todo.
Mona entró al cuarto, mientras miraba hacia el armario con melancolía, el cual se había llenado de mis ropas por semanas. Suspiró. Ella odiaba la soledad, por lo que haberme tenido allí por casi un mes la hizo sentir menos desdichada. Ella necesitaba compañía constante, si no se sentía claustrofóbica.
- Ja, que rápido es que se pasan 3 semanas... - Mona se sentó en el borde de la cama sin quitarle la vista de encima al closet. Yo suspiré.
- Dímelo a Mi... - dije mientras que en mi cabeza, recordaba como Justin me habia dicho mas o menos lo mismo. Justin Justin Justin.
- ¿Justin cuándo volverá a Brownsville?- yo cerré la ultima maleta a duras penas. Ahora llevaba mas ropa que de venida
- Una semana después que yo. - un nudo en la garganta fue lo último que sentí. Estaría toda una semana sin él, alucinándolo, soñándolo, deseando sus besos y caricias sobre mi piel, sus te amo a mi oído... - va a aprovechar para estar un poco mas con su familia.
- ¿No me dijiste que no se lleva bien con ellos? - hize una mueca, recordando como le había contado a Mona lo ocurrido el día que el me habia llevado a su casa.
- Si... Pero al final de cuentas, es su familia. - ella asintió pensativa, mientras el sonido del timbre fue lo ultimo que se escuchó. Mona fue con pereza a la puerta, mientras que yo continuaba metiendo mis zapatos en una maleta amarilla con correas negras. Entonces, senti unis largos dedos al tomarme de la cintura, seguido por un beso en la mejilla. Justin me abrazo desde mi estomago pegandome a el, dejandome completamente inmovil, y mientras tanto, pensaba: ¿Una Semana Alejados?
- ¿Como estas? ¿Terminaste tus maletas?
- Me falta solo la de zapatos. - dije y el me soltó para sentarse en la cama. Yo lo miré y sonreí.
- Vamos a mi casa. - dijo el, provocando que mis ojos se salieran de sus orbitas. El rió alocadamente mientras que yo m sonrojaba. - tranquila, no habra nadie.
- Te recuerdo que eso fue lo que dijiste la ultima vez.
- Ahora si estoy ciento diez porciento seguro. Mis padres salieron de vacaciones a Bora Bora, junto con varios de la familia. Y los otros que se quedaron, pues no iran a la casa por que saben que no hay nadie. Y si llegan no les abriremos. - yo reí, mientras que el sostenía mi mano. – vamos, te tengo una sorpresa.
- ¿Otra? – pregunté nerviosa mientras miraba el collar que llevaba en el cuello. Ahora lo llevaba siempre, ya que él me lo había pedido así. El único dia que me lo quite, el me dijo que no le gustaba ver mi cuello sin el. Por lo que al final de todo, es solo un pequeño sacrificio que ni siquiera aparentaba serlo.
- Si, y otra mas, y otro mas. – dijo el con una sonrisa. – te lo mereces todo, te lo dare todo.
- No. – contesté alejando mi mano de la suya. – no quiero que nuestra relación se base en regalos costosos Justin. No tienes que darme nada.
- La diferencia es que Quiero hacerlo. – Justin se levanto de la cama, quedando asi a escasos 2 centimetros de mi, dejando posibilidad nula al aire de pasar si quiera entre nosotros. Yo sonreí, y el colocó su mano con dedos de pianista en la parte posterior de mi espalda. Estaba tan cerca de mi, que hasta podía sentir el calor que su cuerpo emitia… - Dejame, ¿Esta bien? – yo hize una mueca. – Mira, es lo que me hace feliz. Dejame ser feliz, ¿De acuerdo? – yo bufé con una pequeña risita, mientras que el tomaba mi rostro delicadamente, subiendo mi mentón para un dulce beso, el cual fue interrumpido por el sonido de Mona entrando a la habitación. Me sonrojé, y Justin hecho una pequeña risita.
- Los dejo solos 5 minutos y ya están ensima del otro. – Justin y yo intercambiamos una mirada, mientras que Mona se reía a pequeñas carcajadas.
Caminé hacia mi armario, sacando mi chaqueta.
…
Justin aparcó frente de su casa. Lo deseara o no, ese lugar me traia ciertos malos recuerdos. En esa casa habían dañado un poco mi autoestima, y al mismo tiempo habia dejado una primera mala imprecion a la familia de mi novio, cosa que realmente deseaba lo contrario.
Estaba tan sumida en mis pensamientos, que cuando me di cuenta Justin ya estaba abriendo la puerta del copiloto, ofreciéndome su mano para bajar. Yo la tome, y el cerro la puerta detrás de mi, para luego con las llaves cerrar el coche con candado. Caminamos tomados de la mano por el asfalto, hasta llegar a la puerta. El la abrió, y me dejo pasar. Se veía vacia y sola, quizás esta vez tenia razón. Ahora si, podía inspeccionarla bien, cosa que hubiera podido haber hecho desde la ultima vez, pero por los grandes nervios de que la familia no me quitaba el ojo de encima, no habia podido. Justin interrumpió mis pensamientos.
- Ven. – dijo tomando mi mano otra vez, y llevándome por la casa, cruzando parte de la sala, la cocina, pasando junto al comedor, y llegando a aquella pequeña sala donde me habia llevado ese dia para escaparnos de sus padres. Allí, las lagrimas de felicidad se querían desvortar del vórtice de mis ojos: Habian velas, muchas velas, asi como petalos de rosa esparcidos por todo el lugar, y una mesa para dos. Sin decir palabra alguna – ya que no pude emitir palabra. – gire sobre mi talón, y lo abraze rodeando su cuello con mis brazos, undiendome en su pecho.
- Te amo como no te das ni la mas minima pista. – dije parándome de puntas, y dándole un dulce y corto beso en los labios. El sonrio complacido, mientras que yo volvia a colocar la planta del pie sobre el suelo. Me abrazo desde atras.
- ¿Te gusta?
- “Gustar” se queda corto. – el rió levemente, mientras que tomaba mi muñeca y me guiaba hacia la mesa. Sacó la silla, y galantemente me invito a sentarme.
- Hoy estoy a tus ordenes. – dijo haciendo un ademan con su brazo debajo de su pecho. Yo reí, mientras que el salía por la puerta movediza previamente abierta, y regresando con dos platos en ambas manos. Yo reí a carcajadas aun mas grandes, cuando vi que era una hamburgesa de McDonals aun envueltas en el papel en el que te la entregan. – Lo siento… intente cocinar algo pero la verdad podrías caer envenenada, no quise correr el riesgo. – yo reí, y sonreí. El dejo el plato frente a mi, y se sentó en su silla.
- Es perfecto…simplemente perfecto. – le sonreí, mientras que el me sonreía a mi.
...
- El es mi hermano mayor.
- Pensé que solo tenias dos hermanos, y eran menores.
- Es una larga historia. –
Justin llego con un vaso de agua, sentándose a mi lado. Me lo entregó y yo le di un pequeño sorbo. Después de eso, tomo mis piernas, y se sentó debajo de ellas, mientras que yo sonreía.
- Mi mamá fue una madre adolescente. Salió embarazada de su novio, y tuvo a Liam, el padre de la bebé por la que fue la reunión el otro dia, era su cumpleaños y siempre se junta la familia, regularmente en casa de mis padres. El tiene 24 años, y esa bebe es su primera hija.
- ¿Y los otros niños que te gritaron tio?
- Son hijos de primos míos. Mi mamá es la hija menor de sus 6 hermanos, por lo que la familia es extensa. De mis primos también soy uno de los menores, algunos ya están casados, hasta con hijos. Ellos dos eran un vivido ejemplo. – yo sentí la cabeza mientras que miraba hacia la pequeña mesa.
- Bueno y, ¿Por que no me habías dicho sobre el? ¿Por que solo Jaxon y Jazmyn?
- Por que con Liam, mi relación no es… agradable. – trago gordo. – puede decirse que nunca fue parte nuestra pequeña familia. Cuando Jaxon, Jazmyn y yo nacimos, mi mamá ya estaba casada con otro hombre, y Liam se sintió reemplazado, aun teniendo la corta edad que tenia. – yo lo miré. Parecía como si ese hecho realmente le doliera. – es mi medio hermano, ya que el señor con el que mi mamá se metió y tuvo a Liam, desapareció de la faz de la tierra. – suspiré, mientras hacia una mueca. Unos cuantos segundos más cruzaron en silencio.
- ¿Te puedo hacer una pregunta, y no lo tomas a mal o te enojas? – pregunté inocente. La ultima vez que habia insinuado la pregunta, Justin se incomodo, por lo que preguntaba precavida esperando a que no arruinara el momento.
- ¿Enojarme contigo? Jamas. – bufó. – anda, con confianza. – me insitó.
- ¿Por que te fuiste a Brownsville si tienes a tu familia aquí? ¿Conquien? –
- Esas son dos preguntas. – rió, y yo sonreí con una pequeña sonrisa. No dije ninguna otra palabra, y el prosiguió. – Pues, creo que después del primer dia que viniste, te diste cuenta de que mi familia y yo no somos… iguales. – miró hacia la alfombra, mientras que sentí como un nudo en la garganta se empezaba a formar. – Yuro es el el hermano mayor de mi mamá, me invito a irme con el. El y yo somos muy iguales, somos diferentes, tenemos mas en común que la sangre. – tragó gordo, mientras que sentí claramente como si su aura se hubiera perturbado. Parpadeo muchas veces continuas, y era mas que notorio que tenia un gran dilema dentro de mi cabeza, entre si debía de hablar o callarse la boca. – Leah… ¿Que pasaría si soy algo diferente a los demás? – preguntó de la nada. Yo frunci el ceño, mirándolo confundido.
- Diferente es bueno. – asumi inmediatamente, mientras que el negaba la cabeza con frustración.
- No, me refiero a algo REALMENTE diferente. Que mi ser fuera diferente, no somo mis actitudes.
- No te comprendo Justin… - bajé las piernas de las suyas, tragando gordo, mientras que vi claramente como mi novio comenzaba a temblar del nerviosismo. No comprendía, ¿A que tipo de diferencia se refería?
- Leah, ¿Que sucedería si yo no soy necesariamente hu…
- ¿Justin? – una tercera voz al umbral de la entrada de la sala nos interrumpió. Mientras que Justin respiraba profundo. Después de unos segundos, levantó la mirada hacia donde la tercera voz provenía.
- ¿Yuro? – preguntó nervioso. Giro la cabeza para mirarme. Sus ojos mostraban como si por dentro estuviera en completo pánico. Regreso la mirada al sujeto. - ¿Que haces tu aquí? – preguntó
- ¿Es ella? – preguntó seco, e ignorando las palabras de Justin. El trago gordo, levantándose del sillón.
- Espera, Yuro. Aun no es tiempo. – dijo el mientras que lo miraba temeroso y con cautela. Yo me levante del sillón, quedando detrás de mi novio.
- No estamos en tiempos de esperar Justin. Baltasar esta esperando, solo eso. El tiempo se agota, y lo sabes, tu y Quiroz tienen que comenzar ya mismo la búsqueda. – Justin se quedo cabizbajo mientras que avergonzado, respiraba profundamente impregnando de oxigono sus pulmones.
- Prometo decirle rápido, pero hoy no. – Si, definitivamente estaba perdida en la historia. ¿De que diablos estaban hablando?
- Te lo ahorro, ¿Es ella? – pregunto cortante, mientras que posaba su mirada en mi. Un gran temor cruzo mi espina dorsal al sentir su penetrante mirada posada en mi. No eran unos ojos normales, eran de un color que nunca antes habia visto, una clase de convinacion entre morado y naranja, una cosa horrorosamente maravillosa.
- Si. – dijo Justin, mientras que tomaba mi mano aun dándome la espalda. No se por qué, sentí unas inmensas ganas de llorar en aquel momento. Nos quedamos en silencio un minuto y medio, mientras que el sujeto, que tal parecía se llamaba Yuro, me inspeccionaba una y otra vez.
- Lo siento Justin, te equivocaste. – dijo el mientras que Justin sorprendido, levanto la mirada. Yo frunci el ceño. ¿Equivocarse? ¿Que diablos? ¿Alguien me lo puede explicar?” – Sigue buscando a Quiroz.
- Nunca me eh equivocado antes. – soltó mi mano, mientras que caminaba hacia el con paso vacilante. – Estoy seguro que no me equivoco ahora. – la frustración era el detonante principal en su voz.
- Quizas el amor te cego, y querías pensar que si lo era. – yo me sentí… no sabia como me sentí. Levanto la mirada hacia mi, y me sonrió. – Gusto en conocerte Leah. – Dijo de repente, y yo solo asentí la cabeza, asustada. Asi como llego, sin previo aviso se fue. Justin solo giró su cabeza, para mirarme, y asi es que note sus ojos llorosos…
C o n t i n u a r a ~
Capitulo 22 - Yuro
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Miré por la ventana. La nieve había cesado hacía ya unos días, siendo signo de un presagio, que indicaba indirectamente que todo volvería a la normalidad. Y yo estaba empacando ya la última maleta.
Seguía teniendo una gran incógnita en mi cabeza, tales como "¿Cómo es posible que tu vida sea totalmente diferente en un lapso de cambio de 3 semanas?". Era como si, la gravedad no fuera lo que me mantuviera pegado en la tierra, era él. Mi universo y mi mundo habían cambiado, convirtiéndolo en mi fuente de energía, lo que mantenía viva, mi sol, mi oxigeno. Justin lo era todo.
Mona entró al cuarto, mientras miraba hacia el armario con melancolía, el cual se había llenado de mis ropas por semanas. Suspiró. Ella odiaba la soledad, por lo que haberme tenido allí por casi un mes la hizo sentir menos desdichada. Ella necesitaba compañía constante, si no se sentía claustrofóbica.
- Ja, que rápido es que se pasan 3 semanas... - Mona se sentó en el borde de la cama sin quitarle la vista de encima al closet. Yo suspiré.
- Dímelo a Mi... - dije mientras que en mi cabeza, recordaba como Justin me habia dicho mas o menos lo mismo. Justin Justin Justin.
- ¿Justin cuándo volverá a Brownsville?- yo cerré la ultima maleta a duras penas. Ahora llevaba mas ropa que de venida
- Una semana después que yo. - un nudo en la garganta fue lo último que sentí. Estaría toda una semana sin él, alucinándolo, soñándolo, deseando sus besos y caricias sobre mi piel, sus te amo a mi oído... - va a aprovechar para estar un poco mas con su familia.
- ¿No me dijiste que no se lleva bien con ellos? - hize una mueca, recordando como le había contado a Mona lo ocurrido el día que el me habia llevado a su casa.
- Si... Pero al final de cuentas, es su familia. - ella asintió pensativa, mientras el sonido del timbre fue lo ultimo que se escuchó. Mona fue con pereza a la puerta, mientras que yo continuaba metiendo mis zapatos en una maleta amarilla con correas negras. Entonces, senti unis largos dedos al tomarme de la cintura, seguido por un beso en la mejilla. Justin me abrazo desde mi estomago pegandome a el, dejandome completamente inmovil, y mientras tanto, pensaba: ¿Una Semana Alejados?
- ¿Como estas? ¿Terminaste tus maletas?
- Me falta solo la de zapatos. - dije y el me soltó para sentarse en la cama. Yo lo miré y sonreí.
- Vamos a mi casa. - dijo el, provocando que mis ojos se salieran de sus orbitas. El rió alocadamente mientras que yo m sonrojaba. - tranquila, no habra nadie.
- Te recuerdo que eso fue lo que dijiste la ultima vez.
- Ahora si estoy ciento diez porciento seguro. Mis padres salieron de vacaciones a Bora Bora, junto con varios de la familia. Y los otros que se quedaron, pues no iran a la casa por que saben que no hay nadie. Y si llegan no les abriremos. - yo reí, mientras que el sostenía mi mano. – vamos, te tengo una sorpresa.
- ¿Otra? – pregunté nerviosa mientras miraba el collar que llevaba en el cuello. Ahora lo llevaba siempre, ya que él me lo había pedido así. El único dia que me lo quite, el me dijo que no le gustaba ver mi cuello sin el. Por lo que al final de todo, es solo un pequeño sacrificio que ni siquiera aparentaba serlo.
- Si, y otra mas, y otro mas. – dijo el con una sonrisa. – te lo mereces todo, te lo dare todo.
- No. – contesté alejando mi mano de la suya. – no quiero que nuestra relación se base en regalos costosos Justin. No tienes que darme nada.
- La diferencia es que Quiero hacerlo. – Justin se levanto de la cama, quedando asi a escasos 2 centimetros de mi, dejando posibilidad nula al aire de pasar si quiera entre nosotros. Yo sonreí, y el colocó su mano con dedos de pianista en la parte posterior de mi espalda. Estaba tan cerca de mi, que hasta podía sentir el calor que su cuerpo emitia… - Dejame, ¿Esta bien? – yo hize una mueca. – Mira, es lo que me hace feliz. Dejame ser feliz, ¿De acuerdo? – yo bufé con una pequeña risita, mientras que el tomaba mi rostro delicadamente, subiendo mi mentón para un dulce beso, el cual fue interrumpido por el sonido de Mona entrando a la habitación. Me sonrojé, y Justin hecho una pequeña risita.
- Los dejo solos 5 minutos y ya están ensima del otro. – Justin y yo intercambiamos una mirada, mientras que Mona se reía a pequeñas carcajadas.
Caminé hacia mi armario, sacando mi chaqueta.
…
Justin aparcó frente de su casa. Lo deseara o no, ese lugar me traia ciertos malos recuerdos. En esa casa habían dañado un poco mi autoestima, y al mismo tiempo habia dejado una primera mala imprecion a la familia de mi novio, cosa que realmente deseaba lo contrario.
Estaba tan sumida en mis pensamientos, que cuando me di cuenta Justin ya estaba abriendo la puerta del copiloto, ofreciéndome su mano para bajar. Yo la tome, y el cerro la puerta detrás de mi, para luego con las llaves cerrar el coche con candado. Caminamos tomados de la mano por el asfalto, hasta llegar a la puerta. El la abrió, y me dejo pasar. Se veía vacia y sola, quizás esta vez tenia razón. Ahora si, podía inspeccionarla bien, cosa que hubiera podido haber hecho desde la ultima vez, pero por los grandes nervios de que la familia no me quitaba el ojo de encima, no habia podido. Justin interrumpió mis pensamientos.
- Ven. – dijo tomando mi mano otra vez, y llevándome por la casa, cruzando parte de la sala, la cocina, pasando junto al comedor, y llegando a aquella pequeña sala donde me habia llevado ese dia para escaparnos de sus padres. Allí, las lagrimas de felicidad se querían desvortar del vórtice de mis ojos: Habian velas, muchas velas, asi como petalos de rosa esparcidos por todo el lugar, y una mesa para dos. Sin decir palabra alguna – ya que no pude emitir palabra. – gire sobre mi talón, y lo abraze rodeando su cuello con mis brazos, undiendome en su pecho.
- Te amo como no te das ni la mas minima pista. – dije parándome de puntas, y dándole un dulce y corto beso en los labios. El sonrio complacido, mientras que yo volvia a colocar la planta del pie sobre el suelo. Me abrazo desde atras.
- ¿Te gusta?
- “Gustar” se queda corto. – el rió levemente, mientras que tomaba mi muñeca y me guiaba hacia la mesa. Sacó la silla, y galantemente me invito a sentarme.
- Hoy estoy a tus ordenes. – dijo haciendo un ademan con su brazo debajo de su pecho. Yo reí, mientras que el salía por la puerta movediza previamente abierta, y regresando con dos platos en ambas manos. Yo reí a carcajadas aun mas grandes, cuando vi que era una hamburgesa de McDonals aun envueltas en el papel en el que te la entregan. – Lo siento… intente cocinar algo pero la verdad podrías caer envenenada, no quise correr el riesgo. – yo reí, y sonreí. El dejo el plato frente a mi, y se sentó en su silla.
- Es perfecto…simplemente perfecto. – le sonreí, mientras que el me sonreía a mi.
...
- El es mi hermano mayor.
- Pensé que solo tenias dos hermanos, y eran menores.
- Es una larga historia. –
Justin llego con un vaso de agua, sentándose a mi lado. Me lo entregó y yo le di un pequeño sorbo. Después de eso, tomo mis piernas, y se sentó debajo de ellas, mientras que yo sonreía.
- Mi mamá fue una madre adolescente. Salió embarazada de su novio, y tuvo a Liam, el padre de la bebé por la que fue la reunión el otro dia, era su cumpleaños y siempre se junta la familia, regularmente en casa de mis padres. El tiene 24 años, y esa bebe es su primera hija.
- ¿Y los otros niños que te gritaron tio?
- Son hijos de primos míos. Mi mamá es la hija menor de sus 6 hermanos, por lo que la familia es extensa. De mis primos también soy uno de los menores, algunos ya están casados, hasta con hijos. Ellos dos eran un vivido ejemplo. – yo sentí la cabeza mientras que miraba hacia la pequeña mesa.
- Bueno y, ¿Por que no me habías dicho sobre el? ¿Por que solo Jaxon y Jazmyn?
- Por que con Liam, mi relación no es… agradable. – trago gordo. – puede decirse que nunca fue parte nuestra pequeña familia. Cuando Jaxon, Jazmyn y yo nacimos, mi mamá ya estaba casada con otro hombre, y Liam se sintió reemplazado, aun teniendo la corta edad que tenia. – yo lo miré. Parecía como si ese hecho realmente le doliera. – es mi medio hermano, ya que el señor con el que mi mamá se metió y tuvo a Liam, desapareció de la faz de la tierra. – suspiré, mientras hacia una mueca. Unos cuantos segundos más cruzaron en silencio.
- ¿Te puedo hacer una pregunta, y no lo tomas a mal o te enojas? – pregunté inocente. La ultima vez que habia insinuado la pregunta, Justin se incomodo, por lo que preguntaba precavida esperando a que no arruinara el momento.
- ¿Enojarme contigo? Jamas. – bufó. – anda, con confianza. – me insitó.
- ¿Por que te fuiste a Brownsville si tienes a tu familia aquí? ¿Conquien? –
- Esas son dos preguntas. – rió, y yo sonreí con una pequeña sonrisa. No dije ninguna otra palabra, y el prosiguió. – Pues, creo que después del primer dia que viniste, te diste cuenta de que mi familia y yo no somos… iguales. – miró hacia la alfombra, mientras que sentí como un nudo en la garganta se empezaba a formar. – Yuro es el el hermano mayor de mi mamá, me invito a irme con el. El y yo somos muy iguales, somos diferentes, tenemos mas en común que la sangre. – tragó gordo, mientras que sentí claramente como si su aura se hubiera perturbado. Parpadeo muchas veces continuas, y era mas que notorio que tenia un gran dilema dentro de mi cabeza, entre si debía de hablar o callarse la boca. – Leah… ¿Que pasaría si soy algo diferente a los demás? – preguntó de la nada. Yo frunci el ceño, mirándolo confundido.
- Diferente es bueno. – asumi inmediatamente, mientras que el negaba la cabeza con frustración.
- No, me refiero a algo REALMENTE diferente. Que mi ser fuera diferente, no somo mis actitudes.
- No te comprendo Justin… - bajé las piernas de las suyas, tragando gordo, mientras que vi claramente como mi novio comenzaba a temblar del nerviosismo. No comprendía, ¿A que tipo de diferencia se refería?
- Leah, ¿Que sucedería si yo no soy necesariamente hu…
- ¿Justin? – una tercera voz al umbral de la entrada de la sala nos interrumpió. Mientras que Justin respiraba profundo. Después de unos segundos, levantó la mirada hacia donde la tercera voz provenía.
- ¿Yuro? – preguntó nervioso. Giro la cabeza para mirarme. Sus ojos mostraban como si por dentro estuviera en completo pánico. Regreso la mirada al sujeto. - ¿Que haces tu aquí? – preguntó
- ¿Es ella? – preguntó seco, e ignorando las palabras de Justin. El trago gordo, levantándose del sillón.
- Espera, Yuro. Aun no es tiempo. – dijo el mientras que lo miraba temeroso y con cautela. Yo me levante del sillón, quedando detrás de mi novio.
- No estamos en tiempos de esperar Justin. Baltasar esta esperando, solo eso. El tiempo se agota, y lo sabes, tu y Quiroz tienen que comenzar ya mismo la búsqueda. – Justin se quedo cabizbajo mientras que avergonzado, respiraba profundamente impregnando de oxigono sus pulmones.
- Prometo decirle rápido, pero hoy no. – Si, definitivamente estaba perdida en la historia. ¿De que diablos estaban hablando?
- Te lo ahorro, ¿Es ella? – pregunto cortante, mientras que posaba su mirada en mi. Un gran temor cruzo mi espina dorsal al sentir su penetrante mirada posada en mi. No eran unos ojos normales, eran de un color que nunca antes habia visto, una clase de convinacion entre morado y naranja, una cosa horrorosamente maravillosa.
- Si. – dijo Justin, mientras que tomaba mi mano aun dándome la espalda. No se por qué, sentí unas inmensas ganas de llorar en aquel momento. Nos quedamos en silencio un minuto y medio, mientras que el sujeto, que tal parecía se llamaba Yuro, me inspeccionaba una y otra vez.
- Lo siento Justin, te equivocaste. – dijo el mientras que Justin sorprendido, levanto la mirada. Yo frunci el ceño. ¿Equivocarse? ¿Que diablos? ¿Alguien me lo puede explicar?” – Sigue buscando a Quiroz.
- Nunca me eh equivocado antes. – soltó mi mano, mientras que caminaba hacia el con paso vacilante. – Estoy seguro que no me equivoco ahora. – la frustración era el detonante principal en su voz.
- Quizas el amor te cego, y querías pensar que si lo era. – yo me sentí… no sabia como me sentí. Levanto la mirada hacia mi, y me sonrió. – Gusto en conocerte Leah. – Dijo de repente, y yo solo asentí la cabeza, asustada. Asi como llego, sin previo aviso se fue. Justin solo giró su cabeza, para mirarme, y asi es que note sus ojos llorosos…
C o n t i n u a r a ~
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
SEGUILA!!!!!!!!!! mañana o kuando puedas o hoy mismo perop seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!
alis1313
Re: The Red Pawn
New reader :3 pásense por mi nove https://onlywn.activoforo.com/t23588-solo-son-fantasias-justin-y-tu
jdmelanyprincess
Re: The Red Pawn
wiii! Volví a está nove también!!! jajaja ME EN CAN TA la nove!!! Y los últimos capítulos mataron de ternuraa!!! (L
SIGUELA YAAAAAAAAAA! (Para mi que creen que Leah es Quiroz, o algo así...) Bueh como sea SIGUELA!!!
quererte es poco!!! Besos xx
No me dejes con está intriga :(
SIGUELA YAAAAAAAAAA! (Para mi que creen que Leah es Quiroz, o algo así...) Bueh como sea SIGUELA!!!
quererte es poco!!! Besos xx
No me dejes con está intriga :(
MeriiAybar
Re: The Red Pawn
Capitulo 23 - Una Semana sin El
________________________________________
- ¿Me quieres explicar que fue todo eso y por qué actuas ahora asi? - pregunté sin quitar la vista al cristal del coche. Ni Justin ni yo dijimos palabra alguna.
Después de aquella sorpresa de Yuro en casa de Justin, todo sucedió mi rapido. Justin se veía disperso, mientras que era frio y seco, recordandome perfectamente a como es que era a un principio cuando nos conocimos, como lo veía tan inalcanzable, irrompible... Hoy lo había visto al sentido contrario, con una enorme vulnerabilidad, y por primera vez tan fragil como un humano ordinario.
Arruinando por completo el día, nuestro ultimo día juntos antes de la despedida, sin nada mas por delante, Justin me llevó a casa. Yo tenía atoradas en mi pecho un montón de sentimientos, tales como confusion, frustracion, miedo...
- La verdad, No. - contestó igual de seco. Si, yo era orgullosa, bastante orgullosa, pero cuando se trataba de Justin, algo dentro de mi no podía evitar no doblarse para que ambos estuvieramos bien. Negé con la cabeza, ironica y desepcionada, mientras que el bajaba las manos del volante, colocandolas sobre su pierna.
- ¿De que hablaba ese tal Yuro? ¿Quien es Quiroz? ¿En que te habías equivocado? - pregunté, no muy alejada del tono de histeria. Apretó sus manos en un puño, generando que su color de piel en la seccion de las mejillas se tornara mas rojo.
- Creo que es mejor que te vallas. - dijo el frunciendo el ceño, enojado. Un gran y pulzante dolor fue lo unico que sentí en el pecho.
- ¿Asi nos despedimos? - pregunté con la voz entrecortada. Algo que tenía siempre presente en mi cabeza, es que nunca debes despedirte de alguien de mal modo, ya que nunca sabes cuando sería la ultima vez en que veas a esa persona... Lo había aprendido del mal modo.
Justin giró su cabeza, mirandome. No pude evitar que mis ojos se llenaran de agua cristalina, pero la retuve, y me tragé las ganas infinitas de llorar.
- No. - suspió, vencido. - lo siento, estoy estresado...
- ¿A que se refería tu tío? - pregunté precavida, antes de efectuar cualquier otro movimiento. El hechó la cabeza hacia atras, recargandola en el asiento de piel, mientras que yo solo lo veía, esperando a que me dijera cualquier cosa.
- Asuntos familiares... - dijo enderezando otra vez su cabeza. Me miró, y me sonrió. Sin quitarme la vista de encima, abrió los seguros del coche, y yo abrí la puerta, recargandome en ella, un poco enojada. Justin llegó frente a mi.
- ¿Ya dije lo siento? - preguntó con la mirada llena de un no-se-que. Bajé los brazos; contra el no podía, nunca había podido.
- Si. - contesté cavizbaja, mientras que el al mismo tiempo levantaba mi mentón con sus dedos.
- Te amo. - dijo, y yo no pude evitar no hechar una pequeña sonrisa a relucir. Amaba esas palabras cuando salian desde su garganta.
- Y yo te amo a ti. - contesté. Ambos sonreímos, mientras que el se acercó aun más a mi, tanto que hacia que nuestras anatomias parecieran sacadas de un rompecabezas, y que estuvieran destinados exclusivamente a hacer eso: estar juntos. La respiracion de ambos era entrecortada, mientras que yo levantaba la mirada para verlo a los ojos, ya que si miraba hacia el frente me encontraria con su fornido y masculino pecho. Al final, junto nuestros labios otra vez, Justo como debía de ser. Mordió lentamente mi labio inferior, provocando que el color de éste pasara de un rojo grana, a un rojo pasion. Justin colocó sus manos en la parte posterior de mi espalda, mientras que me acariciaba provocando que un gran extasis de felicidad fuera lo unico que sintiera.
Me separé del beso lentamente, alejandome de las puntas y volviendo a colocar mi pie entero en el suelo. El sonrió pegándo nuestras frentes.
- Amo tus labios. - dijo mordiendose el suyo propio. Yo reí a pequeñas carcajadas sin quitarle la vista de sus ojos.
- Amo tu mirada. - dijo acariciando su brazo con una de mis manos, y con laotra comenzé a dibujar figuras abstractas en su pecho.
- Amo tu perfume... - acto seguido, bajó lentamente hacia mi cuello, mientras lo besaba. Yo sentía unas tremendas ganas de que no parara jamas. De la nada, mordió lentamente mi piel, provocando que abriera los ojos como platos.
- Justin, dejaras marcas... - dije separandome un poco de el.
- ¿Y? Asi sabran que eres mia. - me tomó de la cintura, y sonrió.
- JA JA JA! Quiero verte explicandole a mi papá que es exactamente lo que esas marcas en mi cuello significan. - el rió, mientras que volvía a hacercarme a el.
- Facil: Hubo una pequeña epidemia de vampiros en New York, y te atacaron, cosa de nada. - reí a carcajadas, mientras que el solo sonreía con chusquedad. - ¿Que? Nunca se sabe. - aclaró, mientras que mis risas aumentaban.
- Estas loco Bieber. - coloque ambas manos en puño sobre su pecho. El me tenía envuelta en sus brazos, cosa que me hacía sentir segura, invensible, como si nunca nadie pudiera hacerme daño estando a su lado.
- ¿Loco por ti? - bufó. - desde el primer dia.- dijo para después besarme otra vez. Una pregunta se plasmó en mi cabeza en aquel momento: "¿Desde el primer día?¿Cual primer día?
Nos quedamos alli unos minutos mas, que luego se transformaron en horas. Platicabamos sobre cualquier cosa que se nos viniera a la cabeza, era facil, sencillo, sin presiones ni silencios. Había conocido a un Justin divertido, a ese Justin que me quitaba el sueño, ese chico del cual me había enamorado.
Justin entrelazo nuestros dedos, mientras que ambos sonreíamos.
- Ya debo de irme. - contestó mientras que mi rostro cambiaba su expresion facial en cuestión de 3 segundos.
No quería que se fuera, por que aquella sería la ultima vez que lo vería antes de regresar a Brownsville, y a partir de ahí, seria una cuenta regresiva constante mientras esperaba el regreso de Justin a la ciudad. Definitivamente sería la semana mas larga de mi vida.
- Quedate un poquito mas... ¿Si? - hice mi cara mas chantagista que pude imaginar. El rió, y yo le di un pequeño beso en los labios.
- Te tienes que despertar a las 3 de la mañana para ir al aeropuerto, y son las nueve. - miró su reloj, y yó hize una mueca. Después de eso, me tomó con ambas manos del rostro, y me besó, pero no ue un beso comun, este tenía un factor equis que lo hacía especial, unico. Me sentí subreal por unos segundos, una sensacion imposible de olvidar.
- Nos vemos en Brownsville. - susurró a mi oido después de aquel beso. Yo sonreí, mientras veía a Justin alejarse cuesta abajo carretera en su coche. "Una semana Sin El..."
C O N T I N U A R A ~
________________________________________
- ¿Me quieres explicar que fue todo eso y por qué actuas ahora asi? - pregunté sin quitar la vista al cristal del coche. Ni Justin ni yo dijimos palabra alguna.
Después de aquella sorpresa de Yuro en casa de Justin, todo sucedió mi rapido. Justin se veía disperso, mientras que era frio y seco, recordandome perfectamente a como es que era a un principio cuando nos conocimos, como lo veía tan inalcanzable, irrompible... Hoy lo había visto al sentido contrario, con una enorme vulnerabilidad, y por primera vez tan fragil como un humano ordinario.
Arruinando por completo el día, nuestro ultimo día juntos antes de la despedida, sin nada mas por delante, Justin me llevó a casa. Yo tenía atoradas en mi pecho un montón de sentimientos, tales como confusion, frustracion, miedo...
- La verdad, No. - contestó igual de seco. Si, yo era orgullosa, bastante orgullosa, pero cuando se trataba de Justin, algo dentro de mi no podía evitar no doblarse para que ambos estuvieramos bien. Negé con la cabeza, ironica y desepcionada, mientras que el bajaba las manos del volante, colocandolas sobre su pierna.
- ¿De que hablaba ese tal Yuro? ¿Quien es Quiroz? ¿En que te habías equivocado? - pregunté, no muy alejada del tono de histeria. Apretó sus manos en un puño, generando que su color de piel en la seccion de las mejillas se tornara mas rojo.
- Creo que es mejor que te vallas. - dijo el frunciendo el ceño, enojado. Un gran y pulzante dolor fue lo unico que sentí en el pecho.
- ¿Asi nos despedimos? - pregunté con la voz entrecortada. Algo que tenía siempre presente en mi cabeza, es que nunca debes despedirte de alguien de mal modo, ya que nunca sabes cuando sería la ultima vez en que veas a esa persona... Lo había aprendido del mal modo.
Justin giró su cabeza, mirandome. No pude evitar que mis ojos se llenaran de agua cristalina, pero la retuve, y me tragé las ganas infinitas de llorar.
- No. - suspió, vencido. - lo siento, estoy estresado...
- ¿A que se refería tu tío? - pregunté precavida, antes de efectuar cualquier otro movimiento. El hechó la cabeza hacia atras, recargandola en el asiento de piel, mientras que yo solo lo veía, esperando a que me dijera cualquier cosa.
- Asuntos familiares... - dijo enderezando otra vez su cabeza. Me miró, y me sonrió. Sin quitarme la vista de encima, abrió los seguros del coche, y yo abrí la puerta, recargandome en ella, un poco enojada. Justin llegó frente a mi.
- ¿Ya dije lo siento? - preguntó con la mirada llena de un no-se-que. Bajé los brazos; contra el no podía, nunca había podido.
- Si. - contesté cavizbaja, mientras que el al mismo tiempo levantaba mi mentón con sus dedos.
- Te amo. - dijo, y yo no pude evitar no hechar una pequeña sonrisa a relucir. Amaba esas palabras cuando salian desde su garganta.
- Y yo te amo a ti. - contesté. Ambos sonreímos, mientras que el se acercó aun más a mi, tanto que hacia que nuestras anatomias parecieran sacadas de un rompecabezas, y que estuvieran destinados exclusivamente a hacer eso: estar juntos. La respiracion de ambos era entrecortada, mientras que yo levantaba la mirada para verlo a los ojos, ya que si miraba hacia el frente me encontraria con su fornido y masculino pecho. Al final, junto nuestros labios otra vez, Justo como debía de ser. Mordió lentamente mi labio inferior, provocando que el color de éste pasara de un rojo grana, a un rojo pasion. Justin colocó sus manos en la parte posterior de mi espalda, mientras que me acariciaba provocando que un gran extasis de felicidad fuera lo unico que sintiera.
Me separé del beso lentamente, alejandome de las puntas y volviendo a colocar mi pie entero en el suelo. El sonrió pegándo nuestras frentes.
- Amo tus labios. - dijo mordiendose el suyo propio. Yo reí a pequeñas carcajadas sin quitarle la vista de sus ojos.
- Amo tu mirada. - dijo acariciando su brazo con una de mis manos, y con laotra comenzé a dibujar figuras abstractas en su pecho.
- Amo tu perfume... - acto seguido, bajó lentamente hacia mi cuello, mientras lo besaba. Yo sentía unas tremendas ganas de que no parara jamas. De la nada, mordió lentamente mi piel, provocando que abriera los ojos como platos.
- Justin, dejaras marcas... - dije separandome un poco de el.
- ¿Y? Asi sabran que eres mia. - me tomó de la cintura, y sonrió.
- JA JA JA! Quiero verte explicandole a mi papá que es exactamente lo que esas marcas en mi cuello significan. - el rió, mientras que volvía a hacercarme a el.
- Facil: Hubo una pequeña epidemia de vampiros en New York, y te atacaron, cosa de nada. - reí a carcajadas, mientras que el solo sonreía con chusquedad. - ¿Que? Nunca se sabe. - aclaró, mientras que mis risas aumentaban.
- Estas loco Bieber. - coloque ambas manos en puño sobre su pecho. El me tenía envuelta en sus brazos, cosa que me hacía sentir segura, invensible, como si nunca nadie pudiera hacerme daño estando a su lado.
- ¿Loco por ti? - bufó. - desde el primer dia.- dijo para después besarme otra vez. Una pregunta se plasmó en mi cabeza en aquel momento: "¿Desde el primer día?¿Cual primer día?
Nos quedamos alli unos minutos mas, que luego se transformaron en horas. Platicabamos sobre cualquier cosa que se nos viniera a la cabeza, era facil, sencillo, sin presiones ni silencios. Había conocido a un Justin divertido, a ese Justin que me quitaba el sueño, ese chico del cual me había enamorado.
Justin entrelazo nuestros dedos, mientras que ambos sonreíamos.
- Ya debo de irme. - contestó mientras que mi rostro cambiaba su expresion facial en cuestión de 3 segundos.
No quería que se fuera, por que aquella sería la ultima vez que lo vería antes de regresar a Brownsville, y a partir de ahí, seria una cuenta regresiva constante mientras esperaba el regreso de Justin a la ciudad. Definitivamente sería la semana mas larga de mi vida.
- Quedate un poquito mas... ¿Si? - hice mi cara mas chantagista que pude imaginar. El rió, y yo le di un pequeño beso en los labios.
- Te tienes que despertar a las 3 de la mañana para ir al aeropuerto, y son las nueve. - miró su reloj, y yó hize una mueca. Después de eso, me tomó con ambas manos del rostro, y me besó, pero no ue un beso comun, este tenía un factor equis que lo hacía especial, unico. Me sentí subreal por unos segundos, una sensacion imposible de olvidar.
- Nos vemos en Brownsville. - susurró a mi oido después de aquel beso. Yo sonreí, mientras veía a Justin alejarse cuesta abajo carretera en su coche. "Una semana Sin El..."
C O N T I N U A R A ~
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Bueno, tiene tiempo que empecé a leer tu nove pero hasta ahorita me había animado a escribirte... ESTA GENIAL! Me encanta la trama de romanticismo pero lo que dijo el tal Yuro me dejo con mucha intriga y querer saber que sigue así que tienes que continuarla! La amo! *.*
vitzieerocks
Re: The Red Pawn
vitzieerocks escribió:Bueno, tiene tiempo que empecé a leer tu nove pero hasta ahorita me había animado a escribirte... ESTA GENIAL! Me encanta la trama de romanticismo pero lo que dijo el tal Yuro me dejo con mucha intriga y querer saber que sigue así que tienes que continuarla! La amo! *.*
Me alegro que te animaras a comentar, siempre es bienvenido una nueva lectora en la nove (: Si yo desde que la leí también me llamo mucho la atención, la escritora original fue una genio al escribirla a la nove (: La seguiré mañana (:
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Capitulo 24 - La llamada De Justin
________________________________________
Sabrina cruzó el aeropuerto corriendo, emocionada, y chocando conmigo en un dulce abrazo. Yo me incline de clucliyas, mientras que la rodeaba con mis brazos en un fuerte y fraternal abrazo; jamás en lo que llevaba de vida, había pasado tanto tiempo alejada de ella.
Los zapatos viejos de mi padre, con la punta despintada asi como desgastada y un poco sucios, junto con un pantalon de mezclilla fueron los indicadores principales de que se encontraba frente de sus dos hijas, las cuales se abrazaban tiernamente.
Me levanté, y abrazé a mi papá, ocultandome dentro de su pecho. Un perfume peliculiar, junto con un olor a pollo fue lo que persibí.
- No tienes una idea de cuanto te extrañamos. - dijo mientras besaba mi frente.
La verdad era que, no me había dado la oportunidad de extrañarlos, o al menos de darme cuenta de que lo hacía, estaba muy ocupada acaparando mis pensamientos con otra persona...
- Y yo a ustedes. - contesté como inoscente mentira piadosa. El sonrió, y mi hermana me abrazó por la pierna, ya que era lo unico que alcanzaba.
Mi papá tomó mis maletas, y se las colgó en la espalda, mientras que yo agarré la mano de Sabrina y caminamos por todo el aeropuerto de la ciudad de Brownsville, hasta llegar al estacionamiento.
Definitivamente, ya no estaba en New York: El clima era no frio, sino fresco, calculaba unos 18 grados como minima. El sol estaba mas que puesto detras de unas cuantas nubes, y el cielo totalmente limpio, azul y perfecto, a contrario de New York, el cual en aquel momento debía de estar un tanto a nubes ya que estaba pronosticada una tormenta de nieve. Habían unas cuantas palmeras, pero de decoración, Ya que naturalmente es tierra un tanto arida. Lo que si predominaba la escena, eran arboles Marrones, casi mudando de hojas. El otoño había llegado tarde ese año.
Busqué el viejo coche de mi papá con la mirada, aunque al no encontrarlo seguí a mi papá, el cual caminó hacia el. Abrió la cajuela, y colocó las maletas allí, mientras que yo y Sabrina nos ibamos al asiento trasero. Me quité mi chamarra, quedando solamente con una blusa de manga larga y cuello de tortuga ensima, me estaba dando bastante calor.
- ¿Como es New York? - preguntó emocionada Sabrina, mientras que sus ojos verdes se le iluminaban por la emocion. Yo reí un poco, y peiné con mis dedos los nudos que tenía en sus rizos en la punta.
- Todo lo que soñaba. - contesté con una sonrisa, mientras que mi papá subía al coche.
Una extraña sensacion fue la que a continuacion detonó en mi. Era como reconocimiento, una sensacion extraña, hasta un poco de desepcion. Había pasado de caminar entre edificios de mas de 50pisos, a una ciudad donde edificio mas grande era solo uno de 3, y era presidencia. Suspiré mientras miraba por la ventana.
Mi papá tenía en su rostro una gran sonrisa, mientras que Sabrina iba emocionada contandome que tenía un nuevo perrito que mi papá había accedido a comprar, hecho que me sorprendió gratamente ya que el jamás había sido amante de los animales, y mucho menos de los perros. Aun asi, unas grandes ganas de ver al santo "Nuggy" llegaron a mi cabeza conforme Sabrina iba contandome todo sobre el y sus ocurrencias. Sabrina era la que hablaba animadamente como perico, mientras que mi papá y yo solo le contestabamos, y lo nescesario.
Un viaje de 40 minutos fue el efectuado, para cuando llegamos a casa. Todo seguía tal y como lo recordaba: La vieja puerta rasgada por el paso del tiempo, las cortillas amarillentas colgadas desde dentro, el porche con un escalón alzado, asi como la cerca blanca que te llevaba hacia el patio trasero, y el muy bien descuidado patio delantero, con un duende entre las plantas y una que otra flor marchitada.
Mi papá apagó la maquina, mientras que Sabrina salía emocionada del coche. Yo salí detras de ella, para que no se fuera a alejar. Heché un vistazo al vecindario: Todo seguía exactamente igual, hecho que me causaba tristesa.
- Leah, ve a dentro con Sabrina, ahorita bajo tus cosas. - dijo mi papá insertando la llave en la cajuela. Yo le hise caso.
Saqué el llavero que llevaba en mi bolsa, y abrí la puerta. Inmediatamente después de dar un paso en el umbral de la entrada, el telefono de la casa sonó vibrando sobre la mesa junto al sillon mas grande. Sabrina salió corriendo a quien sabra que lugar, y yo fui directamente hacia el telefono.
- ¿Aló? - contesté mirando con detalle la casa. Los sillones estaban un poco desacomodados, y unos crayones de Sabrina estaban regados por la mesa de centro. En la cocina, habían unos cuantos platos sucios, pero nada del otro mundo.
- ¡Leah! - reconocí la voz de Tracy detras de la bocina. - ¡Ah! ¡Ya estas de vuelta!
- No, soy un espejismo. - contesté con sarcasmo.
- No respondiste practicamente ninguna llamada mía mientras estabas en New York...
*FLASHBACK*
- Ya, Justin. Hablo enserio. - dije estirando mi mano sobre su cuerpo, mientras que el se estiraba del mismo modo alejandose de mi, y con el, mi telefono sobre su mano.
- Vamos Leah, sobrevivirán sin ti. - De la nada, mi telefono comenzó a sonar otra vez. Estresada, lo miré con piedad, o mas bien, para que se compadeciera de mi.
- Veamos quien te llama... Tracy. - contestó mirando la pantalla. Yo volví a estirarme para alcanzarlo. - Nada importante. - dijo con una sonrisa enseña-dientes.
- ¿Nada importante? Es Tracy, es mi mejor amiga, es importante.
- Importante sería tu papá, tu tía... Tracy puede esperar. - dijo para después sacarme un beso de los labios. - ¿O no? - yo reí: definitivamente el sabía el efecto que sus besos tenían en mi, como era que me atontaban, me dejaban como drogada.
- Pero me las tendras que pagar. - accedí al final. Victorioso, bajó el telefono a la mesa junto al sillon, mientras que escuchaba mi telefono sonar una vez mas. Asomó la mirada. Esta vez, era de Leo. Hizo una mala cara, y luego tomo ambas de mis manos con las suyas.
- ¿Como piensas cobrar venganza? - dijo el con una sonrisa al rabillo del labio y levantando las cejas.
Sin previo permiso, me acerqué a el besandolo, mientras que lentamente le mordía el labio inferior. El hechó una risilla entre respiros.
- Ojala todos los castigos fueran como los tuyos...- dijo el, mientras que se empezaba a recostar lentamente sobre mi... "En la noche les mandaré un mensaje". Pensé mientras que inundaba mis dedos entre su melena.
* FLASHBACK END*
- Estuve... Ocupada. - concluí, sonrojandome un poco ante esos bellos recuerdos de apenas una semana atras.
- Ja, si claro. Te lo perdonaré solo por que era New York. - "No Era New York lo que me mantenía ocupada..." pensé mientras veía a Sabrina salir del pasillo con un pequeño french puddle en sus manos.
- Gracias. - contesté después de suspirar. - ¡Ey! ¿Y leo y bree? - pregunté con una sonrisa en el rostro.
- Andan por ahí. - contestó. - Oye, morimos por verte.
- Pues vengan. - contesté mientras que mi papá entraba empujado la puerta con su pierna.
- ¿Enserio? ¿No estas cansada?
- Sorprendentemente, No. - contesté con una sonrisa. Tomé el telefono entre ambas manos, tapado así el microfono.
- ¿Papa? ¿Crees que Leo Tracy y Bree puedan venir un rato?
- Claro Leah. - contestó el dejando las maletas sobre el sillón.
- Si, vengan. - le dije a Tracy ya volviendo a colocar el telefono sobre mi oido.
- llegamos en una hora. - dijo ella, y como acto seguido, colgó.
Bree entró a la sala abrazandome como nunca antes, expulsando asi todo el oxigeno de mi cuerpo. Detras de ella, y sin haberme soltado por completo, Leo me elevó del suelo mientras que me abraza, y daba vueltas conmigo en sus brazos como si fuera una muñeca de trapo. Apenas me bajó, sentí los brazos de Tracy rodear mi cuerpo con delicadeza y cariño, lo cual agradecí despues del torbellino que Leo representaba.
- ¡Te ves mas blanca! - comentó Bree mientras que se sentaba en el sillon individual de la sala.
Entonces llegó Sabrina con Nuggy, osea su nuevo perrito. Ella estaba mas que feliz, mientras que yo había empezado a jugar con el cachorro. Corrió hacia Bree, y le puso al perro en sus piernas, cosa que le fascino, ya que Bree era una fiel amante de los animales.
- Y yo que pensaba que eso era imposible... - Leo se sentó a mi lado en el sofá grande, mientras que yo le daba un ligero codazo por su comentario.
Me encontraba al borde del extasis de felicidad, pero aun asi, había algo que me faltaba... No habían pasado ni 24 horas concretas, y ya estaba extrañando a Justin. En los días en New York, estabamos practicamente todo el día juntos. Mona ya hasta lo había invitado a comer varias veces, y del mismo modo, Justin nos había invitado a nosotras. Justin Justin Justin.
Entonces, me comenzé a preguntar: ¿A quienes podría decirle sobre Justin y Yo? Para empezar, tenía a Leo, el cual era un rotundo No. A el Jamas le había agradado Justin, aparte de que, la imagen de mi novio ingiriendo droga, era la que se le venía a la cabeza apenas decías algo pequeño sobre Bieber. 'ingiriendo Droga...' pensé para mi misma. ¿En verdad estaba ingiriendo sustancias ilegales? No teníamos ninguna otra prueba aparte de la de aquella noche, y quitando eso en fuera, yo había pasado 2 semanas junto a el, los 14 dias, y jamás mostro comportamientos extraños o como si estuviera en un estado bajo la influencia del alcohol o drogas. Fuera como fuera, tenía que decirle que no.
Después, seguiamos con Bree. Ella siempre mostró el interes en La idea de que Justin y yo tuvieramos algo mas que amistad, como ella misma lo dijo: 'RARA Y RARO HACEN CARGA POSITIVA', sería totalmenre egoista de mi parte no contarle nada. Y en cuanto a Tracy, estaba en la mismas, las 2 eran unas tumbas en cuanto a secretos se trataba.
Y ahora, el dilema de mi padre... Si le decía algo, podía generar que no me tuviera la misma confianza que antes, o que simplemente fuera mas atento en mis salidas o cosas por el estilo. Y si no le decía, aun así sería asi, el hecho es que si se llegaba a enterar de eso, perdería la cofianza en mi. Lo peor del asunto sería que, todos se enteraría, incluyendo Leo, al cual le daría un severo ataque al corazon de tan solo imaginarme de la mano con Justin. Pero eso jamás ocurriría, si tomaba la primers decision... Aunque si le decía a mi papá, el llegaria a ser capas de decirle a Leo para que me 'cuide', por lo que terminaría siendo lo mismo. Lo que, significada que, la verdadera decición era: ¿A quien traicionar?
Las horas pasaron, y nosotros 4 platicabamos animadamente, mientras que sentía cada vez menos la necesidad de que Justin me abrazara en ese mismo instante. Pedimos dos pizza de Pizza Hot, incluyendo a mi padre y a Sabrina, la cual estaba jugando con Leo mientras que el le decía que dibujar, y ella por cualquier cosa se atacaba de la risa. Mi papà solo dejó billetes en la mesa y se metió a su habitacion, según el, la noche anterior se había desvelado trabajando en un sermón para la misa de Miercoles de Ceniza, por lo que no objeté al contrario.
- Y Bueno, ¿Chicos guapos dignos de ver? - preguntó Tracy levantando una ceja. Yo solo miré hacia el suelo, mientras pensaba: "Si, el mas hermoso chico que alguna vez pude conocer..."
- Si, pero nada impresionante. - mentí a medias, ya que si había conocido a uno impresionante, pero no podía empezar a hablar en aquel momento, al menos no frente a Leo.
- Les hubieras tomado foto... - "Mi Camara" pensé aturdida. "La había dejado en casa de Justin..."
- Se iban a sentir acosados. - le contesté. - no es normal que una pueblerina llega con su camara y te tome una foto en su cara. - los 3 reimos, mientras que Sabrina jalaba el pantalón de Leo para llamar su atencion. Le dí otro mordisco a mi pizza.
- Ahora ustedes. ¿Que interesante sucedio cuando me fuí? - los 3 intercambiaron miradas para ver si alguno tenía algo nuevo que contar, pero nada. - Definitivamente el rancho no a cambiado... - mascullé entre dientes, mientras Sabrina iba emocionada mostrandonos su ultimo dibujo.
- Leah, quiero hablar contigo en privado. - Dijo tracy una vez que Leo y Bree se alejaron por la esquina; yo la miré confundida.
Me senté en el porche de la casa, y ella me imitó.
- ¿Sabes que me asusta cuando haces ese tipo de cosas?
- JA JA JA JA JA! - Contestó con risas. - No es nada malo, o quien sabe, quizas para ti lo sea... - empezó a divagar en su cabeza, mientras que yo marcaba el caminar de los segundos con el pié. - Mira. Al tercer día que te fuiste, Justin me llamó. - un shock interno fue lo unico que pude consilar en aquel momento. ¿Justin llamando a Tracy? ¿Como para qué? - y me preguntó por ti...
- ¿Como tenía tu numero telefonico? - pregunté estancada en esa duda.
- El directorio. - dijo para después proseguir. - Y pues, me preguntó que si estabas en la ciudad, y le contesté que no, que estabas en New York, y me dijo que era una lastima por que en verdad tenía ganas de verte....- al final, una enorme sonrisa fue lo unico que se vio en su rostro. - ¿Que eso no es genial? No quize decir nada frente a Leo por que ya se como se pone, pero me pareció importante que lo sepas. Quizas regresando a la escuela te pida salir! - dijo en un grito ahogado, mientras que mi cabeza estaba en estado congelado. Solo había entendido una cosa: Justin llamo a Tracy una vez que Yo estaba en New York. Después de dos días, me encuentro a Justin en New York diciendome que no tenía ni la mas minima idea de que yo estaría allí, mas sin embargo, lo sabía por que mi mejor amiga le había dicho. Entonces, ¿Por que Justin me mintió sobre eso? Una pequeña vocesita en mi cabeza hizo un eco con las palabras 'TE SIGUIO', mientras que un coche se estacionaba al frente se la acera del otro lado.
C O N T I N U A R A ~
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Sabrina cruzó el aeropuerto corriendo, emocionada, y chocando conmigo en un dulce abrazo. Yo me incline de clucliyas, mientras que la rodeaba con mis brazos en un fuerte y fraternal abrazo; jamás en lo que llevaba de vida, había pasado tanto tiempo alejada de ella.
Los zapatos viejos de mi padre, con la punta despintada asi como desgastada y un poco sucios, junto con un pantalon de mezclilla fueron los indicadores principales de que se encontraba frente de sus dos hijas, las cuales se abrazaban tiernamente.
Me levanté, y abrazé a mi papá, ocultandome dentro de su pecho. Un perfume peliculiar, junto con un olor a pollo fue lo que persibí.
- No tienes una idea de cuanto te extrañamos. - dijo mientras besaba mi frente.
La verdad era que, no me había dado la oportunidad de extrañarlos, o al menos de darme cuenta de que lo hacía, estaba muy ocupada acaparando mis pensamientos con otra persona...
- Y yo a ustedes. - contesté como inoscente mentira piadosa. El sonrió, y mi hermana me abrazó por la pierna, ya que era lo unico que alcanzaba.
Mi papá tomó mis maletas, y se las colgó en la espalda, mientras que yo agarré la mano de Sabrina y caminamos por todo el aeropuerto de la ciudad de Brownsville, hasta llegar al estacionamiento.
Definitivamente, ya no estaba en New York: El clima era no frio, sino fresco, calculaba unos 18 grados como minima. El sol estaba mas que puesto detras de unas cuantas nubes, y el cielo totalmente limpio, azul y perfecto, a contrario de New York, el cual en aquel momento debía de estar un tanto a nubes ya que estaba pronosticada una tormenta de nieve. Habían unas cuantas palmeras, pero de decoración, Ya que naturalmente es tierra un tanto arida. Lo que si predominaba la escena, eran arboles Marrones, casi mudando de hojas. El otoño había llegado tarde ese año.
Busqué el viejo coche de mi papá con la mirada, aunque al no encontrarlo seguí a mi papá, el cual caminó hacia el. Abrió la cajuela, y colocó las maletas allí, mientras que yo y Sabrina nos ibamos al asiento trasero. Me quité mi chamarra, quedando solamente con una blusa de manga larga y cuello de tortuga ensima, me estaba dando bastante calor.
- ¿Como es New York? - preguntó emocionada Sabrina, mientras que sus ojos verdes se le iluminaban por la emocion. Yo reí un poco, y peiné con mis dedos los nudos que tenía en sus rizos en la punta.
- Todo lo que soñaba. - contesté con una sonrisa, mientras que mi papá subía al coche.
Una extraña sensacion fue la que a continuacion detonó en mi. Era como reconocimiento, una sensacion extraña, hasta un poco de desepcion. Había pasado de caminar entre edificios de mas de 50pisos, a una ciudad donde edificio mas grande era solo uno de 3, y era presidencia. Suspiré mientras miraba por la ventana.
Mi papá tenía en su rostro una gran sonrisa, mientras que Sabrina iba emocionada contandome que tenía un nuevo perrito que mi papá había accedido a comprar, hecho que me sorprendió gratamente ya que el jamás había sido amante de los animales, y mucho menos de los perros. Aun asi, unas grandes ganas de ver al santo "Nuggy" llegaron a mi cabeza conforme Sabrina iba contandome todo sobre el y sus ocurrencias. Sabrina era la que hablaba animadamente como perico, mientras que mi papá y yo solo le contestabamos, y lo nescesario.
Un viaje de 40 minutos fue el efectuado, para cuando llegamos a casa. Todo seguía tal y como lo recordaba: La vieja puerta rasgada por el paso del tiempo, las cortillas amarillentas colgadas desde dentro, el porche con un escalón alzado, asi como la cerca blanca que te llevaba hacia el patio trasero, y el muy bien descuidado patio delantero, con un duende entre las plantas y una que otra flor marchitada.
Mi papá apagó la maquina, mientras que Sabrina salía emocionada del coche. Yo salí detras de ella, para que no se fuera a alejar. Heché un vistazo al vecindario: Todo seguía exactamente igual, hecho que me causaba tristesa.
- Leah, ve a dentro con Sabrina, ahorita bajo tus cosas. - dijo mi papá insertando la llave en la cajuela. Yo le hise caso.
Saqué el llavero que llevaba en mi bolsa, y abrí la puerta. Inmediatamente después de dar un paso en el umbral de la entrada, el telefono de la casa sonó vibrando sobre la mesa junto al sillon mas grande. Sabrina salió corriendo a quien sabra que lugar, y yo fui directamente hacia el telefono.
- ¿Aló? - contesté mirando con detalle la casa. Los sillones estaban un poco desacomodados, y unos crayones de Sabrina estaban regados por la mesa de centro. En la cocina, habían unos cuantos platos sucios, pero nada del otro mundo.
- ¡Leah! - reconocí la voz de Tracy detras de la bocina. - ¡Ah! ¡Ya estas de vuelta!
- No, soy un espejismo. - contesté con sarcasmo.
- No respondiste practicamente ninguna llamada mía mientras estabas en New York...
*FLASHBACK*
- Ya, Justin. Hablo enserio. - dije estirando mi mano sobre su cuerpo, mientras que el se estiraba del mismo modo alejandose de mi, y con el, mi telefono sobre su mano.
- Vamos Leah, sobrevivirán sin ti. - De la nada, mi telefono comenzó a sonar otra vez. Estresada, lo miré con piedad, o mas bien, para que se compadeciera de mi.
- Veamos quien te llama... Tracy. - contestó mirando la pantalla. Yo volví a estirarme para alcanzarlo. - Nada importante. - dijo con una sonrisa enseña-dientes.
- ¿Nada importante? Es Tracy, es mi mejor amiga, es importante.
- Importante sería tu papá, tu tía... Tracy puede esperar. - dijo para después sacarme un beso de los labios. - ¿O no? - yo reí: definitivamente el sabía el efecto que sus besos tenían en mi, como era que me atontaban, me dejaban como drogada.
- Pero me las tendras que pagar. - accedí al final. Victorioso, bajó el telefono a la mesa junto al sillon, mientras que escuchaba mi telefono sonar una vez mas. Asomó la mirada. Esta vez, era de Leo. Hizo una mala cara, y luego tomo ambas de mis manos con las suyas.
- ¿Como piensas cobrar venganza? - dijo el con una sonrisa al rabillo del labio y levantando las cejas.
Sin previo permiso, me acerqué a el besandolo, mientras que lentamente le mordía el labio inferior. El hechó una risilla entre respiros.
- Ojala todos los castigos fueran como los tuyos...- dijo el, mientras que se empezaba a recostar lentamente sobre mi... "En la noche les mandaré un mensaje". Pensé mientras que inundaba mis dedos entre su melena.
* FLASHBACK END*
- Estuve... Ocupada. - concluí, sonrojandome un poco ante esos bellos recuerdos de apenas una semana atras.
- Ja, si claro. Te lo perdonaré solo por que era New York. - "No Era New York lo que me mantenía ocupada..." pensé mientras veía a Sabrina salir del pasillo con un pequeño french puddle en sus manos.
- Gracias. - contesté después de suspirar. - ¡Ey! ¿Y leo y bree? - pregunté con una sonrisa en el rostro.
- Andan por ahí. - contestó. - Oye, morimos por verte.
- Pues vengan. - contesté mientras que mi papá entraba empujado la puerta con su pierna.
- ¿Enserio? ¿No estas cansada?
- Sorprendentemente, No. - contesté con una sonrisa. Tomé el telefono entre ambas manos, tapado así el microfono.
- ¿Papa? ¿Crees que Leo Tracy y Bree puedan venir un rato?
- Claro Leah. - contestó el dejando las maletas sobre el sillón.
- Si, vengan. - le dije a Tracy ya volviendo a colocar el telefono sobre mi oido.
- llegamos en una hora. - dijo ella, y como acto seguido, colgó.
Bree entró a la sala abrazandome como nunca antes, expulsando asi todo el oxigeno de mi cuerpo. Detras de ella, y sin haberme soltado por completo, Leo me elevó del suelo mientras que me abraza, y daba vueltas conmigo en sus brazos como si fuera una muñeca de trapo. Apenas me bajó, sentí los brazos de Tracy rodear mi cuerpo con delicadeza y cariño, lo cual agradecí despues del torbellino que Leo representaba.
- ¡Te ves mas blanca! - comentó Bree mientras que se sentaba en el sillon individual de la sala.
Entonces llegó Sabrina con Nuggy, osea su nuevo perrito. Ella estaba mas que feliz, mientras que yo había empezado a jugar con el cachorro. Corrió hacia Bree, y le puso al perro en sus piernas, cosa que le fascino, ya que Bree era una fiel amante de los animales.
- Y yo que pensaba que eso era imposible... - Leo se sentó a mi lado en el sofá grande, mientras que yo le daba un ligero codazo por su comentario.
Me encontraba al borde del extasis de felicidad, pero aun asi, había algo que me faltaba... No habían pasado ni 24 horas concretas, y ya estaba extrañando a Justin. En los días en New York, estabamos practicamente todo el día juntos. Mona ya hasta lo había invitado a comer varias veces, y del mismo modo, Justin nos había invitado a nosotras. Justin Justin Justin.
Entonces, me comenzé a preguntar: ¿A quienes podría decirle sobre Justin y Yo? Para empezar, tenía a Leo, el cual era un rotundo No. A el Jamas le había agradado Justin, aparte de que, la imagen de mi novio ingiriendo droga, era la que se le venía a la cabeza apenas decías algo pequeño sobre Bieber. 'ingiriendo Droga...' pensé para mi misma. ¿En verdad estaba ingiriendo sustancias ilegales? No teníamos ninguna otra prueba aparte de la de aquella noche, y quitando eso en fuera, yo había pasado 2 semanas junto a el, los 14 dias, y jamás mostro comportamientos extraños o como si estuviera en un estado bajo la influencia del alcohol o drogas. Fuera como fuera, tenía que decirle que no.
Después, seguiamos con Bree. Ella siempre mostró el interes en La idea de que Justin y yo tuvieramos algo mas que amistad, como ella misma lo dijo: 'RARA Y RARO HACEN CARGA POSITIVA', sería totalmenre egoista de mi parte no contarle nada. Y en cuanto a Tracy, estaba en la mismas, las 2 eran unas tumbas en cuanto a secretos se trataba.
Y ahora, el dilema de mi padre... Si le decía algo, podía generar que no me tuviera la misma confianza que antes, o que simplemente fuera mas atento en mis salidas o cosas por el estilo. Y si no le decía, aun así sería asi, el hecho es que si se llegaba a enterar de eso, perdería la cofianza en mi. Lo peor del asunto sería que, todos se enteraría, incluyendo Leo, al cual le daría un severo ataque al corazon de tan solo imaginarme de la mano con Justin. Pero eso jamás ocurriría, si tomaba la primers decision... Aunque si le decía a mi papá, el llegaria a ser capas de decirle a Leo para que me 'cuide', por lo que terminaría siendo lo mismo. Lo que, significada que, la verdadera decición era: ¿A quien traicionar?
Las horas pasaron, y nosotros 4 platicabamos animadamente, mientras que sentía cada vez menos la necesidad de que Justin me abrazara en ese mismo instante. Pedimos dos pizza de Pizza Hot, incluyendo a mi padre y a Sabrina, la cual estaba jugando con Leo mientras que el le decía que dibujar, y ella por cualquier cosa se atacaba de la risa. Mi papà solo dejó billetes en la mesa y se metió a su habitacion, según el, la noche anterior se había desvelado trabajando en un sermón para la misa de Miercoles de Ceniza, por lo que no objeté al contrario.
- Y Bueno, ¿Chicos guapos dignos de ver? - preguntó Tracy levantando una ceja. Yo solo miré hacia el suelo, mientras pensaba: "Si, el mas hermoso chico que alguna vez pude conocer..."
- Si, pero nada impresionante. - mentí a medias, ya que si había conocido a uno impresionante, pero no podía empezar a hablar en aquel momento, al menos no frente a Leo.
- Les hubieras tomado foto... - "Mi Camara" pensé aturdida. "La había dejado en casa de Justin..."
- Se iban a sentir acosados. - le contesté. - no es normal que una pueblerina llega con su camara y te tome una foto en su cara. - los 3 reimos, mientras que Sabrina jalaba el pantalón de Leo para llamar su atencion. Le dí otro mordisco a mi pizza.
- Ahora ustedes. ¿Que interesante sucedio cuando me fuí? - los 3 intercambiaron miradas para ver si alguno tenía algo nuevo que contar, pero nada. - Definitivamente el rancho no a cambiado... - mascullé entre dientes, mientras Sabrina iba emocionada mostrandonos su ultimo dibujo.
- Leah, quiero hablar contigo en privado. - Dijo tracy una vez que Leo y Bree se alejaron por la esquina; yo la miré confundida.
Me senté en el porche de la casa, y ella me imitó.
- ¿Sabes que me asusta cuando haces ese tipo de cosas?
- JA JA JA JA JA! - Contestó con risas. - No es nada malo, o quien sabe, quizas para ti lo sea... - empezó a divagar en su cabeza, mientras que yo marcaba el caminar de los segundos con el pié. - Mira. Al tercer día que te fuiste, Justin me llamó. - un shock interno fue lo unico que pude consilar en aquel momento. ¿Justin llamando a Tracy? ¿Como para qué? - y me preguntó por ti...
- ¿Como tenía tu numero telefonico? - pregunté estancada en esa duda.
- El directorio. - dijo para después proseguir. - Y pues, me preguntó que si estabas en la ciudad, y le contesté que no, que estabas en New York, y me dijo que era una lastima por que en verdad tenía ganas de verte....- al final, una enorme sonrisa fue lo unico que se vio en su rostro. - ¿Que eso no es genial? No quize decir nada frente a Leo por que ya se como se pone, pero me pareció importante que lo sepas. Quizas regresando a la escuela te pida salir! - dijo en un grito ahogado, mientras que mi cabeza estaba en estado congelado. Solo había entendido una cosa: Justin llamo a Tracy una vez que Yo estaba en New York. Después de dos días, me encuentro a Justin en New York diciendome que no tenía ni la mas minima idea de que yo estaría allí, mas sin embargo, lo sabía por que mi mejor amiga le había dicho. Entonces, ¿Por que Justin me mintió sobre eso? Una pequeña vocesita en mi cabeza hizo un eco con las palabras 'TE SIGUIO', mientras que un coche se estacionaba al frente se la acera del otro lado.
C O N T I N U A R A ~
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
OOOOOOOOOOOOOOOOH NO JODEMEEEEEEEEEEEEEE!!!!! POR DIOS ESTA NOVELA SE PONE CADA VEZ MAS BUENA COMO SEA SIGUELAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!
Justin sigue a Leah :O jojo
Cuando se entere Leo!!! jojo
bueh siguela, tkm.
Justin sigue a Leah :O jojo
Cuando se entere Leo!!! jojo
bueh siguela, tkm.
MeriiAybar
Re: The Red Pawn
Capitulo 25 – Poca Esperanza
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Una vez que tenía los libros de Historia y Literatura, cerré el casillero. Era miércoles, ya había sobrevivido 4 días con la ausencia de Justin, faltaban aun otros 3. Respira Leah, Respira.
Fuera como fuera, esos 4 días no podía dejar de hacer otra cosa, aparte de pensar en Justin, y en lo que Tracy me había dicho. ¿Como es posible que Justin hubiera sabido ya que yo estaba en New York? Había pasado mis noches envuelta en desvelos, mientras que inventaba en mi cabeza un millón mas una razones por la que Justin no hubiera dicho desde el principio que ya sabía que yo estaba en la gran manzana. Entra tantas conclusiones, hubo una que me pareció mas lógica: Justin llamó a Tracy, para poder encontrar algún modo de contactarme y poder verme antes de que se fuera a New York, pero ¡Bam! ¡Hola Destino! Justin se entera de que yo ya estoy allá, entonces ya ni siquiera le quiso preguntar a Tracy, y la segunda obra del destino en esta historia fue el momento en que nos encontramos en la librería, donde el no comentó nada para que yo no pensara que estaba interesado en mí, lo cual después ambos admitiríamos. Esa parecía una razón lógica para los hechos.
Aun así, eso quitaba a Tracy de mi lista de "Puedo Contarles sobre Justin y Yo" dejando como única candidata factible a Bree. Si le decía a Tracy, ella simplemente enloquecería, o lo que es peor, estaría tan emocionada diciendo cosas como que Justin me siguió hasta haya, entre mas. Si quería evitarme el drama, así como una explicita explicación, a la única que le podría contar entonces, era Bree.
Las clases pasaron lentas, y aburridas. En literatura me sentí especialmente sola, y triste, sin Justin a mi lado para emitir-me su calor corporal, inconscientemente. "Solo 3 días Leah, 3 Días".
A la última hora, nos tocaba educación física, Ja, mi favorita, acentuado sarcasmo.
Fui a los vestidores al lado de Bree y Tracy. La morena con rizos (ósea Tracy) no podía dejar de parlotear por todos lados mientras hablaba animada mente sobre una boda a la que la había invitado. Después sacó el tema del comité de baile de San Valentín de Ese año, y comentó que para subir nota, se había inscrito para ayudar. Con eso rechazó indirectamente nuestra invitación para ir al Sunrise Mall
- Deberían de inscribirse también. - Tracy se colocó de cuclillas amarrándose las agujetas de sus tenis negros. - Las dejan exentas en conocimiento para la vida.
- Trace, todos salimos bien en conocimiento para la vida. - Bromeó Bree, y yo reí. - aparte aquí nuestra compañera "SacoDiezEnTodo" – Ósea, Yo. - no necesita puntos extras, y a mí el tiempo apenas me alcanza. - se excusó mientras que el entrenador Geizi nos llamaba a las chicas a la cancha. Las 3 salimos hacia el gimnasio, y vimos la gran red de voleibol correctamente colocada. Genial, pensé con sarcasmo.
El profesor eligió a los líderes de equipo, mientras que ellos elegían a quienes querían. Obviamente primero eligieron a los mas atléticos, y ya después a los normales o torpes, donde Bree y Yo entrabamos. En cambio Tracy, ella ya estaba en el equipo de Urbina, ya que es buena sacando la pelota. A Bree y a mí nos eligieron en un mismo equipo, como serían retas, iban pasando dos equipos, y el que ganaba jugaba contra el siguiente, así sucesivamente.
Bree y yo nos fuimos a sentar en las gradas, junto con los otros equipos que esperaban a ver quién de los dos que estaban jugando en aquel momento perdía, o más bien contra a quienes se enfrentarían. Y entonces sentí una inmensa necesidad de comentarle a Brenda, el único problema, es que no sabía como empezar.
- Bree... - dije nerviosa y con la voz temblorosa. Mi amiga levantó la mirada, examinándome con sospecha. - ¿Puedo decirte algo y juraras que no se lo dirás a nadie? - ella frunció el ceño.
- Vamos Leah, ¿Quien me crees que soy? Sabes muy bien que yo si se guardar un secreto. - objetó ella. La verdad era que había dicho eso con la intensión de tener unos cuantos segundos más para poder pensar en que decirle.
Sentí como desde el fondo de la garganta, se empezaba a formar un nudo gracias a los nervios y miedos atorados, mientras que Bree me comenzaba a mirar histérica. "Solo dilo Leah, escúpelo, no es nada malo."
- Salgo con Justin Bieber. – Los ojos de Bree se salieron de sus órbitas, mientras que ya empezaba a idear como empezaría mi explicación de como era que ese chico de ojos miel y yo éramos mas que amigos…
…
- Leah… Por favor, me preocupas. – La voz consternada de Tracy llego por detrás de mí.
Cerré mi casillero, para después recargarme en el para mirar a Tracy de frente. Ella se miraba triste, preocupada, aunque no me parecía sorpresa, tenía razón, esos últimos días había estado en las nubes, pero de un mal modo, de un modo en que todo el mundo real se desmoronaba con mis acciones. - ¿Que le sucedió a mi mejor amiga? – “Le rompieron el corazón.” Pensé, con tristeza.
Sí, mi corazón estaba roto, pero ni siquiera sabía si había razón… era una pequeña gran confusión en mi cabeza, pero aun así me quedaba un poco de esperanza.
El día en que se suponía, Justin regresaría, no dio ni un rastro de vida. Y toda la semana paso, entre suspiros rotos al imaginarme a Justin caminar por el umbral de la puerta, y darme cuenta de que solo era parte de mi imaginación. Era como si él nunca hubiese existido, Como si se lo hubiera tragado la tierra, totalmente alejado de mi mundo… lo peor es que vivía con la duda de ¿qué le había sucedido a ese chico? Su celular entraba a buzón directamente, y no había nadie a quien le pudiera preguntar en la escuela, ya que el no era amigo de nadie que yo conociera, era un chico solitario, por lo que las amistades no eran lo suyo, y su familia… aunque pudiera contactarla, no creo que me amaran tanto como para responderme de buen modo, al menos hablarme por más de 15 segundos. Por lo que solo me quedaba esperar, aunque la pregunta era: ¿Por cuanto tiempo? Mientras tanto, Tracy y Leo me bombardeaban con múltiples preguntas sobre mi autoestima, Bree era la única que sabía la razón verdadera de mi cambio de humor repentino, por lo que ella se quedaba callada, o a veces me respaldaba diciéndoles a Tracy y Leo cosas como “Déjenla, deben de ser problemas con su padre, o melancolía por su madre, recuerden que estamos en Enero”. Como quisiera estar triste por el aniversario de muerte de mi madre en lugar de por Justin…
- Tracy, no empieces por favor… - di media vuelta sobre mis talones y caminé por el pasillo, dándole la espalda. Ella me siguió.
- Leah, basta. Me cansa verte así.
- No le veo sentido a eso, es mi vida. – irritada, comencé a subir las escaleras con Tracy detrás de mi.
- ¿Te estás escuchando? – se detuvo en seco, mientras que vencida, di la media vuelta quedando frente a frente otra vez. – Tú no eres la Leah que yo conozco. Jamás nos tratarías de ese modo. – noté claramente como sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas, mientras que dentro de mi alma una gran culpabilidad se sentía explorar en ese segundo. Pero de la nada, la vi a punto de subir la escalera. Esa chica con pelo rojizo y piel blanca como la cal, tan bella e indestructible, y la cual, había escuchado decir a Justin, se llamaba Josephine. Jamas la había visto si Justin no estaba cerca de ella, pero esta vez se encontraba sola. ¿Que estaría haciendo ella allí?
C O N T I N U A R A ~
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Una vez que tenía los libros de Historia y Literatura, cerré el casillero. Era miércoles, ya había sobrevivido 4 días con la ausencia de Justin, faltaban aun otros 3. Respira Leah, Respira.
Fuera como fuera, esos 4 días no podía dejar de hacer otra cosa, aparte de pensar en Justin, y en lo que Tracy me había dicho. ¿Como es posible que Justin hubiera sabido ya que yo estaba en New York? Había pasado mis noches envuelta en desvelos, mientras que inventaba en mi cabeza un millón mas una razones por la que Justin no hubiera dicho desde el principio que ya sabía que yo estaba en la gran manzana. Entra tantas conclusiones, hubo una que me pareció mas lógica: Justin llamó a Tracy, para poder encontrar algún modo de contactarme y poder verme antes de que se fuera a New York, pero ¡Bam! ¡Hola Destino! Justin se entera de que yo ya estoy allá, entonces ya ni siquiera le quiso preguntar a Tracy, y la segunda obra del destino en esta historia fue el momento en que nos encontramos en la librería, donde el no comentó nada para que yo no pensara que estaba interesado en mí, lo cual después ambos admitiríamos. Esa parecía una razón lógica para los hechos.
Aun así, eso quitaba a Tracy de mi lista de "Puedo Contarles sobre Justin y Yo" dejando como única candidata factible a Bree. Si le decía a Tracy, ella simplemente enloquecería, o lo que es peor, estaría tan emocionada diciendo cosas como que Justin me siguió hasta haya, entre mas. Si quería evitarme el drama, así como una explicita explicación, a la única que le podría contar entonces, era Bree.
Las clases pasaron lentas, y aburridas. En literatura me sentí especialmente sola, y triste, sin Justin a mi lado para emitir-me su calor corporal, inconscientemente. "Solo 3 días Leah, 3 Días".
A la última hora, nos tocaba educación física, Ja, mi favorita, acentuado sarcasmo.
Fui a los vestidores al lado de Bree y Tracy. La morena con rizos (ósea Tracy) no podía dejar de parlotear por todos lados mientras hablaba animada mente sobre una boda a la que la había invitado. Después sacó el tema del comité de baile de San Valentín de Ese año, y comentó que para subir nota, se había inscrito para ayudar. Con eso rechazó indirectamente nuestra invitación para ir al Sunrise Mall
- Deberían de inscribirse también. - Tracy se colocó de cuclillas amarrándose las agujetas de sus tenis negros. - Las dejan exentas en conocimiento para la vida.
- Trace, todos salimos bien en conocimiento para la vida. - Bromeó Bree, y yo reí. - aparte aquí nuestra compañera "SacoDiezEnTodo" – Ósea, Yo. - no necesita puntos extras, y a mí el tiempo apenas me alcanza. - se excusó mientras que el entrenador Geizi nos llamaba a las chicas a la cancha. Las 3 salimos hacia el gimnasio, y vimos la gran red de voleibol correctamente colocada. Genial, pensé con sarcasmo.
El profesor eligió a los líderes de equipo, mientras que ellos elegían a quienes querían. Obviamente primero eligieron a los mas atléticos, y ya después a los normales o torpes, donde Bree y Yo entrabamos. En cambio Tracy, ella ya estaba en el equipo de Urbina, ya que es buena sacando la pelota. A Bree y a mí nos eligieron en un mismo equipo, como serían retas, iban pasando dos equipos, y el que ganaba jugaba contra el siguiente, así sucesivamente.
Bree y yo nos fuimos a sentar en las gradas, junto con los otros equipos que esperaban a ver quién de los dos que estaban jugando en aquel momento perdía, o más bien contra a quienes se enfrentarían. Y entonces sentí una inmensa necesidad de comentarle a Brenda, el único problema, es que no sabía como empezar.
- Bree... - dije nerviosa y con la voz temblorosa. Mi amiga levantó la mirada, examinándome con sospecha. - ¿Puedo decirte algo y juraras que no se lo dirás a nadie? - ella frunció el ceño.
- Vamos Leah, ¿Quien me crees que soy? Sabes muy bien que yo si se guardar un secreto. - objetó ella. La verdad era que había dicho eso con la intensión de tener unos cuantos segundos más para poder pensar en que decirle.
Sentí como desde el fondo de la garganta, se empezaba a formar un nudo gracias a los nervios y miedos atorados, mientras que Bree me comenzaba a mirar histérica. "Solo dilo Leah, escúpelo, no es nada malo."
- Salgo con Justin Bieber. – Los ojos de Bree se salieron de sus órbitas, mientras que ya empezaba a idear como empezaría mi explicación de como era que ese chico de ojos miel y yo éramos mas que amigos…
…
- Leah… Por favor, me preocupas. – La voz consternada de Tracy llego por detrás de mí.
Cerré mi casillero, para después recargarme en el para mirar a Tracy de frente. Ella se miraba triste, preocupada, aunque no me parecía sorpresa, tenía razón, esos últimos días había estado en las nubes, pero de un mal modo, de un modo en que todo el mundo real se desmoronaba con mis acciones. - ¿Que le sucedió a mi mejor amiga? – “Le rompieron el corazón.” Pensé, con tristeza.
Sí, mi corazón estaba roto, pero ni siquiera sabía si había razón… era una pequeña gran confusión en mi cabeza, pero aun así me quedaba un poco de esperanza.
El día en que se suponía, Justin regresaría, no dio ni un rastro de vida. Y toda la semana paso, entre suspiros rotos al imaginarme a Justin caminar por el umbral de la puerta, y darme cuenta de que solo era parte de mi imaginación. Era como si él nunca hubiese existido, Como si se lo hubiera tragado la tierra, totalmente alejado de mi mundo… lo peor es que vivía con la duda de ¿qué le había sucedido a ese chico? Su celular entraba a buzón directamente, y no había nadie a quien le pudiera preguntar en la escuela, ya que el no era amigo de nadie que yo conociera, era un chico solitario, por lo que las amistades no eran lo suyo, y su familia… aunque pudiera contactarla, no creo que me amaran tanto como para responderme de buen modo, al menos hablarme por más de 15 segundos. Por lo que solo me quedaba esperar, aunque la pregunta era: ¿Por cuanto tiempo? Mientras tanto, Tracy y Leo me bombardeaban con múltiples preguntas sobre mi autoestima, Bree era la única que sabía la razón verdadera de mi cambio de humor repentino, por lo que ella se quedaba callada, o a veces me respaldaba diciéndoles a Tracy y Leo cosas como “Déjenla, deben de ser problemas con su padre, o melancolía por su madre, recuerden que estamos en Enero”. Como quisiera estar triste por el aniversario de muerte de mi madre en lugar de por Justin…
- Tracy, no empieces por favor… - di media vuelta sobre mis talones y caminé por el pasillo, dándole la espalda. Ella me siguió.
- Leah, basta. Me cansa verte así.
- No le veo sentido a eso, es mi vida. – irritada, comencé a subir las escaleras con Tracy detrás de mi.
- ¿Te estás escuchando? – se detuvo en seco, mientras que vencida, di la media vuelta quedando frente a frente otra vez. – Tú no eres la Leah que yo conozco. Jamás nos tratarías de ese modo. – noté claramente como sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas, mientras que dentro de mi alma una gran culpabilidad se sentía explorar en ese segundo. Pero de la nada, la vi a punto de subir la escalera. Esa chica con pelo rojizo y piel blanca como la cal, tan bella e indestructible, y la cual, había escuchado decir a Justin, se llamaba Josephine. Jamas la había visto si Justin no estaba cerca de ella, pero esta vez se encontraba sola. ¿Que estaría haciendo ella allí?
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CaarFabrii
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