The Red Pawn

Capitulo 17 - Belleza Nata
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Ya había obscurecido cuando salimos del café. Eran las 6:45, no había modo de que llegara con Mona a tiempo, como había prometido que lo haría. Mi teléfono sonó, mientras que yo rebusqué en mi sacó. Al final, lo encontré, y mi sospecha era cierta.
- ¿Leah? ¿Donde estas?
- Lo siento mona. - contesté arrepentida mientras que me detenía en la calle. Justin se detuvo segundos después, y se regresó quedando a medio metro de mí. - me entretuve, y...
- ¿Donde estas? - me interrumpió. Miré hacia la pared. El nombre estaba pegado en una placa, y como estábamos en la esquina...- En Rose Owley.
- ¿Rose Owley? Leah vivimos en Porklin, está a 50 minutos de distancia en metro. - dijo con reproche, mientras que yo no conteste. No tenía que decirle. - Ya, ven a casa, así llegas rápido. No importa, comeremos al rato entonces. - lo bueno de Mona, era que no se tomaba las cosas muy a pecho, y sus enojos se le pasaban en cuestión de segundos. - te quiero pequeña. - dijo mientras colgaba la línea.
- ¿Todo bien? - preguntó Justin. El viento corrió desde el este, adentrándose en mi saco.
- Creo que sí. - dije mientras miraba hacia los edificios. No eran los más altos de la ciudad, pero eran bastante grandes. Me sentí una hormiga por unos cuantos segundos.
- Déjame llevarte a casa. - dijo Justin mientras que metía sus manos a su saco de cuero que le llegaba a la rodilla.
- Oh, no no, yo...
- No me niegues un favor, ¿Está bien? - dijo mientras miraba a las pocas personas que pasaban a nuestro lado. Entonces la nieve comenzó a caer poco a poco. - Gracias a Dios que no cambié las llantas esta mañana. - masculló entre dientes. Luego me miró, y con los ojos lo dijo todo.


Caminamos unas cuantas cuadras más, hasta llegar a un estacionamiento. Llegó directamente a la casilla, y dio su número. Justin entregó las llaves de su coche, y un señor salió de lo caliente del local para ir por el carro.
Unas luces blancas se vieron bajar desde el segundo piso del estacionamiento. Era gris, un coche pequeño, pero lujoso... Extremadamente lujoso. Era de esos que vez en las películas de acción, y que manejan a una gran velocidad. “Si Justin maneja como demente al volante, me bajaré en el primer alto que nos toque sin previo aviso." pensé mientras tragaba gordo.
- Gracias. - Dijo Justin mientras el señor bajaba del coche, aun encendido. Se acercó al asiento del copiloto, y abrió la puerta. - Adelante. - dijo mientras que con la mirada me incitaba a pasar.
- No lo veo muy seguro. - dije nerviosa. El bufó. Era claro que tenía muy poca tolerancia.
- Prometo manejar lento. - dijo con la boca forzada, casi escupiendo las palabras. Al final, subí sin muchas ganas. El cerró la puerta detrás de mí. Como dije, coche lujoso, con asientos de piel, y un sofisticado sistema de radio. Jamás podría llegar a tener todo eso. El subió al coche, y acelero al tope mientras manejaba por la carretera.
Rompiendo su promesa, Justin manejaba muy rápido. Al menos, si, para mí, alguien que es una exagerada en cuanto a manejar se refiere. Miraba por la ventana, las luces que se veían, mientras que Justin iba en silencio, con una mano en la palanca de cambios y otra en el volante, pendiente de la carretera.
- ¿En donde vive tu prima?
- Porklin. - contesté mirando al frente. Lo único que iluminaba nuestros rostros en aquel momento, era solo las luces verdes de los botones del sistema de sonido y el panel frente del volante. Sin eso, estaríamos totalmente a obscuras dentro del coche.
- Llegaremos rápido. - dijo complacido.
- Mona dijo que eran 50 minutos. - dije mientras dentro de mi cabeza me preguntaba cual de los dos tenía la razón.
- En metro o a pie, así es. - dijo mientras se detenía por un semáforo en rojo. - en MI coche, menos de 30 minutos. - dijo mientras enfocaba su mirada en mi. Entonces, no supe que paso, pero mi corazón comenzó a latir descabelladamente, como un caballo sin jinete. Unas enormes ganas de tocar alguna parte de si piel llegaron a mi cuerpo, quería sentir esa electricidad que entre los dos corría con el simple rose de nuestros brazos al sentarnos juntos en literatura... El semáforo se puso en verde, y Justin volvió a concentrarse en el camino.
- ¿Que harás mañana? - preguntó aparentando indiferencia, cuyo interés pude llegar a notar entre dientes.
- No lo sé... - dije un poco nerviosa, muy tartamudeante.
- Te invitó a ver una obra conmigo. - dijo, como si escupiera la frase, nervioso. - Iba a ir con mi hermana, pero me canceló. Quiero ir contigo. - dijo al final, sin ni siquiera mirarme. Por un momento, me sentí como si yo fuera solo "un capricho" para él, pero no me importaba, aun así mi corazón estaba tocando el cielo. No contesté un sí o un no.
- ¿Tienes hermana? - pregunté cuando mi ritmo cardiaco volvió al natural.
- Una hermana y un hermano. - dijo frunciendo los labios.
- ¿De qué edades?
- Jason tiene 19, Jazmyn 14. - dijo mientras doblaba la esquina. - soy el de en medio. - me miró, y bajó considerablemente la velocidad. - y tú, ¿Tienes hermanos?
- Una hermana, si. - contesté, mientras que la nostalgia por no verla hacía ya 1 semana me carcomía por dentro. - Sabrina, tiene 3 años. Soy la mayor. - el sonrió. Entonces, el coche se detuvo.
- Llegamos. - dijo mientras yo miraba por la ventana. Estábamos justo frente al edificio de departamentos de mona.
- ¿Como supiste que era en estos departamentos? - pregunté perpleja.
- Dijiste departamentos. Estos son los únicos, los demás son casas. - yo hice una mueca. Me quite lentamente el cinturón.
- espera. -Justin colocó su mano sobre la mía en el broche del cinturón... Y mi cuerpo tuvo una descarga eléctrica de emociones. - Me acompañaras mañana, ¿Cierto? - me miró, de un modo tierno y sutil, que ablandaría la coraza de cualquier persona. Yo lo miré, meditando un poco mi respuesta, aunque la verdad era, que las ganas de ir con el eran grandes, enormes, gigantescas. Yo suspiré.
- Me encantaría. - dije mientras sonreía. El me sonrió del mismo modo, aun con su mano sobre la mía. Nos quedamos así unos segundo mas, suficientes como para que me ruborizara. Gracias al Cielo, que solo nos iluminaban las luces que los botones del sistema del coche emitían.
- No me había dado cuenta de lo hermosa que eres... - dijo él mientras inspeccionaba cada radio de mi rostro, mirando cada detalle. Y mientras tanto, hiperventilaba por dentro.
Los latidos se mi corazón se volvieron largos y fuertes. Detonaban como nunca, es más, podría hasta apostar que se llegaba a escuchar. Lentamente, Justin subió la mano Izquierda hasta mi rostro, y acarició el margen de mi cara. Yo cerré los ojos, y los abrí segundos después.
- realmente, una belleza nata. - dijo perplejo. Mientras que lentamente, colocaba su mano por la parte inferior se mi mandíbula, sosteniendo mi rostro, y acercándome cada vez más hacia él, provocando que nuestros labios...


C O N T I N U A R A ~

SEGUILA!

Caar MALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!! me dio un paro me estan sacando a un hospital llamado "X KULPA DE CAAR ME DIO UN PARO" aki hay varias salas esta la sala de Emergencia: para sintomas normales komo las de korrer en circulo,montar a caballos de lado (eso es x si lo hisistes mal y t kaistes ;) ), x si t mordio una mariposa...esta la sala de emergencia x culpa de novelas hot (el nombre lo describe asi ke no hay nada ke explicar :oops: ) otra sala con el mismo nombre pero esta no es hot si no de suspenso e intriga estoy entrando en esa...y me van adar el diagnostico el doc. es el Doc.Bieber el dice: solamente necesita uno o dos cap de la nove The Red Paw y listo ;) .... tambn hay otras salas pero son demaciadas para nombrarlas :P jejjejejej

SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! tambn Doble Juego :cherry:

PD: gracias x el cap me enaore mas de la nove

Capitulo 18 - Enamorada
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¿"En verdad haría eso?" Se preguntó una vocecita dentro de mi cabeza. "¿En verdad era capaz de besar a Justin?"
No había pregunta que contestar en ese momento, nada que en realidad importara, solo el hecho de que mis labios estaban a dos centímetros de los suyos. Yo cerré los ojos, mientras que esperaba a que algún mínimo tacto en mi labio se sintiera, pero no. En lugar de eso, sentí como besaba mi frente.
Abrí los ojos de sopetón, preguntándome que había sucedido. Estábamos cerca, tan cerca de ese contacto, ese primer beso, solo 2 centímetros, ¿Como se pudo arrepentir a los 2 centímetros? Sin ninguna respuesta, me separé de el decepcionada, mientras que el soltaba mi mano y mi rostro. Volvió su mirada hacia el frente.
- mañana paso por ti a las 7:30. - dijo frio, eh indiferente. - por favor, lista a esa hora.- yo solo asentí la cabeza, mientras que todo eso que mi corazón había subido, se desplomo haciendo que se aplastara contra el suelo, matando mis vagas esperanzas.
Sin más que una enorme tristeza sobre mi espalda, bajé del coche, y cerré la puerta del copiloto.
- Sueña bonito. - dijo el asomándose por la ventana de mi lado.
- Tu igual. - dije una falsa y mal pagada sonrisa. Lo último que vi de Justin esa noche, fue su coche alejarse carretera abajo.
Entré al edificio, con la llave que Mona me había entregado el primer día En New York. El sonido de la desactivación de la alarma sonó. Yo pasé, y cerrando la puerta del edificio con cerrojo, el sonido de activación para la alarma contra ladrones sonó otra vez.
Desanimada, subí a rastras las escaleras, con unas enormes ganas de llorar. ¿Por que se abría arrepentido a punto de que nuestros labios se tocaran? Entonces, lo analicé un poco mejor, y caí en la conclusión de que quizás yo había imaginado todo. Quizás esos sentimientos eran cosas con las que me quería ilusionar. Tal vez aquellos halagos no fueron más que eso, simples halagos que se los pudo haber dicho a cualquier mujer que encontrara en la calle. Me auto ilusionaba, eso estaba claro.
Entré al departamento de mala gana, quitándome mi saco.
- ¿Mona? - pregunté al entrar. Dejé mi saco naranja colgado en el perchero, mientras que buscaba con la mirada a mi atolondrada prima. - Mona, ¿Estas ahí? - pregunté caminando hacia el pasillo. De la nada, Mona salió con una toalla en la cabeza, y en bata.
- ¡Wau! - dijo sorprendida. Caminó hacia la sala, y yo la seguí. - llegaste rápido... Bastante.
- Tengo mis medios. - dije mientras me sentaba en el sillón individual. Ella pareció ignorarme.
Se agacho a cuclillas frente al mueble del televisor, y abriendo uno de los cajones de debajo de la tele, sacó el directorio.
- ¿Comida china? - preguntó con una gran sonrisa en el rostro.
- Comida China. - repetí del mismo modo, aunque por dentro, las ganas de llorar seguían latentes.


Tomé un sorbo a mi Jugo de naranja. Mona levantó los platos, y se los llevó al fregadero. Ambas seguíamos con nuestras pijamas encima.
Esa noche, se había pasado extremadamente bien, cosa rara, ya que con santo acontecimiento de la noche anterior, pensé que la noche se me iba a ir en suspiros y llanto. Pero fue verdaderamente lo contrario. No tengo registro del sueño, solo se que no tuve ninguna clase se pesadilla.
- Oye mona... - dije lento, meditando mis palabras. - ¿Que es lo que usualmente se usa para ir a ver una obra aquí en New York? - ella frunció el ceño, mientras que yo solo rezaba por que no me preguntara la razón a mi cuestionamiento.
Ese día, Justin me había invitado a ir con él al teatro, y para ser sincera, no tenía ni la mas mínima idea de lo que podría ponerme. Jamás había asistido a ningún evento así.
- Pues, depende de cómo quieras. - dijo con una sonrisa. - pequeña, esta ciudad es extraña. Puedes ir desde lujosa a morir, o en pijama, y a la gente le dará igual. - dijo ella mientras que tallaba los platos con el estropajo. - yo diría que, ni muy elegante, ni muy informal. Lo justo. - me miró con el rabillo del ojo. - ¿Porque? - allí estuvo mi presagio. Entrelacé mis manos, jugando con ellas, y mirando el mantel de color amarillo que mona había colocado en la mesa para desayunar. Yo no sabía que contestar para que la conversación se terminara ahí mismo.
- Hoy iré al teatro. - dije levantándome de la mesa, y tomando mi celular, solo para aparentar que hacía algo y justificar mi lentitud.
- ¿Al teatro? ¿Sola? No hay nada más deprimente que eso Leah... - dijo reprochándose a sí misma. - no te preocupes, yo te acompaño. - dijo con una sonrisa. Sentí como si un yugo hubiera caído sobre mi estomago, sacándome todo el aire de encima.
- Mona, yo....
- ¿Que? - preguntó saliendo de la cocina. - ¿Quieres ir sola?
- No, de hecho no, es solo que...
- ¿Que qué? - se recargó en la barra de la cocina, mientras que yo buscaba las palabras adecuadas. Al ver que me había tardado más de la cuenta, entrecerró los ojos, sospechando, mientras que yo sudaba frio. - espera. - levantó su dedo. - iras con alguien, ¿Cierto? - me miró, y yo simplemente no conteste. Entonces ella por descaramiento lo supo. - ¡Oh Dios Mío! - dijo casi en un grito. Saltó al sofá de al lado, mientras que papaloteaba con sus manos. - ¿Quien es? ¿Como se llama? ¿Como lo conociste? - preguntó en un radio de 3 segundos. Yo reí por la expresión de su rostro.
- Su nombre es Justin Bieber, es un amigo, y lo conozco se Brownsville.
- ¿De Brownsville? - preguntó perpleja. - ¿Tu ya sabías que venía también? - alzó una ceja.
- De hecho, no. - suspiré y ambas sonreímos. - me lo encontré aquí de pura casualidad.
- Las casualidades no existen Leah. - dijo con una sonrisa que muy apenas cabía en su rostro. Si las casualidades no existían, eso podría contestar mi pregunta ¿Destino o Coincidencia?
Luego de esa pequeña charla, Mona se levantó rápidamente del sillón llevándome con ella a su habitación, más específicamente, a su closet. Era tanta la ropa que tenía, que me llegó a sentir intimidada por ella.
Mona aventaba ropa y telas caían a la cama como plumas. Todo lo "posible" lo ponía en el sillón individual que allí tenía. Pero lo que era "doblemente posible" me lo daba a mí.
- Bueno y, ¿Desde cuándo te guste este chico? - un palpitar extraño llegó hacia mi corazón, quizás por que jamás lo había planteado de ese modo. Jamás me había preguntado a mi misma si él me gustaba, aun que inconscientemente tenía ya la respuesta: me gustaba, y más de lo debido.
- Siendo sincera, no lo sé. - contesté sentándome en la cama haciéndome un espacio entre la ropa. Mona se inmutó, y no dijo nada más.
Y entonces, sacó un vestido de una bolsa. Era blanco, con pequeños botones del mismo tono en la parte del pecho. En la cintura, iba acompañado por un delgado cinturón de piel café. El largo era arriba de la rodilla, una mano y media sobre de ella.
- perfecto. - exclamo ella, sin quitarle la vista a los pequeños detalles del vestido. Yo lo miré. De hecho, era hermoso. - tengo unos zapatos bajos que quedan a la perfección con este vestido. - me lo entregó. Parecía como si una ola de calma y paz le hubiera llegado de repente. - anda, ve y dúchate. - me dijo mientras ponía el vestido sobre la almohada, lejos de la otra ropa. Yo muy obediente, fui a mi cuarto por una toalla.



- Una vuelta más. - pidió mona. Yo solo reí y giré sobre mi eje. Ella aprovechó para mirarme enteramente. - ese vestido resalta tu pompa. - concluyo mientras se reía. Yo solo le di un pequeño golpe con la palma de mi mano en su brazo, y me reí.
- ¿Que horas son? - pregunté nerviosa.
- 7:24. - contestó mi prima. Empecé a sentir como empezaba a hiperventilar de lo nerviosa que me encontraba. Tenía bastantes emociones revueltas en una misma cacerola. Me sentía emocionada, feliz, expectante, pero al mismo tiempo, había una vocecita dentro de mi cabeza que me recordaba minuto a minuto, que de quien hablaba, era de Justin, nada más y nada menos que de un chico frio, arrogante y poco tolerante con mi aparente lentitud. Solo me había invitado aquel día porque su hermana lo había cancelado, y como no tuve suficiente criterio ético como para negarme....
El timbre del departamento sonrió. Y un gran ataque de pánico entro a mi cuerpo.
Mona se acercó al intercomunicador.
- ¿Si? - dijo ella apretando el botón rojo para hablar.
- Si buena tardes, ¿Se encuentra Leah? - Mona me miró emocionada, mientras que mi corazón palpitaba descabelladamente. Ya estaba abajo.
- Ah si... Ya va para haya. - Justin ya no contestó.
Respiré hondo, viéndome por última vez en el espejo de la entrada. Llevaba mi cabello suelto, y ese vestido que Mona había encontrado en su closet, así como también los zapatos de piso que me dijo que tenía.
- Buena suerte pequeña. - me deseo mona, antes de que cerrara la puerta detrás de mi.
Con el corazón en mano, camine por todo el corredor, y comenzó a bajar la escalera. Al llegar a la primera planta lo vi. La puerta tenía uno de esos cristales en que es imposible mirar hacia adentro, pero de adentro hacia afuera se ve todo. Yo sonreí. Se veía nervioso y distraído, mientras que jugaba con los bolsillos de su smoking. Esa era la primera vez que lo veía con zapato negro.
Respiré otra vez profundamente, hasta que decidida, y con paso vacilante, abrí la puerta. Aunque ya lo hubiera visto desde dentro, me causó otro ataque epiléptico el verlo cara a cara. Sonrió cálidamente, y entonces lo supe: si, me estaba enamorando de ese chico.

C o n t i n u a r a ~

Wow AMO esta nove me dio nervios leer la parte donde se encontraban no se estaba mas nerviosa yo ke la misma Leah jajajaj debe ser x lo ke dijo el Doc.Bieber solo falta un cap :P ;) okno .-. siguela kuando puedas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :cherry:

Capitulo 19 - Como cualquier otro invierno.
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- Broadway. - susurré al ver la placa con el nombre de esa calle con la que tanta gente sueña. Justin sonrió a mi lado, mientras que, junto con otras inontables gentes, esperabamos anciosos a que el verde para el peatón apareciera en la parte inferior del semaforo. Al hacerlo, todos al mismo tiempo caminaron apurados hacia el otro ilado de la calle. Justin y yo, no nos separamos ni un segundo, aun y con toda la gente que pasaba al rededor.
Al llegar al otro lado de la calle, la gente era notoriamente menor, ya que todos tomamos diferentes direcciones.
La distancia entre Justin y yo era bastante notoria, como siempre manteniendonos al margen de lo que una amistad usual nos permitía.
Las luces fosforecentes de neon azules sobre un espectacular llamaron mi atencion. Habíamos llegado al teatro Marquis. Me quedé viendolo unos segundos, en lo que Justin me emparejaba el paso.
Llegó a mi lado, y ambos fuimos a entregar los boletos que previamente ya teníamos, saltandonos así la larga fila de la caseta donde se compraba la entrada. Le entregamos nuestro boleto al portero, el cual nos dejo pasar con una agradable sonrisa.
Un vestibulo casi vacio era donde nos encontramos en aquel momento. Colores azul y dorado predominaban en el lugar, asi como un gigantesco candelabro a lo alto del techo, provocando que las miradas de casi todos se posaran en el, minimo, una vez. A lo alto, se veía un segundo piso. A los costados se encontraban las grandes escaleras de caracol, mientras que una suave musica clasica era la musica de fondo.
Justin giró inmediatamente la entrada izquierda del primer piso. Yo iba detras de el, a menos de un metro.
Al entrar por las grandes puertas de madera (las cuales ya estaban previamente abiertas) notamos que estaba casi todo lleno. "Si los No hubieran estado ennumerados, quiensabe lo que hubieramos hecho..." pensé mientras que Justin me dirigía con su mano en mi espalda directamente hacia la zona de enmedio, justo en las butacas centrales. Y nos sentamos justo en el medio, con una exelente vista hacia el escenario. Tomé el folleto que previamente se encontraba en mi asiento; "The Kiss' Alley". Esa historia ya la conocía mejor que cualquier en ese teatro.
"The Kiss Alley", mejor conocido como "El callejón del beso", es una historia clasica Mexicana. Ella, era una chica rica, y el apenas un herrero. Se conocen, y si... Se enamoran rotudamente. El padre de la chica, desaprueba en su totalidad aquella relacion, y así se la llevó lejos, a un lugar donde, pensaba el, su hija y su enamorado jamas se volverían a cruzar, pero era tanto el amor que el chico sentía por ella, que los siguió, y se enontró con su nuevo hogar. En un intento desfallasado por volver tan siquiera a verla, El, con las monedas de oro que tenía ahorradas desde tiempo atras -mucho timpo atras - compró la casa que se encontraba al lado de la de ella, separandolos tan solo, un estrecho callejón. La primera noche en que se vieron cara a cara, por medio de las ventanas de ambos, los cuales los dejaban a solo medio metro separados, ambos juraron amarse toda la vida, pasara lo que pasara, pesara a quien le pesara. Luego, un buen dia, el padre entra a la habitacion de su hija, encontrandose con ella y su enamorado hablando por medio de un balcón. El, enojado, tomó una daga desde el tocador de su hija, mientras que sin piedad y sin pensar en las grandes concecuencias, se lo clava directamente en el corazon desde su espalda. Ambos tenían las manos juntas, y el, apenas noto que la chica, el amor de su vida se encontraba ya muerta, con lagrimas en los ojos y el padre furioso de la joven de 16 años por detras del ahora cuerpo vacio, le beso la mano, justo sobre el tercer escalon del callejon, para despues, asesinarse el mismo con la misma daga que había atravezado el corazon del angel que por alguna extraña razon había caido en sus brazos desde el cielo, y sin poder protejerla, fue el causante de su muerte. Si, toda la historia me la sabía, hecho por el cual, el ver aquella obra no era lo que tenía totalmente mi foco de atencion: era Justin. Justin Justin Justin Justin. Aun en la obscuridad, el lucía como un angel endemoniado, tan hermoso y tan sobrenatural al mismo tiempo.
- ¿Le estas entendiendo? - susurró Justin a mi oido, provocando una reaccion electrica que recorrió mi cuerpo entero.
- Si. - Aseguré mientras que no le quitabala vista a la joven actriz, que en esa obra su nombre era Elizabeth. - ¿Tu no? - todos nuestros pequeños comentarios eran efectuados en susurros que solo nosotros dos oiamos, para evitar perturvar a los demas con nuestras voces sin poder callarse. T
- mas o menos. - fruncio el ceño. - ¿Por que el chico no defiende a la chica? - preguntó casi indignado, mientras que ambis veiamos una escena donde el padre tomaba con tal fuerza a Elizabeth, que la hacía llorar del dolor. - la ama, ¿No es así?
- Quizas no quiere crear mas drama. - induje mientras que el bufaba ironico.
- Lo ultimo que quieres hacer cuando amas a alguien es verla sufrir. Si yo estuviera en la situacion del chico, ya habría matado al señor. - masculló entre dientes. Un escalofrio recorrió mi espalda.
- Es su padre. En La epoca donde se escribió la historia, a un padre jamas se le tenía que contestar ni corregir. Ni al tuyo, ni tampoco al de nadie mas. -
- Cuando se trata de amor verdadero, ninguna regla es valida. - callé, mientras la escena mostraba como Elizabeth era llevada casi a rastras lejos del amor de su vida. Yo suspiré mientras Peter, el nombre del chico, salía en una escena mientras lloraba la perdida de su amada.
- y ahora llora... - comentó Justin. - si realmente le doliera, no la hubiera dejado ir. - parecía como si, en verdad estuviera indignado, como si odiara a ese chico.
La obra continuo sin gran auje, solo el gran final, donde el callejon era lo unico que los separaba para morir enteramente juntos. Un tremendo miedo entro a mi cuerpo, preguntandome inconcientemente que es lo que yo hubiera hecho estado en esa situacion. A Elizabeth no le importaba morir por su amado, pero, ¿Que tal si yo hubiera sido ella? Quizas con tal de no morir lo hubiera corrido de allí, para evitar qur alguno de los dos hubira salido herido. Gracias a dios que yo soy la que se encontraba sentada en las butacas.
Al final, se abrio nuevamente el telon, y todo el reparto de actores salió haciendo una notoria reverencia. La gente aplaudia, y yo comenzé a aplaudir levemente tambien, pero Justin no movia ni los brazos, el seguía sin entender nada de la obra.
Lentamente, todos los presentes iban saliendo del teatro, caminando a un modo tortuga para poder llegar a la puerta. Cuando me di cuenta, ya estaba afuera, y Justin a mi lado.
- No le entendí.- refunfuño y yo reí. - ¿Por que no detuvo el chico al padre de Elizabeth al ver que la iba a matar con una daga? - preguntó para si mismo. - es un cobarde. - acusó para luego detenerse en la acera. Las calles estaban notoriamente mas vacias, pero eso no evitaba que perdiera la potencia de la vista de la ciudad.
Un copo pequeño de nieve calló sobre mi saco, y así siguieron mas y mas. Para cuando me di cuenta, ya estaba nevando otra vez. Mis piernas comenzaron a temblar... definitivamente eso de que "Un dia despues de la nieve casi no hace frio" o "No nevara hoy" eran puros inventos de Mona. Gracias al cielo que tenía unas medias transparentes bastante gruesas.
- ¿Moririas por amor? - preguntó Justin de repente, haciendo nuestro paso lento y detonado. Yo miré al cielo, viendo los copos de nieve caer.
- No. - dije sin pensarlo. El pareció sorprenderse por mi sincera respuesta.
- ¿Y eso?
- Creo que no vale la pena morir por algo que Dios no te obliga a hacerlo. - suspiré. - si no caes enfermo, o algun accidente que te mate, no vale la pena. - nos paramos en la esquina nuevamente, esperando el semaforo. - eso es lo que decía mi madre. - asintió pensativo.
- Que feos pensamientos. - dijo el mientras bufaba ironico. - tu madre si que esta loca.
- ¿Y ahora por que dices eso? - pregunté un tanto indignada. El rió.
- Solamente digo, que madre tan ridicula tienes. Debe de ser feo ser hija de cristianos obsecionadoa verdad? - me miró, y yo lo ignoré. Algo dentro de mi se había activado, algo llamado "Enojo". ¿Que necesidad tenia el de estar hablando sobre mis padres? Sobre todo, ¿Mi difunta madre?
Una sensacion de tristeza inundo mi cuerpo en menos de lo que podía siquiera percatarme.
- Llevame a casa. - dije fria, mientras caminé delante de justin sin ninguna otra meta mas que la de llegar a su coche. El se dió cuenta inmediatamente de queyo ya estaba enojada, y de que el había cometido un error al ofender a mis padres.
Una ve junto a la puerta del copioto, Justin abrio el carro con la llave. Abrió la puerta, y de malagana pasé. Ya no tenía nada de ganas de estar allí.
Cuando algo que me decían se trataba de mi madre, llegaban a ponerme muy, muy mal. Odiaba que la mencionaran por cualquier cosa, claro, ellos si tenían a su madre en casa, mientras que yo estaba sola.
El camino de vuelta a casa de Mona fue incomodo y callado. Justin de vez en cuando intentaba sacar conversacion, pero no lograba sacarme respuestas mayores a "Si, No, Quizas, No lo Se". Cansado de rogar, se dedico solo a manejar. Aparcó frente de los departamentos.
- Gracias por todo.- dije fria mientras bajaba del auto. Justin se estrugó los sesos. cerré la puerta detras de mi, y sin despedirme camine a la entrada.
- leah, espera.- Justin bajó apresurado del coche, mientras que yo daba media vuelta estando ya con la llave en mano enfrente de la puerta frente al edificio. - ¿Que sucedio? - preguntó acercandose hacia mi, quedando así a menos del metro. Yo negé con la cabeza, mientras sentía claramente como mis ojos se empezaban a llenar de lagrimas por la impotencia.
- Que hablas sin hablar justin. - dije casi escupiendo las palabras. Justin miró al suelo, arrepentido. - No tienes el mas minimo derecho de hablar sobre mis padres, o cualquier persona de mi familia! Es mi familia! No se ni me interesa saber como es la tuya ni que tan liberales son, pero.... - entonces, de la nada, Justin me tomó de los brazos para ponerme contra la pared, y una vez allí, hizo que mi corazon se desbocara despues de un beso. Lo estaba besando, Nos estabamos besando. Ese si era un beso real, con pasion y los sentimientos a flor de piel. Que buena forma de decirme que me callara la boca.
Sin ninguno abrir los ojos, Justin se separó unos cuantos centimetros de mi, mientras sonreía y volvía a sacarme otro beso. Soltó mis manos, y delicadamente bajó por todo mi brazo, tomando ambas de mis manos con ambas de sus manos. Mi respiracion era entrecortada, y el solo sonreía placentero.
- ¿Necesitamos hablar enserio? - preguntó Justin a unos cuantos centimetros de mi, poniendo frente con frente. Yo sonreí, y sin nada mas que mi orgullo, ya opacado por la intensidad de aquel beso, junté suavemente nuestros labios otra vez, separando una de nuestras manos para tomarlo del rostro. Ese era un sensual y suave beso mientras juntabamos nuestros labios. Mi corazon latía mas fuerte que nunca, mientras que el me rodeó con sus brazos, ocultandome en su pecho en un dulce abrazo. ocultó su cabeza, y susurrando a mi oido, dijo:
- No te das una minima idea de desde cuanto que quería hacer eso. - una sonrisa salio en mis labios, mientras que con mis manos en su pecho, rodeada aun por sus brazos, me paraba para sacarle un dulce y placentero beso en los labios... Y la nieve comenzó a caer, como cualquier otro dia de invierno en New York.

C O N T I N U A R A ~

OKEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEY! ES LA MEJOR NOVELA QUE HE LEIDOOOOOOOOO! ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAA! SIGUELA NENA SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! no puedes cortarla en el beso -.-
jajaj te quierooooooo! besosxx

Capitulo 20 – Planes Inesperados
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Justin tomó mi mano, y jaló de ella impulsando a que me sentara en sus piernas. Con ambos brazos rodeé su cuello, y el buscando mis labios con los suyos, me beso... Otra vez. Y otra y otra.
Ya había pasado una semana desde el día del teatro, osea tambien, una semana desde que nos besamos por primera vez, y expresamos sin palabras todo lo que ambos sentíamos. Esos días, había estado como flotando en una nube, todo era perfecto, ¿Existia el mal tan si quiera? Ahora no veía defectos. Justin era otro, ese chico arrogante e inexpresivo ya no estaba conmigo; ahora tenía a un chico dulce y romantico que me hacía sentir especial con tan solo respirar a mi lado. El amor realmente es una droga que vuelve al corazon ciego, y al cerebro idiota.
- ¿Que haremos hoy? - le pregunté a Justin a su oido. El acarició mi brazo provocando que mi piel se erizara. Despues de una semana continua con esa clase de sensacion todo el día, ya me estaba llegando a acostumbrar.
- ¿Que deseas princesita? - yo reí bajo, mientras que recordaba como aquel apodo había sido utilizado para molestarme y con fin de sarcasmo. si que lo había llegado a odiar.
- yo solo quiero estar contigo. - Acaricié su rostro mientras que peinaba un mechon de su rubio pelo.
- ¿Besandome? - sonrió mientras volvía a juntar nuestros labios sensualmente. Yo sonreí placentera.
- Exacto. - mascullé entre besos.
- ¿Como es que siempre queremos lo mismo? - dejó frente con frente y ambos reímos.
Los pasos a tacón de Mona se escucharon llegar desde el pasillo.
- ¿Tan temprano Justin? - preguntó mi prima mientras dejaba su bolso sobre la mesa del mini comedor que Mona tenía en su departamento.
- Es dificil estar alejado de aqui. - dijo el sin quitarme la vista de ensima, entrelazando mis dedos con los suyos sobre mi pierna. Yo sonreí. Si, me tenía hipnotizada.
- Con que no hayas pasado la noche... - masculló entre dientes, aunque tanto Justin y yo lo notamos. - iré a comprar unas cosas, vuelvo en unas horas. - Mona se colgó su bolso Juicy en su hombro, mientras que tomaba las llaves de aquella base de madera sobre la mesa. Después de eso, lo ultimo que escuchamos, fue a Mi prima mayor cerrar la puerta de entrada. Nos quedamos en silencio unos minutos mas.
- Entonces, ¿Lista para irnos? - preguntó mientras yo me levantaba del sillon, o mas bien de sus piernas. Me miré de pies a cabeza, mientras que notaba las santas fachas en la que me encontraba. Tenía aun mi pijama ensima, y mi cabello estaba en un chongo sobre mi nuca.
- ¿Me vez lista? - extendí los brazos y pregunté ironicamente.
- Te veo hermosa... Y sexy. - yo reí, mientras que rodeaba la sala pasado por detras del sillón.
- Dame 5 minutos para cambiarme. - me recargé en el respaldo, y besésu mejilla desde atras. El sonrió, y yo desaparecí por el pasillo.
Fui directamente sobre mi maleta. El clima era frio, por lo que tenía que ir bien tapada. Me fui sencilla: unos Jeans casi negros, una blusa de manga larga y cuello de tortuga, asi como tambien una chaqueta, y unas botas. A los 8 minutos - segun lo que había alcanzado a ver - ya estaba vestida. Solteé mi cabello, y lo cepillé. Como había dormido con un chongo, casi no amaneció enredado. Las hidras del cepillo deshicieron los pocos nudos que tenía en las puntas. Por el frío, decidí dejarlo suelto mientras que tomaba una bufanda que convinaba, y salía de mi habitación. Justin se encontraba casi recostado en el sillon de cuero negro, mientras que la televisión estaba encendida en un mueble enfrente de auquel sofá, siendo separados por una mesa de centro, igual negra con un cristal en el medio.
- ¿Listo? - Justin me miró, y sonrió, mientra que tomaba el control, el cual se encontraba junto a el en el sillón, y la apagaba. Se levantó del sofá y llego por mi espalda, abrazandome por la cintura.
- Te vez hermosa. - susurró a mi oido y besó mi mejilla. El era la persona mas tierna que hubiera haber podido pedir jamás.
- Vamonos. - sonreí. El me soltó y ambos caminamos hacia la salida.
Justin dobló la esquina. Casas iguales a las anteriores (osea, igual de lujosas) se extendían por toda esa cuadra, cada vez una mas grande que la anterior. Yo seguía sin comprender cuál era la razon por la que nos encontraramos allí en aquel momento.
De repente, Justin se estacionó enfrente de La acera de una de las casas, definitivamente una de las mas lujosas de por allí.
Una casa de secciones a ladrillos de diferentes tonalidades, y grandes ventanas. A la izquierda había un gran y frondoso arbol, y a la derecha un parejo y perfecto jardin verde musgo. La entrada consistía en desniveles a colores marrones, y a los costados masetas con arbustos, uno que otro arbol pequeño y rosas rojas. Simplemente hermoso. Justin solo miró hacia el frente.
- ¿Tu vives aqui? - pregunté perpleja, mientras que lo volteaba a ver. El hechó una mirada a la casa, y después al volante.
- Solo recojo algo, y nos vamos por ahí. - giró en un segundo inverosimil, y me besó la frente. - espéra aqui, ya regreso. - salió del auto y me dejó sola con mi cabeza hechando una y un millon de conclusiones por segundo. Aun no me creía el que Justin viviera en aquella lujosa casa, tan hermosa... Ahora todo es que tenía sentido, como siempre llevaba dinero en la cartera, como tenía aquel coche tan lujoso... Tenía dinero, y de sobra.
Recargé mi cabeza en el asiento. ¿Que importaba el que Justin tuviera dinero? Nada, en realidad. Ese hecho no provocaba que mi amor hacia el disminuyera o aumentara, mis sentimientos de amor eran los mismos, eso jamás cambiaría.
Cerré los ojos, respirando profundamente... Y entonces tocaron la ventana del copiloto con un simple "TocToc". Presipitada y asustada, abrí los ojos. Una pequeña niña de no mas de 7 años se encontraba en la ventana, mirandome fijamente. Detras de ella, un niño corrió hacia el coche. ¿Quienes diablos eran estos niños?
Una mujer de no mas de 25 años me miró desde el otro lado de la acera.
- ¡Hey! - un grito desde la casa se escuchó. Yo giré, y era Justin que iba saliendo con una bolsa de plastico en mano. - ¿Que estan haciendo aqui?
- Hoy es la cena por el cumpleaños de Penelope y lo sabes Justin. - dijo esa mujer. A su lado, un hombre fornido y alto llevaba cargando a una pequeña bebé en brazos. Yo no sabía que hacer.
- ¿Ella es tu novia tio? - preguntó la pequeña de 6 años. Mis ojos se salieron de las orbitas. ¿Esa era la familia de Justin?
Justin llegó al coche, y se sentó en el asiento del conductor. Respiró profundo, y me miró con preocupacion, mientras que yo no sabía que pensar. Dos camionetas mas llegaron y se estacionaron detras del coche de mi novio.
- No te das ni la menor idea de cuanto...
- ¿Justin? - una voz madura femenina se escuchó detras de la ventana del copiloto.
- Mi madre. - masculló Justin entre dientes, con la mirada de desaprovación total.
Bajé del coche, y me encontré con una dulce mujer, de unos 40 años. De estatura corta, pelo rojizo y ojos verdes y grandes, realmente hermosa. Me sonrió calidamente y no pude evitar no hacer lo mismo.
- Hola Linda. - me saludó con un abrazo, asi como yo. - tu eres Leah, ¿Cierto?
- Asi es, mucho gusto en conocerla Sra. Bieber. - Ya que justin nunca me había mencionado el nombre de su madre, no tuve mas opcion que llamarla por el apellido que segun yo, sería el suyo. La señora sonrió calidamente.
- Dime Pattie. - dijo ella envolviendo con ambas manos suyas mis manos, acto que me recordaba a mi abuela cuando intentaba calentar a Sabrina en el invierno.
Sentí como alguien llegó de repente a mi lado. Justin miró a su madre.
- ¿Vendran todos? - preguntó nervioso.
- Ese es el plan. - dijo ella mientras sonreía calidamente. Yo tan solo lo miraba confundida.
Los niñitos estaban corriendo en la calle, jugando con la poca nieve que caía. Giré disimuladamente mi cabeza, y me percaté de que el numero de niños había aumentado, asi como de personas. Gente se saludaba mutuamente mientras que caminaba hacia la casa.
- ¡Santo Dios! - exclamó La Sra. Pattie mirando hacia el cielo. Justin y yo miramos también. - Rapido Rapido! Metanse todos! - los niñotos corrieron freneticos dentro de la casa, mientras que Justin me abrazaba por la cintura.
- Bueno mamá, regreso en la noche. - disimuladamente abrió la puerta del copiloto apenas unos centimetros.
- ¿Que? ¿No se quedaran? - preguntó perpleja. - Vamos Justin, nunca estas para las fiestas familiares. Aparte, a la familia le encantaría conocer a Leah!
- Mamá. - el enojo de Justin era evidente, mientras que yo tan solo miraba al frio esfalto. - No nos quedaremos, tenemos planes.
- Yo no permitiré que se vallan. - dijo ella totalmente desidida. Yo solo empezé a rezar internamente para que nada malo ocurriera en aquel momento.


C O N T I N U A R A ~

Caar seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaa es una "ORDEN"!

alis1313 escribió:Caar seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaa es una "ORDEN"!

Bueno este capi va dedicado a vos querida por comentar (:

Capitulo 21 - Te Amo
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La Sra. Pattie caminó frente de nosotros, mientras que Justin tomaba mi mano. Yo tan solo respiraba hondo. Apenas entramos, todas las miradas olvidaron donde estaban fijas, y se posaron en nosotros tres.
- Deja aqui tu chaqueta Leah. - dijo la madre de Justin quitandose su (hemoso y muy sobre valuado) saco de piel de puma. Me empezé a quitar la chaqueta, y Justin la tomó por detras, para después colgarla en el perchero. Después, volvió a tomar mi mano.
Justin me guió hasta la sala, la cual la cruzamos sin gran auge, mas que yo estaba calculando interiormente que mi casa valdria mas o menos el candelabro a lo alto del techo. Entramos al comedor, donde se encontraban unos chicos mas o menos de nuestra edad, y después en la cocina, se encontraban los mas adultos. Un baruyo de niños salieron corriendo de la cocina, mientras que una de las adultas les gritaban que debían de tener mas cuidado.
La madre de Justin se puso a platicar con una señora allí, y Mi novio aprovechó el momento para llevarme lejos. Al fondo del comedor, se encontraba una puerta movedisa, el cual te llevaba a una pequeña sala alterna. El cerró la puerta otra vez, y yo tomé asiento.
- No tienes idea de cuanto lo siento. - comenzó a disculparse, cavizbajo. - Mi familia puede llegar a tomarse las cosas un poco enserio. - dijo el con una mueca.
- Ya, no séas masoquista. - me recargé en el respaldo del sillón, mientras que acariciaba su brazo, y bajaba hasta tomar su mano. - no fue tu culpa, solamente se dio.
- Si no hubiera sido tan despistado y me hubiera llevado el regalo conmigo yo...
- A ver, basta. - dije mientras que el se recargaba a mi lado, y colocando su cabeza de lado, me miraba. Yo tome su rostro quitando un mechon de su cabello de su frente. - Nadie tiene la culpa de nada, ¿De acuerdo? - el hizo una mueca sin poder verme a los ojos. Yo lo solte, y recarge mi cabeza en su hombro.
- Okey, listo. - dijo el mientras levantaba un costado de su cuerpo, sacando algo del bolsillo de su chaqueta (la cual, desobedeciendo a su madre, no la había dejado en el perchero). Colocó frente de mi, una pequeña caja roja. - Es para ti. - dijo mientras la colocaba en mis manos. Odiaba los regalos.
A veces sentía que las personas te regalaban cosas por puro compromiso, o que los regalos es algo que se tiene quedar y recibir, y si me daban un regalo sorpresa, regularmente no lo aceptaba.
Tragué gordo. Lentamente, abrí la tapa de la caja... Y un hermoso collar con una "J" como dije apareció ante mis ojos. El sonrió, y yo me había quedado en shock. Eran... ¿Eran Diamantes?¿Reales? Por el tipo de vida que era obvio que Justin llevaba, logicamente no serían imitacion. Los cristales chocaban con los rayos de luz de las lamparas, provocando que destellara en millones de colores. Yo solo cerré la tapa otra vez. Justin me miró confundido.
- ¿Que? ¿No te gustó? - no tuve valor de verlo a los ojos, por lo que me dispuse a mirar hacia la alfombra.
- Es demaciado. - estiré la mano, entregandole la caja - Simplemente no podría aceptarlo. - el, mas tranquilo, hechó una pequeña risita.
- Vamos Leah, aceptalo. El dinero ya esta gastado. - dijo volviendo a dejar la caja en mis manos. Yo levante la mirada para verlo. -'Quiero' que lo tengas. - dijo resaltando cada una de sus palabras. - La J de Justin, para que sepas que solo soy tuyo. - dijo mientras abría la caja ya en mis manos, y sacaba el collar. Yo solo cerré los ojos negando con la cabeza. No era posible que gastara todo su dinero en mi, menos en diamantes para Mi, una persona que con plastico se conforma.
Quitó mi melena castaña de mi cuello, haciendola a un lado, y en un dulce movimiento, colocó el collar en mi cuello. Era simplemente hermoso. Unas inmensas ganas de llorar llegaron a mi: ¿Como era posible que tuviera la bendita suerte de estar con el chico mas hermoso del planeta, en todos y cada uno de sus sentidos? Y que, aparte de todo, me queria dar a entender que el era solo mio, y de nadie mas. El es el hombre perfecto, sin lugar a dudas.
Una vez que abrochó el collar sobre mi cuello, me abalanzé sobre el, abrazandolo y con eso un beso.
- Te quiero mas de lo que te imaginas Leah. - dijo el acariciando suavemente mi espalda mientras me abrazaba. Yo recargué mi rostro en su hombro.



Tomé la taza en mis manos, mientras que justin me tomaba aun sentados, de la cintura, acercandome a el. Samanta - la Que tenía entendido, era prima de Justin - se sentó a mi lado, mientras que los demas en la pequeña mesa de 10 personas reían.
- Bueno y, ¡Justin! ¡Si que es una gran sorpresa el que nos traigas a conocer a una de tus novias! - comentó Sam. El, siempre mantuvo esa perfeccion interrumpible, serio, y sublime.
- Si, y con eso de que ya no vive ni aqui... - comentó Pattie.
- Ja, prefirió irse a ese pueblucho feo con el pobre de Yuro. - dijo Jazmyn, la hermana menor de Justin. El, se tensó, mientras que yo prevenía por las vibras que la conversacion emitia, que ese día no sería la nuera favorita. Todos en la mesa rieron por el comentario de la dulce peliroja con ojo verde, totalmente diferente a su hermano mayor.
- Dime, Leah, ¿A que se dedican Tus padres? - todos en la mesa callaron, mientras que yo comenzaba a querer desaparecer de allí. Odiaba que las conversaciones se centraran en mi como protagonista.
- M-mi padre es pa-astor. - logré decir entre tartamudeos. Justin me dio un pequeño pelliscon, como diciendo "tranquila, que aqui estoy".
- ¡Primo! ¡Sales con una Cristiana¡ Eso es provocativamente sexy. - comento el que tenía entendido, era el primo de misma edad que mi novio, Fredick. Justin forzó la quijada, y cerro en puño su mano debajo de la mesa, siendo yo la unica que lo había notado. Los demas en la mesa rieron, mientras que Pattie le daba un golpe a su sobrino menor.
- Bueno y, ¿Tu eres tambien fiel creyente de la iglesia cristiana?
- Si. - dije con toda certesa.
- Bah, estupideces es lo que es la iglesia cristiana. - masculló entre dientes Karen, mientras que Hugo reía a su lado, ambos primos de Justin. Inmediatamente, comenzé a sentir como era que esa conversacion iba en decadencia.
- ¿Se conocen desde Brownsville? - preguntó Fredick.
- Asi es. - contestó Justin, mientras que una pequeña sonrisa en la corvatura del labio se le llegaba a notar. Yo bajé la mirada al mantel de la mesa.
- ¿Y salen desde que estaba haya? - preguntó Rebecca, la tía.
- No, desde aqui. - contestó el.
- Ja! Le debió de haber entrado panico cuando se dio cuenta de que conoceria a la familia... A menos de que ya la hubieras invitado desde antes. - comentó una peliroja, del mismo tono que Jazzy.
- Carly, es mas que obvio que no sabía, si hubiera sabido se hubiera venido un poco mas 'arregladita'. - masculló entre dientes, segun ella disimulandolo, ya que en aquel momento todos los presentes hablaban entre si. Aun y con eso, esuché claramente esos comentarios. Una pulsada dentro se mi corazon fue lo unico que sentí al escuchar esas palabras, asi como ganas de llorar. Lo ultimo que quería era no agradarle a la familia de Justin. Bajé la mitada, un poco triste, y noté claramente como la respiracion de Justin había cambiado. Ya no era pausada, era grande, como si estuviera manteniendo un gran enojo dento de el. Yo lo miré de reojo.
- por favor Ivvi, es obvio que lo maximo que puede ella comprar es un par de tenis en aeropostales, su papa es pastor, ¿Que esperabas?
- ¡A ver!¡Ya! - grito Justin a todo pulmon, mientras que con un golpe en la mesa de paraba de la silla. Si, quizas era por eso mismo el por qué no me quizo llevar a su casa, o la razón por la que estuviers tan nervioso al momento en que no nos pudimos escapar de su familia, por que sabía que yo iba a ser el chisme principal para la cena.
- Justin, Hijo... - reprochó Pattie.
- ¡Hijo nada¡ Estoy arto! Arto se que no pueda ser feliz aqui! Ustedes nunca fueron ni seran mi familia! Ni siquiera una familia! Las familias no juzgan por dinero! - todos los presentes callaron, incluyendome. - esta chica, Leah me hace feliz, mas feliz de lo que jamas estuve. Ella me hace mas feliz que lo que me hacen todos ustedes juntos! Yo la amo por lo que es! En cambio, a ustedes solo las podrian amar por el dinero por que aparte de eso no son mas que unas hijas de puta que se visten con ropa costosa! Para mi todos ustedes vallanse a la mierda! - grito mientras que la familia intercambiaba miradas entre si. Mi corazon latía fuertemente. Mi deseo tampoco era que se terminara peleando con su familia entera solo por mi... - Leah, - habló en tono mucho mas normal, posando su mirada en mi. Aun asi, el enojo aun se le desbordaba por los poros. - Vamonos. - yo me levante de la silla, y el tomó mi mano. Todo el resto de la familia se había quedado sin habla, mientras que nosotros nos alejanos por la puerta de la cocina.


Ya estaba obscuro. Justin se recostó en el cesped, y yo me recosté a su lado. Ya estabamos lejos de la casa, mucho. Nos encontrabamos en central park, un lugar donde, Justin me dijo, iba para relajarse después de una mala pelea con sus padres. No habíamos intercambiado palabras desde que salimos de la fiesta.
Justin respiró profundamente.
- Perdon por eso. - dijo con un nudo en la garganta. - odio tener que sacar ese lado mio frente a ti.
- Quizas exageraste. - el giró la cabeza de lado inmediatamente, mirandome. - no debes de pelearte con tu familia solo por mi.
- ¿Solo? - bufó el. - que poco valor te tienes a ti misma Leah. - reprocho. Yo solo miré hacia el lado contrario, sentandome en el cesped.
- Una sola persona no vale toda tu sangre. - el se sentó junto a mi, y colocó dulcemente un mechon de mi cabello detras de mi oreja. El me miró, y sonrió.
- Leah, tu eres la cosa mas maravillosa que se ha pasado por mi vida. - dijo el, mientras que tomaba mi rostro. Yo tan solo miraba al pasto. - eres la razon por la que sonrio dia tras día. Has penetrado tan dentro de mi corazon que, llegé al punto en que, si alguien te hace llorar, o te lastima de algun modo, un dolor punzante se estanca en mi pecho, y unas enormes ganas de matar a la persona que te hirio recorren todo mi cuerpo dominando mis instintos. - yo levanté la mirada. El fuerte viento provocó que mi cabello volara, como en una danza que solo el viento y el pudieran comprender. El sonrio. - eres tan perfecta, tan distinta... Y ya puedo decir que te amo. - inmediatamente levante la mirada. ¿Me amaba? ¿Lo había dicho enserio? ¿El Te Amo? Lo ultimo que pude hacer, fue tomar a justin del rostro para besarlo una y otra vez, y susurrar entre respiros "Te Amo Tambien"

C O N T I N U A R A ~