The Red Pawn

“Vampiros”

7 minutos de retraso. Susurre para mi misma. ¿Podría haber alguien mas irrespetuoso que el?
Se que esa mañana había actuado con un gran valor, aunque por dentro el terror me carcomía. Creo que ahora le daba más miedo que nada.
Aunque faltara, no seria capas de decirle a la dirección todo lo que se que hace, no soy tan mala, ni tampoco una queda bien, así que descarto esa idea. Tendría que buscar otra forma de escarmentarlo, aunque no se me ocurre nada absolutamente.

La puerta se abrió. Entro con paso vacilante, y yo lo mire con precocidad. Arrogante. Con la cabeza en alto. Creo que comenzaba a descubrir al ‘Verdadero Justin’ el cual me había estado ignorando, y podría apostar, pensaba que mientras mas lejos de mi, mejor.
La luz tenue de las lámparas de mesa que estaba sobre esa gran hilera de mesas de madera, eran unas de las pocas que nos iluminaban. En lo alto de las paredes, casi topándose con el techo, había unas ventanas todo alrededor. Serian unos 60 cm de grosor tan solo. Esas eran las únicas otras ventanas que se encontraban, y que nos iluminaban. Una librería un poco sombría, pero por esos escasos 60 cm, que rodeaban 3 paredes enteras en su parte posterior, bastaba para que estuviera iluminado. A una hora decente, dependiendo de los horarios, y la luminosidad del día, encendían unas lámparas a lo alto del techo. Ahora todo estaba apagado, y lo único que nos iluminaba por dentro eran esas pequeñas lámparas, que estaban en cada una de las mesas juntas.
Justin llego, y se paro frente de la mesa en donde yo estaba sentada. Su arrogancia era absoluta, solo esperaba que no aumentara.
- No te canses, siéntate. – sin decir palabra alguna, movió la silla de madera con una pequeña colchoneta roja en ella, y se sentó. Ambos nos miramos fijamente. Era una competencia, gran competencia. El que cesara, perdía, ¿Qué perdía? Nada, simplemente el orgullo. Lamentablemente, el parecía un experto en el juego. Sus ojos, los más intensos que había visto en mi vida, claro, era lógico que me ganara.
Al ver mi rendimiento muto, sonrió victorioso.
- Empieza. – dijo inmediatamente después.
- ¿A Que exactamente? – pregunte confusa.Me miro, iluso. Recargo su codo en la mesa, mas de la mitad de su lado, y se acerco a mi, poniendo su rostro en la palma de su mano.
- ¿Para que estamos aquí, “Princesa”? - presentía que ese ‘apodo’ improvisado no era para nada mas, que para burlarse de mi.
- Por si no te diste cuenta, por el trabajo de literatura. – asintió pensativo.
- Entonces, comienza con eso. – se paro bruscamente de la mesa, recargado su espalda en el respaldo de la silla. Cruzo sus brazos por sobre su pecho. Tan solo le faltaba poner los pies sobre la mesa, y se vería como un tremendo acoplado.
- Ja, Ja, Ja, - reí con ironía. - ¿Crees que hare todo sola? –
- ¿Qué acaso no puedes? – levanto ambas cejas. No pude evitar no sentirme una completa estúpida, golpe bajo con el. No se por que presiento, que siempre será así con el.
- No necesito a un mimado como tu. – me miro con odio, odio puro, de ese que te corta el tejido y te atraviesa hasta llegar al corazón, y aunque tu sientas el mismo odio, te lastima. - Pero no dejare que te pases de listo conmigo. – puse un libro sobre la mesa, provocando que resonara en toda la biblioteca, la cual ahora, parecía estar totalmente vacía.
- No me necesitas. –
- Adivino. Pero es ‘necesario’ hacer estos trabajos juntos. –
- No se ni siquiera de que es el tema. –
- no es mi culpa que no hayas asistido a clases las ultimas 2 semanas. –
Ambos callamos. Estábamos temerosos, los 2, la única diferencia, era que el Sí lo sabia disimular, y yo no.
- Okey, me rindo. – dijo el - ¿Qué quieres de mi? – se acerco por la mesa. Su rostro estaba a menos de 10 centímetros cálculo. Como siempre, me cohibí, aunque lo sobrepase.
- Que me ayudes en este proyecto. – volteo los ojos. Yo al ver ese acto de irritabilidad, rezongue también. – ¡¿Que es lo que quieres hacer tu entonces?! ¡Nada de lo que te digo te parece bien! Tampoco soy lectora de mentes. – termine agotada. –
- Deberías. – me sonrió otra vez con ‘burla’ en el rabillo de sus labios. – es de gran ayuda. – yo regrese el cuerpo sobre el respaldo. Ignore su comentario inmaduro y estúpido, y seguí con lo mío.
- Brujas, Sirenas, Vampiros, O Duendes. – Me miro fijamente – Elige. –
- Vampiros. – dijo al instante. Me asuste que tan rápido lo decidiera.
- ¿Seguro? –
- Totalmente. – me aseguro guiñándome el ojo. Yo suspire. Alejé con mi brazo un montón de libros, innecesarios, y tome unos 5 mas, relacionados con los vampiros. El bufó. - ¿Para que todo esto? – pregunto como si lo hubiera ofendido.
- No Sabemos nada de Vampiros. – rezongue. –
- Habla por ti. – frunció el ceño. – yo no soy un ignorante. – respire profundamente para calmar los enojos que Justin me causaba.
- y a ver, señor ‘Sabiduría.’ – cerré la portada de un libro de vampiros que había abierto hace unos segundos apenas. - ¿Qué sabes de Vampiros, según tu? – me sonrio, como si le hubiera contado una broma. No lo entendí, aunque bueno, no era de esperarse que no se tomara este trabajo serio. –
- ¿Segura Princesa? – me pregunto con ese tono que tanto odiaba. - ¿No tendrás pesadillas en las noches? –
- No te preocupes. El que a ti te den pesadillas, no significa que todos sean unos inmaduros como tu. – le guiñe el ojo, y el rio bajo.
- Chupan sangre. –
- Esa es una metáfora. –
- NO brillan en la obscuridad. –
- Pensé que brillaban en la luz del sol. – rezongue.
- Buscan a chicas hermosas, para beber su sangre. –
- ¿Cómo viven?
- Como gente común. Tu podrías ser un vampiro, o tal vez Yo lo soy, quien sabe. – ese juego de ‘Pregunta Respuesta’ era divertido, viendo que tan rápido sabia inventar todas esas cosas, que eran mas que obvias, no tenia conocimiento.
- ¿Mayores alimentos? –
- Depende de que tipo. Si son Wiranos, Sangre tan solo de animales. Si son Jekits, Te podrían comer a ti. – resalto la ultima frase. –
- ¡A! – grite sarcásticamente. – Si, y luego uno, llamado Eduardo, se enamora de una mortal, llamada isabella, solo que aquí, ¿le decían Isa?. Pero un malvado vampiro la quiere a la chica, así que ambos escapan, y hacen 4 libros de la novela. – me miro iluso. – lo siento, ya se me la historia. - rei.
- Esos son cuentos para dormir. – dijo seriamente. – de lo que te hablo es en serio. –
- JAJAJA, - rei a carcajadas por unos segundos. – Crepusculo es una historia de amor, los tuyos son cuentos de miedo. Tontos, e inimaginables. –
- Tontos, e Inimaginables… - repitió mis palabras. - ¿Cómo sabes que no te hablo enserio?
- Por que los Vampiros no existen. – ambos nos miramos. Ahora el me miro con odio, y esta vez, si me dio miedo. Me miro como si lo hubiera desonrado, como si lo hubiera ofendido.
- ¿Crees que sabes todo sobre la vida?
- Por supuesto que no. – me defendi. – pero se reconocer la realidad, y la fantasia. –
- Sabes reconocer el mundo humano en el que te han enseñado a vivir. –
- El UNICO mundo. –
- Eso es lo que TU crees. – me miro otra vez del mismo modo. Ambos estábamos enojados, con el era algo normal. – tu realidad es paralela a la mia. –
- Cual es la tuya? – lo pensó unos minutos. Estudio el mueble en el que nos encontrábamos, como era tallado tan imperfectamente, y al mismo tiempo tan hermoso.
Levanto la mirada, y me miro a los ojos. Nos quedamos así unos segundos, antes de que cualquiera de los 2 hablara.
Interrumpiendo nuestro ‘trance’ entraron otros 3 estudiantes, haciendo un poco de ruido al abrir la puerta, y riéndose a carcajadas entre ellos.
- Creer. – dijo, mientras tomaba su mochila, y se la colgaba al hombro, dejándome completamente sola.


C o n t i n u a r a

Vampiros? me dan miedo los vampiros!
Me encanta, Justin es tan raro! Seguila ahora mismo porfas,subí otro cap.

Besos!!

oh oh! :| creo ke justin......es....un vampiro!? o me ekivoco?

dame pistas Caar siii :o solo dime kosas komo: puede ser! kien sabe!? o a lomejor? estas cerka :) oooo no se pero dame siiiiiiiiii

PD: o si no dime: estas bien lejos no llegas ni a la eskina!!!! o no se .... :P lose soy lokiss :P

OH MI DIOS.... tienes que seguirla ahora :'( porque voy a salir y cuando vuelva quiero ver capituloS. ¿Bieber es vampiro? Ö ¡como en mis fantasías! Quiero que sea vampiro :'c ¿puedes convertirlo en vampiro?

LaBieberConda:3 escribió:OH MI DIOS.... tienes que seguirla ahora :'( porque voy a salir y cuando vuelva quiero ver capituloS. ¿Bieber es vampiro? Ö ¡como en mis fantasías! Quiero que sea vampiro :'c ¿puedes convertirlo en vampiro?

estoy de acuerdo con Thiare kisiera ke fuera un vampiro ujujuj komo sera besando el cuello ....jejejjej

~Un millon de sensaciones.

Corrí a través de los pasillos, esperando poder encontrar a alguien. Extrañamente estaba completamente sola. Habían dicho mi nombre al salir de clases, y tenia que dirigirme a la oficina principal, lamentablemente me habían dicho que el director había tenido que salir a una urgencia. ¿Quién los Entiende?
Fueron solo 10 minutos de diferencia, seria demasiada coincidencia que en esos 10 minutos, el director me hubiera llamado, hubiera ido a dejar los libros, toda la escuela ya se hubiera ido y el director hubiera tenido que salir sin siquiera avisar.
Ese días varios se fueron un poco mas temprano, había una gran tormenta aproximándose. Con impermeables y paraguas en mano, todos salieron a la hostilidad del exterior, escuchando los rayos y truenos que del cielo emergían. Supongo que en el caso de que solo menos de la mitad de los estudiantes siguieran en la escuela a la hora de la salida, hacia posible que en 10 minutos quedara totalmente vacía, aparte, era grande la urgencia de todos por llegar a la casa, con la familia y ponerse a salvo. No era un huracán ni nada por el estilo, solo que conocemos la ciudad, y sabemos que con cualquier ‘Gran Pequeña Tormenta’ podrían pasar detalles como que la luz se fuera, o que se cayeran varios anuncios de cerveza o hasta postes de luz. Nadie más estaba en la escuela. Solo estaba yo.
Vi al conserje mientras pulía los pisos. Llevaba puesto unos audífonos, así que no me escucharía.
Todo estaba obscuro, las tenues luces fosforescentes no se comparaban con que afuera estuviera de un negro perturbador, mas aparte los rayos y truenos que alumbraban de vez en cuando, aunque más te daban escalofríos.
Decidí ir a la oficina administrativa, para ver si había alguien que me pudiera decir que ya me podía retirar.
Cruce otros 6 pasillos, tan solo enfocada en llegar a la administración. Definitivamente había alguien allí. La puerta estaba abierta, y emitía desde adentro una luz blanca fosforescente.
Mas decidida aun, entre a paso veloz, el problema: alguien salía del mismo modo.
Rebote en su pecho, y el tan solo hizo mala cara. ¿Tenia que ser Justo el?
- ¿Se perdió la princesita? – dijo Justin en ese tono que tanto había aprendido a odiar. Me miro con arrogancia, y como si lo estuviera desesperando. Sus manos estaban sobre su pecho, envueltas en un trapo blanco, con manchas de… sangre.
La sangre, mi peor pesadilla.
Jamás lo e evitado, y es que la verdad ni siquiera lo e intentado, pero cada vez que veo sangre, siento como si la presión se me bajara. La odio, y mas cuando sale de alguien mas, de mi, es como si fuera mi propia sangre, algo de mi, no hay lio alguno.
Me asuste al ver la mano de Justin envuelta en un trapo de sangre, inmediatamente intuía que se había mal herido y que intentaba secarse y parar el derrame de sangre con el trapo.
Sin decir palabra alguna, tome sus manos, entre las mías. El me miro expectante, pero no hizo nada para detenerme. Lentamente fui abriendo cada parte del trapo enrollado en sus manos. La sangre comenzó a caer al suelo gota por gota y supe que no era una herida superficial. La abrí con más ansiedad, y me encontré con un vidrio encajado en la palma de su mano. Sentí como la presión se me bajo al ver la sangre caer, roja rubí. Asustada, abrí mis ojos como omoplatos y no pude evitar el que Justin se diera cuenta.
- Es solo un poco de sangre. – objeto. Levante la mirada perturbada.”¿Poco?” pregunte a mi misma.
Fije la mirada otra vez en la herida. El vidrio había atravesado la piel hasta donde podía, era grande, unos 5 centímetros de largo, pero no calculo el ancho.
- Vamos a la enfermería. – me gire 180º para poder caminar hacia donde según mi perturbadamente estaba la enfermería, aun con las manos ensangrentadas de Justin en las mías, pero el no se movió.
- No hay nadie en la enfermería, se supone que ya todos deberíamos estar en las casas por la tormenta. – rodé los ojos. Odiaba que tuviera la razón. Medite un poco la situación en la que nos encontrábamos, y al final creo que escogí la mejor opción, bueno, una de las pocas que teníamos.
- Ven. – dije jalándole la mano. Caminamos apenas medio camino, para entrar a la puerta de los baños. El se fijo en el suelo, negándose a entrar.
- ¡No pienso entrar al baño de las chicas! – dijo asustado. Yo reí por lo tonto que se veía, aunque el decirlo de ese modo hacia que sonara feo. Rezongue un poco, aunque no había nadie en la escuela para esa hora, así que nadie vería que entramos al baño, y por su parte que entro al baño de chicas, aparte, no era para nada malo, simplemente tenia que limpiarle la horrorosa cortada que tenia.
- No hay nadie, nadie nos vera. – dije mientras empujaba la puerta y esta se abría. El baño se veía obscuro, la única luz que había era la de los relámpagos que había afuera, y los postes de luz, unos 2 apenas, pero la negrura del día los opacaba.
Sobre los fregaderos, había una serie de espejos juntos, lo que hacia la ilusión de que era uno solo muy pero muy largo.
Me puse al frente de uno, y Justin me siguió.
Tome sus manos entre las mías, definitivamente hubo mas que solo tacto, hubo comunicación. Un millón de palabras dichas en un solo rose.
Note como me miraba, cada movimiento que mis manos hacían al momento en que le quitaba la venda que le envolvía en diferentes direcciones la mano. Era como si estuviera feliz de estar con el vidrio encajado, cosa extraña.
Quite la venda totalmente, y la puse junto al fregadero. Había pasado de un color blanco amarillento, más beige, a un rojo rubí, color sangre.
Aun y con el asco y el miedo en la boca de la garganta, pude ver un poco más a fondo la herida.
- ¿Por qué no te quitaste el vidrio Antes de ponerte la venda? - para mi era algo lógico, ¿Por qué no quitarse el vidrio para que la hemorragia cesara? Era lo que el esperaba…. ¿No?
- Tengo mis razones. – gimió con dolor.
Volví la mirada a la herida, el vidrio seguía incrustado, cosa que en lo personal me causaba un gran escalofrió. La examine unos segundos, y puse la mano sobre el vidrio, moviéndolo tan solo un poco. No alcance a moverlo ni 2 milímetros, antes de que Justin pusiera su mano sobre la mía, para detenerme. Con esa acción, llego otra reacción, otra vez otras mil palabras jamás dichas, pero que con ese tacto las ‘sentí’.
- Se lo que hago. – le asegure mirandolo a los ojos. – explícame algo. – frunció el seño juntando ambas cejas. - ¿Cómo te hiciste esta herida? – pregunte mientras la examinaba completamente. Fije mi mano en ella mientras el comenzó ha hablar.
- Mañana Lo Sabrás, será Primicia: Justin el chico raro rompió una ventana. – rio. Levante la mirada, me había llamado la atención lo de ‘El Chico Raro’. El me miro, y nos quedamos así unos cuantos segundos, suficientes para que mi corazón se agilizara.
Siempre había escuchado lo que era el amor, siempre he visto esas hermosas películas, como mi favoritas, que son El Titanic y Casa Blanca, historias de amor, el problema, es que Jamás había sentido el amor en si. Amor fraternal, por tu familia, por mi mama, papa, y por Sabrina, pero por alguien externo, un desconocido que llega de un día para otro a mi vida, nunca antes.
Jamás e tenido un novio, admito con vergüenza. Me han gustado chicos, pero jamás a sucedido nada con ellos, ya que resiento, no soy necesariamente del tipo de chica que atrae a todos los hombres a la redonda, como lo serian Alison y Jenna, que tiene a quien quieren, cuando quieren. Para los chicos soy como un bicho raro, aunque la verdad, eso no hacia mi vida mas desdichada, ya que no necesito a nadie que este a mi lado para hacerme sentir bien, no necesito a nadie que me diga palabras bonitas, creo que me puedo consolar sola, y si no puedo, tengo a Leo, Tracy, y Bree.
- ¿‘Chico Raro’? – imite su tono de voz. - ¿Por qué te catalogas así? –
- ¿Qué tu no lo haces? ¿Acaso no piensas que soy raro? – contesto con otra pegunta casi al instante. Era como si hubiera sabido de antemano que con su comentario haría esa pregunta.
- Raro no. – dije casi sin pensar. El me miro confundido, creo que soy la única que no piensa eso de el. – Incomprendido, tal vez… - cerro y abrió los ojos pensativo. Sonrio encorvando uno de los lados de sus labios, y asintió varias veces con la cabeza.
- Me gusta tu forma de pensar. – sonrio. Yo sonreí igual, y regese la mano a la herida. Sin pensarlo mas, saque el vidrio de adentro de la mano. Justin casi grita por el dolor, aunque se paso rápido. Mas sangre salió como chorrillo, aunque era algo inevitable.
Era la primera vez que veía a Justin como mi ‘Igual’, ya no lo veía sobrenatural, o inhumano. Vi como era débil también, así como yo, lo vi humano por primera vez en la vida.
Abri el chorro del agua, y puse su mano debajo de ella. Solo había agua fría, no se si fue mejor o peor para su dolor, aunque de ambas maneras le hubiera calado.
Al principio hiso una mueca, y note como no aguantaba las ansias de sacar la mano del chorro frio, pero aguanto. Después el ardor de un principio desapareció, y se volvió en un extraño placer envuelto de tranquilidad. Abri otra llave y deje que el terminara de sacarse la sangre de su mano por su cuenta. En la otra, me enjabone yo. Justin hiso lo mismo, solo que el dio un ligero grito, al sentir el ardor otra vez del jabon entrando por el tejido abierto.
Levante la mirada dos segundos, y luego la volvi a bajar mirando hacia mis manos otra vez. El agua y la sangre se convertían en uno mismo, y veía como el agua color rojo se iba por el desagüe. Me quite una mancha de sangre que tenia en la cara, tan diminuta que por poco no la veía. Cuando termine, vi a Justin intentando ponerse la misma venda infectada de hace rato.
- ¿Qué estas haciendo? – rei mientras tomaba la venda, y me dijiria hacia el bote de basura. El me miro confundido, mas aun cuando vio caer la venda a los desperdicios llenos de papeles y cosas así.
- Ponerme una venda que ya tiraste junto con un montón de papeles sucios. – me acerque a el, y lo tome de la muñeca, para que saliéramos del baño. El corredor estaba ahora mas obscuro de lo que estaba antes, y un rayo se vio alumbrándolo.
- No puedes ponerte una venda contaminada en una herida ahora ‘limpia’. Buscaremos otra. – lo impulsaba a caminar, y luego de unos segundos lo solte, y el camino a mi lado, de regreso a la enfermería. Una vez que estábamos enfrente de la puerta, al intentar abrirla, me había visto forzada. No estaba habierta, ya la había cerrado.
Justin me miro con cara de ‘¿Y Ahora que?
- Podriamos pasar a una farmacia. – el ‘Podriamos’ me gustaba como sonaba, nos juntaba en una sola frase… suena estúpido, pero creo qe esos son pequeños indicios. Minimo tenia pensado estar conmigo un poco mas.
- No hay farmacias abiertas, todo esta cerrado por la tormenta. Aparte, si estuviera alguna abierta, no hay hasta el centro, y estamos del otro lado de la ciudad. – ambos callamos. Nos miramos uno al otro mientras pensábamos, aunque mas que nada mirábamos dentro de nosotros mismos.
- ¿No habrá otro lugar donde hayan vendas? – ambos pensamos otra vez.
- En mi casa. – bromee seguido de una pequeña risilla sarcástica.
El me miro expectante, como meditando un poco mis palabras.
- esta bien, vamos a tu casa, me das la venda, y te dejo respirar de la molestia que estar junto al ‘Chico Raro’ te causa. – rio a carcajadas por unos segundos.
- ¿Molestia? JAJAJA – rei. – creo qe es lo contrario. – al mismo tiempo de que quería decir esas palabras, algo en mi cabezita me decía que me callara la boca. De repente todo indicio chusco se fue, y quedo solo parte seria. Su sonrisa se desvaneció, y la reemplazo una cara de incomodidad y confusión. Nos quedamos unos minutos así, mientras yo en mi mente estaba muriéndome por el antiguo comentario. No había visto la profundidad de el hasta que el la insinuo con su cambio de humor. – mira, tengo un plan. Vamos a mi locker, tomamos una benda de reserva que tengo allí guardada, y luego vamos a mi casa para curarte bien. Que sea solo por mientras el camino. – El asintió la cabeza.
- ¿Nos vamos? Me tendras que acompañar a casa de una tia por Sabrina, mi hermana. Queda de paso a mi casa y ahí te pongo la venda. – el tan solo asintió, y tomamos camino entre los relampajos y truenos.


C o n t i n u a r a ~

Sii me encantan las tormentas! SEGUILA está cada vez mejor!

Capitulo 11


Resonaron los truenos en el cielo, mientras veía una gran carga electroestática que se nos abalanzaba. La lluvia había cesado minutos antes de salir, y estaba todo el puso mojado, y hasta un poco encharcado. Metí mis manos en el saco naranja que llevaba puesto, y encorve los brazos. Justin caminaba a mi lado, con su saco puesto, si, pero parecía que el frio, y la neblina se le resbalaba. Hasta en la tempestad, el siempre mantenía el margen de la perfección.
Yo mantenía la mirada en el suelo, mientras que el veía el cielo… aun sigo sorprendiéndome de cómo puede ser aparentemente tan ‘inquebrantable’.
La distancia entre nosotros era notaria, mas porque con el eco de los sonidos del cielo, no se necesitaba conversación ya que no había espacios de silencios en ningún momento.
- ¿Por qué me ayudas? – dijo deteniéndose en la acera en seco.
Me di vuelta, y camine hacia el los pocos pasos que nos separaban, quedando así a medio metro de distancia.
- ¿A qué viene la pregunta? – el rodo los ojos.
- ¿Por qué me ayudas? Pensé que te caía mal o algo así…. – el bajo la mirada, solo por 3 segundos, y luego la volvió a levantar viendo hacia las bancas de un parque que estaba enfrente.
Para ese momento me había quedado atónita. ‘¿Caerme Mal….?
La verdad era que, aunque no fuera mi persona favorita en el planeta, ni tampoco fuera muy cortes conmigo, lo toleraba, y hasta eso, no me caia mal, ¿Por que? Por que es diferente a los demás, y en sierto modo, sus palabras no me duelen ni me calan…
Le di una sonrisa por la curvatura de uno de los lados de mis labios
- ¿Qué te hiso pensar eso? – pregunte con miedo a la respuesta. El me miro, y suspiro. Continuo a paso firme pasando por mi lado izquierdo, y luego me gire para caminar a su lado. Su mirada era perdida, como si no encontrara algún lugar seguro donde mirar, algún lugar donde no fuera posible que se quebrara algo, obviamente, jamás me miraría a mi.
- Tu actitud…. – frunció el ceño y suspiro – no es para nada igual a la de los demás. – concluyo cuando por fin encontró después de ese suspiro, las palabras adecuadas.
Yo medite un poco las palabras. ¿Eso tenia algo que ver siquiera con la respuesta a la pregunta que yo le había hecho?
- ¿Por ser diferente significa que me caes mal? -
- No, no. – cerro los ojos intentando encontrar la forma adecuada. Se notaba que tenia todo un mar de palabras, sin acomodarse en su cabeza. – me refiero a que eres diferente, de un modo bueno, creo… -
La caminata prosiguió, un poco incomoda. Íbamos por la ciudad sin nada mas que decir, aparte de un gran espacio de silencio entre nosotros a cada charco que pisábamos. Los truenos adornaban nuestra conversación, mientras que en silencio medite a mi misma mis errores hechos con Justin en el día. Para empezar, ¿Por qué me quede hasta al ultimo? ¿Por qué ni Tracy ni Bree ni Leo se quedaron a esperarme? ¿Sera que hoy TENIA que encontrarme con Justin? ¿Sera que el TENIA que cortarse la mano? ¿Y por que no le dijo a la enfermera antes de salir de clases? ¿Por qué a MI? Muchas preguntas sin respuesta, y la verdad sin significado alguno….
- Tengo hambre…. – dijo Justin en voz baja. Yo sonreí -
- Mmm…. – medite un poco – no puedo ayudarte en eso, te diría que comieras en mi casa – levanto la mirada, con un tipo de mirar que no supe desifrar – pero yo me haría un sándwich para comer, nunca hay nada en esa casa… - baje la mirada apenándome por mis palabras. Otros 6 pasos fueron efectuados, antes de que dijera….
- ¿Qué tal si comemos en algún lado? – me detuve y lo mire fijamente. me sonrio, y no pude decir un ‘No…’.



- ¿Ya decidieron que van a ordenar? – pregunto la dulce señora acercándose a nuestra mesa. Mire la carta otra vez, no había nada que se me apeteciera, pero no podía ser tan descortés y no pedir nada para comer.
Repasaba una y otra vez la lista de las comidas que estaba en el menú, no había nada que se me antojara, pero nunca caía mal algún caldo. Voltee la hoja, a la parte de las sopas y los guisos. Caldo de res, caldo de verduras, caldo de pollo. Al final opte por un caldo de camarón pequeño, es llenador, y en lo personal me encantaba. Justin pidió una ensalada, bastante natural. Era una pequeña cafetería en la carretera, totalmente de madera, con pequeñas ventanas a los costados. Habían tan solo unas 5 mesas, bastante pequeña cafetería. La señora usaba un mandil rojo a cuadros con blanco sobre su blusa azul, su piel morena era preciosa, aunque un poco descuidada. Llevaba su cabello negro, chino y corto agarrado en una coleta. Nos retiro la carta una vez que ambos decidimos que pediríamos de comer, y la incomodidad comenzó. Ya no era como afuera, que por los sonidos de la tormenta podíamos bien no hablar, ya que no habían espacios de silencio, pero aquí si, y era extraño, muy extraño, considerando que jamás antes había salido con Justin, o hablado con el por mas de 15 minutos enteros.
Por sobre nuestra mesa, había un pequeño-gran cuadro. Se visualizaba la figura de una mujer, tal vez indígena americana. Estaba levantando una flor de cristal por sobre su cabeza, y de esta salían sombras, que se veían espeluznantes. No pude evitar no perderme en la pintura, fue como si no hubiera nadie mas como yo, estaba consiente de todo, pero me parecía extrañamente hermosa….
- La madre Palina – Emitió Justin mirando con añoranza mirando el cuadro del mismo modo que yo. Bajo la mirada, con una sonrisa tranquilizadora, como si de repente le hubiera llegado una racha de paz - ¿Conoces la historia? –
Baje la mirada, viéndolo a el, negué con la cabeza, y volví los ojos hacia el cuadro. Era extraño, me sentía… identificada.
- ¿Tu si? – le pregunte bajando los ojos. En eso, llego la señora con dos bebidas, para mi una coca, y para el agua. Me sentí chusca al pedir una coca cola, mientras que el se fue por lo dietético. Gracias a dios no había pedido también una hamburguesa, como mis primeros instintos lo expectoren, sino, hubiera sido mucha la diferencia.
La señora dejo las bebidas en la mesa, y yo abrí mis latas con las uñas. Justin abrió la botella de agua, y le dio un pequeño, pequeñísimo sorbo, fue como si le diera asco.
Deje mi coca-cola allí, y mire a Justin.
- Rige mi vida… - susurro para si mismo. Por un segundo, parecía como si el no supiera que estuviera ahí. Creo que eso le sucede muy a menudo. – si, tengo algo de idea… - me dijo a mi, aunque por lo ultimo que dijo, creo que había quedado muy en claro que la conocía casi a la perfección.
- Cuéntamela – tome mi coca entre mis manos, junto con una servilleta para limpiarle la boquilla – así nos entretenemos mientras llega la comida.
El volteo la mirada hacia el suelo, y luego regreso mirando a la ventana.
- Dicen los antepasados, - comenzó tomando entre sus manos su botella, aunque ni siquiera la probaba – Que la madre Palina, era una indígena americana. Sus tribus yacían en las llanuras de Misisipi, en las pocas que hay, junto al rio. – suspiro, y me volteo a ver a mi. No pude evitar no perderme en sus ojos tan perfectos, y en sus irresistibles labios…. – ella era la curandera del pueblo, pero con la colonización, Los franceses que invadieron sus tierras, la acusaron de Brujeria, ya que el único medio que ellos conocían para sanarse eran los medicamentos y los doctores – suspiro. Me daba la impresión de que esta historia realmente lo heria – Los franceses venían en embarcaciones, por mar. La metieron a una de las celdas de los barcos – bufo ingenuo – Ja, como si eso la hubiera detenido…. – mascullo para si mismo.. Yo incline mi cabeza frunciendo el ceño, en gesto de que no entendía lo que decía. Después retomo la historia. - los franceses tenían razón, ella era una bruja, pero así como lo era, tuvo el ingenuo de poder detectar a… - trago saliva – vampiros. – abri los ojos, y rei un poco –
- ¿Vampiros? – el levanto la mirada – esta parece un cuento de miedo en lugar de una leyenda. –
- Pues algunas leyendas, son una pesadilla – con esas simples 6 palabras, me callo la boca. Me quede seria, me sentia regañada indirectamente. – ella los acuso, pero nadie le creyo. Arta de que por ser mujer no le hicieran caso, escapo de la celda, y se vistió de hombre, para poder acusar a los vampiros. Todo iba bien, hasta que se dio cuenta de que uno de los vampiros, era el mismísimo capitán. Entonces, se sintió derrotada, y decidió correr a la aldea, para informarles a todos. Milagrosamente lo logro, pero cuando llegaron, acusaron a toda la pequeña aldea de brujería, y de incubrirla. La bruja, no encontró mas soliciones, mas que luchar contra ellos, empezando con el vampiro. Todos estaba luchando, y el miro la miro a los ojos…. Inmediatamente se enamoro.
- Una historia de amor… - asumi. El asintió con la cabeza –
- Exacto – sonrio con la corvatura de sus labios, y mi corazón se detuvo ante aquel movimiento suyo – no tuvo mas remedio, que dejarse matar por ella, ya que el era incapaz de matarla. – el se veía maravillado con la historia, pero yo estaba aterrorizada. Nunca había creido en el ‘Sacrificio por amor’ y jamás lo haría – te quedaste en shock – rio bajo y le dio otro pequeñísimo sorbo al agua.
- Me causa escalofríos imaginándome muriendo por mi enamorado – mire a la ventana, y me fige al cuadro – pero, ¿Por qué tiene una estaca de cristal? – Justin miro el cuadro, y suspiro
- con esa estaca el vampiro la iba a matar a ella, pero ella la utilizo para matarlo a el. Inmediatamente después de su muerte, todos los franceses se fueron – me miro – le dicen la Madre Palina, por que salvo a toda su tribu –
-Aun me parece increíble que la pelea haya sido entre ‘Vampiros’ y ‘Brujas’ – dije haciendo señas con los dedos – es como de fantasia – Justin, se inclino hacia el frente, hasta quedar lo mas cerca a mi de lo que la mesa le permitia –
- Tu a diario vives una fantasia, la fantasia que un día Dios soño, ¿Por qué la tuya puede ser realidad, y la de los vampiros y brujas no? – me quede pensando. Fantasia….
- ¿Crees en los brujas? – el callo, y bajo la cabeza. Levantando tan solo el rabillo del ojo –
- Siempre, y en los vampiros… - negó con la cabeza en forma ironica – como si yo mismo fuera uno de ellos –
Un escalofrio recorrió mi espalda. La señora llego con nuestras comidas, poniéndolas sobre la mesa.


C o n t i n u r a ♥

Más obvio no puede ser, estoy segura de que Justin es un vampiro!
SEGUILA!

Amore subid mas cap!!!!! esta de pelos la nove me enkanta!!!!!!!!!!!

Capitulo 12

~Algo mas.... ¿Como reclamar algo que ni siquiera es Mio?~

La comida fue silenciosa, y Después de eso, fue como si Justin hubiera estado en estado automático todo el tiempo. No hablaba a menos de que yo lo hiciera primero, y no contestaba con grandes palabras, tan solo habían ‘Si’ ‘No ‘Quizás’. Me llegue a sentir tan incomoda, que cuando llegamos a casa, y aun no estaban mi papa con Sabrina (me había llamado diciendo que el se encargaba de ir por Sabrina, y que yo fuera a casa) me sentí mal, ya que así estaríamos solos, y estaría ese silencio incomodo otra vez.
Fue rápido, llegada y salida, tan solo entre al baño, y tome el patiquín de primeros auxilios, y le envolví la venda. Era extraño, pero al principio de la velada sentía como si hubiera algo más… el tomo sus cosas, y se fue agradeciéndome mi hospitalidad. Y de repente, me había quedado sola en la casa.
El timbre sono una vez mas, anunciando la entrada a los salones de nueva cuenta. Si, tocaba literatura.
Cruzé el largo pasillo con los libros sobre el pecho como un fantasma, enfocada en mi destino, y con una sola incognita en la mente: ¿Justin se presentaría a aquella clase?
Estaba bastante nerviosa. Si llegaba a presentarse, significa que quizás yo hubiera sido la razón por la que aquella clase le aborrecía tanto, pero si no, significa que abría algo mas, hecho que me haría mas que feliz, ya que significa que no fui yo la causante de todos los problemas que le vinieron ensima al no presentarse en Literatura. Fuera como fuera, la tensión se sentía en mi aura.
Di un fuerte respiro antes de entrar al salón. El olor a hoja de libro nuevo resaltó mi olfato, dándome una sensación hogareña. Y si, allí estaba. Esta vez, sentado al lado del pasillo, dejándome el lugar de la pared a mi. Entonces, quizás el día de ayer era lo que necesitábamos para romper el hielo.
Fueron 2 segundos del trance, hasta que caminé por el pasillo. Los demás chicos se susurraban cosas entre sí, todos los murmuros volando alrededor de Justin, y su repentina aparición en esa clase, a la cual tan solo había asistido una vez, y después de eso, nada…
- Hola. – dije nerviosa, disimulándolo (según yo). El tan solo me regalo una sonrisa… una bella, y dulce sonrisa. Yo sonreí igual.
Cruzé detrás de el, y me senté en la silla de la pared, recargándome en ella, como siempre lo había hecho.
Después de eso, todo fue tenso… bastante. En ese momento, realmente llege a extrañar a Brandon, el chico con el que casi nunca hablaba, se sentaba a mi lado, y ahora no estaba por un brote de varicela, que si salía a la luz del sol, se le harían marcas permanentes. Me sentía tan incomoda…
Me acomodé sentándome correctamente en la silla. Justin no me quitaba la mirada de ensima, estaba a tan solo 30 centimetros, y me miraba detenidamente. Coloque mi pluma junto a mi cuaderno.
- Bieber Justin…-
- Aquí. – contestó Justin girando la cabeza para ver a la profesora. Ella levantó la cabeza, sorprendida de que aquel chico decidiera aparecer. Sin decir una palabra, regresó su hoja y le marcó asistencia.
Otra vez, el silencio incomodo.
- Fletcher, Leah…? –
- Presente. – contesté. La maestra tan solo siguió con otro nombre.
- ¿Ese es tu único nombre? – preguntó de repente mi compañero. Yo lo mire, un poco nerviosa. El siempre causaba ese efecto en mi.
- Si. – contesté inmediatamente. - ¿Tu tienes un segundo nombre?
- Si. – contestó y miro al pizarrón, inspeccionando a la maestra y luego regreso su mirada a mi. – Drew. – sonreí.
- Justin Drew.. Suena bien. – abrí mi carpeta, para buscar el ultimo examen de literatura.
- Leah sinsegundonombre Fletcher. – yo reí por lo bajo, y el solo hecho una pequeña risita. – suena bastante lindo. – me sonrojé, aunque fuera tan solo un juego... – JAJAJA. – rió un poco mas fuerte. - ¿Por que te sonrojas? – preguntó con la risa en la punta de la lengua. Yo me sonrojé aun mas, y el, del mismo modo, sonrió.
- Chicos. – la maestra llamó la atención de todos. Justin seguía con una gran sonrisa en su rostro, mientras que yo trataba de regresar a esa palida piel blanca que siempre tenia, fuera de lo ruborizado de mis mejillas. – tengo que entregar boletas en oficina. Los que terminaron la actividad del dia de ayer, entonces no tienen trabajo. Los que no, hoy es el ultimo dia para entregarlo. – dijo para después enfocarse de nuevo en la boleta. Gracias al cielo, yo ya había terminado aquel reporte de lectura de un capitulo del libro de Romeo y Julieta. Menos mal.
- ¿Que tenían que hacer? – preguntó Justin casi en un susurro.
- Reporte de lectura. – hizo mala cara, y me miró dejando de ver a la maestra.
– Ya lo terminaste, ¿Cierto?
- Tengo bastante experiencia en ellos. – sonreí, y el aparto la mirada para ver a los demás del salón, los cuales hablaban animadamente, al menos la gran mayoría.
Y otra vez, el silencio incomodo llego a nuestra banca. Estábamos a menos de un metro, mucho menos de un metro. Si me movia un poco hacia la derecha, toparía mi pierna y brazo con su brazo y pierna. Era bastante… raro.
- Ah, gracias por lo de ayer. – repitió las palabras que el dia anterior había dicho. – Fuiste muy amable.
- No hay de que. No podía dejarte desangrando, no me lo permitiría jamás. – hice una mueca, la cual dejaba bastante en claro que la sangre era algo que no me agradaba tanto. El tan solo me miro… y me miro. Yo lo miré, y el me miro. Fueron 3 segundos, suficientes como para que mi corazón se acelerara como un caballo desbocado de la rienda. Asi de intenso eran los pequeños segundos en que sus bellos ojos se figaban en mi insignificante persona.
Pasaron minutos en silencio. Al final, decidí abrir mi libro de Romeo y Julieta, para distraerme en algo. Justin tan solo, miraba a no se que, con las manos en puño sobre la banca roja. Mantenía su perfil en alto, tan irrompible. Y tan perfecto.
La hora paso lenta, aunque aquella sensación de incomodidad con un toque de emotividad seguía allí, latente, recordándonos de su existencia con cada exalacion.
El timbre sonó, y todos se levantaron inmediatamente de sus bancas. Inmediatamente, casi como un reflejo, Justin tomó mi mano en puño cerrado al intentar levantarme, en signo claro de que esperara dos segundos mas.
- espera. – dijo mientras guardaba su cuaderno en la mochila. - ¿Que clase te toca?
- Historia. –
- Me queda de paso. – sonrió, de un modo en que no pude evitar no sonreírle también.

Y asi pasaron dos días mas. Las charlas se volvían cada vez mas largas, pasaron de ser charlas de segundos, a platicas de toda la hora de Literatura. Me saludaba cuando me veía por el pasillo, o en la cafetería, pero si me veo cerca de Leo, Tracy o Bree (detonación especial en el primer sujeto) no se me acercaba. No sabía la razón exacta, pero se lo agradecía, ya que si Leo tiene una minima sospecha, puede llegar a ponerse bastante histérico. Fueron 3 días seguidos de hablar con Justin en clase, mas aparte saludos rapidos en los pasillos/cafetería/gimnacio, agregando también la salida a comer y la caminata de hacía ya varios días. Y ahora, mi corazón latía cada vez mas fuerte cada vez que pensaba en aquella sonrisa que helaba cualquier alma blanda como la mia.





- ¡¿Estuviste sola por horas con Justin Bieber?! – tome un sorbo a mi chocolate caliente. Era delicioso poder saborear el sabor a quemazón en tu garganta, bajando por el esófago hasta tu estomago, delicioso, típico de día lluvioso en donde no te levantas de la cama… rodee los ojos, ella se veía emocionada, yo, decepcionada.
Ya era Sabado, habían pasado ya 3 dias desde que el se corto la mano y me acompaño a casa, y yo todavía no les mencionaba nada del asunto ni a Bree, ni a Tracy. Cuando Justin se me acercaba en la escuela, era tan solo con un pequeño hola, o una sonrisa, cosas que ninguna de las dos había notado.
- ¿Podrías por favor no hacer un Gran drama sobre eso Bree? – Le mire mientras jugaba con el popote que (sin sentido alguno) habían puesto en mi bebida – Solo lo ayudaba, es todo…. – me miro con el rabito del ojo, recargándose en el asiento en donde estaba sentada. Era estilo ochentero, todo en ‘The Mickey House’ lo era. El señor Mickey era conocido por toda la ciudad. Bree me llamo temprano, a eso de las 8 de la mañana para invitarme a tomar algo. Es algo rutinario de los sábados por la mañana.
- Esto, es ORO. – dijo haciendo pausas entre las palabras – si supieras cuantas chicas se MUEREN – resalto la palabra Mueren – por estar con el, entonces sabrías lo afortunada que eres. – negué con la cabeza mirando la mesa a cuadros en la que estábamos sentadas- Es en serio, hasta Alison quiere estar con el. Le da miedo hablarle, pero le gusta, serás envidiada. – recargue mi codo en la mesa, y sostuve mi cara con mi mano.
- ¿Y Tu crees que ser envidiada es mi sueño de vida? –
- Envidiada no, Admirada si. – mire hacia la ventana, y ella me chasqueo los dedos - ¡Entiende Leah! ¿Qué tal si a el le gustas? – la mire rápidamente. Me había tomado por sorpresa.
- ¡Claro que no! Estas loca Bree… -me miro con cara ingenua, y yo proseguí con mi punto – Okey, mírame a Mi, soy Leah Fletcher, la cual no ha sobresalido en absolutamente nada en…. – lo pensé un momento – toda su vida. – termine diciendo un poco apenada - ¿Cómo crees que un chico ‘Así’ – hice comillas con la mano al decir esa ultima palabra – se fijaría en mi? ¿Por qué asumes eso?
- ¡Por eso mismo! – me miro haciendo movimientos exagerados con las manos – Ambos son incomprendidos, y ambos son extraños – encorve una ceja – bueno, tu sabes que lo eres, lo que digo, es que lo tienes que conocer mas. Tal vez ahí tengas tu primera oportunidad, y no la vez por miedo…. –
Estaba segura de que eso no era verdad, al menos la parte de ‘El Gusta De Ti’. Era imposible que un chico como Justin, hiciera ese tipo de cosas, es mas, hasta podría tener una novia ahorita, una lejana, tal vez del lugar donde viene. Aparte, no quiero tener novio ahorita, esas cosas del romanticismo no son mi fuerte, y no se como empezar a practicarlas, y con alguien tan difícil como Justin, menos.
- Pero primero…. – Prosiguió tomando su Café Caliente entre sus manos – ¿A ti te gusta el…..? –
Okey, oficialmente, esta iba a ser agregada a una de las conversaciones con Bree mas extrañas que había tenido en mi vida entera.
¿Me gusta? !Claro que no! O… ¿Si?
Después de no contestar por un largo tiempo, Bree solo sonrió.
- Solo te digo, - tomo otro sorbo a su café – que si no te apuras, chicas como Alison, te lo vendrán arrebatando, y no creo que quieras eso… - Suspire, tenia razón, aunque ni siquiera sabia lo que quería.
- No le digas nada de lo de Justin a Leo, ¿esta bien? – le pregunte nerviosa – Me refiero a lo de que lo ayude y que hablamos mucho en clase y esas cosas. - respire profundo, tratando de tranquilizarme. No se que haría Leo si se enterara, ya que tanto el, como yo, vimos al mismísimo Justin ingiriendo droga, o quien sabe que cosas. Seria espantoso para el imaginarme a mi estando con el solos, aparte, podría llegar a decirle a mi padre, y el si me lo prohibiría… - No se como podría reaccionar. – Bree tan solo asintió con la cabeza.
- ¿Me acompañas al Centro Comercial? – me sonrió – tengo que comprar unas pinturas de Lienzo, y por ahí nos compramos algo para animarnos, ¿esta bien? – Asentí con la cabeza, girándome de la cintura para arriba para tomar mi saco y mi bolso…. Y entonces todo se detuvo.
No se como fue exactamente, pero fue algo inusual. Un sentimiento jamás antes registrado en mi corazón, ni tampoco tenia ni la menor idea de lo que era. Una combinación de Celos, con Dolor…. Justin iba bajando de un coche negro junto a una chica que jamás en mi vida había visto por aquí. Era alta, piel blanca, con pelo color caoba, casi rojo tomado en una coleta a lo alto de su cabeza. Iba con unos pantalones negros, y unas botas (del mismo color) con un poco de peluche en ellas. Llevaba una chaqueta, del mismo color de todo. Era hermosa…. Y estaba con el. No sabia que sentir, ¿Cómo reclamar algo que no es mío? El problema era que ni siquiera sabia si había ‘algo mas’ entre nosotros, pero si sin saberlo me sentía así, no me imaginaba como seria si hubiera pasado algo mas en aquellos días. Mire a bree, ella también se había quedado en shock por esa imagen. La chica abrazo a Justin por su cintura, como si realmente lo quisiera…. Así como yo lo hubiera hecho.


C o n t i n u r a r a ~

Caar seguila amorew tenias dias desaparecida igual ke merii :(

No se quién será esa, pero desde ya la odio! SEGUILA me encanta.
Podés subir un maratón, aunque sea uno mini, porfas!