The One Who Came To Save Me {L.P}

Capítulo 008

✖ByDecember.

—Lo prometo. —Timmy sonrió, pero esta vez, la sonrisa no duró por mucho tiempo en su rostro y una expresión de terror se apoderó de él.

—Llegamos —anunció su hermano mayor mientras apagaba el motor del auto.

—No quiero, tengo miedo —le susurró el pequeño Timmy a su nuevo amigo —. Ese lugar me asusta. —Confesó.

— ¿Y eso qué? —Preguntó confundido Liam haciendo que el pequeño frunciera su ceño —, ¿Te imaginas el miedo que tu oso pasa todos los días en sus misiones? —El pequeño lo escuchó atento, al igual que Hanna y Sam —. En la vida, Timmy, debes de ser valiente y superar siempre tus temores, así avanzarás. En este momento, aquel hospital, debe de estar riéndose de ti ¿Se lo permitirás?

— ¡No! —Exclamó Timmy con valor —. ¿Pero, y si el miedo vuelve?  

—Abraza a tu oso. El cariño y el amor es lo que te hace aún más fuerte, y eso, vence cualquier cosa. Te aseguro, que derrotarás a aquel Hospital ¿Lo has visto? Tú eres mucho más fuerte que aquel viejo edificio… Además, tienes a dos hermanos mayores que nunca te dejarían solo ¿Qué puedes perder? —Hanna sonrió y agradeció haberlo conocido. 

—Tienes razón, además, Sam me prometió que pasaríamos por una juguetería luego de que termináramos. Así que ¡Al ataque! —Exclamó Timmy mientras desabrochaba su cinturón de seguridad y abría la puerta del auto, para salir corriendo y llegar a la entrada del Hospital.

— ¿Listo? —Preguntó Liam una vez que los tras mayores lo alcanzaron.

—Si —Sonrió y observó las grandes puertas de vidrio, entonces abrazó su muñeco y corrió hacia su objetivo, generando que las puertas de vidrio se abrieran al notar que alguien se acercaba.

— ¡Eso es, campeón! —Exclamó Sam —Lo lograste —Lo abrazó y lo subió a sus hombros, luego de que Timmy observara las puertas y sacara su lengua en forma de burla, dando a entender un “Te vencí”.

Mientras que ellos dos caminaban hacia la recepción, Hanna tomó del brazo a Liam, haciendo que se detuviera para luego abrazarlo. No sabía que decirle, pero estaba más que agradecida por todo lo que hacía. Su mirada era débil, y agotada pero su sonrisa era verdadera, sobre todo por aquellos hoyuelos que se le formaron. 

Liam, tomó la mano de Hanna y la apretó, dándole a entender que no estaba sola. Ella sonrió débilmente y le agradeció con la mirada. Luego de esto, se dirigieron hacia donde se encontraban Sam y Timmy, aunque ahora, el último estaba llorando.

— ¿Qué sucedió? —Preguntó su hermana preocupada y se arrodilló en el suelo, quedando a la estatura del menor.

—Charlie no está —sollozó el pequeño y luego la abrazó fuertemente entristecido —. No me despedí de él… Incluso tenía cosas que contarle, y él me había prometido que me prestaría su auto de juguete… ¿Puedo llamarlo por teléfono? —La miró y luego, hizo lo mismo con una cara suplicante a la Doctora que es quien se ocupa de él y un grupo más de niños.

Liam comprendió lo que ocurría, y notó que Hanna no podía hablar, la tristeza y la inocencia de su hermano estaba derrumbando el débil corazón de Hanna. 

— ¿Qué tal, que en vez de llamarlo le escribes una carta? O mejor, hazle un dibujo —habló el castaño. 

— ¡Es verdad! —Dijo Sam —Sabes que a Charlie le fascina eso, ¿Por qué no vas a saludar a tus otros amigos y organizan algo? —Timmy sonrió y asintió con su cabeza mientras limpiaba las lágrimas de su rostro.  Entonces, corrió a la sala donde se encontraban internados alguno de sus compañeros.

Una vez solos los cuatro adultos, pudieron hablar en privado.

—Charlie falleció ayer por la mañana —explicó la Doctora mientras trataba de no llorar. Debía ser fuerte en este trabajo, aunque algunas veces, se arrepentía profundamente de haber seguido aquella carrera. Pero, esos pensamientos se borraban al llegar todos los días al Hospital y encontrarse con niños que nunca, por ningún motivo, dejan de sonreír y llenaban sus mañanas de alegría.

La doctora es una mujer de edad avanzada, cabello color castaño oscuro, el cual siempre se encontraba recogido con una trenza no muy bien hecha. Los ojos de ella demuestran cansancio cada vez que uno la mira, son de un color café apagado. Su piel es un tanto oscura, y nunca lleva maquillaje o alguna prenda que llame la atención. En su bata, puede leerse un pequeño cartel en forma de corazón, hecho por sus pacientes —los niños— que dice: “Doctora Betty, te amamos”. 

Betty, abrió la puerta de su una de los consultorios del lugar para poder hablar tranquilamente. Sam y Hanna se sentaron en las únicas dos sillas de allí y Liam se quedó junto a la puerta.

—De acuerdo, comenzaremos a realizar la radioterapia en Timmy y luego, pasaremos con la quimioterapia lo antes posible.—Comenzó a hablar.

— ¿En qué se diferencian? —Preguntó Sam atentó a los que la doctora decía.

—Bueno, la radioterapia básicamente destruye las células cancerosas y evita que crezcan y se multipliquen. Cuantas menos células cancerosas haya, mejor, ya que comenzará a sentirse bien nuevamente. Como esta debe hacerse con gran exactitud, primero el paciente debe hacer un simulacro. Es por eso que el pequeño se recostará sobre una camilla rígida, especial para la aplicación de rayos X, mientras un radioterapeuta utiliza un equipo especial denominado “simulador” para definir el área a tratar. Cuando se sabe exactamente en qué lugar del cuerpo se debe aplicar el tratamiento de radiación, lo marca con tinta.

— ¿Para qué sirve esa marca? —Preguntó Liam desde el fondo.

—Para  identificar el lugar donde se va a aplicar la radiación en cada tratamiento, por lo que no se debe limpiar. Para esto, Timmy tendrá que quedarse en el Hospital.

—Oh… ¿Es necesario? —Preguntó Hanna y la doctora asintió.

—Sí, pero podrán visitarlo, de eso no se preocupen… Pero durante éste proceso, Timmy no debe moverse.

—De acuerdo, estará tan asustado que no se moverá, de eso no se preocupe… —comentó sin humor la rubia.

—Luego la quimioterapia es un conjunto de medicamentos, algunos, muy similares entre sí, otros completamente distintos. Lo que todos comparten es que, por un mecanismo u otro, destruyen a las células que se dividen con rapidez, como las cancerosas. Pero, la diferencia más sustancial entre estos dos, consiste en que, la primera, solo en la zona donde se aplica y la segunda, como cualquier otra medicina, llega a todos los rincones del organismo. 

— ¿Qué hay de la dosis? 

—En general, en los tratamientos para el cáncer infantil se usan dosis más altas de quimioterapia y radiación de las que se usan para los adultos. En estos, también se pueden administrar en un período más corto de tiempo que los de los adultos. 

— ¿Por qué? —Continuó preguntando Sam.

— Porque algunos de los efectos secundarios no deseados de los tratamientos  causan más daño a los niños que a los adultos, ya que, el cuerpo de un niño todavía está creciendo y desarrollándose, de modo que el cáncer y su tratamiento tienen mayores probabilidades de afectar los órganos en desarrollo.

— ¿Cuáles son estos efectos secundarios? —Preguntó Hanna.

—Todo depende del lugar donde se aplica la radiación y de la dosis, o de la cantidad de radiación que va a recibir. Los más comunes que puedo decirte es la caída del cabello, las náuseas, los vómitos y la diarrea. Todos estos efectos secundarios mejoran cuando desaparecen los efectos de la radiación.

—Disculpen —Hanna se levantó del asiento —, necesito un poco de aire. En seguida regreso. 

Liam se corrió de la puerta para que ella pasara, y como observó que Sam estaba preocupado por ella, este le hizo una seña para que la siguiera, y así lo hizo.

Salió del Hospital y se sentó en las escaleras de enfrente. Esto era demasiado para ella. ¿Tenía que sufrir Timmy de esta forma? ¿Por qué? Sabe, que siempre se repite esa pregunta, pero es por el simple hecho de que le es imposible responder.

—No quiero… No quiero que muera. —Dijo la rubia al escuchar unos pasos detrás de ella y supo quién era. 

—No lo hará.

—Pero, si sufrirá —Liam se sentó a su lado y Hanna revolvió su bolso en busca de su paquete de cigarros. Casi nunca había fumado, pero últimamente estaba demasiada nerviosa y aquello era lo único que la tranquilizaba. 

—Pero, esto puede curarlo… —Liam tomó su mano libre y con su pulgar daba pequeños círculos, mientras la acariciaba —. Solo, tienes que tener fe —Hanna rió sin humor ante aquella respuesta.

— ¿Fe? —Dejó su cigarro por unos minutos y lo miró directo a los ojos —La fe, fue lo primero que perdí hace años.


{***}

Aquello era totalmente ridículo. Zayn observaba con una expresión neutra la escena, mientras que Harry realizaba una mueca y colocaba su mano en su hombro izquierdo en señal de apoyo.

¿Qué es lo que hacían esperando en el aeropuerto? Sobre todo él, que detestaba a Mark, por obvia razones. Antiguamente, antes de que se haya ido a un viaje familiar Helen se había acercado peligrosamente a él. Nunca le agradó aquello, pero Zayn era simplemente un amigo y su opinión no contaba en aquella situación.

—Leslie —nombró Harry mientras que su mejor amiga daba vueltas esperando —¿Conoces a María del Pilar? 

La joven negó con un movimiento de su cabeza. Apenas  conocía a Helen y Zayn ya que no asistía con ellos a la Universidad. Leslie O'Coneill Grey era una joven en rumbo al estrellato. Tan solo con diecisiete años, y varios videos subidos con su música que componía junto a Harry, había sido durante varios años una de las personas más buscadas en YouTube.

—¿No habías mencionado acaso que te odiaba? —Rio.

—¿Odiar? No, simplemente se hace la difícil conmigo. 

—Claro… —Su amiga le dio la razón mientras que observaba como Helen agitaba sus brazos por el aire, saludando a un joven de cabello castaño claro a lo lejos. 

—¿Mark? —Adivinó cuando ella corrió a sus brazos y Zayn bufaba. 

Holaa: