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The Red Pawn
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Re: The Red Pawn
Esta buenisima tu nove c: Soy tu nueva fiel lectora.
Pasate por la mi es nueva https://onlywn.activoforo.com/t19374-amor-inesperado-c-jbtu :bounce:
Pasate por la mi es nueva https://onlywn.activoforo.com/t19374-amor-inesperado-c-jbtu :bounce:
Kris Swaggy
Re: The Red Pawn
alis1313 escribió:AHHHH!!!!!!! Caar defiitivamente tenes ke seguirla aahhhhh! la rayis lo puso nervioso :P
Y no sabes todo lo que se viene ahora! Prepárate porque esta nove te va a dejar con los pies en la luna! jajajajja TKM Alis :D
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
anto-bieber!!! escribió:Sorry por re desaparecerme! q no comente no significa q no la lea! la leo en el cel, nada mas q es tam choto q no me deja comentar esta re loco mi celu! en fin me encanta esta nove! SEGUILA!!
Besos!!
No hay problema, entiendo, me alegro que te guste, es un honor poder subir esta nove a la pag, es muy buena, yo se lo que te digo! (: Gracias por comentar (: Besos!!
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Kris Swaggy escribió:Esta buenisima tu nove c: Soy tu nueva fiel lectora.
Pasate por la mi es nueva https://onlywn.activoforo.com/t19374-amor-inesperado-c-jbtu :bounce:
Me alegro mucho que te guste, pero para que no allá problemas no es mía, la leí de una pag y se la pedí a la escritora si me la dejaba subir y me dejo, por eso, eh aquí la nove jiji :geek: :lol!: Ya me paso por la tuya!! :D
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
~MARATÓN capítulos 5&6~
Capitulo O5
“Escéptica”
- Que tenga un buen día. – le dije a ese señor con una camisa de ‘Los Simpson’ encima, dándole su combo 4, que incluía unas papas, una malteada, y por supuesto, una hamburguesa.
- Leah, ven aquí. – escuche detrás de mí a Aarón, mi jefe, el gerente. Me acomode mi gorra de color naranjado fosforescente, con azul rey, y me voltee hacia el área de freidoras una vez más. –
- ¿Qué sucede? –
- Alejandra no vendrá el Sábado, ¿Estas interesada en cubrir su puesto por ese día? Serian otros 20 dólares para ti, si trabajas ese día extra. – yo tan solo asentí animada.
- Claro que si, los necesito, ya viene navidad, y estoy ahorrando para los regalos. – aclare.
- Perfecto. El sábado a las 3 te espero aquí. – dio media vuelta, regresando a la ventanilla de auto servicio, y se puso los audífonos por sobre la gorra. – ya te puedes ir Leah. – me aclaro. – tu turno termina en 3 minutos. – voltee a ver el reloj que estaba a pocos segundos de que su manecilla principal dirán las 7 de la tarde. –
- Esta bien Aarón. - fui hacia mi ‘casillero’. Tome mis cosas, sacando mi bolso, y dejando la molesta gorra, y Salí de la caja registradora. Me despedí de todos con un amigable adiós, y Salí del local.
Llegué a mi casa. Mis pies me pulsaban, y si estaba bastante agotada, mas que nada por que ese día habíamos tenido que correr 50 metros en las canchas para educación física. Me pulsaba la cabeza, pero aun y con todo, tenia que comenzar con mi tarea. Por suerte, tan solo tenia que trabajar en ingles, y matemáticas. No se por que, los otros maestros estaban de un buen humor, y no parecieron recordar su deber.
Por supuesto, aun estaba frío, aunque el sol que ahora se estaba ocultando en el ocaso había calentado un poco el día, pero en ese momento siendo las 7:OO pm, el sol se vuelve a ocultar, y el frío comienza a emerger de nueva cuenta.
Contemple un poco la casa, que por el frío se veía muy sombría. Subí los pocos escalones que te llevaban al porshe de la casa. Las escaleras negras, con detalles forjados. La casa era de un verde desbanido, mas que nada color agua. La puerta parecía haber sido arañada por algún oso, y su intenso color rojo se caía por el paso del tiempo. Junto a la casa, se encontraba la cerca, y obstruyendo casi por completo su paso, se encontraba un viejo y gran roble, que normalmente estaba frondoso, y verde. En esta época del año, sus hojas estaban de color ambar, dorado y café. Se hacían montañas y montañas de hojas, donde a Sabrina le gustaba jugar.
El árbol ocupaba gran porción del techo de un solo piso de la casa, y por supuesto poca parte del patio trasero.
Subí al porshe, mientras en mi bolso metía la mano para buscar la llave, que estaba junto con un llavero que llevaba a ‘Mickey Mouse’.
Entre a la casa, y el viento entro a mi compañía. Dentro, estaba la calefacción, y aparte de todo, mi papa por primera vez en el año, había prendido la chimenea. Mi vestido con una blusa de cuello de tortuga gris, de manga larga por supuesto. Su cabello aun con gel, y sus pantalones negros. Sabrina, se veía lo contrario en tanto a colores. Llevaba una blusa naranja, de cuello de tortuga y manga larga por supuesto, y un pantalón jean. Sus botas rosas, y sus moños la hacían ver adorable.
- Leah! – grito mi pequeña niña al verme entrar. –
- Sabris! – grite imitando su asentó. Empece a sacarme todo lo que llevaba puesto, como por ejemplo mi bufanda, y mi chaqueta. Mi papa se puso detrás de mi, y cuando me quite la chamarra, el la sostuvo por detrás, colgándola en el perchero.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? – me pregunto creando tema de conversación.
- Muchas hamburguesas. – resalte. – y clientes inconformes. Trabajar en la compañía mas famosa del mercado en cuanto a hamburguesas se refiere, es difícil. – me queje.
- Trabajar en ‘Whataburger’ es tan solo el primer paso. Creo que todos pasamos por algún trabajo similar, vendiendo comida. Yo, por ejemplo. Mi primer trabajo, fue en Mc Donals, y no me quejo. – río bajo. Yo reí también.
Sabrina, que estaba jugando en el suelo, parecía no prestarme atención. Di un suspiro.
- Iré ha hacer la tarea. – dije perezosamente. Tome mi mochila, la cual momentos atrás la había dejado caer, y cruce la sala, para llegar al pasillo.
Baño…. Cuarto de mi papa….. cuarto de lavado por la derecha…. Cuarto de Sabrina en la izquierda… mi habitación al fondo del pasillo a la izquierda.
Entre, y la luz era tenue. Prendí inmediatamente la luz principal, y moví el interruptor de la luz que estaba junto a la puerta. Las paredes de color crema, mi cama con una colcha rosada. Mi escritorio era de ese mismo color crema, y tenia unas lámparas colgadas en la pared, por sobre un sillón que tenia allí.
Moví la silla con ruedas, y me senté para comenzar ha hacer mi tarea. Una vez que la termine toda, después de cómo media hora, me metí a la ducha.
Dentro de la casa, había un clima agradable, gracias a que la calefacción estaba encendida las 24 horas en este invierno, así que meterme a la ducha no fue un presagio, como lo hubiera sido si hubiera estado frío.
Aproximadamente en 2 horas, estaba completamente libre. Luego de salir de la ducha, me puse mi pijama, y fui ha hacerle de cenar a Sabrina, que tenia hambre, y de paso le hice a mi papa, ya que se le había antojado el huevo con tortilla que le hice a mi pequeña hermana.
Después de eso, fui de vuelta a mi habitación, y me puse a leer de mi colección de libros de mitos y leyendas mitológicos.
Tome mi laptop, y me puse a investigar un poco de ‘Las Sirenas’, el ser mitigo de esta semana en literatura.
Cosas maravillosas, y estúpidas al mismo tiempo era con lo que me encontraba. Aun no podía creer eso de ‘personas que vivían debajo del mar’ aunque en la clase, no intentábamos demostrar si sí existían, o si no, pero si intentábamos desifrar los ‘secretos’ y la belleza detrás de esas tantas leyendas de marineros en embarcaciones que se encuentran con hermosas mujeres con cola de pescado.
Me considero escéptica, ya que no creo en todo eso de ‘fantasmas’ ni ‘brujas’, hasta no ver, no creer.
Saque mi libro de ingles de mi mochila, para rectificar lo que había contestado, aunque bueno, no era nada difícil, tan solo era sobre el verbo ‘To be’, cosa que vimos desde segundo grado, aunque bueno, tanto para mi, como para Bree y Leo, era mas difícil. Nosotros no estudiamos aquí en nuestra ciudad, nosotros veníamos de fuera. Es extraña la historia, pero importante.
Vivo en Brownsville, Texas, USA. Aquí estamos al sur, por supuesto. Lo genial de vivir aquí, es que aprendes de dos culturas, también de Mexico. En mi ciudad, tan solo cruzas un puente, sobre ‘El Rio bravo’ que es el que divide la ciudad, y llegamos a la otra ciudad mexicana, Matamoros Tamaulipas Mexico.
Mi mama, quería que aprendiera a hablar español, así que desde kínder, me mando a Mexico a estudiar. Todos los días en la mañana, me levantaba temprano, para poder ir a Mexico, a mi colegio, y lo bueno, es que mi mama no regresaba en todo el día a USA, ya que ella tenia empleo en Mexico. Cuando salía del colegio, ambas nos regresábamos a casa.
Del mismo modo que el mío, Leo, y Bree, les sucedió lo mismo. Viven aquí en Brownsville, pero estudiaron la primaria conmigo. Leo y yo, siempre hemos sido amigos, aunque con Bree, tan solo éramos conocidas. No fue hasta 5º año, que nos comenzamos a llevar, y los 3 nos volvimos mejores amigos. Cuando entramos a la secundaria, conocimos a Tracy, y el resto, es historia…
Si, si hablo español, ni mi papa, ni mi hermana lo hablan, (aun) aunque mi papa quiere enviarla a algún colegio en Mexico así como yo, pero tal vez seria demasiada presión, ya que mi papa trabaja aquí en Brownsville, y el viajar todos los días a Mexico, (que la verdad no es mas de 10 minutos) seria algo mas pesado, por los horarios y todo eso.
Interrumpiendo mis pensamientos, acostada en mi cama, mi celular comienza a sonar. Asustada por su inesperado sonido, veo el identificador. Desconocido. ¿Quién puede ser?
Cogí el teléfono, y lo puse junto a mi oreja, mientras apretaba el botón para contestar. Inmediatamente, una voz masculina se escucho detrás del auricular…
- ¿ALO? - me pregunto con desesperación. Asustada, esa voz volvió ha hablar - ¿Leah? –
- Quien eres? – la voz no se me hacia familiar, aunque al mismo tiempo, sentía como si la hubiera escuchado toda la vida…
- Soy… -
C o n t i n u a r a –
Capitulo O6
“El Drogadicto”
- Soy… - hizo una pausa dramática. – el Mago de Oz, y vengo a buscar a mi león cobarde. ¿Se encuentra por ahí? – entonces, pude saber de quien se trataba. –
- Ahora yo soy el León cobarde? – bromee. –
- Claro que si, eres muy cobarde. –
- No nací para ser una temeraria Leo. – reí. - ¿Qué sucede? –
- ¿Quieres ir a cenar conmigo? Ya sabes, Hot dogs de Don Marcus. – (Don Marcus era un señor que todas las noches se ponía con su carro de Hot Dogs en una esquina de un parque. – no quiero ir solo. –
- Huy! No te vallan a secuestrar…. Ahora el León Cobarde toma el papel de niñera ¿no? – ambos reímos. –
- Ja, Ja, Ja, que graciosita eres. – la ironía era evidente. –
- Okey, vamos, pero pasa por mi. No quiero ir hasta tu casa. –
- Ni que viviéramos tan lejos, vivimos a unas cuadras de distancia. –
- Aun así, ven tu. – volví a objetar. –
- Esta bien, cúbrete bien, hace frío afuera. –
- Estas peor que mi papa, ¿Sabias eso? – volví a reír, aunque a el no le pareció tan gracioso como para reírse conmigo. –
- Soy le mejor amigo que podrías desear, no me culpes. – ya casi hasta podía ver su enorme sonrisa detrás del teléfono. –
- JAJAJA, - reí muy fuerte. – tienes razón, perdón si herí tus sentimientos. – bromee. –
- Sal ya, estoy en la esquina. – cambio de tema. –
- Okey, ahí voy. – cerré el teléfono, y tome una chaqueta gruesa. Me envolví una bufanda rosada en el cuello, y entonces me di cuenta de que tenia la pijama. Aun así, Salí. La pijama era calientita, aparte de todo, en la colonia ya era bien conocida, y todo mundo salía siempre en pijamas, así que no importaba tanto.
Apague la luz de mi cuarto, y la única luz que se veía era la de la calefacción, los botones prendidos.
Salí del cuarto, cerrando la puerta, y cruce el pasillo.
- ¿ A donde vas a salir? – me pregunto mi papa en cuento entre a la sala. –
- Leo me invito a comer unos hot dogs. ¿Te molesta? – el asintió con entendimiento. –
- Para nada, confío siega mente en leo. – me guiño el ojo. – aun así, no abuses de mi confianza. – sabia de antemano a lo que se refería. –
- Tranquilo, solamente iremos a los Tacos de Marcus, no es gran cosa. –
- Okey, pero ten cuidado. –
- Si, estaremos juntos, no te preocupes por nada. – en ese instante, sonó el timbre. Abrí apresurada, y allí estaba leo, que parecía un verdadero esquimal recién llegado de una misión. El es el triple de friolento que yo, en verdad, me había asombrado que quisiera ir a caminar por unos hot dogs, cuando estábamos a unos 12 grados aya afuera, (según el inacertado meteorólogo, que siempre fallaba en sus predicciones con el clima)
Leo saludo a mi papa con un simple hola señor, y después salimos a caminar hacia los hot dogs. Ambos metimos las manos en los bolsillos, para calentarnos. –
- ¿Hiciste todas las tareas? – me pregunto probablemente sabiendo ya la respuesta. –
- no, - mentí. – soy tan cobarde, que ni siquiera me atrevo a tomar el lápiz por miedo a pincharme el dedo. – jugué un poco con su chiste. El río fuertemente.
El sol ya estaba oculto, y tan solo estaba la luna. Caminábamos calle por calle, que tan solo eran iluminadas por los faros de las calles. En cada cuadra, habían mas y mas arboles, todos tupidos, aunque ahora se estaban empezando a caer las hojas, por el otoño, que había llegado un poco tarde, mas de lo normal.
Caminamos unos minutos mas en silencio, con un solo enfoque: Los Hot Dogs.
Esa es una de las mayores razones por las que amo a Leo, por que puedo hablar con el tranquilamente, sin miedo a que valla a decir algo, o me valla a traicionar. No me gustaba, ni mucho menos, ni física, ni mentalmente. No es lo que busco en una pareja, así que creo que es algo bueno, por que jamás podría haber algo entre el y yo, ya que no me atrae. Es alto, (bastante) flaco, (mas bien flacucho). Tiene pelo pelirojo, y ojos que cambian de color depende del color de ropa que use, pero en natural, son como verdes, con café. Es lindo, si, tienes bonitos rasgos, también, pero jamás como para salir con el. Creo que esa es la mayor razón por lo cual el es mi mejor amigo. Siempre me defiende, me protege, me quiere como su hermana menor, (aunque me gana tan solo por 1 mes, el cumple el 9 de Abril, mientras que yo cumplo el 14 de mayo) en fin, es todo lo que una chica podría desear para su mejor amigo.
Llegamos a los hot dogs, y el señor Marcus nos saludo como siempre. ‘Hola leo, Hola Leah, ¿Lo de siempre? ‘ pregunto. Íbamos tan seguido, que Marcus hasta a bromado con poner nuestra foto en el carrito, y si la gente preguntara, el diría que somos los clientes del mes. ‘Lo de Siempre Marcus’, contestamos ambos al mismo tiempo.
Marcus comenzó a preparar nuestros hot dogs, mientras que Leo y yo tomábamos asiento en las bancas que estaban allí, frente al carrito, para comer más a gusto.
Una vez que termino mis 2 hot dogs, y los 4 de Leo, (aunque esta flaco, come como si tuviera un desague en su estomago) ambos los tomamos, y comenzamos a comerlos.
No sabia que era exactamente, si alguna escencia, o la forma en que cocinaba a fuego lento la salchicha, pero los hot dogs de Marcus eran mi delirio. Los amaba, los podría comer diario si pudiera, pero no me es posible.
Cuando terminamos de comer, nos pusimos a bromear con Marcus, ya que tan solo quedábamos Otra pareja de señores de unos 30 años, y nosotros 2. Los otros señores se nos unieron a las risas, mientras terminaban de comer sus hot dogs, al igual que nosotros.
Una vez que terminamos, ya eran las 9. No era tan tarde, pero aun así, no quería estar hasta la madrugada caminando.
Ambos nos dirigimos hacia mi casa, y de allí leo se iría a la suya, que le quedaba de paso.
Todo estaba normal, silencioso. A lo lejos se escuchaba los monótonos ruidos del trafico, y en una que otra cosa se escuchaba música muy alta.
Nos faltaban 3 cuadras para llegar a mi casa, en ese instante, dimos vuelta hacia la derecha en una calle, y con lo que me encontré, creo que fue lo mas inesperado en ese momento.
Había una figura frente de mi, un chico, con una chamarra de cuero hasta la rodilla. Tenia algo en las manos, que se lo metía por la nariz.
Por inercia, Leo tomo mi mano, quedándose detrás de mi. Yo di un paso en falso, tratando de no hacer nada de ruido para evitar que aquel drogadicto notara nuestra presencia.
- Vamonos de aquí. – me susurro Leo al oído. Respire profundamente, y sin quitarle la vista de encima a ese chico, di un paso hacia atrás, entonces, todo se volvió una pesadilla.
En pleno otoño, las ramas y las hojas de los arboles caen, dejándolo al elixier de cualquiera. Cada hogareño es responsable de limpiar su banqueta, para evitar accidentes, lo malo, es que el hogareño de la casa en la que estábamos, (bueno, en la banqueta de la casa en la que estábamos) no había seguido con esas reglas.
Leo y yo estábamos tan en shock, que por tratar de movernos lento, creamos mas ruido aun, sin gracias a no habernos dado cuenta, de que había un montón de ramas y hojas amontonadas en una pila junto a la cerca blanca de madera estilo ochentero. Al dar yo el paso hacia atrás, pise 3 ramas, que estaban entrelazadas entre si, lo cual provoco aun mas ruido. El drogadicto levanto la mirada, asustado, y tratando de esconder lo que tenia en su mano. Entonces, me lleve una desagradable sorpresa.
El chico me miro fijamente. Tenia sus ojos rojos, que prácticamente brillaban en la obscuridad. Aun y con la mirada perdida por el susto, lo llegue a reconocer.
- Justin. – susurre. ¿Era un drogadicto? Por lo que veía, así era. Leo me apretó la mano, para recordarme de que aun que lo conociera, y fuera mi compañero de banca en Literatura, estaba drogado, y con toxinas dentro del cuerpo, uno pierde el control.
Justin me miro otra vez, se veía arrepentido. La verdad, no parecía ‘drogado’ en si. No se tambaleaba, ni alardeaba, como e escuchado que los drogadictos hacen. Se veía bien, aparte de que tenia algo en la mano que se metía por la nariz, y por sus ojos rojos, pero fuera de eso, se veía normal. De la nada, en un abrir y cerrar de ojos, justin salió corriendo en dirección contraria ha donde estábamos nosotros. Me asuste, ya que paso por mi lado. Leo me abrazo cuando nos rozo el hombro, para evitar que me hiciera daño en caso de que lo intentara. De un momento a otro quedamos Leo, Yo, y la luna en compañía.
C o n t i n u a r a –
Capitulo O5
“Escéptica”
- Que tenga un buen día. – le dije a ese señor con una camisa de ‘Los Simpson’ encima, dándole su combo 4, que incluía unas papas, una malteada, y por supuesto, una hamburguesa.
- Leah, ven aquí. – escuche detrás de mí a Aarón, mi jefe, el gerente. Me acomode mi gorra de color naranjado fosforescente, con azul rey, y me voltee hacia el área de freidoras una vez más. –
- ¿Qué sucede? –
- Alejandra no vendrá el Sábado, ¿Estas interesada en cubrir su puesto por ese día? Serian otros 20 dólares para ti, si trabajas ese día extra. – yo tan solo asentí animada.
- Claro que si, los necesito, ya viene navidad, y estoy ahorrando para los regalos. – aclare.
- Perfecto. El sábado a las 3 te espero aquí. – dio media vuelta, regresando a la ventanilla de auto servicio, y se puso los audífonos por sobre la gorra. – ya te puedes ir Leah. – me aclaro. – tu turno termina en 3 minutos. – voltee a ver el reloj que estaba a pocos segundos de que su manecilla principal dirán las 7 de la tarde. –
- Esta bien Aarón. - fui hacia mi ‘casillero’. Tome mis cosas, sacando mi bolso, y dejando la molesta gorra, y Salí de la caja registradora. Me despedí de todos con un amigable adiós, y Salí del local.
Llegué a mi casa. Mis pies me pulsaban, y si estaba bastante agotada, mas que nada por que ese día habíamos tenido que correr 50 metros en las canchas para educación física. Me pulsaba la cabeza, pero aun y con todo, tenia que comenzar con mi tarea. Por suerte, tan solo tenia que trabajar en ingles, y matemáticas. No se por que, los otros maestros estaban de un buen humor, y no parecieron recordar su deber.
Por supuesto, aun estaba frío, aunque el sol que ahora se estaba ocultando en el ocaso había calentado un poco el día, pero en ese momento siendo las 7:OO pm, el sol se vuelve a ocultar, y el frío comienza a emerger de nueva cuenta.
Contemple un poco la casa, que por el frío se veía muy sombría. Subí los pocos escalones que te llevaban al porshe de la casa. Las escaleras negras, con detalles forjados. La casa era de un verde desbanido, mas que nada color agua. La puerta parecía haber sido arañada por algún oso, y su intenso color rojo se caía por el paso del tiempo. Junto a la casa, se encontraba la cerca, y obstruyendo casi por completo su paso, se encontraba un viejo y gran roble, que normalmente estaba frondoso, y verde. En esta época del año, sus hojas estaban de color ambar, dorado y café. Se hacían montañas y montañas de hojas, donde a Sabrina le gustaba jugar.
El árbol ocupaba gran porción del techo de un solo piso de la casa, y por supuesto poca parte del patio trasero.
Subí al porshe, mientras en mi bolso metía la mano para buscar la llave, que estaba junto con un llavero que llevaba a ‘Mickey Mouse’.
Entre a la casa, y el viento entro a mi compañía. Dentro, estaba la calefacción, y aparte de todo, mi papa por primera vez en el año, había prendido la chimenea. Mi vestido con una blusa de cuello de tortuga gris, de manga larga por supuesto. Su cabello aun con gel, y sus pantalones negros. Sabrina, se veía lo contrario en tanto a colores. Llevaba una blusa naranja, de cuello de tortuga y manga larga por supuesto, y un pantalón jean. Sus botas rosas, y sus moños la hacían ver adorable.
- Leah! – grito mi pequeña niña al verme entrar. –
- Sabris! – grite imitando su asentó. Empece a sacarme todo lo que llevaba puesto, como por ejemplo mi bufanda, y mi chaqueta. Mi papa se puso detrás de mi, y cuando me quite la chamarra, el la sostuvo por detrás, colgándola en el perchero.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? – me pregunto creando tema de conversación.
- Muchas hamburguesas. – resalte. – y clientes inconformes. Trabajar en la compañía mas famosa del mercado en cuanto a hamburguesas se refiere, es difícil. – me queje.
- Trabajar en ‘Whataburger’ es tan solo el primer paso. Creo que todos pasamos por algún trabajo similar, vendiendo comida. Yo, por ejemplo. Mi primer trabajo, fue en Mc Donals, y no me quejo. – río bajo. Yo reí también.
Sabrina, que estaba jugando en el suelo, parecía no prestarme atención. Di un suspiro.
- Iré ha hacer la tarea. – dije perezosamente. Tome mi mochila, la cual momentos atrás la había dejado caer, y cruce la sala, para llegar al pasillo.
Baño…. Cuarto de mi papa….. cuarto de lavado por la derecha…. Cuarto de Sabrina en la izquierda… mi habitación al fondo del pasillo a la izquierda.
Entre, y la luz era tenue. Prendí inmediatamente la luz principal, y moví el interruptor de la luz que estaba junto a la puerta. Las paredes de color crema, mi cama con una colcha rosada. Mi escritorio era de ese mismo color crema, y tenia unas lámparas colgadas en la pared, por sobre un sillón que tenia allí.
Moví la silla con ruedas, y me senté para comenzar ha hacer mi tarea. Una vez que la termine toda, después de cómo media hora, me metí a la ducha.
Dentro de la casa, había un clima agradable, gracias a que la calefacción estaba encendida las 24 horas en este invierno, así que meterme a la ducha no fue un presagio, como lo hubiera sido si hubiera estado frío.
Aproximadamente en 2 horas, estaba completamente libre. Luego de salir de la ducha, me puse mi pijama, y fui ha hacerle de cenar a Sabrina, que tenia hambre, y de paso le hice a mi papa, ya que se le había antojado el huevo con tortilla que le hice a mi pequeña hermana.
Después de eso, fui de vuelta a mi habitación, y me puse a leer de mi colección de libros de mitos y leyendas mitológicos.
Tome mi laptop, y me puse a investigar un poco de ‘Las Sirenas’, el ser mitigo de esta semana en literatura.
Cosas maravillosas, y estúpidas al mismo tiempo era con lo que me encontraba. Aun no podía creer eso de ‘personas que vivían debajo del mar’ aunque en la clase, no intentábamos demostrar si sí existían, o si no, pero si intentábamos desifrar los ‘secretos’ y la belleza detrás de esas tantas leyendas de marineros en embarcaciones que se encuentran con hermosas mujeres con cola de pescado.
Me considero escéptica, ya que no creo en todo eso de ‘fantasmas’ ni ‘brujas’, hasta no ver, no creer.
Saque mi libro de ingles de mi mochila, para rectificar lo que había contestado, aunque bueno, no era nada difícil, tan solo era sobre el verbo ‘To be’, cosa que vimos desde segundo grado, aunque bueno, tanto para mi, como para Bree y Leo, era mas difícil. Nosotros no estudiamos aquí en nuestra ciudad, nosotros veníamos de fuera. Es extraña la historia, pero importante.
Vivo en Brownsville, Texas, USA. Aquí estamos al sur, por supuesto. Lo genial de vivir aquí, es que aprendes de dos culturas, también de Mexico. En mi ciudad, tan solo cruzas un puente, sobre ‘El Rio bravo’ que es el que divide la ciudad, y llegamos a la otra ciudad mexicana, Matamoros Tamaulipas Mexico.
Mi mama, quería que aprendiera a hablar español, así que desde kínder, me mando a Mexico a estudiar. Todos los días en la mañana, me levantaba temprano, para poder ir a Mexico, a mi colegio, y lo bueno, es que mi mama no regresaba en todo el día a USA, ya que ella tenia empleo en Mexico. Cuando salía del colegio, ambas nos regresábamos a casa.
Del mismo modo que el mío, Leo, y Bree, les sucedió lo mismo. Viven aquí en Brownsville, pero estudiaron la primaria conmigo. Leo y yo, siempre hemos sido amigos, aunque con Bree, tan solo éramos conocidas. No fue hasta 5º año, que nos comenzamos a llevar, y los 3 nos volvimos mejores amigos. Cuando entramos a la secundaria, conocimos a Tracy, y el resto, es historia…
Si, si hablo español, ni mi papa, ni mi hermana lo hablan, (aun) aunque mi papa quiere enviarla a algún colegio en Mexico así como yo, pero tal vez seria demasiada presión, ya que mi papa trabaja aquí en Brownsville, y el viajar todos los días a Mexico, (que la verdad no es mas de 10 minutos) seria algo mas pesado, por los horarios y todo eso.
Interrumpiendo mis pensamientos, acostada en mi cama, mi celular comienza a sonar. Asustada por su inesperado sonido, veo el identificador. Desconocido. ¿Quién puede ser?
Cogí el teléfono, y lo puse junto a mi oreja, mientras apretaba el botón para contestar. Inmediatamente, una voz masculina se escucho detrás del auricular…
- ¿ALO? - me pregunto con desesperación. Asustada, esa voz volvió ha hablar - ¿Leah? –
- Quien eres? – la voz no se me hacia familiar, aunque al mismo tiempo, sentía como si la hubiera escuchado toda la vida…
- Soy… -
C o n t i n u a r a –
Capitulo O6
“El Drogadicto”
- Soy… - hizo una pausa dramática. – el Mago de Oz, y vengo a buscar a mi león cobarde. ¿Se encuentra por ahí? – entonces, pude saber de quien se trataba. –
- Ahora yo soy el León cobarde? – bromee. –
- Claro que si, eres muy cobarde. –
- No nací para ser una temeraria Leo. – reí. - ¿Qué sucede? –
- ¿Quieres ir a cenar conmigo? Ya sabes, Hot dogs de Don Marcus. – (Don Marcus era un señor que todas las noches se ponía con su carro de Hot Dogs en una esquina de un parque. – no quiero ir solo. –
- Huy! No te vallan a secuestrar…. Ahora el León Cobarde toma el papel de niñera ¿no? – ambos reímos. –
- Ja, Ja, Ja, que graciosita eres. – la ironía era evidente. –
- Okey, vamos, pero pasa por mi. No quiero ir hasta tu casa. –
- Ni que viviéramos tan lejos, vivimos a unas cuadras de distancia. –
- Aun así, ven tu. – volví a objetar. –
- Esta bien, cúbrete bien, hace frío afuera. –
- Estas peor que mi papa, ¿Sabias eso? – volví a reír, aunque a el no le pareció tan gracioso como para reírse conmigo. –
- Soy le mejor amigo que podrías desear, no me culpes. – ya casi hasta podía ver su enorme sonrisa detrás del teléfono. –
- JAJAJA, - reí muy fuerte. – tienes razón, perdón si herí tus sentimientos. – bromee. –
- Sal ya, estoy en la esquina. – cambio de tema. –
- Okey, ahí voy. – cerré el teléfono, y tome una chaqueta gruesa. Me envolví una bufanda rosada en el cuello, y entonces me di cuenta de que tenia la pijama. Aun así, Salí. La pijama era calientita, aparte de todo, en la colonia ya era bien conocida, y todo mundo salía siempre en pijamas, así que no importaba tanto.
Apague la luz de mi cuarto, y la única luz que se veía era la de la calefacción, los botones prendidos.
Salí del cuarto, cerrando la puerta, y cruce el pasillo.
- ¿ A donde vas a salir? – me pregunto mi papa en cuento entre a la sala. –
- Leo me invito a comer unos hot dogs. ¿Te molesta? – el asintió con entendimiento. –
- Para nada, confío siega mente en leo. – me guiño el ojo. – aun así, no abuses de mi confianza. – sabia de antemano a lo que se refería. –
- Tranquilo, solamente iremos a los Tacos de Marcus, no es gran cosa. –
- Okey, pero ten cuidado. –
- Si, estaremos juntos, no te preocupes por nada. – en ese instante, sonó el timbre. Abrí apresurada, y allí estaba leo, que parecía un verdadero esquimal recién llegado de una misión. El es el triple de friolento que yo, en verdad, me había asombrado que quisiera ir a caminar por unos hot dogs, cuando estábamos a unos 12 grados aya afuera, (según el inacertado meteorólogo, que siempre fallaba en sus predicciones con el clima)
Leo saludo a mi papa con un simple hola señor, y después salimos a caminar hacia los hot dogs. Ambos metimos las manos en los bolsillos, para calentarnos. –
- ¿Hiciste todas las tareas? – me pregunto probablemente sabiendo ya la respuesta. –
- no, - mentí. – soy tan cobarde, que ni siquiera me atrevo a tomar el lápiz por miedo a pincharme el dedo. – jugué un poco con su chiste. El río fuertemente.
El sol ya estaba oculto, y tan solo estaba la luna. Caminábamos calle por calle, que tan solo eran iluminadas por los faros de las calles. En cada cuadra, habían mas y mas arboles, todos tupidos, aunque ahora se estaban empezando a caer las hojas, por el otoño, que había llegado un poco tarde, mas de lo normal.
Caminamos unos minutos mas en silencio, con un solo enfoque: Los Hot Dogs.
Esa es una de las mayores razones por las que amo a Leo, por que puedo hablar con el tranquilamente, sin miedo a que valla a decir algo, o me valla a traicionar. No me gustaba, ni mucho menos, ni física, ni mentalmente. No es lo que busco en una pareja, así que creo que es algo bueno, por que jamás podría haber algo entre el y yo, ya que no me atrae. Es alto, (bastante) flaco, (mas bien flacucho). Tiene pelo pelirojo, y ojos que cambian de color depende del color de ropa que use, pero en natural, son como verdes, con café. Es lindo, si, tienes bonitos rasgos, también, pero jamás como para salir con el. Creo que esa es la mayor razón por lo cual el es mi mejor amigo. Siempre me defiende, me protege, me quiere como su hermana menor, (aunque me gana tan solo por 1 mes, el cumple el 9 de Abril, mientras que yo cumplo el 14 de mayo) en fin, es todo lo que una chica podría desear para su mejor amigo.
Llegamos a los hot dogs, y el señor Marcus nos saludo como siempre. ‘Hola leo, Hola Leah, ¿Lo de siempre? ‘ pregunto. Íbamos tan seguido, que Marcus hasta a bromado con poner nuestra foto en el carrito, y si la gente preguntara, el diría que somos los clientes del mes. ‘Lo de Siempre Marcus’, contestamos ambos al mismo tiempo.
Marcus comenzó a preparar nuestros hot dogs, mientras que Leo y yo tomábamos asiento en las bancas que estaban allí, frente al carrito, para comer más a gusto.
Una vez que termino mis 2 hot dogs, y los 4 de Leo, (aunque esta flaco, come como si tuviera un desague en su estomago) ambos los tomamos, y comenzamos a comerlos.
No sabia que era exactamente, si alguna escencia, o la forma en que cocinaba a fuego lento la salchicha, pero los hot dogs de Marcus eran mi delirio. Los amaba, los podría comer diario si pudiera, pero no me es posible.
Cuando terminamos de comer, nos pusimos a bromear con Marcus, ya que tan solo quedábamos Otra pareja de señores de unos 30 años, y nosotros 2. Los otros señores se nos unieron a las risas, mientras terminaban de comer sus hot dogs, al igual que nosotros.
Una vez que terminamos, ya eran las 9. No era tan tarde, pero aun así, no quería estar hasta la madrugada caminando.
Ambos nos dirigimos hacia mi casa, y de allí leo se iría a la suya, que le quedaba de paso.
Todo estaba normal, silencioso. A lo lejos se escuchaba los monótonos ruidos del trafico, y en una que otra cosa se escuchaba música muy alta.
Nos faltaban 3 cuadras para llegar a mi casa, en ese instante, dimos vuelta hacia la derecha en una calle, y con lo que me encontré, creo que fue lo mas inesperado en ese momento.
Había una figura frente de mi, un chico, con una chamarra de cuero hasta la rodilla. Tenia algo en las manos, que se lo metía por la nariz.
Por inercia, Leo tomo mi mano, quedándose detrás de mi. Yo di un paso en falso, tratando de no hacer nada de ruido para evitar que aquel drogadicto notara nuestra presencia.
- Vamonos de aquí. – me susurro Leo al oído. Respire profundamente, y sin quitarle la vista de encima a ese chico, di un paso hacia atrás, entonces, todo se volvió una pesadilla.
En pleno otoño, las ramas y las hojas de los arboles caen, dejándolo al elixier de cualquiera. Cada hogareño es responsable de limpiar su banqueta, para evitar accidentes, lo malo, es que el hogareño de la casa en la que estábamos, (bueno, en la banqueta de la casa en la que estábamos) no había seguido con esas reglas.
Leo y yo estábamos tan en shock, que por tratar de movernos lento, creamos mas ruido aun, sin gracias a no habernos dado cuenta, de que había un montón de ramas y hojas amontonadas en una pila junto a la cerca blanca de madera estilo ochentero. Al dar yo el paso hacia atrás, pise 3 ramas, que estaban entrelazadas entre si, lo cual provoco aun mas ruido. El drogadicto levanto la mirada, asustado, y tratando de esconder lo que tenia en su mano. Entonces, me lleve una desagradable sorpresa.
El chico me miro fijamente. Tenia sus ojos rojos, que prácticamente brillaban en la obscuridad. Aun y con la mirada perdida por el susto, lo llegue a reconocer.
- Justin. – susurre. ¿Era un drogadicto? Por lo que veía, así era. Leo me apretó la mano, para recordarme de que aun que lo conociera, y fuera mi compañero de banca en Literatura, estaba drogado, y con toxinas dentro del cuerpo, uno pierde el control.
Justin me miro otra vez, se veía arrepentido. La verdad, no parecía ‘drogado’ en si. No se tambaleaba, ni alardeaba, como e escuchado que los drogadictos hacen. Se veía bien, aparte de que tenia algo en la mano que se metía por la nariz, y por sus ojos rojos, pero fuera de eso, se veía normal. De la nada, en un abrir y cerrar de ojos, justin salió corriendo en dirección contraria ha donde estábamos nosotros. Me asuste, ya que paso por mi lado. Leo me abrazo cuando nos rozo el hombro, para evitar que me hiciera daño en caso de que lo intentara. De un momento a otro quedamos Leo, Yo, y la luna en compañía.
C o n t i n u a r a –
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Holaaaaa.... Nueva y Fiel lectora. Me he enamorado completamente de esta novela, aunque generalmente no leo novelas en que el personaje principal no es ''____'' pero ahora da igual, la novela es HERMOSA y la he amado en serio.
No puedo creer que Bieber sea drogadicto, pero sigo con el pensamiento de que no es el único secreto que esconde... o quizás si nosé es tu novela (bueno.. no tuya... you know).
Tienes que seguirla ahora mismo... en serio, ahora.
No puedo creer que Bieber sea drogadicto, pero sigo con el pensamiento de que no es el único secreto que esconde... o quizás si nosé es tu novela (bueno.. no tuya... you know).
Tienes que seguirla ahora mismo... en serio, ahora.
LaBieberConda:3
Re: The Red Pawn
alis1313 escribió:Caar eres mala sabias :P siguelaaaaaaaaaaaaaaa :( .....jejej :P
Muy mala y me encanta! jajajaja ahora la sigo loquis! Espero que te guste!! :D
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
LaBieberConda:3 escribió:Holaaaaa.... Nueva y Fiel lectora. Me he enamorado completamente de esta novela, aunque generalmente no leo novelas en que el personaje principal no es ''____'' pero ahora da igual, la novela es HERMOSA y la he amado en serio.
No puedo creer que Bieber sea drogadicto, pero sigo con el pensamiento de que no es el único secreto que esconde... o quizás si nosé es tu novela (bueno.. no tuya... you know).
Tienes que seguirla ahora mismo... en serio, ahora.
Primero que todo bienvenida a la nove, me alegro que te guste (:
Hay damasiados secretos pero para saber cuales son tienes que seguir leyendo jajaa, ahora la sigo...
P.D: Amo tu nove, es perfecta!! (:
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Capitulo O7
~Algo que El ve en mi, Pero ni yo misma noto~
Leo tomo mi mano apenas lo vi entrar al aula, con paso vacilante.
Quieto, perfecto, aunque sombrio. No pude evitar no verlo totalmente, no figarme en su espectacular belleza.
¿Por qué siento tanta fascinación hacia el? Es un chico al cual apenas conocía, es mas, tan solo le había hablado para preguntarle ¿Por qué estaba sentado en mi silla de banca? Nuestra mas larga conversación de nunca ha durado aproximadamente 30 segundos, así que ¿Por qué me interesa tanto?
No es que este enamorada, ni Cupido me haya flechado, es que es nuevo para mi, su forma de ser. Creo que es por que siempre e visto la misma clase de gente toda mi vida, mi ciudad es un poco pequeña, no hay gran cosa, aunque si lo esencial. Hippies, darks, emos, skaters, toda clase de ‘club social’ lo conocía, pero Justin no encagaba en ninguno de ellos, creo que por eso mi interés, ¿a cual pertenecerá Justin? No tenia nada de ‘Emo’ bien podría ser ‘Dark’ aunque lo dudo mucho. Es como una convinacion de mi mundo, y otro extraño e inexplorado jamás, del cual jamás había sabido siquiera la existencia.
Tomo su lugar, y yo voltee a ver hacia el pizarrón, aunque sentí como su mirada se clavaba a la espalda, mirándome con un odio penetrador hasta los huesos. Un escalofrio cruzo mi espalda, la verdad, casi entro apanicada. Leo me apretó la mano, recordándome que el estaba al lado, al parecer se dio cuenta de mi pánico interno.
- Yo lo sentí también. – me susurro al oído. Volvi la mirada a Justin, por encima del hombro. Sostenía un lápiz verde, de esos para dibujar entre sus dedos, y le daba vueltas entre ellos. Regularmente, siempre me trabo cuando hago esa acción, ya que llega un momento en la que mis dedos no saben que dirección tomar, aunque el parecía un experto en la materia. Me miraba figamente, y con cierto ‘furor interno’ por así llamarlo.
El profesor comenzó su clase de francés, y me relaje totalmente.
Llego la 7º hora, clase de Literatura.
- ¿Por qué no faltas? – el nerviosismo en la voz de Leo era notoria. Le temblaban las manos, y trataba de evitar a toda costa que me viera con ‘El’, sobre todo por lo de anoche. – siempre vas a todas las clases, te propongo algo. – cerré mi locker y me recarge en el, con los libros sobre mi pecho, y mi mochila por detrás. Leo llevaba su mochila colgando de igual manera, para irse a su clase correspondiente. - ¿Qué tal si nos vamos de pinta, y vamos a Mc Donals para comer una rica hamburguesa con triple queso y al final nos comemos un cono de vainilla – me sonrio satisfecho. Yo bufé. ¿En verdad creía que iba a faltar a clases? ¿Yo? ¿La chica que tiene el historial de faltas CASI limpio? Ja, tenia que estar bromeando….
- Suena tentador. – reí . – pero no, no puedo faltar a clases solo por un chico drogadicto. Sabemos que al menos una quinta de la escuela fuma y toma, sino es que mas, y otra sexta parte toma drogas, tal vez ese tal Matt es un drogadicto y tu ni en cuenta. (Matt es amigo de Leo, su compañero de banca en varias asignaturas). –
- No lo creo, su familia es religiosa, así como la tuya. Anda! No te quiero ver con ese chico! – puso cara de bebe triste, cosa que le venia muy bien. Yo rodee los ojos. No me quedo de otra mas que alejarme, e irme lejos de el, sabia que iba a hacer lo posible para que no me hacercara a Justin, cosa que internamente yo no deseaba, era lo contrario. Quería estar cerca de el para conocerlo un poco mas, conocer sus pensamientos, sus sentimientos, todo.
- Hasta el segundo receso Leo… - dije alejandrome a trote por el pasillo. Vi por encima del hombro como el asotaba ligeramente el locker, mientras yo daba vuelta por el pasillo.
Cuando entre al aula, fue justo el momento del timbre, lo que me sorprendió, Justin NO estaba allí.
D o s S e m a n a s D e s p u e s ~
- ¿Iras a trabajar hoy? – Bree iba aventando las hojas que cayeron de los arboles frente de la casa del señor Briones. –
- Es Jueves, hoy no voy. – sonreí.
Llegamos a la puerta de mi casa, ambas teníamos frio, así que invite a pasar a bree un momento para que se calentara. Aunque claro, después se quedo otras 5 horas.
Pedimos una pizza, de ‘Pizza Hot’, aunque no es mi favorita, la de Bree si. Hicimos la tarea, y cuidamos a Sabrina, la cual llego junto con mi papa unas 3 horas después de nosotras.
Las horas pasaron, y era muy noche, (11pm) para nosotras si era, ya que éramos de las que a las 10 regularmente ya estábamos mas que dormidas.
- ¿Prefieres quedarte a dormir? – le pregunte mientras sacaba una cobija extra de mi closet. Las temperaturas otra vez estaban bajas, menos de 10 grados, aunque no se exactamente cuantos.
- Por favor. – me sonrio. Yo abri la puerta.
- ¿Papa? – grite. Escuche un ‘Si..?’ a lo lejos. - ¿Bree se puede quedar a dormir? – en gritos claro por que el estaba en la cocina. ‘Claro, pero no duerman tarde’ cerré la puerta. La preste a Bree una toalla, y se metió a la ducha. Claro le prestaría ropa, ya que no estábamos preparadas para ninguna pijamada, y ni siquiera seria una verdadera, porque nos dormiríamos dentro de lo que cabe ‘temprano’.
Una vez que ambas nos habíamos duchado, y teníamos puesta la pijama, nos acostamos en la cama, y apagamos la luz. Yo miraba hacia el techo, y ella también.
- Oye… ¿y el chico no ha vuelto a la clase? – cuando decía ‘El Chico’ se refería a Justin, pero según ella, cuando decias los nombres, lo invocabas. Bree es un poco supersticiosa, bastante en realidad. Es de las que te dice que tienes el destino marcado, y no se despierta jamás después de las 10 porque dice que es de mala suerte.
- Jamas. – respondí con un suspiro.
Después de aquel día en que en literatura Justin no se apareció, ya no volvió, aunque si seguía en la escuela. Lo veía en clase de francés, los 4 dias que me tocaba esa materia. Jamás me hablaba, para empezar se sentaba hasta el otro extremo del salón.
Sin embargo, al llegar la hora de literatura, clase que a diario tenia, no se aparecia, pero no era por que se ubiera ido de la escuela antes, porque a la hora siguiente nos toca a todo nuestro grupo junto educación física, y ahí lo volvia ha ver, aunque el parecía abstraído dentro de el, actuaba con prepotencia, como si ya supiera todo lo que vemos. Se creía superior en los deportes, y por eso casi no jugaba, según el, y según lo que e escuchado, el dice que no le quiere causar ninguna lesión a nadie, y tal vez lo diga literalmente, ya que una de las pocas veces que le toco jugar basquetbol, aventó la pelota desde ¾ de cancha, y luego entro a la canasta, regresándola, y golpeando al pobre Nat Mckensy en el ojo. Ya han sido varios lastimados por su culpa, aunque inmediatamente se nota que no lo hace intensionalmente, aunque aun así ya fue llevado a la oficina para negociar el ‘no aventar la pelota tan fuerte’ y cosas por el estilo.
- Ese chico me dio miedo desde que entro… - admitió. Yo la mire aun en la obscuridad, mejor me levante, y me sente recargada en el respaldo de madera de pino blanco de la cama.
- ¿Por qué lo dices exactamente?
- Presentia que traería cosas malas… - admitió apenada. Bree es la reina de los presentimientos, sin embargo, admito que a mi también me da miedo que Bree presienta algo, la mitad de sus presentimientos son verdaderos, hasta un poco mas de ese porcentaje. No quería que pasara nada malo, pero ese chico tampoco se veía del buen bando ni mucho menos.
- Es extraño…. Solo eso. No significa que valla a incendiar la presidencia municipal o algo así. – bree me miro espantada, como si tan solo considerara hacer eso. Yo nege con la cabeza incesantemente. – era un suponer. – Bree se sento junto a mi en el respaldo, aun a obscuras. Nuestros ojos ya se habían acostumbrado a la negrura, y tan solo con la luz de los faros de afuera veía mas o menos bien. – hay muchos raros en la ciudad, y ninguno comete homicidio. –
- Justin no es normal. – dijo su nombre contradiciendo sus supersticiones. – todos lo sabemos, es raro, bastante. –
- Eso no quita que valla ha hacer algún delito. –
- No digo delito, pero bueno, ¿Tu lo viste drogrado no? – recordé la imagen de Justin drogado, con la dopamina dentro de su cuerpo, como le afectaba, aunque ni siquiera parecía causarle efecto, mas que en los ojos, como ese rojo tan intenso que en lo personal me causaba escalofríos.
- No quiero pensar en eso ahora. – admiti, volviéndome a acostar y tapándome con la colcha hasta el cuello. Nos quedamos en silencio unos minutos, ni bree ni yo nos movimos. Después de ese silencio acusador, retomamos conversación.
- ¿crees que mañana se presente en literatura? – me pregunto, aunque de antemano tenia la respuesta. –
- no, ya ha faltado 2 semanas, ¿Qué lo haría ir ahora? – ella asintió con entendimiento.
- Minimo leo esta feliz. – yo rodee los ojos. Leo no me había dejado de molestar con ese asunto de no acercarme a Justin desde ese día, y bueno, con buena razón, aunque no es que le hable a Justin como para que me pudiera influenciar Y tomar drogas como el. – el tiene razón Leah, - dijo Bree al ver mi cara de enojo. – es peligroso. –
- No soy amiga de Justin. – rectifique. – no le hablo, solo compartimos banca. Un dia, solo eso. No se por que razón no va a la clase, y no me importa. – dije frustrada. En verdad lo estaba.
- Tal vez por tu parte si, pero Leo es hombre, quizás el ve algo de Justin hacia ti que Tu no notas… - ¿algo hacia mi que yo no note? – Buenas noches. – se recostó de nueva cuenta y me dio la espalda. Sus palabras me hisieron pensar. ¿Algo de Justin hacia mi que yo no note?
Si no lo e notado, no creo que lo haga, así que no me esforze mucho en intentar descubrir de que se trataba.
~A l a M a ñ a n a S i g u i e n t e ~
C o n t i n u a r a
Espero que les guste (:
~Algo que El ve en mi, Pero ni yo misma noto~
Leo tomo mi mano apenas lo vi entrar al aula, con paso vacilante.
Quieto, perfecto, aunque sombrio. No pude evitar no verlo totalmente, no figarme en su espectacular belleza.
¿Por qué siento tanta fascinación hacia el? Es un chico al cual apenas conocía, es mas, tan solo le había hablado para preguntarle ¿Por qué estaba sentado en mi silla de banca? Nuestra mas larga conversación de nunca ha durado aproximadamente 30 segundos, así que ¿Por qué me interesa tanto?
No es que este enamorada, ni Cupido me haya flechado, es que es nuevo para mi, su forma de ser. Creo que es por que siempre e visto la misma clase de gente toda mi vida, mi ciudad es un poco pequeña, no hay gran cosa, aunque si lo esencial. Hippies, darks, emos, skaters, toda clase de ‘club social’ lo conocía, pero Justin no encagaba en ninguno de ellos, creo que por eso mi interés, ¿a cual pertenecerá Justin? No tenia nada de ‘Emo’ bien podría ser ‘Dark’ aunque lo dudo mucho. Es como una convinacion de mi mundo, y otro extraño e inexplorado jamás, del cual jamás había sabido siquiera la existencia.
Tomo su lugar, y yo voltee a ver hacia el pizarrón, aunque sentí como su mirada se clavaba a la espalda, mirándome con un odio penetrador hasta los huesos. Un escalofrio cruzo mi espalda, la verdad, casi entro apanicada. Leo me apretó la mano, recordándome que el estaba al lado, al parecer se dio cuenta de mi pánico interno.
- Yo lo sentí también. – me susurro al oído. Volvi la mirada a Justin, por encima del hombro. Sostenía un lápiz verde, de esos para dibujar entre sus dedos, y le daba vueltas entre ellos. Regularmente, siempre me trabo cuando hago esa acción, ya que llega un momento en la que mis dedos no saben que dirección tomar, aunque el parecía un experto en la materia. Me miraba figamente, y con cierto ‘furor interno’ por así llamarlo.
El profesor comenzó su clase de francés, y me relaje totalmente.
Llego la 7º hora, clase de Literatura.
- ¿Por qué no faltas? – el nerviosismo en la voz de Leo era notoria. Le temblaban las manos, y trataba de evitar a toda costa que me viera con ‘El’, sobre todo por lo de anoche. – siempre vas a todas las clases, te propongo algo. – cerré mi locker y me recarge en el, con los libros sobre mi pecho, y mi mochila por detrás. Leo llevaba su mochila colgando de igual manera, para irse a su clase correspondiente. - ¿Qué tal si nos vamos de pinta, y vamos a Mc Donals para comer una rica hamburguesa con triple queso y al final nos comemos un cono de vainilla – me sonrio satisfecho. Yo bufé. ¿En verdad creía que iba a faltar a clases? ¿Yo? ¿La chica que tiene el historial de faltas CASI limpio? Ja, tenia que estar bromeando….
- Suena tentador. – reí . – pero no, no puedo faltar a clases solo por un chico drogadicto. Sabemos que al menos una quinta de la escuela fuma y toma, sino es que mas, y otra sexta parte toma drogas, tal vez ese tal Matt es un drogadicto y tu ni en cuenta. (Matt es amigo de Leo, su compañero de banca en varias asignaturas). –
- No lo creo, su familia es religiosa, así como la tuya. Anda! No te quiero ver con ese chico! – puso cara de bebe triste, cosa que le venia muy bien. Yo rodee los ojos. No me quedo de otra mas que alejarme, e irme lejos de el, sabia que iba a hacer lo posible para que no me hacercara a Justin, cosa que internamente yo no deseaba, era lo contrario. Quería estar cerca de el para conocerlo un poco mas, conocer sus pensamientos, sus sentimientos, todo.
- Hasta el segundo receso Leo… - dije alejandrome a trote por el pasillo. Vi por encima del hombro como el asotaba ligeramente el locker, mientras yo daba vuelta por el pasillo.
Cuando entre al aula, fue justo el momento del timbre, lo que me sorprendió, Justin NO estaba allí.
D o s S e m a n a s D e s p u e s ~
- ¿Iras a trabajar hoy? – Bree iba aventando las hojas que cayeron de los arboles frente de la casa del señor Briones. –
- Es Jueves, hoy no voy. – sonreí.
Llegamos a la puerta de mi casa, ambas teníamos frio, así que invite a pasar a bree un momento para que se calentara. Aunque claro, después se quedo otras 5 horas.
Pedimos una pizza, de ‘Pizza Hot’, aunque no es mi favorita, la de Bree si. Hicimos la tarea, y cuidamos a Sabrina, la cual llego junto con mi papa unas 3 horas después de nosotras.
Las horas pasaron, y era muy noche, (11pm) para nosotras si era, ya que éramos de las que a las 10 regularmente ya estábamos mas que dormidas.
- ¿Prefieres quedarte a dormir? – le pregunte mientras sacaba una cobija extra de mi closet. Las temperaturas otra vez estaban bajas, menos de 10 grados, aunque no se exactamente cuantos.
- Por favor. – me sonrio. Yo abri la puerta.
- ¿Papa? – grite. Escuche un ‘Si..?’ a lo lejos. - ¿Bree se puede quedar a dormir? – en gritos claro por que el estaba en la cocina. ‘Claro, pero no duerman tarde’ cerré la puerta. La preste a Bree una toalla, y se metió a la ducha. Claro le prestaría ropa, ya que no estábamos preparadas para ninguna pijamada, y ni siquiera seria una verdadera, porque nos dormiríamos dentro de lo que cabe ‘temprano’.
Una vez que ambas nos habíamos duchado, y teníamos puesta la pijama, nos acostamos en la cama, y apagamos la luz. Yo miraba hacia el techo, y ella también.
- Oye… ¿y el chico no ha vuelto a la clase? – cuando decía ‘El Chico’ se refería a Justin, pero según ella, cuando decias los nombres, lo invocabas. Bree es un poco supersticiosa, bastante en realidad. Es de las que te dice que tienes el destino marcado, y no se despierta jamás después de las 10 porque dice que es de mala suerte.
- Jamas. – respondí con un suspiro.
Después de aquel día en que en literatura Justin no se apareció, ya no volvió, aunque si seguía en la escuela. Lo veía en clase de francés, los 4 dias que me tocaba esa materia. Jamás me hablaba, para empezar se sentaba hasta el otro extremo del salón.
Sin embargo, al llegar la hora de literatura, clase que a diario tenia, no se aparecia, pero no era por que se ubiera ido de la escuela antes, porque a la hora siguiente nos toca a todo nuestro grupo junto educación física, y ahí lo volvia ha ver, aunque el parecía abstraído dentro de el, actuaba con prepotencia, como si ya supiera todo lo que vemos. Se creía superior en los deportes, y por eso casi no jugaba, según el, y según lo que e escuchado, el dice que no le quiere causar ninguna lesión a nadie, y tal vez lo diga literalmente, ya que una de las pocas veces que le toco jugar basquetbol, aventó la pelota desde ¾ de cancha, y luego entro a la canasta, regresándola, y golpeando al pobre Nat Mckensy en el ojo. Ya han sido varios lastimados por su culpa, aunque inmediatamente se nota que no lo hace intensionalmente, aunque aun así ya fue llevado a la oficina para negociar el ‘no aventar la pelota tan fuerte’ y cosas por el estilo.
- Ese chico me dio miedo desde que entro… - admitió. Yo la mire aun en la obscuridad, mejor me levante, y me sente recargada en el respaldo de madera de pino blanco de la cama.
- ¿Por qué lo dices exactamente?
- Presentia que traería cosas malas… - admitió apenada. Bree es la reina de los presentimientos, sin embargo, admito que a mi también me da miedo que Bree presienta algo, la mitad de sus presentimientos son verdaderos, hasta un poco mas de ese porcentaje. No quería que pasara nada malo, pero ese chico tampoco se veía del buen bando ni mucho menos.
- Es extraño…. Solo eso. No significa que valla a incendiar la presidencia municipal o algo así. – bree me miro espantada, como si tan solo considerara hacer eso. Yo nege con la cabeza incesantemente. – era un suponer. – Bree se sento junto a mi en el respaldo, aun a obscuras. Nuestros ojos ya se habían acostumbrado a la negrura, y tan solo con la luz de los faros de afuera veía mas o menos bien. – hay muchos raros en la ciudad, y ninguno comete homicidio. –
- Justin no es normal. – dijo su nombre contradiciendo sus supersticiones. – todos lo sabemos, es raro, bastante. –
- Eso no quita que valla ha hacer algún delito. –
- No digo delito, pero bueno, ¿Tu lo viste drogrado no? – recordé la imagen de Justin drogado, con la dopamina dentro de su cuerpo, como le afectaba, aunque ni siquiera parecía causarle efecto, mas que en los ojos, como ese rojo tan intenso que en lo personal me causaba escalofríos.
- No quiero pensar en eso ahora. – admiti, volviéndome a acostar y tapándome con la colcha hasta el cuello. Nos quedamos en silencio unos minutos, ni bree ni yo nos movimos. Después de ese silencio acusador, retomamos conversación.
- ¿crees que mañana se presente en literatura? – me pregunto, aunque de antemano tenia la respuesta. –
- no, ya ha faltado 2 semanas, ¿Qué lo haría ir ahora? – ella asintió con entendimiento.
- Minimo leo esta feliz. – yo rodee los ojos. Leo no me había dejado de molestar con ese asunto de no acercarme a Justin desde ese día, y bueno, con buena razón, aunque no es que le hable a Justin como para que me pudiera influenciar Y tomar drogas como el. – el tiene razón Leah, - dijo Bree al ver mi cara de enojo. – es peligroso. –
- No soy amiga de Justin. – rectifique. – no le hablo, solo compartimos banca. Un dia, solo eso. No se por que razón no va a la clase, y no me importa. – dije frustrada. En verdad lo estaba.
- Tal vez por tu parte si, pero Leo es hombre, quizás el ve algo de Justin hacia ti que Tu no notas… - ¿algo hacia mi que yo no note? – Buenas noches. – se recostó de nueva cuenta y me dio la espalda. Sus palabras me hisieron pensar. ¿Algo de Justin hacia mi que yo no note?
Si no lo e notado, no creo que lo haga, así que no me esforze mucho en intentar descubrir de que se trataba.
~A l a M a ñ a n a S i g u i e n t e ~
C o n t i n u a r a
Espero que les guste (:
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
CaarFabrii escribió:LaBieberConda:3 escribió:Holaaaaa.... Nueva y Fiel lectora. Me he enamorado completamente de esta novela, aunque generalmente no leo novelas en que el personaje principal no es ''____'' pero ahora da igual, la novela es HERMOSA y la he amado en serio.
No puedo creer que Bieber sea drogadicto, pero sigo con el pensamiento de que no es el único secreto que esconde... o quizás si nosé es tu novela (bueno.. no tuya... you know).
Tienes que seguirla ahora mismo... en serio, ahora.
Primero que todo bienvenida a la nove, me alegro que te guste (:
Hay damasiados secretos pero para saber cuales son tienes que seguir leyendo jajaa, ahora la sigo...
P.D: Amo tu nove, es perfecta!! (:
Me fascinaaaa! ¿No me los puedes decir ahora? :sad: por favor :c Bueno... ahora que la seguiste... SIGUELAAAAAAAAAAAAA. Justin no aparece :ccccc ¿no quiere ver a Leah? :c que rudo en gimnasia.. uuuuuf ya me lo imagino. Siguela y gracias por lo de ''mi'' novela u-u.
LaBieberConda:3
Re: The Red Pawn
Drogadicto? nunca lo hubiera imaginado jaja! Seguila me encanta!!
I.am.rayita (Anto!!!)
Re: The Red Pawn
Capitulo O8
~Cruel Amenaza
-“Vamos Leah” – me repetí a mi misma dentro de mi cabeza tratando de concentrarme. – “Es solo un chico, no te hará nada malo ni mucho menos” -
- “! Pero si es un drogadicto! “- le respondió esa misma voz, a la anterior. – “¡Claro que nos puede hacer daño! “ –
Lose me estoy volviendo loca, pero es que no puedo intentar hablarle a Justin, aunque de eso depende mi nota escolar, así que si o si tengo que armarme de valor, e ir hacia donde el este.
- ¿Po que ahora? – Pregunto Tracy - ¿Por qué en medio de clase de educación física? ¿Por qué no en el receso? -
- Creo que es mas que obvio. – Objeto Bree – En el receso se desaparece. Nadie sabe a donde va.
- Creo que es por que… - ambas comenzaron ha entablar una conversación, que me parecía tan lejana, pero a la vez todo que ver conmigo.
Lo veía, cada movimiento que efectuaba.
Esa clase el profesor Giezzy nos había dado a las chicas, clase libre. En si, significaba que las chicas no haríamos nada, y que nos sentaríamos en las gradas del gimnasio para platicar, aunque para mi significaba, tener el valor de hablarle a Justin.
- ¿Por qué no haces el trabajo tu sola y se acabo? – me quede pensando, aunque en mi cabeza ya se estaba formando la respuesta adecuada.
- por tres razones. Razón numero 1, por que es demasiado el trabajo y la investigación, razón numero 2, por que el profesor nos indico que tenia que ser en parejas, y razón numero 3, por que no le voy a regalar mi calificación. – dije enojada al final. Ambas intercambiaron una mirada, corta pero significativa dentro de lo que cabía.
El estaba tan solo de extra en la cancha, sentado del otro lado de las canchas.
Estaba encorvado, y con sus manos juntas formando un puño. Su cabello dorado tenia cierta peculiaridad ese día. Observaba detenidamente el juego, cada movimiento, cada pase, aunque algo me decía que en verdad ni siquiera notaba que deporte jugaban, y trataba de camuflajear su indiferencia haciéndoles creer a los demás que el juego le importaba en lo mas mínimo.
Tracy y Bree continuaban hablando animadamente, y diciéndome cosas que escuchaba tan solo superficialmente, como un susurro lejano del viento, Algo inexistente en mi vida.
Con un gran respiro, oxigenando mis pulmones y mi cerebro, me levante de las gradas de madera pintadas de colores como rojo y plateado, y camine por la orilla de la cancha. Con el puño cerrado, y la cabeza en alto, comencé a cruzar por debajo del aro de basquetbol la cancha.
Al llegar al otro lado, sentí un gran alivio por que la pelota no me alcanzo a golpear, como en la mayoría del tiempo lo hace.
Camine con paso feroz hacia donde Justin estaba. El se sordeaba, sabia perfectamente que veía que YO lo estaba viendo a EL, y que iba ha hablarle, aunque siguió igual, en la misma posición de antes, pensativo, y reflexionista.
a unos 5 pasos de donde el se encontraba, me detuve. Tan solo movio el rabillo del ojo, me examino de pies a cabeza, y regreso su mirada hacia el partido.
- Hola. – dije con un poco de temor. Volvió ha hacer la misma rutina, solo que esta vez agrego un suspiro de irritación al final.
No lo quería irritar, ni mucho menos, pero no quiero sacar un 5 en la nota final, y tampoco quiero que el saque un 10, a menos de que trabaje conmigo.
Si, lo se, es fácil para mi. Podría hacer el maldito trabajo sobre los mitos urbanos de literatura sola, aunque no me permito formar un holgazán y regalarle puntos que yo hice.
Al ver que no contesto, rodee los ojos, y comencé a marcar el compas con mi pie por inercia, y sin siquiera darme cuenta.
- te-engo que hablar co-o-ontigo. – dije entre tartamudeos. El no objeto, ni se digno a mirarme si quiera. Ahora si estaba nerviosa.
Dirigí mi vista hasta el otro lado de la cancha, donde estaban sentadas todas las chicas del salón. Todas estaban con sus expectantes grupos sociales, pero todas me miraban. Se susurraban cosas entre ellas, y reian. Era como si estuvieran diciendo: ‘Mirenla, pobre loca, piensa que ese chico le hara caso’.
Bree y Tracy me miraban, pero de modo distinto. En ellas era como si me estuvieran mandando señales de: ‘Si puedes’, o quizás ‘Es solo un chico’
Sin embargo, el no es solo un chico, es Justin Bieber, y la verdad, me da pánico de solo decir su nombre.
- ¿Podrias siquiera tener el minimo respeto y ponerme atencion? – el volteo al instante, enojado. Mis ultimas palabras sonaron mas fuerte de lo que quería, mas intensas, cosa que no quería.
- ¿Qué quieres? – pregunto frunciendo el ceño. Su mirada…. Me cohibió. Un gran pánico escénico entro a mi cuerpo, quería salir corriendo hacia el baño y encerrarme allí mas o menos unos 4 o 5 dias. Tome un respiro armándome de valor. Eso es algo que tenia que hacer, a fuerzas, no era obcional.
- tenemos trabajo que hacer. – mi voz detono seguridad y terquedad, cosa que me gusto, mas que nada por la primera parte. Justin se levanto, quedando al ras de mi cuerpo. Estábamos a menos d 10 centímetros fácil. Mi frente alcanzaba su mentón, y veía como inflaba su pecho, tal vez del coraje.
- Yo, princesa, - dijo burlon. – no tengo NADA, en que trabajar. – se encargo con maestria de recalcar la palabra NADA, haciéndome sentir inferior a el.
- en realidad corazón, - imite su todo burlon. – es lo contrario. – lo aleje con una palmada en el pecho, y al mismo tiempo, di un paso hacia atrás. – en literatura, el profesor quiere que hagamos un proyecto sobre mitos urbanos, el de nuestra elección. Es por parejas, y no puedo hacerlo sola. –
- ¿Qué? ¿Leah Fletcher? ¿La chica mas estudiosa de todo el colegio dice que no puede? –
- Claro que puedo estúpido. – recalque. No se por que tenia esa actitud con el, no es que me callera mal, es que siento que YO le callera mal a el, entonces pues para que ser cortes? Aparte, el me ha estado provocando durante la conversación. – pero no te regalare ninguna calificación. –
- ¿Y por que yo? – pregunto esquivando sin razón aparente lo anterior. - ¿Por qué no tu mas amado amigo leo? – me quede en medio shock. Por que sacaba a Leo en la conversación? –
- Para empezar, el ni siquiera esta en la clase, aparte, es por parejas de banca, y supuesta mente deberías de sentarte conmigo hasta que Brandon regrese, no es por gusto. . –
- Pero, antes estabas sola princesa. – siguió con ese tono que ahora definitivamente odio. – Busca la forma de hacer el proyecto, olvida que fui a ninguna clase, y listo. –
- Por mi, lo hago sola. – objete de nuevo. – el problema, es que el profesor me dijo que hablara contigo, por que CONTIGO tenia que ser el proyecto. –
- ¿Sabes que no me gusta tu tono de voz? – pregunto moviendo la cabeza de un lado para otro.
- ¿Sabes que a mi no me gusta el tuyo? – lo imite haciendo los mismos movimientos. – te espero en la biblioteca, a las 2:00. –
- No puedo. – renegó. – tengo una vida social. –
- ya lo dije, si no vas, entonces yo… -
- ¿tu que? – me interrumpió. - ¿Ahora me amenazas? – ignore su ultimo comentario, y seguí con lo mío.
- ¿Sabes que en esta escuela hay reglas? ¿Y Que 2 de ellas son que no se permite la ausencia injustificada a clases, ni tampoco el consumo de droga? - ¿Por qué lo dije!? ¿Por qué lo dijiste Leah!?
Justo cuando termine de decir la ultima frase, me arrepentí, aunque ya no había marcha atrás.
Cerro el puño, enojado, bastante. Su cara de empezó a enrojecer, y mi miedo comenzó a crecer.
- No lo harías. –
- ¿Quieres que lo intente? – lo rete. – puedo ir a dirección y decir todo lo que hasta ahora e sabido de ti, si no me ayudas con este proyecto. –
Lo medito, bastante tiempo, unos 5 minutos al menos. Note como trataba de calmar su ira, la cual ya estaba bastante enardida.
- ¿A Que hora dijiste? – miro ha suelo, ni siquiera me pudo ver a la cara. Yo sonreí victoriosa.
- a las 2. – me aleje caminando a paso lento. – pobre de ti si no vas. – levanto la mirada, y note como sonreía del mismo modo, igual de victorioso. ¿Por qué? No se, ni me importa. Lo único que quiero y necesito de Justin, es que me ayude con el trabajo de literatura. De ahí en fuera, nada necesito de el.
C o n t i n u a r a ~
~Cruel Amenaza
-“Vamos Leah” – me repetí a mi misma dentro de mi cabeza tratando de concentrarme. – “Es solo un chico, no te hará nada malo ni mucho menos” -
- “! Pero si es un drogadicto! “- le respondió esa misma voz, a la anterior. – “¡Claro que nos puede hacer daño! “ –
Lose me estoy volviendo loca, pero es que no puedo intentar hablarle a Justin, aunque de eso depende mi nota escolar, así que si o si tengo que armarme de valor, e ir hacia donde el este.
- ¿Po que ahora? – Pregunto Tracy - ¿Por qué en medio de clase de educación física? ¿Por qué no en el receso? -
- Creo que es mas que obvio. – Objeto Bree – En el receso se desaparece. Nadie sabe a donde va.
- Creo que es por que… - ambas comenzaron ha entablar una conversación, que me parecía tan lejana, pero a la vez todo que ver conmigo.
Lo veía, cada movimiento que efectuaba.
Esa clase el profesor Giezzy nos había dado a las chicas, clase libre. En si, significaba que las chicas no haríamos nada, y que nos sentaríamos en las gradas del gimnasio para platicar, aunque para mi significaba, tener el valor de hablarle a Justin.
- ¿Por qué no haces el trabajo tu sola y se acabo? – me quede pensando, aunque en mi cabeza ya se estaba formando la respuesta adecuada.
- por tres razones. Razón numero 1, por que es demasiado el trabajo y la investigación, razón numero 2, por que el profesor nos indico que tenia que ser en parejas, y razón numero 3, por que no le voy a regalar mi calificación. – dije enojada al final. Ambas intercambiaron una mirada, corta pero significativa dentro de lo que cabía.
El estaba tan solo de extra en la cancha, sentado del otro lado de las canchas.
Estaba encorvado, y con sus manos juntas formando un puño. Su cabello dorado tenia cierta peculiaridad ese día. Observaba detenidamente el juego, cada movimiento, cada pase, aunque algo me decía que en verdad ni siquiera notaba que deporte jugaban, y trataba de camuflajear su indiferencia haciéndoles creer a los demás que el juego le importaba en lo mas mínimo.
Tracy y Bree continuaban hablando animadamente, y diciéndome cosas que escuchaba tan solo superficialmente, como un susurro lejano del viento, Algo inexistente en mi vida.
Con un gran respiro, oxigenando mis pulmones y mi cerebro, me levante de las gradas de madera pintadas de colores como rojo y plateado, y camine por la orilla de la cancha. Con el puño cerrado, y la cabeza en alto, comencé a cruzar por debajo del aro de basquetbol la cancha.
Al llegar al otro lado, sentí un gran alivio por que la pelota no me alcanzo a golpear, como en la mayoría del tiempo lo hace.
Camine con paso feroz hacia donde Justin estaba. El se sordeaba, sabia perfectamente que veía que YO lo estaba viendo a EL, y que iba ha hablarle, aunque siguió igual, en la misma posición de antes, pensativo, y reflexionista.
a unos 5 pasos de donde el se encontraba, me detuve. Tan solo movio el rabillo del ojo, me examino de pies a cabeza, y regreso su mirada hacia el partido.
- Hola. – dije con un poco de temor. Volvió ha hacer la misma rutina, solo que esta vez agrego un suspiro de irritación al final.
No lo quería irritar, ni mucho menos, pero no quiero sacar un 5 en la nota final, y tampoco quiero que el saque un 10, a menos de que trabaje conmigo.
Si, lo se, es fácil para mi. Podría hacer el maldito trabajo sobre los mitos urbanos de literatura sola, aunque no me permito formar un holgazán y regalarle puntos que yo hice.
Al ver que no contesto, rodee los ojos, y comencé a marcar el compas con mi pie por inercia, y sin siquiera darme cuenta.
- te-engo que hablar co-o-ontigo. – dije entre tartamudeos. El no objeto, ni se digno a mirarme si quiera. Ahora si estaba nerviosa.
Dirigí mi vista hasta el otro lado de la cancha, donde estaban sentadas todas las chicas del salón. Todas estaban con sus expectantes grupos sociales, pero todas me miraban. Se susurraban cosas entre ellas, y reian. Era como si estuvieran diciendo: ‘Mirenla, pobre loca, piensa que ese chico le hara caso’.
Bree y Tracy me miraban, pero de modo distinto. En ellas era como si me estuvieran mandando señales de: ‘Si puedes’, o quizás ‘Es solo un chico’
Sin embargo, el no es solo un chico, es Justin Bieber, y la verdad, me da pánico de solo decir su nombre.
- ¿Podrias siquiera tener el minimo respeto y ponerme atencion? – el volteo al instante, enojado. Mis ultimas palabras sonaron mas fuerte de lo que quería, mas intensas, cosa que no quería.
- ¿Qué quieres? – pregunto frunciendo el ceño. Su mirada…. Me cohibió. Un gran pánico escénico entro a mi cuerpo, quería salir corriendo hacia el baño y encerrarme allí mas o menos unos 4 o 5 dias. Tome un respiro armándome de valor. Eso es algo que tenia que hacer, a fuerzas, no era obcional.
- tenemos trabajo que hacer. – mi voz detono seguridad y terquedad, cosa que me gusto, mas que nada por la primera parte. Justin se levanto, quedando al ras de mi cuerpo. Estábamos a menos d 10 centímetros fácil. Mi frente alcanzaba su mentón, y veía como inflaba su pecho, tal vez del coraje.
- Yo, princesa, - dijo burlon. – no tengo NADA, en que trabajar. – se encargo con maestria de recalcar la palabra NADA, haciéndome sentir inferior a el.
- en realidad corazón, - imite su todo burlon. – es lo contrario. – lo aleje con una palmada en el pecho, y al mismo tiempo, di un paso hacia atrás. – en literatura, el profesor quiere que hagamos un proyecto sobre mitos urbanos, el de nuestra elección. Es por parejas, y no puedo hacerlo sola. –
- ¿Qué? ¿Leah Fletcher? ¿La chica mas estudiosa de todo el colegio dice que no puede? –
- Claro que puedo estúpido. – recalque. No se por que tenia esa actitud con el, no es que me callera mal, es que siento que YO le callera mal a el, entonces pues para que ser cortes? Aparte, el me ha estado provocando durante la conversación. – pero no te regalare ninguna calificación. –
- ¿Y por que yo? – pregunto esquivando sin razón aparente lo anterior. - ¿Por qué no tu mas amado amigo leo? – me quede en medio shock. Por que sacaba a Leo en la conversación? –
- Para empezar, el ni siquiera esta en la clase, aparte, es por parejas de banca, y supuesta mente deberías de sentarte conmigo hasta que Brandon regrese, no es por gusto. . –
- Pero, antes estabas sola princesa. – siguió con ese tono que ahora definitivamente odio. – Busca la forma de hacer el proyecto, olvida que fui a ninguna clase, y listo. –
- Por mi, lo hago sola. – objete de nuevo. – el problema, es que el profesor me dijo que hablara contigo, por que CONTIGO tenia que ser el proyecto. –
- ¿Sabes que no me gusta tu tono de voz? – pregunto moviendo la cabeza de un lado para otro.
- ¿Sabes que a mi no me gusta el tuyo? – lo imite haciendo los mismos movimientos. – te espero en la biblioteca, a las 2:00. –
- No puedo. – renegó. – tengo una vida social. –
- ya lo dije, si no vas, entonces yo… -
- ¿tu que? – me interrumpió. - ¿Ahora me amenazas? – ignore su ultimo comentario, y seguí con lo mío.
- ¿Sabes que en esta escuela hay reglas? ¿Y Que 2 de ellas son que no se permite la ausencia injustificada a clases, ni tampoco el consumo de droga? - ¿Por qué lo dije!? ¿Por qué lo dijiste Leah!?
Justo cuando termine de decir la ultima frase, me arrepentí, aunque ya no había marcha atrás.
Cerro el puño, enojado, bastante. Su cara de empezó a enrojecer, y mi miedo comenzó a crecer.
- No lo harías. –
- ¿Quieres que lo intente? – lo rete. – puedo ir a dirección y decir todo lo que hasta ahora e sabido de ti, si no me ayudas con este proyecto. –
Lo medito, bastante tiempo, unos 5 minutos al menos. Note como trataba de calmar su ira, la cual ya estaba bastante enardida.
- ¿A Que hora dijiste? – miro ha suelo, ni siquiera me pudo ver a la cara. Yo sonreí victoriosa.
- a las 2. – me aleje caminando a paso lento. – pobre de ti si no vas. – levanto la mirada, y note como sonreía del mismo modo, igual de victorioso. ¿Por qué? No se, ni me importa. Lo único que quiero y necesito de Justin, es que me ayude con el trabajo de literatura. De ahí en fuera, nada necesito de el.
C o n t i n u a r a ~
CaarFabrii
Re: The Red Pawn
Caar plis no seas malita y pon un capi anda si a unke sea uno peke siiiiiii
alis1313
Re: The Red Pawn
alis1313 escribió:Caar plis no seas malita y pon un capi anda si a unke sea uno peke siiiiiii
Esta bien, subire por ti (: jaja te amo (:
CaarFabrii
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